Esta jugada es de doble filo. El peón impide que una pieza negra se instale en ‘d5’, de modo que el ejército negro está un poco restringido. Ésas son las buenas noticias para las blancas. Las malas son que su rey queda más expuesto, no sólo a lo largo de la diagonal ‘h7’-‘b1’, sino también de la segunda fila. Por el momento, estos factores son irrelevantes ya que, después de todo, las blancas dominan la posición. Pero ¿qué pasará si las negras consiguen penetrar, en un momento dado, en el campo blanco? Personalmente, tendría mis dudas antes de realizar una jugada así.