Cuando el movimiento apareció en el enorme tablero electrónico, Valeri Sálov, entre otros, aseguró que se trataba de un error técnico. “Allí estaba yo, un conocido gran maestro, y no podía explicar a los espectadores lo que las blancas pretendían responder a 1 ... Txd5”, recordaba.

No existía respuesta. Kárpov explicó después que había calculado 1 Af4, con la amenaza de 2 Ad2! y 3 Th1 mate. Llegó a la conclusión de que 1 ... Ad6 era forzada, y entonces 2 Ad2! ganaba material (2 ... Cb7 3 Txa7; 2 ... Ac7? 3 Ac3).

Ya que así podía haber conseguido una posición ganadora, una buena técnica de cálculo exigía que Kárpov repasara su variante una vez más y se preguntara: “¿Dónde están las piezas?” en la posición final. Si Kárpov hubiera hecho esto habría visto 1 ... Txd5, que, por suerte para él, sólo daba las tablas a su rival; y quizá habría encontrado la idea mejorada 1 Ac1! (1 ... Af8 2 Ab2 Ag7 3 Af6!), con la que podría haber ganado.