shayla black
DELICIOUS
Sinopsis
El no puede controlar su deseo.
El completo futuro de Luc Traverson está planeado - pero hay un muy sexy obstáculo en su camino: Alyssa Devereaux. Ella es una antigua bailarina exótica convertida en dueña de un club de strippers y restauradora. Recientemente, Alyssa y Luc compartieron una noche de salvaje abandono que dejó a Luc asustado de su pérdida de auto control - y a Alyssa desesperada por más.
Y eso es justo de la manera que ella lo quiere.
Cumpliendo con una promesa, Luc es el chef invitado para la inauguración del restaurante de Alyssa. La visión de ella vuelve salvaje a Luc, entonces ¿Cómo puede él sobrevivir a una semana sin dejarse perder y devastarla a ella - especialmente cuando ella está rogando por eso? El deseo de Luc por ella explota cuando se da cuenta que no es el único hombre desesperado por tenerla. Pero uno de los otros es mortal. Y ese no es el final de los secretos de Alyssa… que son tan secretos y misteriosos y atractivos como sus fantasías.
Capitulo 1
Me voy a hundir adentro tuyo tan profundo, que nunca vas a olvidar que estuve aquí.
Alyssa Devereaux se estremeció ante el recuerdo de esa promesa gruñida, mientras estaba rodeada de tensos músculos y masculina necesidad.
Luc Traverson. Incluso su nombre causa calor apuñalando su vientre con necesidad. Él mantuvo cada pedacito de esa promesa; ella nunca lo olvidó ni por un momento.
La noche que él pasó en su cama fue asombrosa, mágica. Considerando que hace mucho que ella dejó de creer en cuentos de hadas, eso es decir bastante. Estar envuelta en la fuerza acerada de Luc fue el paraíso. Bajo su mirada esa noche ella no se sintió solamente como una mujer deseada, sino como la única mujer. La intimidad… oh, Dios.
Chisporroteo, lejos de hacer sus dedos doblarse, él le dio a ella una nueva definición de placer. Sus infinitos ojos oscuros se incendiaron mientras él la azotaba con sus poderosos golpes, su largo cabello color de medianoche caía alrededor de sus rostros, separando la realidad de sus susurradas demandas y su áspera respiración mientras la montaba de un orgasmo al próximo.
Él llevó su cuerpo a un punto de fiebre - a lugares donde ella nunca creyó que un hombre pudiera llevarla. Él lo hizo una y otra vez. Por seis horas. Nunca cansado, nunca satisfecho. Ávido, rapaz y asombroso.
Ella tuvo suficiente sexo en su vida como para saber que ellos compartieron algo más.
La siguiente mañana…. Se fue. Ninguna nota, ni explicación. Unos días después, él envió flores con una disculpa por cualquier incomodidad o dolor que pudiera haberle causado. Ella había estado furiosa, un poco dolida… pero no muy sorprendida.
Todavía, ella no estaba dispuesta a abandonar. Por la oportunidad de ver a Luc de nuevo, Alyssa rompió su única regla y lo llamó. Dos veces. Él nunca respondió a sus llamados personalmente. En cambio, su asistente la llamó sólo para decirle que él iba a cumplir con los términos de su acuerdo. Nada más.
Ella no significó nada para él. Sí, sabía con anterioridad a la noche que pasaron juntos que él no la respetaba. Ellos se conocieron por primera vez cuando ella se desnudó para la despedida de soltero de uno de sus amigos hace unos años atrás. De alguna manera, ella esperaba que abrirse completamente a Luc iba a cambiar su opinión.
Estúpida.
Todavía, él era todo lo que ella había querido en un hombre: atractivo, exitoso, capaz de cuidar profundamente, sensible, sexy… No lo iba a perder si pelear.
“Buenas tardes, señora en jefe” Tyler Murphy le brindó un bajo y largo silbido, su mirada serpenteando hacia abajo en su cuerpo mientras ella surgía desde la parte trasera del club y se paraba ante el escenario. “Te ves muy bien”
“Tyler” ella saludó al gigante de cabello color arena. “Tu trabajo es vigilar los clientes, no a mi”.
“Desde que no hemos abierto todavía, no hay nadie aquí a quien vigilar. Además, no me gustan los chicos borrachos de la fraternidad que te comen con la mirada o los cachondos hombres casados. ¿De qué color son tus ligas bajo esa pequeña pollera negra?”
Su gorila (seguridad) era anteriormente una especie de integrante de las fuerzas de la ley - él nunca dijo de qué clase - educado en la universidad con un título en ingeniería. Tyler tenía muchas opciones. Por qué aceptó un trabajo como gorila era la duda de todos. Pero en los pocos meses que estuvo con ella, él se probó a sí mismo como indispensable. Había días que el negocio lo necesitaba.
Era muy malo, realmente, que su corazón no necesitara a Tyler también.
De debajo de las pestañas, ella le envió una mirada de regaño. “Nunca te lo diré”
“Aw, vamos, tírale al muchacho un hueso”
Alyssa miró hacia su entrepierna. “Luce como si ya tuvieras el tuyo”
Tyler le guiñó y le dedicó una sonrisa de coqueteo. “Todo para ti”
Era buen mozo, construido como algo de la portada de una revista de fisicoculturismo, inteligente, divertido, serio. Pero luego de varios días de dirigir Las Sirenas Sexys - el más notorio club de strippers de Lafayette, Louisiana - y de tratar de comenzar un nuevo restaurante, para el momento en el que ella cae en su solitaria cama por las noches, no son los pensamientos de Tyler los que le provocan dolor. Ese honor está solamente reservado para Luc Traverson.
Y después de un poco más de tres meses, él estará aquí hoy.
Siénteme. Siiiiii. Estás tan apretada, es tan bueno. Así, dulce. Acaba para mí. De nuevo.
La voz de Luc, pecado envuelto en terciopelo, bañado en miel, no quería abandonar su cabeza.
Incluso su recuerdo hacía subir el calor dentro de ella. Pensamientos de esa noche siempre tenían el poder de deslumbrar y aturdirla. Quería eso de nuevo. A él de nuevo.
“¿Hola? Tierra a Alyssa”
Tyler. Ups. “Perdón. El restaurante está pesando demasiado en mi mente en estos días”
Él la miró con esos ojos verdes que veían demasiado. “¿Entonces platos limpios y menús te dan esa ruborizada mirada quiero-que-me-follen?”
“Ve a buscar unos patanes borrachos para maltratar”
“Prefiero estar contigo”
Tyler cruzó sus brazos sobre su ancho pecho. Sus bíceps abultaron su remera negra, que abrazaba su cuerpo. Realmente era hermoso. Y él la quería, no lo mantenía en secreto. Ella podría hacerlo peor.
“¿Cuál es su nombre?” Tyler suspiró.
“¿Quién?”
“Él hombre que puso esa mirada de necesidad en tu cara. No sé si quiero desintegrarlo o darle la mano”
“No hay nadie en mi vida”. Lo cual, técnicamente, era verdad. Aparte de su encuentro con Luc, ella no había tenido sexo en años.
“Mentirosa”
En este punto de la conversación, Tyler usualmente bromearía con que él estaría más que feliz de ser ese alguien. Esta tarde, él parecía sentir que algo era diferente.
“Eres demasiado buena para estar sola. Todas las chicas te adoran. Tratas a todos honestamente y trabajas malditamente duro. Eres más dulce de lo que crees. No recurriste al asesinato cuando ese idiota del Concejal Primpton viene, buscando problemas”. Él le brindó una mirada de consideración. “Lo has tenido difícil últimamente. Te mereces un descanso”
Si ella no tuviese cuidado, su cariño la iba a hacer llorar. Un poco de compasión sería maravillosamente fácil para complacerse - y una completa pérdida de tiempo.
Alyssa ancló sus manos en sus caderas. “No en las tarjetas”
“Quizás debas posponer la inauguración del restaurante por unas semanas”
“¿Por qué?”
El refrenamiento abandonó a Tyler. Se acercó a ella, su larga mano acariciando hacia abajo su brazo en un gesto calmante. “Tu mama falleció hace solo dos semanas”
Ella se tensó. “No la he visto en catorce años”
“No importa. Todavía estás tratando con su pérdida”
Ella había estado haciendo eso con sentimientos contradictorios. Cólera, pena, tristeza, rabia, una necesidad de insultar a la mujer que no había hecho nada por ayudarla o entenderla. Lástima que ella había sido tan auto-absorbente.
Y al lado de su tumba había estado parado el corazón negro que fue la razón de la grieta entre ellas: Joshua. Incluso después de una docena de años, más lejos de cien pies, y a través de un par de anteojos de sol de doscientos dólares, no había error en el bastardo con cara de niño. Por lo menos él no la había visto. Si la veía, el Señor sabía lo que él hubiera hecho.
Ella se sacudió ese pensamiento.
“Tyler, gracias por tu preocupación, pero he puesto mucho tiempo y energía en esta inauguración como para posponerla. Necesito librarme de esto por propósitos económicos. Además, ¿qué bien puede hacer el sumirme en la pena por mi mamá?”
Él tomó sus hombros en un gesto amable. “Te vas de acá a las tres de la mañana, y Sadie me dijo que vuelves a las ocho. Bebé, tienes que dormir y darte tiempo para sentir pena”
Ella preferiría no hacerlo.
Inclinándose hacia delante, ella le dio un suave beso en su mejilla. “Vas a hacer que una mujer tenga un gran esposo algún día”
“¿Me estás preguntando?”
Alyssa resopló. “¿Me veo como la clase de “vallado blanco”? Mueve tu trasero al trabajo”
“Si, madam” La saludó y se dio la vuelta, sólo para volverse de nuevo. “Oh, me olvidé de decirte, un tipo está aquí para verte. Un chef”
“¿Luc Traverson?” ella respiró.
“Sip. Dijo que ustedes dos tenían una reunión. No se ve muy contento. ¿Él es el tipo que hará de chef invitado esta semana?”
La pregunta de Tyler se registró, pero ella no le contestó. En cambio, ella miró alrededor de Tyler, hacia la puerta frontal del club.
¡Boom! Ahí estaba él, algo más de seis pies de él, su elegante, delgado cuerpo tenso. La visión de él fue como un golpe visceral. Ella tragó… y dejó que su mirada hambrienta se lo comiera. Cabello color tinta colgando alrededor de sus anchos hombros, jeans abrazándolo en todos los lugares correctos. Esos oscuros, incendiarios ojos. Un rubor caliente subió por su cuerpo. Su corazón no empezó a correr más rápido, se salió fuera de control. Más que sus manos se llenaron de humedad. Ella se balanceo en un mareo de excitación.
Tyler la atrapó; sus musculosas manos se deslizaron alrededor de su cintura para sostenerla. Entonces lo miró a Luc. “Tienes que estar bromeando conmigo. ¿Él?”
Oh, siii. Definitivamente él.
“Cállate, Tyler” Se sacudió y tomó un paso decisivo hacia delante.
Luc Traverson estaba aquí. Finalmente. Ella hizo lo mejor para esconder una astuta sonrisa. No había manera en que él pudiera seguir ignorándola; ella se iba a asegurar de eso.
* * *
Hasta Alyssa Devereaux, ¿se había puesto él tan duro como una roca con solo ver a una mujer cruzar una habitación? A Luc no le gustaba la respuesta.
Él no tenía que preguntarse qué había bajo esa diminuta pollera; él lo sabía. Lisos muslos rodeados de ligas en algún color diseñado para volver loco a un hombre. Una tanga de encaje que revelaría más de sus atributos de lo que debería. Y debajo de eso… la sensación y el sabor de sus resbaladizos e hinchados pliegues atacaron profundamente su memoria y lo aceleraron al máximo, como si le hubiesen inyectado combustible de cohete en su torrente sanguíneo.
Y él tenía que trabajar a su lado por una semana. Infierno. ¿Cómo iba a prevenir una repetición del evento que quería olvidar - pero no podía?
Eres un profesional. Cocina y mantén tus manos para ti mismo. Además, no es como si él no tuviese otra cosa en la que pensar. Negociaciones para el show de TV por cable estaban cerca de su fin. Tenía un poco de trabajo de edición de su último libro de cocina. No habría demasiado tiempo muerto esta semana, pero lo poco que habría, él lo cubriría.
Claramente, Alyssa tenía una manera de cubrir su tiempo también. El inmenso pedazo de hombre a su lado, cuya mejilla ella besó hace un momento, vestía una remera de Las Sirenas Sexys ajustada a su enorme pecho. Un cantinero? Un gorila? Quien sea, el tipo inclinó una mirada posesiva a Alyssa que Luc no pudo perderse, y luego lo miró a él.
Comprimió su cólera irracional, Luc se recordó a si mismo que si Alyssa quería follar a su ayudante contratado, era problema de ella.
La violenta urgencia de desmembrar a su empleado pasaría.
Alyssa dio un paso hacia Luc, luego otro.
“Señorita Alyssa” una mujer la llamó por los altavoces con una voz de vampiresa descarada. “Su turno”
Ella se detuvo. Cerró sus ojos. Suspiró. ¿Se abrazó a si misma?
Luego, como si la duda nunca hubiese existido, le disparó a él una mirada azul frío, apuntó a una silla en frente del escenario, luego se dio la vuelta y cruzó de un tranco tras bastidores.
Luc no pudo evitarlo. Miró su caminar, el contoneo de esas caderas curvilíneas como una llamada de una sirena. Maldición.
Si hubiesen estado solos, no hay manera que Luc hubiese evitado tocarla. Punto.
A menos que él quisiera otro encuentro con su incontrolable lado salvaje, él necesitaba olvidar su imprudente promesa hacia ella y salirse de este trabajo. Ahora.
De muy mala gana, Luc deambuló hacia el frente del escenario y se sentó en la silla que Alyssa le había indicado. Tan pronto como ella terminara con lo que maldita sea estuviera haciendo y hablara con él, le diría que todas las apuestas estaban canceladas. Infierno, él le pagaría por los inconvenientes.
Porque si se quedaba, su pene lo iba a meter en problemas. La tendría desnuda y estaría entre sus piernas en dos minutos. O menos. Y eso estaría mal. Él estaba buscando a la Señora Perfecta, alguien sin complicaciones que quisiera niños tanto como él y que lo ayudara a mantener a su bestia bajo control. Alyssa Devereaux, sagrada stripper, definitivamente no era esa mujer.
De repente, la música aporreó a través de los parlantes, golpeando con un ritmo pícaro, un embrujado tobogán de calor. Cada nota sugería sexo - de la variedad caliente, sudorosa, sin límites.
La clase que tuvo con ella, y que quería de nuevo.
Tironeando su remera suelta sobre su regazo para tapar su erección, Luc miró como Alyssa se pavoneaba sobre el escenario. Ella se amontonó su lacio cabello platinado en algún salvaje arreglo en lo alto de su cabeza y se puso una chaquetilla de lentejuelas roja. Él se estaba muriendo por ver qué vestía debajo. La manera en la que ella se movía era una invitación… y una promesa.
Ella plantó su pie vistiendo tacón de aguja delante de él con un paso decisivo, luego bamboleó sus caderas, haciendo un sensual círculo. Ella aplastó su palma a lo largo de la piel desnuda de su bronceado abdomen - y comenzó a bajarla. Ella llegó hacia abajo… tan malditamente despacio. La respiración de Luc quedó atrapada en su pecho hasta que, finalmente, ella se tocó a sí misma. ¡Oh, diablos!
Sus dedos se deslizaron entre sus piernas, y ella sacudió su cabeza hacia atrás como si estuviera en absoluto éxtasis.
Luc tragó. Y empezó a sudar.
Con una sacudida de su cabeza, Alyssa restalló su mirada hacia él, sus ojos como enfocados láseres azules sacudiéndolo hasta los dedos de sus pies.
Maldita, sus nueve semanas de salidas con secretarias de iglesias, decoradoras de interiores, y maestras de escuela primaria, aparecieron. Ninguna de ellas le incitó una erección. Durante ese tiempo, se despertó en la mitad de la noche más de una vez, transpirando, su pene en su mano y el nombre de Alyssa en sus labios. Ahora, después de menos de cinco minutos en su presencia, él se sentía listo para explotar.
Tenía que pensar en las palabras con F correctas - Futuro y Familia. Desafortunadamente, con Alyssa cerca, la urgencia de follarla de nuevo mataba constantemente sus buenas intenciones.
En el momento siguiente, ella soltó los suaves hilos de su cabello, que abrazaron sus hombros, adhiriéndose a sus senos, jugueteando con su cintura. Luego se sacó la pequeña chaqueta y la dejó descuidadamente en el piso, exponiendo un top tan pequeño que Luc podría jurar que mostraba la sombra de sus aureolas. Ella se alejó de la chaqueta y se contoneó hacia la barra en el centro del escenario. Cuando lo agarró con ambas manos y se onduló contra él, presionándolo con la unión de sus muslos, la maldición de Luc casi se ahogó.
Y todavía ella seguía mirándolo como si bailara solo para él.
La música se elevó, aullando con sensualidad y sugestión. Alyssa aumentó el juego, introduciendo un dedo en la húmeda cavidad de su boca y succionándolo. Más sangre corrió hacia la polla de Luc ante el recuerdo de su boca alrededor de él, su lengua resbalando por su glande, incitando un chispazo que quemó su cuerpo entero. Incluso meses después, el podía sentir el azote de su lengua, la seda caliente de su boca. Tembló.
Con una mirada de gatita, Alyssa extrajo su dedo de su boca escuchándose un “pop” y dirigió el mojado dedo hacia abajo en su escote. Luego su palma tomó el control, suavizando su seno derecho con una invitación de puro pecado en su magnífico rostro.
Querido Dios, con razón ella se construyó sola un pequeño imperio aquí en Lafayette. La mujer era un sueño húmedo caminante y hacía su trabajo muy bien. Ningún hombre heterosexual con sangre roja podría resistirse a tan intensa burla y continuar mentalmente sano.
Por la esquina de su ojo, Luc vio al empleado de Alyssa, el que ella tocó más temprano, moverse furtivamente hacia el escenario. Con un veloz movimiento de su cabeza, Luc rápidamente vio que la montaña en la remera negra ajustada estaba tenso, jadeando, y luciendo un bulto que decía que quería ocuparse con algo.
Luc deseaba poder decir que no le molestaba eso. Pero se estaría mintiendo.
Luego, cuando Luc regresó la mirada hacia el escenario, él estuvo condenadamente cerca de olvidar su propio nombre.
Alyssa se volvió de espaldas a él y se inclinó por la cintura, mirándolo por sobre un hombro casi desnudo con una mirada de fóllame que lo dejó anonadado. Luc se aferró a los brazos de la silla, deseando mantenerse sentado en ella, y no cargar sobre el escenario, acostarla sobre su espalda, y sumergirse en ella de nuevo al instante.
El tirante de su pequeño top estaba caído sobre su brazo. Y esa indecente pollera… Con ella inclinada, el comienzo de sus desnudas nalgas apareció por debajo de la negra seda. Sus ligas eran de un rojo e insinuante. Su tanga - él podía ver solo un retazo de ella - hacía juego.
Suaves dedos jugaban en su camino hacia arriba por su pierna, su muslo, y desaparecían bajo su diminuta pollera. Sus ojos entrecerrados, su bochornosa boca abierta en un silencioso gemido de aparente auto placer. Su cuerpo entero se tensó.
Como el infierno que él tenía que salir de aquí.
Sus manos barrieron hacia arriba sus ondulantes caderas, reuniendo la pollera con ellas. Ella tiró de la pequeña negra prenda, y voló hacia el piso. Las bronceadas mitades de su parte trasera, divididas por un pequeño lazo rojo, impactaron una lujuria fresca en su pecho, haciéndole que sea malditamente difícil respirar para él.
Alyssa tenía un magnífico trasero. Pero él sabía eso. Luc apretó sus ojos cerrándolos así la tentación visual de su carne desnuda no lo tentaba. Pero memorias de estar haciendo un túnel en su trasero lo machacaron, en su lugar. La perfecta predisposición de ella de tomarlo a él de cualquier manera que él quisiera. La estrechez de su húmedo, almizclado cuerpo aferrándolo a él. El sudor goteando de ellos mientras él arremetía más profundo. Sus gemidos.
Cristo, la ardiente lujuria tenía que parar - al menos lo suficiente para que pudiera decirle que él no iba a quedarse.
Rezando para que la tortura terminara pronto, Luc abrió sus ojos. Se ahogó en una respiración.
Alyssa le disparó una mirada picarona de invitación mientras se arrancaba el pequeño top directamente por el frente mostrando un corpiño rojo que casi no cubría sus pezones. Duros pezones. Rosa, pezones se-derriten-en-su-boca que él recordaba demasiado bien.
Luc se retorció en su silla - y casi se corrió como un adolescente. Más allá de la incitación, su polla estaba tan sensible, que la sensación del denim deslizándose contra su glande prácticamente lo tenía acabando.
Se tenía que ir. Olvidarse de la conversación diplomática; le enviaría un e-mail con una explicación. Porque si se quedaba, dejaría sus objetivos a largo plazo a untado y la follaría sin sentido.
Mientras se paraba, Luc mentalmente revisó una lista de chefs - femeninos - a las cuales él podía pagarles para que asistieran a Alyssa esta semana. Una corta lista, pero unos pocos nombres memorables. Les enviaría recetas a prueba de idiotas…
El corpiño rojo se cayó al suelo a los pies de Alyssa.
Sus amplios senos eran tan dorados como el resto de su cuerpo y se bamboleaban con gracia con cada una de sus ondulaciones, con cada paso. Esos pezones, que él recordaba tan malditamente bien, le guiñaban diciendo “pruébame”.
¡Aléjate! Se gritó así mismo.
Sus piernas no se movieron.
Alyssa bailó su camino bajando las escaleras, sosteniendo sus pechos en ofrenda. Ella se pavoneó por delante de su excitado empleado y le dedicó una alegre sonrisa mientras le acariciaba un lado de su rostro. Luc se tensó cuando el musculoso tipo trató de agarrarla rápidamente en sus brazos. Pero Alyssa era muy rápida y se escabulló de su agarre, yendo hacia Luc.
El húmedo punto en el frente de su tanga lo pateó en las entrañas. Él apretó sus puños a la vez que ella bailaba cada vez más cerca, más cerca…
Ella se dejó caer en sus rodillas delante de él y miró hacia arriba. Sus miradas se trabaron. Ella jadeó. Fuerte. A pesar de sus jeans, su caliente respiración acariciaba su polla. La liberación abrasó sus pelotas, y él no la había tocado ni una vez.
No había manera en la que él podría detenerse así mismo de estirarse para enredar sus dedos en su cabello y acercar así su boca. Excepto que cuando lo hizo, agarró aire. Alyssa ya se había contoneado alejándose, ese dorado cuerpo de ella quemándose en su cerebro.
La música golpeó por última vez mientras ella astutamente caía en el escenario, su cuerpo tumbado con sus piernas separadas, las rodillas dobladas, manos medio cubriendo sus senos, su espalda arqueada… como si estuviera lista para que él la cubra, la tome.
Luc dio un paso hacia ella. Entonces se obligó a detenerse y respirar profundamente.
Autodestrucción no era su carga, y no iba a dejarse caer en esta trampa ahora.
A su lado, el gorila musculoso aplaudió salvajemente y silbó como un hombre poseso. “¡Eso estuvo caliente, señora en jefe. Maldición!”
Alyssa se paró y sonrió, sus brazos cayendo a sus costados, como si estuviera completamente inconsciente o despreocupada de estar mostrando al descubierto sus pechos a su empleado y a su chef invitado.
Ella hacía esto para vivir, se recordó él. Ella mostraba su cuerpo a extraños - y quién sabía qué más con ellos. ¿Por qué habría de preocuparle a ella quién le veía las tetas?
“¡Gracias! Llevo trabajando en esta rutina por un tiempo”
“Hacia el final, si necesitas caer en los pies de alguien, yo me ofrezco de voluntario” su gorila guiñó un ojo.
“Lo tendré presente”
Ella se acercó a la chaqueta, empujó sus brazos en las mangas, luego cubrió sus pechos con las solapas. Casi. La prenda no tenía broches al frente, por lo que colgaba abierta, mostrando su escote y el generoso abultamiento de sus senos mientras ella hacía su camino bajando las escaleras.
“Señor Traverson, es un gusto volver a verlo”. Ella tendió su mano hacia él.
¿Ella esperaba que él la tocara en un saludo de negocios? Luc se endureció a si mismo contra la corriente eléctrica que lo recorría cada vez que tocaba a esta mujer. Pero ninguna cantidad de fortificador podría diluir la sacudida que lo golpeó cuando le tomó la mano.
“Señorita Devereaux. Necesitamos hablar. ¿Hay algún lugar más tranquilo? Más...” Luc miró hacia la curiosa, intrusa mirada del gorila. “¿Privado?”
"Tyler". Ella chasqueó los dedos. "De vuelta al trabajo. Son las cuatro, ¿no? Abre las puertas. Luego volvió su mirada de nuevo a Luc. "Sígueme".
Como si pudiera resistir, cuando se volvió ese culo hermoso en su dirección y esas ancas se alejaban. . . Imposible.
Él la siguió detrás del escenario, luego por un pasillo que había sido pintado de negro. Las luces rojas brillaron arriba, dándole la parte de atrás una sensación gótica que contrastaba con la calidez del área pública. Luego se encerró en un cuarto al final. Blanco. Calmante con fotos en negro y blanco en la pared. Las salpicaduras de color rojo de seda de flores y una silla de escritorio.
Alyssa sostuvo la puerta ancha, luego la cerró detrás de él una vez que había entrado. Se dio cuenta de que ninguno de los demás sonidos del club se oía. Él ladeó la cabeza, escuchando el silencio crujiente.
"Insonorización", confirmó, posándose en la cadera en el borde de la mesa en una actitud relajada que de alguna manera hacía gritar sexo. "Difícil como el infierno hacer la contabilidad a las dos de la mañana con las Pussycat Dolls atiborrando tus oídos."
Eso tenía sentido, pero no tenía nada que ver con esta reunión. "Escucha, Yo"
"Antes de ir al grano, ¿puedo preguntarle su opinión de mi número? No he bailado alrededor de una barra en dos años. Estoy fuera de práctica".
¿Ella no había bailado la barra en dos años? Wow. . . Él no frecuentaba los clubes de caballeros; no los encontraba nada caballerosos, así que no tenía nada con que compararla. Pero si ella pensaba que su actuación estaba fuera de la práctica, Luc decidió que podría tener un ataque al corazón si alguna vez veía a Alyssa en lo que ella consideraba estar en forma. "¿Por qué me lo preguntas?"
Ella frunció el ceño. "Además de Tyler, a quien le gusta todo lo que digo y hago, eras el único hombre mirando. Necesito una opinión masculina sobre esto. ¿Funcionó para ti?"
Y luego algo como. "Um. . . Estuvo bien. "
"Bien". Alyssa suspiró. "Necesito que sea grandioso. ¡Maldita sea! Esta noche es quinto aniversario Las Sirenas Sexys, y prometí una performance. Realmente ya no lo hago más. Pero voy a esforzarme más cuando este en el escenario más tarde. Gracias por la opinión. "
Si ella trataba con más esfuerzo, incitaría a un orgasmo instantáneo a la mitad de la audiencia en los primeros treinta segundos.
"Entonces, ¿cómo has estado?" Su sonrisa iluminó su rostro, toda la habitación. Infiernos, todo su cuerpo.
“Muy bien. Muy ocupado. ¿Y tú? "
"Oh." Ella rodó sus ojos. "¡Locamente ocupada! No tenía idea que el negocio del restaurant era tan difícil. Tú sabes todo sobre eso por supuesto. Pero todavía estoy aprendiendo. De todos modos, me alegro de que estés aquí. He estado esperando a verte en acción. "Su sonrisa era una tomadura de pelo en sí misma. "En la cocina, por supuesto."
La temperatura de su cuerpo volvió a subir. Si no se iba pronto, iba a verlo en acción en la cocina y en cualquier otro lugar que ella consintiera en dejar cojerla. Pero ¿cómo podía decirle esto sin perjudicarla? Definitivamente se lo debía.
"Oí que tu primo se casó", comentó.
Luc trató de no hacer una mueca de dolor. “Sí. Deke y Kimber se casaron hace un par de meses”.
Alyssa hizo una pausa, levantó la cabeza, lo liquido con esos ojos azules frios. "¿Estás bien con eso? Sé que tenías una relación con ella, también. "
Sí, uno que había terminado con la muerte de sus más grandes sueños. Se había iniciado un ménage salvaje con Kimber y su primo, a sabiendas de que amaba a Deke. Sin embargo, Luc esperaba casarse con ella, que Deke la dejara embarazada, y todos ellos vivieran como una familia feliz. Demasiado pronto, se habían emparejado y lo dejaron solo. Posiblemente su última oportunidad de criar a un niño con una gota de su sangre salió por la puerta con ellos.
Vaciló y luego asintió. "Ella sigue siendo especial para mí."
No era una mentira, pero no era la verdad completa, tampoco. Kimber y Deke no necesitaban a nadie, se tenían el uno al otro, y Luc sólo se había cruzado en su camino. Él lo aceptaba porque adoraba a Kimber, pero no la había amado. Pero, sin embargo, quería la única cosa que podían haberle dado, lo quería tanto algunas veces que ese anhelo arañaba un cráter profundo de añoranza dentro de su pecho.
Él quería un hijo. Y uno del que pudiera ser el padre.
"¿Estás bien?", Preguntó Alyssa. "¿Te traigo una copa?"
No. Lo que tenía que hacer era salir de ahí antes de que su polla lo llevara a hacer actos estúpidos, como olvidar el hecho de que él necesitaba encontrar una mujer aceptable que quisiera tener un hijo tanto como él. Alyssa. . . Era sexy, decidida, toda una mujer, daba y alucinaba en la oscuridad. Pero ella no tenía la materia ideal para ser la madre de nadie. Y si él iba por el camino de la adopción, agentes del caso le echarían un vistazo y correrian gritando. Incluso si ella quería tener hijos ahora -¿ por qué querría?- No creía que ella estaría de acuerdo en precipitarse a ir a un banco de esperma o sentarse a través de rondas de la fertilización in vitro. Ella querría un hombre capaz de ser padre de sus propios hijos de la forma normal.
A los treinta y cinco años, Luc debería estar mucho más allá que este tipo cegado como un adolescente urgido por sexo, del tipo que borra todo el pensamiento lógico. Alyssa no le iba a ayudar a obtener lo que más quería en la vida. De alguna manera, tenía darle esa noticia de última hora a su polla.
Infiernos, él nunca había deseado antes ser impotente, en lugar de estéril. Aquí había diversión de primera.
"No, gracias. Alyssa, no puedo quedarme."
"¿Ahora mismo? Estoy segura de que está cansado. No hay problema. Te voy a dar un recorrido por el restaurante y la cocina mañana por la mañana. Es sólo a unas pocas cuadras de aquí. Ordene todos los alimentos que tu ayudante indicó y-"
“Me refiero a esta semana. No puedo hacerlo. "
"¿Tienes otro compromiso?" Su tono cortante le hubiera dicho que estaba cabreada, aunque su expresión no lo hacía.
Luc quería mentir, pero ya había ido en su rescate. La mentira era colmo de los males, y que ella merecía la verdad. "Es lo que hay entre nosotros".
"Tuvimos sexo, y ¿ahora no puedes cocinar para mí? ¿Qué es exactamente lo que tiene que ver una cosa con la otra? "
Luc apoyó el peso de un pie al otro. Mierda, esto no iba bien. “Mira, siento lo que te hice"
"¿Sientes haberme dado tantos orgasmos tantas veces que he perdí la cuenta? Tengo que escuchar la razón para esto. "
¿Cómo diablos no lo entendía?
Rastrilló una mano por el pelo largo hasta los hombros, gruñó: "Maldita sea, yo estaba en un frenesí. Choqué contigo. Yo no podría haber sido suave o considerado. Y pido disculpas. Estoy seguro de que si te pedía permiso antes de que yo. . . "Dios, no podía ni siquiera hablar acerca de tener sexo anal con ella sin que se le pusiera dura como el concreto de nuevo. "Simplemente no sería una buena idea si me quedo."
Alyssa juntó las solapas de su diminuta chaqueta en un intento inútil para cubrir sus pechos. Lo único que hizo fue ofrecerle una mejor visión. Y ponérsela más dura.
"¿Te pareció que le di importancia esa noche?"
Tragó saliva. "¿No lo entiendes? Probablemente me suplicaste que parara. Y no lo hice. No recuerdo escucharte. Si me quedo esta semana, no puedo garantizar que no voy a perder la cabeza otra vez. No quiero hacerte daño. "
"No estoy hecha de cristal", le aseguró, su susurro tembloroso fue derecho a su espalda.
"Hay alguien más." Más o menos.
Tres veces no constituyen una relación. Mirando a Alyssa y su exuberante figura del cuerpo de página central, Luc tuvo que recurrir a la visión del rostro de Emily para salvar su vida. Pero él iba a casarse con ella. O alguien como ella. Alyssa simplemente no era el tipo de mujer a la que podía ver de buen grado jugando a ser mamá cuando finalmente encontró la manera de convertirse en papá.
"¿Kimber? ¿Todavía tienes ménages con tu primo y su esposa? "
No, y nunca iría por ese camino de nuevo, pero admitió que a Alyssa sólo la haría más decidida. "¿Importa?"
Ella negó con la cabeza. "Sea quien sea, espero que entenda que estás aquí para hacer un trabajo. Puedo dejar el pasado atrás y enfocarme en el trabajo si tú puedes. "
Luc tenía una hambrienta mirada desnatada por su cuerpo. "Ni siquiera me has tocado, y ya estoy desenfocado".
Él irrumpió en la habitación, cogió su mano, y la encajó por encima de su adolorida polla. Al instante, era mejor y peor. Dios, quería que se moviera en él, desnudarse, poner su polla dentro de su boca, su cuerpo.
Antes de que él se dejara llevar, él retiró la mano. "Eres una mujer muy sexy, y yo no soy yo mismo cuando estoy cerca tuyo. No puedo quedarme. "
Alyssa respiró profundo, y su pecho se expandió. Infiernos, él no necesitaba ver eso. Pero no podía alejarse mientras se deslizaba por el borde de su escritorio y se deslizó más cerca. "En primer lugar, para que tus preocupaciones sean válidas, tendría que decir que sí al sexo con contigo. Hoy, no lo haré. No des por sentado que en el futuro no lo haré. En segundo lugar, tu vino a mí hace tres meses, ¿recuerdas? Para un intercambio, yo estaría con usted y su primo, y tu cocinarías para mí durante la inauguración la primera semana. A pesar de que Deke se fuera antes que las cosas se pusieran calientes, yo estuve a la altura de mi parte del trato. "
"Tú estuviste más que a la altura al final de ese trato. Es una razón por la que no puedo dejar de pensar en ti y el sexo en la misma oración. "
En un intento de mostrar a su primo Deke que la ahora su esposa era la mujer perfecta para ellos, Luc había organizado un trío con él, su primo, y Alyssa. Había sido contraproducente para Luc. Deke se fue antes de que empezara la fiesta, antes de lo que Luc había esperado. Lo que él no había previsto era que necesitaría todo tipo de sexo en el que pudo pensar con la dueña del club de stripper, repetidas veces.
“Lo siento” murmuró. "Te voy a enviar a otra persona que este totalmente capacitado".
"Ya he publicitado el hecho de que usted estará aquí. Tengo un año completo de trabajo y mis ahorros puestos en este lugar. Prefiero no tener un restaurante fracasado y verme obligada a bailar la barra de nuevo por la vida. Me diste tu palabra, y yo confiaba en ti. ¿Realmente me vas a dejar en banca rota? "
Capítulo 2
La música aporrea en los oídos de Luc. Cuando las notas comenzaron a palpitar y Alyssa se puso en una postura sugestiva alrededor del poste de desnudista usando una tanga - y nada más- -Luc tenía la polla dura como acero de nuevo, ahora bordeando el dolor.
En el momento en que la música murió, la multitud de varones, embutida en el club de primer nivel, estalló en un aplauso atronador.
Luc apretó los dientes. Cada hombre de la habitación tenía una erección por la mujer, la cual moría de ganas de meterse en la cama otra vez.
Y otra vez. La mujer que él no debería tocar.
Después de un total de dos minutos de pie O, finalmente, los patrones se volvieron a sentar. Con una sonrisa maliciosa, Alyssa tomó el micrófono, sin ganas indiferentemente se puso una pequeña chaqueta roja con lentejuelas de forma que esta cubrió sus pezones, apenas.
"Gracias por venir esta noche, y todos ", susurró, todavía jadeando. “Su entusiasmo durante los cinco años pasados ha hecho a Sexy Sirens un lugar realmente especial. Estoy emocionada porque vinieron a pasar la noche conmigo."
Ella aleteó sus negras pestañas sobre sus ojos azules de bebé, trabajando la muchedumbre. Luc tenía ganas de vomitar. No, eso no era verdad. Quería agarrarla, tirarla por encima del hombro, y prohibirle regresar aquí o sacarse la ropa en público.
Suspiró. La cosa era hombre de las cavernas estilo de Deke. Y Alyssa no era suya. Nunca lo sería.
¿Por qué diablos había accedido a quedarse aquí y cocinar durante la semana? Oh, sí. La culpa. Ella había estado de acuerdo con ayudarle hace tres meses... No era culpa suya que no pudiera y todavía no podía mantener su polla bajo control. Tampoco era su culpa que Deke se había alejado y la dejó sola con el lamentablemente oscuro lado de Luc.
Considerando cuanto de su vida y ahorros ella había invertido en su nuevo restaurante, él realmente era siete tipos de escoria para salir fuera de ella ahora. Sus pechos increíbles, sus preguntas afiladas, dulces, y su recuerdo explosivo habían trabajado todo en su contra. Él no tenía una posibilidad en el infierno de dejarla.
Después de hacer algunos anuncios más, se pavoneó fuera del escenario y dentro de una multitud de admiradores masculinos. Tyler, su portero, sacó una silla para ella y estuvo rondando protector. Con los brazos cruzados y una expresión amenazadora, parecía todo un epítome del macho americano. De todos modos esto no disuadió a sus ardientes admiradores. Ellos adularon cerca. Algunos introdujeron billetes directamente en su correa. Ella sacó las manos lejos con una risa traviesa... pero esto realmente no los paró.
Un tipo con una camiseta de la Universidad Estatal de Louisiana se abrió paso entre la multitud para el lado derecho de Alyssa y le plantó un beso en la boca. Ella no lo empujó, solamente colocó sus manos gentilmente sobre sus hombros. Unos segundos más tarde, Tyler tiró el tío de ella, lo empujó hacia la puerta con una mirada de hijo de puta, se situó más cerca de Alyssa. Su postura gritó: ¡Mía!
Rechazando mirar un segundo más, Luc maldijo y se tragó una verdad amarga, fue embaucado. La noche en que pasó con Alyssa, ella juró que no había dejado a un hombre en su cama o en su gatito durante casi dos años… En ese momento, él le creyó. Ella había estado muy apretada.
Contrapuesto a esta muchedumbre de boca espumeante, él no vio como era posible que su cama hubiera estado vacía durante incluso dos días.
El se dijo que no importa si ella se acostó con su portero, la mayoría de todos sus clientes, y la población masculina de Louisiana. Él había hecho un acuerdo con ella, y lo honraría. Además, mantendría las manos lejos de ella por la semana, no importa cuán atractiva fuera. Él tenía un futuro- Dios mediante, una esposa y un hijo algún día pronto, - en que pensar.
* * *
Tres de la mañana. Con las puertas cerradas del club y los bailarines y personal de servicio despejado, Ella y Lucas estaban solos. Finalmente.
Se tomó un momento para saborear el hecho de que, si todo iba bien, ella realizó su último baile de poste.
Nunca otra vez llenaría su estómago, exponiendo su cuerpo.
Lo hizo para sobrevivir durante los últimos catorce años.
El restaurante representa su futuro, su camino hacia una vida mejor.
Trabajo duro para una adecuada apertura sólo para evitar mostrar sus pechos a perfectos desconocidos otra vez. Luc fue una gran parte de su receta para el éxito. Gracias a Dios que lo convenció para quedarse.
Por el bien de su restaurante y suyo propio.
A su lado, él estuvo de pie alto, y tan tenso ella podría haber rebotado en él. Alyssa sonrió. El delicioso, chef asustadizo no tiene idea de lo que estuvo a punto de golpearlo.
“¿Seguro que quiere viajar al restaurante ahora? " ella preguntó.
Él asintió con la cabeza. “La vista de su sistema me permitirá planificar los emplazamientos, sentir el flujo de los alimentos. Mañana tengo que encontrarme con su personal. Yo he hablado por teléfono con su pastelero y así como su subdirector. Todos ellos han completado el entrenamiento al que los envié. Tenemos el menú de la semana. ¿Has comprado de quien he dicho las cantidades de suministros que solicité?"
Alyssa asintió con la cabeza y le echó una mirada descarada. "Tiene gusto caro, Sr. Traverson".
“Tendrá su reembolso, Sra. Devereaux."
Desde luego él realmente hizo aquella promesa. Quería estar seguro de que no le debiera absolutamente nada cuando saliera por esa puerta. Y ella estaría muerta de otra manera. Al final de una semana, Alyssa juró que ella poseería, su cuerpo, su corazón, y su alma.
En coches separados, se marcharon las pocas cuadras hacia su nuevo emprendimiento. Ella se negó a considerar el hecho de que él se negara a montar con ella como un revés.
Una vez que llegaron, Alyssa tomó las llaves de su bolso y abrió la puerta. Justo dentro, caminó alrededor de la esquina y encendió las luces bajas en lo alto. Había un conjunto más brillante… pero ¿por qué matar a su estado de ánimo?
Alyssa miró por encima de su creación. Simple elegancia. Una pared de piso a techo de ventanas. La madera oscura acentuados por los muros de tierra marrón y oro, salpicado con toques de color vino y el chocolate. El espacio abierto tenía un aire expectante, como esperando a los huéspedes. Sillas y mesas cubiertas y quebradizas abundaban, algunos equipados con vajilla, servilletas de lino, y el cristal para poder dar un efecto. Sobre la pared de vestíbulo se lee BONHEUR, y la vista la llenaba de una ansiedad orgullosa siempre que venía aquí.
Por el rabillo del ojo, ella echó un vistazo a Luc. Los brazos cruzados sobre el pecho, recorrió el restaurante, con la mirada evaluando.
Su corazón latía más rápido, mientras esperaba su respuesta. No tenía sentido, que deseaba su aprobación tan desesperadamente. . . pero esto no detuvo su ansiedad.
"¿Y bien?" Susurró.
"Bonheur", murmuró. “Es la felicidad. En francés."
“Pensé que era adecuado. Los usuarios deberían ser felices aquí. "Y rezo para que poseerlo me haga feliz, también.
“Me gusta esto. ¿Bello comedor para grupos grandes? ¿Parejas?" "
“Las dos cosas. "
Miró a través de las mesas de nuevo. "Si tu eres la esperanza de ser un punto caliente para una cena romántica, tiene demasiadas mesas para los grupos de cuatro a ocho, en particular en los
rincones acogedores. La partición entre la barra y el comedor...” Él señaló a mitad de camino a través del espacio a la pared que separa a los clientes que comen de los que beben simplemente.
“Es muy escaso y demasiado cerca de la barra. Será difícil de conseguir cualquier ambiente si las risas de la gente, los fumadores, y los muy bebedores son visibles del comedor. Agregue esto al techo. ¿Tienes ventilación para sacar el humo de la barra? "
Ella quiso discutirlo, lamentando cerrar el espacio. Pero él tiene razón.
"No se fumará en absoluto."
Dudó. "¿Incluso en el bar? Eso le costará dinero."
“Lo vale. Quiero hacer mi dinero de la barra porque la gente ordena bebidas con su alimento o cuando están esperando su mesa, no porque ellos se saltan la cena y holgazanean sobre un scotch, esperando encontrar una cita para la noche. Yo tengo un bar; no necesito otro."
Luc asintió, pero no reaccionó de otra manera.
Ella hizo una nota mental para arrastrar más de las mesas más pequeñas del almacenamiento y llamar a su contratista para arreglar la pared en la mañana.
“Donde está la cocina", preguntó.
Mordiéndose los labios, se echó a andar detrás de una esquina, moviendo de un tiró más luces. De coqueteo y seducción, ella entendía. El negocio de los restaurantes. . . Ese era su área de experiencia, y ahora él aseguraría todo.
Alyssa estaba agradecida por ello. Ella se esforzó para hacer que la cocina del Bonheur fuera óptima, un lugar donde un chef del calibre de Luc estaría orgulloso de cocinar.
Bajando por el pasillo, ella era consciente de los ojos de Luc en ella. Su mirada le rozó los hombros, abrazó a la curva de su cintura, se detuvo en el culo. Podía sentir la quemadura.
“La cocina no es visible desde el comedor. Buena disposición."
Cuando llegaron a la habitación de acero inoxidable en su gran mayoría, ella encendió las luces."
"He oído a la gente decir que no le gusta ver la cocina cuando ellos comen."
Una vez más, Luc se cruzó de brazos sobre el pecho, mirando de un extremo de la habitación al otro, asintiendo con la cabeza lentamente. "Muy agradable. El bloque de carnicero del área preparatoria está bien colocado y grande. Estufa de doce hornillas. ¿Gas?"
“Por supuesto. "
Su aprobación se mostró en su rostro, el calentamiento ella. "Un buen número de hornos industriales. Cuatro fregaderos. Buena ubicación de los utensilios a lo largo de las paredes. ¿Calentadores?
Alyssa indicó el espacio dejado bajo los mostradores y el otro en el pasaje, donde los platos serían montados.
"Bueno. Tienes mucho espacio de refrigeración.” Miró a su alrededor a otra esquina y abrió la puerta. "Gran congelador. Amplia capacidad de almacenamiento."
"Nunca se puede tener demasiado”. Sonrió.
"Hmm”. Miró como si estuviera luchando contra el deseo de devolverle la sonrisa. "¿Qué tipo de suelo es este?" Se pisoteó una bota en la superficie.
“Corcho. Nunca resbaladizo, fácil barrer o sustituir, y proporciona cojín natural para los pies. "
Por último, se volvió para mirarla, era hecho de que estaba impresionado por el calentamiento sus rasgos. “¿Has previsto todo esto por ti misma?"
"Sobre todo. Un poco de ayuda de mi contratista. Sexy Sirens tiene algunos pocos clientes en el negocio de los restaurantes, y le pedí su consejo. El resto. . . Hice mi tarea. Quería que todo estuviera bien”.
Algo cambió en su rostro. Su cuerpo se tensó cuando su mirada oscura se deslizó lejos. "Tuviste éxito."
¡Maldita sea! ¿Qué había causado el calor en la cara para relajarse? ¿La mención de Sexy Sirens? Deke le había dicho una vez que ella no era el tipo de Luc, ya que él estaba buscando una dama. ¿Significa que la vio como un pequeño paso por encima de una puta?
Ella levantó la barbilla. Alyssa conocía a los hombres. Aun cuando Luc se resistía a admitir que ella era su tipo, sabía que hizo su polla de contracción. Fue un comienzo.
Ahora estaba todo el negocio de nuevo. "¿A qué hora se puede tener el personal de aquí mañana?"
"¿La mediodía te sirve?"
“Perfecto ". Se dio la vuelta.
“Ya ha aprobado los menús. ¿Algo más tienes que ver esta noche?"
Agarró las llaves en la mano, preguntándose cómo recuperar el estado de ánimo que hace sólo unos minutos compartían.
Paciencia, que ella misma se advirtió. Sobre el inicio del plan. La noche aún era joven.
Luc siguió a Alyssa al estacionamiento del restaurante vacío. La amplia iluminación haría que los clientes se sientan seguros. Sin embargo, la iluminación lo molestó porque podía ver cada balanceo de sus atractivas caderas, como ella se pavoneaba a su coche. Se le puso duro. Una vez más.
Él había manejado su camioneta desde el club de strip-tease, sobre todo porque entonces no pudo que encerrarse en un espacio limitado con ella, aún por tres cuadras.
No cree que pudiera hacerse responsable de sus actos aún por ese tiempo tan corto. En la cocina del Bonheur, la idea de ponerla sobre uno de esos brillantes mostradores de acero inoxidable y joderla su maldito sin sentido lo agarró por la garganta. Debería darle las gracias por la educación de las Sexy Sirens y los favores que probablemente tuvo que dar a sus clientes leales para obtener su consejo. La idea le hizo apretar los dientes y revolver la cena. Su carácter se disparaba.
Alyssa era una bailarina de strip-tease, para un polvo está bien. ¿No es el tipo de mujer que abstiene del sexo durante dos años? Fue un idiota para creerle cuando le susurró la mentira temblando cuando él se desplomó con ella en la cama hace tres meses. Ella estaba en el negocio de los hombres destacados sobre todo por sus pollas. Y era buena en eso. Él no podía estar enfadado con ella por ser ella misma; nunca ha fingido ser algo diferente.
Pero podía y debería estar furioso consigo mismo por preocuparse.
A pesar de que el solar que estaba completamente vacío, él aparcó a tres sitios de ella. A medida que pulsa su llave para desbloquear la puerta del conductor, la vio hacer lo mismo con su auto deportivo negro.
Luc cerró sus manos en puños. Ella realmente se iba a casa ahora, perdería esa faldita negra, camiseta blanca, sujetador de color rojo y esos zapatos de mierda.
Incluso aunque ella no desempeñara ninguna parte en su futuro él ansiaba, se moría de ganas de seguirla a su casa. . . ayudarla a salir de cada prenda, para posteriormente descender en ese cuerpo perfecto, apretado.
Tragó saliva. Mantenga tu pene en sus pantalones. Tío, cállate, y recibe el infierno fuera de Lafayette. Siete días. ¿Crees que puedes encontrar un poco de auto-control?
Un grito femenino con cremallera en el lote, destrozando sus pensamientos. Alyssa.
El corazón de Luc tartamudeó, y él casi saltó sobre su coche cuando rápidamente se precipitó sobre el asfalto. Retrocedió apoyándose sobre su pecho... Él la tranquilizó, con las palmas ahuecadas en
sus hombros desnudos.
"¿Qué es?", Exigió.
Alyssa dijo en un suspiro tembloroso. "¡Hijos de puta!"
Antes de que pudiera preguntarle quién o qué se refería, ella metió la mano en el interior y tiró de algo. Un momento después, sacó un largo aserrado cuchillo, con una hoja de papel adjunta. Bajo los faroles, brillaba la palabra Zorra en el lápiz labial rojo brillante.
La impresión, entonces rápidamente se transformó en la furia fundida.
Era irónico; él estuvo pensando algo similar sólo hace momentos. Sin embargo, nunca habría dicho en voz alta, y mucho menos daría una puñalada en el asiento delantero de su convertible.
"¿Quién haría esto?" Su voz vibraba de rabia.
Ella tiró el cuchillo en el asiento delantero, y le echó una mirada cautelosa sobre el hombro. "¿Quién sabe?"
Luc la giró para afrontarla y apretó su mandíbula. “¿Quién- Hizo- Esto?"
Su tono la desconcertó. "Mira, no es nuevo. Mierda pasa todo el tiempo."
¿Todo el tiempo? Eso sólo lo enfurecía más. Luc la atrajo más cerca, como un trueno ganado se ciño en su cara. Ella no tenía miedo, y el tenía miedo como el infierno por ella.
"¿Qué dijo la policía en el pasado?"
"¿La policía?" Ella sacudió la cabeza. "Esto es solo. . . una broma o un cliente cabreado que pensaba que yo no le presto suficiente atención a él, lo más probable."
Y él que hizo esto también podría ser en serio. Que la hoja no era cosa de risa. "¿Y si alguien realmente enfermo quiere hacerte daño? ¿Por cuánto tiempo ha estado sucediendo?"
"Como he dicho, ha sucedido. Ha pasado un tiempo, pero-"
"Ponte en mi coche." Él estaba permitiéndole estar de pie como un objetivo conveniente en un aparcamiento sombrío. Él no aportaba el detalle de seguridad personal como su primo Deke,
pero él pasó bastante tiempo con el hombre y su socio de negocio, Jack Cole, para saber que estando a la intemperie podría ser mortal.
"¿Qué?" Ella lo miró con incredulidad. “No abandonaré mi coche aquí."
“Te conduzco a casa. Llamas a la policía y relatas el crimen para que ellos pueden investigar”.
Alyssa vaciló y luego se suavizó. "Luc tu preocupación es muy dulce, pero…”
"Métete en el coche de mierda."
Ella palideció, y maldijo en voz baja. Tenía que hacerse con el control de su temperamento. Pero la frustración sexual creciente, junto con su alarma, lo tenía en el borde.
¿Quién pensaba que tenía el derecho a difamarla y asustarla? Con los puños apretados, Luc ansió una posibilidad para golpearle el culo.
Alyssa suspiró, y Luc preparó su siguiente argumento, pero ella se encaminó hacia su camioneta. "Bien".
Abrió la puerta para ella y la vio resbalar dentro, las hebras de su cabello platino sobre los hombros. Ella se veía entre apacible y reservada, a pesar del hecho de que recientemente fue amenazada. ¿Estaba loca?
Sacudiendo la cabeza, se lanzó al asiento del conductor. Cuando se deslizó en el interior, ella ya estaba en el teléfono.
“Lamento que es tarde, Remy. Pensé tal vez que debería llamarle. Alguien hizo lío con mi coche…"
Rápidamente y sin emoción, transmite su ubicación y el evento. Luc oyó los murmullos de la conversación del otro hombre, su tono mas amigable que preocupado, y frunció el ceño. ¿No toma alguien esto en serio?
Agarró el teléfono de ella y escupió una introducción. “Polvo para huellas. Ella tocó el arma, pero usted puede encontrar otros juegos de huellas sobre el mango. Quien hizo esto se entró en su coche."
"Dudo de que fuera mucho más que una travesura. Los muchachos aquí son un poco alborotadores de vez en cuando"
“¿Y apuñalear la palabra "puta" en su asiento? ¿Es gracioso cómo?"
Remy limpió su garganta.
"No es. Pero pienso que nadie quiso hacerle daño."
Luc apretó los dientes. "¿Suele resolver todos sus casos antes de visitar la escena del crimen?"
Por último, Remy se puso serio. "Voy a investigar. "
"A fondo".
Alyssa cogió el teléfono. "Gracias, cariño. Te lo agradezco."
Cuando terminó la llamada, Luc apenas podía siquiera aflojar la mandíbula mientras se alejaba de la playa de estacionamiento.
"¿Cariño? ¿El hombre ni siquiera quiere investigar, y lo llamas cariño"?
Ella se encogió de hombros. "Es una cosa de Louisiana. Se cazan más moscas con miel que con vinagre."
“¿Sí?" él desafió.
"O él es mi cliente, la cosa es”. ¿La miró desnudarse esta noche?
Ella tragó. “Que pedí a toda la fuerza local venir, incluyendo al sheriff. Mantiene baja la posibilidad de que el bullicio se salga de control y destroce el club."
Luc agarró el volante más fuerte como cuando él se desconchó del aparcamiento. “De modo que es sí."
Luchando con el impulso de golpear algo en un espectáculo insólito de carácter, él suspiró. La noche que pasó con ella, había sido fácil fingir que no tenía otro amante. Ellos estaban solos, su casa tranquila. No había llamadas de telefónicas, ningún cliente cerca, ningún psicópata que deje "regalos" amenazadores en su coche. Solo los dos, y horas y horas de placer. Dios, fue tan malditamente crédulo.
Ella asintió con la cabeza. "¿Por qué te importa si Remy y los muchachos estaban allí?
La respuesta corta es que no debería.
"Si debe estar preocupado por algo", continuó, "Es sobre tu habitación de hotel. Son casi las cuatro de la mañana. Homero probablemente ha dado a tu habitación a uno de esos turistas que vienen para el festival de arte que comienza mañana."
Frunció el ceño. ¿Después de todo lo que había sucedido esa noche, ella estaba preocupada por él? "Garanticé la habitación con una tarjeta de crédito."
Una sonrisa de Mona Lisa asomó en la esquina de su boca. Eso rápidamente, puso a su polla dura de nuevo. Maldita sea, ¿cómo lo hacia esta mujer?
“No significa una maldita cosa. Estoy segura que cuando no te mostraste después de cierra el club, él calculó que su habitación estaba libre a disposición. Pero si no me cree, llama." Marcó algunos botones en el teléfono y se lo entregó.
"¿Tienes al propietario de un motel en la marcación rápida?" No se le ocurría una sola razón por qué, y le horrorizaba. ¿Ella a su vez jugaba?
Infierno, que iba a vomitar.
"Los clientes de fuera de la ciudad a menudo necesitan dormir por su embriaguez. Homero por lo general me ayuda. "
A Luc le gustó mucho más su explicación. Pero aún así, se preguntó. ¿No ganaban muchas desnudistas dinero extra de esa manera?
A medida que el teléfono sonó en su oído, Luc se dirigió a Alyssa. Su rostro era de oro bajo las farolas brillando a través de las ventanas mientras corría por la calle pintoresca de ladrillo rojo, en dirección a un barrio más viejo, todavía con casas elegantes. Es curioso que él recordara exactamente cómo encontrar su casa, a pesar del hecho de que había estado aquí sólo una vez. La imagen del pequeño artesano interior Zen estaba grabada a fuego en su cerebro.
Homero respondió un momento después, murmurando palabras. Claramente, había estado dormido y no sonaba muy feliz de ser despertado.
"Este es Luc Traverson llamando para advertirle que voy a llegar en pocos minutos, para comprobar si aún dispone de mi habitación”
El hombre en el otro extremo se aclaró la garganta. “Bueno, cuando no apareció, pensé..."
Luc lo esperaba, su temperamento aumentando de nuevo, para que el propietario del motel finalizara ese pensamiento. "Pensó, ¿qué? ¿Dio mi habitación?"
"Esperé hasta las dos y media. Usted dijo que estaría aquí antes de la medianoche. Alguna gente cansada de la carretera entró con pequeños y…"
"¿Tienes otra habitación?" Cerró los ojos y apretó el teléfono a la oreja.
"Reservado. Por primera vez en un tiempo, pero este festival trae alguna gran banda zydeco para tocar este año”.
Luc resistió el impulso de contar hasta diez. "¿Y mañana por la noche?"
"No tengo una habitación libre hasta el martes. Tiene un par de esos hoteles de cadena malísimos a unas pocas millas por la carretera..." Homero dijo con disgusto evidente. "Apuesto a que están ocupados, también. Lateralmente, yo no dejaría a mi perro dormir allí. Ellos no limpian nada"
Su cabeza iba a explotar. Luc estaba acostumbrado a viajar a ciudades cosmopolitas. Se quedó en el Hotel de Crillon, cuando viajó a París, el Dorchester en Londres, la Península de Tokio, el Beverly Wilshire de Los Ángeles. El hecho que fuera rechazado para una habitación en el Cajun Haven de Homero a las cuatro de la mañana se arrastró lentamente sobre sus últimos nervios.
Pulso el botón para finalizar la conversación. En lugar de ceder a sus ganas de tirar el teléfono, con frialdad lo devolvió a Alyssa.
"Tenías razón".
"Pensé evitarle el viaje hasta ahí, porque conozco muy bien a Homero. "
Y como él era, sin duda, otro hombre que había visto desnuda a Alyssa, Homero la conocería muy bien, también.
Luc suspiró. Tenía que dejar de pensar quien la había visto desnuda. El querría romper la cabeza de la mayoría de parte de la población masculina de esta ciudad para la semana siguiente si no se pone bajo control. El la jodió una noche. Lo que ella hubiera hecho antes-o después-no era su asunto.
¿Entonces por qué lo fastidiaba como el infierno? ¿Y dónde iba a dormir esta noche?
"Tengo una habitación extra en mi casa” se ofreció Alyssa en voz baja. "Es limpio y tranquilo y...”
"No puedo imponerme." Porque si lo hiciera, entraría en ella otra vez.
La vez anterior él pasó la noche en su cuerpo, fue insaciable. Durante seis horas. Nada había sido demasiado ardiente, demasiado depravado, demasiado íntimo. Ella le provocó el tipo de deseo del que quema, lo avergonzaba y lo ponía eufórico a la vez. Él había tomado todo lo ofrecido, y luego más, luego regresaba de nuevo. El la había jodido por todos los medios que un hombre puede, en varias ocasiones. Sin condón. Algo que no había hecho en más de una década, excepto con Kimber.
Y los recuerdos de esa noche increíble con Alyssa deshecho su auto-control.
"No hay imposición. Tengo la habitación, necesitas una cama. "
Ella puso una suave mano sobre él cuando se tiró de la palanca de cambios. Su toque se apoderó de él claro hasta los cojones, encendiendo su sangre.
"Además", murmuró. “Tal vez... tú tienes razón. Si lo que ocurrió esta noche no era una broma, entonces será mejor que no esté sola. ¿Te molesta? "
Sí. Mucho. Pero él sería de esa clase de hijo de puta, si él dijo que no.
Él le envió una sonrisa tensa. "Será un placer."
* * *
Él mentía a través de sus dientes. Por otra parte, ella también. Había pagado muy generosamente a Homero para que rentara la habitación de Luc, puso en duda que, a pesar de la broma, alguien intenta hacerle daño esta noche.
Cuando camioneta de Luc bajó por las calles oscuras de Lafayette, el agotamiento debería haberle supuesto un freno. En cambio, ella estaba llena de anticipación. Por fin iba a estar a solas con el hombre que más deseaba, en su casa, donde antes había hecho el amor como locos. Lástima que no estaba Luc contento con esto.
Él era un rompecabezas. La lujuria en sus ojos era inconfundible. Un infierno, cada vez que la miraba él estaba malditamente cerca de incendiarse. Pero era su desprecio lo que dificultaba estuvieran juntos.
En aquel momento la furia de que alguien más pensaba que ella era una puta, la intrigaba. Si no era una broma, ¿quien apuñalaría una nota al asiento de su coche?
Lamentablemente, la lista era larga. "Luc, debemos esperar a ver qué vuelva Remy”.
“No”. Él le dirigió una impaciente mirada fija. "Si quienquiera que hizo esto vuelve mientras duermes, realmente me gustaría tener alguna idea de con quién trataré."
"No te preocupes demasiado. Si pensara que estoy en grave peligro, llamaría Tyler. O Jack Cole. Él y su primo son los mejores, y es un viejo amigo. Gracias a él, la casa tiene el sistema de seguridad mejor de la línea."
Luc apretó la mandíbula. Sus nudillos blancos en el volante. "Te dije que voy a mantenerte a salvo esta noche y lo haré. Responde a una pregunta."
Él no la dejaría ir, y eso daba esperanzas a Alyssa. Tal vez le importaba, por lo menos un poco. Aunque estaba en contra de su buen sentido y su voluntad.
“Primero, cualquier esposa celosa o novia a la que no le guste la cantidad de tiempo que su hombre pasa por mi club. Es frecuente."
"Cuchillos no son generalmente el estilo de una mujer".
No. Ella había tenido neumáticos desinflados, su casa perturbada, notas más feas de lo que podía contar. Las mujeres despreciadas por lo general molestaban y raras veces perturbaban.
"¿Qué con los amantes del pasado?" Él la cubrió con una mirada ardiente. "¿Los actuales?"
Ella cerró los ojos. Naturalmente, el asume que hay muchos de ambos.
Había estado en este camino, no debería doler. Pero, maldita sea, lo hizo. "La noche que pasaste conmigo, te dije que no habían No ha habido nadie en dos años. No ha habido nadie salvo tú. "
Luc meneó la cabeza, mirándola como si un centenar de diferentes pensamientos ardían en él. "Alyssa, podrías estar en peligro. Necesito que esas completamente honesta. "
Con balanceos en su asiento, ella lo miró, tratando de mantener un manto sobre su temperamento. "He sido honesta. Sólo porque no me crees no me hace una mentirosa. "
"Vamos", gruñó. "¿Ningún cliente que quería un poco más después de ver tus magníficos senos desnudos? ¿No hay un contratista que te hizo un favor y quería algo a cambio? "
La ira se apoderó de ella, apretando su pecho con puño de acero. “No ruedo así."
Él vaciló. “¿Entonces no estuviste de acuerdo con joderme hace tres meses para que tuviera un chef invitado esta semana?"
“No, yo estaba dispuesta a decir algo porque te quise así de mal... y esperé que realmente me quisieras también”. Y no por algo ella lleva su corazón con dolor ahora. Él la dejó antes del alba y la endeudó con flores. Ahora casi insinuó que ella era una puta.
Pero si había una cosa que sabía, era que este hombre. Sentía algo por ella. Su misión era de ganárselo.
"Fuiste diferente".
“Por supuesto." Él resopló cuando se detuvo ante un semáforo en rojo.
Alyssa estaba harta de su mierda. Lo agarró del mentón y lo condujo a su cara. “Tal vez simplemente era bastante estúpida para creer en todo tu encanto de caballero Negro del Sur y quise conocer lo que era tener sexo con alguien que no me vio como una prostituta. Ridículo sí. Tienes definitivamente el corazón más duro que nadie que he conocido, mucho más que su exterior de pan blanco sugiere. ¿Eres tan ceremonioso con todas las mujeres?"
Se separó de su abrazo y se agarró el volante con más fuerza. Exhaló con dureza, claramente tratando de contener su temperamento.
¿Entonces su comportamiento esa noche era un grano doloroso? Tal vez él no había querido codiciarla y estaba mortificado porque la quería. Y todavía lo hacía.
“Pregunté sobre tus amantes. Le tomar tu palabra que no has tenido uno en dos años antes de mí."
“Pero no me crees."
"¿Qué pasa con los amantes del actual? ¿Tyler?"
Ninguno es tu negocio de mierda. Por lo que ella respecta, esta conversación se fue al inodoro. La lógica le dijo que dejara su estúpida “vivieron felices para siempre” fantasías sobre Luc. Él no había hecho el amor con ella con tal fervor solo porque sintió el tirón entre ellos.
Él lo hizo porque ella fue su primer verdadero paseo sobre el lado salvaje y oscuro, olvidando tirado su interruptor. Ellos probablemente solamente deberían tener el sexo y no molestarse con emociones.
"Tyler nunca trataría de matarme. Quienquiera que hizo esto esta noche no es alguien que ha estado en mi cama. Es alguien que está muy enojado conmigo."
Le envió un encogimiento de hombros, a continuación, el semáforo se puso verde. "¿Como quién?"
"El chico que irrumpió a través de la multitud esta noche para darme un beso. Peter. No conozco siquiera su apellido. Él empezó a rondarme hace unos seis meses. Verdadero regular. Padre rico, y deja caer un montón de dinero en el club. Parece pensar que le da derecho a privilegios especiales. "
“¿Le has advertido de otra manera?" Incluso la voz de Luc era peligrosamente tensa.
“Por supuesto. Tyler ha dejado perfectamente claro también. Nosotros lo hemos echado, le comunicamos que sus avances no eran bienvenidos. Pero nada desconcierta a este chico."
Luc se aferró al volante con más fuerza. "¿Él nunca te llaman puta?"
Alyssa negó con la cabeza. "Él es por lo general realmente gráfico sobre lo que quiere-desagradable, sucio mierda, pero nunca ha recurrido a los insultos. Que es lo que el concejal de Primpton hace correr."
"¿Un concejal de la ciudad? ¿Un funcionario electo que te llama puta? "
¿Cómo de ingenuo era Luc? -“Por supuesto. Su base electoral es muy conservadora, así que si cerró Sexy Sirens, él sería su héroe. Incluso algunas personas del medio de la carretera, estaría encantadas de ver que me vaya. Que ha sido la misión de Primpton desde que fue elegido hace dieciocho meses. Los intentos comenzaron pequeños, pero con su reelección próximas, ha estado aplicando más presión."
"¿Cómo?"
"Protestar frente del club, editoriales mordaces en un periódico local acerca de la cueva de pecado en el patio trasero de la ciudad y la "basura" que corre en él. Recientemente, él colaboró con un reportero para llevar un micrófono y solicitarme el sexo.” Ella resopló. "Puedo meter muchos tacos en no”.
Por último, se detuvo delante de su casa. Ella saltó y le indicó que esperara en el coche. Haciendo malabarismo con sus llaves, abrió la puerta de entrada, desactivo la alarma, luego corrió alrededor de la puerta del garaje y pulso el botón para abrirlo. Luc empujó, y luego salió del coche, maletín en la mano. Parecía tenso y nervioso.
"Pensé que sería mejor si aparcaba en el garaje. No quiero a nadie destrozando su camioneta o moviendo la lengua. Adelante”
Él asintió con la cabeza, su mirada fija en ella. Alyssa cerró la puerta del garaje detrás de ellos. Daría cualquier cosa por saber lo que estaba pensando Luc. Su comportamiento tenso y la erección incansable le dijeron que era probablemente en los modos de evitar en tener el sexo con ella que sabía que no debería querer, pero desesperadamente hacía. Y después del interrogatorio de esta noche, ella estaba de humor para hacerlo sufrir.
Capitulo 3
Luc cerró la puerta del dormitorio detrás de él, respirando con dificultad.
No fue subir las escaleras de Alyssa lo que causó una urgencia respiratoria; fue el mirarla delante de él. La corta falda negra que abrazaba su culo. Ésas sexy ligas rojas de las que tenía un destellos cada tanto. El asomar de sus cachetes desnudos visibles con cada paso.
Maldita sea, Quería follarla con tantas ganas que apenas veía bien. Pero meterse con Alyssa era como incursionar en drogas recreativas- estúpido y potencialmente adictivo.
La semana pasada, él había tenido su tercera cita con Emily, una maestra de primer grado en la escuela primaria local de Tyler, Texas.
Había ido bien. Dulce, de ojos color avellana, y con hoyuelos, le gustaba la música country, no soportaba las blasfemias, y tenía una buena relación con su familia y pastor. Una esposa perfecta. Una perfecta madre hogareña, justo como la suya. Eso era lo que él quería. Necesitaba mantenerse enfocado en ella y alejado de Alyssa esta semana.
Luego, nunca volver ver a la sexy stripper.
Una vez adentro del cuarto de huéspedes de Alyssa, sacó el celular del bolsillo y recorrió con su pulgar la lista de contactos. El nombre de Emily estaba allí. Necesitaba desesperadamente la fortificación de su dulce voz de tono alto, pero sería rudo despertarla a las cuatro y media de la mañana.
Haría preguntas que no él no podría responder. En lugar de llevar la conversación a los niños de la escuela ó sus actividades en la iglesia, Luc temía lo que diría. Alyssa lo había raspado tan crudamente, que dudaba que pudiera tener el control necesario para desviar las preguntas de Emily. Las demandas de su lado oscuro embriagaban su torrente sanguíneo. Todo dentro de él gritaba por una follada dura y fuerte.
Así que estaba por su cuenta.
Ducha. Necesitaba una desesperadamente. Agua caliente empapando su piel, aerosol rociando su cuerpo, respiraciones profundas…bajando la alta lujuria para que pidiera dormir.
Y no pensar en la sexy zorra recostada en su cama a menos de diecisiete metros de él.
Agarrando el pantalón pijama de su bolso, se encaminó por el pasillo, hacia el oscuro cuarto de baño. Una suave luz se derramaba por el pasillo desde la habitación de ella. Ignóralo, se dijo a si mismo. Pero cuando se volvió para el baño y buscó a tientas el interruptor, no pudo resistir una mirada sobre su hombro a la apenas entreabierta puerta del dormitorio de Alyssa.
Y a su muy visible y deliciosa pierna bañada en luz dorada.
Luc tomó aliento mientras un millón de imágenes de ella en la cama lo bombardeaban. Sus brazos y piernas totalmente abiertas a él, sus burlas roncas y estímulos susurrados ahogando la lógica. Dios, la boca sobre su pene había sido la experiencia más increíble…hasta que había trabajado su camino dentro del apretado coño y, maldita sea, casi perdió la razón. Luego había superado eso al permitirle su delicioso culo, y se había hundido dentro de ella con un desenfreno apenas contenido, asombrado por la adaptación y el tacto de ella. Y el hecho de que se abriera por completo a lo que él quisiera por seis horas enteras.
Nadie lo había afectado así antes. Ó desde entonces.
Así que estar en la casa con ella ahora era tan peligroso como bañarse en gasolina antes de bailar alrededor de una fogata.
De repente, se retorció en la cama. La perfecta vista que había tenido cambió mientras movía una pierna hacia un costado, permitiéndole una visión sin obstáculos de la tensa pantorrilla y la cara interna del muslo.
Algunos centímetros a su izquierda y, si ella hubiera descartado sus bragas, vería cada espectacular pedazo de carne húmeda. Aun ahora, se le aguaba la boca al recordar el sabor adictivo que lo había mantenido volviendo a ella una y otra vez.
Alyssa gimió. Luego se movió agitadamente de nuevo.
Joder, ¿está--?
“¡Si!” gritó, luego contuvo el aliento para recobrar la respiración.
Masturbándose. Diablos.
Ve al cuarto de baño. Cierra la puerta. Quédate malditamente lejos. La letanía de los buenos consejos pasaron por su cabeza, e inspiró fuertemente, tratando de obligarse a si mismo a escucharlos sobre el martillar de su corazón y la sangre corriendo a su polla.
“¡Oh, si!”
Su ronco susurro quebrado fritó la sangre de sus venas. Tenía que verla.
Tenía que. Si, ella era mala para él, y no quería ser otro de los muchos en su cama. Pero la mujer era la tentación personificada. Nunca había visto otra mujer más equipada para conducir a un hombre al pecado.
Sólo un pasó…
Luc dejó el pantalón pijama en la mesada del baño y se movió más cerca del dormitorio de Alyssa, haciendo una mueca cuando los jeans irritaron su erección. Pero un paso fue suficiente sólo para traer su cadera a la vista. Adorable, pero él quería ver su auto-placer. Cómo lo estaba haciendo, qué tan en serio lo perseguía, cómo se arqueaba su cuerpo cuando la golpeaba el éxtasis.
Diablos, se sentía como un bastardo enfermo, pero de ninguna manera podía detenerse.
Otro paso más, luego un tercero, hasta que estaba revoloteando justo detrás de la rendija de la puerta.
Entonces obtuvo una vista completa que lo encendió en llamas. Alyssa vistiendo nada más que sus ligas rojas, medias transparentes, y zapatos de tacones altos. Se agarraba un pecho en una mano y, la otra, la sumergía en sus pliegues muy húmedos.
Luc se tambaleó hacia atrás, agarrando la pared detrás suyo para mantener el equilibrio. Y se quedó mirando. Las llamas le envolvían las bolas, lamían su polla. Mierda, mierda, mierda…
Los dedos de Alyssa revoloteaban alrededor de su clítoris. La humedad se derramaba. Sus muslos apretados, su espalda arqueada. Él jadeó, pegado a la visión. Chamuscado.
Ella se movió agitadamente de nuevo, abriendo más las piernas.
Entonces hundió los dedos dentro de la empapada abertura y corcoveó, gimoteando.
Luc agarró el picaporte más fuete. Dios, lo mucho que quería entrar allí y darle alivio, poner su boca justo por su adolorido clítoris hasta que se corriera con su lengua, a continuación sumergirse profundamente dentro de su coño con golpes implacables. Una vez que se hubiera corrido media docena de veces y tranquilizado su hambre, la daría vuelta y utilizaría toda su deliciosa lubricación para deslizarse en su parte trasera y quedarse allí, empujando lento, fuerte, y profundo.
Los murmullos de ella de repente irrumpieron sus pensamientos. Ella susurró y él no pudo entender sus palabras. Lo quería desesperadamente. Necesitaba saber. ¿En qué pensaba mientras se follaba a si misma? ¿En quién pensaba?
Apagando la voz en su cabeza que le decía que era estúpido por cortejar al peligro, abrió unos centímetros más la puerta y se movió dentro del oscuro rincón. La pequeña lámpara de noche junto a su cama derramaba su luz por el cuerpo de ella, iluminando la piel dorada, las pálidas hebras rubias de su brillante cabello y su coño casi pelado.
Nuevamente, murmuró algo, y él todavía no podía oír. El suspenso lo estaba matando. La ansiedad. ¿Caería de su boca el nombre de Tyler? ¿El de alguien más?
“Fóllame…” chilló en voz baja.
Diablos, él quería, tanto, tanto. Se frotó una mano por la cara, luego fijó su mirada en Alyssa nuevamente. No podía mantenerse alejado. Simplemente imposible. Ella era su debilidad. Su droga de elección.
Luc tragó contra la lujuria. Tenía que ser fuerte. Una vez que se hubiera casado con Emily ó alguien como ella-no podría pensar en Alyssa, únicamente en la mujer quien haría todos sus sueños realidad. Tenía que mantener su polla fuera de la ecuación.
Retrocede. Ducha; sueño, olvidar a Alyssa.
Apretando los dientes para tener fuerza, Luc levantó un pie y lo puso detrás de él. Pero todavía no podía irse. Ella había incrementado el ritmo de sus dedos sobre el clítoris. Ahora sus caderas se retorcían.
Tenía la piel enrojecida y el aire olía a mujer excitada. La transpiración se desató entre sus pechos. Era la criatura más hermosa y sexy que hubiera visto alguna vez. Y que vería. ¿Cómo se suponía que se alejara?
“¡Fóllame. Si. Si!” gimió alto y fuerte mientras se venía. “¡Luc!”
¿Jadeó su nombre? El shock lo quemó. Cristo, estaba a punto de venirse en sus jeans.
Alyssa se dejó caer sobre la cama, con los ojos cerrados y respirando con dificultad. Luc se quedó parado quieto, paralizado, con la polla adolorida y el corazón acelerado.
Entonces ella levantó su cabeza y miró directamente hacia él. El calor se arqueó entre ellos por un instante, dos. De repente, una audaz sonrisa dio forma a la exuberante boca…justo antes de que levantara las caderas hacia él en ofrecimiento. “Por favor…”
El fuego lo atravesó. Irse ó follarla ahora-sus únicas dos opciones.
Follarla sería sublimemente fácil. Y no haría absolutamente nada para ayudarlo a lograr el futuro que anhelaba.
Con una maldición, se volvió, salió del cuarto, y corrió dentro del cuarto de baño, cerrando la puerta con llave detrás de él. Se apoyó en esta, cada respiración era una áspera sierra en su pecho. Pero la imagen del auto-placer de ella estaba grabada en su cerebro y el nombre de él en sus labios le retumbaba en la cabeza.
¿Cómo podía querer tanto a alguien que era tan dañina para él?
Sacudiendo la cabeza, encendió la ducha. De una forma ú otra, necesitaba alivio ahora. Si iba a ser listo y resistirse a Alyssa, iba a tener que ser por su propia mano. De otra manera, no dormiría nunca. Y estaría demasiado tentado de asechar su habitación de todas las formas conocidas por el hombre.
Rápidamente, dejó caer toda su ropa y caminó debajo del calentamiento lento del rocío sin chequear la temperatura del agua primero. Siseó por el frío, pero su cuerpo estaba demasiado recalentado para que le importara.
Enrolló los hombros bajo el rocío, entonces agarró su polla, intentando imaginarse a Emily-cabello castaño claro, ojos color avellana, atractivo de pastel de manzana. Sabía que ella era amable y optimista y con ganas de una familia. Pero ¿cómo se vería sin ropa? ¿Qué tipo de amante sería?
Luc no podía imaginársela sexualmente en absoluto.
Pero el sexo no lo era todo. Él disfrutaba de su sentido del humor y de amistad, su dulzura y…La idea de sexo con ella lo aburría.
Una visión de Alyssa estalló en su cerebro. La polla saltó en su mano, y la acarició con avidez, con hambre.
¿Por qué ella? Por supuesto que era sexy. Un hombre tenía que estar ciego para no darse cuenta de su belleza, el fácil contoneo de sus caderas, esos ojos azules que podían tentar a un hombre al pecado. Pero hoy se le habían mostrado lados de Alyssa que no había conocido.
Era inteligente y decidida. Bonheur probaba eso. Había hecho un gran trabajo construyendo el restaurante, a pesar de no saber mucho sobre el negocio. Y era valiente-quizás demasiado para su propio bien. ¿Ese cuchillo una broma? Él no pensaba eso. Pero ella lo había tomado con calma. Sin drama, sin lágrimas, sin histeria. Era una cliente fría. Y entendía a la gente a su alrededor. Remy, Homer, Tyler, incluso las chicas en su club. Parecía saber exactamente qué decir para máximos resultados.
Todo eso sólo lo hacía desearla más. Descartarla había sido más fácil cuando había asumido que era sólo una buena follada. Ahora…lo aceleraba a un nivel completamente nuevo. Maldita sea.
Se acarició más rápido, el hormigueo brincando por su polla. Deslizó un pulgar por la cabeza y siseó con placer. Sus muslos apretados, y apretó la mandíbula, imaginándose la forma que Alyssa había bailado en el ensayo esta tarde, como bailando sólo para él. La visualizó masturbándose, palpando su camino al orgasmo, luego levantándose hacia él en invitación.
En su cabeza, la escuchaba de nuevo rogarle que la follara. El placer creció. Su mano se movió más rápido por su turgente carne, con su ritmo y presión casi brutales. La necesidad arañaba su camino ascendente desde las bolas hasta la polla. El orgasmo no estaba muy atrás…y los pensamientos de Emily se habían ido hace rato.
En ese momento, la presión se robusteció y se calentó. Explotaba, Alyssa en el centro de la tormenta. Sujetando los labios cerrados, gimió mientras lo golpeaba el orgasmo, apretando sus bolas, acalambrando su estómago. El semen salió a chorros en la bañera de porcelana, luego se lavó con el agua por el desagüe.
Luc se inclinó contra los azulejos, más relajado, pero vagamente insatisfecho. Si, se había descargado, pero la necesidad aun lo tenía con los nervios de punta. Su mano era una pésima sustituta de Alyssa.
Soltó su agarre de la polla y apagó la ducha. Mierda, ahora se sentía peor. No arriba de la lujuria ya, pero confundido. Deprimido. ¿Qué diablos le pasaba?
Quieres algo que no puedes tener, se burló la voz en su cabeza. Le habría dicho que se callara…pero tenía razón.
Agarrando la cortina de la ducha con un puño exasperado, la lanzó hacia atrás. Para su sorpresa, Alyssa estaba de pie a un metro de distancia, con la cadera apoyada en la cómoda y una toalla en la mano. Se veía furiosa-y dolida.
“Por lo tanto, ¿eso fue bueno para ti?”
Alyssa todavía estaba furiosa seis horas más tarde mientras golpeaba el saco de arena colgado del techo en su habitación extra. Con un gruñido, la pateó una vez, dos, a continuación siguió con un buen gancho de derecha.
¿En qué estaba pensando Luc? Ella se le había ofrecido-algo que nunca había hecho por ningún hombre-y él se había auto-complacido en la ducha. Por supuesto que él pensaba que ella se ofrecía a cualquiera con un cromosoma “Y”, y no entendía que lo había invitado únicamente a él porque era especial, porque pensó que…quizás había algo más entre ellos además del sexo fabuloso.
Estúpida.
Otra patada, otro puñetazo. El sudor bajaba por su cuerpo. No estaba aliviando su tensión.
Antes de chantajear emocionalmente a Luc para que se quedara, Él había mencionado que estaba saliendo con alguien más. La idea de él con otra mujer le hizo un nudo en el estómago. La inseguridad la cegaba. ¿Luc estaba durmiendo con esta mujer? ¿Quería más a esta nueva novia de lo que la quería a ella? ¿Estaba, Dios no lo quiera, enamorado de ella?
Tenía que saberlo. Arrojarse sobre un hombre cuyo corazón pertenecía a alguien más era tanto inútil como embarazoso. Por un tiempo, ella había estado segura que Kimber era para él, pero luego Deke se había casado con ella. Luego había oído rumores que la participación de Luc con la pareja estaba terminada, y había renovado sus esperanzas. Ahora…no sabía qué pensar.
Yaciendo sobre la mesa contra la ventana, su celular comenzó a sonar estridentemente. Con un último golpe al saco, caminó a través del cuarto, se arrancó de un tirón el guante, y luego lo agarró. La pantalla le dijo que era Tyler.
“Hey, estaba pensando en ti.”
“¿Si?” él se escuchaba realmente contento por ello.
“Rompiéndole el alma a mi saco de arena y pretendiendo que era tu cabeza,” bromeó.
“Chistosa,” entonó. “Mira, sé que es temprano, pero deberías venir al club.”
Alyssa se congeló. “¿Qué pasó?”
Tyler vaciló, algo que nunca hacía. Ese hombre era tan honesto como se veía. Confiaba en él con su vida, así que cuando contestaba con evasivas, no podía ser bueno.
“Sólo ven al club,” dijo finalmente.
Algo estaba absolutamente mal. “Mierda. ¿Dame una hora?”
“Cuanto antes mejor.”
Colgó, maldiciendo, mientras se encaminaba fuera del cuarto de ejercicios y dentro del vestíbulo. Corrió chocando contra Luc.
“Lo siento.” Se apartó de él hacia atrás. Era ó eso ó saltarle encima. No había tenido el placer de “la mañana después” la ultima vez, y Alyssa le echó un vistazo, el cabello suavemente revuelto, los ojos somnolientos, y se dio cuenta que se había perdido de algo espectacular.
Su sangre se calentó por completo nuevamente.
“Buenos días.”
Las palabras eran corteses…pero carecían de la pasión que quería oír cuando él dijera esas palabras, con su cabeza sobre la almohada a su lado, justo antes de besarla a fondo y le darían la bienvenida al día juntos con placer.
No estaba pasando. Desagradablemente, recordó la noche pasada. En lugar de deprimirse de nuevo, sacudió fuera el pensamiento.
“Si. Tengo que correr, tomar una ducha.” Sostuvo en alto su teléfono. “Llamó Tyler. Le dije que estaría allí en una hora. Si necesitas más tiempo para estar listo, haré que me recoja.”
“Te llevaré yo.”
“No es problema para él--”
“Dije, que te llevaré yo,” dijo bruscamente, con su mirada vagando por su encendido rostro y su camiseta húmeda de sudor.
¿Todavía estaba enojado por lo de anoche ó esto era por Tyler?
“Bien. Te veré en la cocina en treinta.”
Se giró lejos, queriendo el santuario de su dormitorio, la privacidad de una puerta cerrada para no tener que encerrar el dolor de su rechazo.
Luc agarró su brazo y la detuvo. “Acerca de anoche…lo lamento. No fue mi intención espiarte. La puerta abierta fue--”
“No una invitación,” mintió ella. La verdad sólo lo haría echarse atrás. “Simplemente, al igual que la puerta del cuarto de baño de huéspedes no cierra bien, La puerta de mi dormitorio no se cierra del todo. Es una casa antigua. Pero aprecio la disculpa. También lo lamento, por irrumpir durante tu ducha. Sólo quise asegurarme que tuvieras una toalla y…”
Él hizo una mueca. “Mira, no voy a mentir. Compartimos una química increíble. Me enciendes más de lo que lo ha logrado nadie.”
Luc no parecía para nada feliz acerca de ese hecho.
“Pero no estás interesado en mí, sólo en mi cuerpo. Lo entendí.” Y dolía como el infierno.
Su apretón en el brazo de ella se comprimió. “No es eso. Ayer, descubrí grandes cualidades que no sabía que poseías.” Suspiró, se pasó una mano por su pelo largo. “Es que…lo que quiero no es lo que necesito. Así que si estoy gruñón e irritado esta semana, es porque me tienes atado en un millar de nudos sexuales, y estoy intentando hacer lo correcto.”
Lo correcto es no tener relaciones sexuales con ella.
¿Pensaba Luc que era imposible tener un vínculo emocional con alguien que poseía un club donde las mujeres se sacaban la ropa? Lo que sea. Ella aun lo quería. Quería que él la quisiera. Que se quemara por ella.
Porque todo dentro de ella anhelaba a Luc, su sensual sonrisa, su talento, la manera que la había hecho sentirse más especial en una noche de lo que cualquier hombre alguna vez. No estaba dispuesta a darse por vencida.
“¿Tiene esto algo que ver con la mujer que estás viendo?”
“Si.”
Maldita sea, ¿cómo podía doler tanto una sola palabra?
“Si la elegiste, estoy segura que es una gran chica.” Liberó su brazo de un tirón. “Es mejor que me prepare.”
Mientras se precipitaba por el pasillo, Luc se lanzó en su persecución y la empujó contra la pared en las sombras. “Lo es. Y eso no es una reflexión sobre ti. Tú eres simplemente diferente.”
En otras palabras, no es una stripper.
“Seguro. Bien. Te veo en la planta baja en treinta minutos.” Salió con cuidado de entre la pared y su duro cuerpo, casi corriendo a su dormitorio, y azotó la puerta.
Una vez dentro del baño, cerró esa puerta-con llave-luego se apoyó en ella. Y cerró los ojos mientras las lágrimas caían. Se las sacó con un puño de rabia.
Esperanza puta. Apestaba en las relaciones. No, tacha eso. Nunca había tenido una en realidad. Desde los quince años, su vida había sido una lucha para llegar a fin de mes, poner comida en su barriga y un techo sobre su cabeza. Había aprendido cómo leer a las personas a lo largo de los años, pero no de manera romántica. Hasta donde podía decir, Luc estaba siendo honesto con ella. Había alguien más que pensaba era mejor para él.
¿Cómo diablos competiría con eso? ¿Debería acaso intentarlo? Probablemente no, pero algo dentro de ella seguía gritándole que lo necesitaba.
Luc admitió que la quería más que a nadie. Era un comienzo. Quizás tenían más que una gran química, y ésta era la manera de decirlo de su cuerpo. Era posible que esta otra mujer fuera “mejor” para él porque Luc la conocía. Con sólo una noche caliente entre ellos, Alyssa se dio cuenta que no estaba familiarizado con ella como persona.
Necesitaba seguir seduciéndolo, eso era un hecho. Usar su ventaja era crítico. Pero también necesitaba permitirle realmente conocerla. No era fácil para ella, bajar sus barreras. La confianza en general era un lujo caro-y tonto. Pero a menos que quisiera perder a Luc con esta perra mejor-que-ella, Alyssa tenía que encontrar la manera de permitirle llegar profundo en el interior más que en sólo su cuerpo.
* * *
El silencio dentro de la SUV era asfixiante. Alyssa se mantuvo mordiéndose su labio inferior. Sus gafas de sol la protegían de los reflejos del resplandor de la mañana-y evitaban que Luc leyera su expresión.
Lo que sea que ella estuviera pensando no debería importar. Pero lo hacía. A pesar que no hubiera traslucido casi ninguna emoción cuando había mencionado su relación con Emily, sospechaba que las palabras le dolían. Y se sentía como la mierda. Quería decir algo… ¿pero qué? Se iría en seis días y probablemente no vería nunca más a Alyssa Deveroux. Era mejor así.
Salvo…llevaba puesta otro falda corta-blanca con algunos arabescos-y ligas negras. La curvatura de sus medias negras con una costura sexy en la parte posterior casi lo hizo tragarse la lengua. Los zapatos rojos eran puro fóllame, como así su camiseta de tirillas que abrazaban su generosos pechos y elegante cintura.
En este momento no podía ni siquiera recordar cómo se veía Emily. Y estaba bastante seguro que ante alguien que había clavado “puta” en el asiento del conductor, gritaría histéricamente y lloraría.
Luc maldijo entre dientes.
“Con tu trabajo, debes haber viajado por todo el mundo,” ofreció Alyssa.
Condujo a velocidad constante hasta la luz roja y frenó, miró en su dirección. Ella había meditado mucho antes de preguntarle eso. ¿A dónde iba esto? “Si.”
“¿Cuál es tu lugar favorito?”
“En serio me estás preguntando acerca de los viajes?” ¿No de nuestra charla en el pasillo?
Ella se molestó, se acomodó en su asiento y apartó la mirada. “Sólo estoy haciendo algo de conversación.”
Pero ¿Por qué? No era el tipo de mujer de hablar por hablar.
“¿Y en realidad quieres mi recuerdos de los viajes? ¿Nada más?”
“No importa.” Alyssa volvió su cabeza para mirar por la ventanilla del asiento del acompañante.
Él se estremeció. Quizás le había extendido la mano para mostrarle que no tenía resentimientos. Si era así, él había aplastado su ofrecimiento sin pensarlo. No podía permitirse ser sexual con ella-pero no tenía que ser cruel.
“Barbados. Me gusta el clima cálido. Sus playas son magníficas. Nadar con las tortugas es alucinante.”
Ninguna respuesta.
“Fui a una escuela de cocina en Paris. Es una gran ciudad. Los inviernos son un poco fríos para mí. Pero no hay nada como los cafés de las esquinas de las calles y la cultura.”
Ella le dirigió una sonrisa tensa. “Te tomo la palabra.”
Cuando se dio vuelta otra vez, él frunció el ceño. ¿Qué significaba eso?
Que la conversación acerca de los viajes era de repente aburrida…ó que nunca había ido a Paris. La verdad lo golpeó, y le dirigió una mirada persistente antes que el tráfico forzara su atención nuevamente. ¿Qué tan seguido las strippers viajaban al extranjero, especialmente las que poseían su propio club? Y ahora ella tenía sus ahorros atados en Bonheur.
Entonces ¿por qué había ella comenzado ésta conversación? Él no pensaba que tuviera que ver con los viajes, en realidad. ¿Estaba intentando llegar a conocerlo?
Después del modo en que la había follado a ciegas, abandonado, disculpado con flores impersonales, y se había distanciado otra vez hace sólo unos minutos, ella podría haber sido una perra loca. La mayoría de las mujeres lo hubieran sido. Alyssa simplemente hizo una pregunta.
Ahora se encontraba sumamente curioso acerca de la bomba sexy a su derecha.
“Dime algo de ti,” pidió él suavemente.
Ella se encogió de hombros, con el lacio cabello platinado deslizándose por sus pequeños hombros. “Conoces los hechos pertinentes. Tengo veintinueve y estoy abriendo un restaurante.”
“Eres un poco más profunda que eso. ¿Creciste en Louisiana?”
Su mirada cayó a su regazo de repente. Se mordía el labio, viéndose pensativa. “No. ¿Tú creciste en Texas?”
Él negó con la cabeza. “Clearwater Beach, Florida. ¿No dijiste de dónde eras?”
“No,” estuvo de acuerdo.
Luc quería curiosear más, pero habían llegado al club. Y conocía un tema cerrado cuando escuchaba uno. ¿Por qué diablos no quería hablar de su ciudad natal?
Tan pronto como aparcó el coche, Alyssa saltó fuera y caminó rápido hacia la puerta trasera del club. El sol de la media mañana resplandecía sobre la pintura saltada negra de la superficie, enmarcando a Tyler. El gorila se veía tenso. Miró cuando notó a Luc.
“¿Qué ocurre? Le preguntó ella mientras se aproximaba y trataba de pasarlo más allá.
Tyler le agarró los brazos y la atrajo contra su cuerpo. Luego acunó su rostro en sus manos, con su boca revoloteando un aliento sobre la de ella.
Todo dentro de Luc gritaba improperios por la visión. Su mente gritaba una orden a Tyler para que le sacara las manos de encima a Alyssa. Dos hechos lo golpearon: Primero, ella no era de Luc, por lo que no tenía voz en quien la tocaba. Segundo, ella no estaba luchando contra Tyler en lo más mínimo.
Él susurró algo que Luc no pudo oír. En respuesta, ella asintió con ansiedad. Tyler dudó, besó su frente, y luego tomó su mano y alcanzó la puerta.
“¿Qué está pasando?” le preguntó él al gorila.
Tyler lo miró por encima de su hombro. “Soy responsable por la seguridad de ella, y me lo tomo muy en serio. Regresa a tu freidora.”
Si hubiera tenido menos control sobre su temperamento, Luc hubiera embestido al bastardo, a pesar del hecho que Tyler lo superaba por trece kilos de músculos. Luc estaba seguro que habría logrado por lo menos algunos golpes buenos. Pero ¿Por qué darle al imbécil lo que quería?
“¿Abandonaste tu rutina de defender porque apestas?”
Alyssa saltó entre ellos, con la ira apretando su rostro. “¿Podrían ambos detenerse? Luc, alguien irrumpió en el club entre el cierre de anoche y la llegada de Tyler a las diez esta mañana.”
Luc se congeló por dentro. ¿Pura coincidencia que alguien hubiera apuñalado el asiento de ella con un cuchillo, luego su club había sido irrumpido a meras horas-ó minutos-más tarde? Él había pasado tiempo suficiente con Jack y el primo Deke. Las coincidencias los ponían incómodo, y Luc estaba de acuerdo.
“Entraron por una ventana en la planta alta. Remy y los chicos se acercaron, pero hasta ahora no parece que hubiera sido tomado algo. Tyler está intentando averiguar cómo alguien traspasó el sistema de seguridad. Tendré que llamar a Jack y dejar que él lo descubra.”
“Deke me dijo que Jack y Morgan están visitando a la madre de ella en California,” suministró Luc.
Tyler apretó la mandíbula. “Mierda.”
“Llamaré a Deke y veré cuando puede hacerlo,” ofreció Luc.
Los cautelosos ojos celestes de ella revolotearon en su dirección.
“Gracias.”
Antes que él pueda responder, Tyler la arrastró dentro. Reinó el escalofriante silencio. Nadie más estaba dentro. A Luc no le gustaba la vibra interior.
“¿Tal vez alguien que vino para la celebración del aniversario anoche se escondió arriba y dejó entrar a un compañero después de hora?” Sugirió Alyssa.
Tyler negó con la cabeza. “Nosotros siempre hacemos un barrido a fondo antes de cerrar. Y aun si alguien se las arregló para eludirnos, abrir la ventana desde el interior dispararía la alarma.”
“¿Encontraste algo fuera de lugar?” preguntó Luc. “¿Algún…mensaje?”
“Luc, dudo que estén conectados.”
“Pero no sabes que no lo están.”
Justo antes de las once y media, Alyssa siguió a Luc de nuevo fuera a su SUV y se dirigieron a Bonheur. El nublado y húmedo día de octubre hizo al interior oscuro y viciado. Ella encendió las luces y los ventiladores del techo. Luego se volvió hacia Luc expectante.
“El contratista va a venir a las dos para arreglar la pared. Dice que lo tendrá hecho para cerca de las seis. ¿Y ahora qué?” Ella se encaminó hacia la cocina, moviéndose en esas luces. “¿Quieres hablar de los especiales del día de inauguración? El mañana llega rápido.”
Luc la siguió. “¿Por qué alguien irrumpiría en tu club?”
Ella suspiró. “No lo sé. A veces los borrachos chicos de fraternidad se nos van de las manos. No puedo poner mucha energía en pensar en ello ahora. Ése es el trabajo de Tyler. El tuyo es hacer especial el día de inauguración. ¿Qué más necesito hacer?”
“Tomar esta amenaza en serio.” Él la agarró por los hombros y la dio vuelta.
Alyssa le levantó una ceja. Él se veía agitado, su respiración era rápida.
Ella parpadeó lentamente, consiguiendo una larga mirada a su erección en el viaje visual hacia abajo. Definitivamente despierta. Reprimió una sonrisa.
“Me gustaría, pero no puedo darme el lujo de ignorar la inauguración pendiente para enfocarme en algunos eventos extraños. ¿Qué frase usaste antes? Lo que quiero no es lo que necesito.” Ella le sonrió, cruzando los brazos debajo de sus pechos y empujando su hendidura por encima del escote de su camiseta de tirillas.
Como era de esperar, la mirada de él la siguió. Él tragó densamente.
“No ignores el peligro porque estés enojada conmigo.”
Alyssa se preguntó porqué le importaba a él de todas maneras. Interesante pregunta.
“No lo hago. Sólo declaro los hechos.”
Con eso, se soltó de su agarre y se dio la vuelta. Ella tenía la sospecha que Luc estaba acostumbrado a estar en control y a tener la última palabra. A él no le gustaría que ella le diera la espalda ahora-especialmente si la vista incluía su falda muy baja en las caderas y exponiendo el tatuaje de rosa al final de su espalda.
Con un balanceo de caderas, merodeó hasta el mostrador de acero inoxidable más cercano, acarició la lisa superficie…y esperó. Apenas lo escuchó cubrir el puñado de pasos que los separaban antes de que él tomara su cabello en un puño y la forzara a levantar la vista hacia la suya.
“Deja de encabronarme,” gruñó.
“Deja de decirme cómo reaccionar.”
La boca de Luc se tensó, al igual que el agarre en su cabello. Alyssa sólo le envió una mirada desafiante y una sonrisa haciendo juego.
Algo acerca de este argumento estaba llegando a él, acelerando su sangre. El caballeroso chef sureño tenía un lado desagradable, y ella se lo estaba haciendo sentir.
“¡Maldita seas!” Su boca embistió la de ella.
La empujó contra el mostrador mientras empujaba más allá de sus labios, dentro de la caliente caverna de su boca, y la inhalaba a la vez.
La boca de él estaba en todas partes, poseyendo, degustando—dejando marca. En un instante, su cuerpo quemaba, la sangre le hormigueaba. Se aferró a su camisa blanca almidonada, agarrando el cuello para atraerlo más cerca.
Luc era todo lo que recordaba—lleno de delicadeza, poder, acero cubierto de seda, insistente—y más. Nunca el beso de un hombre por sí solo la había hecho humedecerse y doler, la había hecho desear estar más cerca de él en todos los sentidos.
Le recorrió el cuerpo con las manos, sintiendo cada bulto en sus hombros, cada onda en su pecho. Su palma revoloteó en su paquete de seis (abdominales) -y siguió descendiendo. Oh, muy lentamente, arrastró la mano encima de su erección. Él siseó con un aliento de asombro, rompiendo el beso, y endureciéndose por debajo de su tacto.
Sonriendo, ella alcanzó su cremallera.
Él gruñó. “Alyssa, nosotros--”
Ella lo palmeó de nuevo, apretándole la polla, luego abrió rápido el botón de sus pantalones. El cierre bajó, un escueto chirrido en lo por lo demás silencioso.
Luego recorrió con un pulgar la sensitiva cresta.
“Dios santo.” Él contuvo el aliento. “No deberíamos…”
Ella no dijo nada, sino que simplemente se puso de rodillas.
Capitulo 4
Antes de que Luc pudiera detener a Alyssa, ella empujó sus pantalones y calzoncillos a la cadera y tomó su polla en la mano.
Para ser justos, él no trato mucho en detenerla.
En el momento en que envolvió su erección con la palma de su mano, él chisporroteo, se sacudió como si hubiera sido bombeado por mil voltios.
Dios, todo en ella era potente, arrollador. Se ahogaba, la sensación de ella de su férreo control, la suavidad de su pelo de oro en sus manos, verla lamiéndose los labios.
"Alyssa", dijo entre dientes.
Mierda. Él tenía que parar esto. Pero, ¿cómo, cuando él la deseaba tanto?
Había evitado el sexo durante semanas. Después de su noche con Alyssa, puso todas sus esperanzas en un niño para Kimber y Deke, tenía ropa de cama de niña en la mente casi tan a menudo como su primo.
Pero estaría mintiendo si dijera Alyssa no se metía en sus pensamientos.
Estar con Kimber lo estaba absorbiendo. Se dio cuenta más tarde que había sido la situación. . . no a la mujer. Después de eso, había dejado de lado su deseo sexual en pos del futuro, una esposa que sería una devota madre como lo era la suya.
Ahora esta mujer ardía por ser tan salvaje, estaba arrodillada como esa oscura noche delante de él, y Dios lo ayude, él no tenía la fuerza de voluntad para detenerse de instar a esa boca más cerca de su palpitante polla.
“¿Lo quieres?” Susurró.
"¡Sí!" Rugió, luchando por tener control. . . y fallar. "Sí".
Ella abrió su boca, empezado a ir hacia adelante. Entonces se detuvo.
"¿Estás seguro?"
Ahora estaba burlándose de él. Ese encanto de bromas había sido su perdición hace tres meses, se convirtió lo que debería haber sido una noche normal de sexo en una inolvidable maratón en la que estaba determinado a. . . Casi no tenía palabras para su impulso. Poner algún tipo de sello en ella. Dejar su marca. Si ella no tenía cuidado, iba a tener el mismo tratamiento en su propia cocina.
"Chúpame", le exigió, su voz era baja y áspera.
Alyssa le envió otra de esas sonrisas juguetonas. “Sí, señor."
Sus palabras lo pusieron fuego en la sangre. Dios, iba a destruirlo. Esto no era inteligente, y él lo sabía. Por el momento, le importaba una mierda. Tenía que tener su boca alrededor de él, tenía que sentir su lengua litigándolo, verla sumisa a sus pies.
¿Por qué ahora? ¿Por qué esta mujer?
Se movió para metérselo, abrió los labios. Luc amplió su postura, vigorizándose por la primera lamida eléctrica, todo su sistema alzándose en lujuria y necesidad de poseer. Luego Alyssa exhaló en la cabeza de su sensible polla, y se estremeció. Con sensaciones amotinándose, contuvo el aliento. Temblando.
Su lengua se asomó. Era lo más erótico que había visto nunca. Más cerca, más cerca…
"¿Hola?" Una mujer llamó desde el comedor. "¿Hay alguien aquí?"
Sus tacones cliqueando por los pisos de madera dura, hacia la cocina, fue lo último registrando en el cerebro saturado de lujuria de Luc.
¡Mierda!
Alyssa se balanceó sobre sus talones, se puso de pie. Echó un vistazo lastimoso a su polla, luego acarició suavemente su cara.
Incluso su mano en la mejilla enviaba chispas que chocaban dentro de él, y maldijo y se alejó, metiéndose de nuevo en sus pantalones y enderezando su camisa.
Por doloroso que fuera, tal vez debería estar agradecido por el indulto.
Quienquiera había llegado acababa de salvarlo de cometer un error terrible. Porque de ninguna manera él habría detenido esa mamada.
Había arrepentimiento en la cara de Alyssa. "Luc"
"Mira a ver quién es", le ladró.
Suspiró y se dirigió hacia fuera de la cocina para interceptar a los recién llegados. Luc estaba detrás de un mostrador, jadeante, su polla se negaba a mantenerse abajo. No podía reunirse con su brigada de la semana con una erección como esta.
¿Por qué Alyssa lo lleva a actuar temerariamente sabiendo que no era bueno para él? ¿Por qué se lo permitía?
Momentos después, volvió con uno de esos cocineros, Misa. Él se acordó de su currículo, y parecía a la vez competente y emocionada por el trabajo. Un poco cautivada por la fama, que siempre hacía que Luc sacudiera la cabeza. A pesar de tener un montón de libros de cocina que estaba entre los más vendidos y una sólida reputación en el mundo de la cocina, encontraba toda esa "fama" curiosa. Afortunadamente, esa pequeña mujer hispana lo superó rápidamente y tomó también el control.
El resto del personal apareció en los próximos minutos, y Luc les habló sobre el proceso. Él les asignó funciones, y ellos cocinaron alguno de los especiales como equipo garantizando que todo el mundo sabía qué hacer y resolvieron cualquier torcedura antes de abrir sus puertas.
Mañana sería la noche de servicio de simulacro, por lo que solo estaría abierto a las personas que Alyssa había invitado, quienes accedieron a proporcionar sugerencias.
Ella se excusó un momento después de conferenciar con el personal de servicio reunido en el comedor. Los aromas de la cocina flotaban alrededor de Luc, y miró a un equipo genial, el buen nivel de los cocineros que Alyssa había reunido -sin su ayuda- estaba impresionado de nuevo.
Era una mujer malditamente astuta.
Y admirarla sólo iba a unirla a su cabeza aún más. Ya, que él la deseaba tanto que apenas podía concentrarse. Apasionándose por su cuerpo sólo sería una doble dosis de estupidez. Pero temía que ya fuera demasiado tarde. ¿Qué pasaría después de su noche en el club, cuando fueran a su pequeña casa y se quedaran solos?
* * *
La reunión terminó, Alyssa se subió a la camioneta junto a Luc en el estacionamiento de Bonheur. El pesado silencio entre ellos crispó sus nervios. Definitivamente quería aplacar el ambiente, no quería continuar lo que Misa había interrumpido. Sin embargo, su erección se había levantado de nuevo en el minuto en que quedaron solos, inconfundibles e incansables.
Ella tocó su pie, pensando. Todo en ella quería echar sus brazos alrededor de él y atraerlo otra vez. La otra mitad. . . Bueno, el mal ambiente era fuerte, y ella no era tonta. Estuvo muy cerca del punto de quiebre. Después de que ella lo metió en la cama, esperaba que él se relajara y la conversación fluyera. Hasta entonces, lo único que podía hacer era tentarlo y negar sus propias necesidades.
Alargó la mano, tocando su hombro. "Las reuniones han ido bien. El personal parece muy emocionado. Gracias por quedarte esta semana."
Luc se sacudió ante su toque, luego se relajó. "Necesitaba estar a la altura de nuestro trato. Tenías todo el derecho de llamarme incluyéndome."
"Realmente, lo siento por eso. No me gusta forzar a la gente a estar donde no quiere." Era verdad, pero la hacía estremecer. Rogando a Dios que no le preguntara por qué. "Si no hubiese anunciado el hecho que abrirías esta semana y teniendo mucho de mis ahorros en este lugar, yo te habría dejado ir."
Se volvió hacia ella con el ceño fruncido perplejo. "Después de la forma que yo-Después de esa noche, yo no merezco tu compasión. Sé que fue difícil para ti."
"Luc, no soy una flor de invernadero."
"No," él estuvo de acuerdo inmediatamente. “Eres mucho más fuerte de lo que sospechaba. Pero eso no borra el hecho de que no fui gentil contigo. No me siento orgulloso de esa noche. Yo… lo siento."
"A mí me gustó. No me arrepiento de nada." Sus palabras salieron con una pasión desenfrenada. "No te atrevas a arrepentirte, tampoco."
Él no hizo ningún comentario. En cambio, parecía reflexionar sobre su respuesta. "¿Qué pasa si Deke se hubiera quedado esa noche? ¿Te arrepentirías de eso?"
¿De dónde venía esa pregunta? Luc estaba pescando algo. ¿Cuánto debía ella revelar?
Por último, negó con la cabeza. "Me habría quedado contigo."
A Luc se le cayó la mandíbula. Luego cerró la boca, moviendo la cabeza mientras disminuía la velocidad por el camino. "Apenas me conoces. Nos conocimos. . . cuanto, ¿dos veces antes de esa noche?"
Tres veces, en realidad. Pero la primera vez, ella estaba trabajando sacándose la ropa. No habían sido presentados oficialmente. Las otras veces habían sido reuniones casuales. "Sospeché inmediatamente seriamos buenos juntos. Tenía razón."
Poniendo una sonrisa, Alyssa se alejó. Con suerte, Luc no ahondaría más lejos en ese tema. Tendría que seguir jugando que era algo casual. Él no estaba listo para escuchar que le había sacudido sus entrañas la noche que habían pasado juntos, que ella había amado los sentimientos vergonzosos de su conversación íntima.
Ninguna mujer me ha dado tanto placer. Podría ahogarme en ti para siempre. Tócame, dulzura. Siiiiii...
Cuando se acercaron al club, Alyssa echo sus memorias lejos. En silencio, Luc detuvo el auto y lo metió al estacionamiento. Cogió la manija de la puerta, y él la agarró por la muñeca, deteniéndola.
"Somos buenos juntos sexualmente, Dios lo sabe. Pero eso es todo."
Una docena de recuerdos corrían por su cabeza la mayoría sobre el tema que él no podía saber realmente la verdad de su declaración debido a que no habían probado nada más que sexo. Pero contradiciéndolo a él eso sólo le haría más resistente. Y eso era contraproducente. Tenía que seguir jugando su carta de triunfo.
"Nunca dije que estaba hablando de otra cosa que no fuera sexo."
Antes de que pudiera responder, ella tiró de su mano y salió de la camioneta. Ella irrumpió en el club por la puerta trasera, Luc pisándole los talones.
"¿Por qué tengo la sensación de que no estás siendo completamente honesta?"
Negándose a parecer nerviosa, ella siguió caminando. "No puedo responder a eso. Tampoco tengo tiempo para intentarlo. Tengo un negocio que atender. Si deseas volver a la casa, tendré pedirle a Tyler que me lleve cuando el club este cerrado."
Justo en ese momento, su portero se acercó, lucía una barba de dos días, camisa caqui con una Bettie Page en bikini, medias de red, y una sonrisa traviesa. Se acercó a su lado, echó el brazo por la cintura, su mano acariciaba su cadera. Luego enterró el rostro en su cuello e inhalo.
"Mmm. Estaré más que feliz de llevarte, nena."
Alyssa arqueó una ceja a Tyler. Pero esa mierda era parte de su carrera.
Luc apretó los dientes. "Esperaré por ti y te llevare a casa."
Dado que mostrara su molestia hacia Tyler, no le discutió, ella simplemente sonrió. “Grandioso. Tengo que asegurarme que todo el mundo tiene su vestuario y los accesorios correctos. Lo de anoche fue un desastre. Gracias a Dios casi todos estaban demasiado borrachos para darse cuenta.”
Tyler envolvió su brazo alrededor de ella otra vez. “Espera. Volví aquí para decirte que tu última persona favorita puso su culo aquí afuera y esta con sus amigos”.
“¿Primpton? Awwww…” Ella suspiró. "¿Qué quiere ahora? Obviamente llamar la atención. ¿Cuál es la causa del día?”
“Lo de siempre. Clausurarte en nombre de la moral."
"¿Este es el concejal de la ciudad?", preguntó Lucas. "¿Protesta por tu negocio?"
"Con repugnante regularidad." Ella se apoyó contra la pared y cerró los ojos. Como si no tuviera suficiente de qué preocuparse. El simulacro de servicio del restaurant era mañana. Luc estaba sorprendentemente inquieto. Ella tenía que estar por encima de este juego para atraer su atención. Lo que no necesitaba hoy día era a Primpton dándole su mierda.
"¿Qué quieres hacer, nena?", Preguntó en voz baja Tyler.
Él sabía que esta mierda la molestaba. Él la había encontrado sola y llorando una vez después de que Primpton la había llamado en público con unos nombres realmente feos.
"Ignóralo y esperemos que se vaya o se arriesga a ventilarlo en público y ¿boicotear el Bonheur?"
"Esa es la gran pregunta." Tyler sonrió.
"¿Qué es exactamente lo que hace?", Preguntó Lucas.
"Él es sólo un imbécil." La última cosa que ella quería era que Luc viera como un funcionario electo la llamaba puta. Se le pegaría como cemento de la verdad en su mente.
"Es peor hoy día", admitió Tyler gravemente. "Trajo la prensa local con él."
¡Maldita sea! El destino iba por ella. "Está tratando de asustar a la gente para que no venga a la apertura del restaurant".
"Eso sería mi suposición."
"No ha tenido suerte en el cierre del club todavía", señaló Luc exponiendo su punto. "Tal vez nadie lo escuche."
"Él tiene sus seguidores, y está ganando poder. Cada vez que Primpton aparece en una de estas protestas, me pega en la cuenta bancaria. Los casados, con más treinta es la entrada más lucrativa, y supongo que esos hombres han recibido un regaño de sus esposas para que se mantengan alejados, al menos por un tiempo. Me voy a recuperar con el tiempo, pero me preocupa que el restaurante pueda ser diferente. Había estado esperando fusionar los negocios, pero ahora…"
"¿Quieres decir que los hombres podría llevar a sus esposas al Bonheur, con la esperanza de verte?"
Luc entendió rápido.
"Yo o algunas de las otras chicas. Varios de los bailarines han escogido abandonar la escena y esperar por las tablas."
"¿No es un recorte salarial?"
“Por supuesto. Pero algunas son lo suficientemente inteligentes como para saber que no pueden bailar la barra por el resto de sus vidas, así que están sirviendo mesas y va a la escuela durante sus horas libres." Ella se encogió de hombros. "Es difícil, pero factible. Si yo lo hice, cualquiera puede hacerlo."
La sorpresa cruzó la cara de Luc. "Fuiste a la universidad al mismo tiempo que. . . ¿bailabas?"
Dios, ¿él creía que no tenía más aspiraciones que quitarse la ropa? Ella alzó la barbilla. "Doble especialización de estudios. Negocios de administración y comunicaciones. El año pasado, he terminado un MBA. No soy solo una bailarina nocturna Sr. Traverson, soy dueña de mi propio negocio. Me corresponde a mí saber qué demonios voy hacer. Ahora, me voy a disuadir a Primpton."
Alyssa se volvió hacia la escalera, erizada. No le sorprendía que Luc no viera más allá de su fachada sexy. La primera vez que se conocieron, ella había estado usando una tanga y adhesivos que cubrían sus pezones. Ella había tenido pocas oportunidades para mejorar su imagen con él desde entonces.
"¿No es el concejal de la ciudad el está allá a fuera?" Luc parecía confundido.
“Sí, pero ¿crees que voy a ir conocer al hombre que me vilipendia en mini y ligas?"
* * *
Luc miró Alyssa, fijando la parte delantera de sus pantalones vaqueros elasticados, como desaparecía en nivel privado superior de Las Sexys Sirens. Su cabeza le daba vueltas.
¿Una doble licenciatura? Y ¿una maestría? Decir que él no tenía la menor idea sería un eufemismo colosal. Había sospechado que detrás de la mujer de agudos azulados ojos había mucha inteligencia. La ambición lo sorprendió. Dueña de un negocio o no, era mucha educación para una stripper.
Pero ahora también era dueña de un restaurante.
¿Formó Bonheur parte de sus planes para mejorar su vida? ¿Y qué hay de su personal de servicio?
A pesar de que le irritaba, Luc se volvió hacia Tyler. El gorila se quedó mirando hacía la escalera vacía, con la lengua casi colgando de su boca.
Luc sabía que el gorila la deseaba. Diablos, a pesar de las protestas de Alyssa, no le sorprendería que fueran amantes. Pero la expresión de Tyler decía que admiraba Alyssa, que tenía sentimientos por ella. ¿Era mutuo?
Una punzada de celos repentinos golpeó justo entre los pectorales de Luc. El apretó los puños de sus manos. ¿Podría ella realmente amar ese montón de carne?
No importaba. Había preguntas. . . y Tyler le daría las respuestas. Ya sea si Tyler y Alyssa queman las sábanas o que tenían un asunto del corazón, no era de su interés, incluso si sacaba el infierno fuera de él.
"¿Dónde Alyssa fue a la escuela?"
"¿Por qué mierda te importa?"
Luc se encogió de hombros, haciéndose el casual. "Curiosidad".
"LSU, al campus de Lafayette. Se graduó con honores, también. Ella es igual de inteligente como es tan jodidamente sexy. Es difícil no pensar con la polla cuando ella está cerca." Tyler le traspaso con una mirada láser. "¿No es así?"
Todo muy cierto. . . "¿Y el personal de servicio en Bonheur? ¿Son todos ellos elegidos de la escuela y esperaban servir mesas? "
“La mayoría. Cada pocos meses, Alyssa reúne a las niñas a hablar sobre sus vidas después del stripper. Si quieren recibir una educación, les ayuda a encontrar ayuda para la matrícula y solicitar becas. Ella las alienta a hacer más cosas para ellas mismas. Un par de chicas sólo quieren mantener mejores horas para poder disfrutar más tiempo con sus hijos."
Wow. No había visto el lado preocupado de Alyssa. Esta noticia seguramente la llevaron a una nueva dimensión. "¿No pueden a estas mujeres ganar más dinero y siendo strippers… tomando clientes por otro lado?"
"¿Teniendo clientes como prostituta?" Tyler levantó una ceja. "Tienes mucha suerte de que Alyssa no escuché eso Te abría sacado la piel vivo y te herviría en aceite. Esa mierda no ocurre aquí. Claro que no puedes detener una bailarina dispuesta a entretener a los clientes después de horas trabajo y fuera de los locales, pero por lo general termina despidiéndolas, ya que a menudo son solo problemas."
La respuesta pisoteo de Luc. ¿Educada y con principios? ¿Él había fracasado en ver más allá de su sexo ardiente y sus faldas cortas a la mujer que había bajo sus narices?
Por mucho que odiara admitirlo, sí.
¿Pero qué importaba? Por mucho que la deseara, no podía tenerla. Ella no era una candidata de mamá. Ni siquiera podía verla como la esposa de alguien. Alyssa sería imposible de domesticar, y Luc quería una mujer que estuviese contenta de quedarse en casa y enfocada en los niños. Él no la veía a ella como una de ese tipo.
Pero sus valores fueron más profundos de lo que había creído. Trabajó muy duro y merecía un descanso.
"¿Has dicho que Primpton está afuera?"
Tyler sonrió tirante. "Con toda la prensa local. Alguien tiene que poner fin a este pinchazo. Ella no lo necesita, especialmente ahora."
"¿Debido a que restaurante se abrirá en breve?"
"Eso, y su madre. Alyssa simplemente no ha sido la misma desde que murió la mujer."
“¿Murió? ¿Cuándo?"
"Hace dos semanas. Es una maldita lástima."
A pesar de que ellos aún vivían en la Florida, y Luc no veía a sus padres a menudo, se hablaban con frecuencia. Él los quería mucho y sería devastador si algo les pasara. Ciertamente, él no estaría en condiciones de abrir un nuevo negocio.
"¿Eran cercanas?"
"No"
La respuesta de Tyler fue automática y categórica. Y su rostro le dijo que se negaba a decir nada más sobre el tema.
"Entonces la última hazaña Primpton es algo que no necesita." Tyler apretó los dientes. "Va a fastidiar la mierda sobre ella."
No si Luc podía evitarlo.
* * *
Unos minutos más tarde, Alyssa emergió a la débil luz. El húmedo aire de septiembre se sentía opresivo, y se alegró de haberse arrepentido de rizar su pelo. En esta humedad, tampoco tenía tiempo de alisarse. Además tenía un toque francés, se miró con clase.
Con una mano sobre su frente, ella se cubrió los ojos y escrutó la acera. Ahí. Primpton y sus seguidores de-la-moral estaban en la acera a un pie de distancia con carteles y expresiones de enojo. Entre sus seguidores había dos hombres que la habían visto la pasada noche en el escenario, después le pagaron a Sadie para un baile privado. Ella arqueó una ceja ante ellos. Apartó la vista, pero mantuvieron sus miradas de odio.
Por supuesto. Fuera de los muros de este club, ella no existía como una persona real. Sólo era una puta.
Los flashes destellaron y un coro de voces hablaban más de uno a la vez, todos gritando. Frunció el ceño y miró al grupo de personas.
Reporteros. Luego se quedó sin aliento.
Ellos estaban reunidos en torno a Luc.
Primpton gritó a la prensa. "¡Ahí está la Jezabel! Tómenle una foto. Díganle a la gente buena de Lafayette, que no glorifiquen a esta mujer que se revela y vende su cuerpo a los extraños."
Alyssa suspiró. Más del mismo rollo. ¿Es que este imbécil nunca se aburriría? ¿O les importa una mierda los hechos? Los clientes nunca se acostaban con Las Sexys Sirens.
Como el concejal le gritó, las cámaras giraron en dirección a ella. Los camarógrafos hacían clic. Alyssa se escondió detrás de sus gafas de sol y abrió la boca para hacer frente a los reporteros con su comunicado de prensa preparado en la mano.
En su lugar, habló Luc. "Gracias por venir hoy. Estoy emocionado de ser el chef invitado en Bonheur. No tengo dudas que convertirá a Lafayette en una experiencia sin igual para cenar. Personalmente he supervisado el menú de esta semana, las infusiones con los sabores de mis libros. Sentirán un verdadero placer. Desde la decoración, la alimentación y el vino, son de primera clase."
"¿Cómo te involucraste con Bonheur?" Lo llamó a un reportero.
Alyssa se mordió el labio. De todas las preguntas de la prensa podría hacer, no era una que él pudiera responder honestamente, sin hacer que opinión pública pensara lo peor.
"La Sra. Devereaux y yo tenemos amigos comunes y se han conocido desde hace unos meses. Ella tuvo la amabilidad de ayudarme con un asunto no hace mucho tiempo. Cuando la oportunidad de retribuirle por su bondad se presento, con mucho gusto dije que sí. "
"¿Qué clase de la materia?", Gritó un reportero. "¿Era sexual?"
"Fue un asunto de familia, en realidad," mintió sin problemas Luc. "Ella me ayudó a solucionar algo entre mi primo y yo. Ella es muy sabia. Y eso se nota en todo lo que crea en Bonheur. Cuanto más me he involucrado con el restaurante y su personal, más impresionado quedo."
Alyssa parpadeó. Luc fue zalamero. Había dicho tantas cosas, que con prensa o no, ella estaba impresionada.
"¿Qué platos preparará para la apertura del restaurante?" Otro periodista le preguntó.
Wow, con un poco de encanto y un poco cambiando la dirección, la prensa se centró de repente en algo más aparte de la publicidad de que ella era una puta. Por supuesto, tener a una celebridad como Luc en la ciudad era una noticia en Lafayette, pero aún así…
"¿A quién le importa lo que cocina?", Gritó Primpton. "Ella es una zorra para él, y se deja guiar por el sendero del pecador. Oren por él, no hay tiempo para salvar su alma inmortal. ¡Pero ella!" Primpton apuntó con un dedo hacia Alyssa. "¡Condenen a la amante del diablo que se está infiltrado en la buena ciudad de Lafayette y trata de corromper a nuestra comunidad y su moral!"
"Voy a cocinar algunos platos nuevos que estoy muy entusiasmado en hacer", continuó Luc como si Primpton nunca hubiese hablado. "Hay un aperitivo de ravioli a la berenjena que está para morirse. Tengo un filete a la sartén con cebolla perla, queso feta, y un borgoña vidriado que se derrite en la boca. El postre es una sorpresa. El menú completo es impresionante, e insto a que asistan la próxima semana y ver por si mismos lo especial que es Bonheur. No estarán decepcionados. El primer centenar de mesas recibirán un folleto firmado con recetas de la semana."
Alyssa reacciono tardíamente. ¿Folletos? Eso fue generoso de su parte.
Los reporteros le gritaron más preguntas a Luc después de eso, se limitó a encender su encanto deslumbrante. Luego la miró a su manera. Con su primer vistazo, los ojos casi caen de la cabeza.
Hmm. ¿Fue la falda tipo lápiz-entallada y la blusa blanca abotonada con las bombas clásicas demasiado ridículas?
Aunque la expresión de Luc no respondido a la no formulada pregunta, se recuperó rápidamente e hizo un gesto con ella. "Aquí está la bella dama que puede responder a todas sus preguntas. Alyssa Devereaux ha trabajado increíblemente duro para hacer Bonheur una realidad. No quiero robarme su atención. ¿Por qué no les dices todas las cosas maravillosas acerca de tu nuevo lugar? "
Algo le picó los ojos. ¿Lágrimas? ¡Maldita sea! Pero allí estaban. Luc había hecho algo… bueno por ella. Y la prensa fue traspasada por él.
Ella no fue diferente. Alyssa parpadeó fuera sus lágrimas.
Por el rabillo del ojo, ella captó a Primpton y sus seguidores en un silencio fulminante. Se regocijo en su interior, se acercó a Luc, rebosante de gratitud. Por ahora, lo único que podía hacer con la boca era, Gracias.
Más tarde, ella le mostraría exactamente hasta qué punto, lo mucho que su apoyo significaba para ella.
* * *
Luc tenía un dolor de cabeza, una que emanaba de su mandíbula apretada y golpeó en sus sienes. Se arañó hasta la parte posterior de su cuello e hizo vibrar las cejas. La fuente de su dolor no estaba a más de un metro de él, vestida de nuevo con una descarada falda y una sonrisa insinuante.
Después de que Primpton se fue derrotado, la acción en Las Sexys Sirens comenzó con movimientos de balanceo. Ahora Alyssa sonrió a un grupo de hombres todos agrupados alrededor de ella. Luc no podía oír la conversación, pero no había perdido la forma en que cruzó sus largas piernas lentamente, frotándose una contra la otra, y luego sentada en el borde de la silla con una mirada tímida. Los hombres de todas las edades estaban con la lengua afuera. Lo mismo que Luc.
Tyler flotaba detrás de su silla protectora. Ese era su trabajo. Pero uno de los otros chicos estaba demasiado cerca de Alyssa y trató de robarle un beso. En un abrir y cerrar de ojos, el portero agarró su camiseta y lo empujó hacia atrás. Antes de que el hombre terminara tropezando, Tyler tenía su mano posesivamente apoyada en el hombro de Alyssa.
“Sin tocar muchachos. Ya saben las reglas.” Tyler parecía muy feliz de recordarles.
Eso no desalentó a la audiencia de Alyssa. Un hombre cayó de rodillas, a un aliento de sus muslos, y obtuvo una vista completa de sus piernas y tomó la ruta escénica a sus pechos.
Ahora no era sólo la cabeza de Luc la palpitante, también su sangre. El pendejo la estaba haciendo completamente su objetivo, empezando a coleccionar cada parte de su cuerpo. ¿Qué demonios sabía él de ella como mujer?
¿No eres culpable de la misma ofensa? Luc echó la voz de su cabeza fuera.
Como Tyler arrastró a la basura en posición vertical de los pies de Alyssa, el más grande de los hombres jóvenes se inclinó. Apoyó una mano en el respaldo de la silla y le susurró al oído de ella.
Se veía atrapada contra la silla. Tyler seguía enfrentándose con la otra escoria. Y Luc ya había visto suficiente.
Suprimiendo un gruñido, pisando fuerte hacia Alyssa, listo para romper cabezas. Pero Tyler llegó primero, golpeando el aspirante a susurrador de vuelta con un gruñido: "Tú sabes las reglas. Termina con la mierda, Peter."
¿Peter? ¿El chico que ella había mencionado después de que ellos encontraran el cuchillo en su auto?
Luego Tyler levantó Alyssa, sentada en su silla y la puso sobre su regazo. Su mano se posó en el muslo y la otra en la cintura. Y los dedos del portero no estaban quietos. Andaban, con el pulgar el cepillado de la curva de su pecho, su otra palma desapareciendo bajo la falda, por encima de su cadera.
Alyssa no parpadeó, y mucho menos lo combatió.
Esta intimidad no se veía como si fuera puramente para el espectáculo, ya que Alyssa parecía del todo cómoda con el toque del imbécil.
Parecían amantes.
Luc miró su reloj. Mierda. Eran solo las 9:00. No podía ver esto por otras cinco horas sin vomitar. O golpear a alguien. O agarrarla y reclamarla si no la podía tener.
El teléfono vibró en el bolsillo, y Luc lo agarró, gracias por nada que hacer. Deke.
"¿Dónde estás?"
"Hola a ti también, Cuz. He tenido un gran día, gracias por preguntar."
Cerrando los ojos, Luc intentó manejar su temperamento. "Lo siento. Sólo estoy nervioso. Pensé que ibas a venir hoy para observar el sistema de seguridad de Alyssa. "
"Cerca de eso. Necesito hablar contigo unos minutos. ¿Nos vemos en la puerta de atrás? "
Deke no era del tipo conversador. Casi había que sacarle la lengua, por lo que su solicitud golpeó en la boca del estómago de Luc. Fuera lo que fuese no podía ser bueno.
"Voy para allá", contestó con gravedad, contento de estar fuera de la vista de Tyler toqueteando a Alyssa.
En cuestión de minutos, Deke golpeó con un puño la puerta de atrás.
Era casi imposible no escuchar a Muse con el volumen de fondo, pero Luc abrió la puerta ancha para su primo. Deke entró en el club, todo el semblante tenso y vigilante mirada. Podrías tomar al hombre por fuera de los militares, pero…
“¿Qué pasa?” Preguntó Luc.
Con una mirada inquieta alrededor, Deke le preguntó: "¿Hay algún lugar donde podamos hablar?"
Luc vaciló. "Ven conmigo".
Dando vueltas por el piso posterior del club, Luc estaba agradecido de que la multitud que rodeaba Alyssa había aumentado hasta que ya no podía ver Tyler tocarla. Se mantuvo con la dirección al frente y se detuvo en el bar, deslizando un billete de cincuenta dólares por la superficie.
"Dame todas las Heineken que este dinero pueda comprar."
El camarero, quien había conocido a Luc sólo de pasada, se encogió de hombros y depositado el dinero en la caja, luego se deslizó ocho botellas de cuello largo en toda la superficie lisa y bien gastada.
Luc entregó los primeros cuatro a su primo, luego cogió el resto. "Ven conmigo".
Deke levantó una ceja, pero no dijo nada y siguió a Luc al privado de Alyssa, una oficina de doble cristal. Luc pateo la puerta que estaba cerrada, golpeó las botellas sobre el escritorio de Alyssa, y se empinó una abierta. Bebió todo el contenido en tres sorbos.
"¡Jesús!" Deke miró en estado de shock. "¿Estás bien?"
¿Cómo diablos iba a responder a eso? "Un día de mierda."
Deke puso las botellas con sus manos hacia abajo, luego se sentó en una silla. Se veía nervioso. Malditamente nervioso. Luc al instante se arrepintió de su comportamiento. Deke claramente tenía algo le pesaba en su mente, mucho más que los celos mezquinos hacia una mujer que ni siquiera era suya.
"Pasará. ¿Sobre qué querías hablar?"
Deke tomó una cerveza, la abrió. . . ganando tiempo. "Hombre, no sé por dónde empezar. Tenía la intención de estar aquí más temprano." Tragó saliva. "Pero en vez de eso nos dejamos caer en la familia Kimber esta mañana."
Un largo viaje para una visita improvisada. "¿Está todo bien con su padre?"
“Sí, Edgington es un viejo hijo de puta duro". Deke dio un largo sorbo a su cerveza.
Luc tenía ganas de gritar. ¿Qué demonios Deke necesitaba decirle que no quería? "¿Hunter? ¿Logan?”
"Los hermanos de Kimber están bien. Nosotros solo pensamos que les debíamos-Maldita sea." Deke se inclinó hacia delante en su silla, puso su cerveza a un lado, y le disparó una mirada directa Luc, disculpa. "Quería decírtelo cara a cara. Yo mismo." Tragó. "Kimber está embarazada de seis semanas."
Capitulo 5
"¿Qué va mal?", Preguntó Alyssa cuando Luc atravesó la noche, hacia su casa.
Las tres de la mañana no era el mejor momento para tener una conversación de corazón-a-corazón, pero destilaba un ambiente de mierda como nunca había sentido antes en él. Algo sombrío lo recorría con ondas de asfixia, y aunque ella sabía que no vería con agrado la conversación, sintió su dolor y no podía permanecer en silencio.
"Nada." Le mordió la palabra.
"¿Así que siempre te pasas las luces rojas por el placer de hacerlo?"
El cuerpo de Luc se tensó. "Mierda. Lo siento. Yo no estaba prestando atención."
"¿He-Man dijo algo que te molestó?"
Sus manos tensaron en el volante. "Deke todavía está buscándote un sistema de seguridad. Va a llamar dentro de poco, cuando termine."
Una no-respuesta. Luc era bueno en la evasión. Por otra parte, tal vez esto no tenía nada que ver con su primo.
"Mira, si tu mal humor tiene algo que ver con lo sucedido en la cocina antes…"
"Se acabó, terminó, y no va a suceder de nuevo."
Como el infierno. Cruzó los brazos sobre el pecho. "Tengo que decirte, Chef, que no creo que tu nueva novia te este manteniendo satisfecho."
"Mantente fuera de esto."
"Si hay una cosa que sé, es de hombres. Y si estás feliz, lo de hoy no habría ocurrido."
"No pasó nada".
"Algo casi pasó."
Luc guardó silencio durante largos segundos. Alyssa maldijo en voz baja. Ella lo había presionado demasiado. Tal vez mañana sería un mejor momento para hablar.
"No nos hemos estado viendo mucho. No tenemos... El sexo no es el punto en la relación."
Traducción: No había dormido con esta mujer. ¿Con lo sexual que era Luc, en serio? Alyssa estaba feliz por eso, más de lo que debería.
"¿Qué? Ustedes dos juegan al Scrabble juntos?"
"Ya déjalo," gruñó.
Por ahora. "Muy bien. Gracias por ayudarme hoy con Primpton. No tuve la oportunidad de decirte cuánto agradezco que me defendieras."
"Es un falso pelmazo tratando de crear problemas para elevarse a sí mismo o su causa de mierda. Yo habría defendido a cualquiera que basureará."
Tal vez eso era cierto. Pero si Luc no tenía nada más que desprecio por ella, no se hubiera molestado. Él debe tener algún otro sentimiento por ella. Sólo tenía que averiguar cuáles eran y cómo hacerlos crecer.
"Lo cual es una de las razones que me atraen de ti", dijo en voz baja. "Tienes un buen corazón."
"Alyssa…"
"Sí, lo sé. Solo fue buen polvo, y ahora no quieres hablar de eso."
Maldita sea, debería haber sido más sutil. Tenía que mantener bajo control sus emociones y el usar su cabeza, o él se cerraría.
Minutos de silencio ocurrían por una vez más, luego se sorprendió con la pregunta "¿Qué le pasó a tu mamá?"
"¿Quién te contó…?" Suspiró. "Maldito Tyler. No sabe cuándo callar."
"Dos semanas no es mucho tiempo para llorar por un ser querido."
Alyssa vaciló. ¿Responderle y abrirle una potencial puerta hacia el dolor? ¿Cerrarle la puerta y poner fin a la compenetración y otra oportunidad para demostrarle que ella era una mujer de verdad debajo de las ligas?
"No éramos cercanas. Su ausencia no alteraba mi día a día. Ella era mi sangre, y sé que debería sentirse como si una parte de mí faltara... y de una manera, supongo que lo hago. Cuando lo escuché por primera vez, pasé del choque y la negación. La ira me consumió durante unos días. Ahora me siento... insensible."
Su mirada se suavizó. "Sigues procesándolo."
"Supongo. Nunca había perdido a nadie antes." Ella envolvió sus brazos alrededor de su cintura. Cuando pensaba en la muerte de su madre, un vacío apretaba su intestino. Pero ella no conseguía llorar. Tal vez demasiados años habían pasado. Tal vez seguía demasiado enojada.
“Reacción alérgica", murmuró. "Mi madre era sumamente alérgica al maní. De alguna manera hubo vestigios de ellos en la comida y... ella no consiguió los medicamentos a tiempo."
"Lo siento." Acortó la distancia que los separaba y le agarro la mano.
Ella la apretó. Ahora que estaba hablando de su madre, no era tan difícil. "Creo que lo que más me molesta es saber eso, porque ella se ha ido, no podremos resolver lo que estaba mal entre nosotras. Nunca se podrá arreglar."
"¿Y te arrepientes del tiempo que pasaron separadas?"
Que difícil pregunta. "Sí y no. Desearía que las cosas hubiesen sido diferentes, pero no lo fueron."
Luc le soltó la mano concentrándose en conducir de nuevo, y ella sintió la retirada de su toque, como una punzada. ¿Por qué se le antojaba este hombre que la deseaba mucho más de lo que le gustaba? ¿Y así, había una forma de que él la respetara?
"Sé que no es de mi incumbencia, pero ella... ¿desaprobaba tu carrera?"
Alyssa le envió una risa amarga. "Bailar alrededor de la barra no es una carrera, es una manera de ganarse la vida. Y no. Ella no lo sabía. Aprecio que escucharas, pero no hay nada que puedas hacer para cambiar el hecho de que nunca tendré la oportunidad de hablarle de nuevo."
"¿Es tu madre una de las razones por las que ayudas a las otras bailarinas a mejorar sus vidas?"
"No. Mejoré por mi misma y yo sola. Me importa una mierda lo que piensen los demás. Pero si estas chicas tienen una guía, quiero que mejoren su situación porque quieren más para ellas. Se necesita fortaleza para manejar un programa agotador."
Luc asintió con la cabeza. "Suena como dieciocho horas al día."
"A menudo".
Él le envió una mirada de medición. "Pero lo hiciste… más de una vez."
"Como he dicho, soy propietaria de un negocio. Y tengo ambiciones."
Alyssa vio el momento en que comprendió.
"Eso es de lo que se trata Bonheur. ¿Quieres...? ¿qué? ¿Normalidad? ¿Respeto?"
Luc estaba acercando incómodamente a la verdad, y probablemente lo haría reír. Probablemente pensaba que sus posibilidades de respetabilidad habían muerto, cuando Clinton era todavía presidente.
"Es solo un restaurante," protestó con voz débil.
"No. Bonheur es tu felicidad."
Tragó saliva. Había adivinado eso rápidamente, pero tenía miedo de admitir que tenía razón en voz alta. ¿Se reiría? ¿Qué pasaría si el restaurante fracasaba y tuviera que seguir bailando? ¿Qué pasaría cuando se hiciera demasiado vieja incluso para eso?
"No estoy avergonzada de mí misma", le espetó.
Él la entendía, pero no del todo… y ella no se lo permitió. Ella deseaba sentir su cuerpo contra el suyo, los latidos de su corazón contra el suyo.
Quería su amor, y sí, su respeto. Podía ser sexualmente demandante como él quisiera, pero no tenía derecho a que ella le entregara su alma en bandeja de plata. Él estaba sondeando en su pasado que nunca discutía. Con nadie. Parloteando sobre si iba a cambiar alguna maldita cosa. ¿Y quién necesitaba el dolor de la degradación cuando no hacía ningún bien?
Luc se volvió hacia ella, su expresión sorprendentemente solemne. "Siento mucho tu pérdida. Espero que encuentres la felicidad que te mereces.”
* * *
Cuando llegaron a la casa, Alyssa saltó del coche antes de que él pudiera llegar a su puerta o decir una palabra. Estaba ocultando algo. Luc empezaba a entenderla... sin embargo, había todo un pedazo de ella no entendía en absoluto. No debería importar. Él no se iba a quedar, y no podría ser su amante otra vez, ni siquiera temporalmente.
¿Entonces por qué sentía un impulso urgente de descubrir quién era ella?
El dolor. Esa nota en su voz, el endurecimiento de sus rasgos sensuales.
El pasado, su madre, algo más allá del dolor normal, hiriéndola. Había una nota de orgullo allí también. A pesar de su manera de bailar en la barra, se había tomado el tiempo para educarse a fondo. Ayudaba a otros guiándolos a hacer lo mismo.
¿Qué carajo él tenía que decir sobre eso, en este momento, él mataría a tradicionales dragones por ella?
Luc irrumpió en la casa, a sólo unos pasos detrás de ella. La conversación debía terminar... pero él no estaba dispuesto a ponerle fin todavía. Tenía más que descifrar.
Pero el teléfono en su bolsillo se puso a vibrar, y él lo sacó con una maldición. Deke.
Apretó el botón para hablar. "Dime."
"No es bueno, hombre. Es una mierda sofisticada. Alguien que sabía una cosa o diez sobre sistemas de seguridad manipuló los sensores en las ventanas de su piso de arriba, después aparejaron el panel de control para automáticamente entrar en esa zona."
Así que el culpable no era un borracho chico de fraternidad o un bromista. "Mierda."
"Lo he arreglado de nuevo y puse un disparador en el. Si alguien incluso respira en el dispositivo, sonará una alarma. Cuando Jack vuelva, lo tendré a él también para que le eche un vistazo, ver si hay algo más que podemos hacer para mantener este lugar seguro."
"Gracias."
"Mantén vigilada a Alyssa. Alguien quiso llegar a ella lo suficiente como para estropear un sistema de seguridad excelente. Eso es experiencia o mucho dinero para comprar esos conocimientos. Me pregunto qué tan severo es este pelmazo para ella."
Luc se preguntó lo mismo y maldijo.
"Voy a estar cerca de ella, especialmente hasta que vuelva Jack." ¿Eso no hará maravillas en su restricción? Pero no podía preocuparse por eso ahora, cuando la seguridad de Alyssa podría estar en peligro.
"¿Necesitas algún hardware?"
Las armas no eran sus favoritas, pero Deke le había asegurado que eran eficientes y precisas. Luc no estaba registrado para llevarlas en Luisiana, pero la situación era demasiado grave como para preocuparse por los aspectos técnicos.
"Esa probablemente es una sabia idea."
"Dame un día más o menos. Volveré con todo lo necesario."
"Te lo agradezco."
Deke vaciló. "Haría cualquier cosa por ti, hombre."
Excepto permitirle jugar al papá del bebé que venía en camino. No era lo que Luc esperaba. O merecía después de cómo se había manipulado a Kimber y su primo.
"Lo mismo digo" dijo finalmente.
"¿Estás bien con lo del bebé y todo?"
No. La noticia de la paternidad de Deke lo hacía casi tambalear sobre sus rodillas, lo dejó incapaz de respirar. Ahora Dake tenía todo lo que Luc había deseado. Kimber y su primo habían tratado de concebir desesperadamente... Luc suspiró. Él estaba muy emocionado por ellos.
Para sí mismo, él desesperaba.
Y no quería hablar de eso de nuevo. Pensarlo, incluso. Su propio fracaso como hombre era bastante afilado sin la repetición.
Esta semana no podría hacer una maldita cosa para acercarse a su sueño. Hasta que regresara a su casa, tenía que enfocarse en su promesa a Alyssa y ahora en mantenerla a salvo.
Lo primero en su lista era averiguar quién era su acosador. Sus principales sospechosos eran Primpton, un trabajo de locos que nunca había visto alguna vez. O Peter, el chico de fraternidad que tenían dinero y al parecer no había aprendido el significado de la palabra "no."
Pero ¿qué hay de Tyler? ¿Podría el gorila crear ese terror para que Alyssa sintiera la necesidad de estar más cerca de él? Era bastante sospechoso, pero después de ver su desempeño esta noche en el club, Luc no entendía por qué había que serlo. Tyler podría tocarla de cualquier manera, en cualquier momento que quisiera.
Por último, Luc contestó a Deke de la única manera que podía. "Te mereces ser feliz. Estoy muy contento por los dos".
"Tal vez deberías... hacerte la prueba de nuevo. Ha pasado un tiempo, ¿no?"
Años, pero nada cambiaba el hecho de que había un conteo de espermatozoides ridículamente bajo. Pasar por la humillación de pajearse en un tubo de plástico una vez más no tenía sentido. "Hay otras maneras. He leído recientemente sobre una cirugía que extrae esperma. También estoy considerando la adopción. O tal vez encuentre a alguien con niños pequeños o... Hay opciones."
"Por supuesto. Todas grandiosas. Lo voy a resolver. Por el momento, cuida a tu dulce esposa y dale mis felicitaciones."
"Lo haré." Dake sonaba renuente, pero abandonó el tema y terminó la llamada.
Tan pronto como el teléfono de Luc volvió a su bolsillo, juró e hizo todo lo posible para hacer a un lado la espinosa confusión en sus entrañas. Había problemas más urgentes ahora.
Él debería haber comprobado la casa antes de dejar que Alyssa irrumpiera dentro. Si alguien había violado su coche y su club, parecía lógico pensar que lo siguiente sería que entraran en su casa y tal vez hacer el ataque más personal.
Agradeciendo a Dios que nada en la casa se veía perturbado, Luc subía dos escalones a la vez con el corazón palpitante. Llegó y revisó el terreno rápidamente. Luz derramadose en la puerta de su dormitorio, y aliviado, entró.
La cama revuelta, adornos femeninos repartidos por todo el aparador, un libro sobre la mesita de noche. Nada fuera de lugar.
Sin embargo, un rastro de ropa atrajo su atención. Esparcidos por el suelo de madera brillante, su camiseta sin mangas, su vaporosa falda blanca, medias de seda, su liguero negro, y el sujetador de encaje estaban un paso o dos apartados. Los latidos del corazón le latían aún más fuertes, siguió las piezas a la puerta entreabierta de su baño. A penas ahí una tanga con un diamante de imitación-incrustada Diosas colgaba de la perilla. Luc se inclinó hacia la derecha y miró dentro.
Y perdió su capacidad de respirar.
Alyssa habían fijado su cabello por encima de su cabeza desordenadamente y llenó la bañera de hidromasaje con burbujas. Ella se echó hacia atrás y sensualmente enjabonó su reluciente piel con una esponja de color rosa. Cerró los ojos y suspiró.
Instantáneamente, se puso duro como libras de acero.
Luc había comprobado que estaba a salvo y nadie había irrumpido en su casa. Sabía que tendría que darse la vuelta ahora. Pero al igual que la noche anterior cuando la había visto masturbarse hasta el orgasmo, no podía hacer que sus pies se movieran.
De repente, levantó su mirada azul sensual hacia él. "¿Necesita algo?"
Una pregunta capciosa. ¡Sí! De hecho, se temía que la querría más allá de necesitarla.
Luc dibujó en un suspiro tembloroso. No. Él sólo necesitaba tener sexo.
Su inclinación sexual se había finalmente reafirmado después de Kimber y Deke decidieron convertirse en una pareja, y excluirle. Alyssa acaba de pasar a ser la primera mujer en un radio de cincuenta pies.
Excepto…. Si la hubiese conocido ayer y ella luciera como si fuera el tipo de madre que él tiene en mente, se habría apurado a meterla en la cama y en una relación tan rápido como le fuera posible. No solo la quería a ella, estaba empezando a gustarle. Y eso la convertía en la más peligrosa.
No es que sus bonitos rosados pezones, duros y balanceándose en la superficie del agua, ayudaran a aclarar su pensamientos.
“Alyssa, no me hagas esto”. Dios, casi no reconocía su propia voz. “Por favor”
Ella le levantó una ceja, arrastró la esponja de baño por un seno, sobre su pezón, lamió sus labios, y dejó suelto un pequeño gimoteo. Luc se tambaleó hacia atrás, aferrándose al pomo de la puerta. La seda que se había rozado contra su coño durante todo el día llenó su mano. Ella estaba en todos lados, friendo su cerebro, abrasando su sangre. Tenía escrito descarrilamiento por sobre todo esto, y su deseo por ella estaba por saltar los carriles.
“¿Hacer qué? Estás en mi baño”
Él apretó sus puños y contó hasta diez, con los ojos cerrados. “Cierra la maldita puerta la próxima vez”
“Estoy acostumbrada a vivir sola. Si no te gusta la vista, no entres”
Estaba siendo intencionalmente obtusa.
Maldiciendo, él abrió sus ojos. “Si no dejas de bromear conmigo, no te va a gustar lo que pase después”.
Porque se sentía como una estufa a presión a punto de explotar. Lo que le había hecho la última vez que pasó la noche con ella parecería un amable apretón de manos comparado con la necesidad cargando a través de su torrente sanguíneo. Si él soltara eso sobre ella, que Dios los ayude a ambos.
Alyssa solamente le envió una tranquila mirada de consideración. “Entonces vete”
Él exhaló rudamente y miró al techo. “Estoy tratando”
“Déjame que te ayude” ofreció Tyler, su voz apenas unos centímetros detrás de Luc.
Mientras Luc se volteaba, el guardaespaldas empujó su camino adentro con los hombros, deslizándose más adentro en el pequeño baño. Él gimió con apreciación ante la visión de Alyssa bañándose. “Maldición, te ves despampanante, bebé. ¿Donde hay una cámara cuando la necesito?”
“¿Qué diablos estas haciendo aquí?” demandó Luc. “¡Fuera!”
Tyler miró sobre su hombro. “¿Que estás haciendo tú aquí?”
“Me he estado quedando aquí desde que Homer dio mi habitación” Luc cruzó sus brazos sobre su pecho. “¿Cómo entraste?”
El guardaespaldas le dedicó una sonrisa de satisfacción. “Tengo llave de la casa”
Esas cinco palabras sobresaltaron a Luc. Si, él había sospechado que eran amantes, pero esto sello el trato.
Si Alyssa iba a permitir que Tyler se entrometiera y se quedara, Luc no podría quedarse, sabiendo que estarían follando - o peor, escuchándolos follar. Salir era su única opción.
Todavía no podía obligarse a caminar hacia fuera y dejarla para que compartiera su cama con Tyler.
El otro hombre se acercó alrededor de él y tomó una toalla del estante y la sostuvo en alto. “Sal. Necesito verte”
Alyssa lo atravesó con una mirada impaciente. “¿Ahora?”
Tyler asintió. “Traté de llamar y decirte que estaba en camino”
“Creo que dejé mi teléfono en la SUV de Luc”, ella suspiró. “¿No puede tener una chica un poco de paz?”
A pesar de su protesta, Alyssa se paró, el agua recorriendo en cascada su piel dorada, sus pezones perlados goteando. La visión sobrecargó la necesidad de Luc por ella de nuevo. Extra jugoso y ardiendo, su sexo impulsó una sobrecarga a su sentido común.
“Vamos” demandó Tyler
“Ella se queda conmigo” gruñó él.
Sacudiendo su cabeza, Alyssa le envió una sonrisa de disculpas. “Esto debe ser urgente. Con esperanza, Tyler y yo no tardaremos mucho”
¿Qué era urgente? ¿La necesidad de Tyler de follarla? No podría ser más urgente que su propia necesidad.
Maldición, Luc no podía creer que Alyssa hubiera elegido al musculoso cavernícola por sobre él. ¿Después de que ella estuviera atormentándolo implacablemente, casi dándole una mamada unas pocas horas atrás? ¿Después de estar todo el día más que sugiriendo que lo quería? Ella le estaba dando a Tyler su atención.
Alyssa salió de la bañera y permitió que Tyler envolviera la toalla a su alrededor y atrajera su cuerpo contra él. Él quitó el agua de su suave hombro y gimió.
¡Maldito hijo de puta! Luc se aferró a la puerta casi no resistiendo la urgencia de golpear a Tyler en la cara.
¿Por qué golpear al hombre porque la mujer que los dos querían había elegido? Si él debía estar enojado con alguien, debería ser con él mismo, por querer a la mujer en primer lugar.
“Hagan lo que sea que mierda quieran. Parece que lo van a hacer de cualquier manera”. Luc cerró de un golpe la puerta y salió con paso decidido hacia la noche.
* * *
Para nada orgullo de si mismo, Luc se paró cruzando la calle desde la casa oscura de Alyssa, botella de whisky en la mano, y esperó. Llevaba ahí durante la última hora, y ahora eran casi las cuatro de la madrugada y estaba bien en su camino a la borrachera y más enojado que nunca.
Ella había elegido a Tyler. Incluso ahora ellos estaban adentro follando como locos mientras él vagaba por el parque, su legendaria polla en la mano, deseando como el infierno estar en el lugar de Tyler. Esto, después que Luc la había rechazado más de una vez, como el jodido idiota que era.
Para empeorar las cosas, había escuchado un mensaje de Emily más temprano. En vez de estar aliviado de escuchar su voz, el agudo feliz-feliz tono había sido como una barra de acero caliente atravesando su cerebro. Lo había invitado a un picnic de la iglesia para el próximo fin de semana, y su primera reacción había sido de horror.
¿Cuál era el problema con él?
Alyssa Devereaux
Había tomado la intromisión de Tyler, el sutil rechazo de Alyssa y su propia intoxicación para darse cuenta que quizás el mejor rumbo de acción era follarla y sacarla de su sistema. Por supuesto, esa opción no estaba disponible justo ahora dado que ella estaba de otra manera ocupada.
Gracias a Dios él había traído esta botella del cantinero de Alyssa, después de la visita de Deke.
¿Qué hizo Tyler por ella que la consiguió tan satisfactoriamente? ¿Era un dios de lo oral? ¿Estaba excepcionalmente bien dotado? Luc torció el gesto ante el pensamiento de las partes masculinas de Tyler. Lo único que él dudaba seriamente era que Tyler pudiera superar su aguante. Luc sabía que tenía al guardaespaldas - y a casi cualquiera - vencido en ese juego.
No es que él estuviera orgulloso del hecho que a veces se adentrara en un frenesí sexual y no saliera de él en horas… y no preguntara a su amante por su comodidad y placer. El tomó y le dio implacablemente hasta que ella fue una esclava de la necesidad. En su estado alterno, él vivió por sus uñas clavadas en su espalda, sus pedidos susurrantes, y por sobre todo, sus gritos.
De repente, la luz del porche de Alyssa se encendió. La puerta principal se abrió. Tyler salió afuera, y ella surgió detrás de él, vistiendo una túnica de satén pálido que coqueteaba con sus muslos desnudos, su cabello cayendo por su espalda como un brillante faro.
El guardaespaldas alcanzó la puerta de su camioneta, y luego se volteó.
Tomó a Alyssa por sus hombros, la acercó a su gran cuerpo, acarició la suave corona de su cabello. Ella recostó la cabeza en su hombro, luciendo perfectamente cómoda en sus brazos.
Luc desvió la mirada y tomó otro trago de whisky. El líquido golpeó el fondo de su estómago, quemando. ¿O eran sus entrañas ardiendo porque continuaba viendo la imagen de Tyler follando a Alyssa una y otra vez en su cabeza?
Nada de evitar la verdad ahora. Luc estaba tan malditamente celoso que difícilmente podía ver derecho. ¿No era la ironía una perra?
Alyssa se enderezó. Tyler murmuró algo, luego besó su frente. Ella asintió, luego retrocedió.
Luc frunció el ceño. ¿Si ellos habían estado incendiando las sábanas durante la pasada hora, no se despedirían con un persistente beso?
Finalmente, el otro hombre saltó dentro de la lustrosa camioneta negra y se alejó. Alyssa lo observó doblar la esquina. Luego, clavó los ojos en su propia SUV.
“¿Luc?”
Mierda. Debería haberse ido, manejar a cualquier lugar donde no tuviera que verla con Tyler - y que ella supiera que él los había visto. Pero no, estaba muy ocupado ahogándose en alcohol y celos como para pensar derecho.
Con un suspiro, se empujó desde el árbol, su mirada adherida a su esbelto cuerpo, la brisa alborotando su sedoso cabello, sus pezones pinchando el frente de su trémulo y corto negligé, el satén adhiriéndose a sus caderas.
Tyler probablemente recién se había arrastrado desde sus muslos, y maldito sea Luc si no quería arrastrarse a sí mismo entre ellos. La deseaba de una manera tan intensa, que le importaba una mierda si le tocaban unos chapuceros segundos.
Estaba tan profundamente hundido
Finalmente, él camino dentro del haz de luz de la calle.
Alyssa jadeó, luego sofocó el sonido con su mano. Entornó sus ojos sobre la botella que él sujetaba firmemente. “Estás borracho”
Luc deseaba que fuera verdad. Negó con la cabeza. “No por falta de intentarlo”
“Entra en la casa y consigue un poco de sueño”. Ella se volteó hacia la puerta principal.
Él se lanzó tras ella. Justo adentro del recibidor, le agarró su brazo. “¿No tienes nada más que decir?”
Ella le envió una mirada filosa. “Nadie te pidió que te fueras”
“¿Entonces se suponía que tenia que verlo magullarte?” Luc cerró la puerta de un golpe, encerrándolos en un silencio sombrío. Luego, algo terrible le ocurrió. “Oh, mierda, no. ¿Querías que ambos te follaramos? ¿Juntos? Nunca va a suceder. Yo no tendré derechos exclusivos sobre ti, pero no te voy a compartir voluntariamente de nuevo”
Alyssa retorció su brazo para liberarlo de su agarre y lo abofeteó.
“¡Maldito seas! Estoy tan cansada de que encuentres cada sarcástica y sutil manera posible de llamarme puta. Solo encuentra tus pelotas y dilo. ¡Vamos! Piensas que me follo todo lo que tenga pantalones”
“¿No tuviste sexo con Tyler recién?”
Su boca se tensó. El dolor cruzó su rostro por un momento - hasta que la furia ocupó su lugar. “Desde que te fuiste, nunca lo sabrás”
Ella caminó dentro de la sala de estar y dobló hacia las escaleras. Y Luc no pudo soportarlo. Debería dejarla ir; esta absorbente clase de enojo no era normal, no era él. Pero no podía hacerlo.
Se abalanzó y la agarro rodeando su cintura, arrastrándola contra él.
Ella sabría instantáneamente cuán duro estaba él, pero ¿qué mierda? Él estaba constantemente duro alrededor de ella. Y si no lo había averiguado todavía, él tenía algo más que una pequeña pista para darle.
“¿Lo dejaste follarte esta noche?”
Maldición si su voz no se quebró. Luc no quería que la respuesta le importara, pero ya estaba más allá de intentar pretender que no lo hacía.
Ella forcejeó para liberarse, pero él se mantuvo firme. Cuando ella abandonó, él la volteo para enfrentarla.
“¿Lo dejaste?” él demandó.
“No sabes ni una jodida cosa sobre mí, y la pregunta lo prueba. Incluso si te diera la verdad, no la creerías. Quieres escuchar que le di una mamada en el baño, que luego nos trasladamos al dormitorio para que él pudiera chupar mis tetas mientras yo lo montaba, y luego después de una vaquera a la inversa, él terminó conmigo por detrás. ¿Es suficiente detalle para ti?”
Él apretó su agarre en ella. “¿Es esa la verdad?”
“¿No haría eso tu vida más fácil? Podrías borrarme tan rápido. Oh, follarme primero, por supuesto. Todos los demás lo hacen, ¿correcto? Pero luego podrías alejarte porque yo no soy más que una puta. Bueno, ¿sabes qué? Vete a la mierda” Alyssa le dio un codazo en el estómago.
Luc gruñó y se dobló, agarrándose a la mitad, mientras miraba su espalda al marcharse.
“¡Maldición! Alyssa! Yo…”
“¿Tú qué?”
¿Que estaba por decirle? ¿Realmente importaba? Él la había insultado completamente - y todavía no sabía si tenía la razón. Sólo sabía que tenía un terrible temor que si le permitía subir las escaleras y entrar en su dormitorio sola, él probablemente no volvería a tener una oportunidad de tocarla.
“No lo sé” admitió finalmente.
“Tienes razón” gritó ella. “No lo sabes. No sabes una mierda sobre mí. ¿Alguna vez pensaste que hay una mujer debajo de todo este maquillaje y ropas provocativas que tiene sentimientos reales que no tienen nada que ver con el sexo? ¿Alguna vez pensaste que quizás quiero que me veas como algo más que una stripper y una follada fácil? ¿Que quizás significas algo para mí?” Ella sacudió su cabeza. “Por supuesto que no”
Alyssa inspiró, luego sollozó. El sonido desgarró a través del pecho de Luc. Jesús, nunca quiso lastimarla. “Lo siento”
“Olvídalo. Ya no importa.”
Sus palabras incitaron un pánico que él no pudo contener. “¡Espera! Yo…”
“No”. Ella retrocedió, alejándose de él. “Olvídalo. No me van a devolver el auto desde lo de Remy hasta el miércoles, pero voy a pedirle a Tyler que me lleve hasta entonces. Te conseguiré una habitación en lo de Homer por la mañana. No debería ser muy difícil, desde que yo le pagué para que entregará tu habitación, en un comienzo”.
Oh, Dios querido. El fondo se cayó de su estómago, y él finalmente entendió muy tarde. Ella quería que él estuviera con ella. Que pasara tiempo con ella. Ver que había entre ellos, sexualmente y de otras maneras. Y él la había tratado con un desprecio silencioso. Como basura. Pero incluso si mágicamente él se enamorara de ella mañana, ella no encajaba en sus planes futuros.
Luc tomó otro largo trago de la botella. “Lo…. Siento”
“Lo entiendo. En tu cabeza, somos de diferentes mundos. Me pusiste en mi lugar, y no lo rebasaré de nuevo.” Ella enderezó su columna y se dirigió hacia la escalera. “Para que conste, la visita de Tyler fue sobre la entrada forzada al club. En la barrida de esta noche, él investigó detalladamente la escalera completa. Parece que mi acosador me dejó otro cuchillo y una “nota de amor” incrustada en la almohada de mi dormitorio en el club. Y en esta no solo me llama puta; dice que me pondrá un freno para el bien de todos, muy pronto.
Capítulo 6
Alyssa subió las escaleras. Un pie al frente del otro. Llega a tu cuarto.
Cierra la puerta.
De ninguna manera le iba a mostrar sus lágrimas a Luc Traverson. Ella ya le había dado demasiado poder para herirla. Y él lo había usado sin pensarlo.
“¿Qué dijiste?” él exigió. Un momento después, se lanzó tras ella y la agarró, girándola para que lo mirara a la cara. “¿El mismo pervertido que irrumpió en tu coche entró a tu club?”
“Y me amenazó. No hay necesidad de que te molestes por mi seguridad. Ese es el trabajo de Tyler, que es por lo que vino aquí esta noche. Ahora, si me disculpas…”
Ella intentó salirse del alcance de Luc. Su calor y su olor almizclado estaban llegándole. Esos ardientes ojos, su tenso cuerpo musculoso, estaban debilitando sus rodillas.
Nunca había pensado en ella como una de esas estúpidas mujeres que se quedaban en relaciones destructivas con personas que sentían más desprecio por ellas que cariño. Aparentemente, su corazón era tan susceptible como el de las demás.
Era un trago amargo.
“Luc, suéltame”.
Sacudió la cabeza, tomó su cara entre sus manos. “No puedo”.
En el rellano de sombra, Alyssa vio la intención brillando en sus ojos un instante antes de que él bajara la cabeza. Dios, ella deseaba tanto besarlo. Músculo, hueso, sangre, todo en ella estaba tenso por unirse con él. Tocarlo. Darle cualquier cosa que quisiera.
¿Por qué de repente la quería?
Porque él teme que Tyler te haya tenido.
Ella se dio la vuelta, mordiendo la parte interna de su mejilla contra el dolor de la negación. Una punzada debilitante se repetía en su pecho.
Cuando sus labios sintieron su mejilla, lágrimas apuñalaban sus ojos.
“No hagas esto”, él le pidió en el oído, tirando de ella con tanta fuerza contra él que olió la hierba recién cortada del parque en su ropa y el whisky en su aliento. Su toque estaba lleno de desesperación, mientras le limpiaba las lágrimas. Alyssa se sentía debilitarse.
Dios, ¿cómo podía ella querer tanto a un hombre que la tenía en tan baja estima? Se supone que era más inteligente para ese juego.
“No puedes quererme sólo porque Tyler lo hace”. Sollozó. “No soy un trofeo sexual en una competencia de mierda. Sólo… déjame ir”.
Trató de zafarse, se había desollado mentalmente por la estúpida esperanza que la había animado a seducir a Luc en primer lugar, a atraer su estrecha colaboración con la tonta idea de que él pudiera enamorarse de ella. Él probablemente quisiera a alguien como Kimber: sana, con un futuro brillante y un llamativo y limpio pasado. Una persona sin una serie de antiguos amantes y una hoja de vida en el comercio sexual.
Si eso era lo que él quería en una mujer, Alyssa estaba completamente condenada.
Él le tomó las mejillas y llevó su cara de vuelta a la de él.
“No eres un trofeo para mí, lo juro. Sé que no tengo derecho a decirte qué hacer”. Él la acercó aún más, e incluso en la oscuridad, ella vio el dolor retorcer su cara. “Yo estaba celoso. Tan malditamente celoso, me estaba comiendo vivo. La idea de que le habías entregado a él lo que yo quiero tan desesperadamente”.
¿Celos? Tal vez le interesaba un poco…
“Me ofrecía ti—más de una vez”. Las palabras salieron como una acusación.
“Traté de ser caballeroso. Inteligente. De usar mi control y no devastarte y saquearte de nuevo. No quería que pensaras que era un cavernícola o un loco. No quería perder el control. Tengo un futuro específico en mi mente, y no veo cómo encajamos juntos en esa imagen. Pero…” El dolor ataba su voz; luego exhaló entrecortadamente.
“No puedo ignorar o negar lo que siento nunca más. Estaba preocupado como el infierno por ti, sí. Estaba aterrorizado por el pensamiento de que el acosador pudiera poner sus manos sobre ti y herirte. Haré lo que sea necesario para mantenerte a salvo”.
Lo que sea necesario. Parecía como si realmente le importara. Sí, le dolía saber que ella no encajaba en su futuro, pero para el aquí y ahora… Sus palabras tiraron de su corazón, se rompió la presa que retenía sus emociones. Ella estaba a pocos minutos de un mar de lágrimas. “Luc—“
“No puedo vivir otro momento sin tocarte. Te necesito más que a mi siguiente respiración”.
Honestidad cruda arrasó sus facciones cuando se inclinó de nuevo, los pulgares cepillando su mandíbula. Su tacto, como su mirada, le suplicó.
Alyssa no tenía la voluntad para rechazarlo.
Ella enterró sus manos en su cabello y tiró de él hacia ella. Sus bocas se encontraron con prisa, un suspiro, una fusión de labios, un gemido. El olor del alcohol y su necesidad estallaron a través de sus sentidos. Luc tiró los brazos alrededor de ella y la levantó en contra de sí mismo, como si de pronto pudiera hacerlos uno.
El instinto la guió a envolver sus piernas alrededor de él. Él estaba ahí para sostenerla con una mano bajo su trasero y otro beso abrasador.
Él se hundió profundamente, el deseo era agudamente evidente en la forma en que fusionó sus bocas juntas. Nada había sido tan íntimo. La besó como si quisiera saborear cada pedacito de ella, memorizarla.
Alyssa le devolvió el beso con el mismo fervor, a pesar de que ella lo había memorizado mucho tiempo atrás.
En su cabeza, ella sabía que este abrazo probablemente no significaba para Luc todo lo que era para ella. Claramente la quería—al menos por ahora. Pero, ¿qué sentía realmente por ella? ¿Cualquier cosa?
¿No había ido demasiado lejos para importarle?
El mañana llegaría pronto, y con él, un montón de recriminaciones. Pero a partir de ahora hasta el amanecer se trataba puramente del placer.
Acerca de conectar de nuevo.
Luc volcó otro beso en su boca y dio un paso hacia su dormitorio, cada movimiento frotaba sus cuerpos juntos. Alyssa contuvo el aliento por la increíble fricción. Él estaba realmente ahí. Con ella. Ella lo sostuvo más cerca y se quejó en contra de su garganta, ensartando besos hasta el cuello, a través de su mandíbula ensombrecida de las cinco en punto, hasta que se encontró con su boca de nuevo. Él estaba esperando, abierto y voraz. Ella se derritió bajo su ataque.
Momentos después, su mundo se inclinó, y luego la cama estaba a sus espaldas, y Luc estaba encima de ella, apoyado en sus brazos.
Respirando con dificultad, él la miró a través de la luz de la luna.
“Te he deseado de nuevo desde el segundo en que entré a tu club”.
Ella le sostuvo la mirada, que brillaba con la pasión cruda y la verdad. Él quiso decir cada palabra, a pesar de que los demás creían sobre ella. A pesar de lo que él pensaba que había hecho esta noche con Tyler. A pesar de los meses vacíos desde que se habían unido por última vez.
“Yo también”, ella confesó.
De hecho, había anhelado a Luc desde que despertó sola tres meses atrás, dolorida y sabiendo que no iba a volver.
“Te he extrañado”, ella espetó. “Probablemente no quieres oír eso, y sé que tienes a alguien más—“
“No está noche. En este momento sólo somos nosotros”. Él acarició su cabello quitándolo de su cara. “He pensado en ti tan a menudo… Desde el segundo en que te tuve debajo de mí hace tantos meses, has sido una fiebre no me puedo quitar”.
No era una declaración de amor, pero ella lo aceptó. Él sintió algo por ella. Y honestamente, ella no podía nombrar sus sentimientos por él.
Ella nunca tuvo un anhelo de enamorarse. . . hasta que conoció a Luc.
“Quédate a mi lado”, ella susurró.
“Nada me haría apartarme ahora”.
Luc tomó su boca profundamente, con un deseo intenso en cada aplastamiento de sus labios, cada golpe de su lengua.
Largos minutos después, él se levantó para desabrocharse la camisa.
Alyssa lo sorprendió de improviso y lo ayudó, sus dedos acariciaron su piel de seda-en-acero. Él despedía calor. En las sombras, se encontró con la pista intrigante de pelo que bajaba desde el ombligo hasta la polla. Recordó haberla seguido con la lengua y hacerlo gemir y temblar.
Ella ni siquiera trató de resistir ahora. En su lugar, presionó su boca en él, bajando por su abdomen.
Se puso rígido y luego gimió. “Estás jugando con fuego”.
Una tímida sonrisa flotó en su boca. “Me gusta quemarme”.
Con un gemido, ella lamió el camino al rastro del tesoro, saboreando el sabor picante de su piel, la sugerencia de sudor, su masculinidad absoluta en su lengua. Tan adictivo.
Tenso, le metió las manos en el pelo y la llevó más cerca. "La primera vez que me hiciste eso, casi me volvió loco. Esta vez, quiero mucho más. Querido Dios…"
Ella sonrió contra su estómago, luego mordisqueó su camino para arriba, hacia el pecho, desabrochando el resto de los pequeños botones blancos su camisa. Por último, llegó a sus pezones marrones, pequeños y masculinos, que ya estaban duros. Ella los vio con avidez.
"No", advirtió suavemente. "Mi autocontrol… Estoy colgando de un hilo".
"Déjalo ir". Ella infundió todo su deseo en el susurro y dio marcha atrás con una mirada caliente—justo antes de cerrar la boca alrededor de su pezón, y lo chupó.
Él lanzó un grito, el sonido fue roto y duro.
Animada, Alyssa raspó suavemente el pezón con los dientes y lo chupó de nuevo, pese a que sus manos se dirigieron a la marcha de sus vaqueros.
Él la agarró por las muñecas y se apartó. "No hagas eso a menos que me quieras encima de ti, en tu interior, en los próximos diez segundos. Soy una bomba de tiempo con un fusible de graves carencias".
“Me encantaría tenerte dentro de mí ahora”, ella dijo honestamente. “He pensado en ti… Nuestra noche juntos fue increíble. Necesito más de esa emoción ahora”.
Luc exhaló de manera entrecortada. “No quiero lastimarte. La última vez fui muy rudo, demasiado demandante—“
“Demasiado perfecto. Hazlo de nuevo”.
Él se calmó. Algo cruzó su cara. ¿Aceptación? ¿Pasión? Cualquier cosa que fuera, hizo que su corazón latiera en el pecho con una vibración enloquecida.
Yendo hacia atrás, se bajó de la cama. Se sentó, y la ansiedad desgarró a través de ella. ¿Lo había leído mal? ¿Estaba abandonando?
En su lugar, él se quitó la camisa, dejando al descubierto millas de hombros de hermoso bronceado, delgado, ondeando los músculos, y un paquete de seis que la hacía jadear. Dios, él era. . . todo. Sensual, intenso, tan inteligente y atractivo, por no hablar de talentoso. Y él la quería ahora mismo.
Luc rasgó el botón en la bragueta, tiró de la cremallera hacia abajo, y empujó lejos sus pantalones vaqueros y su ropa interior con una eficiencia brutal, se puso de pie desnudo. Con los puños a los costados, su pecho agitado al tiempo que fusionó su mirada a la suya, que le atravesaba con el deseo que dejó su cuerpo en llamas, hizo que le doliera el coño.
Ningún hombre le había hecho esto aparte de Luc.
“Si te hago daño, debes encontrar una forma de detenerme”, el dijo.
Y esa era otra razón por la que ella tenía profundos sentimientos por él. Si él quería preocuparse o no, lo hizo. Su seguridad era siempre una consideración. Él podría haber tomado su profesión y su vida por su valor nominal, pero nunca trató su bienestar como algo intrascendente.
La mujer que consiguiera su corazón sería completamente atesorada, y Alyssa anhelaba ser ella.
“No lo harás”.
Un destello duro entró en sus ojos chocolate. "Levántate".
Temblando, con su interior hecho una mezcla de expectación y necesidad, lo hizo. Luc se inclinó hacia ella y le acarició las piernas hacia abajo, los dedos trazando una línea sensible de la curva de su culo todo el camino hasta las pantorrillas.
Con sólo tener las manos sobre ella la hacía temblar, pero su tacto, lleno de sutil demanda, hizo que sus rodillas se debilitaran. Su deseo y la impaciencia aumentaron.
"Luc…"
Sin previo aviso, él cogió el dobladillo de su bata y la sacó. Un rasgón por los hombros fue su única advertencia antes de que el vestido se deslizara por su cuerpo, para combinar en un círculo alrededor de sus pies suaves.
De repente, se quedó desnuda.
En un roce del aire fresco de la noche, los pezones alcanzaron su punto máximo. ¿O era causado por la visión de su sonrisa rapaz? Su vientre se estremeció al tiempo que él enroscó sus manos alrededor de sus pantorrillas y las instó a separarse. Su boca las siguió, trabajando a toda prisa y con la boca abierta sobre su espinilla, el interior de las rodillas y los muslos, hasta que ella respiró con dificultad, alcanzando a ciegas su pelo, sus dedos picaban con las ganas de sentir su suavidad.
Se puso de rodillas y besó su vientre plano. "De espaldas".
Ella obedeció cuando él la levantó y se quedó con un solo movimiento, al parecer demasiado impaciente para esperar. Ella lo agarró con fuerza excesiva cuando aplastó su boca bajo él y la besó con una demanda que le robó el aliento y el pensamiento.
Luego la dejó sobre la cama y la miró, desnuda, con la polla pesada por la excitación. Esos ojos oscuros de pecado mostraban tanto amenaza como una promesa de placer diferente a todo lo que ella había conocido cuando su mirada se pegó a la cara. Poco a poco, su mirada láser trazó un camino hacia abajo a sus pechos y se quedó antes de rozar su vientre y fijarse en su coño.
"Abre las piernas".
Ella había visto su lado dominante antes. Pero Alyssa tenía la impresión de que iba a experimentarlo en un nivel totalmente nuevo. Su tono oscuro la hizo estremecerse. El aspecto dominante en su cara le confirmó la gravedad de sus palabras— y le robó el aliento. Su pecho apenas podía contener el resoplido de su corazón. Pero ella hizo lo que él le pidió, separando sus muslos unas pocas pulgadas.
“Más”.
Su expresión exigía que se hiciera abierta y vulnerable a él en todos los sentidos. Alyssa no tenía duda de que él tomaría todo lo que estaba dispuesta a dar, entonces, como la última vez, la convencería a más hasta que ella quedara ronca y dolorida, y sublimemente saciada. Ella alivió sus muslos alejándolos más.
"Más", gruñó.
Capturando el aliento, vaciló. Pero a pesar de su inquietud, ella no podía negarle nada.
Ella separó las piernas de nuevo, hasta que los músculos de los muslos interiores se tensaron. La necesidad era un charco de calor brillante y ondulante en su sangre. El vacío tamborileó dentro de ella. Todo gritaba por ser llenado con su polla— y toda la pasión ardiente que viene con ello.
Él la agarró por las caderas, y luego metió las manos bajo la espalda y la levantó. Bajo sus órdenes en silencio se arqueó para él, doblando las rodillas, empujando sus pechos hacia él.
“Perfecto”, murmuró, y luego se posó sobre su cuerpo, el roce de su pecho rastrillando el suyo, haciéndola vibrar.
Una fuerte presión de sus labios sobre los de ella se transformó en una línea sofocante de besos por el cuello, la clavícula, y a continuación, directamente a sus pechos. A medida que cubrió uno en una forma de copa, devoró el otro, con la boca creó un choque caliente para su sistema. Chupó duro su pezón, y ella sintió el deslumbre hasta el lugar entre sus piernas. Él acarició el otro al mismo tiempo.
Gimiendo, se empleó a acercar a Luc hacia ella, deseando que la noche no terminara nunca. Antes, el hombre la hizo sentir mucho más que cualquier amante. Más femenina, más natural, más dispuesta a todo.
"Me encantan estos", murmuró, cambiando su atención hacia el otro seno. "Recuerdo cuan hinchados se pusieron tus pezones cuando los chupé. ¿Se pusieron sensibles después?"
“Sí”, Ella gritó su recuerdo de su devoción oral—por cerca de una hora— que aún estaba fresco en su mente. “Todavía te sentía ahí el día siguiente”.
“Quiero que me sientas aquí de nuevo mañana”.
Temblando, ella asintió con la cabeza. "Por favor".
Luc gimió mientras arrastraba su pezón a la boca una vez más y le dio un tirón duro, raspando suavemente con los dientes. Un deseo eléctrico subió a través de su cuerpo. Él mordió el camino por el lado de su pecho, luego mordisqueó más al otro y repitió el proceso.
Él fue más duro que antes, más exigente. Ya los picos iban creciendo dolorosamente, y él no mostraba ninguna señal de disminuir. Incluso si hubiera querido pedir misericordia, sospechaba que él no presentaría ninguna. Ella sintió que él necesitaba encontrar alguna manera de marcarla esta noche, demostrarse a sí mismo que tenía alguna parte de ella que Tyler no. En vez de asegurarle que tenía cada pedacito de ella, lo abrazó, lo animó con una súplica murmurada.
Su mano libre vagó sobre su hombro, bajó a la curva de su cintura, a través de su cadera… hacia sus muslos separados.
Ella asintió. “¿Estás mojada?”
“Un estado constante cuando estás cerca”.
Sus dedos rondaron su ombligo, pero su pulgar dibujó pequeños círculos sobre la piel, tan cerca de su clítoris que ella quería gritar.
“Tócame”, lloriqueó.
“Mmm, definitivamente, tengo muchas ganas de hundirme en ese dulce coño. Estabas tan apretada la última vez, me agarraste, me ordeñaste. Tus brazos alrededor mío, tú gritando mi nombre… Tan malditamente caliente. Inolvidable”.
Alyssa sólo podía gemir mientras esperaba que él finalmente la tocara donde ella más lo necesitaba. En cambio, jugaba con ella.
Su dolor se multiplicó, se disparó. La excitación se reunió en su núcleo.
Se sentía hinchada, necesitada, dispuesta a rogar si servía de algo. Pero él simplemente le rozó con los nudillos sus pliegues, dando a su clítoris el más pobre tacto.
Alyssa jadeó. “Luc…”
“Quiero oírte decir mi nombre varias veces esta noche. Mi nombre. De nadie más”.
Ella no podía pensar en siquiera recordar su propio nombre en este momento, mucho menos el de alguien más.
“Sí”, ella sollozó. “Sí…”
Por minutos interminables, él cubrió, bañó, y acarició sus senos. Tiró de sus cimas, chupó con fuerza, murmurando su agradecimiento a medida que crecían, enrojecidos, alzándose aún más. Sus pezones estaban tan duros, su necesidad tan aguda, que mezcló sus manos en su pelo, usándolo como su cuerda de salvamento mientras se ahogaba en necesidad.
Al pasar el pulgar por encima del talón tiró de uno y luego el otro, dio un paso atrás y tragó. "Tan tierna y abrumada. Magnífica".
Ahora, sin su contacto, Alyssa anhelaba más de la sobrecarga sensorial y acarició sus propios pechos. Pero no fue suficiente para aliviar el roer incesante de su hambre. Deslizó sus manos por su abdomen, hacia los pliegues húmedos. Alivio. Ella lo necesita para frenar el dolor. Ahora.
Antes de que alcanzara su destino, Luc la agarró por la muñeca. "No. Yo digo cómo y cuándo. No es por tu mano esta noche".
“Pero—“
Alyssa no terminó el pensamiento. Él estrelló su boca contra la suya y merodeó por el interior, la posesión era evidente a medida que el tomó el beso más profundo. Sin previo aviso, sus dedos se deslizaron en la hendidura mojada, y se metieron dentro. Ella gritó su placer en su boca.
“Maldición”, respiró. “Te sientes tan bien”.
Sus dedos jugaron con ella a la perfección, como si se acordara de su cuerpo y exactamente cómo hacerla gritar. Su toque diabólico patinó a través de ese punto sensible en su interior, luego alternaba, presionando y frotando, también el pulgar tocaba su clítoris hinchado.
Fuego convergente dentro, fuera, tirando, dibujando, girando y creciendo. Otra vez cubrió sus gritos ahogados con su beso. Ella clavó las uñas en sus hombros, y él siseó. Entonces él le envió una sonrisa depredadora, un destello de promesa sexual y los dientes blancos en la oscuridad.
“Eso es. ¿Lista para venirte?”
No necesitaba preguntar; él lo sabía. Pero quería que ella lo dijera. A Luc le gustaba hacerla confesar sus deseos. Por el momento, no tenía manera de ocultarlo.
“¡Sí! Por favor…”
En lugar de enviarla hacia allá, retiró sus dedos y los pasó a través de su raja. "Muy hinchada. Me agarras tan fuerte”.
Él la calmó al estar más cerca hasta que la cubrió, su pecho apretándola más en el colchón, sus muslos separando más los de ella para acomodar sus caderas. Sus manos instándola a abrirse más.
La anticipación sofocó a Alyssa. Ella quería a Luc profundo, tan dentro que nunca pudiera recordar a otra mujer y nunca imaginara irse.
“Esta noche no tendrás tiempo para pensar en alguien aparte de mí”, él prometió.
Ella nunca lo haría de todas formas, pero él no entendía eso. Aún.
“Te quiero hacer tantas cosas pecaminosas, pero…” Él acunó su cabeza entre las manos, y se encontró con su mirada en la oscuridad, ahogándose. "Tengo que estar dentro de ti".
Alyssa intentó asentir con la cabeza, pero él la sujetó con demasiada fuerza, la cubrió bajo el calor intenso de su cuerpo y su propio deseo.
Ella jadeó, con ganas, esperando…
“Mírame”, él exigió.
Ella había cerrado los ojos. No estaba segura cuando. No importaba…
Ahora ella los abrió. Bing! Sus miradas se conectaron, y las siguió su corazón. Ese salvaje sentido de conexión, de pertenencia, la tiró. Ella no podía escapar de sus brillantes ojos oscuros más de lo que podía de su antojo por él.
“Ya te siento completamente por todo mi cuerpo. ¿Cómo demonios es eso posible? ¿Otra vez?”
Él no contestó su pregunta y no la dejó intentarlo. Ella se limitó a maravillarse de que él se sintiera así de bien.
Entonces dejó de pensar cuando él la agarró por las caderas y se lanzó hacia delante, enterrando la mayor cantidad que pudo de su polla dentro de ella. Ella soltó un gruñido por la deliciosa intrusión. De inmediato, se sintió llena de él y sabía que estaba a mitad del camino—en sí. Su espalda se puso tensa. Él maldijo, retorciendo las caderas.
“Siempre tan apretada”, gimió. “Dios, me estás matando. ¿Estás relajada para mí, preciosa?
Su mirada era como el jarabe más oscuro, dulcificándola, derritiéndola, cubriéndola. Se enfocó en relajarse, dejándolo entrar.
El se retiró, luego empujó de nuevo, esta vez un poco más lejos. Ella jadeó por su penetración de acero, por su placer-dolor.
“Eso es”. Con la voz tensa, Luc la agarró por la cadera con sus tajantes dedos. “Relájate. Esto se va a sentir tan bien”.
Alyssa sintió que él estaba al límite de su control. Y ella no podía esperar por que lo perdiera.
Debajo de él, se retorcía, se levantó, tomándolo una fracción más profundo. Después de meses sin sexo, ardía… pero se sentía Oh tan bien. Nadie la había hecho amar el sexo como Luc. Nadie más la había hecho sentir su corazón durante el acto, tampoco.
"Síiiii", dijo entre dientes, apretándola con más fuerza todavía.
Finalmente, él se deslizó profunda y completamente dentro de ella.
La sensación de él enterrado en su cuerpo desató una nueva oleada de necesidad—y una ola de calor en su pecho. Cuando sus miradas conectaron de nuevo, ella recordó su primera noche juntos, y un torrente de recuerdos la inundó—todo ese goteante placer.
Pero como él casi se retiró de su cuerpo, ella se aferró a él, esta noche llevaría la sensación a un nivel completamente nuevo.
Luc movió sus brazos bajo Alyssa, arriba por su espalda, las manos curvándose en sus hombros. Luego, con un rugido, se metió hasta el fondo. Una vez. Dos veces. Luego perdió la cuenta.
La sensación la encendió, luego explotó a través de su cuerpo. Ella absorbió el poder de su incremento moviéndose con él, abriéndose para él por completo con un grito.
Más calor inundó su pecho mientras el dolor detrás de su coño se le unió. Sus piernas envolvieron su cuerpo mientras ella trataba de agarrarlo más apretado, manteniéndolo más cerca. Él gimió, jadeaba, hundiéndose cada vez más, luego, aún más profundo.
Luc tomó velocidad, estableciendo un ritmo duro. Su mirada perforó en ella como su polla lo hacía, nunca vacilante. Cada pensamiento y sensación fluía de su cuerpo al de ella, luego de vuelta otra vez. Y Alyssa sabía que él podía a leer todos sus sentimientos, también. Tan pronto como una reacción golpeó su cuerpo, él se ajustó a aprovecharse de ello, profundizándola, explotándola.
Dios mío, ella estaba empezando a desmoronarse. La fortaleza y el dolor, la cautela y el temor, que la habían mantenido unida por años, se estaban desintegrando. Sí, ella había sobrevivido a Luc antes, pero esto… esto estaba llegando dentro de ella a sacar cosas que nunca compartió con nadie. Él iba a tomar su placer, robarlo directamente de su alma sin permiso o una disculpa.
Ella se tensó. ¿Podría dar tanto de sí misma a él?
“Luc…” Alyssa cerró sus ojos.
Demasiado íntimo. Demasiado real. Demasiado profundo. Él estaba en todos lados. ¿Por qué ella no había tomado un amante en los meses después de él? ¿O en los años antes de él? Porque nadie la hizo sentir como si el sexo fuera algo más que la mezcla entre una obligación y una función corporal. Aún cuando dejó que cada cliente que llegaba al club tuviera algo con ella, sólo Luc la podía apartar, llenarla con algo tan persistente y dulce y anhelante, y luego rehacerla.
“¡Mírame!” él exigió bajo el peso de su implacable cuerpo.
Y esa voz convincente… De ninguna manera podía ignorarlo.
Mordiendo su labio y preparándose para la avalancha de sentimientos, Alyssa hizo lo que pidió. Ella conectó con su oscura mirada de sondeo al tiempo que él embistió a casa.
Energía desplazada, reunida, volviendo al revés el núcleo ella. Entonces explotó.
Arañando a Luc, gritando su nombre, se deshizo en mil pedazos, su corazón latiendo por él, su alma dispersa completamente por el placer domador de mentes. Él condujo su orgasmo de la cresta a la explosión, tirando hacia atrás, cuando se fundieron en un amable dolor que la dejo sollozando.
Esta vez, como la anterior, Luc uso eso como su señal para seguir arrasándola en el máximo placer.
* * *
EL sol matutino empapó las finas cortinas y los pisos de madera.
Jadeando en una respiración ronca, Luc se impulsó en el calor del coño de Alyssa otra vez cuando ella lo montó. Ella gimió y se aferró a él, sus uñas rastrillando su pecho. Encima de él, parecía una ninfa sensual, núbil, sorprendente, hecha para el placer. Hace mucho tiempo ella había ardido por su moderación y buenas intenciones. Una vez más, él había perdido cada fragmento de control, al tiempo que se ahogó de nuevo en la rampa feroz de placer hasta el orgasmo, fue capturado en su trampa.
Y él estaba hambriento por ello.
Su cabello alborotado y pálido se meció a su alrededor, algunas puntas se aferraron a su cintura. Los cortos alrededor de la cara coqueteaban con sus pezones duros, de los que todavía no había sido capaz de obtener suficiente. Incluso ahora lo cautivaban.
Lanzando sus brazos alrededor de ella, la atrajo hacia sí, entonces ancló una mano en la nuca. La otra agarró la parte baja de la espalda, controlando el arco. Sí… Ahí mismo. Una vez más, tuvo el tentador pequeño pezón en su lengua, sus dientes rasgando lo suficiente como para picar. Ella susurró, y luego se tensó sobre su polla.
"Llega de nuevo".
El había demandado su placer toda la noche, y ella se lo había dado con total abandono. Nunca era suficiente. Él necesitaba verla otra vez ahora, el deseo separando sus labios y haciéndola gemir. Anhelaba la sensación de ella sujetándose de él y oírla gritar su nombre.
Ella había enronquecido hace horas, su carne hinchada hasta el punto que cada golpe era una faena. Luc la había llevado al orgasmo tantas veces, que había perdido la cuenta. Había caído por el acantilado en un pozo de fuego del placer tres veces, cada vez saturándola, deleitándose con una necesidad primitiva de marcarla que había dejado de ser interrogada. Un extraño alivio vertió a través de él cada vez que se derramó en su interior. No, no podía dejarla embarazada, pero maldito si no la llenaba de todos modos.
"Luc". Alyssa sollozó su nombre.
El triunfo pincho a través de él, seguido de otro loco impulso de marcarla. Él lavaba una vez más uno de sus pezones, luego el otro. Su coño se puso sublimemente, abrasadoramente apretado. El hecho de que ella estaba tan cerca lo apuró.
Él encajó su boca sobre la de ella, obligando a sus labios totalmente bajo los suyos, y se hundió en la medida de lo posible. La cadencia de su beso emparejado con el ritmo de sus embates, los tensó juntos hacia un cataclismo tan poderoso, que probablemente sería devastador para los dos.
Lo persiguió con temerario abandono.
Su cuerpo estaba a punto de darse por vencido, y él estaba furioso.
Horas sobre horas que había pasado ahondando en ella, pero él no había probado su crema con la lengua hasta que ella gritara en señal de rendición. Tampoco había trabajado su camino en ese culo apretado, perfecto. Mañana. No, más tarde hoy. Él haría ambas cosas. Pero esta noche, una vez que consiguiera sumergirse profundo en sus pliegues húmedos, sólo con la mente se sumergió y la vio deshacerse en sus brazos.
“Llega de nuevo, preciosidad. Por mí”.
Él ladrilló sus caderas hasta que presionaron completamente contra las suyas, a continuación, frotó arriba y abajo su polla, obligando la fricción en su clítoris. Alyssa onduló con él, cada vez sus gemidos se convirtieron en sollozos que se volvieron súplicas, entonces…
"¡Luuuucccc!" Ella gritó su nombre como si fuera una palabra de veinte sílabas, al tiempo que su coño se afianzaba en él. Él usó toda la fuerza de sus brazos y muslos para mantenerla en movimiento.
El placer era insoportable, abrasador, más allá de lo que había experimentado en su vida—o imaginado. Las sensaciones turbulentas giraban en su interior fundiéndolo en un tirante dolor en los cojones. Entonces, hinchado, el orgasmo empezó a explotar.
Luc la agarró con más fuerza, apretando sus cabellos, lanzando un brazo por su cintura. Oh, infierno de mierda. Esto lo iba a poner de rodillas. Lo iba a destruir. Se hinchó y construyó y convergió, grande como una montaña, de gran alcance como un terremoto. "Alyssa", alcanzó a murmurar. "Oh, Dios. Mierda. Yo no puedo… Oh, mi—" Acoplarse con ella en todas las formas posibles, era su instinto más básico. Cerró la boca sobre la de ella y se zambulló en el dulce calor.
El orgasmo lo aplastó.
Mientras todo dentro de él chocó con su corazón, él la mantuvo más apretada, enterrando su cara en su cuello mientras la tormenta bramaba dentro de él. "¡Sí! Lys, sí…”.
Su pulso tronaba en sus oídos, y él no sentía nada más que éxtasis cegador. Y a Alyssa.
Largos minutos después, el agotamiento lo molió. La amarga realidad rugió. Ella todavía era una stripper, probablemente con otro amante. Él aún necesitaba encontrar una esposa adecuada. Y él la quería más de lo que había querido a alguna mujer en su vida.
Lentamente, levantó la cabeza cuando Alyssa le acarició el cabello, y trató de recobrar el aliento.
“Mírame”, él ordenó.
Ella mordió su labio, luego lo miró, su rostro enrojeció de satisfacción.
Sus agallas agarradas con fuerza, incluso como una llamada narcotizante para dormir enrollada por sus venas. “¿Qué estamos haciendo?”
Tenía la boca apretada. Sus ojos crecieron precavidos. “Sólo follando”.
¿Ellos estaban? ¿Realmente? Porque por largos minutos —horas— él había olvidado a las demás mujeres en el mundo. Había querido tomar a esta y nunca dejarla ir.
Campanas de alarma sonaron en su cabeza. Luc sabía que debía decir algo… Antes de que pudiera hacerlo, el agotamiento lo reclamó
Capítulo 7
“¿Vas a decirme qué demonios te pasó?” Tyler ladró.
Me estoy enamorando de alguien que no puede amarme.
Alyssa se contrajo de dolor ante el pensamiento. Demorándose en el acto de retraer las persianas de Bonheur para permitir el ingreso del sol del mediodía, trató de decidir qué responder.
Finalmente, se volvió hacia él. “Nada”
Era una mentira enorme. La noche más impactante y deliciosa de su vida se reduce a una palabra trillada. Si ella no estaba yendo al infierno todavía, la mentira la pondría directamente ahí.
Él arqueó una ceja aleonada. “Las sombras bajo tus ojos tienen bolsas tan grandes que podrían empacar para un viaje a Europa. Tan pronto como llegamos a Las Sexys Sirens esta mañana, te encerraste en tu habitación. Demonios te oí llorando. No tengo que ser un genio para descifrar que pasaste la noche pasada con ese perdedor de comidas rápidas, tal vez algo se desmadró.”
“Las lágrimas no son gran cosa”. Excepto que Luc no la amaba. Ellos simplemente estaban follando, y ella acaba de caer cuesta abajo hacia una gran y antigua angustia, sin idea de cómo dar marcha atrás.
“No lloraste por tu madre, pero ¿lloras por esta mierda? Bebé, vamos. Tú nunca me llamas a las ocho treinta de la mañana a menos que sea una emergencia. Mientras estabas consiguiendo el café, espié en tu habitación de invitados. La cama estaba perfectamente hecha. Solo otra cama en esa casa es tuya”. Tyler cruzó sus brazos sobre su pecho, su mirada furiosa pura en disgusto. “De acuerdo a eso, tu llamándome no mucho después de romperse el alba es significativo. Ahora ¿quieres decirme que demonios pasó?”
El bastardo era demasiado observador. “No”
“Tuviste sexo con él”
Asombroso, implacable sexo. ¿Por qué confirmar lo obvio?
Alyssa se movió a la ventana siguiente y se enfocó en las persianas.
“¡Maldita sea!” Tyler habló a través de sus apretados dientes. “¿Te lastimó?”
“Tyler, déjalo estar”
“¡Infiernos, no! Si te lastimó, si te forzó, lo voy a dañar seriamente…”
“No. Fue mutuo consentimiento entre adultos, y este es el fin de la conversación”.
De repente, Tyler había cruzado la habitación y sus brazos la estaban rodeando. Él realmente era su mejor amigo en estos días y sería tan fácil apoyarse en él. Pero tan injusto para él.
“No tienes que ser fuerte todo el tiempo” le susurró. “Dime. Te ayudaré como pueda”.
Ella ahuecó su mejilla en su mano. “No puedes. Pero te aprecio más de lo que sabes”
Él suspiró y apretó su agarre en ella, inclinándose hasta que su frente se presionó contra la de ella. Sería lo suficiente fácil deslizarse en la cama con Tyler, ver si él podría ayudarla a olvidar los abrumadores sentimientos sobre Luc. Alyssa nunca jugó este juego con anterioridad, pero estaba bastante segura de que sería inútil.
“Bebé, tienes que darme algo más. Me estoy muriendo aquí”.
Antes de que ella pudiera responder, la puerta principal del restaurante se cerró de golpe. Jadeando, Alyssa se dio la vuelta, lista para decirle al intruso que el restaurante no estaría abierto al público hasta mañana a la noche. Pero no era un extraño quien estaba parado ahí. Era Luc.
Se veía tan furioso como para escupir clavos.
El instinto de preservación de Tyler debió ser inexistente porque, en vez de retirarse, apretó sus brazos alrededor de ella. Ella empujó contra su pecho y lo alejó. De muy mala gana, él la dejó ir, mascullando una vil maldición.
“¿Qué demonios estás haciendo aquí?” Luc le preguntó.
Cruzando sus gruesos brazos sobre su amplio pecho, Tyler se veía llenó de furia. “Mi trabajo. ¿Y tú?”
“Desde cuando tu trabajo es intentar meterte en los calzones de Alyssa?”
“Ella sólo usa tangas, en verdad”
Alyssa boqueó. “¡Tyler!”
Luc hizo rechinar su mandíbula, puños apretados. Esta situación se iba al retrete a menos que ella la dispersara.
“Paren, los dos. Tyler, ¿puedes dejarnos solos por unos pocos minutos?”
“No me voy a mover si existe la posibilidad de que él te lastime”
Tensando la espalda, Luc asechó a través de la habitación. “Yo nunca la lastimaría. Jamás. A ti, te molería solo por diversión”
“Dale, Tito”
“¡Suficiente!” Alyssa gritó. “Tenemos cosas que hacer hoy que no involucran a ustedes dos sacándose la mierda a golpes el uno del otro”.
Ella miró a Tyler, suplicando con la mirada. “Estaré bien. Por favor… Me estarías haciendo un gran favor si vas a recoger mi vestido a lo del sastre”.
Tyler apretó sus dientes y se enfureció, arrancando sus llaves del bolsillo de sus jeans. “Si necesitas algo, si él lastima un cabello de tu cabeza, llámame. Sabes que estoy aquí para ti”.
Ella asintió. Su devoción casi le trajo lágrimas. ¿Por qué no podía amarlo de la manera en que él quiere que ella lo ame? La vida sería mucho menos complicada.
Pero lo fácil nunca estuvo en su lote.
“Gracias” murmuró.
Él se movió más cerca, su rostro solemne, comunicando tanto su dedicación como su preocupación. Luego ahuecó su rostro en sus manos y plantó un delicado beso en sus labios. Un segundo después, se había ido.
Ahora ella estaba completamente sola con Luc. El silencio era ensordecedor.
“Estas aquí temprano” dijo ella para romperlo. “Los otros recién han hecho casi todo el trabajo de preparación en la cocina, por lo que deberías…”
“Para”. Él la acechó, alarmantemente cerca. “Cuando me desperté solo, me preocupé por ti, pero ¿tú te fuiste antes que la maldita cama ni siquiera estuviera fría, para poder correr hacia él?”
Alyssa se paseó por la habitación. Cómo puede atreverse a imaginar, después de lo que recién compartieron, ¿que ella podría saltar de sus brazos a los de Tyler? Aquí estaba ella, asustada porque podría perder su corazón con un hombre que quizás nunca sea capaz de verdaderamente amarla en respuesta, y él se imagina que ella correría hacia otro amante. Eso solo le confirma que, no importa cuán intima haya parecido la noche anterior, no importa cuanto hayan crecido sus sentimientos, los de él no cambiaron. Ella no podía perder su corazón con alguien que no la respeta. Alguien que posiblemente la abandone en cinco días y no vuelva a mirar atrás.
“¿No estábamos simplemente follando?” ella lo desafió.
Él la acechó y le agarró del brazo. “Maldita sea, responde mi pregunta”
“¿Crees que soy capaz de saltar de tu cama a la de él? ¿Que soy tan insaciable, que todo lo que hicimos anoche y esta mañana no me alcanza?”
Luc no dijo nada durante un largo tiempo, simplemente la miró con flameantes ojos. “No quiero pensar eso. Dios, mujer. Quemaste mi piel. Fue asombroso. Estaba deseando despertarme esta mañana y tenerte de nuevo. Pero nunca dormiste a mi lado, ¿no? Rodé unos minutos después y te habías ido. Ahora descubro que estuviste con Tyler por las últimas…” miró su reloj “tres horas. Entro, y él te está abrazando. Te besó, ¡por tu jodida salud!”
“¡Un besito de amigos!” argumentó ella.
“Amigos, sip” Luc gruñó. “Estoy seguro que todo en su mente es platónico”
“No tengo control sobre sus pensamientos, solo sobre los míos. Lo que hay en mi mente es platónico, lo creas o no”
“Dame una razón para creerlo”. Sus oscuros ojos le suplicaron. “Te ves exhausta. Las primeras palabras que escucho de su boca son una plegaria para que le des más porque se está muriendo. Lo cual implica que algo le estabas dando en primer lugar”
Alyssa cerró sus ojos. Quizás eran los celos de Luc hablando - al menos en parte. En la otra parte… él nunca va a cambiar su opinión de ella, y no importa cuánto se preocupe, cuán sincera sea expresando sus sentimientos, cuán decente sea con cualquier otro hombre, él nunca creería que ella es otra cosa excepto una puta.
“Puedo quedarme aquí parada en perfecta honestidad y decirte que en los tres últimos meses, tuve sexo dos veces, ambas contigo. ¿Puedes decirme lo mismo?”
Luc hizo una pausa, y tragó. Sus ojos oscuros brillaron con culpa. Su silenciosa respuesta la llenó de dolor. La amargura inundó su boca.
“Tres meses atrás, yo estaba en una relación”
Ayudando a su primo a follarse a su bonita esposa. La quemaba el saber que Luc había saltado de su cama a la de Kimber y nunca había mirado atrás hasta que Deke le cortó a Luc la acción.
De repente, Luc tomó una pausa, luego frunció el ceño. “¿Están tú y Tyler… saliendo?”
No importa lo que ella le diga. Nunca le creería que era verdad. “Te digo algo - dame los detalles de tu relación con Kimber, y luego yo te diré mis secretos. ¿Trato?”
Su cara se acercó. “No hay nada que decir”
Alyssa no tenía que saber toda la historia para saber que él estaba mintiendo a través de sus dientes.
“Entonces ¿no te la follaste después de abandonar mi cama?”
Luc cerró sus ojos, la tensa preocupación de su cara la hizo sangrar por dentro.
“Esto no es sobre lo que hice o no hice con Kimber”
“Entonces ¿por qué esto es sobre lo que hice o no hice con Tyler?”
“Tres meses atrás, no nos hicimos ninguna promesa ni pedidos” señaló él
“Tampoco hicimos nada de eso anoche” Alyssa le arrojó de regreso. “Una noche de sexo no te da derecho a los detalles de mi relación con Tyler. Y después de esta charla, el pasar la noche contigo fue un error que no voy a repetir”.
Sus ojos brillaron con furia, y franqueó a través de la habitación. “Como el infierno. Por cualquier razón, pasaste por un montón de problemas para seducirme. Misión cumplida. Solo porque la noche pasada haya terminado no significa que nosotros terminamos”
Las palabras de Luc fueron pronunciadas como una promesa, y el interior de Alyssa tembló. Por mucho que ella todavía lo quisiera, no podían continuar así. Incluso la noche pasada, ella se dio cuenta que más tiempo pasara en sus brazos, con mayor seguridad él le rompería el corazón.
Por meses, ella estuvo llenando de romanticismo la conexión entre ellos.
Ella lo quería para algo más que sexo. Ahora sabía más allá de toda duda que el anhelo no iba en doble sentido.
“Error, Romeo. Anoche fue genial, pero estás todavía en otra relación y yo no “encajo en tu futuro”” ella se encogió de hombros.“Picazón rascada. Hay que seguir adelante”
“De ninguna maldita manera” gruñó. “Estás diciendo que tienes una nueva picazón, ¿ésta por Tyler? ¿De eso se trataba esta mañana?”
Alyssa descubrió como él podía pensar eso. Si un hombre desapareciera tan rápido de su cama y ella lo encontrara en los brazos de otra mujer, incluso si fuera para consolarlo, estaría confundida y herida. A pesar de los celos de Luc, y de cualquier sentimiento que tenga por ella, no suma para algo duradero. Y si siguiera compartiendo su cuerpo con él, nunca recuperaría su corazón. Algo menos que completa reciprocidad de su parte la destrozaría.
“Esto no es sobre Tyler. Si, dediqué un montón de esfuerzo en seducirte, pero dijiste cuando llegaste que el sexo entre nosotros no era una buena decisión. Permíteme admitir que tenías razón”. Ella controló su reloj. “Misa estará aquí en cinco minutos y ella espera que la dirijan. El resto del staff arribará en una hora. Vas a necesitar cada minuto para prepararte. Esperamos la casa llena esta noche”.
Un momento después, ella escuchó la puerta de un auto cerrarse. Tyler estaba de regreso en tiempo record. Ella pasó con rapidez a Luc, dirigiéndose a la puerta principal del restaurante.
Él la tomó del brazo y la acercó. “¿A dónde vas?”
Ella se sacudió para liberarse y se abalanzó a la puerta. Luc no la quería… pero tampoco quería que nadie más la tuviera. Alyssa se rehusaba a jugar ese juego. Afortunadamente, servirle un poco de su propia medicina podría poner algo de distancia entre ellos.
Con una sonrisa tensa, ella dijo sarcásticamente “Quizás sea tiempo de que permita que otro me rasque la picazón”
El ensayo del servicio de cena iba avanzando hacia un compasivo final.
La noche había resultado sin defectos. La bochornosa tarde había dado lugar a una noche más fresca, y Alyssa mantuvo abiertas las puertas del patio, permitiendo que ingrese el clima exterior. La comida fue impecable, la ayuda que ella contrató fue perfecta. Ni un indicio de carne poco cocida ni de vegetales sobre cocidos. Los mozos habían sido respetuosos y eficientes. Los clientes alrededor sonreían y Bonheur se había asegurado un montón de futuras reservas.
Profesionalmente, Luc no podía estar más feliz.
Personalmente, digerir clavos sería menos doloroso que forzar el tragar la furia adentro suyo.
Se paró justo afuera de la cocina, holgazaneando en el hall, buscando a cierta rubia despampanante… Ahí estaba. Ella flotaba suavemente de una mesa a la próxima en un gracioso contoneo, su elegante vestido negro escondía con gusto su magnifico cuerpo. Había hecho recoger su cabello en algo clásico y femenino. Falsos diamantes titilaban en sus oídos y muñecas. Sofisticada, refinada. Una pareja perfecta para su atmósfera.
Y ella todavía le provocaba una furiosa erección
Sonriendo graciosamente, Alyssa hizo una pausa en la siguiente mesa, ocupada por invitados, aceptando el abrazo de una pareja. Su pequeña cerró sus manos en el largo balanceo del pelo de Alyssa, y ella sonrió, besando la frente de la pequeña niña.
La visión de su cariñoso gesto sacudió a Luc. Se tragó una sensación que sólo podría definir como puro anhelo. Dios, que deseo tan imposible. Solo porque a Alyssa le gusten los niños no quiere significar que quisiera alguno propio. O que sería la clase de madre dedicada como lo fue la suya. Además, incluso si terminara teniendo una enorme vena maternal, ella no es lo que él necesita, y el camino de la paternidad con él no sería fácil.
Además, Tyler estaba rascando su picazón ahora. Y Luc estaba solo tratando de no sentir la confusión y el dolor aplastando sus entrañas.
Un momento después, Alyssa se deslizó hacia el exterior, bajo la luz exterior, demorándose para recibir a una pareja de ancianos. A no más de cinco pies de ella, Tyler la miraba sin pestañar.
¿Qué pasaron haciendo ellos durante la tarde? Si fue lo que Luc teme, fue por su culpa. ¿La había empujado alejándola con sus acusaciones y su comportamiento? ¿Por qué demonios no habían disfrutado solamente del tiempo juntos, teniendo una semana de sexo sin complicaciones?
Porque nada entre ellos era sin complicaciones. El no podía tocar a Alyssa y no sentir nada.
Esto asustaba la mierda en él.
Alguien saludando llamó su atención, y él levanto su mirada para ver a Kimber parada con una sonrisa de duda y una mano levantada.
Embarazada.
El resentimiento lo golpeó. Deke estaba viviendo la vida que Luc quería, con una maravillosa esposa que nunca le negaría su cuerpo ni le diría a él que tenía a algún otro para rascarle su picazón. Ella entendió los problemas de Deke y tuvo paciencia hasta que él aprendió a superarlos.
Alyssa… ¿Qué pensaría ella si supiera que él no podía ser padre? ¿Se encogería de hombros - o pensaría que él es menos que un hombre?
Con un suspiro, Luc hizo su camino hacia Kimber y su primo
Deke se paró y le tendió una mano. “Buen trabajo. La comida fue increíble. Siempre cocinaste buenos platos cuando vivías conmigo, pero te superaste esta vez”
“Súper delicioso” Kimber agregó con una sonrisa con hoyuelos.
Luc sacudió la mano de Deke, luego deslizó un brazo alrededor de Kimber. “Gracias. Y felicitaciones”
Se obligó a si mismo a mirar a Kimber y sentir sus palabras. El estaba feliz por ella. Por Deke. De alguna manera, de algún modo, él encontraría su futuro ideal por sí mismo, y quizás podría superar esta asfixiante envidia.
“Gracias” murmuró ella “Estamos emocionados”.
“Como deben estarlo”
Deke resplandecía de dicha.
“Haré lo mejor para ser un tío dedicado y malcriar como un loco al niñito”
Kimber sonrió y abrazó a Luc más cerca. “Eres una persona tan maravillosa, no tengo dudas de que vas a tener éxito”
“¿Terminaste de cocinar?” preguntó Deke
Luc asintió. “El último pedido salió hace diez minutos”
“Bien. Siéntate. Tenemos que conversar sobre herramientas
“Y con esa nota, voy a correr al baño de damas. Ya pasé tres horas mirando el equipamiento en el viaje hacia acá. Buen material. Espero que Alyssa esté bien”.
Sin pensarlo, la mirada de Luc buscó a la mujer en cuestión. Ella iba avanzando en círculos en su camino a lo largo del patio, la brisa nocturna agitando los pálidos mechones en su cuello. Haciéndolo sufrir por ella.
Pero él tenía que traer su mente al presente.
Como si su vida sexual no estuviera suficientemente jodida, Alyssa tenía un pendejo amenazándola. En ese sentido, Luc estaba contento porque Tyler hacía su trabajo tan diligentemente, incluso si a él no le gustaba que el otro hombre la mirara como si fuera la cena y el postre todo en uno.
Deke lo miró, luego miró hacia Alyssa. Regresó su mirada a él. “¿Qué pasa con ustedes dos?”
Luc empezó a evadir la pregunta. Pero se detuvo. Evitar esta… cosa entre él y Alyssa no lo iba a hacer desaparecer. Y lo necesitaba; él lo sabía. ¿Porque no podía resolverlo?
“No lo sé. Ella está…” Se frotó la frente, buscando las palabras correctas. “Bajo mi piel”
“¿Este tipo es su guardaespaldas?” Deke asintió hacia Tyler.
“De cierta clase, sí”
Deke levantó sus cejas “La mira como si quisiera hacer más con su cuerpo que cuidarlo”
“Estoy bastante seguro que Tyler ya hace más” ¿Por qué otro motivo ella permitiría que la bese? ¿Que tenga una llave de su casa? ¿Que la vea desnuda? ¿Que la toque en público?
Inclinándose, Deke miró a Luc largo y tendido. Él tragó, seguro de que su primo podía ver a través de él.
“A menos que me equivoque al adivinar, tuviste una repetición con Alyssa recientemente”
¿Tan obvio era? “¿Entonces?”
“¿Entonces no te importa si se lo folla a él también?”
Luc cerró sus puños contra el mantel. Sabía que era un decir, pero demonios, Deke veía a través de él de cualquier manera. “Me enfurece como el infierno. Tuve momentos últimamente en los cuales quería quebrar cada hueso de su miserable cuerpo”
“¿Ella es más que una follada para ti?” Deke sonaba sorprendido.
Por mucho que Luc quisiera evitar responder la pregunta, no podía. En realidad, se venía preguntando la misma cosa.
“No lo entiendo. Ella es todo lo que no necesito. Sospechosa profesión, total falta de modestia, tan malditamente independiente. Probables múltiples amantes”, gruñó el. “No la veo siendo feliz con un diamante en su mano, niños en un remolque, viviendo en los suburbios”.
“¿Pero no lo sabes con seguridad?”
“No” admitió
“Déjame preguntarte algo. Alguna vez estuviste celoso al mirarme en la cama con Kimber?”
Luc se demoró. Pero la respuesta era fácil. “No. A pesar de que ustedes dos tenían un vínculo, por un largo tiempo me sentí completamente involucrado en la relación”.
“No podía soportar verte tocarla” admitió Deke “Cada vez que lo hacías, creía que iba a matarme, maldita sea. ¿Es eso diferente a lo que sientes sobre Alyssa estando con Tyler?”
“Sabía que no ibas a lastimar a Kimber” Luc contestó con evasivas.
Pero realmente ¿creía que Tyler podría lastimar a Alyssa cuando estaba esforzándose tanto en cuidarla?
“Ok. Olvida este tipo. ¿Qué hay sobre Jack Cole? Si Morgan estuviera fuera de escena, ¿compartirías a Alyssa con Jack? Él es un tipo resistente y estoy bastante seguro que no sería la primera vez que él tendría sexo con ella. Obvio, hay pasado algunos años…”
“Cierra la maldita boca” Luc gruñó.
La imagen de Jack Cole dando rienda suelta a sus cadenas y esposas y órdenes sobre Alyssa fue como pasar sus entrañas a través de una trituradora de carne.
En honor a la verdad, no quería que ningún otro la tocara.
“OK.” Deke sostuvo sus manos. “Pero escucha mis palabras. Cuando se tienen sentimientos por una mujer, los celos vienen con el territorio”. Se paró mientras su esposa se acercaba. “Especialmente cuando la mujer es hermosa. ¿Todo bien?”.
“Genial” Luego frunció el ceño hacia Luc. “¿Estas bien?”
No. Dejen que Deke le arroje en la cara el hecho de que él siente por Alyssa más que lujuria. ¿Qué demonios se supone que haga con eso?
“Bien”. Hizo lo mejor que pudo para sonar sincero… y falló el blanco.
“Tengo mi próxima cita con el doctor en unas pocas semanas, y Deke estará fuera de la ciudad. ¿Puedes llevarme?” le preguntó Kimber. “¿Cuánto tiempo más estarás aquí?”
Una lastimosa invitación, y él estaba lo suficientemente desesperado como para aceptarla. Cualquier pequeña participación con el bebe de Deke y Kimber era seguramente más que lo que alguna vez podría tener por sí mismo, especialmente si seguía ignorando a Emily y persiguiendo a Alyssa como un imbécil.
Bendita sea Kimber por preocuparse por cómo se sentía él. La acercó para un largo abrazo. “Me encantaría. Solo estaré aquí hasta el jueves”
“Oh, solamente unos pocos días, entonces” sonrió “¡Es genial!”
Deke lo palmeó en la espalda y le envió una mirada significativa. “Hazlo valer”
Justo después de medianoche, Alyssa cerró las puertas de Bonheur. Un peso quitado de sus hombros. La noche fue un enorme éxito, y todos los que vinieron esta noche dijeron que la comida y el servicio fueron espectaculares. Todos querían regresar, y ella finalmente creía que tenía un futuro que comprendía más que quitarse su ropa para desconocidos. La noche realmente no podría haber salido mejor.
Excepto por ver a Luc con Deke y Kimber.
Decir que el sexy chef todavía tenía sentimientos por la bella esposa de su primo era explicar lo obvio. Él la abrazó, mirándola a los ojos. El momento no parecía sexual, pero estaban en público. Y Deke supuestamente no la compartía más. Aún así, el abrazó crispó los nervios de Alyssa. ¿Era la otra mujer la razón de que Luc no podía darle más de si mismo a ella?
“¿Estas lista para irte?” preguntó Tyler, revoloteando cerca de ella, como lo había hecho toda la noche.
“Yo la llevaré a casa” dijo Luc, apareciendo desde atrás de ella.
“Es mi trabajo” Tyler cruzó sus brazos y asumió su semblante de chico malo tan ajustadamente como si vistiera pantalones de cuero.
Luc lo ignoró. En cambio, se volvió hacia ella, con el rostro solemne. “Me gustaría llevarte a casa. Debemos hablar” Ella dudo, y él la presionó “Por favor”
¿Que quería el? Si ella aceptaba, se arriesgaba a un corazón roto. Pero si se rehusaba, nunca lo sabría. ¿Y si él quería retomar el anterior argumento? O solo tener sexo de nuevo. Ella se retrajo de dolor.
“De acuerdo”. Ella evitó mirar a Tyler. “Empaqué tus cosas. Están en mi vestíbulo. Homer te está esperando”
Ante eso, Tyler sonrió. Ella incluso leyó el dolor en el rostro de Luc. Para su cordura, ella tenía que apartarlo hacia lo de Homer, pero lo haría cuando estuvieran solos.
“Bien” él mascullo.
Diciéndole que no estaba para nada bien.
“¿Estás segura que quieres ir con él?” preguntó Tyler, claramente buscando por una razón para enfrentarse a Luc. “Puedo seguirte, asegurarme que él no te da ningún problema”
Ella lo igualó con una mirada de nada de tonterías. “Es un chef, no un violador serial. Estaré bien. Hablamos en la mañana”
Con el ceño fruncido, Tyler se acercó suavemente, alcanzándola. Luc fue más rápido y más cerca, envolviendo su brazo alrededor de su cintura.
Ella ignoró la maldición para nada silenciosa de Tyler.
Afuera, ella cerró con llave la puerta del restaurante y permitió que Luc la guiara hasta su SUV. Su toque se demoraba en su cintura, y ella trataba de no darse cuenta de sus rodillas temblorosas.
Una vez que estuvieron en la ruta y el aire de la bella noche se tamizaba a través de su cabello, se volvió hacia Luc. “Escúpelo. ¿De qué quieres hablar?”
“De todo”
Alyssa tenía la molesta sospecha de que Luc iba a tratar de conversar sobre el camino de regreso a su cama. Y en lo que a él se relacionaba, ella era tan, tan débil. Aunque debería darle puntos de niña exploradora por enfrentar la conversación, realmente no sabía qué decir que no terminara con ella admitiendo que tenía profundos sentimientos hacia él y después con ellos desvistiéndose y entrelazándose.
“Estoy agotada, y es tarde” ella se excusó. “¿No puede esperar hasta mañana?”
“No debería tomarme más de unos pocos minutos para disculparme”
Ella fustigó con su mirada alrededor de él - y no dijo ni una palabra.
El tragó, su largo, oscuro cabello azotando alrededor por el viento nocturno. Se veía hermoso, tan capaz y sensible. Se enamoró de él un poco más.
“Por favor no me mires asombrada. Tuve unas pocas horas para pensar sobre lo que pasó más temprano. Estuve equivocado al saltar a tu garganta porque te fuiste esta mañana para estar con Tyler. No es de mi incumbencia. Tienes mucho en tu mente, y él trabaja para ti…” Luc se encogió de hombros. “No voy a mentir y decirte que me gusta la manera en que te mira. No tengo dudas que sus pensamientos son totalmente poco profesionales. Tampoco voy a mentir y decir que la idea de tú con él no me vuelve loco” Luc se aferro al volante más fuerte. “Pero eso es entre ustedes dos, y yo no tengo derecho a interferir”.
Entonces él estaba más allá de la rabia y sabía que la había enojado, y correctamente descubrió una disculpa. Pero… “En otras palabras, no es de tu incumbencia si me follo a Tyler, pero ¿seguís creyendo que lo hago y vas a tratar de no refunfuñar sobre eso?”
“No importa lo que piense. Es tu vida, y no tengo ningún derecho a decirte como vivirla. Tengo cuatro días y un poco más aquí. Prefiero pasar el tiempo disfrutándote que peleando contigo.”
“Entonces ¿dejemos todas las emociones atrás así podemos follar como conejos por cuatro días?”
Dios, ¿porque simplemente no le abofeteaba la cara en vez de apuñalarla lentamente en el corazón?
“Quiero decir que tienes razón. No he sido un monje desde la primera vez que estuvimos juntos, y está mal de mi parte que espere que no hayas tenido otra vida. No sé si tú y Tyler tienen algo. No voy a juzgarlos. Todo lo que estoy diciendo es que prefiero pasar el tiempo contigo, haciendo lo que sea que decidamos, en vez de discutir”. Él suspiró, y disparó una enigmática mirada oscura hacia ella. “Eres una mujer fascinante. Quiero conocerte más”
¿Buen chico o jugador? Ese era el problema. Ella no conocía a Luc en profundidad. O estaba realmente disculpándose por permitir que sus celos fuera de lugar alcanzaran lo mejor de él, o estaba diciendo lo que creía que ella quería escuchar, esperando que estuviera lo suficientemente motivada para despojarse de sus ropas y abriera sus piernas. De cualquier manera, no dijo nada emocional… pero esta era la primera vez qué el la perseguía. ¿Podría conducirlos hacia algún lugar?
“Lo que realmente quiero escuchar es que crees que yo no tuve sexo con Tyler hoy”
Luc se encogió de hombros. “No me debes explicaciones”
“No las debo” ella acordó “Pero quiero saber lo que realmente piensas”
Era probablemente sin sentido, pero no podía soportar que él pensara que era la clase de mujer que se acostaba con todos por los alrededores.
Él se demoró, pareciendo perdido en sus pensamientos, sorteando a través de ellos. “Estás demasiado dedicada a tu futuro como para follarte la tarde el día en que tu felicidad abre sus puertas”.
Las lágrimas la golpearon instantáneamente. ¡Él la tenía! ¡La tenía! Esto era un comienzo.
Alyssa mordió su labio para contenerse. Maldito agotamiento que la convertía en una llorosa, y esta mierda tenía que terminarse.
Ella tomó una respiración profunda para recomponerse. “Exactamente”
“Siento haber puesto un stress adicional en ti”
“Siento haber desaparecido esta mañana. Debería haber dejado una nota o algo, explicando…”
¿Qué? ¿Que estaba demasiado abrumada por el tiempo que compartieron y porque había perdido su corazón?
“¿Que estabas demasiado nerviosa?” arriesgó él.
Era tan buena como excusa como cualquier otra. Ella asintió.
“Entiendo” él inclinó un ceño preocupado hacia ella. “¿Conseguiste algo para cenar?”
Ella ordenó los eventos de la noche, luego sacudió su cabeza.
“¿Almuerzo?”
No, ella estaba muy ocupada asegurándose que su aparición esta noche fuera perfecta como para preocuparse por la comida. “Me la salteé”
“¿Desayuno?” sonaba incrédulo
Alyssa hizo un gesto de dolor. Ella había estado enroscada en su cama en Las Sexys Sirens, llorándose los ojos.
“¡Maldición! No estás cuidando de ti misma. ¿Dormiste algo hoy?”
Porque el Señor sabía que Luc se había asegurado que ella no durmiera para nada anoche.
De nuevo, sacudió su cabeza.
Un momento después, se detuvieron en el frente de su casa. Él brincó hacia fuera y se apresuró alrededor del SUV para llegar a su puerta.
Ahora que ella había estado quieta por un rato, el cansancio aumentaba en ella, y se tropezó hacia fuera del vehículo - hacia sus brazos. Él la trajo más cerca, y se permitió sentirse segura y cálida, pretendió que realmente le importaba a él.
“Eso es” él sonaba harto. “Sé que estás impaciente por echarme, pero tienes que permitirme entrar para cuidar de ti”
Si ella hacía eso, iba a terminar desnuda con él de nuevo, permitiendo que llegue profundo dentro de su cuerpo, profundamente dentro de su corazón.
“Luc…”
“No vas a separarme de esto. ¿Llaves?” él le tendió la mano.
Alyssa dudó. ¿Cuán agradable sería permitir que Luc la cuide por unos pocos minutos? Ella estaba siempre a cargo de todo - había sido así desde que abandonó su hogar. Justo ahora, delegar su responsabilidad en él sonaba como una ridícula y maravillosa fantasía.
Temiendo que iba a arrepentirse de su decisión, pero muy tentada como para que le importe, dejó caer sus llaves en la palma de Luc.
Capítulo 8
Tan pronto como Luc cerró las llaves dentro de su puño, se inclinó y la tomó en sus brazos. Ella se aferró a su cuello, y los perfumes masculinos de pino, almizcle, y jabón le golpearon en su sistema. Fue una suerte que él la sostuviera o sus rodillas la habrían dejado caer completamente.
“¿Qu-qué?” Farfulló. “¿Qué estás haciendo?”
Abrió la puerta con una mano, empujó con los hombros para entrar y la detuvo ante la alarma para poder desactivarla. Después que el pitido paró, pasó por delante de la cocina y bajó a la guarida, la acomodo en el mullido-suave sofá. Levantó la manta que usualmente dejaba en la parte posterior para las mañanas de frío y le cubrió las piernas.
“¿Estás bien?”
“Más cansada de lo que creí…” Murmuró. Dios, ni siquiera estaba segura de que podría mantenerse despierta el tiempo suficiente para desvestirse, incluso pensando que dormir con este vestido lo arruinaría.
Gimiendo, trató de empujarlo a sus pies. Luc la ayudó a volver hacia abajo. Careciendo de la voluntad de resistir, ella se recostó en los cojines con una expresión rebelde.
“No vas a ninguna parte.”
“Me tengo que cambiar. Quitarme el maquillaje.”
“No ahora, no lo harás. Dame cinco minutos. Solo por ese tiempo siéntate aquí. Te prometo que valdrá la pena.”
No tenía la menor idea de lo que pasaría y muy cansada para discutir.
“Bueno.”
A medida que sus ojos se cerraron, oyó los pasos retirándose. La siguiente que supo, fue Luc la sacudía gentilmente.
“¿Alyssa?”
“Hmm.” Se estaba quedado dormida en el sofá mientras que él… ¿qué? ¿Miraba?
Después el olor de la comida le pegó, y su estómago gruñó en respuesta. Abrió los ojos para encontrar huevos y pan tostado, un plato de frutas con yogurt junto a ella.
Antes de que pudiera preguntar, puso el plato en su regazo y le envió una mirada severa. "Vas a comer. Y es más, no vas a pasar un día entero sin comer ni dormir de nuevo. Ahora, abre."
Luc miró como si hablara en serio. En secreto, ella se emocionó. ¿Estaba el hombre tratando que ella se enamorara aún más de él? Incluso en los momentos más solícitos de Tyler, nunca cocinó para ella. Apenas cocinaba para él. Y sí, esta era la profesión de Luc, pero el hecho de que lo hiciera poco después de tomar un pequeño descanso y de haber pasado de pie toda la noche.
"Puedo comer sola." Cogió el tenedor.
"Estoy seguro de que haces desde que tenías un año. Pero soy, al menos parcialmente culpable de tu agotamiento y hambre. Permíteme."
No estaba de acuerdo con su evaluación. Podría haber comido una ensalada en el club o haber encontrado unos minutos para cerrar los ojos, si hubiera realmente querido. Era una chica grande. Sin embargo, insistía en Luc asumir la culpa.
Algún día, él haría una mujer verdaderamente feliz, y el hecho de saber que no iba a ser ella casi la hizo llorar.
"¿Alyssa?”
Con demasiada tentación y cansada para discutir, abrió la boca. Huevos esponjosos con queso y algo picante le golpeó en la lengua. Oh, las cebollas, los tomates, setas tan perfectamente cocinados se derretían en su boca. Siguió con un pedazo de pan tostado con mantequilla, a continuación, unas cucharadas de yogur mezclado con fresas. Puro cielo.
"¿Por qué?" Preguntó entre bocado y bocado. "También estás cansado. ¿La culpa?"
Hizo una pausa, bajó el tenedor y miró a los ojos. "Lamento si te perturbe y arruiné tu día. Pero cuidar de ti no se trata de culpa."
Una insidiosa esperanza la embargo. Alyssa abrió la boca para hacer más preguntas.
Puso el dedo sobre ella. "Shh. No esta noche. Lo resolveremos mañana."
Luc estaba en lo cierto. No resolverían sus problemas o averiguarían lo que había entre ellos mientras los dos estaban tan cerca de agotamiento. No estaba en su naturaleza el dejar para mañana lo que debería hacer hoy, pero vio su lógica. Y quería vivir esta fantasía sólo por un momento más.
Cabeceó, abrió la boca de nuevo, y puso el siguiente bocado en el interior.
Una vez que vacío su plato, se alisó el pelo detrás de su hombro, que lo ancló detrás de la oreja. "¿Aún tienes hambre?"
"¿Y tú?"
"Me comí antes de la cena. Estoy bien."
Frustrante hombre, no la dejaba preocuparse por él, pero insistió en cuidar de ella. Fue un placer culpable. Al igual que comer helado, nunca podría comerlo si ella quería seguir poniéndose su ropa. Pero una vez…
Sólo por esta vez, era malditamente delicioso.
"¿Tuviste suficiente para comer?", le preguntó.
Alyssa le puso la mano en el estómago. "Llena".
Él sonrió con ternura, y volcó su corazón. Qué fácil sería enamorarse de él… ¡Qué tonta!
"Bien". Luc ayudó a ponerse en pie. Cuando ella se tambaleó, miró hacia abajo a sus pies y frunció el ceño.
"¿Qué?", le preguntó.
Sacudiendo la cabeza, se inclinó hacia ella y Luc quitó los zapatos.
Ahhh… El alivio fue casi orgásmico. No se había dado cuenta de cuánto le dolían los pies. Los zapatos nuevos eran los peores, pero había llegado tan cansada en la noche que el dolor en sus pies no lo había registrado.
"Que mal, ¿Ah?" Juró Luc y la levantó contra su pecho una vez más.
"Puedo caminar", insistió.
Él la miró, y su mirada fue atrapada por sus ojos negros, inescrutable. “Sí, pero no tienes que hacerlo. Ahora, pon la alarma."
Al pasar junto al teclado, se detuvo y le permitió introducir el código. Una vez que estaba conectado, se aseguró que puerta estaba cerrada con llave, y luego se dirigió hacia las escaleras.
"Soy demasiado pesada para esto", insistió.
Luc se burló. "Una vez pasé un verano acarreando sacos de cien libras de grano hacia arriba y abajo en un muelle de carga, una bolsa en cada hombro. Llevarte es muy sencillo."
Dulce mentiroso. Ella sonrió y cerró los ojos, saboreando su cercanía y cariño. Dios, esto se sentía tan bien. Pero ella no tenía duda que lo iba a pagar mañana con cada latido de su corazón.
* * *
Luc cambió de posición, hundiéndose cada vez más en la sublime, cómoda cama. Algo olía bien, como el melocotón y canela. Hmm. Y un cuerpo femenino cálido descansaba a su lado, laxa en completa confianza totalmente permitida. Experimentalmente, se trasladó una mano y se encontró con una cadera exuberante bajo sus dedos.
Su erección mañanera saltó ante la promesa exigente.
Abrió los ojos y se fijó en las paredes pálidas, en las finas cortinas, en las sombras de la mañana. Preciosa cabellera platinada y suave, una respiración rítmica.
Alyssa.
Todo dentro de él se apretó con excitación, ansiedad y confusión.
¿Qué demonios había sucedido ayer? Después de que habían tenido sexo alucinante, se estrelló, luego despertó bruscamente dándose cuenta de Alyssa no estaba en la cama junto a él. No contesto sus llamadas a su teléfono celular, y creció su angustia. Cuando fue a buscarla al Bonheur más tarde, la había encontrado en los brazos de Tyler. El interruptor de su instinto posesivo se encendió de gran manera.
Casi enloquece de celos.
Luc no entendía el instinto por varias razones. En primer lugar, no le había mentido cuando le dijo que parecía poco probable que Alyssa haya permitido su gorila follarla por la tarde. Le había tomado un tiempo a Luc llegar a esa conclusión, pero sabía que era verdad. Alyssa era demasiado ambiciosa para arriesgar la apertura del Bonheur por un pedazo de culo.
Eso todavía no aliviar su irritación porque dudaba que su relación fuera platónica. Tyler no se quedaría a su alrededor si no obtenía nada, por lo que probablemente, en cualquier otro día el gorila tendría a Alyssa desnuda y extendida para su placer.
Ajustando su control sobre su forma de dormir, trató de impulsar la imagen fuera.
Lo que Luc no podía entender era por qué le importaba con quien Alyssa follara. Pensando en todas sus relaciones en su última docena de años más o menos, (la mayoría de ellas ménage) ninguna vez sintió ganas de agarrar a la chica y mantenerla toda sólo para él. Ahora casi no podía aplacar ese impulso. territoriales.
Cuando tienes sentimientos por una mujer, los celos son
Sentimientos, le había sugerido Deke. Y a Luc le quedaban solo unos días para averiguarlo. Ayer, ella se apartó. Realmente sintió cuando puso distancia entre ellos. Esa realidad le había infundido con una vaga angustia que no entendía. Después de esta semana, él probablemente nunca vería a Alyssa nuevo. ¿Cómo podía encajar en su vida cuando ella no encajaba en el futuro que había ambicionado? Nada en la manera en que se veía o se comportaba decía "material de madre", en especial su relación con su propia madre. Y si la persuadía en ponerse la inyección intracitoplasmática de espermatozoides o a que fueran a un banco de esperma, quedar embarazada en su profesión sería el beso de la muerte. Sí, ella también tenía Bonheur, y ella podría estar embarazada y hacer funcionar el restaurante… pero seguía pasando mucho tiempo en Las Sexys Sirens. Además, una mirada a ella y la inseminación artificial era la última cosa que se le venía a la mente. No veía ninguna otra alternativa excepto follarla hasta sacarla fuera de su sistema de modo que cuando regresara al este de Texas, que podría enfocarse en Emily y sus sueños de paternidad.
El problema era, que realmente le gustaba Alyssa. Como mujer. Como persona. Y cualquier cosa que tuvieran, no era sólo sexo.
Peor aún, la noche anterior, había tenido un extraño placer en cuidarla.
Trabajó tan malditamente tanto, satisfaciendo las necesidades de su negocio y sus empleados antes de ver por los suyos.
Una vez que se marchara, ¿quién cuidaría de ella?
Tyler.
Dios, incluso el nombre de ese hombre le quemaba como el ácido en el estómago. Él cerró los ojos. ¿Por qué demonios estaba tan celoso de otro hombre cuando era él quien yacía desnudo junto a ella?
Porque no iba a durar.
Empujando el feo pensamiento lejos, él se incorporó y miró el reloj de Alyssa. Diez dieciocho. Wow, ambos habían estado agotados, dormir nueve horas era una buena cantidad.
De repente, ella se dio la vuelta lentamente y abrió los ojos. Sus pestañas batieron soporíficamente, su maquillaje estaba corrido por debajo de sus ojos. Más allá de parecerse a un mapache, ella parecía vulnerable.
Una vez que lo vio, Alyssa desvió la mirada, el pánico vagaba en su rostro. "¿Qué pasó?"
Maldita sea, ella se estaba alejando de nuevo, y lo único que quería era el calor de la confianza contra él otra vez, sus brazos alrededor de él, sus labios elevándose hacia él.
Le acarició el hombro con un suave toque. "Nada. Estabas hambrienta y agotada. ¿Te acuerdas de haber comido noche?"
Inmediatamente, ella se sonrojó y asintió con la cabeza. "Me alimentaste."
Una sonrisa asomó a su boca. "Sí. Después te he traído a la cama. Te quedaste dormida a mitad de camino en la escalera."
Se cubrió la cara con sus manos, luego asomó un ojo fuera. "¿En serio?"
Luc asintió con la cabeza. "Muerta de dormida. Murmuraste algo acerca de no querer arruinar el vestido justo antes de dormirte, así que te lo quite y te acosté."
Alyssa se retorció, parpadeó. "Me sacaste todo."
"No sabía lo que sueles usar para dormir… y me gustas así."
Con un suspiro, rodó sus ojos. "¿A qué hora…? Oh!" Mirando el reloj, maldijo. "Deberíamos haber estado en Bonheur como a las doce. Creo que los otros estarán allí como a las dos. "
"Bien. Entonces tenemos tiempo."
"¿Para qué?" Entornó los ojos sospechosamente.
Su cuerpo fue presionado contra él; no tenía ninguna duda de lo mucho que la deseaba. Pero su expresión le dijo que el sexo no era lo primero de su lista, y supuso que ella tendría preguntas acerca de ayer.
"Un buen desayuno, para empezar." Su tono la reprendió.
"¿Y?"
"Cualquier cosa que pase."
Se sentó en la cama y envolviéndose con los cobertores alrededor. La sabana escondió sus curvas exuberantes, aun cuando las moldeaba. Luc se sintió casi mareado con el deseo.
"En aras de ahorrar tiempo y toda la mierda, solo respóndeme una pregunta. ¿Qué está pasando entre nosotros?"
Eso era directo. Luc en realidad la admiraba por tener las agallas de preguntar lo que realmente quería saber, por no tomar el camino más fácil.
"No lo sé", respondió con honestidad. "Me gustas, te deseo, y la idea de que estés con Tyler me desgarra en pedazos. Eso es todo lo que sé."
Ella hizo una pausa. "¿Territorio desconocido para ti?"
Luc asintió con la cabeza. Se dio cuenta de eso, en todas sus "relaciones", nunca se había tomado el tiempo para conocer realmente a una mujer a menos que le conviniera a sus propósitos. Si no era un fin para alcanzar, figuraba que la mujer no era suficiente como para manipular su respuesta en su dirección. Con Alyssa, quería conocerla porque lo había fascinado como el infierno.
"Para mí también." Ella admitió. "No sé… no hago relaciones.”
Frunció el ceño. "¿No te involucras emocionalmente?
Alyssa levantó las rodillas al pecho y acurrucó sus brazos alrededor de ellos. "La confianza es difícil para mí. No suelo dejar que los hombres entren en mi espacio personal." Ella le lanzó una mirada señalando. "Esta casa se supone que es mi retiro zen, por eso, las paredes pálidas, las fotos de la naturaleza en negro y blanco, y los juegos de agua. Yo vengo aquí para escapar, no a follar.”
Si la estaba traduciendo bien, le estaba diciendo que nunca había traído a otro hombre aquí. ¿Qué hay de Tyler y las llaves de la casa? ¿Eran solamente para fines de protección? El hecho que ella rompiera sus reglas por Luc dos veces decían algo acerca de sus sentimientos. El salto en respuesta en su pecho lo asustó más que la mierda.
Dios, ¿podría realmente follarla hasta sacarla de su sistema en cuatro días, o terminaría enamorándose completamente?
"Amigos con beneficios es lo más lejos que he llegado alguna vez. Así que esto es realmente extraño para mí."
Así que no tendría nada de él. No era gran emoción, pero era un comienzo. La pregunta era… ¿adónde los llevaría? No tenía ni idea.
"¿Hay alguna razón para no ponerte sentimental?" Sabía por experiencia que la emoción hacía el sexo más enriquecedor. Fue una de las razones de porque siempre trataba de sentir algo por sus parejas.
"Yo no necesito complicaciones, y eso de vivieron felices para siempre es una mierda. Todas las noches, veo un montón de hombres casados que darían sus derechos maritales por follarme o cualquiera de las otras chicas, la esposa estará condenada." Ella le envió una sonrisa triste. "Estás aquí engañando a tu novia. No soy estúpida, Luc. No me enviaré directo a sufrir una pena del corazón."
¿Esa había sido la razón por qué se marchó ayer por la mañana sin decir una palabra, porque estaba llegado a ella sentimentalmente? ¿Y por qué le gustaba tanto ese pensamiento?
"¿Dónde nos deja eso?" Él le susurró.
"Si fuéramos inteligentes, terminaríamos con esto ahora."
No hasta que estuviera bien y listo. Tan miserable como ella se veía, él no creía que eso era lo que quería, tampoco.
Así que se acercó y rozó su boca sobre la de ella. "Yo no creo que pueda ser inteligente cuando se trata de ti."
Contuvo la respiración bajo el beso, y le rozó los labios por el cuello, dejando un sonido rodar a través de él.
"Luc… “Alyssa puso una mano en su hombro.
Estaba seguro de que ella lo rechazaría. En cambio, ella le tomó el pelo en su puño y tiró de él más de cerca, sus labios calados en su mandíbula, los dientes mordiendo la oreja.
Un escalofrío lo atormentó. Dios, ¿qué había sobre esta mujer? A su alrededor, no podía mantener su cabeza.
O bien, temía por su corazón.
Alyssa elevó a las rodillas por encima de él y lo llevó a su espalda. Fue de buena gana, gimiendo cuando arrancó la sabana fuera de su cuerpo y cayó encima de él, su boca ardiente hacia un camino a través de su pecho. Ella hizo esos pequeños trucos malvados con sus pezones de nuevo, y vaya si no estaba ya tan duro que no podía hilar algún pensamiento.
Cuando la mano fue a la deriva hacia debajo de su abdomen y sus dedos circulaban en su polla, gritó.
"¿Te gusta eso?", Preguntó ella, toda una zorra recatada mientras acariciaba su longitud rudamente.
"Joder, sí."
"Todo el mundo piensa que eres controlado. Un gran caballero sureño."
Se echó a reír. "No eres tan caballeroso en el dormitorio."
Una vez más, ella le acariciaba de arriba a abajo, agarrándolo apretado, a un ritmo vertiginoso. Cuando su pulgar rozó la cima de su polla, su espalda se arqueó y sus ojos se abrieron a lo ancho. ¡Jesús!
Alyssa redefinía el placer para él. Prácticamente cada gota de sangre de su cuerpo se había acumulado entre las piernas. La presión fue intensa, y cada toque lo llevaba hasta la cima.
Luego se deslizó hacia abajo por su cuerpo.
"No es una buena idea", gruñó.
Pero sus manos se introdujeron en su cabello, sosteniéndola entre sus piernas. Él la guió hasta su polla.
En el primer toque su boca, la necesidad lo pinchaba. Apretó los dientes.
"Oh, Dios."
Mirarla, tenía que hacerlo. Luc no quería perder ningún momento de su boca en él. Ella bateó sus pestañas, sus ojos azules, vivos y eléctricos, impactándolo hacia abajo hasta su núcleo. Esa dulce boca roja abierta, su labio inferior regordete era el lugar perfecto para descansar su polla.
Su lengua se asomó, deslizándose a la cabeza como si lamiera un chupetín. Entonces ella gemía y se lamió los labios y lo volvió loco.
"Chúpalo", exigió. "Pon mi polla en tu boca y chupa fuerte."
En su lugar, levantó una ceja ante él, y luego le lamió las pelotas, recorriendo con el pulgar hacia arriba de la longitud de su pene.
Diferentes sensaciones, una de esas era como añadirle gasolina a la pira funeraria a su contención.
"No recibo ordenes. Si te lo chupo, será cuando y como yo quiera."
Sus puños apretaron su pelo. La mujer lo estaba provocando. Mal, mal movimiento. Su control se disparó, su cuerpo se tensó, apretó los dientes mientras trataba de juntarlos. Pero ella volvió a sacar su lengua recorriendo toda su longitud, rozando la sensible cresta con sus dientes.
Él siseó calentándose de placer. Nunca había sido uno de esos que deseara el dolor antes, pero de la manera que Alyssa se lo entregaba…
Maldición.
Tomándose el mismo con la mano, dirigió su polla hasta su boca.
"Chúpalo ahora", espetó, con la voz tensa, apretada. Se disculparía más tarde. Ahora realmente necesitaba sentir la seda húmeda de su boca calentando su polla hasta afiebrarse.
En el momento en la lengua acunó su pene, Luc respiró fuerte. La apremiante sensación devastando el camino a través de él, lanzando abajo sus piernas. El deseo chamuscaba todo su cuerpo mientras Alyssa se balanceaba arriba y abajo. Una vista preciosa.
Lo llevó hasta el fondo de su garganta, luego disminuyó aliviándolo con una fuerte succión, Luc estaba a punto de volverse loco. Su lengua coqueteaba con su cabeza mientras sus uñas se hundían en sus muslos.
El deseo crecía, rápidamente superando los límites de su resistencia y control. Le había costado unos treinta segundos para llevarlo hasta el borde. ¡Joder! Su respiración hacía cortocircuito. Fijó sus manos en su cabello, tratando de reducir la velocidad. Cada brote de la sensibilidad y cosquilleo ardiente trabajaba en su contra. Dios, no podría durar mucho tiempo así.
No, que no se correría en su boca. Su coño. Tenía que estar allí. Muy rápidamente, eso se había convertido en su lugar favorito. Por mucho que amara a su boca y no pudiendo esperar para explorar su culo de nuevo… necesitaba estar profundo dentro de la parte más femenina de ella, embistiéndola a través de múltiples orgasmos antes de finalmente dejarse ir.
Pero primero, él reembolsaría a la bronceada bruja por sus burlas.
Levantando fuera su polla, oyó un chasquido audible cuando salió de su boca. Llegó para él de nuevo, gimiendo de frustración.
"No había terminado", gruñó ella.
"Lo has hecho por ahora. Mi turno.”
Anticipación arrasada su sistema como envolvió con sus brazos y la levantó por delante de su cadera, por encima de su abdomen, alzándola por encima de sus hombros y asentando sus muslos a ambos lados de la cara.
"¡Luc! protestó.
No se molestó en contestarle. El olor almizclado de su tanga le atravesó su sistema y se fortaleció su deseo. La sangre le hervía en sus venas mientras la agarraba por las caderas y levantaba su cabeza, pasando su lengua entre los pliegues de su coño mojado hasta llegar a su clítoris. Húmedo, hinchado y duro. Perfecto.
Cuando lo mamó en su boca, ella liberó un suspiro en agudo tono y se aferró a la cabecera como si necesitara gravemente estabilizarse. Luc sonrió y recorrió con toda la extensión de su lengua sobre su sensible bulto de nervios.
"Oh, mi…Oh… Luc" jadeó ella. "Eso es… ¡Maldición! Eso es rápido. No puedo…"
Raspaba con sus dientes sobre su clítoris suavemente… con solo la presión suficiente como para demostrarle que, de hecho, ella podía. Correcto en ese instante.
Alyssa gritó de placer, y era el sonido más dulce. Su liberación le llenó de necesidad primitiva y una satisfacción como ninguna otra. Siempre insistía en dejar a sus parejas satisfechas, pero esto era gratificante y frustrante a la vez. Increíble… pero no suficiente. Ni cerca.
La crema fluía por su cuerpo, y él estaba encantado. La necesitaría más tarde, sin duda. Pero ahora quería más en su lengua. Mucho más.
Sosteniéndola en su lugar con una mano en la cadera, corrió con la otra la parte interior de su muslo, y luego presionó un dedo dentro de ella. Su calor le envolvió de inmediato, se apego su carne, aún con las secuelas ondulantes de su clímax.
"No más juegos alrededor. Sólo fóllame."
No hasta que estuviera buena y lista. No hasta destruyera la muralla que había construido entre ellos. No hasta que su cuerpo se rindiera por completo.
Luc no le molestaron sus palabras. En su lugar, deslizó dos dedos en su coño. Apretada. Dios, cada vez que él entraba en su interior era una contienda deliciosa siempre esperaba con interés. Hoy sería aún mejor porque todavía estaba hinchada de su último encuentro.
Con un giro de su muñeca, finalmente sumergió sus dedos dentro de ella. A los pocos segundos y un poco de caricias más tarde, encontró el punto sensible suave que la volvía loca y la frotó sin piedad mientras su boca se situaba de nuevo en su clítoris.
Ella ahogó un grito, agarrando las sabanas a su alrededor, su cuerpo inclinándose mientras trataba de absorber las sensaciones.
Contra sus dedos y lengua, podía sentir su carne creciendo más lisa e hinchada. Su respiración empezó a encenderse, después a quejarse.
"Luc. Oh, Luc. Por favor… Es demasiado. Demasiado grande. ¡Oh!"
En ese momento, quería ofrecerle el tipo de placer que la devastara, romper su voluntad para no se resistiera a él nunca más.
Rodó alrededor del clítoris su lengua como dulces, pasándola de arriba a abajo, de lado a lado. Sus lisos muslos se apretaron, con los puños en la cabecera se puso más frenética, y sus pliegues hinchados tan bellos. Luc sacó su boca fuera por un momento para mirarla. ¡Sí! Su carne palpitaba, de un rojo furioso que exigía satisfacción.
Respiró un momento para aliviarse, hasta eso la irritó, un malestar general la alcanzó y le hizo conocer sus demandas.
Entonces ella gimió. "¡Luc!"
"No quieres que me detenga, ¿verdad?"
"No. Por favor, no."
Esa era la señal que necesitaba. Sonriendo, estableció su boca alrededor de su clítoris, una vez más chupándola adentro. Con dientes y lengua, la trabajó, raspándola con placer hasta que todo su cuerpo se tensó, después pulsó. Soltaba lamentos que tendría la garganta irritada.
La satisfacción punzaba a Luc. Dios, amaba un trabajo bien hecho.
Pero no había terminado con ella todavía.
Él pidió por su cuerpo, abriéndole bien las piernas con las rodillas, sujetando su paciente polla con la otra mano.
"¡Espera!" Ella sonaba como si estuviera tratando de recobrar el aliento. "¿Condón? Nosotros… lo olvidamos la última vez."
Habían estado demasiado ocupados y abrumados para pensar en ello.
Luc dudó y finalmente dijo: "Estoy limpio."
"Yo también, pero no del embarazo…"
Se ondulo hacia arriba, tapándole la boca con la suya. No hay necesidad de que la dejara terminar la frase. No importaba, y él no quería pensar en ello, y mucho menos confesar su esterilidad. Tal vez debería usar un condón con ella… pero montar Alyssa salvajemente fue una experiencia sublime que no se podría abstener.
Por un segundo, luchó contra el beso, pero él persistió, devorando a fuego lento, que pronto tuvo su encuentro, se fusiono contra él, su boca igual de hambrienta.
Quemando por dentro, él la empujó hacia abajo las últimas pulgadas, encima de su erección.
Deslizarse en su interior fue un poco más fácil esta vez que la pasada. Aún así una lucha. Sin embargo igual de caliente y devastador como había llegado a esperar. La fricción le hizo cruzar los ojos, arrancó un gemido de su garganta. Apretó los dientes para en una pieza, especialmente cuando ella jadeó y agarró su pelo. Evitar toda la sensación se hizo doblemente difícil cuando estaba retorciéndose encima de él, asegurándose de que la cabeza de su polla golpeaba su cuello uterino. No podía ser más profundo.
Fue increíble. No, jodidamente increíble.
"¿Eso esta bueno, cariño?"
Alyssa gimió su respuesta. Sonrió. Luego la levantó en una lenta retirada.
Como él metió en el primer golpe, el placer quemó sus entrañas, se apoderándose de su verga. Totalmente abrumada. Quería que esto fuera anhelante e inolvidable. Ahora ella le había sobrecargado de deseo y él sólo esperaba que no se convirtiera en un ariete. Tenía que correrse otra vez. A pesar que su necesidad andaba por las nubes, no era negociable.
Apretando sus manos a sus caderas, empezó a follarla en profundidad, fuertes golpes, apretando su cuerpo, caliente, con la sensación de ella rodeándolo. Una estocada tras otra, llegando más rápido… más rápido.
No tenía suficiente, sentir lo suficiente. Estar con ella… El sexo era mucho más que sólo sexo. Intenso, increíble. Reteniendo el placer se hizo más difícil con cada embestida dentro de su cuerpo exuberante, especialmente mientras lo apretaba a su alrededor, jadeando y gimiendo.
"¡Sí!" Gritó en su oído, ensambló su cuerpo nivelándolo contra el suyo... "Luc… ¡Oh, Dios!"
Oírla gritar su nombre mataba su auto-control. Quería este espléndido placer en ella por horas, días. Pero el calor era combustible, que lo quemó con fuego líquido. La presión, la necesidad, consumían su compostura. Sin embargo, se comprometió a tener en Alyssa con él.
Su pecho se balanceaba delante de su boca, y él tomó la tierna licitación punta y la chupó. Ella arqueó la espalda, presionando el pezón contra su lengua.
En contra de su carne, le susurró, "Córrete para mí".
"Sí" sollozó y sujetó abajo en su polla.
No podía contenerse en más. La base de su espina dorsal le cosquilleó.
Sus bolas apretaron. Afortunadamente, Alyssa estaba con él, agarrándole apretada con su coño, luego lo del ordeño con pulsos duro y besos desesperados por su cara, los brazos apretados alrededor de su cuello. Luc se aferró a ella mientras que subió en su interior tan profundamente como le fue posible y llegando cerca de su cuello uterino.
Codiciosamente, por un incauto momento, se imaginó Alyssa exhibiendo su anillo, a su lado en la cama todas las noches, en su casa, con su hijo la hinchando su barriga. El pensamiento reventó su auto-control y el orgasmo se estrelló sobre él. La visión seguía bailando en su cabeza, explotó profundo dentro de su cuerpo.
Después del último estremecimiento, su cerebro lo pateaba. Qué mierda de ridícula fantasía… por tantas razones.
Tan pronto como Alyssa contuvo el aliento, se dejó caer contra él.
Pensando que no debía, Luc se deleitaba con la sensación de sentir los latidos de sus corazones sonando uno contra el otro, laxos, cayendo confiado contra el suyo. Tocando suavemente con una mano de arriba abajo por su espalda húmeda, calmando.
"¿Estás bien, cariño?"
Tenía la cabeza hundida, y ella salió a sentarse en el borde de la cama.
"Bien."
Sonaba tan exhausta y confundida, y no podía olvidar que las últimas palabras que salieron de su boca antes de que él la sedujera fueron para poner fin a lo que sea que estaba pasando entre ellos.
Ninguna posibilidad, especialmente ahora. Luc no había terminado con ella. No estaba fuera de su sistema. Esa furtiva visión de su fantasía del futuro lo probaba. En todo caso, ella se le estaba calando hondo, diciéndole que iba a tener que trabajar duro para conseguirla en solo tres días. Ya, su mente le daba ideas. Sólo rezaba para que funcionaran.
* * *
Dentro de Bonheur, el equipo de cocina terminaba con el ultimo plato del día, Alyssa camino por todo el restaurante desde las mesas en el patio hasta las que estaban en el comedor principal, asegurándose de que todo estuviera perfecto.
Minutos después de cerrar la puerta cuando se fue el último cliente dio por terminada su primera noche abiertos al público y fue una noche exitosa.
Luego de 10 minutos tratando de sacar a Luc de la cocina mientras este murmuraba preguntas sobre como todo había salido maravilloso, Alyssa sentía como que su corazón se iba a parar de un momento a otro, por q el seguía presionándola...... con su mirada..... Alyssa no sabia q hacer.
Ella necesitaba unos momentos a solas, para poder recuperar su cara de frialdad de no me pasa nada, para poner ese escudo contra el mundo.
Cerrando la puerta de su oficina, ella se recostó contra la pared y suspiro de alivio, Luc la abrumaba, todo acerca de el eran tan... intenso, tan demandante. El tenía un lado gentil; ella lo había visto, pero algo estaba carcomiéndoselo, ella lo sentía y por ello lo presionaba pero aun no sabía que era.
Arrastrándose llego hasta su nuevo escritorio. Si todo seguía bien con Bonheur trasladaría su oficina hasta ahí, que seria básicamente su laptop y unos archivos. Ella pondría a Sadie una de las dependientes como ayudante de gerente para poder pasar mas tiempo en la oficina, y sería feliz. Ella había trabaja muy duro para lograr este cambio en su vida. El caso era que ya no quería quitarse la ropa en público para sobrevivir nunca mas era algo que la llenaba de alegría y satisfacción muy profundamente y lo que mas orgullo le daba es que sola logro todo.
Por un momento Alyssa se pregunto si su madre algunas pensó algo acerca de su modo de vida de como formo el sexy sirens, y su trabajo como stripper.... y como todo cambio después. Ella siempre vivió como una esposa de Beverly Hills como una esposa de casa con su sombrero de jardinería y su mimosa de las 10 AM.
Al final no importaba su madre se había ido, y su futuro estaba cambiando... mucho.
Luc había hecho de Bonheur un gran negocio esta noche, una promesa.
La esperanza se retorcía dentro de su alma mientras hacia su silla para atrás alejándola del escritorio, daba la vuelta para pararse cuando ella grito.
Capitulo 9
Zorra. La palabra saltó hacia ella en grandes letras rojas en una rígida página en blanco apuñalada en el asiento de cuero en su oficina. ¡Mierda!
Más palabras saltaron de la página, nadando en su visión. Temblando, se inclinó, con cuidado de no tocar nada, y leyó: Estás fornicando con tu chef. Con esta daga, me aseguraré que nunca tientes a un hombre otra vez.
Se estremeció. El psicópata detrás de esto tomaba el asunto en serio.
Este hecho aterrador no lo echaría a un lado. Esta persona estaba también extrañamente bien informada acerca de su relación con Luc.
Una mujer despechada no usaría regularmente estas tácticas de intimidación. Por lo tanto, si el delincuente no era una mujer celosa… ¿quién podría hacerle esto a ella? ¿Y por qué?
Un momento después, Luc se precipitó adentro, echó un vistazo a su cara, y la agarró por los hombros. "¿Qué es lo que pasa?"
Apuntó hacia la silla. Su mirada le siguió. Un momento después, sus improperios llenaban la habitación, y se estremeció. La violencia sofocaba el aire en el pequeño espacio, sin ventanas. Alguien se había colado en su oficina esta tarde para amenazarla. Por tercera vez en estos días. Luc parecía listo para matar.
"Tenemos que llegar al fondo de esto. Quien sea el responsable se está volviendo más sádico y brutal”.
Concedido. "Llamaré a Remy."
Luc frunció el ceño. "¿Ha hecho algo para detener a este engendro? ¿Hay algún avance en la investigación?"
"Ni siquiera tienen los resultados de la investigación de mi auto todavía, así que…"
Con otro insulto, se volvió hacia la puerta vacía. "¿Qué hay de Tyler?"
"El no tiene ninguna teoría, tampoco."
"No. Quiero decir, ¿has pensado que, tal vez, podría estar detrás de esto?"
¿Qué? Ella contrató a Tyler para despedir a la gente del club y protegerla mientras estaba allí. El siempre ha ido más allá del llamado del deber, rondando sobreprotectoramente, posponiendo una vibra de novio posesivo. Ha trabajado también. Desde que Tyler había llegado a bordo hace unos meses, los incidentes al dirigirse a su oficina o su dormitorio en el club y ser sorprendida por un hombre desnudo o un posible violador se habían reducido a casi cero.
"Tyler no haría esto."
"¿Quién más podría estar celoso de nuestra relación?"
En la mente de Luc, tenemos una relación o ¿solo es sexo?
Vamos a ver… Él es un chef famoso y aparte de un tierno cuidado anoche, eres básicamente una prostituta para él. ¿En que estas pensando?
"Hay muchas personas que podrían haber hecho esto", señaló. "Al igual que Primpton. Has visto el dolor de cabeza que es. O Peter. Oí que preguntaba por mí en el club la noche pasada y estaba enojado cuando se entero que no iba a venir. Al parecer, exigió que alguien me trajese acá abajo lo antes posible."
"¿Has visto alguno de ellos aquí esta noche?"
Ella negó con la cabeza. "Pero no he visto a todos los que han venido. O podría ser alguien con quien nunca he tratado, que solo se ha mezclado en el club y se hizo una fantasía enferma en su cabeza donde yo le pertenezco. No me ha pasado, pero he hablado con otros del negocio que dicen que sucede."
"Creo que deberíamos descartar a los sospechosos más evidentes primero." Luc tragó, una expresión feroz, resuelta que apretaba su cara. "Juro que si pongo las manos en el en el cabrón que te está haciendo esto, la policía tendrá suerte si queda lo suficiente de él para identificarlo con sus registros dentales."
Alyssa miró fijamente. ¿Luc estaba tan indignado a su favor? Concedido, no le gustaría ver a ninguna mujer amenazada, pero…
"Esto es malo, pero realmente no ha hecho más que amenazas hasta ahora. Con suerte, no va hacer nada más."
Luc frunció la boca, y le mandó una mirada sombría. "No apostaría a eso. Viene por ti. Pronto. Llama a Remy. Tiene que hacer de esto una prioridad."
Tyler patinó hasta detenerse en la puerta. "Lo siento. Yo estaba al mando." Su mirada yendo y viniendo entre los dos. "¿Qué mierda está pasando?"
¿Era posible que Tyler tuviera algo que ver, porque se negó a dormir con él? ¿Estaría extrañamente obsesionado?
Alyssa desestimó la idea casi al instante. El no ha hecho nada más que ayudarla, ver por su seguridad. Había tenido un millón de oportunidades para estar a solas con ella y no había hecho nada para lastimarla o ponerla en peligro.
Pero, ¿quién más sabía con certeza que tenía sexo con Luc?
"Mira por ti mismo", dijo finalmente a su portero, luego se apartó de la silla. Quería ver su expresión, ver si se veía sorprendido… o amenazador.
Rodeó la mesa, viéndose un poco incómodo y fuera de lugar vestido con una camisa blanca parcialmente desabrochada y una corbata suelta color vino. Había abandonado los trajes con chaqueta hace mucho, en deferencia al calor.
Tyler miró la silla, se puso rígido cuando vio la nota. Se acercó a leerla, a continuación, juró profusamente. "Voy a matar a este hijo de puta, si le pongo las manos encima."
"Ambos, tú y Luc. Grandioso. Quieren tanto ir a la cárcel por asesinato y dejarme sola ante toda la basura que se viene".
Su chef y su portero se miraron entre sí, claramente en apuros por creer que estaban de acuerdo en algo.
"Pon a Remy en el teléfono", exigió Tyler. "Quiero hablar con ese Cajun perezoso."
"¿Siempre fracasa al hacer su trabajo?", Preguntó Luc.
Alyssa respondió antes que pudiera Tyler. "No está acostumbrado a tener tantos problemas por mí. Es grandioso en detener drogas, pandillas y vándalos. Gente de alto calibre. No es tan bueno con las investigaciones."
"Voy a arreglarlo," declaró Luc, alcanzando su teléfono celular del bolsillo mientras se dirigía hacia la puerta de la oficina.
"¿A quién llamas?" Le preguntó después.
No le contesto.
Murmurando en voz baja acerca de lo difícil que eran los hombres, lo siguió.
"¿A dónde vas?" Tyler le exigió.
Aparentemente interesado en la respuesta, Luc se volvió y miró, bloqueando la puerta.
La sobrecarga de testosterona en la pequeña habitación se le podría ir seriamente a su cabeza. Podría embotellarla y las mujeres de todas partes pagarían montones por sentirse ridículamente femenina.
Superando el pensamiento, miró a Luc, hacia abajo por el ensombrecido pasillo, frustrada por la falta de visión. "Tengo despedir hasta el último de mis invitados, llevarlos a la puerta y agradecerles por haber venido."
"Yo lo haré." la oferta de Luc fue más como una demanda. "Quédate aquí y llama a Remy."
"¡Son mis invitados!"
"Que comieron mi comida. No estoy jugando a la semántica, cuando tu seguridad está en juego." Después se volvió hacia Tyler y lanzó una mirada al gorila "Mantenla aquí y protégela. Juro por Dios que si le vuelas un pelo de la cabeza, voy a dividir tu cráneo en dos y flamear tu cerebro mientras tu corazón sigue latiendo."
Tyler gruñó. "¿Notaste como nada de toda esta mierda le pasó a Alyssa hasta que tu llegaste? Todo estaba bastante tranquilo antes de que te metieras en su vida y arruinaras jodidamente todo."
"¿Estas demasiado celoso? ¿No puedes soportar verme con ella?", Desafió Luc.
Oh, Dios mío. "¿Pueden los dos abstenerse de llegar a una paliza por los próximos diez minutos? Déjenme tener las puertas cerradas y aseguradas. Cuando el estacionamiento este vacío, se pueden ir por ahí y tener su jodida pelea."
La mirada de Luc la tocó, luego miró sombríamente a Tyler. "Volveré."
Cuando se fue, la desaprobación de Tyler revirtió a través de un tenso silencio. "No lo entiendo. Si lo echaras fuera por la maldita puerta, las amenazas desaparecerían."
"Tal vez. Tal vez no."
Negó con la cabeza. "Probablemente. Pero le dejaste que se quedara. En tu casa. En tu maldita cama. Solo he trabajado para ti unos pocos meses, pero no está en ti empezar una aventura o dejarle sacar tu corazón bajo la manga. ¿Lo… amas?"
La pregunta la cegó. ¿Cuando alguna vez Tyler realmente había hablado de sentimientos? Casi nunca, al menos antes de que Luc llegara a la ciudad. ¿Estaba realmente celoso?
Alyssa vaciló. Pensó en mentir. Pero si quería hacerle daño, castigarla, ¿Por qué no lo había hecho ya?
Finalmente, se obligó a mirarlo a los ojos y susurrar "Sí."
* * *
Luc estampó su sonrisa más ganadora mientras ayudaba a los últimos clientes de Bonheur a salir por la puerta. Asintió, sonrió, firmó autógrafos, avanzando cada vez más hacia la estrecha salida. Por último, cuando eran pasadas las once, llevó a cabo el cierre y hecho llave, a continuación, palmeó su teléfono.
Sin dudarlo, marcó el número de su primo. Deke contesto al primer ring.
"¿Qué pasa?"
"¿Cómo sabes que pasa algo?"
Deke soltó un bufido. "Nunca llamarías tan tarde si todo fuera genial."
Buen punto. Nada iba bien ahora.
Luc suspiró. "El que irrumpió en el club de Alyssa la amenazó, más de una vez. Esta noche, irrumpió en Bonheur y la amenazó de nuevo. La gente del lugar parece incapaz o no quieren llegar al fondo de esto. Necesito tu ayuda."
"Me voy a una asignación pasado mañana. Pasaré mañana con Jack, mientras tengo que hablarle ahora que ha vuelto. Voy a ver si puedo traer al hermano de Kimber conmigo."
"¿A cuál?" Luc juró en voz baja. Nunca habían aprobado su breve relación con su hermana y su primo, y no hicieron ningún esfuerzo por ocultarlo.
"Hunter."
Luc juró de nuevo. Logan, el más joven, era un bastardo con un humor de una milla de ancho, pero podían razonar con ellos… eventualmente. Hunter era frío y calculador. Astuto. Y tan comunicativo como una pared de ladrillos. No habían hablado desde su disgusto.
"Jack y yo estamos tratando de convencer a Hunter de que deje la marina. Nos vendría bien alguien como él en nuestro equipo."
"¿Qué puede hacer aquí? Necesito a alguien capaz de investigar quién está detrás de esas amenazas."
"Hunter es uno de los mejores. Confía en mí. No tienen que gustarse el uno al otro, sólo sé que va a resolver el problema."
De todo lo que había oído, cuando Hunter estaba en una misión, fue que era implacable y astuto. "Mantén a Alyssa a salvo."
"Estaremos ahí antes del mediodía para que puedas darnos toda la información."
Luc desconectó la llamada. Alyssa no le gustaría esto; Deke, Jack, y Hunter insistirían en tener el control de su entorno y restringir sus movimientos, pero Luc quería su seguridad. Punto.
Cuando regresó a la pequeña oficina, Tyler estaba escariado a Remy un nuevo cabrón al teléfono. A Luc casi le gustó por eso.
Alyssa miró a su regreso. "Haz que me libere."
Levantó una muñeca encadenada a un cajón del escritorio con esposas.
Luc se volvió hacia Tyler. "¿Traes esas contigo?"
El gorila sonrió. "Ella iba a zafarse para salir y darle las buenas noches a sus invitados, luego ir a Las Sexys Sirens."
"¡Como el infierno!" Explotó Luc. ¿Acaso no tenía idea de que si este hijo de puta enfermo conseguía ponerle las manos en ella, podría violarla probablemente en el mejor de los casos, o tal vez torturarla y matarla?
"Iba a llevar a Tyler, al menos hasta antes que me traicionara. Pero tengo que llegar al club. Sadie llamo y una de las chicas se apareció drogada. Nadie puede despedirla más que yo. Además, es sábado por la noche, nuestra mejor noche de la semana. Las chicas pueden manejar las cosas por una noche, pero no dos seguidas."
Luc vio su punto, pero sus negocios no eran tan urgentes como su seguridad. "El único lugar que sabemos que este lunático no ha invadido es tu casa. Tienes que estar allí. Llama a la chica que ha estado usando y despídela por teléfono. Tyler puede dirigirse allí, ser tus ojos y oídos, pero no te pondrás en peligro."
"Es mi club. No puedo permitirme el lujo de eludir mis responsabilidades, porque a ti no te gusta."
Sus ojos se estrecharon. "No vas a ir."
Si Alyssa hubiese tenido las manos libres, Luc no tenía ninguna duda de que le arrancaría la cabeza. "No eres mi esposo o novio. Tu mismo has dicho que solo estábamos teniendo sexo, así que no vas a detenerme."
"No voy discutir esto. ¿Qué dijo Remy?"
Tyler le puso al corriente de una conversación que fue un montón de bla, bla, bla, por lo que a Luc se refiere. Debajo de la línea: legalmente hablando, a excepción de algunos actos de vandalismo y un poco B & E, el culpable no hecho nada digno de arresto.
Luc no podía contener su maldición. Lidiaría con el perezoso sheriff más tarde. Por el momento, tenía alrededor de doce horas para mantener Alyssa a salvo. Después, Deke, Jack, y Hunter se presentarían y encarcelarían a este psicópata, y se concentraría en demostrar a Alyssa eran más que un polvo… incluso si el mismo no se daba cuenta de eso aún.
"Típico de Remy." Alyssa se encogió de hombros. "Puesto que estos hombres con cerebro guisante van a impedirme esta noche dirigir mi negocio, ¿quieres al menos dejarme ir al cuarto de baño antes de irnos? Tengo que cambiarme mi vestido."
Luc miró a Tyler, que le devolvió la mirada. La comunicación silenciosa por ambas partes parecían preguntarse dónde podría ir sin un coche.
Ciertamente, ella no era tan tonta como para ir caminando las seis cuadras hasta Las Sexy Sirens cerca de la medianoche con un acosador persiguiéndola.
"Claro que sí." Tyler finalmente se puso de pie, pescado la llave del bolsillo, y la soltó. "No hagas nada gracioso."
Alyssa sacudió su muñeca y los miró a los dos. "Esperen aquí."
* * *
Cinco silenciosos minutos pasaron. A Luc le fue creciendo la ansiedad, pero mujeres cambiándose de ropa… Sabía por experiencia que no era siempre un proceso corto. Sobre todo para alguien que llevaba medias y ligas y esos “follame” zapatos. Todo lleva su tiempo. Además, él y Tyler se mantenían cerca de puerta principal del restaurante con un ojo en el pasillo del baño. Alyssa no tendría dónde ir.
Pero Tyler empezó a tamborilear con el pulgar en una de las sillas, con aspecto sobresaltado como Luc sentía.
"Si le rompes el corazón, te matarte", proclamó Tyler de pronto en el silencio.
"Lo qué hay entre Alyssa y yo no es asunto tuyo."
Tyler se puso de pie, llegando a su altura, tal vez unos dos centímetros más alto y unas treinta libras más gordo. "¿Sí? Y lo que hay entre Alyssa y yo no es tu asunto de mierda, tampoco."
Luc apretó los dientes, poco dispuesto a admitir que el otro hombre tenía razón.
"Y cuando te vayas," Tyler siguió," Todavía voy a estar aquí. Con ella. Todos los días. Todas las noches. Puedes ser el nuevo juguete brillante ahora, pero lo superará. Yo la ayudaré."
Aunque él no estaba sorprendido por las palabras de Tyler en lo más mínimo, eran como una puñalada en el corazón. Escuchar sus sospechosos temores sobre la relación del gorila con Alyssa y que se las explicaran dolía como el infierno.
Se tragó las afirmaciones de Tyler, digiriéndolas. En unos minutos más, el domingo llegaría. Luc tenía que irse a más tardar el jueves por la mañana para poder estar en Los Ángeles el viernes para concluir las negociaciones finales para su programa de cocina por cable. También tenía un libro de cocina retrasado, y su editor estaba probablemente preguntándose por qué diablos él no estaba contestando sus correos electrónicos.
Pero incluso si podía quedarse, ¿qué le diría a Alyssa?
No importaba qué ruta tomara hacia la paternidad, no podía lograrlo sin una mujer en la situación. Aunque Alyssa lo apoyara en su decisión de adoptar o someterse a cirugía o visitar un banco de esperma, tendría que estar de acuerdo que pasar por el proceso con él, tal vez embarazarse de un niño. Y tendrían que encontrar la manera de hacer que su apasionada y difícil relación funcionara.
¿Qué clase de madre sería ella? Desde luego, no como la suya. Y eso suponiendo que quisiese tener hijos. Después de que tratara de advertirle esta mañana que no usaba anticonceptivos, Luc estuvo bastante seguro que la maternidad no estaba en sus planes a corto plazo. Eso no cambiaba el hecho que sintió que era algo profundo y nuevo para ella.
Tan jodidamente complicado.
Sin embargo, no podía dejársela a Tyler. "Haré mi mejor esfuerzo para asegurarme de que no pueda olvidarme."
Tyler le gruñó. "¿Eres tan jodidamente egoísta que quieres romperle el corazón después que te vayas? ¿Te gusta la idea de verla infeliz?"
No. Pero Luc no creía que Alyssa tuviera muchos sentimientos por él que no estuviesen vinculados al orgasmo. Y odiaba la idea de que ella probablemente tenía los mismos sentimientos hacia Tyler.
"¿Dónde demonios está? Luc cambió de tema y pasó, deseando poder abrazarla ahora. La necesitaba, al igual que, hace cinco minutos, no podía esperar para volver a tenerla en una gran cama, deslizarse en su cuerpo, y olvidarse de todo lo que estaba mal entre ellos.
Tyler se encogió de hombros.
Luc miró su reloj, después a la puerta del baño. "¿Quince minutos para cambiarse de ropa?"
El gorila miró su reloj, también, su cólera se fusionó con el ceño fruncido. "¿Ha pasado tanto tiempo?"
Sí. Y sabía exactamente por qué. "¿Hay una ventana en el baño?"
Tyler vaciló, su cuerpo se inmovilizó, pensando rápidamente. "¡Mierda!"
Irrumpió en el cuarto de baño con un hombro hacia la puerta. "Se fue por ahí".
Luc corrió fuera de Bonheur por la puerta. Detrás de él, Tyler hizo lo mismo, apenas tomándose el tiempo de cerrar.
"Maldita sea. Juro, que si no conoce el significado de la palabra "azote", lo hará cuando terminé con ella," le gruñó el gorila.
¿Y cuando Luc terminará? Sabría que lo mejor sería que jamás le desobedeciera de nuevo cuando se sentía nervioso y protector.
Capitulo 10
Luc se quedo mirando la puerta cerrada de dormitorio. Aun podía oír el golpe resonar en su cabeza. Su ira había sido tangible y bien merecida.
Se paso la mano por la cara y sintió que el agotamiento se le filtraba a los huesos. Sin embargo… en el interior se moria de ganas de ser amado anhelado. Había tomado todo en su interior para ser honesto sobre su futuro y había dejado que se fuera.
Al ver la boca de Tyler sobre la boca de alyssa sintió como si le hubieran arrancado las tripas en carne viva, la bestia dentro de el había gritado, tambaleandose a la vid, exigiendo el cuerpo de alyssa la sumisión de ella y cualquier otra cosa que ella quisiera darle. intento ponerle nombre a todo lo que necesitaba de ella. Pero no pudo y le dijo adiós.
Si ella dejo que Tyler la besara, pero luc sabia que de los 2 el la había jodido mas, después de esa noche el se merecía todo lo que ella quisiera hacerle.
Ahora que alyssa se había marchado tuve que enfrentar la pregunta que mas le torturaba ¿Por qué estaba celoso? El siempre pensó que ella tenia un amante pero eso lo frustraba ¿Por qué esto frustraba su sexualidad? Porque se estaba enamorando de ella y eso lo asustaba como la mierda.”” Por eso.
Se tambaleo hatsa la cama, se dejjo caer. ¿ era eso posible? ¿podria etsar realmente enamorado de ella en cuestión de días?; tenia tantos argumentos como los encuentro sexuales que habían tenido, pero alyssa era mucho mas , ella era determinda, amable con las otras chicas, inteligente era pragmática y sin miedo… exceptuando la pequeña vulnerabilidad que ella le había dejado ver una o dos veces, había una pequeña parte oculta de ella que el se moria por ver. Todo en ella le fascinaba. A pesar de tener un negocio muy “llamativo” alyssa era muy real… muy real para el. De hecho esta nueva alyssa era mejor que cualquier otra amante. Pero ella no figuraba en sus planes para el futuro.
Ya que ellos no eran “exclusivos” ni nunca lo serian, tenia que dejar de actuar como un imbécil, aunque esto lo matara en vida, ella le exigió que la dejara en paz hasta que dejara Lafayette. De alguna manera lo haría era lo mejor y el se lo debía, el tenia que encontrar la manera de vivir sin ella o aprender a vivir con esta herida abierta.
Un momento después alguien toco la puerta, luc haciendo una mueca camino hasta la puerta de la habitación abrió la puerta y ahí estaba Tyler. Luc no tenia idea de que pensar sobre el gorila , porque actuaba como si fuera el amante de alyssa, el tipo tenia que ser uno de los amigos con beneficios ¿no? , pero alyssa había jurado que no era asi y el se moria por creerle. ¿Donde esta ella? Pregunto mientras miraba hacia la cama desecha, y mirando alredor toda la ropa de alyssa destrozada se dio la vuelta y con los dientes apretados le dijo: Dios mio hombre, la lastimaste? ¿Donde diablos esta? Porque diablos el le preguntaba eso!!
No la lastime físicamente dijo luc. Pero le destrozaste el corazón, tu maldito bastardo!! Tyler le lanzo un puñetazo luc lo vio venir pero no se movio y recibió el golpe de frente, el golpe lo sacudió por completo haciéndolo tambalearse y sacudiendo su cerebro. Luc se froto la mandíbula y miro a Tyler. “eso es” no tengo ninguna consolacion, desde el minuto que ella se fue me sentí como noquiado por un semi (luchador profesional) ella paso sobre mi como si fuera una simple carretera.
“Bien” alyssa pone un buen frente, pero en el fondo ella es frágil. Ella no le muestra sus emociones a nadie, pero desde que tu apareciste ella muestra todas sus emociones en su rostro. Y ella se realmente “Desolada”.
Luc bajo la cabeza. El latrataba como a una puta, tenia relacione sexuales con ella para sacársela del sistema, la acuso de acostarse con cualquiera. El estaba asombrado por su inteligencia, nunca se le había ocurrido que una stripper pudiera tener 2 master. Con cualquier otra mujer el simplemente hubiera admirado sus logros, pero no se hubiera sorprendido. El se abrió paso en su cuerpo y trato de abrirse paso en su corazón sin ninguna intención de permanecer alredor. Se merecía cada pedazo de su corazón roto y mas. “No volvera a Suceder”
Maldita sea, gruño Tyler, amo a esa mujer y tu vienes y te cagas sobre ella. ¿Sabes lo difícil que es dar un paso atrás y solo mirar? Increíblemente difícil, luc estaba seguro. Cuando vio a Tyler besándola no se pudo quedar sin hacer nada, se había vuelto completamente loco y arrancado al hijo de puta de su lado. En su cabeza de repente el admiraba a Tyler. En este momento solo puedo decir que me siento mal y que no hare mas que cocinar y estare alejado de ella hasta el jueves cuando me vaya. Haz eso!! Pero ahora hay que encontrar a alyssa, sadie la vio corriendo detrás del escenario hace unos minutos llorando a moco tendido. Luc cerro sus ojos y dijo “y pensé que no podía sentir peor de lo que me siento ahora” pero estaba equivocado, cada vez que la lastimaba era como si le pasaran una navaja afilada en su oxidado corazón.
Tyler se puso de frente a luc obviamente aun no había terminado con su discurso, después de que la encontremos, es temporada de caza idiota, si tu la haces sufrir nuevamente, disfrutare quitándote la piel con mis propias manos. Normalmente luc no se tomaba a bien las amenazas pero ante esto solo contesto con una cabezada, entonces Tyler pregunto ¿cuando ella se fue dijo hacia donde iba? No ella no dijo nada.
Tyler apretó su mandibula mientras decía: peter estaba en el area de clientes hace 15 minutos. Lo busque en el baño pero no estaba y alyssa tampoco estaba en el de mujeres. El miedo saco del estupor en el que se encontraba luc y dijo: tenemos que encontrarla. Dándole un gesto brusco Tyler salió corriendo de la habitación y bajo las escaleras corriendo, luc detrás de el y pregunto ¿Sadie podría saber a donde iba? El gorila sacudió la cabeza, ella fue a ver a varios lugares del bar pero no la encontró por ningún lado, solo falta comprobar en su oficina y ahí entramos nosotros, irían ahí comprendió luc, si alyssa se sentía mal y tenia ganas de llorar que mejor lugar que su oficina privada, insonorizada y con una puerta que se puede cerrar por dentro. Luc tenia un mal presentimiento sobre ello, “corre” le grito a Tyler.
Segundos después estaban en la puerta de su oficina, cerrada y bloqueada desde dentro. El miedo tenia apresado el corazón de luc, el y Tyler gritaban y golpeaban su puerta mientras la llamaban por su nombre
Nadie contesto.
¿Que estas haciendo aquí? Pregunto alyssa de pie, incluso con sus botas rojas de tacon de aguja no podía igualar la altura de peter, pero ella no le daría esa ventaja psicológica sobre ella , el ya estaba lo suficientemente en ventaja el era un maton de fraternidad, tenia un buen six pac almenos unas doscientas treinta libras de puro musculo, joven borracho y caliente. Y ella había dejado su spray pimienta en su cartera en el dormitorio del piso alto. Tenia que tener mucha calma y tratar de razonar con el. Peter se rio y empezó a quitarse su camisa, el la miro con una lasciva que la hacia temblar y le espero lo que quiero es un poco de ese culo que esta constantemente paseando frente a mi, tu siempre haces de todo para que pònga mis manos sobre ti pero ahora se que lo haces por que solo quieres las manos de ese chef que ha sido tu sombra esta semana. Ahora es mi turno.
Alyssa parpadeo diciendo: ¿tu sabes sobre luc?, asi que había sido el quien había escrito esas notas? Peter se reia mientras le decía: demonios si, la forma en que se miraban era mas que obvio, además estaba en las escaleras de tu habitación hace veinte minutos, cuando el te daba duro y muy bien bebe. El sonreía mientras se quitaba los pantalones y decía “ yo te jodere mejor”.
Miedo y enojo era lo que hacia a su estomago dar vueltas, pero ella tenia que permanecer en calma, tenia que salir corriendo de ahí, ella no se convertiría en su victima.
No voy a tener sexo contigo, no jodo con clientes, especialmente no con matones de fraternidad que creen que pueden tener lo que deseen, asi que da la vuelta, abre la puerta…..”; el la agarro del brazo y lo retorció para su espalda y le dijo soy lo suficiente hombre para sentir cremosa y que grites. No tomo ordenes de mujeres y mucho menos de putas como tu. Asi que cierra tu maldita boca, abre tus piernas y se útil para algo.
El estomago de alyssa se revolvió y se lleno de adrenalina asi que trato de liberarse pero el solo le retorció el brazo mas atrás, provocándole mas dolor, y si lo jalaba un poco mas se lo fracturaba. “ Demonios”
Buenas botas, dijo peter te hacen ver sexy hasta la mierda mientras te jodo, ahora veamos que hay bajo esta falda. Usando su brazo para mantenerla en su lugar, peter la empujo hacia adelante y la puso de cara sobre el escritorio, el dolor se sentía por toda su cara cuando ella golpeo la superficie del escritorio, otro pinchazo de dolor se extendió por todo el lado derecho de su caja toraxica, la esquina del escritorio la lastimo mientras ella trataba de tragar aire. Mientras ella luchaba por tragar aire peter aprovecho para subirle la falda y acariciarle el trasero, alyssa se estremeció, woww este trasero es grado “A” vas a hacer valer la espera. Peter arranco la tanga y la dejo su carne expuesta el aire frio la golpeo y ella se estremeció. Esto ocurria, realmente estaba sucediendo. Dios . ¡oh Dios tenia que detenerlo. No se iba a convertir en victima de peter. Ella tenia que golpearlo en las costillas o patearlo en el enpeine del pie tenia que hacer algo… el la había dominado con la amenza de romperle el brazo y ella prefería dejar que se lo quebrara antes que someterse, pero si ella iba a sacrificar un brazo tenia que asegurarse que esta acción contara. La mano de peter aterrizo en la parte baja de la espalda, luego su dedo paso por la raya de su culo, y le pregunto ¿alguna vez has dado esta maravillosa entrada algún hombe? Seguro que si una puta como tu jamás se negaría a nada. Yo te voy a joder por aquí eso tenlo por seguro. Oyeron ruidos por fuera, luego peter metió un dedo mojado en su ano, alyssa se estremeció, tratando de bloquear la entrada del dedo pero el dolor la tenia mal, Dios mio esto iba enserio y muy rápido.
Ah si estas super caliente puta, no puedo esperar por regresar aquí y dar una buena cabalgada sobre ti pero primero quiero ver esos pechos. Alyssa esperaba que el le diera la vuelta para asi poder liberar su brazo y asi poder mas rango de movimiento a sus piernas, en su lugar el le arranco su bra de un solo desde la parte de atrás , una ves que le arranca y desgarro todas las prendas que ella tenia puestas la empujo contra el escritorio sus pezones golpearon la superficie fría del escritorio y ella siseo.
Peter torsio el brazo de alyssa entre los dos cuerpos de nuevo, y sintió como terminaba de arrancarle su bra del todo y luego empezó a tocarla toda. Ahora que la tenía totalmente desnuda. Demonios no pensó alyssa jamás.
No importándole si el le rompia el brazo o le dislocaba el hombro ella lucho por soltarse y logro dar media vuelta y como tenia su brazo derecho libre, estaba planeando todo muy bien ya que solo tenia una oportunidad de lograrlo, gracias a Dios ella tenia muy afiladas sus uñas.
Se dio vuelta y agarro sus testículos con su mano derecha muy fuertemente, el gimio y trato de liberarse pero alyssa apretó aun mas , el trato de ponerla nuevamente contra el escritorio pero ella no se dejo.
Tu perra, solo por eso te jodere mas duro aun” le grito peter. La ira invadió a alyssa y le dijo : “ no si yo te lastimo a ti primero.
Ella salto lo mas fuerte que pudo cayendo sobre un pie como el andaba tennis ella esperaba que el tacon de aguja de sus botas le hicieran mucho daño y además solo por diversión ella retorsio sus testículos. Peter grito como una niña pequeña y alyssa sonrio. Aprovecho ese momento para esquivarlo y correr hacia la puerta pero peter la agarro por el pelo la jalo con todas sus fuerzas y la tiro contra el escritorio muy fuerte alyssa solo escucho el crack de su cabeza contra el escritorio y solloso no lo pudo evitar, peter sonrio al escucharla, luego el doblo su mano hasta que fracturo su muñeca y alyssa grito del dolor entonces peter le dijo : eso fue por retorcerme mis testículos perra, ahora me tomaras y disfrutaras como la perdida que eres. Denuevo peter le retorció su brazo y ella sencillamente lucho contra el dolor. El estaba loco completamente loco, alyssa lo comprendió al ver como peter la tiraba al suelo y abria sus piernas con sus muslos y sentía su pene totalmente erecto entre ambos Oh Dios!!!....
Alyssa sabia la pesadilla que estaba a punto de sufrir, y aun sabiendo que su oficina era a prueba de sonidos ella grito con todas sus fuerzas.
Peter tomo su pene en su mano y lo guio hasta la entrada de alyssa mientras le decía “eso es, me gustan las gritonas. Tu gritaras mucho mientras yo termino. Un momento después se escucho un fuerte golpe en la puerta y peter maldijo” mierda”, meneando su cabeza y todo su cuerpo ella trato de de no estar en una posición en la cual el pudiera penetrarla. En ese momento la puerta se abrió. Tyler y luc arremetieron contra peter con todas sus fuerzas, lo agarraron de sus brazos y de sus pantalones que tenia hasta las rodillas a una esquina de la oficina ya allí luc empezó a dar patadas en las costillas de peter seguidos de furiosos puñetazos que hacían gritar a peter, mientras Tyler disfrutaba oyéndolo gritar también se divertía haciendo chocar su rostro contra el concreto del suelo. En ese momento luc se hizo a un lado y agarro su celular mientras decía que estaba llamando al 911.luc para alyssa luc sonaba consternado y enojado, ella se preguntaba porque? El realmente no se preocupaba por ella , luego ella recordó que al no le gusta ver gente heridad.
Asustada y con frio, y aunque no quisiera admitirlo alyssa sabia que necesitaba ayuda. Necesitaba a alguien que ella sabia que se preocupa por ella. Tyler dijo con la voz totalmente quebrada, estoy aquí nena contesto, mientras muy gentilmente la sostenía en sus brazos, ella sintió nuevamente mucho dolor al mover su mano pero almenos pensó alguien calido donde apoyarme. Los paramédicos están en camino, dijo luc en un susurro, también la policía peter no se librara de esta.
Dime que esta mal le dijo Tyler en una demanda cariñosa, “e..el”.. trataba de decir alyssa entre lagrimas Violacion…
Demonios… Tyler puso sus dedos en sus labios, no pienses en ello, ya termino nena. “No de Nuevo” dijo alyssa mientras le temblaba la voz, y recordaba a peter sobre ella, forsando su entrada en ella. N... Nunca mas.”
Idénticas miradas de horror cruzaron los rostros de luc y Tyler, y la mirada de luc se volvió negra, se veía torturado, alyssa se dio cuenta antes de cerrar sus ojos que ahora luc estaba al tanto de su mayor vergüenza.
Luc caminaba en el area de espera de emergencias. Tres largas horas habían pasado y aun no sabia nada de alyssa, cada vez que cerraba sus ojos miraba a peter encima de alyssa forzando ese hermoso cuerpo. Luc se odia a si mismo por haberla tratado tan mal y haber dejado que se marchara sola de la habitación, no importa cuan enojada ella hubiera estado el tendría que haberla seguido hasta estar seguro de que estaba a salvo. El necesito que Tyler le dijera todo para entenderlo. Y por su culpa peter la lastimo , luc estaba en una silla incomoda silla verde con su cabeza entre sus manos , pensando Dios por que paso esto por que por su culpa por tratarla de esa manera ella huyo y fue directo a la trampa de peter. En ese momento las puertas de emergencia se abrieron y entraban 3 figuras familiares para luc.
Deke decía luc mientras recibia las manos y abrazos de sus primos que haces aquí? Después de tu llamada pensé que sabrias que vendría mañana, de todos modos pensé que necesitarías nuestro apoyo y además jack insistió en venir. Gracias por venir, le dica luc a jack mientras apretaba su mano, especialmente a las tres de la mañana.
jack lo miro choqueado mientras le decía : alyssa también es mi amiga. Y probablemente un antiguo amante y luc no le importaba eso ya. Jack estaba felizmente casado. Alyssa… luc sabia que ella ya no quería nada con el. Tomando un bocado de aire profundo luc se dio la vuelta para saludar a Hunter el hermano mayo de kimber…decir que el soldado jamás fue un fan de luc era decir poco. ¿Como esta hunter? Preguntaba mientras le daba la mano, hunter lo miraba mal mientras le decía “Jodiendo la vida de otra mujer, huh? Luc cerro sus ojos y tomo otro aliento para contestar, pero deke intervino y le dijo a hunter vamos amigo, este no es el momento. Gracias a Dios hunter se compadeció de luc y dijo ¿ quien quiere café? El primero en contestar fue jack diciendo: “ amen a eso” ambos deke y luc aceptaron también y hunter se fue mientras los dejaba para que charlaran.
Ninguna noticia por parte de los doctores aun? Pregunto Jack, luc menio su cabeza, dime que paso, pregunto tranquilamente jack. Luc contesto:
“ese bastardo la estaba aterrorizando, dejándolo terribles notas, cuando la encontró sola en su oficina la ataco, y no sabemos si también la violo. Maldito hijo de perra dijo Deke, espero que lo pongan en la cárcel del condado asi cuando los chicos se enteren que lastimo a la dueña de su lugar preferido el la pagara muy caro, decía jack mientras sonreía.
Eso debería hacer sentir mejor a luc pero no lo hizo, hace cuanto conces a Alyssa, pregunto a jack compañero de deke y también autonominado como Dominante. Jack lo miro distraído claramente pensando y recordando, diría que 10 años, ella empezó bailando en Las Sirenas Sexys cuando la dueña era una tal Marquessa. Luego entre al ejercito y casi no la volvia a ver pero al parecer ella se entero de alguien que le vendia drogas a los niños asi que ella me rastreo y me pidió ayuda para solucionar eso y ahí fue cuando me entere que además de iluminar una habitación cuando bailaba también era una buena persona.
Si eso sonaba como algo que ella haría, campeona de la ayuda, ayudando a quien pueda, su vida estaba lejos de ser perfecta pero ella siempre encontraba personas y formas de ayudar, ella era muy extraña pues por su profesión y aun si nadie mantenía caliente su cama?
Luc trago fuertemente tratando de decir las siguientes palabras, cuando le quitamos de encima a ese pedazo de mierda, ella no dejaba de repetir “ No de nuevo” acaso la violaron antes?. No hace mas de 10 años cuando ella se acerco a mi saco todo lo que tenía dentro y me lo dijo.
Luc puso cara de horror.” diez años atrás alyssa tenia que?? 18 o 19 años? Jack lo miro y dijo “exacto” “Mierda” murmuro Deke. Alguien violo a Alyssa cuando era apenas una jovencita. La escena de peter sobre ella no dejaba de repetirse en su cabeza.
Todo este tiempo el estuvo juzgándola tratándola como si no fuera nada pensando que ella no es lo suficientemente buena para ser la madre de “sus” hijos cuando la verdad es que el no es lo suficientemente bueno para ella.
Quizás Tyler tenia razón y toda esta violencia se desato desde que el apareció, y lo peor es que se di cuenta de que esta mujer vale la pena hasta que ya era muy tarde. De repente el doctor de emergencias pregunto ¿quien es familiar de la señorita? Nadie contesto Tyler, ella no tiene familia, yo estoy aquí… ¡!!nosotros estamos aquí le corto luc mientras caminaba hacia el doctor. Tyler le hizo una dura mirada pero estuvo de acuerdo y dijo si doc nosotros estamos aquí por ella.
Sadie, jack y deke estaban cerca tratando de escuchar, el doctor se fijaba en el exceso de maquillaje que tenia la stripper y luego continuo:
La señorita Deveruaux sufrió una pequeña concusión, en la cabeza multiples contusiones en el cuerpo dos costillas rotas y su muñeca izquierda esta fracturada. Mientras luc oia cada palabra que el doctor decía quería tener a mano a peter otravez para hacerle mas daño del que ya le había hecho.
Lugo luc analizo que asi como peter pensó que debido a su profesión pensó que era una mujer sin sentimientos ni corazón, la trato como basura y solo la uso para acostarse con ella. Mientras el doctor siguió hablando; ella sufrió un shock en la ambulancia, pero la estabilizamos rápidamente , se recuperara con el tiempo necesita mucho descanso, queremos tenerla esta noche en observación pero cuando le demos de alta necesitara varios días de descanso en cama, luego algo incomodo el doctor les informo que ella se había rehusado a tomar la prueba de violación.
¿ Que ? exclamaron tyler y luc; luc pensaba que sin esa prueba peter escaparía de el delito mientras Tyler le decía al doctor : ella no puede hacer eso!! El doctor miro directamente a tyler y le dijo: yo trate de razonar con ella le explique que por ser una stripper no podíamos considerar solo la penetración tenemos que tomar muestras de semen pero ella se negó rotundamente, ¡mierda! Dijo luc y luego mirando al doctor le dijo podría ser mio!!, usted ha tenido sexo sin proteccion con la victima? Pregunto el docto, luc no volvió a ver a Tyler sabia que el gorila estaba a punto de caerle encima y agarrarlo a golpes y dijo: si hoy en la mañana alrededor de las 10 y después a eso de las 11:30 de la noche antes del ataque. El doc dijo eso complica las cosas a menos que ella empiece a hablar no podremos decirle a nadie que fue violada, si ella cambia de idea y toma la prueba de violación hablare con la policía para que tomen una muestra de tu ADN y asi descartarte a ti como posible sospechoso. Luc dijo tensamente: si ella cambia de opinión hare todo lo que este en mis manos para ayudarle y arrestar a ese bastardo.
Bueno dijo el doctor el esta lleno de heridas incluyendo una nariz rota asi que no creo que le haga daño a nadie en un buen tiempo.
Luc no se sintió mejor con la noticia no iba a estar tranquilo hasta que lo meterían preso y le dieran de 10 a 20 años en prisión. ¿ Puedo verla? Pregunto luc. El doctor se le quedo viendo con cara de disculpa mientras le decía: le dimos un sedante asi que esta durmiendo, además ella dijo que no recibiría visitas de nadie. Claro pensó luc ella quiere sufrir en silencio además porque querria verlo a el? Escondiendo el dolor que sentía se volvió a Tyler y sadie y les dijo: mientras ella se recupera puedes llevar el club tu sabes que ella se preocupa mucho , claro contesto la rubia, Tyler lo miro con rabia y le dijo: eso esta dentro de mis deberes!!!; luc dijo que se haría cargo de el Bonheur hasta el jueves. De seguro ella estará de pie y lista para entonces, mientras terminaba la frase se volvió hacia jack y le pregunto; puedes asegurarte de que ella esta a salvo? Por mi?.
El cajun se le quedo viendo y le dijo: tus palabras suenan como si te fueras a ir; yo la dejare en paz. Dijo luc. Que diablos dices!! Ella te necesita hombre!!, luc se rio pero de una manera dolorosa y dijo: no. Yo soy la ultima cosa que ella necesita. En ese momento Hunter volvia con una bandeja de café y dijo : pregunte a el , el les dira.
Dejando a sus primos atrás luc se fijo cuando una enfermera dejaba a la mano su lista de pacientes por que una mujer estaba en parto y necesitaban ayuda, asi que luc busco el numero de habitación de Alyssa y se fue. Estaba en un pasillo con varias cortinas , solo una cortina los separaba y ella no quería verlo asi que no la movio pero se puso enfrente de la cortina listo para hablar porque sabia que solo tendría una oportunidad de decir adiós; detrás de la cortina se escuchaba el beep de los monitores, el pump del oxigeno, etc. El trago esperando verla, tomar su mano… y algo mas. Pero ella no quería nada con el y eso dolia como la mierda. Deseando que ella no estuviera dormida y pudiera escuchar todo lo que tenia que decirle tomo una bocana de aire y empezó:
“ lo siento por tantas cosas, por acosarte por hacerte soportarme cuando estaba fuera de control, y tienes toda la razón al despreciarme. El agarro la cortina pero no la movio se forzó a si mismo a no moverse hacia la cama y tomarla en sus brazos, y continuo : “ siento tanto que mi cobardia te alejara de mi y te llevara directamente a la trampa de peter. Lo siento tanto, tu no tienes idea de lo cerca que estoy de caer totalmente enamorado de ti, claramente lo mejor para nosotros es que yo me vaya.” --- solo falta una palabra para concluir con todo pero luc sencillamente no pudo decirla, asi que con lagrimas en sus mejillas luc se fue de la habitación y del hospital.
Capítulo 11
“¿Luc? “
Él se volvió hacia la conocida voz, tragándose la sensación de molestia. Emily. Se acercaba a él vestida con sus ligeras zapatillas, parecía que acababa de salir de un catálogo de Lands' End con sus pantalones de color caqui brillantes, una blusa blanca y un pequeño cardigan rojo. Los colores iban bien con su piel pálida y su pelo negro. Llevaba los accesorios adecuados para ese look modesto, subestimado. Cuando sonreía, esa sonrisa le alcanzaba hasta los ojos almendrados. Era perfecta en muchos sentidos.
La sonrisa que él le devolvió parecía más una mueca al tiempo que le saludaba.
Mirando su reloj, se sintió aliviado al ver que la firma del libro y la demostración de cocina terminarían en unos diez minutos.
Intentando saludar lo mejor que podía, posando para las fotos y respondiendo las preguntas de los fans, era consciente de la presencia de Emily justo al lado de su hombro izquierdo. Él la miró. Joder, tenía una expresión determinada en la cara.
Cuando se le acabaron los libros y el tiempo, se levantó, fue hasta la cocina portátil y agarró el micrófono. “Gracias a todos por venir. Agradezco vuestro apoyo. Que tengáis una fantástica velada”.
Después de unos aplausos entusiastas, la gente empezó a marcharse. Un periodista o dos se quedaron rondando, pero el personal de la tienda los sacó. Luc se abrazó a si mismo y se volvió hacia Emily.
Todo dentro de él retrocedió. Ella era adorable, culta, educada, amable. Le gustaban los niños, le había insinuado que le encantaría recibir una proposición de matrimonio, y quería tener una familia rápidamente. Luc tenía ya el anillo en su bolsillo, un simple diamante con forma de lágrima de dos quilates- según ella su favorito- montado sobre un aro de oro, esperando al momento adecuado.
Ella era todo lo que él debería querer. Pero había estado esperando ese momento durante tres semanas y el anillo todavía estaba metido en la cajita en el bolsillo de la chaqueta de su traje.
Él suspiró, se acercó a ella y la besó en la mejilla.
“Estás estupenda” No era culpa de ella que él deseara ver a otra mujer con una sexy minifalda, ligas y una actitud picante.
¡Joder! No la había vuelto a ver, y Luc sabía que tenía que continuar con su vida. Hoy cumplía treinta y seis años. Esta noche era tan buena como cualquier otra para comenzar con su futuro. Si quería tener niños, necesitaba empezar con su familia pronto. Podría ser al final un proceso de varios años, pero Emily, que tenía veintiocho y estaba preparada, sería un apoyo.
Luc se sentía culpablemente aliviado de que para tener niños con ella no era necesario el sexo. Ella era adorable. Y una persona maravillosa. Él la desearía... algún día. Quizás.
La sonrisa de Emily se hizo más amplia. “Tú también tienes un aspecto estupendo. Y ahora te voy a llevar a cenar para celebrar tu cumpleaños. ¿A dónde podríamos ir?”
Luc intentó mostrar un poco de entusiasmo ante la idea. “¿Qué te apetece?”
La sonrisa de ella desapareció “¿Otro dolor de cabeza? ¿Has ido ya al médico?”
Desde que Luc volvió de Lafayette hacía seis semanas, se había inventado dolores de cabeza para explicar su falta de interés en sus citas y su necesidad de que sus citas fueran cortas. Odiaba mentirle. Emily se merecía algo mejor. Y debía intentar construir un futuro con ella o marcharse.
Su corazón tiraba hacia lo último. La lógica le decía que qué coño haría él respecto a su futuro si dejaba a Emily. Alyssa se había ido, la había dejado atrás. No importaba cuánto deseaba que fuera de otra forma, pero su separación había sido el deseo de ella - y la opción correcta que él no había tenido los cojones de tomarla.
Él pegó una sonrisa a su cara “Estoy bien”
Emily frunció el ceño “No te estarás deprimiendo por lo de tu cumpleaños, ¿verdad?”
No era exactamente lo que ella decía pero era una buena excusa “Quizás un poco”
“¡Entonces me corresponde a mi el animarte!” Ella le sonrió con un par de hoyuelos en su cara, y le cogió de la mano.
Esto y besos castos. Durante el último mes él había intentado tener sólo ese tipo de contacto con ella. ¿Cómo iba a pasar por la noche de bodas si ni siquiera conseguía imaginarse teniendo sexo con ella? Mucho peor, ¿qué iba a hacer si la necesidad que todavía sentía por Alyssa todavía estaba agarrada a su piel pidiéndole algo que sólo ella podía darle? ¿Es que su resolución de dejarla en paz estaba vacilando? ¿Iba a pasar por alto sus votos matrimoniales? ¿O continuaría en silencio hasta que odiara a Emily?
“No es necesario” Recogió sus utensilios, la libreta y los lápices, y se tomó su tiempo para meterlos ordenadamente en su cartera - dándose tiempo para controlarse y borrar su hambre por Alyssa.
“Luc” Ella puso la mano en su hombro. “Quería esperar hasta que estuviésemos solos, pero... no eres el mismo desde que volviste de Luisiana. No quiero presionarte, pero...”
“Entonces no lo hagas” Dijo calmado. “No hay nada que puedas hacer”
La perpetua sonrisa finalmente desapareció de su cara.”Soy una buena oyente”
“Ya lo sé, Emily. Tengo que solucionarlo yo solo”
“Si ya no estás interesado en mi y el tipo de futuro del que hemos hablado, dímelo”
Él cerró los ojos. ¿Quedarse en el pasado o soltar una mentira?
“Luc”
Escuchó a otra mujer llamarle, ésta última desde más lejos. Pero su familiar voz pasó como un rayo por sus sentidos como una descarga eléctrica por su cuerpo, dejando escalofríos en su piel. ¿La había echado tanto de menos que soñaba con ella? Se giró esperanzado. Y al otro lado de la habitación estaba ella.
“¿Alyssa?” El shock le dejó paralizado. Luc casi no podía ni respirar.
La última vez que la vio, ella le echó del club. Fuera de su vida. ¿Por qué había venido? ¿Estaba bien? ¿Le había echado de menos, aunque sólo fuera un poco?
Se sumergió en mirarla. Aunque habían pasado seis semanas, Alyssa todavía le quitaba el aliento mientras se iba acercando a él. Había recogido parte de su largo pelo rubio en su nuca y se había dejado algunos mechones sueltos que bajaban por su espalda. Llevaba jeans que se amoldaban a su pequeña figura, un poco más grandes de lo que él recordaba. De alguna forma los zapatos de tacón negros le hacían parecer mas frágil. Llevaba una camiseta ajustada de Sexy Sirens con una serigrafía roja en la que ponía Ven a vivir tu fantasía justo sobre sus pechos. Casi no llevaba maquillaje. Incluso así, sus ojos eran de un azul obsesivo. Y parecía agotada.
Cuando se paró a unos pasos de él, Alyssa miró a Emily, y luego de vuelta a él. “¿Es tu novia?”
“Sí” respondió Emily con rapidez
Con una ceja alzada Alyssa le envió a Luc una mirada fría. “Me pondré en contacto contigo en otro momento”
Se dio la vuelta y se fue por los porches hacia el vestíbulo de la tienda. Luc no se lo pensó dos veces. Salió rodeando la mesa y fue tras ella.
Justo antes de acercarse ella se volvió hacia él con la frustración marcando su rostro. Luc se paró. Deseaba tanto tocarla.... pero ella le había ordenado no tocarla nunca más. Incluso ahora su expresión le decía que no lo hiciera.
“No te vayas” Él escuchó el ruego en su propia voz.
Joder, la había echado tanto de menos. Él no diría nada - no haría nada - sólo pasar cinco minutos más con ella. En ese instante Luc temió saber por qué.
Se había enamorado.
Ella echó una mirada a Emily al otro lado de la tienda. Luc no tenía que mirar a la otra mujer para saber que se sentía confusa y herida. Un loca parte de él se regocijó. Emily debía estar viendo dónde estaba su corazón. Así era mucho más fácil que sentarse con ella durante una cena civilizada.
“Tu novia no me quiere aquí” le señaló Alyssa
“Yo te quiero aquí. No te vayas” Le lanzó una mirada desesperada y deseó que entendiera.
“¿Hay algún sitio donde podamos hablar? No me va a llevar mucho tiempo decirte lo que te tengo que decir”
“Tómate el tiempo que quieras”
Alyssa se mordió el exuberante labio inferior y luego le miró a través del velo de sus negras pestañas. Era un gesto nervioso- jodidamente sexy. Pero estaba preocupado. Alyssa estaba más delgada, más pálida y más vulnerable.
“¿Está bien?” Se paró de repente para no ponerle una mano en el hombro.
Ella se mordió el labio más fuertemente. “Aquí no”
Un sitio privado. Perfecto. “Espérame un momento”
Luc volvió corriendo a la mesa, intentando pensar en qué decirle a Emily. No se le ocurrió nada. “Tengo que irme”
“¿Qué pasa con tu cena de cumpleaños?” chilló ella.
¿Y? Abrió la boca, pero no consiguió decir nada. Finalmente negó con la cabeza.
Emily examinó su cara con sus inteligentes ojos almendrados. “Ella es lo que te pasó en Luisiana”
Chica lista. Él respiró con dificultad y musitó “Sí”
La mujer miró a Alyssa. “Es muy guapa”
“Por dentro y por fuera”
“Nunca tuve una oportunidad” Emily intentó ocultar su sorpresa y su decepción con una sonrisa tirante, pero mientras hablaba su voz tembló.
Joder, últimamente parecía que hería a las personas allá donde fuera, pero tenía que empezar a ser honesto con Emily. Hablaba muy mal de él el hecho de continuar con esta mentira con ella. No sería un buen marido para ella. Y a pesar de que Luc no sabía por qué estaba Alyssa aquí, no le importaba. Si iba a volver a su vida, incluso aunque fuera por un momento, mientras él tuviera la posibilidad de estar con ella, se iba a aferrar a esa posibilidad con ambas manos. Quizás la llama caliente de su pasión podría extinguirse, pero no lo creía. De cualquier forma no habían acabado todavía. Si ella le dejaba entrar de nuevo en su vida y acababa confiando en él, le contaría que era estéril - y que ella decidiera.
“La amas” dijo Emily suavemente.
No era una pregunta, y Luc no quiso insultarla con una mentira “Sí”
Emily arrugó la cara. “¿No vas a llamarme nunca más, verdad?
Luc le cogió de las manos. “Querrías que lo hiciera”
Jadeando mientras una gran lágrima corría bajando por su cara, ella negó con la cabeza y soltó sus manos. “Sé que es lo mejor si no me llamas más. ... me gustabas mucho”
Joder, se sentía como un cabrón. “Eres una mujer maravillosa, y algún día, alguien te hará muy feliz porque te amará a ti, no la idea de ti”
Él se inclinó y la besó en la mejilla. Entonces con un asentimiento tirante ella salió de la tienda, arponeando a Alyssa con una mirada mientras salía a la tarde otoñal.
En cuanto se marchó, Luc volvió con Alyssa. Ella se alejó un paso mientras él se aproximaba, y parecía angustiada.
“No he oído nada de lo que ha dicho salvo que... ¿es tu cumpleaños?”
Luc sonrió dándose ánimos “El tenerte aquí es un regalo que no había esperado”
“He arruinado tu tarde”
No, la había salvado. “No del todo. Vamos a comer algo y así podremos hablar”
Luc esperaba que rechazara. Alyssa dudó, y luego le lanzó un asentimiento nervioso.
Agradablemente sorprendido por su asentimiento la condujo hasta su coche, un nuevo Jaguar que había comprado tras firmar el contrato con la televisión hacía dos semanas.
Mientras se aproximaban al vehículo un fotógrafo corría para alcanzarlos disparando la cámara. Luc intentó ocultar a Alyssa con su cuerpo, dando las gracias porque ella se había puesto las gafas de sol que le ocultaban media cara
“Emily Adams se ha marchado sola llorando. ¿Es ésta tu nueva novia?” le gritó el fotógrafo disparando la cámara constantemente.
¡Mierda!. “Sin comentarios. Por favor, pare”
Mientras se acercaban al coche, el fotógrafo siguió y Luc maldijo y se echó a correr, arrastrando a Alyssa con él.
“Debería seguirte con mi coche, así no tienes que traerme aquí cuando acabemos” le propuso ella manteniendo su paso.
“No me importa” insistió él.
Ella le envío una frágil sonrisa “Te importará”
¿Qué significaba eso? ¿Había empezado Peter a comportarse mal ahora que estaba fuera de juego y esperando el juicio? ¡Jack no le había dicho nada, joder! Había hablado con el compañero de trabajo de Deke casi todos los días.
“Si queremos salir de aquí rápido, sería lo mejor si te subieras al coche” presionó, desbloqueándolo con el mando a distancia de las llaves.
“Insisto”
Cabezota hasta decir basta. “Vale... Si vas dos bloques hacia el este hay un pequeño restaurante italiano bastante tranquilo. No creo que el fotógrafo nos siga hasta allí si somos rápidos”
“¿Te persiguen bastante ahora?
Él asintió. “Desde que empecé a salir en los talk shows. Sigo esperando que desaparezcan. ¿El italiano entonces te parece bien?”
“Desde luego” La palabra denotaba entusiasmo, pero el tono era más un da igual.
Luc rechinó los dientes. El suspenso le estaba matando. Ahora había añadido preocupación a la mezcla. Desde luego que algo estaba mal en todo este asunto.
Después de que ella accedió a seguirlo hasta el restaurante, Luc esperó hasta que ella se fue. El fotógrafo fue tras él hasta que ya no pudo seguir a los coches corriendo.
El tiempo que tardó en llegar a Georgio's fueron los cinco minutos más largos de la vida de Luc. ¿Por qué había pensado Alyssa que él no querría estar con ella después de cenar? ¿Qué coño estaba pasando? ¿Por qué estaba tan delgada y cansada? ¿Estaba Bonheur exigiéndole demasiado? ¿Había venido para buscar su consejo?
Finalmente él aparcó en el parking del restaurante. El de al lado de él estaba vacío, pero ella aparcó más abajo al final de la fila. Joder. Si Alyssa quería distancia entre los dos, ¿por qué había venido?
Ella se mantuvo callada hasta que estuvieron sentados en un rincón tranquilo. Todavía era pronto, un sábado por la tarde, ya había pasado la hora de la comida, pero todavía no había empezado la de la cena.
“¿Qué tal va en Bonheur?” le preguntó, esperando que ella sacara la nariz de la carta y le hablara.
“Bien. Hemos hecho una magnífica recaudación el primer mes. Este mes parece que va incluso mejor. Gracias por tu ayuda”
Luc le sonrió, a pesar de que no saber el motivo de su visita le estaba irritando. “Tú hiciste el trabajo duro. Yo sólo te presté mi nombre durante la semana de apertura”
“Y tanto. Te vi en Ellen la semana pasada”
Él asintió. “Todavía me tengo que acostumbrar a eso de la tele”
“Lo hiciste bien”
“Gracias. La cadena ha arreglado muchas de esas apariciones. Quieren que aparezca en todos sitios antes de que empiece el programa en enero”
El camarero volvió y tomó nota de sus bebidas. Él pidió un cabernet sauvignon. Ella pidió agua y dijo que no a un cocktail. Él frunció el ceño, y le pidió al camarero que volviera más tarde para tomar nota de la cena.
“Pidamos ahora”
¿Ahora mismo? ¿Tenía Alyssa hambre.... o no quería estar en la misma habitación que él más tiempo del necesario?
Por supuesto lo último. La trataste como a una puta.
De mala gana, Luc estuvo de acuerdo, y pidieron. El camarero por fin se fue.
Luc se volvió a Alyssa queriendo decir algo. Quería tocarla desesperadamente, pero no en contra de sus deseos. Al menos le debía eso. Ella estuvo sentada en silencio un rato largo, inquieta y nerviosa.
“¿Tiene esto que ver algo con Peter?” le preguntó Luc amablemente “Jack me contó que el no te había violado. Sé que está suelto y esperando al juicio. La policía tiene sólidos cargos por asalto e intento de violación”
Ella asintió. “Peter sigue insistiendo que él no escribió las notas. No creo que nunca sepamos la verdad. Pero no es eso por lo que estoy aquí”
Él se inclinó hacia ella mirando desde más cerca lo pálida y nerviosa que estaba. Su preocupación aumentó “¿Qué pasa? Puedes contarme todo lo que quieras”
“Mierda de regalo de cumpleaños....” Ella cerró los ojos. Su cara se tensó cuando presionó los labios, como si estuviera intentando reunir fuerzas. Entonces le miró con una tristeza infinita. “Estoy embarazada”
Luc retrocedió, parpadeó y la miró. “¿Embarazada?”
¿Por qué se lo contaba a él? ¿Intentaba decirle que el niño era... suyo?
“¿Estás segura?”
Lentamente ella asintió. “Me di cuenta hace unas pocas semanas de que no me había bajado la regla y pensé que era por el estrés. Pero los días pasaron y noté cambios en mi cuerpo”
“¿Como cuáles?” ladró Luc. Quizás Alyssa estaba equivocada. Incluso aunque no lo estuviera, ese niño no podía ser suyo.
Tras una horrorosa enfermedad adolescente con una fiebre altísima, los doctores le dijeron a Luc que se había quedado con un esperma muy bajo que hacía que la probabilidad de dejar embarazada a una mujer fuera estadísticamente insignificante. Tenía diecisiete años y su reacción ante las noticias había sido confusa, una vaga tristeza mezclada con un salto de alegría por el hecho de que él y su novia del momento no iba a tener nunca un “accidente”.
La luz verde de sexo durante el final de su adolescencia y el principio de sus veinte años había ido cediendo poco a poco. A los veintisiete volvió a ir a su médico para que le hiciera un chequeo general y le pidió que volviera a hacer las pruebas de fertilidad. Aparte de estar metido en tríos con Deke desde hacía unos años había empezado a preguntarse si quizás él podría encontrar a la mujer correcta para él y fundar una familia propia. El doctor rechazó rápidamente esa posibilidad. Luc incluso había tomado unas pastillas, citrato de clomifeno, durante unos meses para ver si su esperma podía mejorar. Pruebas posteriores habían revelado que sus posibilidades de engendrar un hijo habían mejorado ligeramente... pero seguía siendo virtualmente imposible.
No se había hecho más pruebas desde entonces. ¿Por qué molestarse repitiendo algo tan humillante? ¿Tan devastador?
Pero Alyssa o pensaba que el niño era suyo o intentaba endosárselo.
Tamborileó con los dedos en la mesa mientras una ola de enfado celoso le invadía. Como no sabía el secreto de Luc, probablemente había pensado que había un 50 % de posibilidades de que él hubiera engendrado a ese niño. Pero aparentemente ese honor le había correspondido a Tyler. Así que ¿por qué visitar a Luc en Texas para darle las noticias antes que decirle a su encargado de seguridad que iba a ser padre? ¿Porque Luc había salido en Ellen? ¿Porque había firmado un fantástico contrato con una cadena? Eso no le sonaba como la Alyssa independiente y cabezota, pero no podía pensar en ninguna otra razón.
¡Hija de puta! De todas las mentiras, esta dolía tanto que sus entrañas iban a explotar. El dolor por su rechazo hacía seis semanas había dolido de cojones y ella se lo estaba devolviendo con creces.
“Mis... pechos se volvieron más sensibles” ella continuó diciendo. “Me- me sentía como si estuviera enfriada. De repente, no podía comer comidas muy condimentadas. Estab- Estoy- muy cansada. Fui a mi médico ayer. Estoy embarazada”
No por mi... ¿Y eso no le resultaba incluso más amargo? Volvió a tamborilear con los dedos en la mesa. ¿Qué coño quería ella que él dijera? ¿Jodidas felicidades?
“Yo.... eh... salgo de cuentas el siete de junio”
Luc entendió todo. Las matemáticas trabajaban a favor de que él era el padre. A pesar de que obviamente ella había estado follando con Tyler también durante esa semana.
“Y... estás aquí ¿porque es mío?”
Ella suspiró. “Tanto si lo crees como si no, tú eres el único con el que tuve sexo en los últimos tres años. Así que sí”
Luc resistió el impulso de reír histéricamente. Era eso o aceptar la realidad de que otro hombre había dejado embarazada a la mujer que amaba y ella ahora venía a mentirle a la cara. Su presión sanguínea subió y tamborileó más rápido sus dedos sobre la mesa...
Luc abrió la boca para contarle que el niño no podía ser suyo. De repente la cerró. Ella va a tener un niño que necesita un padre.
Él tragó saliva con dificultad. Sus pensamientos volaban. ¿Qué pasaría si... él no lo negaba? Tenía que haber una razón para que ella hubiera elegido cargarle con esto. ¿Importaba el por qué?
Si había estado dispuesto a casarse con Kimber a pesar de que no estaba enamorado de ella, podría ser un padre para el niño que Alyssa iba a tener. Cuando Emily se había marchado antes, era otra oportunidad de ser padre que se había ido por la puerta. Ahora Alyssa le estaba dando la oportunidad perfecta. Y ella tenía un bonus: Sentía algo muy fuerte por ella. Más de lo que había sentido por cualquier mujer, con mentiras y todo.
De repente él supo que quería exactamente. También supo que después de cómo se había ido de Lafayette, tenía que ir con cuidado.
“Dí algo” le instó ella.
Luc dudó, pensando en su estrategia. “¿Se lo has contado a alguien?”
Ella frunció el ceño, y luego se levantó y se preparó para marcharse. “Si estás preocupado por si voy a destrozar tu nueva imagen o joder tu relación con tu novia, no lo estés. No quiero nada de ti. Pensé que tenía que ser honesta e informarte. Deber hecho”
Interesante táctica por su parte. ¿Psicología reversa?
Luc se levantó y le bloqueó la salida “Eso no es lo que te he preguntado. Quería saber si se lo has contado a alguien en Lafayette”
Alyssa se pudo a la defensiva. “¿Alguien como Tyler? ¿Por qué? No es posible que este niño sea suyo, así que no. Pensé que te lo tenía que contar a ti primero. Cuando se lo cuente a Tyler, probablemente aparecerá con algún estúpido plan de casarnos...”
El corazón de Luc se cayó a algún sitio cerca de los dedos de sus pies. ¿Alyssa casada con Tyler? ¿El segurata jugando a ser padre con su niño? Antes muerto.
“Ahora que ya te lo he contado...” Ella intentó apartarle empujándole el pecho.
No se movió. Comprendiendo que no iba a apartarse, se sentó de nuevo en su silla y le miró
“Ahora que lo sé, deberíamos discutir nuestras opciones” dijo, sentándose de nuevo. Luc intentó estar calmado, pero su corazón latía con velocidad.
“¿Opciones?” Ella se tensó. “Vine para decírtelo en persona, en vez de llamarte. Pero voy a tener este niño. No vas a soltarme dinero y convencerme de que aborte...”
“¡Eso es lo último que quiero!” El pensamiento le horrorizaba.
“Oh” Ella apartó la mirada. “Mira, no te estoy pidiendo nada. Sería bueno para el niño si quisieras formar parte de su vida, pero si no...” Se encogió de hombros. “Hay muchas madres solteras”
Era independiente y lo suficientemente determinada para seguir con esto sola. Admiraba su tenacidad, incluso cuando quería agitarla.
Luc escogió sus palabras con cuidado. “¿No te casarás con Tyler si te lo pregunta?”
“No he pensado mucho al respecto. Él no me lo ha preguntado: Sólo he supuesto que lo hará”
Una acertada suposición en la opinión de Luc. Tyler la amaba y no le importaba el medio de hacerla suya. Además, el hombre podía decir que el niño era suyo. Y sería verdad. Luc no iba a permitir que Tyler tuviera esa oportunidad. Quería a ese niño. Y dejando aparte las mentiras, él también deseaba a Alyssa. Tanto que el ansia se le estaba descontrolando. Una parte de él estaba encantada con este acuerdo.
Esta vez él se portaría bien con ella. Nunca dejaría que otro hombre la tocara. Nunca le daría un motivo para arrepentirse.
“Tienes algo en contra Tyler o en contra del matrimonio en general”
Alyssa frunció el ceño. “Tyler ha sido mi apoyo últimamente. No sé mucho de su vida antes de que apareciera en mi puerta. Pero él es de fiar. Matrimonio... no creo que funcionara. He visto a tíos que parecen los padres más devotos del mundo y que vienen todas las semanas para un lap dance, y a ser posible algo más”
“No todos los hombres engañan” la reprendió Luc.
Alyssa elevó una ceja rubia. “La mayoría”
“Algunos” le corrigió él. “Las mujeres también engañan.” ¿Cómo reaccionaría ella? ¿Con culpa?
Ella sólo se encogió de hombros. “A ellas no las veo en mi club todas las noches”
Esa serie de preguntas no había dejado nada claro. Era el momento de cambiar de táctica. “Dejando de lado lo de poner los cuernos, ¿te casarías? ¿Por el niño?”
“¿Con Tyler?” Ella dudó un momento y luego suspiró “Quizás”
Luc recopiló la información, todavía tamborileando sus dedos. Aunque que no parecía muy entusiasmada con la idea, Alyssa no había dicho que no. Tenía que ser rápido.
“No he venido a arruinarte tu cumpleaños. Sólo... pensé que tenías que saberlo” Se levantó de nuevo. “Te llamaré cuando haya nacido”
“¡Espera!” le espetó Luc, jurando porque ella podría estar jugando con él. Todavía no sabía lo que quería de él, pero tenía que intentar alcanzarla, decir o hacer lo que fuera necesario para que tanto ella como el niño fueran suyos. “No te vayas. Estoy encantado de que estés embarazada”
“¿De verdad?” Ella frunció el ceño, no muy convencida “¿Estás contento?”
“Más que eso. El mejor regalo de cumpleaños de toda mi vida.” Él cerró sus puños para no alargar las manos y tocarla. “No quiero que me llames cuando nazca el niño. Quiero formar parte de la vida del niño. Quiero estar ahí y no perderme nada - el primer diente, la primera palabra, el primer enamoramiento, la primera cita. También quiero estar ahí durante el embarazo”
Los ojos de ella se abrieron. “¿Qué... qué quieres decir? ¿Quieres ir a mis citas con el médico?”
“Sí. Quiero ser parte de todo. Estoy preparado para ser padre. Un gran padre·”. Subestimación del milenio. “No te fallaré” Luc dudó en decir algo más. ¿Le atraía a ella su entusiasmo? ¿O la haría echarse a correr en otra dirección? Un riesgo calculado. Ella tenía miedo y él tenía que ir con cuidado.
“Vale” Asintió ella, pareciendo ligeramente sorprendida. “Gracias. Eso sería... de ayuda”
Luc planeaba ser mucho más que de ayuda.
“¿Sabes? Hay ventajas en estar casados” apuntó. “Financieras, por supuesto. Pero los niños dan mucho trabajo. Tener otro par de manos para ayudarte aligeraría tu carga, especialmente cuando están enfermos o despiertos durante toda la noche, o necesitas trabajar hasta tarde. Y para sentirte más segura, que es algo que te ha preocupado últimamente. Teniendo un marido añadirías una protección para ti y para el niño. Descansarías mejor. El niño tendría la estabilidad de una familia, un nombre. El amor de un padre y una madre”
Alyssa frunció el ceño. “¿Quieres que me case con Tyler?”
¡Joder! Era hora de que parara con este pocker verbal y enseñar sus cartas.
Luc se levantó y se inclinó hacia ella, arriesgándolo todo y tomando la cara de ella en sus manos. Su mirada subió hasta la de él, y Luc sintió esa mirada azul hasta en los dedos de los pies.
Cuando ella volvió a su vida, Luc no podría imaginarse que sería para mentirle. Incluso así, él la deseaba desesperadamente.
“No. Quiero que te cases conmigo ...Y eso es lo que me pasa”
Eran casi las cuatro de la mañana en Sexy Sirens. El club estaba cerrado y Alyssa miraba a Sadie y a Tyler mientras sus nervios agitaban su estómago.
“¿El cabrón te dejó embarazada y se largó?” gritó Tyler, su tenso cuerpo preparado para pegarle a alguien - preferiblemente la cara de Luc. “¿Dónde está? Quiero saberlo ahora mismo”
Alyssa susurró “No me “abandonó”. Dice que quiere casarse conmigo. No sé por qué. Supongo que por el niño”
Tyler resopló. “Eres maravillosa, inteligente, amable - y estás embarazada de él. ¿Por qué coño no desearía casarse contigo?”
“También piensa que soy una puta e incluso puede pensar que este niño es tuyo”
“Ya me gustaría” murmuró Tyler
Aún así, Alyssa lo escuchó. ¿Podría sentirse peor? “La propuesta me sorprendió”
“¿Estás pensando en aceptar a pesar de que le pateaste el culo la última vez que estuvo aquí? ¿Después de cómo te trató?”
Alyssa se mordió el labio. Había pensado mucho al respecto. Ser la mujer de Luc y tener su nombre en la partida de nacimiento tendría sus beneficios. Estabilidad. Dinero, si algo le pasaba a ella. A pesar de que pareciera clásico, prefería educar a un niño con dos padres.
Tyler tenía razón en algo: Toda volatilidad y los juegos mentales que Luc y ella habían estado jugando la última vez no podían pasar de nuevo. Si aceptaba su propuesta, tenían que estar de acuerdo en eso.
Pero al final del día, a pesar de que podía hacerla parecer más estúpida todavía, Alyssa amaba a Luc demasiado como para decir no.
“Ya me las arreglaré”
“¿Cómo?” Inquirió Tyler “La última vez prácticamente te rompió el corazón y te dejó para que te pudrieras”
“He dicho que ya lo arreglaré”
La posibilidad de perder a Luc con su perfecta novia de foto.... La descripción “escalofríos fríos” se quedaba corta. Miedo interior. Pánico. Tristeza infinita y pulsante.
“Esto es una mierda” gritó Tyler. “Teniendo en cuenta lo mal que te trató, ¿qué clase de padre va a ser?”
“Creo que será fantástico” respondió Alyssa con todo sentimiento “Una vez que se le pasó la sorpresa, parecía estar realmente encantado con lo del niño. Dijo que quería estar muy involucrado”
“Quizás con eso se conformaría” Arguyó Tyler “Sin el matrimonio”
“O quizás no” añadió Sadie. “Lo he aprendido de la peor forma posible cuando mi ex- Ben me quitó a mi pequeño Ben por mi pasado”
“No puedes casarte con Luc porque tengas miedo de lo que pueda hacer. Joder, yo me casaré contigo. Me encantaría”
Alyssa cerró los ojos. Había sospechado que esas palabras llegarían y ella tendría que rechazarle. Tener a Tyler a su lado como la otra mitad de una unidad parental parecería bien en un tribunal, si se llegara a ello.
Peo no podía negar que aunque la propuesta de Luc había sido por fines prácticos, había llenado su corazón con esperanza que deseaba poder negar. La de Tyler sólo le había llenado de arrepentimiento.
Realmente también podía esperar y ver si Luc iba a ser vengativo o posesivo con el niño. Si lo era, entonces podría pensarse aceptar su propuesta o la de Tyler. Pero si era honesta consigo misma, ella había añorado a Luc durante las últimas seis semanas como si alguien le hubiera arrancado una parte de su alma. Había una parte temeraria de ella que quería ver si todavía podía tener ese sueño de casa con jardín que siempre había querido desde que su mundo se había llenado de sombras a los quince años. Y tener esos sueños con el hombre al que amaba. Lo único que podía hacerlo mejor era si él se enamorara de ella.
Si tuvieran su vida entera por delante en vez de sólo una semana, quizás algún día... Si no, tenían que educar a un niño y eso tenía que ser su principal preocupación.
“Lo aprecio, Tyler. Pero no quiero que sacrifiques tu vida por mi”
“No sería un sacrificio” dijo solemnemente “Sería un honor”
“Deberías encontrar a alguien que te amara y quisiera tener tus hijos” dijo ella amable pero firmemente. Tyler tenía que entender que ella era un callejón sin salida para él, especialmente ahora.
Ella se bebió el resto del agua, y luego se puso de pie.
“¿A dónde vas?” le preguntó Sadie.
La mirada de Alyssa fue a Tyler, que apretaba la mandíbula y juiciosamente no la miraba. Ella le haría daño, y la culpa la destrozó. ¿Por qué no podía amarle? Siempre estaba ahí, siempre había sido amable, divertido, interesante... Un colega, pero no un amante. Luc era sofisticado, complicado - y todas las clases que -ados que pudiera encontrar. No deberían tener nada en común.
Excepto... Alyssa se sentía especial con él. Sentía que él era especial. Tenían sus discusiones, pero cuando la tomaba entre sus brazos y le mostraba su parte dulce, algo dentro de ella le decía que era lo correcto.
Ella apretó con cariño el hombro de Tyler, una especie de disculpa silenciosa.
“Voy a llamar a Luc”
“¿A esta hora de la noche?” Sadie la miraba como si necesitara que le examinaran el cerebro.
Alyssa se encogió de hombros, intentando ocultar su ridículo mareo. Quizás acabaría lamentando su decisión, pero ahora mismo no. No sólo tendría un hijo por el que preocuparse, sino que era su última oportunidad de tener el cuento de hadas y ella iba a agarrarla. “Dijo que le llamara a cualquier hora. Creo que si vamos a casarnos, debería decírselo”
Capitulo 12
Luc se ajustó la corbata y esperó cerca de la pared de las ventanas de Bonheur mientras el sol entraba a raudales en oro y brillos en este mediodía de noviembre. El aroma de rosas y lirios stargazer llenaba el aire, un poco empalagoso. Al otro extremo del restaurante, Alyssa emergió del oscuro pasillo de blanco, viéndose etérea, elegante-y muy nerviosa.
“¿Estás seguro que quieres hacer esto?” susurró Deke en su oído.
Al otro lado de Luc, Sadie, vestida en azul hielo, lo hizo callar.
Si y no. Todavía estaba emocionado por el bebé, pero estar parado junto al juez de paz mientras Alyssa caminaba hacia él a través del silencio, lo golpeó el que, como marido y mujer, no iban a tener que tratarse el uno al otro simplemente con cortesía, como ella había exigido. Además debían llevarse bien en el día a día. Encontrar un terreno común. Acostumbrarse a compartir espacios, prioridades y sentimientos. Convertirse en buenos esposos y padres. Para hacer este trabajo, tendrían que construir la confianza.
¿Podrían hacer eso con un matrimonio basado en una gran mentira? Él tragó saliva.
En el lado del novio de la sala, en la fila delantera, estaban sentados sus padres, aun sosteniéndose las manos después de casi cuarenta años juntos, mirando inciertos. Ambos le habían hablado acerca de las metas, compromiso, honestidad, y la comunicación. Él y Alyssa podrían tener metas, pero hasta el momento, apestaban en las otras tres virtudes.
Cuando había llamado para contarles a sus padres que se estaba casando en seis semanas, había apuntado con ellos acerca de sus razones. Desde ayer, su madre había intentado disuadirlo de esto-dos veces. Él no había cambiado de postura. Ahora, de alguna manera, tenía que hacer que esto funcionara.
“Estoy bien,” le susurró de regreso a Deke.
Detrás de los padres de Luc estaban sentadas sus hermanas y las familias de éstas, un puñado de tías, tíos, y primos, la esposa de Deke, Kimber, junto a sus hermanos, Logan y Hunter, algunos de los amigos y colegas más cercanos de Luc. Su lado del cuarto estaba lleno a reventar, y podría haber invitado a más. El lado de Alyssa estaba prácticamente vacío.
Tyler se sentó en la segunda fila, con el ceño fruncido como si quisiera matar a alguien. La razón por la cual ese hombre no había intentado detener la boda, exigido derechos paternales, ó incluso un test de paternidad, desconcertaba a Luc. Tal vez Alyssa le había pedido que se mantuviera a un lado, y el orgullo de Tyler le impidió luchar por ella.
Aun así, Luc no estaba seguro de cómo se estaba refrenando a si mismo. Él no lo haría. Por otra parte, tal vez Tyler no quería asumir la responsabilidad de su bebé.
Jack y Morgan Cole estaban sentados detrás del gorila. Algunas de las otras bailarinas y personal del restaurante estaban dispersos por varias filas, usando sus mejores vestidos de gala. La primera fila, por lo general reservada para la familia, estaba vacía.
Hasta ahora, no había pensado en preguntar si la familia de ella vendría. El hecho de que nadie lo hubiera hecho, le dolía por ella. En el hospital, después del ataque de Alyssa, Tyler había clamado que ella no tenía familia. ¿En serio? ¿Ni un único pariente de sangre que le importara lo suficiente para verla en el día de su boda?
Luc rodó los hombros para atrás y observó a su novia. Dios, eso sonaba extraño. Pero en realidad ella parecía una novia, con el cabello recogido hacia atrás, perlas colgando en sus orejas, tul puro adornado con cuentas brillantes cayendo suavemente por la espalda, hasta las caderas. Su vestido era simple. Mangas cortitas aferradas a los hombros. Un cuello en V insinuando el escote, y la seda acanalada ahuecando sus generosos pechos. Escasos abalorios rodeando su pequeña cintura. El resto del traje cayendo en cascada hasta los pies en una caída suave, una cola muy corta siguiendo detrás de ella. Con manos temblorosas, llevaba un pequeño bouquet de rosas bebé rojas que combinaban con su lápiz labial.
Además de hermosa, Alyssa se veía pálida y asustada. Luc apretó la mandíbula, decidido a hacer lo posible por dejar las mentiras detrás de ellos y ser bueno para ella. Ella le había dado un regalo que nunca hubiera esperado. Más allá de la enormidad de su engaño-y el de él-una parte de él todavía la amaba.
Al acercarse Alyssa, él le tendió mano. Ella observaba, con sus azules ojos pálidos, con bordes rojos e hinchados. No había dormido y había estado llorando. Claramente, los segundos pensamientos la torturaban. ¿Ó eso era culpa? Todo dentro de él se tensó.
Luc se forzó a si mismo a sonreír. Ella tomó aliento, finalmente poniendo su fría mano en la de él. Su mirada le preguntaba lo que los labios no podían delante de todas estas personas: ¿Por qué él quería casarse con ella?
Responder no tenía sentido. La verdad no tendría ninguna utilidad, salvo la de exponer su propia humillación, apartarlos, y mandarla de regreso a los brazos de Tyler. Soportaría el secreto. Y si el niño salía parecido a su portero…Luc cerró el puño. Nada que hacer salvo cruzar ese puente entonces. La mejor estrategia ahora era calmar a su novia y ser bueno para ella por el resto de sus vidas.
Hermosa, le murmuró a ella. Una sonrisa se tambaleó en su rostro.
Luego el juez de paz comenzó la ceremonia. Las palabras fueron cortas, un borrón. Él respondió cuando se le solicitó. Alyssa hizo lo mismo, con su voz fina, alta y temblando.
Luego llegó el momento de los anillos.
Le tendió la mano a Deke, quien se inclinó y susurró, “¿estás realmente seguro, hombre?”
Luc sólo movió los dedos con impaciencia. Con un suspiro, su primo puso el anillo en el medio de su palma. Luego se volvió hacia Alyssa y comenzó a deslizarlo en su dedo mientras recitaba los votos.
Amor. Honor. Aprecio. Hasta la muerte. ¿Podrían hacerlo funcionar?
Mientras ella bajaba la vista al anillo, jadeó. Y él sonrió.
A principios de semana, ella le había preguntado si quería uno. Él dijo que una banda estaría bien. Aparentemente, ella había asumido que él le daría lo mismo. Pero cuando había ido a devolver el anillo de Emily y encontrar algo más, esto había llamado su atención. Tres piedras destinadas a representar su pasado, presente y futuro. Él lo había visto como su nueva familia. La gema del medio era de casi dos quilates, las piedras de los costados un quilate cada una. Situadas en platino. Sin muecas, perforaciones ó filigranas. Simple esplendor brillante. Tan Alyssa.
“¿Te gusta?” le susurró.
Con ojos amplios, ella asintió. Una estúpida sensación de satisfacción se deslizó a través de sus tripas. Este matrimonio podría ser una colisión de tren por la calle, pero esto la hacía sentirse especial. Por ahora era suficiente.
Entonces el juez de paz instigó a Alyssa. Todavía temblando, deslizó el anillo en su dedo, una banda de platino cepillado. Elegante pero no exigente-exactamente lo que él hubiera elegido para si mismo.
“Con este anillo” -ella tragó saliva—“te desposo. Para amarte, honrarte y atesorarte desde este día en adelante, para bien ó para mal, en la enfermedad y la salud, abandonando todos los demás hasta que la muerte no separe.”
Alyssa inspiró profundo y se encontró con su mirada. Su expresión por lo general segura de si misma se había ido. Se veía agitada, ansiosa. ¿Estaba preocupada porque descubriera su mentira?
Apisonando una sonrisa irónica, tomó sus manos en las suyas ante la pregunta del juez. El anciano hizo una pausa y le envió una mirada de peso.
“Besa a tu novia.”
Ahora, esto era algo por lo que había estado esperando desde que había reaparecido de pronto en su vida el sábado pasado. Desde ese momento, habían hablado de los detalles de la boda por teléfono y correo electrónico, el tono exasperadamente de negocios. A principios de esta semana, él había tenido que hacer un maldito viaje de relaciones públicas a Nueva York y no había regresado a Lafayette hasta ayer. La sencilla ceremonia no había requerido un ensayo, así que había arreglado una cena tranquila con sus padres anoche para que pudieran conocerla. No había estado a solas con Alyssa ni un solo minuto esta semana. No la había tocado desde esa desastrosa noche en su dormitorio encima del club.
Se estaba muriendo por besarla.
Luc ahuecó su rostro y se inclinó hacia delante. Alyssa apretó sus manos alrededor de su cintura, como si él fuera su ancla, y esperó, sin aliento. Lentamente, él presionó sus labios sobre los de ella. Suave, un roce. Un suspiro compartido. Se demoró, inclinando su boca sobre la de ella nuevamente, una presión más firme. El hambre se estrelló a través de él, filoso, fresco, demandante. Debajo de él, Alyssa fue flexible y abierta a él. Luc estaba tan tentado de hundirse profundamente en ella, ahogado, malditos los invitados.
Más tarde. Ahora se trataba de su primer beso como marido y mujer con familiares y amigos mirando. Más tarde, ella entendería que es lo que él quería de ella y que tanto lo quería.
Después de saborear el encuentro de sus bocas un momento más, Luc retrocedió y bajó la mirada a su enrojecida y dorada cara. Ella le envió una tentativa sonrisa nerviosa.
“Damas y caballeros,” dijo el juez. “El Sr. Y la Sra. Lucas Traverson.”
Sus invitados aplaudieron cortésmente mientras la pareja regresaba por el pasillo. Jack Cole se acercó para estrecharle la mano. Kimber lo besó en la mejilla, susurrando, “Sé feliz.” Sadie abrazó a Alyssa. Tyler todavía fruncía el ceño.
El fotógrafo, un amigo de Luc, los esperó. Sacó algunas fotos, lo hizo posar juntos cerca. Algo insaciable saltó dentro de Luc cuando el hombre sugirió que se besaran de nuevo para que pudiera hacer una toma.
Refrenarse a si mismo esta vez fue más difícil. La primera probada había simplemente agudizado su apetito, hizo a la bestia hambrienta en su interior rugir a la vida. Lo que sea que había entre ellos, este-tocarla- siempre era apasionante y exquisito. El tener el derecho de hacerlo cuando sea que quisiera era embriagador.
El resto del almuerzo pasó en una festividad tranquila. Cortaron la torta que él había hecho más temprano esta mañana. Sencilla y toda de caramelo blanco con cuentas congeladas decorando los bordes de cada uno de los tres niveles apilados. Cintas blancas de azúcar corrían por los lados, por lo que parecía un paquete elegante. Flores frescas rodeaban la torta sobre el mantel blanco prístino.
Él y Alyssa no habían hablado de los detalles después que él se había ofrecido a manejar esta parte de la recepción. Ahora Luc estaba extrañamente nervioso de que ella hubiera tenido otra cosa en mente.
“¿Tú hiciste esto?” La voz de ella era apenas más que un susurro. “Es magnífico.”
“Amareto con crema de mantequilla suiza de relleno. Espero que te guste.”
Juntos cortaron la torta, y los flashes se apagaron. Con suavidad, la alimentó con un pedazo y ella gimió, para su satisfacción. Luego, con dedos temblorosos, ella también lo alimentó. Surgió el deseo dentro de él, rompiendo su moderación.
Luc todavía estaba luchando por autocontrol cuando Deke se puso de pie e hizo un brindis por ellos. “Después de una de las reuniones más desfavorables, has decidido compartir un futuro que espero esté lleno de amor y todo lo mejor que la vida tiene para ofrecer. Felicitaciones.”
Sosteniendo su agua con gas, Alyssa se inclinó hacia él. “Él no pudo haber escrito eso por si mismo.”
Luc rió por primera vez hoy. “Estoy seguro que Kimber ayudó.”
Luego Sadie se puso de pie para hacer su propio brindis. “Para una gran jefa, amiga y ser humano, quien siempre está allí para sus empleados, tanto sea para prestar un hombro para llorar ó dar una mano de ayuda. Te mereces una gran felicidad. Luc, no te he conocido por mucho tiempo, pero espero que seas una fuerza fuerte y positiva en su vida y que la ames por lo que es. Por una vida larga y feliz juntos.”
Momentos después, la suave música instrumental que habían elegido sonaba por los altavoces del restaurante. Luc se puso de pie y le extendió la mano a Alyssa. Ella le devolvió una mirada sorprendida.
“¿Bailas?”
Ella se mordió el labio, luego se puso de pie. Los invitados estaban completamente en silencio mientras lo observaban tomarla en sus brazos. Se sentía bien contra él, demasiado bien. El hambre levantó otra muesca, y Luc enterró el rostro en su cuello. Su aroma a melocotón y canela se mezclaban con un ligero perfume, volviéndolo loco con la necesidad de abrazarla, desnudarla y tomarla.
“Pensaba que la ceremonia fue preciosa,” murmuró ella. “Lo lamento…estoy segura que tus padres hubieran preferido una boda más elegante.”
Una que no fuera de apuro, en donde la novia no fuera una nudista embarazada-Luc escuchó arrepentimiento en su voz. Levantó su barbilla con un dedo. “Ellos quieren lo que me haga feliz. Proponerte matrimonio fue mi elección, y no me arrepiento. Sadie quiere que tengamos una vida larga y feliz juntos. Empecemos por mirar hacia adelante, no hacia atrás.”
* * *
Las anteriores palabras de Luc en la pista de baile hacían eco en su cabeza. ¿Podrían en realidad mirar hacia adelante sin que el pasado viniera a perseguirlos?
“¿Qué estoy haciendo?” preguntó Alyssa en voz alta mientras que Sadie la ayudaba a salir de su vestido de novia en el baño de Bonheur.
“Me preguntaste esto cuando te estabas poniendo el vestido de novia más temprano. La respuesta sigue siendo la misma.”
“Sé que estoy proporcionando un hogar más estable para el bebé.” Suspiró en sus manos, con el arrepentimiento estrellándose por ella. “Pero voy a enamorarme de Luc completa y absolutamente, y nunca seré para él más que una gran follada cuyo huevo resultó encontrar su esperma.”
“Tú no sabes eso. Cuando te mira, veo algo más.”
“¿Irritación?”
Ella sabía que eso no era cierto, pero no entendía porque se había casado con ella. Ella había estado perfectamente dispuesta a permitirle todos los derechos de la patria potestad que quisiera. Luc le había dado algunas razones para la boda…pero todas las beneficiaban a ella. ¿Qué había en ello para él?
Y la incertidumbre en los rostros de sus padres la inquietaban. No era desaprobación…todavía. Pero ¿qué pasaba si llegaba? ¿Qué pasaba si su trabajo, su vida, su pasado, se convertía en la manzana de la discordia entre Luc y su familia? ¿Ó entre Luc y ella misma? Había mucho de ella que él no sabía. Y Dios quiera, nunca lo haría.
Sadie sacudió la cabeza. “Irritación, no. Lujuria en serio, totalmente. Pero creo que aun es más.”
Alyssa tenía miedo de esperar que Luc tuviera sentimientos genuinos por ella. Empujando eso a un lado, camino fuera de su vestido de novia, luego le dio la espalda a Sadie. “¿Puedes quitarme esto?”
Su amiga vaciló. “No. ¡El corsé blanco es caliente! Matarás a Luc con él.”
Mordiéndose el labio, Alyssa se preguntó si eso era algo bueno. Ella había probado el deseo en su beso, sentido un arrebato propio. Diablos, lo hacía siempre que él estaba en el mismo cuarto. En el mismo código postal. Pero tenían que comenzar a construir su matrimonio sobre algo más que el sexo y el niño por venir. No podían hacer eso si él la seguía viendo como una nudista.
“Prefiero que no.”
“¡Pero es tu noche de bodas!,” le recordó Sadie.
“Si, nunca pensé que tendría una de esas.” Lo esperaba, tal vez, pero después de catorce años de pura mierda románticamente hablando, ella había aprendido a desconfiar de los hombres. Ellos harían ó dirían cualquier cosa por sexo. ¿Entonces porqué se había atado a alguien que probablemente se convertiría en un mentiroso bastardo y arruinaría su vida?
Porque fuiste lo suficientemente tonta como para enamorarte, y todavía esperas que el bebé complete la familia perfecta para que todos podamos vivir felices por siempre. Si, correcto…
Ni en un millón de años, hubiera imaginado que un hombre se le metería debajo de la piel y que estaría tentada a quedárselo para siempre. Pero quería demasiado a Luc para negarse. ¿Y si él se daba cuenta que ella lo amaba? ¿Y si pasaba a lo siguiente?
“¿No quieres causar una impresión en tu noche de bodas?”
Alyssa estaba bastante segura que ya lo había hecho. “Sólo quítamelo.”
Sadie protestó. “Mejor que tengas algo más sexy en mente.”
“Totalmente,” mintió.
Con una risa de alegría, Sadie atacó el corsé. Alyssa sacó el hueso fuera de su cuerpo, luego le agradeció a su amiga mientras ella la saludaba y salía llevando su vestido en su bolsa protectora.
Ella empujó el corsé dentro de su bolso, luego se puso un sujetador blanco de encaje y una tanga haciendo juego. De una percha que había dejado sobre la pared, se puso un traje color chocolate con una sencilla blusa blanca. Después de cambiarse los zapatos, quitarse el velo, y empacar, marchó afuera.
Luc hablaba en voz baja con sus padres cerca de la puerta. Los pocos invitados que quedaban se arremolinaban fuera de las puertas de Bonheur. Más allá de la acera, vio el nuevo Jaguar de Luc.
Al acercarse ella, él alzó la vista, y su vientre pulsó nerviosamente. Cuando sólo lo había querido sexualmente, había estado llena de confianza y arrogancia. Enredar a un hombre por una noche era fácil. Mantenerlo cuando su corazón estaba en la línea…Toda su auto seguridad había desaparecido. ¿Qué diablos hacía ella ahora? ¿Mañana? ¿Y cada día después de eso?
Tomando el bolso de ella en una mano, Luc la guió de vuelta a sus padres. Ellos se veían algo entre reservados y resignados. Ella sabía que Luc les había contado acerca del bebé-y sospechaba que les había dicho acerca de Sexis Sirens. Pero Alyssa no podía permitirse estar avergonzada ú ofrecer disculpas. ¿Qué cambiaría? Todo probablemente parecía peor porque no tuvo familia en la boda. Ellos probablemente habían asumido que su familia la había rechazado. En cierto modo, ella suponía que lo habían hecho.
¿Qué hubiera pensado su madre si hubiera estado aquí hoy?
Alyssa echó el pensamiento lejos. Mientras que la mujer quien había muerto hace sólo unos meses atrás la había dado a luz, los años y las cuestiones que las separaban la había hecho una virtual desconocida.
“Gracias por venir un largo camino con corto aviso,” les dijo. “Estoy emocionada de que pudieran estar con nosotros hoy. Sé que significa un mundo para Luc.”
La madre de Luc, Clarissa, levantó la vista a su padre, Anthony, quien le envió una cálida sonrisa vaga. “Les deseamos a ti y a Luc toda la felicidad.”
No era exactamente bienvenida a la familia, pero era un comienzo.
“Gracias.”
“¿A qué hora es su vuelo mañana?” preguntó Luc.
En pocos instantes, hizo arreglos para recogerlos para almorzar y luego ir a despedirlos a la Terminal. Abrazaron y besaron a su hijo, estrecharon cortésmente la mano de ella, luego se fueron.
Ella miró alrededor de la sala. Todos los invitados se habían ido ahora. En el interior de Bonheur, la mantelería necesitaba lavado. Ciertamente habría una pila de platos en la cocina en la que ella no quería pensar ahora. Los pisos eran un desastre y tendrían que ser limpiados. Ella trataría de resolverlo todo en la mañana.
Primero, ella y Luc tenían una noche de bodas que atravesar.
“¿Lista para irnos?” preguntó suavemente él.
No, Dios, no. ¿Qué sé yo acerca de hacer funcionar un matrimonio?
Alyssa provocó un suspiro tembloroso. “Absolutamente.”
* * *
Luc claramente no estaba conduciendo de regreso a su casa. Cuando él se dirigió hacia el oeste, más allá de los límites de la ciudad de Lafayette, Alyssa vaciló. El silencio en el coche era espeso, expectante. Ella odiaba romperlo, pero…
“¿Dónde vamos?”
Él le envió una mirada de ojo-negro que la chamuscó hasta los pies. Las sombras de tarde otorgaban una expectante e íntima sensación al interior del coche. Alyssa contuvo el aliento.
“Es nuestra noche de bodas.”
¿Lo que significaba que él tenía algo planeado? “Yo-yo pensé que simplemente iríamos a mi casa.”
Luc sacudió la cabeza. “Deberíamos celebrar nuestra primer noche como marido y mujer.”
Ellos no habían hablado de esto. Estar a solas con Luc por una noche completa- ¿Cómo su esposa? Los nervios apretaron su estómago en un gran nudo. Tendrían sexo, eso era un hecho. Pero él hacía sonar esto como…más.
Por otra parte, él había arreglado su romántico baile de bodas, había hecho el pastel, le había comprado este enorme y totalmente inesperado anillo. ¿Por qué? ¿Qué significaba todo esto para él?
Por supuesto, él se había casado con ella, al menos en parte, por el bebé. ¿Y por el sexo también? Si era así, ella sabía exactamente que pasaría una vez que él se cansara de eso. Ella veía esos hombres en su club cada noche. Entonces ¿Por qué planear algo especial esta noche? La boda había sido un espectáculo para sus padres; entendía eso. Ahora que estaban solos, ¿qué era todo este romance?
“Sigues mirando tu anillo.”
Su observación la sobresaltó. “Es hermoso.”
Luc hizo una pausa. “Me recordó a ti.”
Alyssa intentó que sus palabras no la derritieran. “Gracias. No tenías que hacerlo--”
“Si, lo tenía. Quería hacerlo y, al mismo tiempo que nuestro matrimonio fue rápido, eso no es motivo para no tener símbolos sólidos de nuestra unión.”
Ella se mordió el labio. Luc decía todas las cosas correctas…pero algo la preocupaba, algún indicio de enojo. Ó tal vez eran sólo sus nervios.
“¿Dónde estaba tu familia hoy?” preguntó él. “Sé que tu madre ya no está…”
Dios, ¿de dónde había venido la pregunta? “Soy única hija, y no he visto a mi padre desde que se fue. Tenía cuatro años.”
Luc frunció el ceño. “¿Tías, tíos, primos?”
Ella sacudió la cabeza. En verdad, no había pensado en ellos en años. No se había atrevido a contactarlos. Sus primos probablemente estaban casados y con hijos. Su tía Ana posiblemente estaba retirada de la enseñanza escolar.
“Ninguno. ¿Podríamos dejarlo?”
Él parecía a punto de decir algo, entonces cerró la boca. Pasó un largo y silencioso momento antes de que finalmente dijera, “Si alguna vez quieres contarme de tu familia, me encantaría escuchar.”
“Tú mismo dijiste que necesitábamos mirar hacia delante, no hacia atrás. Creo que es una excelente sugerencia.”
Suspirando, Luc se aferró al volante. “¿Estás hambrienta? No comiste mucho en le almuerzo.”
No, pero estaba comenzando a sentirse débil. Desde que se había embarazado, se había dado cuenta que no podía saltarse las comidas de la manera en que solía hacerlo. Y la mayoría de los días, hasta cerca de las dos, vivía de galletas y jugo de manzana.
“Debería comer.”
Él sonrió. “Me encargaré de eso.”
Como se había encargado de las cosas esta semana. La mayoría de los hombres hubieran simplemente preguntado cuándo se tenían que presentar. En lugar de eso, él había organizado las invitaciones, el almuerzo, pastel, anillos, fotógrafo. Ella apenas había mencionado las cosas en su lista de tareas pendientes antes que estuvieran hechas. Alyssa no podía encontrar error en su gusto. Todo había sido elegante, probablemente elegido para complacer a sus padres. Ella sólo había tenido que comprar un vestido del colgador y ordenar las flores.
Se mordisqueó el interior de las mejillas. Se sentiría mucho mejor si pudiera averiguar porqué se casó con ella. Sólo por el bebé…ó algo más.
“No hemos tenido oportunidad de realmente hablar acerca del bebé.” Él rompió el silencio nuevamente. “¿Cómo ha sido el embarazo hasta ahora?”
Un tema más seguro. “Además de estar muy cansada, no mal. Las vitaminas finalmente están ayudando. Estoy mejorando en comer mis frutas y vegetales en la cena. No puedo comer mucho el resto del día hasta el momento. No tengo nauseas matutinas, pero la comida suena mal hasta entrada la tarde.”
“Me dirás si eso cambia.”
No era una pregunta, pero ella no pudo perder la preocupación en su voz. Debería retirarse y protegerse a si misma…pero esa voz la calentaba demasiado. “Lo haré.”
Unos minutos después, llegaron a una romántica posada, en una ciudad cercana. El sol se estaba poniendo sobre la grandiosa casa de ladrillos y las casas de campo circundantes que se encontraban a la distancia. Era hermosa, con reminiscencias de una época pasada. Romántica. Le atrapó el corazón.
El suyo era un matrimonio de conveniencia y amor no correspondido. Él ya había hecho tanto y la trajo aquí para una verdadera noche de bodas…El hombre la abrumaba. Lo que era estúpido. Él probablemente sólo estaba haciendo lo mejor de la situación. Aun así, las lágrimas le picaban los ojos.
Ella respiró, intentando reprimir sus sentimientos. “Es hermoso. Gracias.”
Luc estacionó en el camino de acceso. “Espera aquí. Ya vuelvo.”
Cuando regresó, fue con un gran anillo de cobre de llaves; luego condujo por una calle de tierra detrás de la casa principal hasta una pequeña casa de campo azul con un pequeño y pintoresco porche, completada con mecedoras. El letrero de la puerta decía DULCE ENTREGA
El estómago de Alyssa se encogió. Su pulso se disparó.
Destrabó la puerta y la abrió. Antes de que ella pudiera asomarse dentro, Luc la levantó rápidamente en sus brazos. Ella chilló.
“Tradición,” regañó él, luego la llevó dentro, pateando la puerta para cerrarla detrás de él.
En el interior, la casita rustica tenía un ambiente hogareño, alfombras trenzadas sobre añejos pisos de madera. Revestimientos de madera y pintura alegre cubrían las paredes. Edredones, cortinas de encaje y muebles de estilo rústico, todo encanto añadido.
La puso sobre un desgastado sofá de cuero, luego se arrodilló para quitar sus zapatos, con sus palmas demorándose en sus pantorrillas. Ella se estremeció ante el calor en sus ojos.
“Puedo decir que no dormiste mucho anoche. Descansa. Prepararé la cena.”
Nadie excepto Luc había cuidado de ella de esta manera, y era el cielo. Ella debería plantarse, insistir en hacerlo por si misma. Pero este tratamiento especial probablemente no duraría, y apoyarse en él era muy tentador.
“Cierra los ojos,” exigió.
Finalmente, ella accedió. Si el pasado era un indicador, necesitaría toda la energía que pudiera obtener para después.
Minutos más tarde, se despertó cuando él puso una pasta de pollo y una ensalada llena de verduras delante de ella. Al igual que todos los días de la semana pasada, para la hora de la cena, estaba famélica y demolió cada bocado. “Eso fue increíble.”
Luc terminó su propio plato. “Tengo postre si estás lista.”
Grandioso… “¿Cuándo hiciste todo esto?”
“Esta mañana. Deke y Kimber lo entregaron más temprano.”
Él había pensado en todo—y había ido más allá para hacerlo especial. Nuevamente, la pregunta de siempre azotó su cabeza: ¿por qué?
Sin esperar a su respuesta, se puso de pie y desapareció en la pequeña cocina. Regresó momentos después con una botella de champaña y una copa, hizo estallar el corcho y sirvió. Ella supuso que él bebería sin ella, dado que no podía tomar alcohol. Antes de dar un sorbo, volvió a desaparecer, luego regresó con dos tazas colmadas de mousse de chocolate y una bandeja de fresas cubiertas de chocolate.
“Eso se ve delicioso. No tenías que pasar por tantos problemas.”
“Dado que sólo planeo casarme una vez, tenía.” Él miró solemne mientras levantaba la copa para brindar con ella. “Por una hermosa esposa y el comienzo de nuestras vidas.”
¿Pregunta ó déjalo como está?
“¿Realmente crees eso, Luc? Aparte del hecho que llevo a tu hijo, no tenemos nada en común más que gran sexo.”
Luc enarcó una ceja oscura y pasó el dedo por el borde de la copa por un buen rato. “Cuándo conducías a Dallas la semana pasada, ¿estabas por lo menos contenta de verme? ¿Me habías echado de menos incluso un poco?”
Alyssa vaciló. ¿Pero por qué mentir cuando buscaba la verdad? “Si.”
“Yo te había echado de menos, y cuando pasaste por la puerta, estuve malditamente alegre de que estuvieras allí. Hay…algo entre nosotros.”
Ella contuvo la respiración. La esperanza emergió. ¿Era posible que algún día se enamorara de ella?
¿Cuáles eran las posibilidades, en realidad?
La esperanza se estrelló. Casi dolía demasiado, pero no podía sacudir el temor. Como una astilla en su psiquis, ulceraba. ¿Cuándo alguien la había querido más allá de de los golpes y la rutina?
Tenía que dejar de tomar prestados los problemas del mañana y vivir el momento de hoy. A pesar de sus votos y las palabras en sentido contrario, demasiado pronto, él podría desaparecer.
Luc levantó la copa y dio un sorbo, saboreando la champaña. Luego frunció el ceño. “Esto podría ser mejor.”
“¿De qué manera?”
Su boca sensual se levantó en una sonrisa. “Tendría mejor sabor en ti.”
Esa fue toda la advertencia que tuvo Alyssa antes de que Luc metiera el dedo en la copa y luego trazara el líquido en sus labios. Apenas tuvo un momento para oler el aroma penetrante, sentir el cosquilleo de las burbujas, antes de que Luc subiera sobre ella, con los ojos de un negro ardiente, antes que la devorara en un beso abrasador.
El aire dejó su cuerpo en una ráfaga de chisporroteo y necesidad. Se balanceó hacia él, y él la acercó más fuertemente, inclinando los labios sobre los suyos y hundiéndose profundamente en ella. Tan profundo. Fue como si las últimas siete semanas de separación nunca hubieran pasado. Su cuerpo lo conocía, húmedo, dolorido, abierto, anhelante.
Gimiendo, Luc la presionó más cerca, conquistando lo último de su resistencia e ingenio con su ferviente beso. Sin pensamientos concientes, las manos de ella encontraron el camino dentro de su cabello, atado cuidadosamente en la nuca. Necesitaba enterrar los dedos en éste, de la misma manera que necesitaba enterrar sus sentidos en su olor.
De pronto, él se alejó y trazó más champaña en sus labios. Ahora se estremecían y temblaban, y no podía esperar a sentir su boca sobre la suya nuevamente. Luc no la decepcionó, saboreándola, bebiendo de ella como si nunca obtuviera suficiente.
Alyssa se preguntaba si ella alguna vez lo haría.
“Necesito más de ti,” exigió él, quitándose la chaqueta y atacando los botones de su blusa. “Ahora.”
Su mirada permanecía fija en ella, una promesa de éxtasis ardiente por venir, una silenciosa declaración de su intención satisfacerla hasta que estuviera lánguida y gimoteando. Ya temblaba. El deseo latía entre sus piernas. La sangre escaldaba sus venas. No podía esperar a sentirlo piel con piel, surgiendo profundo en su interior hasta que no supiera de nada más que el golpeteo pulsante del deseo y la salvaje urgencia de clímax alcanzando su cuerpo y sus inhibiciones.
A continuación, le desgarró el sostén, tiró la falda lejos, y trituró su tanga con las manos. Ahora completamente desnuda y a merced de un hombre que parecía no tener ninguna, Alyssa palpitaba.
“Desvístete,” dijo ella con voz áspera, alcanzando su chaqueta.
Él negó con su cabeza su pedido, luego tomó una fresa cubierta de chocolate. “Abre.”
Discutir el fuerte comando parecía imposible. Tan pronto como sus labios se separaron, él puso la dulce fruta en su lengua. El sabor estalló por sus sentidos, y mordió en la suculencia, derritiendo la mayor parte del chocolate sobre su lengua. Bebiendo champaña, Luc la observaba, su mirada al rojo vivo.
En el segundo en que ella tragó, él ya estaba de nuevo todo encima de ella, su boca forzando la suya para abrirla debajo del apretujón de él. El chocolate se reunió con el vino espumoso en su lengua. Los sabores entrelazados para crear algo irresistible. Presionando más cerca, ella comió en su boca, necesitando más, y él se lo dio, explorando en ella interminablemente. Ella jadeó.
Momentos después, él se había ido, alcanzando la mesa cercana. “¿Mousse?”
Jadeando, incapaz de responder, Alyssa observó a Luc levantar una taza y cuchara y ponerle un bocado en la boca.
¡Oh, Dio mío! Ese hombre podía crear los sabores más sorprendentes. Cerró los ojos y gimió. Cuando los abrió, él estaba tragando otro sorbo de champaña y abalanzándose hacia abajo por otro beso.
Esta vez, ella anticipó los sabores, el rico y persistente sabor ahora cremoso, suave y adictivo. Cada vez que la boca de él rozaba la suya, el sabor del vino espumoso añadía el perfecto gusto fuerte de la dulce decadencia del postre.
Ella lo agarró por los hombros para deshacerlo de su chaqueta y jalarlo más cerca. Él se alejó, luego agarró el mousse una vez más.
Tiró la cuchara a un lado, que aterrizó con un traqueteo sobre la mesa. Alyssa se sobresaltó, pero el sonido no fue registrado por él. Simplemente empujó dos dedos en el dulce confite y recogió un poco.
“¿Qué-qué estás haciendo?”
Mareada, abrumada, apenas podía respirar. Él la había besado, desnudado, y ya estaba en peligro de perder la cabeza por completo. Y no le importaba. Ahora sólo necesitaba más de este volátil paseo de placer que sólo él podía ofrecer.
Luc la extendió sobre el sofá, a continuación untó el mousse entre sus hinchados pliegues. Ella jadeó ante la sensación helada-caliente del postre y la cálida piel contra ella y luchó para mantener la cabeza.
Él no estaba teniendo nada de eso. Tomó la botella de champaña y la volcó sobre ella. El frío y burbujeante líquido se derramó sobre sus pechos y abdomen, agrupándose en el ombligo…rociando dentro de su coño con una sensación que la hizo jadear.
Usando una sonrisa diabólica, Luc observó su cuerpo mojado y su clítoris cubierto de chocolate. “Tomando el postre.”
Capitulo 13
Su propio y personal pedazo de cielo. Luc atravesó su coño con su lengua; chocolate, champagne y el gusto natural de Alyssa un sabor que instantáneamente lo atrapó. Arrodillándose al lado del sofá, se abalanzó por ella de nuevo, separando más amplios sus muslos con manos insistentes y trabando sus hombros entre ellos.
Mientras la saboreaba de nuevo, las caderas de Alyssa se sacudían mientras su cuerpo acababa. Ella gritó, y los sonidos lo elevaron, más alto. Más cerca de ese lugar donde él perdería el control.
Esta noche, no le importaba.
Otro tentador saboreo de ella, otro lavado de su clítoris. Ella boqueó y cerró sus manos en su pelo. El aguijonazo de dolor en su cuero cabelludo excitó el infierno hacia fuera de él.
Él agarró la mousse de la mesa a su lado y desparramó más con sus dedos directamente sobre la carne caliente de sus labios, luego derramó más del champagne directo sobre el distendido núcleo de nervios. El aliento de ella se contuvo, una irregular inhalación que lo excitó. Luego él se lanzó en picada, tomando su duro brote en su boca y succionando, y empujó dos dedos dentro de su húmeda entrada. Ella gritó.
Su cuerpo se tensó sobre sus dedos, hambriento, demandante, y él no pudo evitar imaginarse exactamente cómo se sentiría ella sobre su polla cuando él entrara en su interior. Todo sobre esta mujer, su esposa, lo hacía sentirse hedonista y voraz. Ninguna maldita disculpa por ello nunca más. Ella lo incitaba como ninguna otra, y no era algo que el podía - o quería - detener.
Mientras su alto orgasmo se apaciguaba, él embadurno un poquito más del mousse en sus dedos, luego lo desparramó sobre su pezón. Al lavarlo, luego chupó profundo, ella gimió.
“Luc! Oh…” Ella jadeó, su cara y pecho ruborizados y encendidos.
Maldición, ella se veía hermosa. Mientras él arrancaba sus propias ropas y las arrojaba fortuitamente sobre el respaldo del sofá, él miró hacia su mano izquierda, hacia el brillante diamante en su dedo. Ella era suya.
Facilitando su camino hacia su cuerpo, Luc alcanzó la botella de champagne y lo volcó, sobre el valle entre sus pechos. Ella jadeó mientras él cubría su pecho con eso. El líquido se calentó entre los cuerpos mientras ellos se deslizaban sensualmente el uno contra el otro. Él tomó una frutilla y la ubicó contra sus labios.
“Come esto” con baja voz le ordenó.
Alyssa se quedó mirando con sus grandes ojos azules, brillando con excitación y curiosidad, y él se sintió asimismo enamorarse un poco más de ella. Ella separó sus exuberantes labios, su lengua deslizándose para humedecerlos, antes de aceptar su ofrecimiento. Luc ubicó la fruta en su boca, con el chocolate en primer lugar. Mientras ella lo mordía, ella gimió. Sus ojos se fueron cerrando. Su polla saltó con impaciencia y su necesidad retumbó en su sangre. Se estaba muriendo por entrar en ella.
Mientras masticaba la fruta bañada en chocolate, él tiró el resto del champagne. El momento en el que ella tragó, le consumió la boca en un beso codicioso, saboreando el afilado remolino de sabores, apreciando la manera en la que ella se abrió a él, aceptándolo profundamente en su boca. Él quería estar más profundo.
Aferrando sus caderas con sus manos, él exploró sus cremosos y resbaladizos labios con su polla, luego empezó a empujar su camino hacia adentro, directo al refugio que extrañó y ansió por las últimas siete semanas.
Apretado. Tan podidamente apretada. Siempre tenía que luchar en su camino hacia dentro, y esta noche no fue la excepción. Un empuje poco profundo, otro más, un tercero… Cada vez él accedía un poco más lejos, sus ceñidas paredes creaban una fricción pecaminosa que lo tenía siseando en una respiración. Paciencia apretando los dientes y placer destructor - ambos casi lo deshicieron.
Finalmente, se ubicó completamente dentro de ella. Con un ansioso gemido, Alyssa se elevó para alcanzar tanto su lengua como su polla. ¿Qué había con ella? Tan exuberante, tan perfecta, tan… ¿lo que sea de lo cual no podía tener suficiente?
Debajo de él, su cuerpo creció en tensión. Sus uñas se hundieron en sus hombros, y sus piernas se elevaron alrededor de sus caderas. Ella agarró su ritmo, y se contorsionó bajo sus crecientes y rudos empujes.
Su respiración, caliente en su cuello, se deslizaba como pluma sobre la piel sensible. Un escalofrío casi lo desarmó. El sexo con Alyssa siempre fue más deslumbrante, más destructor de mentes que cualquier otra experiencia que hubiera tenido. Pero esta noche, saber que ella era suya de cualquier manera, estaba matando su control.
“Sí” murmuró. “Dios, sí… Luc!”
“Mierda, te siento tan bien, cariño. Estás temblando”
“Estoy tan cerca…”
Un hecho que él no podía desconocer. Ella se mantenía apretada a su alrededor en cada segundo, y él tuvo que afirmar sus manos en sus caderas para empujar su camino al interior. Cada empuje se convertía en un rico desliz hacia el éxtasis que lo tenía jadeando, gruñendo, necesitando vaciarse dentro de ella.
“Acaba para mí” le ordenó “¡Ahora!”
Ella se tensó más aún, quedándose sin aliento. Entonces el momento cayó sobre ella, y sus ojos volaron abiertos. Mientras sus miradas se encontraban, la desnuda conexión lo abofeteó, atrapándolo por su polla, tirando de algo en su pecho. No tenía ni una maldita oportunidad de resistirse a ella.
El placer aumentó en su cuerpo completo mientras el clímax hervía en su interior, luego ardió ampliamente. Él gritó, se estremeció y se enterró más profundo. La sensación era tan perfecta que Luc no quería irse nunca.
Si tenía algo que decir sobre eso, nunca lo haría.
Ellos estaban casados ahora. Oficialmente, de todas las formas. Tiempo de poner la paternidad del bebé a un lado y hacer que esto funcionara. Por lo menos, él quería ganar su confianza, ser su mejor amigo, el hombre en el que ella se apoyara por cualquier problema.
Pero en su interior, Luc sabía que se estaba engañando a sí mismo. Él quería mucho más. Todo lo que ella pudiera dar. No descansaría hasta que ella fuera suya completamente.
La luz de la luna fluía a través de las ventanas mientras Alyssa se estiraba, su cuerpo doliendo en un millón de deliciosos lugares. Se maravilló de cuan valorada y saciada se sentía. Cada noche que pasó con Luc terminó en una pasión que volaba la mente, pero esta… no podía hacer otra cosa más que suspirar de felicidad.
Después de todo excepto arrasarla sobre el sofá, ella casi se quedó dormida. Su inoportuno insomnio de la noche anterior, acompañado con el stress y el embarazo, habían apagado su cuerpo. Él no dijo nada sobre la interrupción en la noche de bodas que había planeado tan cuidadosamente. En cambio, Luc la había llevado a la enorme bañera de patas de garra de la cabaña y la había puesto en agua caliente para remojarla. Con infinito cuidado, él lavó su cuerpo, su cabello - incluso cuando ella insistió que podía hacer esta tarea por su cuenta.
Bien podría haberse ahorrado el aliento.
Después de eso, él peinó su cabello, incluso lo secó, luego la impulsó dentro de la más invitadora cama que ella hubiera visto, firme pero afelpada, con almohadas y esponjosas colchas creadas para el confort. La deslizó entre sábanas suaves, desnuda como el día en que nació, luego la siguió adentro, besando sus labios tiernamente. Alyssa se había dormido en el momento en que su cabeza se apoyó en la almohada.
Ahora, unas pocas horas después, ella se despertó, confortada por la profunda respiración de Luc a su lado. Pero luego ella lo olió. Tentada, se acurrucó contra el calor de su cuerpo y tentativamente deslizó su palma hacia abajo sobre el duro pecho, trazando su marcado abdomen, guiando las suaves puntas de sus dedos sobre su creciente erección.
Destellos de su pasión y su cuidado la bombardearon - la romántica noche de bodas que ella no había esperado, la sensación de él llenando su boca y su cuerpo a la vez, su toque tranquilizante mientras el la bañaba desde la cabeza hasta el dedo gordo del pie.
Lágrimas inundaron sus ojos, cerraron su garganta. Y aquí ella pensó que no podría amarlo más, pero esta noche su cuidado había expandido sus sentimientos hasta que casi estos la ahogaron. Alyssa no se engañaba a sí misma. Incluso si este casamiento terminaba mal, Luc siempre estaría en su corazón.
Desde el momento en que lo conoció, ella había estado fascinada. Él tenía inteligencia, acompañada con una amabilidad que ella rara vez había encontrado en sus clientes. Cuando ella y Luc se conocieron por primera vez, él no quería tener nada que ver con ella. No había sido rudo o irrespetuoso, solo sencillamente se había mantenido alejado.
Luego vino esa inesperada mañana de domingo el verano pasado, cuando él la llamo con una escandalosa proposición: el favor de follarlos a él y a Deke a cambio del favor culinario de su elección. Él sabía de la pronta inauguración de su restaurante, así como también sabía que ella no sería lo suficientemente tonta como para rechazarlo. El aceptar se había sentido un poco como prostituirse a sí misma, pero teniendo en cuenta su pasado y cuanta credibilidad le daría él a su inauguración, ser escrupulosa parecía tonto.
Esa noche salvaje, Deke se había ido sin tocarla - y Luc había sido insaciable. Increíble. Pero nunca la había tratado como a una prostituta. De hecho, había actuado como si nunca hubiera estado tan cautivado con el sexo, como si nunca hubiera deseado a una mujer tanto. Dios sabía que ella nunca había ardido por un hombre de la manera que lo había hecho por Luc. La mañana siguiente, ella había despertado doliéndose por él de nuevo… solo para encontrar la cama vacía.
Profundo en su corazón, había deseado que la sobresaliente noche los hubiera dirigido hacia algo más. Por lo que estaría mintiendo si dijera que su deserción no la había lastimado. También mentiría si dijera que había sido algo inesperado.
Durante las semanas siguientes, había tratado de pensar en algo para atraerlo de regreso, esperando que los recuerdos del asombroso sexo le dieran a ella una base sobre la que construir. Pero lo había visto de nuevo solo cuando lo había forzado a cumplir con su obligación. El hecho que él resistiera a sus avances y tuviera una nueva novia había dolido como un hacha en su corazón… Pero en vez de abandonar a Luc, lo había seducido - solo para descubrir que él asumía que ella se follaba a Tyler por lo que pensaba de ella como un poco más que una puta.
Por lo que a pesar de la “explicación” de Luc, todavía no le encontraba sentido a su insistencia sobre el casamiento. Ella era la misma persona con la misma ocupación y el mismo guardaespaldas que Luc creía era su amante. ¿La única diferencia? Estaba embarazada. Sí, él afirmaba que la había extrañado durante las semanas que estuvieron separados…. ¿Pero lo suficiente como para casarse con ella?
Y ahora ella estaba metida hasta el fondo. La noche pasada, con su pasión y delicadeza, él la había desbaratado. No había otra forma de describirlo. Él empezó a derrumbar las paredes que ella no dejaba a nadie atravesar, destruyendo sus defensas. Sea que lo quisiera o no, la había hecho irrevocablemente suya. Alyssa esperaba que, quizás, al menos en parte, Luc fuera suyo, también.
“Estás pensando demasiado” murmuró Luc y se giró para mirarla.
Su cabello oscuro como la tinta se desplomó desde su hombro, las puntas jugando con sus pectorales. Sus ojos soñolientos se veían negros y llenos de humo en las sombras. Su pulso se aceleró.
Sería tan fácil caer en sus brazos, y dejar que lo que sea que tenga que pasar entre ellos, simplemente suceda. Pero ella nunca tuvo el lujo de usar anteojos color de rosa. Alyssa necesitaba saber porqué Luc la había desposado. Preguntarle el porqué no la había llevado a ningún lado. Si quería saber si él se había casado con ella simplemente por el bebé o por el sexo, tendría que cambiar de táctica.
“Mucho en mi mente” contestó ella finalmente.
“Ayer fue un gran día”
Ella asintió. “Casarse es importante, y nosotros no nos conocemos hace mucho. Quiero decir, habremos pasado, quizás, cinco días juntos en total”
Luc cepilló su cabello fuera de su cara. “No suena como mucho pero… de alguna manera, entre nosotros, lo es”.
Alyssa entendió exactamente lo que quería decir. Cada momento había estado lleno de descubrimiento y gravedad, uniéndolos cuando estaban en lo mejor, picando sus temperamentos uno contra el otro cuando estaban en lo peor.
“Necesito-” Dios, su estomago se revolvió, y no tenía nada que ver con sus hormonas de embarazada. ¿Qué pasaba si Luc se reía o se burlaba o se enojaba por su pregunta?
Pero lo sabrías.
“¿Necesitas qué?” la apremió, deslizando la yema de sus dedos sobre su hombro desnudo. Ella tembló.
“¿Qué es lo que sientes por mi?”
Su pregunta claramente lo sorprendió. Luc dudó, luego reanudó su caricia. “Esa es una pregunta directa, pero esperaba eso de ti”
“Soy pragmática”
“Sí, lo eres”
Ella se encrespó. “Tengo que serlo”
Mientras rodeaba su mejilla, su rostro se ablandó. “No te estoy juzgando. En realidad, es parte de lo que admiro de ti”
Eso le dio un poco de calidez. “¿Entonces me admiras?”
Como un niño pescado con la mano en la lata de galletitas, Luc sonrió.
“Eres inteligente y fuerte y tenaz. Jack me contó la manera en la que te rearmaste después del ataque de Peter, lo cual me impresionó maldita sea.”
Genial, pero nada de eso sumaba en el amor. Aunque ella no esperaba más, la desilusión se clavó en ella.
Alyssa peleó por sacarse ese sentimiento. Quizás su amor sería suficiente para los dos.
Luego suspiró. Ella no sabía nada sobre las relaciones, pero dudada que la devoción de una sola de las partes pudiera funcionar. Después de la noche pasada, ella necesitaba retroceder, hacer lo mejor para reconstruir las paredes alrededor de su corazón.
“Gracias” masculló ella, rodando para alejarse.
La tomó del brazo y la trajo de regreso hacia él, encastrando sus cuerpos juntos. “¿A dónde vas?”
“A vestirme e ir al trabajo. Dejé Bonheur convertido en un desorden después de ayer”
Él apretó su espalda contra el colchón. “El restaurante ha sido limpiado de arriba abajo - platos, manteles, los lugares de trabajo. La comida de hoy ya está preparada para la apertura de esta noche”
Su boca se mantuvo abierta. “¿Quién lo hizo….? ¿Cómo lo sabes?”
“Llamé algunas personas y me hice cargo del tema”
Cómo se había hecho cargo de todo lo demás. Ella seguí enamorándose más y más de Luc, con ningún límite a la vista. “Gracias”
Eran tan considerado, bueno en anticipar sus necesidades y ver por ellas. ¿Significaba eso que quizás él sentía más que admiración por ella? ¿O estaba dejando ella que la estúpida esperanza la convenciera de ver más del gesto de lo que debería?
“Trabajas demasiado duro” Su pulgar trazó el arco de su ceja mientras él miraba fijo a su cara con una expresión que ella no podía leer. “Como te dije, te admiró, pero me preocupa”
“Admiración en un matrimonio…” no es suficiente. Se tragó las palabras. “Ayuda, estoy segura”
Luc tomó su cara entre sus manos. “No dije que eso era todo lo que yo sentía”
El corazón de Alyssa se salteó un latido. Su brazo rodeó su cintura, y él urgió su muslo sobre su cadera, abriéndola para él. Presionó un beso en su boca, mordisqueó su cuello, respiró en su oído. Cosquilleos con una piel de gallina se deslizaron erráticamente a lo largo de su piel. Su cuerpo crujió en atención, como si supiera quien era su señor y maestro, y se preparó a sí mismo en anticipación para su posesión.
Pero la manera en que él la miraba le hizo retener la respiración. Su expresión decía que ella le importaba. Mucho.
“Oh” ella respiró.
“Ahora que estamos casados, tenemos que ser honestos. Comunicarnos mejor” él inclinó su boca sobre la de ella de nuevo, y Alyssa tuvo que pelear para enfocarse en las palabras cuando él se retiró lo suficiente como para susurrar “La verdad es, jamás sentí por otra mujer algo tan profundo como siento por ti”.
¿Más que Kimber incluso? Bump, bump, bump. Su corazón amenazaba con saltar de su pecho.
“Te ves asombrada”
“Lo estoy. Sé que has estado en relaciones antes….”
“Han quedado atrás.” Sostuvo su cabeza en su mano, su mirada explorando profundamente. “¿Qué es lo que sentís por mi?”
Tan ridículamente enamorada que me asusta como la mierda. “Me importas, también. Más de lo que creía posible hace unos días atrás.”
Alyssa no se atrevió a confesar más que eso. Decirle demasiado, ser demasiado abierta, ella sabía por experiencia que le daba a un hombre exactamente lo que necesitaba para hacerla vulnerable y caer en sus rodillas - directo a sus pies.
“Dios” Luc sonrió, su expresión tan íntima en la oscuridad, que los dedos de sus pies se curvaron. “Depende de nosotros que este matrimonio funcione”
¿Y qué sabía ella de eso? “De acuerdo”
“¿Qué necesitas de mí?” murmuró él “¿Qué estás buscando en un esposo?”
En verdad, nunca le había dedicado a eso un pensamiento real. “Alguien que me quiera y me respete, que entienda que me hace latir. He disfrutado del hecho que has cuidado de mí en los últimos días, pero no lo espero. Necesito que creas que puedo mantenerme sobre mis dos pies”
Él deslizó su pulgar sobre sus labios, luego tomó posesión de ellos en un exuberante pero breve beso que la derritió incluso más. “Creo que puedes hacer cualquier cosa a la que dediques tu mente”
El orgullo la llenó. “Gracias. A veces no soy buena en compartir lo que estoy pensando. He vivido y trabajado sola por un largo tiempo, supongo”
Eso, y que casi no había sobrevivido a la última traición a sus sentimientos y confianza. Pero él no necesitaba conocer esos sangrientos detalles.
“No te sorprendas si te hago muchas preguntas. Me gusta saber lo que está pasando contigo y estar involucrado en Bonheur o en lo que sea que estés trabajando. Ayudaré en lo que pueda. Solo tienes que pedirlo. No me voy a meter en el medio de tus negocios a menos que parezca peligroso o equivocado. Sé que te manejabas perfectamente bien durante muchos años sin mí, y nunca he presupuesto que eso cambiaría”
Dios, justo cuando ella pensaba que las paredes alrededor de su corazón no podían tambalearse más… “Gracias”.
“Si crees que me sobrepaso, hablaremos. A cambio, solo espero tres cosas de ti”
¿Era esta la trampa que ella estaba esperando? “¿Cuales?”
“Primero, no mas desnudos. La población masculina de Louisiana no necesita ver a mi esposa desnuda nunca más”
“Hecho”. Lo último que ella quería era quitarse la ropa por un puñado de extraños borrachos y babosos de nuevo. El hecho que a él le preocupara quien viera su cuerpo, le calentó el corazón.
“Bien. Segundo, necesito tu confianza. Después del ataque de Peter, se hizo claro que alguien alguna vez te violó. No necesito los detalles hoy ni mañana. Pero quiero que sepas que podes confiar en mí con lo que sea que quieras contarme”
Ella suponía que él iba a sacar conclusiones medianamente acertadas, pero el hecho de que no iba a obligarla. Su alivio fue casi tangible. Había escuchado suficiente de las otras bailarinas, cuyos esposos cavernícolas pensaban que un trozo de papel les permitía saber todo, como para estar asustada. Alyssa no pensaba que estuviera lista para compartirse a sí misma tan profundamente de nuevo.
“Aprecio eso”
“Hmmm” Luc exhaló sobre su hombro y presionó su boca sobre su clavícula. “Yo aprecio tu piel”
Mientras su mano navegaba bajando hacia su pecho, ella agarró su muñeca y lo detuvo. Si, ella lo quería de nuevo, sintiéndolo profundo y fuerte y demandante adentro de ella. Ella era una golosa en lo que se refería a Luc. Pero esta conversación era demasiado productiva como para detenerse ahora.
“¿Y tercero?”
Él se congeló, excepto por el rechinamiento de su mandíbula. “Completa fidelidad”
Doliendo como si hubiese sido abofeteada, ella saltó alejándose.
“Todavía piensas que soy una prostituta”
Luc estaba encima de ella, doblando su brazo alrededor de su cintura y arrastrándola más cerca. “No. No manejas engaños ni follas con clientes. Antes de que te conociera como una persona, creía en el estereotipo, que una mujer que se despoja de sus ropas por dinero también estaría dispuesta a abrirse de piernas por eso. Pero esa no eres tú”.
Alyssa empujó sus lágrimas hacia dentro, el alivio fue tan profundo. Luego se dio cuenta que la cuidadosa y elaborada respuesta de su marido no había incluido a Tyler.
Ella le había dado a Luc una docena de razones para que asumiera que ella y el guardaespaldas eran amantes. Tyler la tocaba abiertamente en público, tenía una llave de su casa, la veía desnuda con frecuencia… En el lugar de Luc, ella habría asumido lo mismo. Insistir de nuevo que Tyler era solo un amigo era contraproducente. Luc aprendería la verdad lo suficientemente pronto.
“Yo no sé mucho sobre el matrimonio, pero creo que la fidelidad es importante. Si vas a pedirla de mí, espero lo mismo de regreso. Cuando vayas a Los Ángeles a grabar los shows de las próximas semanas, no pienses que estará bien que te enganches con cualquier descerebrada aspirante a estrella que caiga en tu regazo.”
Luc se rió. “No estoy interesado en descerebradas aspirantes a estrella cayéndose en mi regazo, en la cama o donde sea. Estoy completamente cautivado por ti, y por estar contigo, dentro de ti…”
Su voz bajó una octava, su mirada volviéndose oscura y poderosa. La intención estrechó sus ojos, y antes que ella pudiera pensar o respirar, Luc exploró entre sus muslos y empujó hacia dentro.
Su penetración chamuscó sus labios inflamados. Sin ninguna sorpresa, ella estaba mojada por él. Sus pezones perlados. Él tomó uno en su boca y lo pellizcó con un mordaz placer-dolor mientras forzaba a su polla más dentro de ella. Alyssa separó sus muslos más ampliamente y levantó sus caderas, desesperada por tenerlo tan profundo como pudiera. Él presionaba en sus paredes, esforzando su habilidad por tomarlo. Aceptando toda su longitud y ancho en un solo empuje era imposible. El ascenso para sentirlo profundamente en su interior era deliciosamente enloquecedor.
Su carne se escoció, y el ardor detrás de su clítoris casi la volvió loca. Luc continuaba trabajando sus pezones. Ya estaban ligeramente sensibles de la noche pasada. Ahora se pararon duros y derechos y respondían a la menor lamida, incluso al sentir su respiración sobre ellos. Pero cuando él los chupó dentro de su boca y los mordió gentilmente mientras se hundía el resto del camino a su interior…
Ella gritó.
“Sí” ronroneó. “Estar dentro de ti, hacer que tomes cada pulgada de mí en este apretado, caliente coño. Amo el sexo contigo. Soy un adicto”
Se retiro lentamente, tan lentamente, que ella lloriqueó. Mientras él se demoraba, sus pulgares rozaron sus tensos pezones antes que le mordiera el cuello y se zambullera profundo y duro hasta la empuñadura, haciéndola jadear de nuevo.
“Cuando no consigo follarte, estoy tembloroso y enloquecido. Me duele. No puedo pensar en nada excepto en tenerte desnuda, trabajando mi polla en tu interior, toda absorbente e hirviente. Y depilada. Siempre depilada. No quiero nada entre nosotros nunca.”
Los condones habían sido siempre una forma de vida para Alyssa. Nunca le había permitido a ningún hombre tener sexo con ella sin la adecuada protección, pero lo que Luc le había hecho a ella… Dios, no había descripción posible. Incluso sus palabras la ponían caliente por tomarlo constantemente y más profundo.
“Tu preocupación, cariño, no debería ser qué es lo que voy a hacer cuando no estoy en tu coño, sino como vas a ser capaz de mantenerme fuera de él. Me pones tan caliente, que debes esperar que las comidas a veces se enfríen antes que puedas comerlas, que tus duchas no van a ser solitarias, que puede ser que a menudo no tengas una noche completa de sueño. Te amo dilatada, mojada y lista, y planeo mantenerte de esa manera”
Cada palabra salida de su boca la derretía en un charco sin valor.
Cuando los hombres le hablaban así a ella en el pasado, se sentía turbada. Pero algo sobre Luc y la manera en la que le susurraba, casi reverente y asombrado, la hacía sentir tanto necesitada como especial.
Mientras Luc continuaba arrastrando su pene a través de su sensitivo canal, la sangre calentaba su piel, apresurándose hacia su clítoris. Sensaciones la inundaron mientras él se retira con una sensacional fricción. Ella ronroneó mientras él empujaba de regreso en ella tan lentamente, que ella le clavó sus uñas en su espalda, trató de empujar con sus talones en su trasero. Él rechazó ser apurado. De hecho, rechazó permitirle que dijera algo en absoluto.
“Chica mala” mascullo con voz espesa en su oído. “La impaciencia solo te conseguirá una follada más lenta inclusive”.
Antes que su confuso cerebro pudiera reagruparse como para que ella pudiera descubrir lo que él quería decir, Luc se retiró y la dio vuelta. Luego se zambulló en lo profundo de nuevo, sus empujes enloquecedoramente tortuosos y sin ningún apuro.
“Por favor. Más rápido”.
Luc se recostó sobre la espalda de ella y beso un lado de su mandíbula, la parte posterior de su cuello. “¿Qué es lo que quieres más rápido?”
Dios, iba a obligarla a que lo dijera. Ellos habían jugado este juego esa primera noche juntos, meses atrás. Ella se había resistido, y él eventualmente había estrujado cada admisión suplicada por ella, luego había satisfecho una docena de fantasías. Que quizás hiciera lo mismo ahora hacía que su sangre se espesara como lava en sus venas.
Alyssa cerró con fuerza su mandíbula para contener sus palabras, pero sus lentos empujes la estaban desarmando. Luego él agregó sus dedos en su clítoris y jugó con el distendido botón.
“Dime lo que quiero escuchar, y sabes que te daré lo que quieras”.
Si, él lo haría, pero también tomaría demasiado poder sobre ella. Ya le había entregado su corazón. Esto… sería una señal que había sometido lo último de su independencia. Su alma.
Las yemas de sus dedos se arrastraron sobre la expuesta punta de su clítoris, y ella jadeó. Él mordisqueó su oreja. “Podría hacer esto toda la mañana. Estás tan húmeda, y amo mantenerte en el borde. Te inflamas e inflamas, manteniéndome tan apretado… Mmm”
El placer rasgó a través de su cuerpo. Su estómago se tensó. La presión se construyó hasta que ardió y apretó, como calientes tenazas exprimiendo su resistencia.
Otra retirada arrastrante, otro deslizarse en su interior como para estrujar las sábanas, hasta que él chocó con su lugar más sensible y presionó. Ella no podía respirar. El desvanecimiento se entrometía. Luc toqueteó su necesitado pequeño botón otra vez.
“Luc!” El demandante grito se pareció más a un sollozo
“Así, cariño. ¡Si! Mantén el agarre sobre mí” Se aferró a su hombro y lo usó como palanca mientras continuaba aserrando dentro y fuera de su cuerpo con un ritmo de melaza que la volvía demente. “Dime lo que quieres. No puedo dártelo hasta que lo hagas”
Estaba jugando con ella, desafiándola. Ceder iba en contra de su naturaleza… pero Luc se había vuelto tan efectivo en rasgar su cuerpo para su placer. El dolor abrumador se mantenía chocando sobre ella hasta que no tuvo más defensas.
Ella sollozó de nuevo. “Por favor…”
“Dime. Abre esa preciosa boca y dime qué quieres”
“¡Más fuerte! ¡Fóllame más fuerte!”
Aún él dudaba, sus calientes, pesadas respiraciones en su nuca la hacían temblar. “¿Más rápido? ¿Si hago eso, que harás por mí?”
Él quería algo y Alyssa no tenía idea qué. Si ella estuviera en sus cabales, se habría rehusado. ¿Quién prometería algo antes de saber qué sería?
Pero Alyssa no estaba en ningún estado de ánimo como para negociar.
“Lo que sea”, jadeó ella, tratando de empujar hacía atrás sobre su polla.
Luc la agarró, previendo cualquier movimiento. “¿Lo que sea?”
El placer se estaba fundiendo dentro de ella, volviéndose espeso y afilado y tenso. El más mínimo movimiento… Ella lo necesitaba. Su mente estaba a punto de romperse, su cuerpo ya era su esclavo.
“Lo que sea”
“¿Y si quiero todo?” gruñó él.
Alyssa no podía encontrar su respiración, por lo que le dio un tembloroso asentimiento.
“Di las palabras, mi pequeña esposa” Sus dedos se retrajeron, delineando el suave camino de carne sobre su coño, negándole ese único toque sobre su clítoris que la enviaría a la estratosfera.
Dios, no tenía nada más con lo que pelear contra él, ninguna manera de mantener aunque sea una onza de si misma escondida. Se arqueó hacia él, y él se deslizó un poquito más profundo en su interior. Y todavía no era suficiente.
“¡Todo!” ella jadeó “¡Por favor, Dios, si!”
“Eso es exactamente lo que haré” le prometió con un gruñido, luego machacó en ella con profundos, despiadados empujes, lo suficientemente rápidos para multiplicar la fricción y todavía lentos como para saborear la montaña de placer enterrándola.
Presionó unos resbaladizos dedos sobre su clítoris de nuevo y lo frotó en círculos. Su sangre se hirvió, su cordura se rompió, y el placer explotó a través de ella, aparentemente más grande que su cuerpo entero. Se escribió de nuevo la definición de sexo asombroso, se convirtió en la vara con la que mediría los encuentros con cualquier otro hombre.
Todos quedarían tristemente cortos. Y todavía el éxtasis se mantenía acumulado en lo alto, un furioso diluvio en el que ella gustosamente se hundiría.
Apenas había recuperado la respiración y recordado su propio nombre cuando Luc atacó de nuevo, esta vez dirigiendo sus dedos resbaladizos alrededor del borde de su entrada trasera.
Oh, Dios. El no estaba tratando solamente de derribar sus defensas; estaba tratando de destruirla. “No”
“Dijiste todo” le recordó, sus dedos, mojados con lubricación todavía rodeando el pequeño agujero.
“Es demasiado” Alyssa escucho la nota de súplica en su voz y no le importó.
“Te lastimé la última vez, ¿en nuestra primera noche?”
Él sabía bien. De tantas veces que ella había acabado, él debía saberlo. Pero como todo lo demás esta noche, él quería su admisión.
“No”
Presionó dos dedos más profundo, su lengua enjuagando su hombro. “Voy a hacer que sea bueno, cariño. Muy bueno”
Sobre eso, ella no tenía ninguna duda.
Alyssa jadeó mientras sus dedos iban más profundo, profundo, mientras su polla empujaba dentro y fuera de su vaina, trayendo a la vida terminaciones nerviosas que ella estaba segura estaban abrumadas y muertas. Ellas no solo chispearon, pero ardieron, brincaron, corrieron, latieron.
Estaba todavía adaptándose al cambio cuando él se retiró, luego acomodó su cuerpo más alto sobre el de ella. Empezó a presionar su polla en su pequeña entrada trasera. La estrechez bordeaba el dolor, y ella siseó ante el alboroto de necesidades despertándose de nuevo a la vida mientras él presionaba más allá de su resistencia, luego empujaba hacia adentro en el túnel en su interior que parecía sin fin, hasta que su cuerpo se presionó completamente contra su espalda y ella habría jurado que lo sentía en todos lados.
“¡Maldición, si!” Se aferró a sus hombros, trazando su cintura con sus palmas, luego se aferró a sus caderas en un brutal, desesperado agarre. “Tócate el clítoris. Esto va a ser duro y rápido”
Una diminuta piedad después de todo este tiempo, y ella probablemente le diría que no iba a seguir sus órdenes. Ella rozaría su clítoris si quería hacerlo y no antes. Pero él ya la había convertido en algo irritado, nervioso, necesitado.
Tan pronto como se tocó a sí misma, Luc marcó un ritmo de martilleo que le robó la respiración. En segundos, Luc la había abrumado.
Sensaciones que no había sentido en meses, forjadas con el despertar de nervios codiciosos y un libido elevado, demandaron por más. Se tocó a sí misma, arrastrándose más y más alto con sus feroces empujes en los recovecos más profundos de su cuerpo, encendiendo la más oscura de sus fantasías cuando Luc la tomó exactamente como quería, por tanto tiempo como él quisiera, haciéndola acabar por él a voluntad.
Mientras le pellizcaba un pezón y hacía un túnel en su estrecho canal, jadeó en su nuca “'Acaba!”
Su mundo explotó como una supernova de nuevo. Lágrimas de alivio y liberación se desbordaron. Luc la había devastado, dejándola en carne viva. Y todavía, se mantenía en ella, grueso y duro y demandante mientras las lágrimas fluían sobre sus mejillas, hasta que ella no poseyera ningún neutralizador entre su esposo y su maltratado corazón.
Capítulo 14
El domingo siguiente a la de su boda, Alyssa se apoyó en la jamba de la puerta del dormitorio principal y observó a Luc empacar lo último de su maleta. Ella había vivido sola por una década ó más. La soledad siempre había sido un consuelo. Luc se había mudado a su casa el día posterior a su boda. Era lógico, dado que, entre su próximo programa de televisión y sus presentaciones, él viajaría, mientras ella estaría atada en Lafayette junto al club y el restaurante. Pero el que él viviera en su espacio personal, abriéndose espacio en su armario, baño, y cajones, parecía todo extraño. Era más ordenado que ella. Y planchaba la ropa, lo que era una gran ventaja. Pero por los primeros días, se había sentido invadida-en casa, cuerpo y corazón.
Ahora, observándolo prepararse para marchar, Alyssa tenía que tragarse la tristeza. Iba a extrañar a Luc, probablemente más de lo que debería. Se había acostumbrado a verlo en las cocinas de Bonheur, velando por ella en las horas de la madrugada de Sexis Sirens. Dos días atrás, el publicista de él había publicado las noticias de su boda. Desde entonces, Luc la había acompañado hasta su coche cada noche, sosteniéndola fuerte contra su costado. Se había acostumbrado a que él le preparara un ligero refrigerio antes de acostarse, a su reconfortante presencia junto a ella mientras dormía, despertando inevitablemente ante su delicioso y adictivo toque y la manera en que la mantenía con una sobrecarga de orgasmos.
Todo eso se iría durante las dos próximas semanas. Por supuesto no era el fin del mundo, pero de alguna manera el estar lejos de él la ponía nerviosa y ansiosa.
“Te llamaré cuando me registre,” prometió.
“Gracias.”
“¿Te estás sintiendo bien?”
Alyssa asintió. “Un poco cansada, pero eso es normal.”
“No trabajes muy duro. Sadie te cuidará por mí.”
“Ella es chismosa.” Ella cruzó los brazos por encima de su pecho con un fingido puchero.
“Por eso la elegí para mantenerme informado.” Luc subió el cierre de su maleta y la puso sobre el suelo. “Volveré para pasar la semana de Acción de Gracias contigo y para acompañarte a la cita con el doctor la semana que viene.”
La primera reunión con su obstetra. La primera vez para escuchar el latido de su bebé. “Aprecio que estés aquí para apoyarme.”
Él cruzó el cuarto y tomó su cara entre las manos. Decididos ojos marrones se clavaron en ella. “No lo haría de ningún otro modo.”
Dios, cuando él le hablaba, con esa voz, con esa preocupación en su rostro, Absolutamente la derretía. Él debe saberlo.
“Antes que me vaya, tengo algo para ti.”
Ella miró, con el ceño totalmente fruncido y confundida mientras él se giraba y sacaba algo de detrás de su maleta, lo que apoyó contra la pared. Era una caja aproximadamente del tamaño de de una barra de pan, envuelta en papel de aluminio grueso que brillaba con pequeñas vieiras de plata. Un elegante moño blanco encima del regalo.
Luc se lo dio. “Es un tardío regalo de bodas.”
“¿Un regalo? No tenías que--”
“Pero quería.”
Tragando un nudo de emoción, quitó la lazada y desgarró a través del envoltorio para mostrar una simple caja marrón. Después de luchar con el cartón, sacó el contenido y contuvo el aliento. En el interior había una foto enmarcada en forma de dos anillos de plata entrelazados. A la izquierda, una foto de ella en su vestido de novia. A la derecha, una foto de su beso de bodas. En el medio, donde los dos anillos se superponían él había puesto sus nombres de pila y la fecha de su boda grabada.
“¡Es bellísimo!”
Ella casi se atragantó en una mezcla de gratitud y amor. Su matrimonio no era perfecto. Ellos todavía se estaban conociendo mutuamente. Pero Luc lo estaba intentando. Ella aun estaba refrenando. Entonces de nuevo, a veces lo sorprendía observándola, a veces pensaba demasiado antes de responderle, y ella sentía que quizás él también estaba…”
“¿Te gusta?”
Las lágrimas amenazaban, y ella intentó parpadearlas fuera. “Lo amo. Gracias.”
Luc lo tomó de sus manos. “Pensé que tal vez podrías ponerlo aquí, sobre la cómoda.” Lo colocó sobre el largo y rectangular pedazo de pared frente a la cama. “De esa manera, mientras estoy fuera, puedes mirarla. Y pensar en mí”. No dijo las palabras, pero Alyssa las escuchó. ¿Por qué preguntaría a menos que le importara, por lo menos un poco? ¿Cómo podría rechazarlo?
“Es perfecto,” murmuró ella, abriéndose paso a su lado y envolviendo su mano alrededor de la acerada fuerza de sus bíceps.
Él la volvió en sus brazos. Con suavidad, la beso en la boca, y como todas las veces que Luc la tocaba, se sintió disolviéndose. Él la ponía cálida y débil, la cautivaba por completo.
Con un gruñido de frustración, él se apartó. “Si hago más de eso, no llegaré a mi vuelo. Ya me veo tratando de explicar que perdí la primera grabación porque no pude arreglármelas para dejar de follara a mi esposa.”
Ella se echó a reír. Había hecho tan poco de eso en años. Luc era un hombre increíblemente sexi, pero vivir con él ahora…comenzaba a ver un completo lado de su humor que agregaba una dimensión a su atracción.
Todos los días, caía un poco más. Tan malditamente peligroso, este pozo sin fondo de los sentimientos. Y aún así, no podía detenerse.
“No necesito que nadie me culpe por nada más. Ya tengo a la mitad de las mujeres de Lafayette enojadas conmigo. No empieces a arrastrar peces gordos de California al nido de serpientes.”
Luc sonrió vagamente antes que su expresión se tornara algo seria. “Tengo que decir algo antes de marchar. Peter ha estado tranquilo desde que ha salido en libertad bajo fianza.”
“Espero que su papá tenga un inmenso control sobre él ahora.”
“Si algo te asusta-cualquier cosa-no dudes en llamarme.”
“Tú estarás a dos mil millas de distancia. Me las arreglaré. Estoy usando mis bragas de chica grande.”
“Para bragas de chica grande, siempre parecen muy…pequeñas.” Miró de manera lasciva, rozando una mano por debajo de su falda y acunando su cachete desnudo, luego suspiró. “Y sé que eres auto-suficiente. Los fotógrafos han sido un poco molestos los últimos días, pero estoy seguro que me seguirán a Los Ángeles, en vez de quedarse aquí para acosarte. Aun así, si tienes algún problema, llámame.”
“Si, papá,” se burló ella.
“¿Estoy siendo sobre protector?” Él hizo una mueca.
“Un toque.”
Él suspiró. “Intentaré retroceder. Pero…llámame si lo necesitas. Ó quieres.”
“Lo haré. Pero estaré bien. El bebé estará bien. Bonheur, Sexis Sirens… bien. Son sólo dos semanas.”
“Correcto.” Él le recorrió el cabello con sus manos, luego palmeó su nuca. “¿Me echarás de menos?”
Como loca. Él aun no se había ido, y su ausencia ya era un enorme agujero en su corazón.
Alyssa no confiaba en su voz, no confiaba en que no revelaría demasiado. Simplemente asintió.
“Y yo te extrañaré,” susurró él contra sus labios.
Entonces, después de un beso demasiado breve, él se había ido. Ella se quedó mirando fijamente el increíble regalo a través de su picante mirada acuosa, casi temerosa de estar así de feliz. ¿Qué pasaba si no duraba?
* * *
Para el miércoles a las cuatro de la mañana, estaba agotada. La multitud en Las Sexis Sirens había sido inusualmente ruidosa esta noche. Había esquivado más machos pulpos de los que se preocupó en contar. Sus dos bendiciones eran que Tyler nunca se apartó de su lado, y Peter, quien había comenzado a merodear el club nuevamente el lunes, aparentemente había sido detenido por conducir ebrio a principios de esta tarde así que estaba de nuevo en el Condado—y fuera de su cabello.
Ahora en casa, ella se arrastró por la puerta principal. Después de no dormir bien desde la partida de Luc y el bebé agotando todas sus vitaminas, necesitaba unas buenas ocho horas de sueño. Pero maldita sea, estaba frío aquí adentro. Tendría que prender la calefacción pronto.
Cuando se volvió para desactivar la alarma, vio que había sido rota con una maza, No quedaba nada más para desactivar.
Pedazos de plástico estaban esparcidos por el piso. Cables colgaban de la pared. El aire de su casa se sentía violado, al igual que lo habían sido su club y la oficina de Bonheur alguna vez. ¿Por qué demonios le había insistido a Tyler que no necesitaba que él la acompañara a casa?
Ella no se atrevió a subir sola. De hecho, necesitaba salir de la casa ahora.
Caminando hacia atrás en la oscura mañana, Alyssa alcanzó su teléfono celular. Tyler respondió al primer timbre.
“¿Qué está mal?”
“Alguien irrumpió en mi casa.”
Tyler maldijo, una fea cadena de maldiciones que la hizo estremecerse. “Todavía estoy en mi camión. Estaré allí en menos de cinco. Llama a la policía. Ahora.”
Susurrando en acuerdo, colgó el teléfono, y tiritó por el frío de noviembre. Se había tornado demasiado frío para su sus faldas cortas, y deseaba haber traído un abrigo. Tenía ropa maravillosamente cálida en su armario de la planta superior…pero prefería congelarse antes que subir allí arriba sola.
El operador del 911 respondió rápido, y Alyssa le dio su nombre y dirección, y describió la entrada forzada, por lo menos tanto como sabía.
¿Debería llamar a Luc ahora, ó esperar hasta una hora más razonable? Eran las dos de la mañana en Los Ángeles, y las grabaciones de él siempre comenzaban tan temprano todas las mañanas, sonaría dormido.
Antes de poder decidirse, Tyler entró en su camino de entrada con un rugido de motor y tiró el camión en punto muerto. Bajó y la agarró por los hombros, arrastrándola contra él. “¿Estás bien?”
“Agitada. No herida.”
“Y congelada.”
Maldiciendo, llegó al interior del camión, luego envolvió su chaqueta alrededor de ella. Alyssa suspiró ante el calor repentino, pero su alivio fue breve.
“Muéstrame lo que encontraste,” exigió Tyler.
“¿No deberíamos dejar entrar a Remy y a los chicos allí para una primera mirada?” Honestamente, ella no quería ver que más le había hecho el intruso a su casa.
“¿Quieres decir preservar la escena del crimen porque son tan fabulosos investigadores?” Las hojas de afeitar no eran nada con la agudeza de su sarcasmo.
“Quiero ver la escena por mi mismo antes que ellos la estropeen.”
“¿Solías--?”
“Si. No tendré tiempo de examinar la escena de cerca antes que ellos se entrometan, pero puedo mirar.” Él sacó un par de guantes de cuero del camión. “Hagamos esto rápido.”
Las entrañas de Alyssa temblaron mientras llevaba a Tyler al interior de la casa. Las preguntas acerca de su pasado podían esperar.
Dentro del oscuro interior, ella encendió la luz del hall de entrada, como lo había hecho cuando había entrado a la casa antes. Tyler miró el panel de alarma, estudiándolo con la mandíbula apretada. “Mierda. ¿Fue hasta aquí hasta donde llegaste de la casa antes de salir?”
“Tenía demasiado miedo de quedarme, en caso de que el cabreado intruso estuviera todavía aquí con su amigo, el Señor Martillo.”
“Especialmente si además trajo otros amigos, como los Señores Cuchillo y Pistola,” Tyler murmuró sobriamente. “Buena chica.”
Desde la parte posterior de la cintura del pantalón, Tyler sacó una desagradable semiautomática. Alyssa observaba, con los ojos amplios.
“¿Dónde conseguiste eso?”
“Mi camión. No hago un rendimiento acerca del hecho de tenerla. Quédate atrás,” ordenó mientras se abría paso por la oscura escalera.
Abrió con el hombro la primera puerta de la izquierda, el dormitorio de huéspedes, y encendió la luz. “¿Algo se ve alterado?”
Alyssa espió por encima de su hombro. Todo se veía exactamente como lo había dejado aquella tarde. De hecho, tenía un vago olor añejo, como si nadie hubiera abierto la puerta en semanas, lo que era cierto.
Tyler apagó la luz y rodó los hombros, como intentando calmarse. Se arrastró hasta la sala de ejercicios, pistola en mano. La puerta aun estaba abierta de par en par, como lo había estado después de que ella terminara su entrenamiento matutino.
En el interior, buscó a tientas el interruptor de la luz. Un momento después, una suave luz desde el techo iluminaba el espacio. Todo estaba igual: la bolsa de boxeo colgando del techo, un escalador, pesas libres. Incluso la botella con restos de agua de esta mañana permanecía sobre el alfeizar.
“Nada,” murmuró ella.
“Bien.” Él suspiró al apagar luz, claramente tratando de encontrar la calma.
“Tal vez cuando se disparó la alarma, él la golpeó con frustración, y luego se fue.” Pero aun mientras decía las palabras, ella sabía que alguien había estado aquí arriba. Lo sentía-y el temor resultante.
Tyler simplemente hizo una mueca, como si no quisiera asustarla con la verdad.
Ella masticaba su labio inferior con nerviosismo. “No sé porqué no alertó a la policía.”
“Voy a suponer que ese imbécil cortó tu línea telefónica antes de irrumpir en tu casa, cortando tu conexión con la policía.” Tyler sonaba sombrío. “Si no tienes detectores en las ventanas, probablemente hizo un agujero en el vidrio y trepó para entrar.”
“Razón por la cual hace tanto frío dentro de la casa.” Las nauseas se deslizaban por ella.
“Exactamente. Luego probablemente deshabilitó el sistema de alarma sonora en tu ático. De esa manera, no importaba lo que hiciera después, nunca tendría que preocuparse por alertar a tus vecinos. Luego apuesto que aporreó el panel de alarma sólo por diversión.”
“¿Acaso un ladrón corriente haría eso?”
Él negó con la cabeza, luego se volvió a caminar por el pasillo, hacia el cuarto de baño. “Ellos por lo general prefieren algo más simple. Ventanas abiertas son una invitación tallada. Pero eso no quiere decir que no harían lo que fuera necesario para atravesar tu equipo de lujo si piensan que tienes algo de gran valor.”
“P-pero no lo tengo. Nunca me molesté en comprar una televisión de pantalla plana. Mi laptop está en Bonheur. No tengo dinero en efectivo en la casa. No tengo muchas joyas.”
“Y has estado llevando tu piedra de bodas, así que no estaba por la casa.”
Así que Tyler había notado su anillo. Y su quejosa voz no sonaba emocionada en lo más mínimo. Entonces nuevamente, ella no estaba sorprendida.
Mientras Tyler abría el dormitorio principal, hizo una pausa. “¿Interruptor?”
“Sobre la pared de tu derecha, más cerca del baño.”
Él vaciló, luego sacudió la cabeza. “Demasiado lejos en la oscuridad. Sólo por si acaso…”
Alejándose del dormitorio, dio marcha atrás hasta el baño de huéspedes en el pasillo y encendió las luces brillantes del pequeño cuarto. El haz de iluminación iba a la deriva por el suelo de madera del pasillo y mostraba sombras grises apenas dentro de la puerta del dormitorio de ella.
“Espera aquí.” La voz de Tyler dejaba claro que su demanda no estaba para negociar.
El terror pulsó por su estómago. Y tenía la peor sensación de que todo lo que encontraría iba a aplastarla, asustarla de un modo que las notas colocadas con cuchillos nunca lo habían hecho. Con latidos acelerados de corazón, presionó juntos los labios para no jadear y alertar a Tyler del hecho que estaba justo detrás de él.
“No estás siguiendo instrucciones.”
Alyssa lo ignoró hasta que él estiró un brazo de repente. “Mierda, espera fuera de la puerta. Y sal de mi luz.”
A regañadientes, se hizo a un lado, espiando cerca de la puerta. Un momento después Tyler encendió la luz.
Él reveló un completo desastre, y ella gritó.
La ropa de Luc había sido apilada en el centro del dormitorio, hecha jirones, y luego rociada con pintura roja. Las sábanas habían sido arrancadas de los colchones y desparramadas por el piso, de nuevo con desgarradas en un ataque de furia y empapadas en carmesí. Estaba por toda su alfombra, y las paredes del dormitorio. Ella podía sentir la ira de quien sea que hubiera hecho esto. El acto había sido profundamente personal, el acto silencioso de guerra de él.
“¿Quién haría esto?” le temblaba la voz, y se agarró el estómago, preguntándose si iba a perder la cena.
“Peter sería mi primera opción.”
“Él está en el Condado justo en este momento.”
Un ceño fruncido cruzó la cara de Tyler. “¿Primpton?”
“Él sólo quería clausurarme. Para eso, necesita desacreditarme públicamente, no asustarme. Invadir mi espacio personal no logra una maldita cosa.”
“¿Quizás simplemente espera que huyas de la ciudad?”
“Estoy segura que amaría eso, pero debería saberlo mejor después de dieciocho meses de quejas.” Ella sacudió la cabeza. El que Primpton hiciera esto no se sentía correcto.
“Es verdad…pero es el único sospechoso que tenemos, a menos que puedas pensar en otro cliente desaireado que estaría así de cabreado contigo.”
“No.”
Alyssa siguió asimilando la devastación en el dormitorio boquiabierta. Sus botellas de perfume estaban por todas partes, la mayoría rotas, y la habitación olía como una mezcla horrible de de flores y químicos que casi la descomponen. Él había apilado un montón de ropa interior en el centro del colchón pelado, y mientras ella se acercaba, la vista se ponía cada vez más repugnante.
“Oh, mi Dios. E-eso es semen.”
Al instante, Tyler estuvo a su lado, mirando fijamente la espesa eyaculación blanca que algún enfermo psicópata había rociado por toda su lencería.
Alyssa se tapó la boca con la mano y se dio vuelta. Ahora en realidad iba a vomitar.
Pero sus ojos aterrizaron sobre algo plateado sobre la alfombra, apenas saliendo por debajo de la colcha. Terror y negación turbo-alimentaron su corazón, corrió hacia ello y estiro la mano para agarrarlo.
“¡No!” Gruñó Tyler, entonces la aferró antes que pudiera alcanzar el objeto. “No puedes tocar nada. Déjame hacerlo.”
Cauteloso con el pulgar y el dedo índice, levantó lo suficiente el suave edredón para que los peores temores de Alyssa fueran confirmados: Alguien había destruido el regalo de bodas que Luc le había dado. La foto de su beso de bodas había sido destrozada en pequeños pedazos. El terrible intruso había salpicado pintura roja sobre el marco de la imagen. Se escurría sobre el grabado. Ella sollozaba y estiró la mano para alcanzarlo, queriendo tanto el marco restaurado, que dolía.
Tyler envolvió sus brazos alrededor de la parte media de ella, forzando sus brazos a los lados. “No puedes.”
“P-pero Luc me dio esto.” Enfermos, estremecidos y temblorosos sollozos se derramaron y ella se dobló hacia delante, incapaz de seguir mirando la devastación.
Tyler jaló la espalda de ella contra su pecho, con la palma sobre su abdomen, y los labios en su oído. “Está todo bien. Arreglaremos todo. Cariño, no te enfermes por esto. No es bueno para ti.”
Ó el bebé. Ella lo sabía, pero la conmoción y el terror estrellándose a través de su sistema, combinada con el agotamiento y los olores nocivos, la tenían en sobrecarga.
“Shh,” la tranquilizó.
Ella sólo sacudió la cabeza. “No puedo.”
“Tienes que sobreponerte. Remy y los chicos estarán aquí pronto. Vamos.”
Alyssa le dirigió un miserable asentimiento, y Tyler la arrastró hasta sus pies. Las rodillas casi no la sostenían, pero se forzó a si misma a permanecer de pie.
Tyler dejó caer el edredón, apenas apartado del arruinado marco de fotografía, revelando el último y peor de los horrores. La imagen de ella en su vestido de novia había sido arrancada del marco, y él le había dejado un mensaje que la hizo gritarse a si misma en un abismo negro.
* * *
Alyssa estaba desaparecida. Caminando por la habitación de su hotel en Los Ángeles antes del amanecer, Luc intentó con su casa y con sus números de celulares nuevamente. Ninguna respuesta en ninguno y ningún correo de voz en el primero. Sadie había sido incapaz de localizarla en Bonheur ó en el club. Remy sólo pudo decirle que Alyssa había hecho una llamada al 911 y había reportado que alguien había irrumpido en su casa. Y que para el momento en que el comisario y su ayudante habían llegado allí, su coche estaba allí…pero ella no estaba por ningún lugar a la vista.
¿Alguien la había secuestrado? ¿Qué pasaba si alguien diferente a Peter le había dejado esas notas amenazantes y se la había llevado?
El término `sudor frío' tenía un significado completamente nuevo para él, mientras tiraba lo último de sus pertenencias dentro de su maleta.
Hace una hora, había llamado a Jack Cole, quien inmediatamente había comenzado la búsqueda de Alyssa. Jack había llamado hace unos minutos para decir que, hasta ahora, no había encontrado nada. Y Luc se sentía impotente en Los Angeles. Si Alyssa estaba desaparecida…La grabación del programa era importante, pero no más que encontrarla a ella y al bebé.
La otra única persona que su esposa conocía con la que no había hablado todavía, era Tyler. Alyssa iría con él, el portero la hacía sentir segura. ¿Pero qué más la hacía sentir? ¿Se habría en realidad follado al padre biológico del bebé meras horas después de que Luc se diera vuelta? No tenía una respuesta, pero sólo sabía que Tyler estaría más que feliz de tener a Alyssa de nuevo en su cama. Aun así, los celos apretando sus entrañas eran mejores que pensar que un loco le había puesto las manos encima.
Pero ambas opciones apestaban.
Maldiciendo, Luc agarró nuevamente su teléfono y llamó a Jack. “¿Alguna novedad?”
“Lo lamento, hombre.” La voz de Jack. “Comprobé los hospitales. Nada.”
Cerrando los ojos, Luc comprimió el pánico, temiendo que, de una u otra manera, había perdido a Alyssa. Sigue buscando, por favor. Estoy de camino al aeropuerto. Llamaré a Sadie de nuevo, para ver si ella puede rastrear a Tyler. Tomaré el primer vuelo que pueda.”
Después de más consuelo murmurado por Jack, colgó e hizo la llamada a Sadie que temía. Ella respondió de inmediato.
“Hablé con Brandy,” dijo la bailarina. “Ella no ha escuchado de Alyssa.”
Luc se pellizcó el puente de la nariz, luchando contra el dolor de cabeza que sabía provenía de la falta de sueño. Cuando no había sido capaz de localizar a su esposa en las horas de la madrugada, fue incapaz de irse a dormir. De ninguna manera sería capaz de descansar hasta saber qué demonios estaba ocurriendo.
“¿Y Tyler?”
“Llamé. Ninguna respuesta. Conduciría hasta su casa…pero no sé donde vive. Nunca ha estado interesado en sociabilizar con nadie además de Alyssa.”
¿Sociabilizar? Luc apenas acalló un gruñido. Si Tyler tenía a Alyssa, Luc apostaba que el hombre le estaba haciendo algo mucho más personal a su esposa.
Agradeciendo a la bailarina, Luc colgó y llamó nuevamente a Jack mientras tomaba un taxi hacia el aeropuerto. “¿Puedes encontrar la dirección de un hombre llamado Tyler Murphy? Él es nuevo en Lafayette.
“¿El gorila de Alyssa? Si. Dame unos pocos y te volveré a llamar.”
Contento de que Jack estuviera de su lado, Luc intentó con Alyssa de nuevo. Ninguna respuesta. Dejó un mensaje en el reproductor de su teléfono celular, indicando que su esposa había desaparecido y estaba en camino de regreso a Louisiana.
El tráfico era ligero antes de las seis de la mañana. Tan pronto como Luc llegó al aeropuerto y pasó la seguridad, su teléfono estaba sonando. Su corazón se detuvo. La esperanza era un pico desagradable de adrenalina. Hasta que miró la pantalla. Jack.
“Dime.”
“No hay ningún registro de un Tyler Murphy viviendo en Lafayette. Por lo menos ninguno con una licencia de conducir viviendo en la zona entre las edades de veinticinco y cuarenta. También revisé los alrededores.”
A Luc se le heló la sangre. “¿Qué significa eso?”
“Ó que el Sr. Murphy no ha actualizado su licencia desde que se mudó al área, lo que se supone que haga dentro de los treinta días, y como un ex policía debería saberlo.”
“Si, él ha estado allí cerca de cuatro meses. ¿Qué era el `ó'?” Pero Luc temía saber la respuesta.
“Ó el hombre no es quien dice ser.”
“¡Carajo! Tal vez su amigo Tyler la ha estado amenazando todo el tiempo. Embarazarla quizás probablemente era sólo una patada añadida en su enfermiza agenda.
Mientras Luc abordaba el avión, intentó con Alyssa una vez más. Ninguna respuesta. Luc no quería pensar esto pero… ¿qué iba a hacer sin ella?
Esa pregunta lo atormentó por las próximas cinco horas, junto con el frío pesar. En ese momento, se retractaba de su ira, de sus comentarios sarcásticos, palabras cruzadas, cualquier cosa que la habían hecho llorar. Reprodujo la última noche en Sexis Sirens, justo antes del ataque de Peter, en su cabeza y se preguntó como demonios podría haber sido tal gillipollas mientras había cocinado para la apertura de Bonheur. Ella no había sido nada más que honesta sobre el tipo de mujer que era, y él la había tratado con desprecio. Todo porque había tenido miedo de admitir lo mucho que la amaba. Porque había temido estar formando un vínculo con alguien que lo haría elegir entre su corazón y sus sueños-y él la había castigado.
A medida que el avión aterrizaba en Lafayette, Luc tuvo que refrenarse de salir disparado de su asiento mientras ellos los llevaban a la puerta. Rápido, revisó tu teléfono por mensajes. Nada.
Pero un pensamiento lo golpeó como una tonelada de ladrillos: Ni una vez en todo el largo viaje había pensado en el bebé. Todos sus pensamientos, temores, y plegarias habían sido para Alyssa.
Jack se encontró con Luc en el reclamo de equipajes, Hunter a remolque. Un sudor frío lo aplastó. ¿Habían venido a decirle lo peor?
“¿Qué pasa? Exigió.
“Nada nuevo ha pasado.” Jack tendió la mano, y Luc se la estrechó, temblando con alivio abrumador. Alyssa podría no estar a salvo todavía, pero por lo menos no había sido encontrada muerta.
“Aun estamos siguiendo pistas,” ofreció Hunter. “El comisario aquí es un idiota.”
El hermano de Kimber se veía como si podría haberse distendido hacia Luc. Quizás. En su evaluación de Remy, Luc estaba de acuerdo.
“Vinimos a recogerte.” Jack miró el carrusel de equipajes. “¿Tienes equipaje?”
“Continúa,” le dijo a Jack. “No tenías que venir aquí. Tengo un coche.”
Jack levantó una oscura ceja. “¿Dormiste algo en las últimas veinticuatro horas? ¿Fuiste capaz de liberar la mente de Alyssa en absoluto?”
Luc le dirigió al hombre una mirada fuerte. Diablos, no, y tanto él como Hunter lo sabían. “Entonces llévenme a la casa. Quiero verla.”
Ambos hombres se miraron el uno al otro. Luc vio que estaban en contra de ese plan.
“A menos que tengas un estómago fuerte y puedas decir absolutamente que no volarás en cólera, no lo recomiendo,” dijo finalmente Jack.
Lo primero…por lo general. Lo último, no. Él ya estaba cabreado.
“Déjenlo directo en mí. ¿Pareció haber señales de lucha? Remy no decía ni una maldita cosa.”
“No. Por lo menos yo no lo creo. Pero el tiro de gracia no me dejó un sabor agradable.”
El corazón de Luc se detuvo. “¿Tiro de gracia? ¿Dejó algo detrás?”
Jack hizo una mueca. “La foto de la boda de Alyssa cubierta de pintura roja con las palabras PUTA MUERTA.”
Capitulo 15
Esperando encontrar a Alyssa, Tyler ó a alguien que supiera algo de cualquiera de ellos, Luc persuadió Ma Jack para que lo llevara a gran velocidad a Sexis Sirens. Era una posibilidad remota, pero no podía dejar ninguna piedra sin mover.
Tan pronto como se detuvieron delante del viejo edificio de ladrillos con su letrero llamativo, Luc notó un grupo formándose en el exterior y gruñó.
“¿Primpton? Mierda.” Jack sonaba tan complacido como se sentía Luc.
Maldita sea, este bastardo santurrón realmente lo cabreaba. Hoy no era un buen día para que se parara en su último nervio.
“Y tiene a la prensa con él.” Luc maldijo. “¿Qué diablos quiere?”
“¿Además de cerrar el club de tu mujer?” Jack señaló lo obvio.
“Atención,” arrastró las palabras Hunter. “Gillipollas como él avanzan sobre las espaldas de los demás con `mírame', mentalidad de mírame. Él es un niño en el cuerpo de un hombre quien quiere ser Dios cuando crezca.”
Jack asintió. “Si, el policía de la moralidad. Bastardo.”
Tan pronto como el coche se detuvo, Luc saltó fuera. Hubiera ido por detrás para evitar a Primpton, pero no tenía llave de la puerta trasera. Alyssa le había dado una de la puerta frontal, en caso de emergencias. Esto calificaba.
Al acercarse al club, Primpton bloqueó este camino, con su rizado pelo gris encrespándose en la tarde húmeda. Su mandíbula temblaba mientras se paraba delante de Luc y agitaba un dedo en su cara.
“¡Detente! Piensa en tu alma inmortal antes de entrar a este lugar donde trabaja el diablo. Donde el pecado es el rey.”
Luc tuvo que apretar los dientes y contenerse para no golpear al imbécil contra el pavimento. “Piensa en el hecho que estás merodeando, y si das otro paso, estarás en propiedad privada, y haré que te arresten por allanamiento de morada.”
Los legañosos ojos azules de Primpton se ampliaron. “¡Esa prostituta endemoniada te ha ladeado hacia el lado del pecado y la fornicación!”
“No es fornicación ya que estamos casados.”
“¡Una máscara patética! Una unión secular como la de ustedes no cambia lo que es ella.”
“No te atrevas a hablar de mi esposa de esa manera. Ella es un miembro de esta comunidad que paga impuestos, quien nunca ha levantado un dedo en tu contra. ¿Qué te da el derecho de juzgarla?”
El concejal hinchó su estrecho pecho. “Es el trabajo de todos los verdaderos creyentes de Dios el llevar a otros al camino de lo correcto.”
Vomitivo. Luc no tenía el tiempo para evaluar la mente estrecha de los asnos, y hoy especialmente, carecía de paciencia.
“Entonces deberías estar contento de que Alyssa se retira de la escena. No estará actuando nuevamente.”
Primpton se animó. “¿Cerrará el club?”
“¿Tuvo tu matrimonio algún impacto en la decisión de tu esposa de dejar de actuar?” gritó un reportero.
La prensa. Dios, ¿no se cansaban estas sanguijuelas de perseguir va las personas por historias inexistentes?
No. Pero en este caso, él podría darles una real. “Si. Ella dedicará más de si misma a los negocios del restaurante, con mi bendición. Estamos entusiasmados con el nuevo capítulo de nuestra vida. Pero anoche, alguien irrumpió en nuestra casa y la vandalizó. Aterrorizó a mi mujer. Ella ahora está desaparecida, y necesito la ayuda de ustedes para encontrarla.”
“¿Sospechas asesinato?” gritó otro reportero.
“Es una posibilidad muy real.” Mientras Luc decía las palabras, intentó no pensar en lo que haría si ellos estaban en lo cierto, si algún maniaco la había realmente matado. Era todo lo que podía hacer ahora para no perder la compostura y entrar en pánico.
La prensa hizo algunas preguntas más, y Luc dio detalles de cuando y donde había sido vista Alyssa por última vez.
Satisfecho de haber sacado lo mejor de una situación mala, Luc se dio la vuelta y salió hacia la puerta. Nuevamente, el concejal bloqueó su camino.
Primpton olisqueó y susurró sólo para Luc, “Si alguien la regresa a su creador, no es más que lo que ella merece.”
Luc cerró las manos en puños. Era todo lo que podía hacer para no estrangular al imbécil. El hecho de que se sintiera de esa manera le hizo preguntarse a Luc si la participación de Primpton era más que la satisfacción del juicio.
“Si descubro que tuviste algo que ver con el allanamiento de nuestra casa y la desaparición de mi esposa--”
“¿Yo?” el hombre mayor tenía una mirada de asombro en su rostro, si. Pero se veía extrañamente emocionado, también.
A Luc se le puso la piel de gallina.
“Si piensas que lastimar a Alyssa ampliará tu pequeña agenda, se que no vacilarías. Dirías que Dios te dijo que lo hicieras ó alguna basura como esa. Si descubro que eres responsable de herirla ó aterrorizarla de cualquier manera, Yo te---”
“¿Qué?” ladró Primpton con aire de suficiencia. “¿Qué me harías?”
El hijo de puta quería que Luc lo amenazara. Luc se negó a morder el anzuelo, no importaba lo mucho que quería decirle al bastardo que amaría desgarrarlo miembro a miembro y describirlo en agonizantes detalles sangrientos. Pero se negaba a darle al bastardo la munición, especialmente porque podría tener a Alyssa.
“Me aseguraré de que seas perseguido con todo el peso de la ley. Y si puedo probar que estuviste involucrado, necesitarás la ayuda de Dios para salvarte.”
Los reporteros del frente se fueron, y Jack llamó a uno de sus compañeros para que siga a Primpton y vea si sabía algo del paradero de Alyssa. El tipo estaba en ello… ¿pero quien sabía cuanto duraría antes de que tuviera alguna respuesta?
Luc intentó no desanimarse, pero la preocupación era un lastre cada vez más constante, atormentando su estómago, hueco y nudoso. ¿Y si…no la encontraba viva?
Poco después que se hubieran ido, Remy llamó para decir que habían liberado la escena del crimen. El análisis estaba en curso, y Luc podía entrar a la casa. Jack hizo una llamada telefónica y organizó con el servicio de limpieza que conocía bien que se encontraran en la casa en treinta minutos.
Luego llamó Deke. Había encontrado un contacto que podría ser capaz de ayudarlos a localizar a Tyler. Se negó a decir mucho ya que necesitaba algunas horas para trabajar en ello.
Moviéndose nerviosamente en el asiento de pasajeros, Luc se sentía listo para explotar.
“Sé por lo que estás pasando,” dijo Jack en voz baja.
Luc rompió una mirada alrededor. “¿Porque te follaste a mi esposa alguna vez?”
Tan pronto como salieron las palabras, Luc deseó poder retirarlas. Lo que sea que había entre ellos era historia antigua, y Jack no había sido nada más que útil hoy.
“No seas un estúpido imbécil,” arrastró las palabras Hunter desde el asiento trasero de la SUV. “Jack está totalmente dedicado a Morgan.”
“Está bien.” Jack aferró el volante, luego se relajó visiblemente. “Alyssa estaba principalmente para mostrar en los casos.”
Principalmente, pero no completamente. Luc no perdió esa distinción.
“No se me ocurrió ni por un momento que te preocupara la mierda que ocurrió hace años. Lo siento,” dijo Jack. “Estoy completamente casado, hombre. ¿Disparando en línea recta? Tú sabes de mí.”
El hecho de que Jack Cole fuera un muy conocido Dominante, ¿quién había hecho de la sumisión un arte? “Si.”
“Alyssa y yo no éramos…compatibles. Nos dimos cuenta muy pronto que éramos mejores amigos que amantes.”
Jack no podía ser más honesto, y Luc sabía que necesitaba superar lo que sea que Alyssa hubiera hecho con otros hombres antes de conocerla. Diablos, Luc mismo había follado a Kimber después de pasar una increíble noche con Alyssa, así que si alguien había hecho mal, era él.
“Gracias. Lo siento.”
“Entiendo.” Jack sonrió con tristeza. “Siempre quiero destrozar las bolas de cualquier hombre que siquiera mire mal a mi esposa. Quise decir que entiendo tu preocupación acerca de su seguridad. Después de que le dispararan a Morgan, pensé que iba a morir. Literalmente, como si alguien me hubiera abierto un agujero en el pecho y me hubiera arrancado las tripas.”
Eso describía bien el estado de Luc. Se frotó una mano por la cara. Acercándose a las tres de la tarde, él temía que la información comenzara a agotarse. ¿Ahora qué?
Llegaron a la casa, y Luc saltó escalera arriba, a pesar de las renovadas advertencias de Jack. La destrucción que vio en el dormitorio principal lo hizo ver más rojo que la pintura que cubría el piso y las paredes. ¿Alyssa había entrado en esto?
Lentamente, vagó por la habitación, parpadeando, apenas capaz de asimilarlo todo. La ropa de él y sábanas eran insignificantes, fácilmente reemplazables. El daño a las paredes y la alfombra también se podía arreglar. Pero el resto… la picante ropa interior de encaje toda apilada sobre la cama con la corrida de algún cabrón encima envió una cuchilla fresca de pánico a través de Luc. Su regalo de bodas para ella destruido.
La hermosa foto de ella en su vestido de novia, viéndose elegante y con la sonrisa de la Mona Lisa, profanada con la brillante amenaza roja fue otro golpe al estómago.
Quienquiera que había hecho esto era en serio. Y podría tener a Alyssa en sus garras.
Luc no sabía si este bastardo además le había escrito las notas de PUTA con los cuchillos semanas antes. Posiblemente, aunque esto se sentía mucho más enojado y serio. De cualquier modo, cuando sea que Luc encontrara a su esposa y a quienquiera que sea responsable por la violación de su casa, esperaba tener diez minutos de calidad con ese imbécil.
“No pensé que deberías ver esto. Te ves en algún lugar entre listo para vomitar y listo para cometer asesinato.”
“Bingo.”
“Encontraremos a Alyssa y a este hijo de puta.”
No confiando en si mismo para hablar, le envió a Jack un asentimiento duro con la cabeza.
Un momento después, sonó el timbre de la puerta. En unos minutos, escoltaron al equipo de limpieza al dormitorio principal y le dieron instrucciones para tirar todo. Luc no quería ni un rastro del crimen que recordara Alyssa en caso que pudiera traerla a casa a salvo.
“En dos horas, no tendrá idea que esto ocurrió,” aseguró una simpática mujer mayor con el cabello oxigenado. “Si tiene un poco de pintura de retoque, estaremos en campaña. Sábanas nuevas, un poco de tratamiento a las alfombras…bueno como nuevo.”
Después de mostrarle al equipo donde encontrar lo que necesitaban, Luc siguió a Jack a la planta baja. Hunter los esperó, caminando por la cocina.
“Hice unas llamadas a algunos amigos,” dijo el hermano de Kimber. “Están trabajando en el perfil psicológico del autor material. Pero a primera vista, yo diría que estás tratando con alguien que está obsesionado con tu esposa. Su boda parece haberlo enfurecido, ya que intensificó su juego poco después.”
¿Alguien como Primpton? Ó Tyler, ¿quién tiene una razón real para estar celoso?
“Si es el mismo tipo de antes.”
Hunter enarcó una ceja morena. “¿Cuántos acosadores puede tener ella?”
“¿Alguna vez has visto a mi esposa en el escenario?”
Hunter vaciló, luego hizo una mueca. “Buen punto.”
Empujando fuera el pensamiento de que todavía otro hombre había visto a su esposa cerca de la desnudez, se enfocó en cambio en qué hacer a continuación. “No puedo sentarme aquí. Necesito agotar todas las posibilidades, y eso significa encontrar a Tyler.”
¿Pero dónde estaba el bastardo?
Dentro del silencio pensativo, sonó su teléfono. Deke. “¿Encontraste algo?”
“Tengo a un compañero que sabe de un tipo que trabaja para la compañía electrónica allí en Lafayette. Él ha hecho una referencia cruzada del nombre Tyler Murphy para hacerla coincidir con la fecha de un servicio inicial entre mayo y julio. Tenemos tres posibilidades. Hay un Murphy Tylor, un T. Patrick Murphy, y un T. S. Murphy. Estoy enviando por correo electrónico una lista de sus direcciones a tu Blackberry justo ahora.”
Gracias a Dios. Quizás estaban llegando a alguna parte. Luc rogaba a Dios que encontrara a su esposa pronto. Esperaba que simplemente estuviera asustada y hubiera ido con la persona más cercana que la hacía sentir mejor. Eso, lo entendía. A regañadientes, si, pero…si sólo hubiera estado conmocionada, ¿por qué no había llamado en todas estas horas?
Los tres se volvieron a subir a la SUV de Jack, acordando intentar con la casa de Murphy Tylor primero, ya que estaba a menos de una milla de distancia. Luc se lanzó fuera del vehículo al rodar hasta detenerse en la entrada del hombre y golpeó la puerta. Una bonita morena respondió. Después de identificarse, ella dijo que su marido estaba en el Reino Unido por negocios. Sus ojos marrones muy suaves con compasión, les mostró una fotografía de su esposo, sólo para estar seguros. Definitivamente no el Tyler que estaban buscando.
Maldiciendo, su estómago se retorció, ellos salieron u se dirigieron hacia la residencia de T. Patrick Murphy. Era un apartamento en el extremo noroeste de la ciudad. Nuevamente, Luc golpeó con impaciencia la puerta. Un momento después contesto un hombre joven, quizás de veinte años. Alto, desgarbado y agotado.
Después de echarlos con `bendiciones' por despertar a alguien a la mitad de su sueño, quien trabaja turnos de cementerio, los hombres murmuraron sus disculpas y se fueron. El estómago de Luc se hundió. Una posibilidad más. Luc no quería pensar en lo que iba a hacer si la última pista conducía a un callejón sin salida. Era casi seguro que significara que ella había sido secuestrada, y no podía pensar en Alyssa teniendo miedo ó dolor en las manos de un loco. Ó muerta.
En el sombrío silencio, el trío se abrió paso hasta el borde suroeste de la ciudad, a un edificio de apartamentos de lujo. Parecía nuevo, reluciente. Condujeron junto a una piscina nueva y elegante que parecía más un oasis tropical que un pozo de agua hecho por el hombre. Spas multiples, pista de correr, Wi-Fi incluido. Definitivamente de más calidad de lo que Tyler podía darse el lujo con un sueldo de gorila.
El corazón de Luc dio un vuelco, y dadas las sombrías caras de Jack y Hunter, ellos también habían hecho las matemáticas. Pero continuaron adelante hasta que llegaron al apartamento 314 y golpearon.
Una bronca, un gruñido y un largo minuto después, la puerta se abrió. Tyler estaba allí de pie. El asombro transformó su cara cuadrada. “¿Qué diablos están haciendo aquí?”
“¿Sabes dónde está mi esposa?”
Tyler enarcó una ceja, luego sonrió. “Sígueme.”
El alivio se estrelló en el sistema de Luc. “¿Ella está aquí? ¿Está bien?”
El gran hombre moreno lanzó una mirada por encima de su hombro, con su expresión entre confundido y molesto. “Por supuesto.”
Mordiendo su impaciencia, Luc siguió a Tyler, luego registró el hecho de que el otro hombre estaba caminando por el pasillo de un apartamento decorado por diseñador…hacia el dormitorio.
Al final del pasillo, el estómago de Luc se detuvo dando sacudidas. Allí, Alyssa yacía desgarbadamente a través de la cama del hombre, acurrucada con su almohada, usando una de sus remeras que se enroscaba alrededor de su cintura, una tanga, y nada más. Ella estaba inconciente.
¿Era esto realmente lo que parecía?
¿Qué más podría ser, idiota? Si simplemente hubiera estado asustada, ¿por qué no lo había llamado para decirle dónde estaba y que estaba a salvo? ¿Por qué necesitaba estar desvestida y en la cama de Tyler?
La traición lo azotó, tan profundo que casi no podía respirar. La vista de ella tan relajada y enredada en las sábanas de otro hombre le sacó el corazón del pecho. Por un momento fugaz, reconoció que la infidelidad de ella era mejor que su muerte. Pero habían estado casados menos de dos semanas. ¿Qué demonios haría ahora?
“Te ves como si yo hubiera metido un ariete en tu estómago.”
Luc batió una mirada alrededor hacia el otro hombre. “¿Lo hiciste? ¿Cómo funciona esto? Ella regresa al hogar para encontrar la casa vandalizada, y te llama para protegerla, dándote la perfecta oportunidad para ayudarla ¿a salir de sus ropas? ¿Ó fuiste tú quien le pegó a la casa para asustarla y tener la esperanza que te llamara, luego permitirte que la folles nuevamente?”
“Hombre, tú simplemente no lo entiendes.”
¿Qué hay allí para `comprender' además del hecho que mi esposa se está follando a otro hombre?
Tyler sacudió la cabeza. “Llévala a casa, asegúrate que descanse. Y saca tu maldita cara de mi vista.”
Sus palabras eran desdeñosas, como si…bien, como si Tyler supiera que vería a Alyssa-y la tendría-nuevamente. Cuando sea que le plazca. Luc apretó los dientes. Debería dejarla aquí con su amante. Había sido lo suficientemente estúpido para enamorarse de ella-duramente-y ahora él iba a pagar el precio. Él se había casado con ella porque llevaba el hijo de este hombre. Ahora estaba recibiendo una mirada interior a lo que había llevado a éstos dos a concebir. ¿Y no dolía como una perra?
Pero si se había casado con Alyssa por este bebé, entonces por los infiernos, iba a llevarla a casa por este bebé. Ella podría compartir su cuerpo con Tyler, pero Luc planeaba excavar un lugar en su corazón y hacerlo suyo, encontrar alguna manera de que a ella le importara tanto que cada traición se convirtiera en un dolor desgarrador en su conciencia.
Apretando los dientes, Luc se acercó a la cama y levantó a su durmiente esposa en sus brazos. Ella apenas se movió. “¿Qué diablos le hiciste?”
“Nada fuera de lo común. Simplemente está exhausta.”
¿Lo que significaba que Tyler por lo general la follaba hasta cerca del coma? El bastardo estaba intentando cabrearlo.
Luc sacudió a Alyssa más cerca de su pecho. Y no podía mentir-incluso sabiendo lo que había hecho, se alegraba de que estuviera sana, entera y cerca. “Quédate malditamente lejos de mi esposa.”
“Tú la dejaste, entonces estás dejando que alguien más cuide de ella. Y de lo que sea que necesite.”
Mentiras. Luc la había amado furiosamente, desesperadamente, la mañana que se había ido a Los Ángeles. ¿Podría en realidad haber tenido necesidades tan abrumadoras en tres días que se había girado hacia otro hombre? ¿Ó tenía tales sentimientos por Tyler que la ausencia de Luc la hizo saltar a la cama del otro hombre a la vez más conveniente y una necesidad?
No podía quedarse aquí y escuchar a Tyler decir otra palabra ó se convertiría en homicida. Luc podía sentir la ira hirviendo en sus entrañas, comenzando a rebosar. Tanto como Luc lo odiaba, Tyler no valía la pena del tiempo en prisión.
Por otra parte, si Alyssa se estaba follando voluntariamente a su gorila tan pronto después de su boda, tampoco lo valía ella.
“Vete a la mierda”
Jack y Hunter retrocedieron por el pasillo rápidamente, dejando un camino para él; luego salieron del apartamento de Tyler, emergiendo en el sol del atardecer. Luc aferró a Alyssa a su pecho, evitando deliberadamente las miradas compasivas que los otros hombres le dirigían al subir dentro de la parte trasera de la SUV.
Al poner a Alyssa sobre su regazo, se preguntó, ahora que la había encontrado, ¿qué iba a hacer con ella?
* * *
Alyssa despertó con dolor de cabeza y un gemido. Sus miembros parecían pesar mil libras cada uno. Su boca se sentía llena de algodón. No podía poner dos pensamientos juntos en su perezoso cerebro.
Con cautela, levantó los párpados, estupefacta de encontrar que era casi de noche en el sombrado dormitorio. Su dormitorio.
Todo dentro de ella chasqueó a la atención. ¿Cómo había llegado allí? ¿Y cuándo? Dios, tenían que ser… ¿qué? ¿Las cinco y media? ¿Casi las seis? Si Tyler la había traído de regreso, debería saber que ella debería haber estado en Bonheur hace horas. Con un jadeo, rodó para mirar el reloj.
En lugar de eso, encontró a Luc sentado en el borde de la cama, inmóvil como piedra y en silencio. Si su repentina presencia aquí no le decía que algo estaba terriblemente mal, su cara lo decía por él.
“¿Luc?” gateó para sentarse derecha…y se dio cuenta que estaba vistiendo la remera de Tyler.
De hecho, ahora que miraba alrededor, todo había cambiado. La última vez que había visto esta habitación, había estado casi destruida. Ahora la cama estaba hecha con sábanas nuevas y mantas. Olía vagamente como a pintura. El desastre se había ido. “¿Qué—qué pasa?”
Él se veía sombrío, y ella tenía la clara impresión que estaba refrenando su furia. “”Creo que es hora de que yo te haga esa pregunta. Alguien irrumpió en la casa, y no me llamaste. Llamaste al 911 y a Tyler, después desapareciste por casi doce horas. Nunca llamaste para decirme que estabas viva. Nunca respondiste tú teléfono.”
“Estaba asustada y…debo haber dejado mi teléfono en el coche de Tyler. Yo--”
“Asumo que has estado con él todo este tiempo.” Le disparó la pregunta, como un láser bien dirigido.
El estómago de ella se disparó y rodó cuando se dio cuanta cómo deber verse esto para Luc.
“Si. Pero--”
“En todo ese tiempo, ¿no pensaste en llamarme para dejarme saber que ese psicópata que había irrumpido en la casa no te había secuestrado?
Oh, tienes razón…” le espetó él, con el sarcasmo espeso y mordaz.
“Estabas demasiado ocupada permitiendo que Tyler te follara hasta los sesos para decirle a tu marido dónde diablos estabas y que te encontrabas viva. Desperté a Jack a una hora intempestiva, dejé la grabación de mi programa para saltar a un avión, y volar a través del país. Le dije a la prensa que estabas desaparecida. Y dónde te encuentro, sino en la cama de Tyler.” Él se puso de pie, con los puños y los dientes apretados. “¡Maldita seas!”
Alyssa cerró los ojos. Si, Luc saltaría a esta conclusión. Él la debe haber recuperado del apartamento de Tyler. De su cama. Hizo un gesto de dolor.
¿Pero por qué no podía entender en su espesa cabeza que, a pesar de su `profesión', ella nunca lo engañaría con otro?
“No es lo que piensas. Déjame explicarte,” imploró ella. “Yo--”
“¿Eres adicta a su polla?”
“No.” Ella suspiró. “Luc--”
“¿Estás enamorada de él?”
Ella palideció. “¡No!”
“Entonces ¿solamente consigues un enfermo placer al engañarme y hacer un imbécil de mí?”
¿Cómo podía creer eso por un segundo? Probablemente era su enojo y el miedo residual hablando, pero…
Alyssa dio un respiro hondo. Luego otro. ¿No habían tenido esta conversación—ó una notablemente parecida—antes de que Luc dejara Luisiana y ella descubriera que estaba embarazada? Si. Él la había acusado de ser la acompañante de Tyler y amiga de follada por casi dos meses. ¿No podía ver Luc que ella lo amaba a él? Concedido, nunca había dicho las palabras, pero Dios, ella se había entregado a él en todo sentido, le permitió entrar en su vida, su casa. Le permitió plantar su semilla en su cuerpo. Había estado encantada de saber que siempre tendría una parte de Luc. Y él simplemente seguía insistiendo en que ella era una prostituta.
No podía continuar viviendo de esta manera.
Rodando lejos de él, Alyssa encontró el borde de la cama y se puso de pie, abriéndose camino hacia la puerta.
Luc la fulminó con la mirada. “¿Dónde diablos vas?”
Maldita sea, ella quería estrangular al hombre por romper su corazón. “Jódete.”
Mientras salía encolerizada por la puerta, la mano de él la sujetó alrededor de su bíceps y la jaló de regreso a la cama. “Oh, tú me jodiste. Totalmente. Me tuviste yendo y viniendo tanto que no sé mi nombre la mitad del tiempo. Estoy enredado y completamente atado a ti, tan malditamente adicto. ¿Y sabes la parte triste? Si quitas la remera del otro hombre de tu magnífico cuerpo justo ahora, caería estúpidamente de rodillas y estaría ridículamente agradecido por la oportunidad de follarte de nuevo.”
Sus palabras la golpearon como un mazazo. Luc tenía sentimientos por ella, pero estaba aterrorizado de confiar en ella. A causa de quien era. En lo que se había convertido. Si le dijera ahora que lo amaba, ¿la abrazaría y le diría que la amaba también? ¿Ó sólo se reiría en su cara?
Ella tenía demasiado miedo de averiguarlo.
Lágrimas destellaron el la parte posterior de los ojos de Alyssa, picando. Ella las parpadeó fuera, rehusándose a llorar por este hombre nuevamente. “No, la parte triste es que te casaste conmigo creyendo lo peor de mí. Nunca me permitiste decirte lo que ocurrió hoy. Y ahora ya no importa. Acepté este matrimonio porque parecías tener sentimientos hacia mí y clamabas querer a este bebé. Dios, soy tan estúpida. Es probable incluso que pienses que el bebé es de Tyler.”
Sus ojos oscuros la perforaron con angustia y furia. “¿Lo es?”
Dos palabras, y se sentía como si la hubiera golpeado en el estómago. Esto no iba a funcionar. Nunca. Ella siempre había creído que mirar todo color rosa no tenía sentido, pero cuando había accedido a casarse con Luc ella los había usado. A costa de su corazón.
Ella retorció su brazo fuera del agarre de él. “Como dije, jódete.” Alyssa salió por la puerta del dormitorio echa una furia y por el pasillo. Antes de alcanzar las escaleras, Luc la agarró por detrás y la arrojó contra su pecho. Aplastó su culo con una palma ancha y caliente. El fuego corrió por su piel, por sus piernas. ¿Por qué? Aun cuando el hombre la enfurecía e insultaba, su cuerpo todavía respondía…
“Ya que lo pides tan dulcemente,” gruñó entre dientes.
Antes de que ella pudiera exonerarlo de la noción de que ella iba a desnudarse con él, él la dejó caer sobre el colchón y le arrancó la remera de Tyler del cuerpo. Ahora lo único que se interponía entre él y su encolerizada lujuria era su tanga de encaje.
Al igual que siempre lo había hecho con sus barreras, Luc arrancó esto fuera, también. La tanga cayó al suelo.
“¿Quieres que te folle?” dijo con voz ronca. “Estoy en eso.”
El control de él comenzó a desenredarse. Y ella sabía lo que pasaría entonces. Si se iba a quedar, necesitaban hablar, no sexo. Tenía que convencerlo que el bebé no era de Tyler. Pero la mirada demandante de Luc, la que le decía que la iba a follar en todas las formas posibles y que estaría más profundo que nunca, disolvió sus argumentos. En cambio, el calor chisporroteó bajo en su vientre. Una jadeante necesidad de tocarlo la consumió.
“No quiero esto ahora.” Ella dijo las palabras, pero éstas temblaron-al igual que su cuerpo.
Luc la ignoró, bajando un par de dedos por su abdomen y arrastrándolos por encima de su duro clítoris. Ella se tensó e intentó quitar su mano. Pero no era rival para la determinación de él.
Sus dedos se sumergieron profundos en su coño.
“Tan mojada como estás para mí,” murmuró él contra su apretado pezón, “Creo que estás mintiendo.”
Maldita sea, él conocía su cuerpo demasiado bien. Tomó su pezón en la boca la bombeó llena con sus dedos. La sensación chispeó inmediatamente, y en contra de su mejor juicio, Alyssa se arqueó para él. No debería, pero… Este era Luc.
“Deberíamos hablar.” Cada palabra salió tensa, entre gemidos.
De ninguna manera Luc la iba a tomar en serio.
Lavó la ponderosa curva debajo de su pecho, luego sus dientes pellizcaron la dura punta. “Después que te corras para mí, y te recuerde qué tan caliente es todo entre nosotros.”
Como si alguna vez lo hubiera olvidado. Antes de poder protestar, le clavó los dedos más profundo y buscó su punto G. En segundos, lo empezó a acosar sin piedad. Oh, mi… ¡Si! Agarrando desesperados puñados de la camisa de él, gimió.
“Eso es. Siénteme. Quieres más ¿no?”
No debería. Ellos deberían estar hablando de su suposición que ella se estaba follando a Tyler, y había quedado embarazada de él. Pero maldita sea, Luc la estaba abrumando, su cuerpo estaba en llamas, y amaba demasiado a Luc para decirle que no. “Si…”
Luc frotó nuevamente su punto G, ahora tocando su clítoris con el pulgar. “¿A quién quieres?”
“A ti, Luc. Siempre a ti.” Ella rompió en un sudor húmedo, jadeando, llorisqueando por más mientras el placer subía en rampa por su vientre. La necesidad quemaba entre sus piernas, multiplicándose, construyendo.
¿Cómo únicamente él podía hacerle esto, empujarla tan rápido hasta el borde del abismo de la moderación y la cordura?
Serpenteó hacia abajó por su cuerpo y se inclinó sobre ella. La anticipación de Alyssa ascendía mientras sentía las calientes respiraciones de Luc por toda su carne húmeda e hinchada. Si, por favor. Ahora, Más rápido que ahora.
“¿Sólo yo?” exigió él.
“Sólo tú.”
Sus oscuros ojos llameaban de un lado a otro por la cara de ella, la ira en conflicto con la lujuria y la posesión en una maraña que la dejó sin aliento. “Hazme creerlo.”
Succionó su clítoris dentro de su boca con un gruñido hambriento, poniendo sus hombros-todo su cuerpo-en ello. Desde la primera lamida, el placer la aprisionó como nada de lo que hubiera sentido alguna vez. Su inteligente lengua la condujo hacia arriba implacablemente, junto con esos largos e inquisitivos dedos. La empujó al borde del orgasmo con largos y líquidos golpeteos de su lengua sobre el clítoris. Luego lo metió dentro de su boca y lo succionó.
Alyssa se arqueó, aferró las sábanas, y gritó mientras el éxtasis se unía y explotaba, poniendo todo su cuerpo en llamas.
Dios, sólo Luc podía hacerle esto.
Mientras todavía pulsaba con temblores secundarios, él le separó los pliegues con los pulgares y excavó dentro nuevamente con la lengua. Ella jadeó, extendió las piernas más abiertas. Luc sabía exactamente como hacerla necesitarlo de nuevo.
Se sujetó a su clítoris una vez más, volando su mente, catapultándola hacia otro orgasmo que no debería haber sido posible, pero era en lugar de eso inminente. La cuesta arriba fue más rápida, más empinada, más desgarradora.
Estaba empapada ahora, chorreando. Tan hinchada que podía sentir sus pezones frunciéndose, sus pliegues inundándose. Pero esta vez, Luc la mantuvo al filo de la navaja, con el orgasmo a sólo un latido de distancia. Arqueándose, retorciéndose, ella intentó todo para hacer que su malvada lengua la mandara directamente a la felicidad, pero la ancló a la cama con una mano en su cadera. “Yo digo cuando.”
Todo dentro de ella se apretó con negación. Ella necesitaba eso-lo necesitaba a él- ahora. “¿Qué me estás haciendo?”
“Asegurándome de que sepas que tu cuerpo es mío y sólo mío.” Un destello decidido ardía en sus ojos oscuros.
Ella no era la posesión ó el juguete de ningún hombre. Pero…el deseo la atormentaba. Se había convertido en tortura elocuente anudando su vientre mientras él metía los dedos dentro de ella de nuevo. Alyssa gritó mientras él se burlaba de su clítoris con la lengua. El hombre quería que ella perdiera la mente. Y estaba a punto de tener éxito.
Cuando reemplazó su dedo con su pulgar y facilitó su empapado dígito dentro de su ano, se apretó en torno a él y gimió.
“Eres tan jodidamente sexi.” Luc bombeó los dedos en forma simultánea. La salvaje sensación la chamuscaba, y cada terminal nerviosa rogaba por el clímax.
Chupó su clítoris nuevamente, esta vez más fuerte que la anterior, incluso cuando los dedos la llenaban por completo. Y era…Oh, Dios, una locura de placer que amenazaba con implosionar en ella. ¿Dónde estaba su determinación para irse ahora? ¿Su deseo de resistirse a él hasta que trabajaran a través de sus problemas? Como la tormenta perfecta, la demanda se enfureció en su interior, alimentada por la ira, el miedo, el amor, y la necesidad. Creció en un succionante remolino sin fondo. Su mero toque chisporroteaba como un rayo. El éxtasis, puro y blanco-caliente, estaba sobre ella. Los ojos de Alyssa se abrieron amplios, conectando con la mirada de mando de Luc. Hombros amplios, manos insistentes, ojos atormentados.
Mía, dijo su mirada.
Tuya, respondió su silenciosa alma.
Las compuertas del placer estallaron abiertas en una inundación torrencial. Mientras la satisfacción se estrellaba sobre ella, se sintió mareada, no podía respirar. Puntos negros bailaban en el borde de su visión. Gritó, los muslos tensos, la matriz pulsando. Lo que Luc le daba era brillante y sin fin. Y debería darle absolutamente ninguna duda de que era dueño de ella.
Maldito sea.
Y tan pronto como él se aflojó y se alejó, ella también se dio cuenta que lo que él le había dado era en una sola dirección. Mientras se ponía de pie y se arrancaba su propia camisa, Alyssa supo que, en la mente de él, no estaban ni cerca de terminar.
Ahora que la necesidad de correrse no presionaba sobre ella, vio que él había descarriado la discusión y buscaba controlarla utilizando el sexo.
Oh, diablos, no.
Ella agarró las sábanas y las envolvió a su alrededor. “Detente. No vamos a hacer esto ahora. Hay demasiado que discutir, y que me condenen si me vas a acusar de follarme a Tyler en un suspiro y luego exigirme follarte en el próximo.”
“¿Quieres postergarme después que te acabo de encontrar en la cama de otro hombre?” espetó él, montándola a horcajadas, aplanándole la espalda contra el colchón. “Como el infierno.”
Luego desgarró la remera de Tyler en largas tiras de tela, envolviéndolas alrededor de sus muñecas y anudándolas de forma segura.
¿Qué demonios estaba haciendo? Estaba por… ¡No!
“¡Luc, déjame pararme!” el miedo se comprimió a través de su torrente sanguíneo, junto con un pico enfermo de adrenalina. “¡Déjame ir!”
“Te vas a quedar aquí conmigo hasta que recuerdes con quien demonios estás casada. Después vamos a hablar hasta que llegue a toda la maldita fea verdad.”
Frunciendo el ceño, arrastró su muñeca hasta la cabecera y agarró los bordes de la pulsera de algodón, anudándola alrededor del hierro.
Se refería a amarrarla. Ponerla a su merced. Oh, Dios.
“¡Luc! No hagas esto…” El helado pánico la asaltó mientras se retorcía y corcoveaba debajo de él. Él no se movió. “¡Por favor no!”
Él la ignoró por completo. Su cuerpo era un ancla apuntalándola al colchón mientras él se estiraba por su otra muñeca y ataba el material a la cabecera. Ella luchaba, pero Luc era cien veces más fuerte.
Alyssa comenzó a sudar. Frío miedo nuevamente se estrelló contra su estómago, y temía que fuera a vomitar. A medida que aseguraba su otra muñeca, inmovilizando sus brazos, puro terror rayaba su sistema.
Alyssa se movió agitadamente y gritó. “¡Luc, por favor! No hagas esto. No…”
Ella intentó contener sus sollozos, mantenerse en calma, pero con cada segundo que estaba inmóvil y a su merced, el terror crecía.
“¿No qué? ¿Qué no me asegure que te quedes aquí el tiempo suficiente para ser honesta conmigo? No puedes pasar el día con tu amante, enfermarme de preocupación, y después decirme que me folle a mi mismo. Negarme tu bonito cuerpo que me vuelve loco de necesidad cada maldito día y noche.”
“¡Tyler no es mi amante! Nunca lo ha sido. Sé que no me crees, pero por favor…” Ese hecho, junto con el borde de su miedo, aplastó sus defensas, agrietando su corazón abierto. “Sólo déjame levantarme. Déjame ir,” sollozó.
“¿De regreso a Tyler? No.”
Alyssa se forzó a mirarlo a la cara y se sobresaltó cuando vio la ira apenas contenida y la sombría determinación apretando su anguloso rostro. “No podemos quedarnos así. Déjame ir. Por favor.”
Sus alegatos no lo afectaban. Los ojos de él le quemaban la cara, siguiendo hasta sus pechos, y descansando en su abdomen. Cuando su rostro regresó a la cara de ella, se desbordó con cólera posesiva que hizo saltar su pulso con temor y miedo.
“No puedo.” Envolvió sus dedos alrededor de sus muñecas y se abalanzó hacia ella. “Eres mi esposa, maldita sea. Eso va a significar algo para ti.”
¿Qué? ¿Qué la pudiera forzar a tener sexo con él en el momento que quisiera? “¡Luc, no!”
Alyssa apenas pudo dejar salir el sonido antes que inclinara su boca sobre la suya. Su lengua sometió, sus labios aplastando los suyos, y ella se saboreó a si misma en sus labios. Desesperación, furia, determinación, todo se arremolinaba en su beso. Él la quería. Ella temía que no aceptaría un `no' por respuesta.
Las manos de él se apretaron en sus muñecas, su agarre mordaz mientras profundizaba el beso.
Las defensas que había construido a través de los meses y años para bloquear lo peor de sus recuerdos se desmoronaban por debajo de ella. Tenía quince años de nuevo, demasiado confiada. Demasiado inocente para entender que su vida estaba apunto de cambiar para siempre.
Se estremeció y luchó, haciendo cualquier cosa, todo, para lanzar el fuerte peso masculino fuera de ella, sofocándola, hiriéndola. La agonía se aproximaba, lo sabía. Dios, ¿cómo sobreviviría a algo tan horrible todo de nuevo?
El pánico la heló hasta la médula, Alyssa mordió el labio de Luc. Él se apartó, agarrándose firmemente la boca.
“¡No! No hagas esto. Por favor, Dios, no hagas esto. No puedo---” Entonces en contra de su voluntad, se disolvió en sollozos. “No me lastimes.”
Sus súplicas atravesaron la rabia de él. Luc saltó al instante fuera de ella, toda la lujuria había desaparecido de su rostro. Reemplazada por la preocupación. “¿Lastimarte, cariño?”
Las lágrimas le picaban los ojos, escaldando su camino por sus mejillas mientras ella se ponía de costado, tanto como sus muñecas atadas lo permitían, y acurrucaba las piernas contra el pecho. “Por favor déjame ir.”
Ella no había ni siquiera terminado la súplica antes que los dedos de Luc estuvieran en los nudos, liberando uno, luego el otro. Y ella era libre.
Disparándole una mirada llena de acusación, y dolor, corrió hacia el cuarto de baño.
“¡Alyssa”! gritó él, con urgente preocupación en su voz.
Al no responder, oyó la aterradora prisa de sus pasos detrás de ella y siguió corriendo.
Finalmente llegando al baño, azotó la puerta antes que él pudiera irrumpir dentro, y la trabó con llave detrás de ella. A salvo…por el momento. ¿Qué haría si él no se iba?
Apoyándose contra la fría madera, jadeó, su pasado aun destellando en su cabeza, recordándole el horror y el dolor. Pero este era otro día, otro hombre. ¿Luc en realidad la hubiera lastimado?
Quizás había exagerado. Claramente le había mostrado su debilidad. Y si él no lo había hecho hasta ahora, rápidamente descubriría que tan lastimada estaba.
Deslizándose por la puerta hasta que se apiñó contra ésta, Alyssa puso el rostro entre sus manos y sollozó.
Capítulo 16
Ella estaba llorando, y no lágrimas simples. No sólo por la culpa. Cada sollozo sonaba como si le arrancaran un nuevo pedazo de su corazón, como si todos los sueños que había tenido alguna vez hubieran sido aplastados para siempre.
El estómago de Luc se estrelló a sus pies.
"Dulce", imploró con un suave golpe. "Abre la puerta. Yo lo siento mucho. Yo perdí los estribos. Yo no quería asustarte."
No hubo respuesta, solo más de los llantos que desgarraban sus entrañas con miedo y arrepentimiento. Sintiéndose como si midiera dos pulgadas de alto, se apoyó contra la puerta, las manos apretadas a la misma, Luc deseaba como el infierno poder llegar a través de la puerta y consolarla. ¿Cómo podían unas pocas pulgadas de madera separarles tan completamente, como si un continente de dolor y pesar se interponía entre ellos?
"Habla conmigo, Alyssa."
Debajo de la puerta, la vio sentada en el suelo, acurrucada, y se pasó una mano por la cara frustrado. ¿Qué diablos había hecho?
Ese era el estilo de vida de Jack no el suyo. Luc nunca había sentido la necesidad de atar a una mujer, especialmente con ira. Cualquier cosa que podría haber hecho con Tyler, Alyssa había sido lastimada antes. Violada. El terror en su rostro, el flashback de su pasado, habían sido un golpe amargo de un recordatorio de Luc. El hecho de que pudiera siquiera mentalmente ponerlo en la misma categoría que el hombre que la había violado le dolía como el peor tipo de dolor. Se sentía como una serpiente irreflexiva. Maldita sea.
"Dulce, por favor. No voy a hacerte daño. Es mas ni siquiera voy a tocarte. Sal para que podamos hablar.”
Silencio. A continuación, se oyó un hipido de llanto y se puso de pie. Su corazón saltó, se lleno de esperanza de que abriera la puerta, el escucharía Esta vez, escucharía su explicación sobre su tiempo con Tyler. Incluso si era exactamente lo que pensaba que era, el dudaba que Alyssa quisiera hacerle daño. No tenía idea de que la amaba. Tal vez debería confesarlo. Tal vez podrían hablar de sus problemas y todo se solucionaría.
En lugar de eliminar la barrera entre ellos, ella se alejó y comenzó a ducharse.
Volvió a llamar. No hubo respuesta.
Transcurrieron largos minutos. El sonido de agua era fuerte. . . pero no lo suficiente como para ahogar los sollozos continuos que se rompían en el aire y arrancaban pedazos a su corazón.
Llamarla no estaba haciendo ningún bien, y todo este llanto no sería bueno para ella o el bebé. Su casa había sido brutalmente invadida y ella había tenido miedo en su mente tanto por el intruso y de su propio marido. Tenía que enfocarse en eso, tenía que convencerla y persuadirla para que lo dejara ayudar.
Otros llantos sonaban irregulares sobre el agua. Dios, si apenas podía coger aliento. Los sollozos llegaban más rápido ahora, cada sonido más desgarrador que el anterior. Luc no podía soportarlo más.
Agradeciendo a Dios por la insistencia de Deke de saber formas de auto-defensa, incluyendo las artes marciales, Luc reunió a su energía, centrándolo, luego pateó la puerta del baño. Con una sola patada la madera, se partió en dos.
Detrás de la cortina de la ducha Alyssa, se quedó sin aliento cuando la puerta se tambaleó sobre sus goznes y se estrelló contra la pared.
Una vez dentro, Luc no dudo. Hizo a un lado la cortina de ducha. En el interior, Alyssa se sentó en el banco, bajo el agua hirviendo, el vapor se elevaba a su alrededor. Estaba doblada con sus rodillas hasta el pecho, sus dientes castañeteaban con saña. Lo miró con sus ojos azules como embrujada, el rimel corría por sus mejillas.
La visión lo pateo en el estómago.
Calmando sus nervios, se metió en la ducha con ropa, zapatos y todo. El agua caliente le pego, aplastando su pelo a sus hombros y cuello. Apenas lo notó. En cambio, levantó a su esposa en sus brazos. Gracias a Dios, ella fue sin luchar.
Luc se sentó en el banco de ducha y puso a Alyssa en su regazo. "Lo siento mucho."
Cerró sus ojos, tensándose. Alyssa empezó a hablar: “Llegué a casa un poco después de las cuatro de la mañana para encontrar que la casa había sido asaltada, llame al 911 y a Tyler. Yo no te llame. Eran las dos de la mañana en Los Ángeles. No había nada que pudieras hacer."
Su voz sonaba monótona muerta. Luc se sentía dolido de nuevo por ella.
"Te escucho."
"Tyler examinó la escena del crimen antes de Remy llegara hasta allí. Mientras Tyler miraba a su alrededor, me enfermé, perdí el conocimiento."
"¿Qué?" Dijo Luc mientras la Apretaba sus brazos alrededor de ella.
"La pintura echa humo y el perfume y el shock, supongo. Cuando volví en mí, estaba en el carro de Tyler y me llevaba a la sala de emergencia. Le dije que no necesitaba ir. Que sólo necesitaba dormir."
"¿te llevo de todos modos?", Preguntó Luc esperanzado.
Alyssa negó con la cabeza. "Supliqué. Insistió en que comiera algo, y como no sabe cocinar. Fuimos a ese lugar de huevos, no lejos del club. Después de comer, empecé a sentir calambres."
"¿Como si hubieras comido algo malo? Usualmente toma más tiempo para que los alimentos…"
"No. Fue como dolores menstruales."
El corazón de Luc se detuvo en seco. "¿Qué?"
"Fui al baño del restaurante." Ella empezó a sollozar de nuevo, casi sin control.
La acurruco contra su pecho y la besó en la frente. "Por favor, respira profundo. Esto no es bueno para ti."
Por último, se las arregló para respirar profundamente y luego se tragó las lágrimas. "Encontré sangre."
Oh, Cristo Jesús. Su estómago se fue para abajo como en una caída libre. "¿Fuiste a urgencias?"
Una vez más, ella negó con la cabeza. "Tenía miedo de tener que esperar demasiado tiempo. Llamé a mi obstetra nuevo. Ella accedió a encontrarse conmigo en su oficina antes de las horas normales, por lo que Tyler me llevó allí, esperó a que la doctora me examinara."
Y él se había perdido todo esto. Luc le acarició el hombro, le dio otro beso en la frente. No sólo se lo había perdido sino que había acumulado más mierda sobre ella.
¿Por qué Diablos no la escucho en lugar de dejar que sus celos lo dominaran?
"¿Estás bien?" Luc casi tuvo miedo de hacer la pregunta. "¿Qué te dijo?"
"Eso no es raro de ver si pasas mucho tiempo de pie o tienes demasiado estrés."
Sin lugar a dudas, Alyssa sufría ambas cosas.
"El bebé está bien. Pero ella me dijo que tenía que descansar. Dormir. No podía venir aquí, y Tyler me quería en algún lugar en el que me pudiera proteger. Así que me ofreció su apartamento, pero cuando llegamos allí, yo estaba demasiado asustada y no podía dormir. Yo no te quería preocupar. Estabas tan lejos. Me tarde en darme cuenta de que podrías estar preocupado. Yo no estoy acostumbrada a tener a alguien que le importe. . . "
"Dulce, en cualquier lugar y en cualquier momento y en cualquier hora, me llamas." Luc quería gruñir las palabras a ella. Ella era tan malditamente independiente, y tenía probablemente problemas para pedir ayuda, incluso a Tyler, mucho menos tendría tiempo de llamar a alguien que estaba al otro lado del país.
"De todos modos, Tyler llamó al médico de nuevo, le preguntó si había algo que ella me pudiera dar. A pesar de que normalmente no hacen esto con las mujeres embarazadas, me recetó un sedante debido a mi estrés y la fatiga."
"Y te quedaste dormida." En la cama de Tyler.
Ella asintió con la cabeza. "Sé que debería haber llamado. Todo sucedió tan rápido."
Por supuesto que había estado más preocupada de asegurarse que el bebé estuviera bien que de calmar sus nervios crispados. No era su culpa, que fuera un celoso bastardo desconfiado.
"Siento mucho que hayas pasado por todo esto sin mí. Que alguien irrumpiera en la casa. Por eso te marchaste. Por eso te asuste." Él la abrazó.
El agua comenzó a enfriarse, y Luc se acercó a apagar la ducha. Apoyado para salir de la bañera, cogió la toalla de la barra y la envolvió alrededor de su pequeño cuerpo, secándole la cara y quitándole el rímel, apretando los largos mechones de su cabello dentro de sus pliegues.
Se puso de pie dócil, casi inmóvil. No actuaba normal. No era ella, y eso le preocupaba, hasta que se formo un agujero que sangraba su pecho.
Rápidamente, se quitaron sus ropas mojadas y las dejaron en la parte inferior de la ducha, a continuación, cogió su toalla. Él no se molesto en secar, y su cabello goteaba grandes chorros de agua por su espalda y hombros. En su lugar, envolvió la toalla alrededor de su cintura y la ayudó a salir de la ducha.
Alyssa no dijo una palabra mientras él la ponía sobre la cama. En el camino, tomó sus ropas de la parte posterior de la puerta. Él la ayudó sobreponerse, apegandola como si fuera una niña, luego se encogió dentro de si mismo. En silencio, le secó más humedad de su cabello y estudió su rostro. Aun no le gustaba su expresión. En algún lugar estaba el shock del pasado, estaba casi en blanco.
Luc se tragó su frustración. Lo que sea que estaba pasando con ella era más que más que alguien irrumpiendo en la casa, más que el hecho de que estuviera lo suficientemente enojado como para atarla a la cama. Y tenía que hacer que se abriera, que lo dejara ir, si podía.
Él la atrajo hacia su regazo, y se sintió satisfecho de que fuera con confianza, apoyando la cabeza sobre su hombro. "Alyssa, Dulce. Dime por qué te asuste.”
Su cabeza se estremeció, sacudió, hasta que finalmente se convirtió en una sacudida en toda regla. "No es nada."
"Por favor". Agarró él con más fuerza, entonces se obligó a dejar ir, ahora era el quien tenia miedo de asustarla de nuevo. "Alguien te hizo daño."
Ella cerró los ojos. Una lágrima corrió por su mejilla.
Eso casi lo mata. "Alguien te violó. Hice algo que te hizo recordarlo, ¿verdad?"
"Fue hace mucho tiempo. Olvídalo. Yo lo hice."
Luc apenas escuchaba su voz baja, pero sabía que era mentira. Ella no había superado nada y el oírla admitirlo lo aplastó. "¿Que edad tenias?"
Durante un minuto largo, Alyssa no dijo nada, estaba con la mirada fija en la pared a su derecha. Por último, murmuró, "Quince".
Querido Dios. Una adolecente Ni siquiera tenía la edad suficiente para conducir. ¿Apenas más que una niña, y alguien se había abierto paso en su cuerpo contra su voluntad? La violación es uno de los más feos de los delitos, ¿pero contra de alguien tan joven?
Su estómago se revolvió, Luc vaciló. Tuvo que seguir haciendo las preguntas que le permitirían revelar la experiencia penosa un poco a la vez. Ella no estaba lista para contar todo su secreto en lo que duraba una respiración.
"¿Estaban en una cita?"
Todo su cuerpo se tensó. "No." Luego le dio un sollozo histérico. "No lo tenia permitido. Mi madre esperaba que yo fuera virgen cuando me casara.”
No estaba seguro de si quería o no quería oír esto, de verdad. Pero tenía que hacerlo. Sin este conocimiento, Luc sintió que no podría entender realmente a su esposa.
"¿Y tú eras virgen cuando esto…?" Él se puso tenso, de alguna manera con la esperanza como el infierno que diría que no.
Pero ella asintió con la cabeza.
Luc nunca había estado sentido náuseas y enojo a la vez. Quería romper a ese bastardo en pedazos arrancarle la cabeza, hacerle sentir cada pedacito del dolor que Alyssa había sentido con claridad. Pero se lo guardó para sí mismo. No hizo movimientos bruscos, se guardo el juramento que quería decir. En cambio, suavemente le acarició el cabello.
"¿Un chico de la escuela?" Se atrevió a preguntar, y uso su voz tan suave como pudo hacerlo.
Alyssa abrió la boca, luego la cerró. Vaciló. Entonces ella se puso de pie. Luc quería tenerla en su regazo, encerrada en una caja fuerte y cálida, donde podría sostenerla y calmarle hasta el más mínimo temblor. Pero se atrevia a mantenerla sujeta otra ves.
Caminó al baño y se paro frente a la puerta de este. "No... Exactamente. Es una historia antigua. No es realmente importante.”
Luc se levantó y lentamente, dándole tiempo suficiente para alejarse, se acercó a ella. La esperanza corrió a través de su sistema cuando ella no se alejó, entonces coloco sus manos sobre sus hombros.
"Creo que es muy importante. Si no quieres no me lo digas, lo entiendo. No he hecho un buen trabajo ganando tu confianza hoy en día. O durante los últimos dos meses. He sido lento en aprender, pero quiero hacerlo mejor… con tu ayuda. Por favor, necesito saber qué te asusta para no hacerlo de nuevo."
Alyssa mordió su labio, suspiró, miró al techo como si rezara para obtener fuerza. "N-no-Atar. Yo no puedo. . ." Ella se estremeció, envolviendo sus brazos alrededor de sí misma. "Sólo no puedo."
La realidad golpeó a Luc en la cara. ¿Que fue lo que dijo Jack? Él y Alyssa se habían dado cuenta rápidamente de que no eran compatibles. Eso tenía completo sentido ahora. "No, a menos que estes lista. Si ese día nunca llega, lo entenderé."
Ella le hizo un gesto brusco. "Gracias."
El acaricio sus hombros, Luc la trajo contra su cuerpo. Quería dejar la historia allí. Ella de quince, una virgen, y había sido violada. Pero sintió que la historia apenas comenzaba.
"¿No fue un chico de la escuela quien te hizo daño?”
Alyssa envolvió sus brazos alrededor de su cintura y sacudió la cabeza. "Yo-Yo no sé si puedo hablar de esto. No le he dicho esto a nadie desde la noche después de que sucedió."
¿Había mantenido esto guardado durante catorce años? "¿Nunca le dijiste a Jack? ¿Tyler? ¿Un terapeuta?"
Una triste sonrisa cruzó su rostro antes de que se desapareciera. "Jack le habría perseguido, y eso es lo último que quiero. Tyler. . . Si pienso que mi pasado va a volver a atormentarme, de lo diré. Nunca pude pagar un terapeuta hasta que trabajé mucho en esto por mi cuenta."
¿Por qué mierda no quiería que Jack cazara a ese pendejo? Personalmente, Luc se moría de ganas. Pero ella no quería oír eso, y él no podía poner en peligro la conversación ahora que estaba hablando.
Él la atrajo contra su pecho de nuevo. "¿Quién te hizo esto Dulce?"
"Joshua". Ella se estremeció, cerró los ojos. "El es mi Hermanastro. “
La furia le asaltó una vez más. ¿Alguien que fue supuestamente una parte de su familia mezclada había violado su confianza y su cuerpo? Mientras más escuchaba esto lo mataba, tenía que conocer la historia completa. Pero no sabía qué preguntas hacer ahora.
Decidió simplemente seguir. "¿Tu madre se volvió a casar?"
Ella asintió lentamente. "Cuando yo tenía doce años."
Por favor, dime por favor que esta persona desagradable no empezó a aprovecharse de ella desde entonces. "¿Comenzó entonces? ¿A Tocarte? ¿Tus partes intimas? “
"No. Al principio, él era mi mejor amigo. Mi mamá se volvió a casar con alguien muy rico. Nos mudamos de nuestro barrio de clase media. . . al Estilo de vida de los ricos y famosos. Comencé en una nueva escuela. Yo no conocía a nadie. Yo era tímida. Tuve tiempos difíciles ajustándome."
Y este imbecil de Joshua había utilizado, su inseguridad en su contra. "¿Así que él dijo que quería ser tu amigo?"
"Sí, y se aseguró de que no tuviera otros amigos en la escuela. Y logro alejar a los otros chicos de mí. Cuando yo era estudiante de primer año, había un júnior, uno de los compañeros de Joshua que decidió que quería que me llevara a una fiesta. Me emborracho y me arrinconó en el baño. Joshua y algunos de sus otros amigos rompieron la cerradura y entraron. Joshua golpeo a ese tipo sin piedad y luego me llevó a casa. El lunes que siguió, les dijo a todos que estábamos de novios y que no me jodieran. Pensé que lo había hecho para protegerme." Ella gruñó con incredulidad.
"Él te quería para sí." Luc no tuvo problemas para imaginarse eso.
"Sí. El se volvía loco de cólera si pensaba que alguien me miraba, o si sospecha que alguien me gustaba. Poco después de ese incidente, comenzó a colarse en mi habitación, dijo que quería asegurarse de que yo estaba a salvo."
Cuando ella se echó a reír con amargura, el estomago se retorció. ¿Segura? El idiota se había aprovechado de su total confianza. ¿Como reposar sería protegerla? "¿El empezó a besarte o solo te ataco?"
"Oh, hubo besos. Muchos, muchos de ellos, y yo estúpidamente lo alenté, pensando que realmente le importaba. Esto empezó cuando yo tenía catorce años."
Y este maldito violador habría tenido… ¿qué? ¿Dieciséis? ¿Diecisiete? Años. Lo suficientemente viejo para saber que estaba usando a una chica joven e inocente.
"¿Cuándo empezó a tocarte?"
"Antes de cumplir los quince años. Ese verano."
La manera que ella suspiró entrecortadamente le dijo a Luc que necesitaba hacer una pausa. Se quedó en silencio detrás de ella, acariciando sus brazos. Tenía en la punta de la lengua decirle que podían dejarlo hasta aquí, hablarlo más tarde. Ciertamente, sería mejor para su estómago y su temperamento. Pero sabía que conseguir regresar a este punto sería difícil y doloroso. Era mejor sacar todo ahora.
"¿Cuando se convirtió en más?"
"Me enteré de que él había estado durmiendo con esa chica de su clase de Inglés. Fui… tan estúpida que creí que él quería casarse conmigo algún día.
En mi cabeza estaba el cuento de hadas, pensé que me estaba esperando. Ya sabes, crecer, así nuestra primera experiencia sería juntos. Me dijo eso por supuesto que tenía que follar a otras chicas. Nuestros padres no podían saber de nosotros todavía. Ellos se asustarían. Entonces Joshua dijo que había que mantener las apariencias, dejándole saber a su padre que tenía un sano interés en otras mujeres."
"Desgraciado," murmuró Luc. Eso era en realidad mucho más suave de lo que estaba pensando, pero con ese pronunciamiento, sabría que él empatizaba pero no la alarmaría con la violencia de su furia.
"Después dijo que todo ese esperar por mi había sido muy duro para él. Que tenía que tener otros coños para que sus válvulas de presión humanas no se pusieran demasiado apretadas." Ella se burló. "Así que le dije que se fuera, que no quería verlo nunca más. Dejé de hablar con él durante semanas."
"¿Y se volvió violento?"
"Sí. Justo después que mi segundo año empezara, él vino a mi habitación una noche, me ató de manos y pies, y dijo que se sentía engañado de tener que esperar a mí alrededor y no recibir nada. Y que había esperando para ser mi primero. El había ido tan lejos al planear este elaborado ardid para darme el mejor `regalo' para mis dulces dieciséis."
Las náuseas de Luc alcanzaron nuevos niveles, al igual que su necesidad de borrar ese imbécil de la faz de la tierra. Él no era un hombre violento, pero esto… era imperdonable.
"Lo siento." Quería decir mucho más, pero en este momento, sólo esas palabras tenían el poder de aplacarlo. El daño ya estaba hecho. Sólo esperaba poder ayudar a curarla.
"Oh, Dios dolió…" Su cuerpo temblaba, agarrotado. Los sollozos se iniciaron de nuevo. "me tomo de todos los modos que un hombre puede tomar a una mujer."
¿Joshua la había violado analmente, también? Otro golpe a la contención de la rabia de Luc. Agarró el mostrador a ambos lados de sus caderas y miró su cabeza inclinada en el espejo. Sus ojos atormentados, se cerraron apretados, dominando su rostro tenso y frágil.
"Dulce, lo siento tanto." Besó la parte posterior de su cabeza. Él no confío en si mismo para tocarle suavemente en ese momento. Demasiados impulsos violentos atravesaban su cuerpo.
"Cuando terminó, yo estaba llorando y sangrando. Él se enojó y dijo que se preguntaba por que se habría molestado en esperar. Que yo solo era una puta, después de todo." Con sus puños cerrados, señaló ella dio un aliento estremecedor. "Yo. . . Quería matarlo."
Luc entendió eso muy bien.
"En retrospectiva, no debería haberme sorprendido por el comportamiento de Joshua. Todas las señales estaban allí."
"Dios mío, no deberías haber sabido las señales a esa edad. ¿Le dijiste a tus padres, ¿verdad?"
Su cuerpo se marchito aun más entonces, como si no pudiera luchar más. "Se lo conté a mi madre."
Mordiéndose la urgencia de estimularla, Luc esperó mientras ella cerraba sus ojos, juntando su coraje.
"Ella no me creyó."
"¿Qué demonios? Ciertamente, ella podía ver. . . Había evidencia."
Alyssa negó con la cabeza. "Fui estupida. Me asusté y me limpie. Hoy, hubiera marchado hasta el hospital y exigido un kit de violación y procesado al hijo de puta. Pero a los quince años, todo lo que podía pensar era `ser descubierta.'
El día después de que ocurriera, Joshua fue tan vil conmigo en la escuela, les dijo a todos que me sodomizo. Él me llamaba su coño conveniente y dijo que iba a tener más esa noche. Yo estaba aterrorizada."
Justo cuando Luc consideraba que se podría controlar para obtener cualquier otro dato, Alyssa reveló otro hecho acerca de su hermanastro que le enfureció de nuevo.
"Así que después de la cena, saqué a mi mamá a un lado y le conté lo que había sucedido. Ella me acusó de tratar de arruinar su vida. Que Estaba siendo petulante porque a Joshua gustaban las chicas de su edad y que le mentía, porque me molestaba su felicidad. "Alyssa inhalo aire, apretó sus labios.
¿Que tu propia madre te apuñalara por la espalda el día después de sufrir el peor trauma físico y emocional de tu vida? Luc no podía ni siquiera imaginarse la angustia. . . ¿Y saber que Alyssa nunca había resuelto esto entre ella y su madre? No es de extrañar que la muerte de la mujer hubiera sido confusa para ella.
"La traición de tu madre es lo peor de todo." No era una pregunta, lo sabía.
Ella se quedó mirando el sobre el mostrador de mármol y asintió.
"No es tu culpa; nada de esto lo fue. Tu madre debería haber estado de tu lado. Se suponía que tenía que protegerte. Ahora entiendo por qué la amabas y odiabas tanto."
Alyssa lo miraba por encima del hombro, claramente sorprendida de que él se figurara lo que ella sentía. "Sí. Pero después de que se casó con Richard, se convirtió en una persona diferente. Absorta en él. Y sabía que él no ayudaría. Joshua no podía equivocarse ante sus ojos. Probablemente habría aplaudido a su hijo por su comportamiento. Él era un misógino con todas las mujeres."
Y Joshua seguía los pasos de su padre.
Luc no entendía el punto de vista o el lapso horrible en la crianza. Pero podría decir que por la actitud de Alyssa se notaba que todavía tenía más que decir.
"Después de hablar con mi mamá, era tarde. Cerca de la hora de acostarse. Sabía que Joshua vendría a mi habitación otra vez. Pregunté si podía pasar la noche en casa de una amiga, pero mamá dijo que no. Empaque una bolsa, tome los cien dólares que tenía en un cajón, y me escape por la ventana."
"Oh, Dios mío. ¿A dónde fuiste?"
"Al principio a la casa de una amiga, pero cuando mi mamá llamo en el medio de la noche buscándome, diciendo que había huido, sus padres me llevaron a casa y me dijeron que no volviera. Mi padrastro al parecer, había amenazado con acciones penales y civiles. Él era abogado de los grandes en aquel-tiempo.
"Me fui a casa esa noche. Mi mamá me castigo y me mando a mi cuarto. Lo único bueno era que todo el mundo estaba despierto y Joshua no podía colarse en mi habitación. Al día siguiente, en vez de ir a la escuela, me escapé de nuevo. Esta vez, lo hice lejos y me fui a Hollywood."
Horror comprimió el corazón de Luc. "¿Conocías a alguien ahí?"
Ella negó con la cabeza. "Eran sólo un par de docenas de millas de casa, pero bien podría haber sido un mundo de distancia."
¿Una chica de quince años en Hollywood? ¿Sola? Ella habría estado sola, incapaz de mantenerse a sí misma… Luc ni siquiera quería considerar la forma en que ella conseguía dinero para comer y mantener un techo sobre su cabeza.
"Buscaste un trabajo", supuso Luc.
"En los locales de comida rápida no me contrataban hasta que hasta que tuviera dieciséis años, y aun así, tenía que tener el consentimiento paterno. Los dieciséis todavía estaban a nueve meses de distancia, y aun si hubiera podido pedircelo a mis padres, nunca lo habrían aprobado."Alyssa se puso más rígida de lo que ya estaba. "Ya puedes adivinar lo que pasó después."
Oh, no. Eso no podía ser. "Dulce. . . "
Se mordió el labio, y luego habló rápidamente, sin inflexión. "Las primeras veces eran difíciles. Cerré los ojos y fingí que estaba en otro lugar. Gracias a Dios ninguno de los hombres eran espeluznantes o peligrosos. Sólo eran desconocidos buscando acostarse."
Luc se quedó sin habla. Quince y reducida a la prostitución porque su familia le había hecho daño de todas las formas posible. Obligada a valerse por sí misma porque su madre había sido demasiado egoísta, abandonándola a su suerte.
Un millón de cosas hicieron clic en su lugar: la razón del porque era tan sensible con la gente asumiendo que era una puta, la razón por la que insistió en que las chicas que trabajan para ella buscaran un mejor futuro, la razón por la que odiaba confiar en otros a menos que estuviera obligada, la razón del porque no estaba feliz de desnudarse en público. Aprendió pronto que su cuerpo era una mercancía y que sólo mejoraría su suerte. Claramente también se dio cuenta de que su autoestima no tenía nada que ver con su carrera, pero si su núcleo interno.
En su cabeza, Luc pensaba que si hubiera sabido que su `profesión' la amedrentaba. . . no se hubiera comportado de esa manera. Habría sido una gran cosa para él. Ahora le parecía tan estúpido. El deseaba haberse mordido la lengua antes de decir algo que la hiciera sentir menos que una dama de nuevo.
"¿Alguna vez volviste a tu casa?", Preguntó en voz baja.
"Pensé en ello. La primera Navidad sin tu familia fue difícil. Lo pasé sola en un callejón con una barra de chocolate y una fogata, con la esperanza de que nadie me atacara durmiendo. Pero la semana anterior a las fiestas, vi a Joshua. Él vino a buscarme, con mi foto y les decía a las otras chicas que mi mamá me quería de regreso para las fiestas. La mayoría me protegió y se hizo la tonta, pero una de las mujeres mayores pensó que podría `salvarme' delatándome. Me escapé con, tal vez, tres minutos de sobra."
"Y como Joshua sabía dónde estabas, no pudiste quedarte."
"Tenia un poco de dinero ahorrado. Compre un billete de autobús, dije a la mujer detrás del mostrador que quería ir a algún lugar cálido. Joshua siempre se burlaba de los sureños, los llamaba estúpidos cuellos rojos. Así que pensé que ir hacia el Sur sería una buena idea."
Ella se encogió de hombros. "El Billete de autobús que me trajo hasta aquí. Una mujer que habló conmigo en una parte del viaje me prometió que bailar era mejor y casi tan lucrativo como. . ." Ella soltó el aliento. "Obtuve una identidad falsa con un nombre falso para mezclarme mas fácilmente."
"¿No te llamas Alyssa?" Era tan Alyssa para Luc. No podía imaginarse llamarla de otra manera.
"Es mi segundo nombre. Mi primer nombre es Lindsay."
No le quedaba ese nombre en absoluto. Lindsay era una niña. Esta mujer delante de él era dura, una sobreviviente, digna de un nombre con un sonido grande, sexy como Alyssa. Asombraba a Luc con su fuerza, su resistencia, su actitud de nunca darse por vencida. Había caminado a través del infierno y el fuego, y emergido al otro lado una mujer de acero. Por mucho que le dolía todo lo que había soportado, estaba orgulloso de ella.
"Entonces llame a las puertas de las sirenas Sexys," dijo. "Se llamaba de otra forma entonces, pero Marquesa, siendo una puta, me salvó la vida. Ella me dejo vivir en el club hasta ponerme de pie, trabajaba alrededor de mi escuela cuando comencé a estudiar para mi GED. Sus muchachos mantenían a los lugareños apartados para que no me tocaran demasiado. Yo casi. . . crecí allí." Ella se encogió de hombros. "Nunca volví a casa hasta el funeral de mi madre. Vi a Joshua -desde la distancia. Él no me vio, gracias a Dios. Y hasta el día de hoy, todavía no sabe qué fue de mí. Si tuviera una pista, yo no sé lo que él haría."
Luc sabía lo que le gustaría hacerle a ese pedazo de mierda, pero Alyssa necesitaba su comprensión y consuelo ahora, no su furia. Buscaría a ese imbecil pronto y le bajaría los humos, pero este momento era de su esposa.
La culpa se deslizó por todo el cuerpo de Luc debido a que su conducta le había causado dolor y la obligó a revelarle sus secretos a él. Por otra parte, Saber su historia de cómo vivió a la intemperie, fue tal vez una de las mejores cosas que pudo haber pasado entre ellos.
"Siento mucho haberte molestado. Acusándote. Asustándote."
Y dejar que la cara satisfecha de Tyler cuando abrió la puerta se metiera bajo mi piel. En retrospectiva, Luc sabía que su guardaespaldas estaba enamorado de ella y probablemente disfrutado viéndolo sacar las peores conclusiones, una cuña mas para el nuevo matrimonio. Él no respetaba al tipo. . . pero lo entendía.
Ella bajó la cabeza. "Lo gracioso es que me acusaras de acostarme con cualquiera Pero Antes de ti, nunca me gustó mucho el sexo. Quiero decir, al principio no hacía más que recordar aspectos desagradables. Cuando me hice mayor y comprendí que no fue mi culpa y Joshua no era más que lodo, trate de tener citas, tratar de tener relaciones sexuales. Pero siempre parecía. . . incómodo y embarazoso. Tú realmente te preocupaste por mi experiencia." Hizo una mueca. "Hasta que estuve contigo, nunca tuve un orgasmo que no fuera masturbándome. Hasta que estuve contigo, nunca entendí cómo las personas se sentían conectadas atreves del sexo."
¿En serio? Luc se quedó atónito en silencio. ¿Ella nunca disfrutó de la exquisita intimidad sensual del sexo hasta que estuvo con él? Denuevo, ¿cómo podría ella con esos terribles recuerdos atascados?
¿Y dónde encajaba Tyler en este cuadro? ¿Se había acostado con él como una forma de pago? No, ella nunca podría hacer eso más. Entonces, ¿Tyler había sido un experimento? Claramente, confiaba en el hombre o nunca habría tomado una pastilla para dormir y caer dentro de su cama. ¿Alguna parte de ella amaba al gorila? Luc no lo sabía. Él sabía que, a pesar de sus protestas de que nunca había tenido sexo con el hombre, Tyler era el padre de el bebe de Alyssa."
Cualquiera que sea la razón que tenía para negar ese hecho tendrían que hacerle frente más tarde.
Luc envolvió sus brazos en su esposa, que se relajó contra él, echándose hacia atrás en su cuerpo. A salvo, atesorada, suya. Al menos en parte. Al menos por ahora.
Todavía tenía que averiguar quién era el que la aterrorizaba. Por un tiempo, supuso que era Tyler, pero. . . el hombre había tenido mil oportunidades de hacerle daño a Alyssa hoy. En cambio, la había llevado al médico, renunciado a su propia cama. Concedido, él no llamó a su esposo, pero como él la quería para sí, ¿por qué iba a hacerlo?
Peter había estado en la cárcel del condado cuando la casa había sido asaltada. ¿Quién quedaba? ¿Primpton? ¿Había sido el amenazante vandalismo su trabajo? ¿O era de lleno alguien más?
Aferrado a su esposa, Luc levantó a Alyssa contra él, llevándola a la cama. Él la puso suavemente en la cama. "Descansa."
Ella le agarró por los brazos. "Quédate conmigo."
La esperanza surgió. El hecho de que ele quería a su lado era una buena señal.
Con un guiño, Luc se sentó en la cama, extendiéndose a su lado, acariciándole el pelo húmedo.
Sus miradas se cruzaron. Contar esta historia la había despojado de su alma hasta su núcleo y la dejándola desnuda. Cada latido de dolor y el miedo estaban en sus ojos azules.
Anhelaba que todo eso desapareciera.
"¿Luc?" Respiro Alyssa, su platinado cabello flotando alrededor de sus hombros como una Diosa tentadora. Pero al mirar su rostro ovalado y dulce, las mejillas rosadas, labios hinchados, los ojos increíblemente azules sólo le recordaban a la niña del corazón con cicatrices que yacía debajo de esa tentadora.
"Estoy aquí. Siempre estaré aquí para ti ", le prometió.
"Tócame Por favor." Ella soltó el cinturón la bata. "Hazme el amor…"
Su petición le sorprendió. Quería, Dios sabía que se moría de ganas. Sus palabras lo llenaron de alegría, hizo a su polla llorar necesitada. Pero. . . "Dulce, has pasado por mucho esta noche. No creo que ahora sea el mejor Momento"
"Lo es." Ella se encogió de hombros la bata cayo, revelando cada pedacito de su piel dorada magnífica. "Tengo que sustituir la memoria de Joshua con algo maravilloso. Contigo."
¿Cómo podía decirle que no a cambiar sus peores recuerdos? ¿Cómo podía luchar contra algo que quería tan condenadamente?
Luc se levantó en cuatro patas sobre ella, dándole un montón de espacio para moverse si era necesario, y besó su vientre. "¿Está segura?"
Alyssa se alzo hasta, rodear su cuello con sus brazos, y llevó a su boca a la suya para un persistente, beso desesperado que se declaró. Innecesario. Lo tenía desde el "Tócame."
"Completamente segura".
Luc le quitó la bata y la sentó sobre el, acunando a sí mismo entre sus muslos, apoderándose de sus caderas. Hizo llover besos sobre sus mejillas, su cuello, el oleaje de sus pechos, y ella se suavizó en sus brazos. Por largos minutos y rozó con sus manos sobre su piel y, por último, suspiró.
La Necesidad de saber que estaba lista para él, Luc se concentro en ella y le masajeó el clítoris. Ella tomó un dulce aliento, temblando, y el deseo se apoderó de ella sin piedad.
Con la polla en la mano, alineo sus cuerpos. "Dime si te hago daño. Si algo te Asusta. No quiero volver a hacerlo de nuevo."
Tragó saliva, su mirada azul solemne fija en él, y Luc sintió su dolor y necesidad librar una batalla que le hacían cortes a su corazón. "Lo hare, pero no lo harás,. . . hazme el amor."
El hecho de que le quería en cualquier lugar cerca de ella ahora lo hacía sentirse honrado. Le dio un regalo. Y tenía la intención de conservarlo como un tesoro—y a ella.
Entrelazo juntos los dedos de ambos. La conexión eléctrica que sintió le estremeció. El deseo de Alyssa de estar más cerca de él le tocó profundo, quitando su ira. Pidiendo por él, entregándose, era mucho más dulce que atarla a la cama como un hombre de las cavernas. Se arrepentiría por siempre y esperaba compensárselo ahora.
Poco a poco, Luc empezó a empujar dentro de ella. Se detuvo, se retiró, aliviado de nuevo-un deslizamiento suave, un baile lento. Como siempre, lo quemaba vivo. Luc cerró sus ojos, concentrándose en hacérselo tiernamente, hacerlo bien.
Con cada centímetro que se sumergía en el broche de su cuerpo, lo chamuscó, sobre todo cuando Alyssa reforzó sus pies sobre el colchón y levantó sus caderas para encontrarle.
"Luc. ¡Sí!"
Maldita sea. Con dos palabras, estuvo a punto de perder su auto-control. Se sintia tan bien que le hacía daño, le hervía la sangre. Sentía como la necesidad se disparaba, comenzó a sudar. Luc trataba de respirar profundo, re-enganchando su cerebro. Pero necesitaba su toque, necesitaba saber que a pesar de todo lo ocurrido hoy, todavía era suya.
Luc echó se hecho hacia atrás, a continuación, empujo hacia adelante hasta la empuñadura. "Te sientes tan perfecta a mi alrededor. Quiero hacerte sentir bien, también."
Alyssa no contesto , sólo apretó su boca para un lentoy chispeante beso. Probó su necesidad, su curación. a Lo difícil que había sido para él oir sobre Joshua, lo habría hecho cientos de veces más si eso aliviaba su dolor y la hacia sentie más cerca de él.
Retrocedió, su cuerpo se aferraba a él. Incapaz de resistirse a su dulce boca, la besó de nuevo, más profundo, más lento, al ritmo de sus embates. Alyssa apretó los brazos alrededor de su cuello.
Luc tragó mientras metió sus dedos en su pelo, su pulgar trazando su mandíbula. Tenía sus ojos cerrados en éxtasis inminente y se veía hermosa.
"Alyssa," le susurró, con la voz ronca.
Lentamente, sus ojos parpadearon abriéndose, revelando las pupilas dilatadas, y se encontró con su mirada. Satisfacción zumbaba en su interior. Ahora sabía que ella era totalmente consciente de que estaba en su interior.
Su corazón dio un salto como si se dirigiera a casa en un movimiento uniforme. Contuvo el aliento, el endurecimiento de las paredes de su vagina a su alrededor.
"Gracias por confiarme tu historia", susurró. "Tu cuerpo".
Alyssa asintió con la cabeza, su mirada nunca vacilante mientras las lágrimas llenaron sus ojos. Su confianza y la sensación exquisita de ella fueron mellando su auto-control. Tenía que encontrar la voluntad, recordar que esto era sobre la curación de Alyssa no sobre su instinto posesivo. Asustarla era lo último que quería.
Bajando sus manos a sus caderas, la inclinó hacia él y se metió en ella de nuevo. El placer transformó su expresión. Su boca abierta, los ojos abiertos de par en par.
"Córrete para mí".
"S-sí."
La cadencia de su voz lo llevó más profundo en su interior. Se ahogo en sus ojos azules y negras pestañas. Él no parpadeo; no quería perder ni un momento entre ellos.
De repente, su cuerpo se tenso, y ella gimió.
"¡Luc!" clavó sus uñas en sus hombros.
Mantuvo el ritmo constante, el sudor corría a través de su cuerpo. Segundos más tarde se puso duro contra ella y gritó, liberándose. La satisfacción rugió a través de él cuando ella obtenía su placer.
Su placer se movió en espiral casi más allá de su control cuando su cara reveló su dicha. Y su confianza. Confiaba en él para cuidar de ella. Nada era más magnífico o humilde.
Cerró sus ojos, tratando de agarrarse, pero necesitaba apagar su cerebro. Aferrarse a su auto-control era una pérdida de tiempo. Y si iba por más, quería tomarla de nuevo.
Con esto en mente, empezó un golpe implacable uno tras otro y empezó a frotar su clítoris.
"¡Luc!" Apenas podía encontrar su aliento ahora. "No puedo—"
"Tu puedes. Por mí."
En el momento siguiente, ella lo aprisiono otra vez, su explosión de placer duro largamente. Y sin embargo algo en su interior lo obligo a preguntar.
"¿Quien esta profundamente dentro de ti?", Exigió.
"Tú, Luc."
"Eso es. Siempre." Y su cuerpo le dijo que estaba a segundos del orgasmo. "¿Quién está haciendo que te corras?"
"¡Luc!"
Brincó y gritó por debajo de él, y juró que estaba aún más profundo dentro de ella que antes.
Maldita sea, todavía no era suficiente. Pero su control se debilitaba, su cuerpo gritaba por liberarse.
Mientras empujaba hacia adentro de su sexo hinchado con un golpe constante, urgente, Luc no podía recordar haberse sentido tan cerca de ninguna otra mujer, nunca. Alyssa se levantó a su encuentro. Sus ojos clavados en los suyos. Su creciente placer y la necesidad elevándose mataron lo último de su auto-control.
El sudor estalló en su espalda, su frente, mientras se abrió paso dentro de ella otra vez. Luego coreó su nombre y culminó con tanta fuerza, que apenas podía moverse. Y se aferró a él en todas las formas posibles. Luc cayó profundamente en ella cuando lo último de su resistencia cedió, y se elevó en un placer tan intenso, que agitó su corazón, luego se rehizo, cimentando su amor por ella.
Poco a poco, su respiración se recuperó, y Luc la envolvió en sus brazos, sus piernas se enredaron con la suyas. En ese momento, sintió paz con ella. Que tan lejos habían llegado juntos. Él sólo esperaba que todas las dificultades quedaran detrás de ellos.
"¿Te sientes mejor?" le preguntó en voz baja.
Se mordió el labio, vacilando. "¿Deseas no haberte casado conmigo? Quiero decir, después de todo lo que te dije. . ."
"Nunca pienses que alguna vez que te juzgaré por lo que has tenido que hacer para sobrevivir. Por mucho que odie lo que pasó, me siento increíblemente orgulloso de quien te has convertido."
Su sonrisa era tan brillante como una aurora en apogeo, y el corazón de Luc se quebró de nuevo.
"¿Vas a vender el club?" Le susurró.
Él ni siquiera terminó de hacer la pregunta cuando empezó a sacudir la cabeza. "Demasiados recuerdos. Hay demasiadas personas que dejaran que sucedan cosas malas bajo ese techo. Ya cambie el manejo del club a Sadie, si quiere el trabajo. Pero me estoy moviendo hacia adelante en la vida, esperando que el restaurante me permita comenzar de nuevo."
Así sería. Luc se encargaría de eso. Tenía el talento, conexiones e influencia.
La besó en la frente. Y le dijo "Cierra tus ojos."
Ella negó con la cabeza. "Todavía no. Puesto que parece ser la noche de la verdad, ¿por qué no me cuentas tu secreto?"
Capítulo 17
LUC no pudo haberle oído bien. "¿Qué?"
"Sea lo que sea que no me estás diciendo. Lo presiento."
¿Cómo sabia que tenía un secreto?
Negó con la cabeza. La honestidad del momento fue tan real, y la verdad se sentía pesada en la lengua de Luc. Pero se detuvo. En primer lugar, Alyssa había sufrido lo suficiente hoy y con el susto del sangrado, cuestionarle que ella y Tyler eran los verdaderos padres del bebe era mejor dejarlo para otro día. En segundo lugar, si le decía que el bebé no podía ser suyo seguramente solo lograría ¿separarlos más?
En alguna parte de su cabeza, se preguntaba si existía la posibilidad, aunque remota, de que el bebé pudiera ser suyo. Seguía jurando que ella y Tyler no eran amantes. Luc entendía a su esposa ahora de una manera que no lo había hecho hasta esta noche. Alyssa no era una mentirosa ¿Y si su "imposibilidad virtual" de hecho se había convertido en algo posible?
No podía saber la respuesta de esa pregunta, a menos que visitara a su médico y se sometiera a la humillante prueba. Una vez más. Por ella y su matrimonio, lo haría. Pero no quería tener esperanzas. Quería creer desesperadamente en este milagro. Pero probablemente, sólo conduciría a la decepción una vez más. Probablemente había otra explicación para su embarazo. Tal vez Peter la violó realmente cuando la atacó, y ¿Alyssa bloqueó el recuerdo? Tal vez el trauma del evento fue confundido por su conmoción cerebral. . .
Pero hasta que Luc tuviera respuestas, debería evitar este peligroso abismo del tema. Le diría la verdad pronto, cuando fueran una pareja más fuerte. Cuando pudiera decirle que no le importaba que otro hombre haya plantado su semilla en su interior y que no querer arrancarle al bastardo la cabeza. Pero Hoy no era ese día.
"Nosotros hemos tenido un gran cambio de vida, Dulce. Ninguno de nosotros pensaba que nos casaríamos, ni que me mudaría aquí. El nuevo Programa y Bonheur añaden estrés. El bebé y tu salud son siempre mis más grandes preocupaciones. . . Si yo he estado distraído, lo siento".
Alyssa le dirigió una mirada dudosa, pero lo dejó ir. "Si hay más, que tu quieras decirme, quiero escucharlo."
Luc puso sus brazos alrededor de ella. "Estoy bien. Duerme. Estaré aquí todo el tiempo que me necesites."
***
Mientras el Lunes se convertía en Martes, fue un día de semana inusualmente ruidoso en Las Sirenas Sexys. Las vacaciones eran a menudo locas, y con el día de Acción de Gracias a la vuelta de la esquina, el tiempo se había puesto demasiado helado para las actividades al aire libre, así que todos los alborotadores se habían congregado bajo su techo.
Suerte para ella.
"Todo el mundo se ha ido. Las puertas están cerradas," dijo Tyler, asomando la cabeza en su oficina.
"Gracias a Dios hemos conseguido terminar la noche sin una completa pelea."
"Entendido. ¿Me necesitas para algo más? Estoy muerto."
"Adelante. Hunter está en algún lugar por aquí, obsesivamente comprobando todas las puertas y ventanas, más que probable."
Tyler se echó a reír. "Luc tienes algunos guardaespaldas realmente duros.
Pero Jack y Deke se ven mucho mas relajados comparados con Hunter. Él es un verdadero hijo de puta."
Ella dio un respingo. "Lo siento si han interferido con tu rutina. Solo que.
Con Luc de vuelta en Los Ángeles grabando, sé que se sentiría mejor si cooperaba. Probablemente es lo mejor para mi, también."
"Probablemente. Yo no lo culpo por querer protegerte. Yo haría lo mismo en sus zapatos."
Alyssa se relajo. Tyler tenía sentimientos por ella, y no se hacia problemas en ocultarlos. Y se sentía culpable de que no era reciproco. Era un buen tipo que merecía una mujer que lo amara con locura.
"Nos vemos mañana" dijo Tyler, y luego cerró la puerta detrás de él.
Un momento después, Hunter parecía materializarse de la nada en un rincón sombreado. Saltó en su silla, llevándose una mano al pecho.
"Oh, mi Dios. . . mierda me asustaste. ¿Cuánto tiempo llevas ahí?"
"Lo suficiente para asegurarte que ya he comprobado obsesivamente puertas y ventanas, Dos veces." Hunter no Demostraba ninguna emoción en su rostro, pero Alyssa creyó ver un atisbo de una sonrisa. "YO no me siento ofendido por la opinión de Tyler." Hijo de puta " es en realidad más lo amable que la mayoría de la gente me describe."
Alyssa no tenía problemas para creer eso. "Probablemente necesite una hora o más para estar aquí. Los libros son un desastre. Lo siento. Sé que es tarde".
Se encogió de hombros. "Yo" estoy aquí el mismo tiempo que tú."
Sí, se había convertido en una de sus tres sombras. Entre Deke, Jack, y Hunter, alguien tenía los ojos en ella 24/7, al menos hasta que Luc regrese el viernes por la noche.
No había querido dejarla y reanudar su programa de grabación, pero ella, insistió. Este Programa era demasiado importante para su futuro. Finalmente accedió a ir, si estaba de acuerdo con los detalles de seguridad.
"Gracias por la comprensión."
Hunter le perforó con una mirada plana. "No comprendo en realidad. Si yo estuviera en el lugar de Luc estarías en un lugar seguro con al menos el doble de los guardias. Nunca te tendría fuera de mi vista”.
Levantó una ceja. "Un poquito paranoico."
"Prudente", corrigió él
"Creo que puedo manejar un viaje al baño por mi cuenta." Uno de los inconvenientes del embarazo.
"Te seguiré." de hecho-la expresión de Hunter le dijo que no era tema sujeto a debate.
Alyssa suspiró y se tragó una burla sobre su conducta asustando a las mujeres desde la distancia. Era Apenas una conjetura, pero Hunter se beneficiaba del combate verbal. O tal vez sólo tenia esa mirada muerta.
Ella no estaba con el ánimo para eso.
El chasquido de sus tacones sobre el piso de cemento detrás del escenario se hizo eco en el club extrañamente silencioso. Estaba tan acostumbrada a los golpes en las paredes, la música a todo volumen, los clientes aullando. Estar aquí sola le dio un escalofrío.
“Podrías ir por salón, que no estas mas que a dos pasos de distancia y aun así oírme hacer pis."
Una vez más, el fantasma de una sonrisa apareció. "Podría".
Pero Él no sonrió. Ella sentía lástima por la pobre mujer que cayera algún día en sus redes. E clavaría sus dientes en ella y nunca la dejaría ir.
Poniendo los ojos en blanco, cerró con llave la puerta chirriante, luego se dedicó a su negocio.
Tenía la cabeza llena de números y un montón de recibos cuando oyó un ruido de golpes. Como se estaba lavando las manos, los sonidos fuera de la sala sonaron apagados. Cerró la llave del agua, y escuchó la voz de Hunter claramente.
"Tyler, que el. . ." Otro golpe, y luego una riña. "¡Carajo!"
A continuación, un disparo. Sorprendente, ensordecedor, el sonido provoco sacudidas a su corazón.
Luego Silencio absoluto.
¡Mierda! Había Alguien en su club con un arma. Y debe haberle disparado a Hunter o ella estaba segura que el SEAL ya hubiera metido su culo aquí ahora mismo y la sacaría.
Lo más probable es que estaba sola.
Conteniendo el miedo, miró a su alrededor para escapar. El baño no tenía ventanas, y si el tirador no sabia dónde estaba realmente, no le llevaría mucho tiempo descubrirlo. Y dejó su teléfono celular en su escritorio.
¡Estúpida!
"¿Dónde estás, mi tentación del pecado?"
Esa voz familiar raspaba por todos sus sentidos, dejando atrás el miedo inquietante. ¿Primpton? ¿Con un arma?
"Es posible que quieras salir. Aquí tus dos hombres están incapacitados y si no vendrán a rescatarte. No he matando a tu gorila. Todavía. Yo podría prescindir de él si muestras tu rostro de Jezabel y pagas por tus pecados."
No había matado a Tyler pero ¿podría? ¿Eso significaba eso que Hunter estaba muerto? Probablemente si, o habría derribado a Primpton.¡Oh, Dios!
Mordiendo su labio, quería contener un grito de pánico. No había muchas posibilidades de que el fanático mataría Tyler no importa qué, pero tal vez podría ganar el tiempo suficiente para Tyler sacándolos a ambos de aquí. En este momento, era su mejor esperanza. Ella no podía escabullirse, aunque la puerta chirriante se lo permitiera, no podía huir y dejar Tyler a morir.
Lentamente, empujó la puerta abierta. Como era de esperar, el crujido alertó a Primpton de su presencia. Miró a su alrededor. Seguido por cañón de su pistola.
El concejal estaba cerca de la puerta de atrás. Tyler estaba tumbado justo en el umbral de la puerta, de espaldas, su cuerpo entero flácido y laxo. ¿Había perdido el conocimiento? ¿Primpton lo había golpeado en la cabeza? ¿Lo había Drogado?
Ni a dos metros de distancia, Hunter yacía en el suelo, la sangre se acumulaba bajo una herida de bala en su hombro. El charco rojo se filtró por el suelo, extendiéndose a través de la camiseta azul y la sangre también se extendía por su ancho pecho.
El miedo cerró su garganta, sentía que se asfixiaba. Querido Dios, siempre supo que Primpton la había odiado, ¿pero un asesino? El de verdad había venido aquí a matarla, y ella estaba en la parte superior de su lista de cosas pendientes.
"Ahí estas, viéndote tan atractiva como siempre. Eres el mismo diablo, puesto en esta tierra para tentar a los hombres a pecar. Pero debo detenerte. Yo con vergüenza debo admitir que también he tomado mi propia carne en mi mano con pensamientos de fornicación contigo. Sólo por eso te castigaré. Pero ahora. . ."
Asco. La imagen mental de Primpton masturbándose mientras fantaseaba con ella casi la hizo vomitar. ¡Espera! ¿Él había sido el que entro en su casa y lleno con su eyaculación toda su ropa interior?
Probablemente, pero no importaba ahora. ¿Cuántos pasos había para llegar a su oficina? ¿Podría hacerlo y cerrar la puerta antes de llegar al final del pasillo? ¿Qué le haría a Tyler si lo intentaba? ¿Qué le haría si no lo hacía?
"Ahora" prosiguió. "Tu debes ser detenida antes de arruinar a más hombres cristianos y destruir sus matrimonios."
Alyssa aliviada dio un paso más cerca de su oficina, y asomó la cadera.
Como era de esperar, Primpton siguió con su mirada el movimiento. Se echó el pelo sobre su hombro y cruzó los brazos sobre su pecho, marcándole mas el escote. "¿que quieres decir?" Pregunto Alyssa
"Mi asistente temeroso de Dios, Randall, ha pasado tanto tiempo aquí y te ha codiciado impuramente tanto que su esposa le ha pedido el divorcio. Tú lo has llevado por mal camino."
Randall. ¿El que pagaba un alto precio por las danzas más repugnantes sobre su regazo cada noche de sábado, luego asistía a la iglesia todos los domingos a arrepentirse de sus pecados?
Acercándose aún más su oficina, ella dio una sacudida a su cabeza, haciendo un mohín de desacuerdo. "Dios le dio a los hombres el libre albedrio."
"Tu eres la tentación que ningún hombre puede resistir. No puedo permitir que tu sigas atrayéndolos a el pecado." Levantó la pistola un poco más alto.
"¿Sólo me vas a disparar? ¿Aquí? ¿Ahora?" Pasándose una mano por su muslo, levantando la falda solo un poco para mostrar sus ligas de color rojo.
Primpton ahogado. "¡No fornicare contigo, puta!"
Su erección dejó en claro que sus impulsos tenían otras ideas, y de algún modo tenía que usar eso contra él.
Dejó caer un hombro, y la correa de su camisa cayó por su brazo, mostrando su sujetador de encaje negro con correa y separación adicional. Un instante después, su mirada se encontró con la de él. "Nunca le pediría que vaya en contra de sus principios. Y yo soy una mujer casada ahora."
"¡Una farsa! Apuesto mi vida a que fornicas con el portero, y probablemente con este, también." Señaló a Hunter.
Primpton estaba delirante, y ella tenía que llegar a su maldito teléfono.
Hunter estaba perdiendo mucha sangre a cada segundo.
Alyssa se acercó a la puerta de su oficina con el pretexto de pasar las piernas, sacando una para que se diera un banquete visual. Se movimiento hacia fuera hizo al psicópata mirarla con lascivia, pero lo hizo peor en nombre de la supervivencia.
"¡Alardeas de ti misma!" La acusó.
"Estoy de pie aquí mientras usted sostiene un arma sobre mí y suplico por mi vida."
Inmediatamente, él negó con la cabeza. "Este club tiene que terminar. Debes morir. Estas son las misiones que Dios me ha dado. Soy su soldado cristiano."
Él iba a dispararle, en cualquier segundo. A Alyssa le habría gustado tener la oportunidad de moverse un poco más cerca a su oficina. Como en este momento, tenía la esperanza de que no pudiera darle a un blanco en movimiento.
Detrás de él, el viento aullaba y la puerta trasera abierta se agito, estrellándose contra la pared. Primpton giró hacia el sonido. Alyssa Uso de la distracción, se lanzó a su oficina, corriendo mucho más rápido de lo que nunca lo había hecho en tacones de aguja.
Justo antes de que ella cerrara la puerta y echara el cerrojo con manos temblorosas, oyó gritar Primpton. "Dios te maldecirá, puta, por engañarme. Iras al maldito al infierno, y yo soy la espada con la que se serás condenada a quemarte por toda la eternidad."
Con ese juramento, le disparó a la cerradura. La manija se sacudió, movió, algo que chocó al otro lado de la puerta. ¿Se habría desmantelado la cerradura en el otro lado? Con cuidado, se acercó a la puerta y examinó la manija. Estaba suelta y pudo ver un rayo de luz a través del agujero que dejó en la puerta.
Después le disparo al cerrojo malo. Saltó fuera de la puerta, su corazón latía en forma errática. Un sonido como de arrastre llegó a sus oídos. Una raspadura, seguida por su risa maníaca. ¿Qué demonios estaba haciendo ese psicópata ahora?
Antes de que pudiera averiguarlo, oyó los pasos rápidos de Primpton, merodeando de arriba abajo por el pasillo, escuchó un leve sonido de salpicaduras.
¿Líquido?
¿Que diablos…?
Frunciendo el ceño, curiosamente aterrorizada de que solo la puerta los separara, jadeaó. Sobretodo ahora que el sonido de salpicadura que había escuchado anteriormente volvió a sonar, esta vez más cerca.
Entonces el olor de la gasolina golpeo fuertemente su olfato sintiendo como le quemaba la nariz, los pulmones.
"Te quemaras, puta. ¡Ahora mismo!" Primpton gritó.
Un momento después, oyó un zumbido siniestro, el sonido de iniciar el fuego. El bastardo la quería freír con vida.
Su Corazón daba patadas a toda marcha, ella trató de abrir el cerrojo y escapar de la habitación antes de que las llamas crecieran. Eso no se movía. Se había atascado. Desarmarlo. Con algo. ¿Cómo demonios iba a salir?
Alyssa agarró el picaporte pero el metal ya estaba caliente, y retiro sus manos rápidamente.
Trató de no entrar en pánico. 911. Les llamaría. Su teléfono celular estaba sobre su escritorio. Esperaba que ellos llegaran aquí a tiempo.
Pero cuando se volvió hacia su escritorio, su teléfono ya no estaba allí.
*****
Alyssa despertó poco a poco, tenia demasiado miedo de abrir los ojos ante el dolor de cabeza punzante chocando entre sus sienes. Estaba en un lugar que olía a alcohol. La cama-claramente no la suya-las sabanas se sentían como hojas ásperas. Cada músculo de su cuerpo gritó.
Ella tomó un profundo aliento, y de inmediato comenzó a toser. Sus pulmones se quemaban como si hubiera fumado una caja entera de cigarrillos en un día.
Sus ojos se iluminaron abiertos en reflejo.
"Tranquila", Tyler le susurró mientras se acercaba a tomarle la mano.
"¿Qué…?"
¿Dios, ese sonido feo y áspero era su voz?
"Estas en la sala de emergencia. Has estado aquí un par de horas."
Frunció el ceño, tratando de ordenar sus recuerdos dispersos. Era una mezcla de pánico y neblina.
"¿El bebé?" Ella tosió. Maldita sea, sus garganta quemaba.
"Muy bien. El Doc. Te reviso de inmediato. Tu estas bien. El bebé está todavía ahí, creciendo y bien."
Oh, gracias a Dios. El alivio la fundió en la cama. "¿Qué"—tosió—"pasó?"
"Estas siendo tratada por inhalación de humo. ¿Te acuerdas de Primpton en Las Sirenas Sexys?"
Luego todo hizo clic en su lugar. El club. El arma de fuego. Hunter en un charco de su sangre. El concejal amenazando con matarla. El fuego.
"¿Hunter lo logró?"
"Está bien. Después de que Primpton me noqueó, Hunter me encontró desmayado en la puerta. Se arrodilló para ver si yo estaba bien, y el bastardo le disparó desde el callejón. La herida de su hombro es superficial. Perdió mucha sangre, pero los paramédicos lo atendieron a tiempo. Su hermana esta en el pasillo preocupándose por él ahora."
Se relajó contra la cama, expulsando el aliento que contenía sin darse cuenta, a continuación, un nuevo temor se apoderó de ella. "¿El club?"
Por favor, Dios...
"Se ha ido." Negó con la cabeza, el arrepentimiento mostrándose en su expresión. "Lo siento. El departamento de bomberos intento. . ."
La angustia brotó a través de su sangre, como ácido candente destruyendo sus venas. Su club, su refugio, el lugar que representaba su pasado roto y su puente a su presente fortalecido, no existía más. Todo por culpa de un fanático loco delirante.
No, Sexy Sirens no se ha ido para siempre. No, si tenía algo que decir al respecto.
"¿Estás bien?"
Levantó las dos manos, deteniendo su preocupación. "Un golpe en la cabeza. Cuando abrí la puerta para salir, el maldito me golpeó en la cabeza con la culata de su pistola, me dejo tirado fuera. Después empezó el fuego, él salió corriendo por la puerta de atrás. Cuando llegue vi que Primpton ya había desaparecido, y Hunter tenía los ojos abiertos, evalué la situación. Agarré mi celular, marque nueve-uno-uno, y se lo entregue mientras lo ponía de pie. Iba a sacarte, y el estúpido SEAL me siguió en vez de salir."
"¡El lugar debe haber sido un infierno para entonces!" ¿Y ambos se quedaron a ayudarla?
"Restos de Madera humeante que caían del techo por todas partes. . . El cerrojo de tu puerta estaba atascado, pero lo saque. No me iba a ir sin ti."
Las lágrimas le picaban los ojos, y le tendió una mano hacia él. "Eres un gran amigo para mí."
El hizo una mueca de Dolor y le lanzó una sonrisa tensa. "Ese soy yo, un amigo de verdad."
Había sido la cosa incorrecta para decir, se dio cuenta. El la amaba y odiaba que no pudiera corresponderle. Pero había entregado su corazón a Luc hace mucho tiempo, probablemente porque desde que lo vio por primera vez, era el tipo de hombre que no le importaba una mujer porque se veía caliente. Se enamoró solo una vez que la conoció profundamente por dentro.
¿Había alguna posibilidad de que Luc realmente se enamorara de ella? Toda su preocupación, su ternura, las constantes llamadas telefónicas, su ayuda en sus empresas, sus fabulosas comidas hechas en casa, y todo lo demás estaba basado en algo más del hecho que estuviera embarazada, ¿cierto?
"Vas a hacer a una chica locamente feliz algún día," le murmuró a Tyler.
"Quería que fueras tú." Dijo Tyler mientras apretaba la mandíbula, y haciendo una mueca de dolor.
"No soy la indicada para ti, pero la encontraras."
La enfermera entró y comprobó sus signos vitales, le preguntó si necesitaba más medicinas para el dolor. Alyssa negó con la cabeza. Lo único que quería era salir de allí.
"¿Alguien llamo a Luc?" No quería preocuparlo innecesariamente, sobre todo después del drama de su última "desaparición".
"Kimber lo hizo. Ya viene de regreso. Estará aquí en un par de horas."
De todas las personas que había para llamar a su marido, tenía que ser su ex amante. Ella dio un respingo. ¿Y los productores de Luc estarían horrorizados? De perderlo de nuevo en de dos días… "Él debería haber permanecido allí."
Tyler la miraba con la boca abierta. "¿Hablas en serio? Aunque me gustaría que lo hiciera. Al menos tendría el argumento de que no le importas una mierda."
No significaba que volviera por ella. El bebé tenía que estar en su mente, también.
"¿La policía capturo Primpton?" Alyssa cambio el tema. Cualquier conversación acerca de Luc la ponía es un estado súper emocional, y estaba casi que lloraba—y revelaría cuán asustada estaba de que su marido no la amara de la misma manera.
En ese momento, Tyler sonrió. "Los policías lo habían atrapado unos quince minutos después de que huyó. Él estaba en casa con su esposa, tratando de aparentar que había estado durmiendo toda la noche. Pero le encontraron la ropa y los zapatos con restos de gasolina, junto con su arma." La sonrisa de Tyler murió. "Bebe, también encontraron un escondrijo en la parte posterior de su armario. Era como. . . un santuario dedicado a ti. El enfermo bastardo tenía fantasías de hacerte su esclava sexual. Había todo tipo de fotos tuyas."
Una expresión cruzó la cara de Tyler que paralizo de miedo su corazón.
"¿Fotos?"
Se estremeció. "A algunas claramente eran Photoshop así que parecían que estabas sangrando bajo su látigo, reverenciándote a sus pies con las manos esposadas."
Todo dentro de ella se sacudió con nauseas.
"Había fotos de ti la noche que te quitaste la ropa para la fiesta de aniversario."
"Cerdo asqueroso."
"Escribió PUTA con pintura roja por todas las paredes."
Se estremeció ante su delirio y daba gracias a Dios por que había sido capturado. "Supongo que ya sabemos quien escribió todas esas notas e irrumpió en mi casa. Maldito hijo de puta.”
Tyler asintió con la cabeza. "Esa es teoría de la policía. Y también la mía. Van a verificar con el equipo forense."
Un tecnicismo, lo más probable. Alyssa comprendió lo afortunada que había sido. Nunca había tomado a Primpton muy en serio, falló en ver el verdadero golpe en el que estaba trabajando. Subestimarlo podría haberle costado su propia vida como la del bebé. Gracias a Dios por Tyler y Hunter.
Y ahora que Primpton estaba tras las rejas, tal vez podría estar más tranquila, dejar de mirar por encima del hombro, perder el miedo de ser atacada de nuevo. Tyler movió su pie en el suelo de baldosas, y ella reconoció el gesto como algo que el hacia cuando estaba nervioso.
"¿Qué?"
"Debes saber. . . Había fotos de ti y Luc en tu dormitorio en el club. Parece que las tomo a través de la ventana de callejón."
Alyssa quedó sin aliento, su palidez demostraba su choque con un escalofrío. "¿Estábamos…?"
"Oh, sí. La mirada en tu cara…" Tyler miró hacia otro lado menos a su cara. "¿Luc sabe cuánto le amas?" Ella apretó los labios. Maldita sea, Tyler era muy perceptivo. Y nadie nunca lo había acusado de andarse por las ramas. "No. ¿Es tan obvio?"
Él se burló de su respuesta. "¿Que lo llevas en tu corazón? Sí."
Genial. Ella suspiró. "No sé si él siente lo mismo."
“Tampoco lo sé. Te desea. Mucho." Tyler se encogió de hombros. "Creo que hay algo mas, pero no soy un experto en los sentimientos de los hombres."
"¿Acostumbrado a ser el rompecorazones, y no el corazón roto?"
Una sonrisa tímida se deslizó por la boca. "Algo así."
"Tengo la sensación de que en el fondo, tu eres un niño muy malo."
"Toc, toc."
Alyssa se volvió hacia el sonido de la voz femenina que venía desde la puerta. Kimber. Era muy bonita, pero Alyssa miró a la mujer más joven con el pelo castaño rojizo que apartaba de su rostro ovalado dulce en una cola de caballo y se puso tensa. La antigua amante de Luc tenía un cuerpo largo y esbelto, que mostraba sólo un pequeño indicio de un bulto del bebé ue crecía dentro de ella ahora.
Kimber era todo lo que Luc había querido de la vida y la perdió por su primo. Sí, en su noche de boda, le dijo a Alyssa que nunca se sintió más atraído por ninguna otra mujer. Pero, ¿quién sabía si era realmente su corazón hablando o simplemente su intento de hacer que su matrimonio funcionara?
El resentimiento hacia la otra mujer estalló, y se lo tragó a la fuerza.
“Adelante" Kimber era graciosa de una manera atlética, como si se sintiera cómoda en su piel. "Mi hermano quería que te chequeara. ¿Estás bien?“
Y también amable. Probablemente esa sonrisa daría una buena mamada, tendría un hermoso jardín, había sido una virgen para su esposo, y esperaba con interés a las reuniones de la PTA.
Alyssa libero un suspiro tembloroso. No podía no ser amable sólo por sus propias inseguridades que la estaban comiendo. Se veía delirantemente feliz con su marido, Deke, y nunca miró a Luc como un amante. El problema, Alyssa se dio cuenta, era ella.
"Muy bien. Gracias. ¿Cómo esta tu hermano?"
Ella puso sus ojos en blanco. "Macho, como siempre. Lo sacaron de cirugía donde le extirparon la bala hace media hora y ya se quiere ir. Idiota. Estará bien."
"Volvió a salvarme cuando podría haber dejado que me quemara, y siempre estaré agradecida." "San Hunter, ¿eh?" Kimber sacudió su cabeza. "No. Si hay algo que le provoque una subida de adrenalina, mi hermano estará ahí. ¿Un edificio en llamas? Gran diversión."
El sarcasmo en su voz era espeso, hizo sonreír a Alyssa. Ella en realidad se podía imaginar a Hunter pensando que era mejor tener una parte en el infierno que quedarse tirado en la acera.
"Hey, me parece que a esa observación me incluye", protestó Tyler.
"Sí" replicó Alyssa a su espalda. "Y vamos conversar de eso más tarde."
Su expresión le dijo que estaría perdiendo su aliento.
Kimber se volvió hacia Tyler. "¿Puedes darnos un minuto?"
Alyssa frunció el ceño. ¿Qué podría decirle esta mujer que Tyler no podía oír?
Su portero miró entre las dos mujeres, luego se encogió de hombros. "Claro que sí. Iré a ver si el doc. Esta por los alrededores para examinarte y sacarte de aquí."
"Gracias" murmuró ella, su atención se centró en Kimber.
La mujer entró en la habitación para ocupar la silla que Tyler acababa de abandonar y apretó sus manos en su regazo. "Yo sé que no soy tu persona favorita y que no es asunto mío, pero yo quería darte las gracias por lo que estás haciendo con Luc."
Alyssa vaciló, mirando a Kimber repitió su declaración un par de veces en su mente, y luego frunció el ceño. "¿Qué estoy haciendo? No sé lo que quieres decir."
"Ya sabes. . . Casarte con él y dejarle ser el padre de tu bebé. Estaba tan destrozado cuando no quede embarazada hace unos meses. . . cuando todavía estaba con Deke y yo. Luc ha querido un bebé durante años, y saber que no podía ser padre casi lo mata. Pero le das esta oportunidad—"
"¿Qué?" ¿Luc incapaz de engendrar un hijo? Que no suman los hechos. Por supuesto que podía, ella era la prueba viviente. Pero la expresión de Kimber le dejó claro que creía absolutamente cada palabra que salía de su boca. "Eso no es cierto."
Kimber alzó las cejas y luego le envió una sonrisa llena de compasión. "No tienes que fingir para mí. Luc lo ha sabido por casi veinte años que no puede tener hijos. Él había estado buscando métodos alternativos a la paternidad por los últimos años. Por qué crees que él estaba involucrado con Deke y yo. El no me amaba, sabes. Sólo esperaba que los tres. .
Bueno, Deke me dejaría embarazada así Luc podría ser padre.”
Alyssa parpadeó. Parpadeó de nuevo. Sentía que sufría un paro respiratorio. ¿Por eso había estado involucrado en ménages? ¿Luc realmente pensaba que era estéril? Oh, mi. . . Si Kimber lo creía—¿y por qué iba a mentir?— eso significaba que Luc "sabía" que no estaba embarazada de él.
Náuseas y frío corrían a lo largo de ella, y puso una mano protectora sobre su vientre. "Este bebé es de Luc. No he tenido—"
"Esta bien. " Kimber sonrió. "Luc me dijo lo agradecido que esta contigo que le hayas escogido a el, en vez de Tyler. Estoy segura de que hubiera sido más fácil casarse con padre del bebé, pero Luc lo necesitaba esta tanto."
"¿Luc te dijo eso?" Repetía atontada. ¿Le dijo a Kimber que creía que no podía tener hijos, pero no le dijo que había embarazado a su esposa?
El dolor le apuñaló el pecho. La traición arrasó su corazón. Le dolía jodidamente. ¿Cómo podía engañarla así? Mantener un secreto tan monumental. Sabía que estaba escondiendo algo desde que se casaron y, aun cuando le preguntó que se negó a compartir. ¡Maldita sea! ¿Cómo pudo casarse con ella, creyendo que el niño era de otro hombre y continuar tocándola con tanta maestría? ¿Cómo podía estar tan equivocada?
Dios, sentía que iba a vomitar.
Kimber asintió con la cabeza. "Estamos tan emocionados por los dos. Luc parece mucho más feliz ahora. Me sentía culpable cuando Deke y yo nos decidimos a casarnos y hacer nuestra propia familia. Saber que le has dado lo que necesita es todo para nosotros. Luc es un tipo maravilloso y va a ser el mejor padre. No tengo ninguna duda”
Bien. Alyssa de repente tenía dudas—muchas. En primer lugar, ante todo daba una mierda por ella. Demonios, le había desnudado su alma, le contó la más dolorosa de sus experiencias, las partes íntimas de su vida, le dio cada pedacito de ella. Le devolvió con engaños.
Las lágrimas amenazaron con salirse, y parpadeó, para mantenerlas a raya. No hasta que Kimber se fuera. No hasta que pudiera llorar sola.
Joshua y su mamá le habían metido en la cabeza que no podía confiar en nadie, sin importar lo cercanos que eran los lazos. La ternura de Luc , su manera caliente de hacer el amor, los celos, su rasgo protector—todo era una mierda. Todas mentiras fabricadas para mantenerla engañada y asu lado.
Maldito hijo de puta.
En ese momento, el médico llamó, Tyler entro.
"Uy, esa es mi señal de salida." Kimber saltó de su silla. "Buena suerte.
Llámame si necesitas algo. Podemos intercambiar historias de bebés."
La mujer se fue con una risita. Como si no hubiera dejado caer una bomba enorme en Alyssa que sacudió los cimientos de su propia vida.
Luc se había casado con ella por este niño, lo que ya sabía. No tenía dudas de que realmente pensaba que el niño era de Tyler. O de algún otro hombre. Su primera reacción ante la noticia de su embarazo ahora tenía sentido.
¿Y. . . tú estás aquí porque es mío?
Ella había escuchado la duda en su tono, y había pensado que era debido a su creencia de que era una prostituta que se acostaba con cualquiera. Que todavía debía creer.
Pero no le había tomado demasiado tiempo cantar una melodía diferente con ella.
El mejor regalo de cumpleaños. No quiero que me llames cuando el bebé nazca. Me gustaría participar en la vida de este niño. Quiero estar ahí en cada paso del camino. . .
Ella soltó un bufido. Todo tenia sentido ahora. Si pensaba que no podía tener un bebé y podía aceptar al de otro como suyo, entonces el matrimonio, incluso si tenía que falsear sentimientos para su nueva esposa, era el precio por su paternidad.
Una nueva ola de náuseas le pegó en su estomago. De principio a fin, este matrimonio había sido por este bebé y ganársela a ella para que compartiera al hijo con él. El le había mentido a ella con cada palabra susurrada, cada toque. ¿Todos esos celos? Tal vez fingidos para hacerle creer que le importaba. O tal vez no quería que nadie tocara a la mujer a la que le había dado su nombre o poner en peligro al niño a quien tenía previsto dedicarse.
Había sido utilizada para muchas cosas en su vida, pero nunca su vientre. De alguna manera, esto se sentía como la peor violación de todas.
Capitulo 18
Luc arribó de nuevo a Lafayette cuando se puso el sol, atacando el camino de entrada y apenas aparcando su camioneta antes de abandonarla y correr por la puerta, hacia las escaleras. Tenía que ver a Alyssa ahora, saber que estaba bien. Cuando había recibido la llamada de Kimber, su corazón había tartamudeado, luego amenazado a salir de su pecho. ¿Primpton la había casi tostado viva?
Gracias a Dios que finalmente habían atrapado al enfermo monstruo que la acosaba. Él había sabido que el concejal de la ciudad no estaba sumergiendo ambos remos, pero nunca hubiera sospechado que el divorcio de uno de sus seguidores lo pusiera al borde y lo incitara al asesinato.
Pero Alyssa estaba a salvo. Luc necesitaba verla sana y salva y en una pieza. Sostenerla. Decirle que la amaba.
Dentro del vestíbulo, dio un traspié con algo inesperado y tropezó, apenas enderezándose a si mismo sin caerse. Miró hacia abajo. Sus maletas. Estaban empacadas.
¿Podría posiblemente significar lo que implicaba?
Su mundo se inclinaba al revés. Lo recorrió un escalofrío al bordear el equipaje y saltar escaleras arriba. “¿Alyssa?”
Ninguna respuesta.
Trotando por el oscuro pasillo, se detuvo en la puerta del dormitorio principal. Allí, estaba ella sentada en la cama, con el cabello suelto y largo. Su anillo de bodas no estaba en su dedo. Vestía una gran camiseta gris y miraba fijamente por la ventana a su derecha. Se veía a un millón de kilómetros de distancia. No, se veía derrotada.
La alarma picó a través de su piel. Alyssa era una luchadora. Había sobrevivido a lo que habría aplastado a la mayoría-y había salido más fuerte. La mujer escapando mentalmente por la ventana…Eso no era ella.
“¿Dulce?”
“Eres un hombre inteligente, Luc,” dijo, sin mirarlo. “No quiero una confrontación. Sólo toma tus cosas y márchate.”
Sus entrañas se aprisionaron en una bola. Su respiración se detuvo. Suficientemente conmocionado por haber sido despertado con la noticia de que ella había estado atrapada en un edificio en llamas y había escapado sólo con la ayuda de Tyler y Hunter. ¿Pero ahora lo estaba echando? ¿Diciendo que habían terminado?
“Lo que sea que te ha molestado, podemos solucionarlo, dulce. Lamento no haber estado aquí para protegerte. Regresé para ver cómo estás, para estar contigo…Lo que ocurrió que hiciera que empacaras mis maletas y—”
“No quiero discutir al respecto.”
Luc cruzó el dormitorio, se acercó al otro lado de la cama, y se sentó en el borde, a su lado. Aun así, ella continuó mirando más allá de él, hacia la ventana. La frustración se levantó, pero él la empujó hacia abajo, enfocándose en su preocupación por ella mientras tomaba sus manos en las suyas. Hacía frío.
“Ya somos dos. Entonces, hablemos en lugar de pelear. Me dices que ocurrió, y lo hablamos. Si estás enojada porque no estuve aquí cuando ese bastardo de Primpton te atacó, créeme, nadie puede estar más molesto que yo.”
Ella negó con la cabeza, luego, finalmente apartó la vista de la ventana, hacia abajo a su regazo. “Tenías un trabajo que hacer y lo estabas haciendo. Hablamos de antemano acerca del hecho de que necesitabas estar en Los Ángeles para cumplir tus obligaciones contractuales.”
Su voz sonaba muerta. Mientras la luz de sol tocaba sus mejillas, él vio las marcas plateadas de lágrimas secas, y éstas retorcieron su corazón. Tras una inspección más cercana, sus ojos y nariz rojos indicaban que había estado llorando fuerte. Ahora no tenía ninguna emoción que dar. Esa comprensión lo dejó sin aliento.
Venciendo su miedo, apretó la mano de ella. “No estoy preocupado por mis obligaciones contractuales en este momento. Estoy preocupado por mi esposa.”
Alyssa cerró fuertemente los ojos y negó con la cabeza, el cabello platinado rozando sus hombros. “Tú estás preocupado por el bebé.”
“Por supuesto.” ¿Por qué sería eso malo?
Por último, ella lo miró. La furia y determinación que él vio allí dejaron atónito a Luc. Su corazón dio un vuelco. ¿Qué demonios había pasado desde el ataque? ¿De alguna manera Tyler la había convencido de dejarlo?
“Por lo menos estás siendo honesto. Finalmente.” Se burló ella.
Una parte de él se regocijó ante la muestra de emoción de ella. La otra parte…El temor inyectaba una nueva inquietud a su preocupación. Él solamente podía pensar en una única cosa acerca de la cual había sido menos que honesto.
Oh, Dios, por favor no.
“¿Qué quieres decir?” Sacó las palabras a la fuerza, oyendo su propia voz temblar.
“Quiero decir, que me imaginaba que estarías preocupado por el bebé. Simplemente que nunca estuve al tanto de que tu preocupación terminara allí. Siempre eres tan tierno y atento.” Ella sacudió la cabeza, mofándose. “Soy tan malditamente estúpida que me lo creí. Sigo confiando en los hombres equivocados.”
¿Ella lo acababa de agrupar en la misma categoría que Joshua? Mierda si eso no hacía que su estómago se apretara y girara. “Alyssa—”
“Debería haber hecho más preguntas acerca de tus razones para casarte conmigo.” Su tono era un látigo verbal para su propia psiquis, y escucharlo casi malditamente lo mataba. “Sabía que te habías declarado por el bebé. En lo profundo, había esperado que te preocuparas por mi, pero…nunca imaginé que en realidad te habías casado conmigo creyendo que el bebé no era tuyo.”
Luc cerró los ojos mientras su mundo implosionaba. Alguien le había dicho su secreto, su vergüenza. Alguien le había dado la información y le había permitido sacar las peores conclusiones. Dado que sólo dos personas sabían, y Deke nunca lo diría, sabía exactamente quien había revelado la verdad.
Kimber, él trataría con ella más tarde. Ahora tenía que hablar con Alyssa, hacerle entender que sus razones para estar casado con ella—seguir casado—tenía todo que ver con ella, no sólo con el bebé.
“Lamento no haberte dicho acerca de mi…condición. El hecho de que el bebé probablemente no sea mío no cambia nada para mí. Me preocupo por ti completamente tanto como me preocupo por el bebé.”
Por último, ella los miró con brillantes ojos azules que le escupieron fuego. “¿Vas a intentar convencerme que, desde nuestro matrimonio, me he convertido en algo significante para ti?”
Luc la agarró por los hombros y se obligó a mirarla directamente a los de ella. “Tú significabas algo para mi incluso antes de que nos casáramos. Estuve tan eufórico y aliviado de verte el día en que apareciste en la tienda de artículos. Estaba listo para caer de rodillas, decir cualquier cosa, sólo para hacer que me hablaras. Convertirme en tu prometido esa noche fue más de lo que alguna vez me hubiera atrevido a esperar.”
Ella revoleó los ojos. “¡Ya basta! ¡Sé honesto! Aparecí con la respuesta a tu problema de fertilidad. Entonces, yo importaba. Una mujer a la que te gustaba follar convenientemente quedó embarazada. ¡Aleluya! E incluso si el bebé no es tuyo--supongo que ése es un detalle menor en tu cabeza— ¿por qué no de pronto acumular adoración hacia ella y persuadirla de casarse contigo?” Cada palabra goteaba desprecio. “¿Por qué no convertirte en su marido bajo falsos pretextos y animarla a rendir su alma hacia ti? Ella sólo era un vientre fértil.”
La andanada de acusaciones apedrearon a Luc, y él hizo una mueca. Tenía que responderle rápido si quería difuminar esta situación. Claramente, la había lastimado mucho más de lo que había imaginado. Ella se sentía utilizada. Eso, él nunca lo había visto venir. Maldito infierno.
“Eso no es verdad. Lamento no haberte contado acerca de mi esterilidad. En este momento, me arrepiento más de lo que imaginas. Si, tú viniste a mí con una solución conveniente a mi problema, pero lo que siento por ti es mucho más.” Él la trajo más cerca, deseando que entendiera. “Te eché de menos cuando estuvimos separados. Estar alejado de ti se sintió como si una parte de mi faltara, y tenía un cavernoso agujero en mi pecho donde tú solías estar. Amaría más que nada que este bebé fuera mío, pero… las probabilidades están contra mí.”
“Entonces, Sherlock, ¿de quién es este bebé? ¿De Tyler?”
Sería tan fácil mentirle—y tan erróneo. “Asumí eso al principio. Sé como se siente él por ti, y la forma en que te toca es tan familiar, como si hubiera hecho eso—y más—mil veces. Pero tú has dicho que no son amantes, y he llegado a conocerte lo suficiente para saber que no eres una mentirosa.”
“Desearía tener la misma sensación de seguridad acerca de ti,” le lanzó ella.
“Entonces, en el momento de casarnos, asumiste que Tyler era el suertudo donante de esperma. Dado que has descubierto que eso no es cierto, ¿con quien asumes que me prostituí? ¿Clientes al azar en el club?”
Él ahuecó su rostro en sus manos. “Por supuesto que no. Ó Peter te violó, y no recuerdas el episodio—“
“Recuerdo todo perfectamente. Nunca me penetró. Este es tu hijo.”
“Su ataque fue traumático,” contestó Luc con evasivas.
Alyssa se retorció fuera de su tacto. “No lo bloqueé. Si todavía puedo recordar el olor a lejía de cloro en mis sábanas y el hecho que mi osito Teddy de la infancia me miraba directo a la cara mientras Joshua tomaba por la fuerza mi virginidad, pienso que puedo recordar si Peter tuvo ó no éxito en violarme.”
Querido Dios. Luc luchó contra el impulso de apretarla contra él, y su estómago dio un vuelco ante sus palabras. Sonaba tan segura de que Peter no había tenido éxito en violarla, lo que significaba… ¿era realmente posible que él hubiera conseguido dejarla embarazada?
“¿Ó?” espetó ella. “¿Cuál es el `ó'?”
“Ó…mi doctor estaba equivocado acerca de la gravedad de mi condición.”
“Que alguien le de un premio al hombre.” Ella saltó fuera de la cama, lejos de él.
Agarró a Alyssa y la tiró de nuevo a su regazo. Ella luchó y se retorció para liberarse. La sostuvo firmemente, pero sin apretarla. Quería que ella escuchara, no que se asuste.
“Dios, deseo más que nada que mi doctor se haya equivocado. Amaría saber que la vida que está creciendo ahora dentro de ti es una que hemos creado juntos. Pero entiende que, después de años de escuchar que sería más ó menos imposible, es difícil para mí comprender.”
La furia de ella se deslizó en una máscara de resignación. “Entiendo eso. Si un doctor te dice que algo es imposible, lo crees. Yo lo haría. No te culpo por eso en absoluto.”
Gracias a Dios. Quizás podrían resolver este lío.
Entonces, ella se liberó de su agarre y escapó a través del dormitorio, con los puños cerrados, y gritando a través de dientes apretados, “¡Lo que no puedo soportar es el maldito engaño!”
Su comportamiento gritaba, `Quédate malditamente lejos,' y Luc lo respetó. Intentar consolarla sólo sería contraproducente, y él quería que ella trabajara su ira. Ella definitivamente tenía derecho. Claramente él se estaba cuestionando sus decisiones ahora. ¿Acaso no haberle dicho la verdad había sido mantener la paz ó mera cobardía?
“Sólo puedo decirte que, cuando me informaste que estabas embarazada, te quise a ti y al bebé de tal forma, que no tengo palabras para explicarlo. Cada nervio en mi cuerpo me gritaba que te hiciera mía para siempre. No pensé que decirte la verdad sirviera de nada más que para apartarnos.”
“La verdad nos está separando.” Ella sacudió la cabeza, con el rostro tenso. Lágrimas amenazaban con derramarse, y Luc odiaba haber puesto esa expresión en su rostro. “Cuando nos casamos, era suficiente para mí que fueras el padre de mi bebé. Pensé que te amaba lo suficiente para ambos, y que algún día, también llegarías a amarme.”
¿Ella lo amaba? La euforia que debería haber sentido encontró una muerte rápida, estrangulada por el miedo. Alyssa había hablado en tiempo pasado.
“No tienes que esperarlo, dulce. Te amo. Yo—”
“Conveniente decirlo ahora. ¿En realidad piensas que tres palabras harán que todo sea mejor?”
Luc se puso de pie, tragando su temor. “No, y no es por eso que lo estoy diciendo ahora. Sé que me tomará tiempo probártelo. Pero es la verdad, y estoy aliviado de finalmente decir lo que siento.”
Alyssa le dio la espalda. “¿Cómo se supone que alguna vez te crea?”
No tenía una respuesta fácil salvo la confianza—la única cosa que él había destrozado entre ellos. “Por favor…lo juro. Estoy diciendo la verdad.”
“¿La misma clase de verdad que dijiste cuando me dejaste creer que sabías que el bebé era tuyo?” Ella se echó a reír. “Son sólo palabras y no significan una mierda.”
“¡Eso es basura! Cómo yo lo veo, significan todo.” Luc se pasó una mano por el pelo. ¿Cómo hacerla ver que sus sentimientos eran profundos y amplios y seguían para siempre? “Nos casamos porque estabas embarazada. Todavía estás embarazada, y aun quiero ser un marido y un padre. Este podría ser otro matrimonio de conveniencia…excepto que nos enamoramos. Amor, dulce. Es demasiado bueno para tirarlo. Tenemos que unirnos y resolver el malentendido, aun si toma un poco de tiempo.”
“No es un malentendido, es una mentira. No puedes usar esas tres palabras para poner una curita verbal sobre el hecho de que aparentemente me respetas tan poco, que inmediatamente asumiste que el bebé era de otro hombre. Me escondiste información crítica, me sedujiste en la creencia de que te preocupabas—”
“¡Sí me preocupo, maldita sea! ¿Has estado escuchando? Yo. Te. Amo. Nunca supe lo que eso significaba hasta ti.”
Alyssa le lanzó una mirada incrédula. “Me amas tanto que nunca me dijiste la verdad, nunca te molestaste en obtener una segunda opinión acerca de si posiblemente podrías engendrar un hijo, sólo en caso de que tu doctor estuviera equivocado—”
“En realidad, hice una cita el viernes para ser analizado de nuevo en una clínica en L.A. Estoy deseando que la segunda opinión sea diferente y que este bebé sea mío.”
“Este nuevo doctor te dirá lo que yo ya sé: Tú eres capaz de engendrar un hijo. No tengo ninguna duda de que serás un increíble padre, y nunca apartaré este niño de ti. Él ó ella es mitad tuyo y debería conocer a su padre. Pero nada del resto de esta mierda importa. Para nosotros, tu repentina confesión y `te amos' son demasiado poco y demasiado tarde. Adiós, Luc.”
* * *
El día después de Acción de Gracias, y Luc miraba por la ventana de casa de Texas en el borrascoso día gris. Tenía motivos para estar agradecido, suponía. Sintiendo que era imposible cuando era insensible a todo salvo al terrible vacío en su interior, un vacío que sabía que solamente podía ser llenado por su esposa.
Y Alyssa no le hablaba. En absoluto.
Había dejado la casa de ambos en Lafayette después de su discusión, para darle un poco de espacio, algo de tiempo. En las siguientes doce horas, ella había cambiado las cerraduras, tanto de su casa como del restaurante, así como el número de teléfono de su casa y el del celular. La noche siguiente, él había esperado en el abarrotado estacionamiento de Bonheur como un maldito acosador a que ella cerrara y se dirigiera a casa, sólo para tal vez robarle algunos minutos e intentar explicar de nuevo que lo lamentaba y que la amaba.
En su lugar, Tyler la había llevado a toda prisa hasta su coche y envuelto los brazos de manera protectora a su alrededor al momento de verlo a él junto al coche de ella. Tyler lo había empujado lejos sólo el tiempo suficiente para permitirle escapar a Alyssa. El bastardo lo había pagado; Luc sabía que tenía un cruce de derecha promedio. Pero fue demasiado tarde para intercambiar siquiera una palabra con su esposa.
La noche siguiente, ella lo había llamado desde el restaurante para reiterar su petición de que la dejara sola. Antes de poder decir mucho más de que lo lamentaba y que la amaba, ella había colgado.
Eso había sucedido hace unos largos y miserables ocho días. A principios de semana, había regresado a L. A. y terminado su grabación. Sólo podía imaginar lo que parecerían esos episodios, ya que había estado en piloto automático todo el tiempo. Sin duda recibiría una llamada de vuelta para volver a filmar algunos.
Ayer, probablemente había arruinado la fiesta de Acción de Gracias de Deke y Kimber. Ellos tenían mucho para agradecer y habían invitado a toda la familia de Kimber. Luc había intentado desaparecer en el fondo, pero Hunter había mirado fijamente con esos ojos conocedores mientras sacudía la cabeza y murmuraba, `estúpido cabrón'. Su hermano menor, Logan, había asentido.
“¿Algo de Alyssa?” fue de puntillas Kimber, viéndose tan contrita que apenas podía estar enojado con ella. Ella meramente había asumido que, dado que Alyssa era su esposa, él había sido honesto con ella acerca de su `condición'.
“No.”
“Estoy tan—”
“Lo sé.” Luc no podía escucharla disculparse nuevamente. Sólo le recordaba todo lo que estaba mal y no cambiaría una maldita cosa. Se metió los talones de la mano dentro de los ojos. “¿Por qué no aprendí la primera vez? Además de ser mi primo, Deke es mi mejor amigo. Le oculte la verdad a él también. Casi me cuesta nuestra amistad. Y aun así no aprendí un carajo. Yo la quería tanto y a nuestro bebé…” Suspiró. “Revisé mi ética en la puerta.”
“¿Tú pensaste que ella te estaba mintiendo también, correcto, acerca de quién era el padre del bebé?
“Si, y en ese momento, así fue como justifiqué mi engaño. Pero maldita sea, para citar un cliché, dos errores no hacen un acierto.”
“Verdad.” Kimber suspiró. “¿Qué vas a hacer? Nunca te he visto tan miserable.”
“Hay algunas cosas de las que debería estar eufórico, ¿sabes? Un año atrás, cuando empecé a oír de la red de cable, el espectáculo era un sueño a cumplir. Para que eso sea realmente una realidad ahora…es todo por lo que he trabajado, uno de los goles en la parte posterior de mi cabeza cuando me quedaba hasta cualquier hora cocinando el mismo plato por décima vez ese día y cambiando sólo un ingrediente para ver si podía hacerlo mejor. Es una de las razones por las que me rompí la espalda para hacer tantas apariciones personales, publicado los mejores posibles libros de cocina. Quería que esta oportunidad llegara hasta ávidos amantes de la cocina y compartir mi amor por la sofisticada cocina sureña.”
“Estoy segura que los shows serán grandiosos. Tu personalidad atraerá a los espectadores. Sólo lo sé.”
Él se encogió de hombros. “Quizás. El asunto es, de que no estoy seguro de que me importe mucho, ya.”
“Kimber apretó su mano. “Simplemente estás molesto. Dios, si hubiera tenido idea—”
“No te culpes por mi equivocación. Si no me hubiera casado con ella bajo falsos pretextos, no estaría en este lío.”
“Sé que estas lastimado ahora, pero hay cosas por las que estar agradecido. Encontrarás el amor por tu programa nuevamente una vez que estés en un mejor lugar emocional. Tienes a tu familia y amigos, una gran casa, un montón de talento. Tienes salud.”
Su salud. Luc rió con amargura. Tenía más que eso.
“El Dr. Kimjin me llamó esta mañana.”
Deke entró en la sala y se paró detrás de la silla de su esposa, con una mano casual en el hombro de ella. “¿Es el doctor que te revisó la semana pasada en L.A.?”
Luc asintió. Las palabras del hombre todavía resonaban en sus oídos.
“¿Y?”
“En sus palabras, que haya fecundado a Alyssa no es virtualmente imposible. Lo clasificó como un reto, pero no imposible en absoluto. Aparentemente, en los últimos nueve años, mi cuerpo ha sanado algo por su cuenta y el conteo de mi esperma ha aumentado lo suficiente para que mis posibilidades de fecundación sean mucho más grandes. Él todavía estaba sorprendido de que lo hubiéramos logrado sin drogas de fertilidad ó una intervención quirúrgica. Pero afirmó lo que yo ya había supuesto: es enteramente posible que el bebé sea mío. De hecho, estoy seguro de que lo es.
“¡Eso es fabuloso, hombre!” Se entusiasmó Deke. “Wow.”
“El Dr. Kimjin dijo que si mi anterior médico no me había dicho que era posible que mi cuerpo se sanara, él me había hecho un mal servicio.”
“¿Y considero que no te dijo?” preguntó su primo.
“Ni una palabra. Desearía como el infierno que hubiera visitado a otro doctor y obtenido otras pruebas antes.”
“Pero ahora ya lo sabes.” El rostro de Kimber se suavizó. “¿Le vas a decir a Alyssa?”
Luc se burló. “¿Cómo? Ella cambió todas las cerraduras, todos los números de teléfono. Incluso su cuenta de correo electrónico. No me verá ni hablará conmigo. Después de poner su confianza en un mentiroso cabrón cuando era más jóven y experimentar un resultado horrible, no me sorprende que no quiera saber nada con alguien más a quien ve como un traidor.”
“Pero tú la amas,” discutió Kimber.
Si, él lo hacía. Tanto que sabía que nunca estaría completo sin ella. Pero sus sentimientos no cambiaban una maldita cosa.
Justo entonces, sonó el timbre, y Kimber se levantó de un salto. “Yo voy.”
En su ausencia posterior, Deke miraba fijamente. “Hombre, tienes que espabilarte e ir tras ella. Cuanto más tiempo estés lejos, más fácil es para ella convencerse de que ella tenía razón y que a ti no te importa una mierda de ella.”
Luc se puso de pie de un salto. “¿Qué coños quieres que haga? La última vez que estuve allí, prácticamente la acosé sólo para ver su rostro. Ni siquiera logré hablar con ella.”
Deke se rascó la nuca. “¿Le enviaste flores?”
Dado el hecho de que se las había enviado con una nota cortés después de la primera noche que había pasado con ella, ¿en la cual se suponía que la compartiría con Deke? “Ella lo vería como un desprecio, no un gesto romántico. Además, le dije que la amaba. No estoy seguro de que ella pone en duda eso tanto como duda de que la quiero más de lo que quiero al bebé.”
“¿Lo haces?” Deke levantó las cejas trasmitiendo su sorpresa sin una palabra.
Luke asintió sin dudarlo. “Durante los últimos años, supe que mi vida estaba incompleta y, sin saber lo que faltaba, asumí que era la paternidad—la única cosa que no había experimentado nunca, ¿correcto? Después de la llamada del Dr. Kimjin, intenté averiguar porqué no estaba más agradecido, más aliviado. Todos estros años gastados en asumir que ser padre me completaría, llenaría el vacío que era físicamente incapaz de satisfacer. La naturaleza humana es querer lo que no puedes tener.”
“Pero te diste cuenta que lo que te faltaba era sólo alguien significante con quien compartir tu vida.” Deke no lo preguntó; él lo sabía.
“Si. ¿Qué tan estúpido pude ser? La paternidad será grandiosa, y siempre amaré a este bebé con todo mi corazón. Pero amaré a su madre hasta el día que me muera, y me mata no poder verla una vez más y tratar de convencerla de que ella es mi todo. La persona que he estado buscando por años y simplemente no lo sabía.”
“Luc, hay alguien en la puerta para ti,” dijo Kimber en voz baja, luego mordió su labio. “Intenté decirles que estabas ocupado, pero…insiste en hablar contigo.”
“¿Reportero?”
La mirada de ella se apartó con rapidez. “No.”
La alarma se disparó a través de Luc mientras ponía un pie delante del otro y se abría camino fuera de la cocina. El camino pareció tomar una eternidad, y temió lo que le esperaba al final de éste. Si ésta era una simple entrega, Kimber lo habría manejado. Diablos, ella lo hubiera mirado.
Él llegó hasta la puerta, sus movimientos parecían en cámara lenta a pesar que su corazón corría como una salida a tope, motor turboalimentado. Finalmente, la abrió y miró al bien afeitado trajeado de cuarenta y algo que estaba parado delante de él. La cara del hombre estaba entre seria y sombría.
Luc tragó saliva.
“¿Es usted Luc Traverson?” preguntó el hombre.
Incapaz de encontrar su voz, Luc se limitó a asentir.
“Tengo algunos papeles para usted. Por favor firme aquí.” Él empujó su portapapeles hacia Luc.
Papeles. Apocalíptico. Temió saber lo que eran esta clase de papeles. Dios, ni siquiera podía pensar en ellos, mucho menos aceptarlos.
Sacudiendo la cabeza, Luc dio un paso hacia atrás. “¿Qué clase de papeles?”
“No tengo conocimiento de esa información, señor. Mi trabajo es simplemente entregarlos.”
“No.” Luc no quería saber lo que había dentro del grueso sobre blanco metido debajo del brazo del hombre.
“Señor, tiene que tomar los papeles.”
Luc no podía controlar su respiración. Su corazón se movía rápidamente, balbuceaba. Negó con la cabeza.
Deke se acercó desde atrás y lo palmeó en el hombro. “Firma, amigo. Lidiaremos lo que sea que haya allí dentro. Lo prometo.”
¿Era esa una promesa que Deke podría mantener? Luc no estaba seguro de poder lidiar con eso.
“Señor, por favor.” El mensajero empujó el portapapeles en su dirección de nuevo.
“Está bien,” le susurró Deke al oído.
No, no lo estaba, pero enterrar su cabeza en la arena no iba a hacer que se vaya. Maldita sea.
Con dedos entumecidos, agarró la pizarra y el bolígrafo.
“Firme aquí.” Señaló el hombre.
El corazón de Luc dio un vuelco mientras lo hizo y aceptaba el gran sobre blanco. De alguna manera, supo que su vida había terminado.
Débilmente, oyó a Deke murmurar algo cortés y cerrar la puerta.
Deke lo agarró por el codo y lo acarreó arriba. “Vayamos de nuevo a la cocina y sentémonos.”
Luc se sorprendió al darse cuenta que estaba de rodillas. Literalmente.
Mientras tropezaba a sus pies nuevamente, Deke lo guió de regreso a su silla. El borde del sobre le cortaba la mano, y la sensación de haberlo perdido todo lastimaba su sangre como veneno. La lástima en el rostro de Kimber era una flecha en el pecho. Todos sabían lo que él sabía. Luc cerró los ojos mientras el dolor lo desmantelaba una célula a la vez.
Por último, se tambaleó dentro de la silla. Deke jaló una junto a él.
“Ábrelo.”
“No.” Dolería jodidamente demasiado.
“Esto puede ser algo de la red televisiva.”
Luc negó con la cabeza. “Hubieran contactado a mi agente primero.”
“Quizás es un informe escrito del Dr. Kimjin.”
“Él acaba de recibir los resultados esta mañana. Además, ¿por qué no sólo enviarlos por fax?”
“Aun así tienes que abrirlo.” La ronca voz de Deke rechinaba en su cerebro.
“¿Lo malditamente abrirías si estuvieras en mis zapatos? ¿Si estuvieras bastante seguro que el sobre contiene el fin de tu matrimonio y felicidad, realmente te lanzarías dentro como si fuera cualquier otro correo?”
Deke le echó un vistazo a su esposa. La cara de su primo estaba llena de amor, y casi le dolía a Luc verlos tan felices. Quería lo mejor para ellos, pero si aun el jodido Deke se había dado cuenta de cuánto significaba Kimber para él y se las arregló para compartir su vida con ella, Luc se preguntaba porqué diablos no pudo él darse cuenta antes de que quería lo mismo con Alyssa. Que lo quería todo con ella.
“Probablemente me bajaría una botella de Jack primero, pero enfrentaría la realidad. El Luc que conozco también lo haría.”
Luc se burló, intentando mantener las lágrimas a raya. No tuvo éxito. Las pequeñas gotas eran como una piqueta en la parte posterior de sus ojos. Su garganta se anudaba. “Odio el Jack Daniels's.”
“Bueno, dado que no has estado mucho cerca, no hemos guardado mucho de tu sofisticado cabernet sauvignon a mano. Es Jack ó sobrio.”
“Joder.” Soltando un suspiro tembloroso, agarró el sobre. “Sobrio.”
Con pavor hundiendo su corazón, Luc metió los dedos debajo del borde de la solapa del sellado sobre grueso y lo abrió. Sus dedos temblaron al retirar el documento de adentro. Palabras grandes en letra sofisticada saltaron hacia él, apuñalándolo en el corazón.
Poniendo fin a sus esperanzas y felicidad para siempre.
Tragó saliva, pero su voz todavía era áspera y desigual cuando leyó, “Petición de anulación de matrimonio.”
Capítulo 19
Alyssa entro a su casa con un suspiro de cansancio, evitando su dedo anular desnudo y su significado, y miró su reloj. Cerca de la una a.m. Luc debió haber recibido los papeles de la anulación para ese momento, probablemente hace horas. Ella medio esperó que él llamara a Bonheur esa noche y demandara hablar con ella. Silencio. O que estuviera esperando en su camino de entrada cuando ella llegara a casa. Ni una. Mordisqueando una uña rota, se preguntó qué significaba eso. ¿Él seguiría con el proceso y le otorgaría el final legal de su matrimonio, como si nunca hubiese tenido lugar?
Ella lo esperaba así. En parte. Bueno, eso era lo que ella debía querer. Él la había engañado y quizá nunca se preocupó por ella en la forma en que a ella le importaba él. Concedido, su “sin cuidado” siempre la hizo sentir especial, pero ella no tenía manera de saber si su ternura era una actuación. Y ella no quería creer ciegamente en él, luego despertar un día y darse cuenta —muy tarde— de que ella puso su fe en alguien que le podía rasgar su mundo y apuñalarla en el corazón.
Alguien como Joshua.
Haberle dicho a Luc sobre su pasado había sido catártico. Y a pesar de la dificultad, aparentemente los había unido más. El hecho de que ella juzgara mal la situación sólo la hizo determinarse más a terminar las cosas ahora. Si ella se quedaba, sólo iba a entrar profundamente, y ese error podía ser catastrófico.
A pesar de que dolía tanto, era mejor de esta manera. O lo sería algún día, supuso. Ahora, tomando otro aliento, poniendo un pie al frente del otro, era el infierno. Alyssa no estaba comiendo tan bien como debería. Lo poco que se las arregló para tragar era por el bien del bebé. Y dormir… no estaba sucediendo sin el caliente, protector cuerpo de Luc junto a ella. Alyssa sabía que estaba quemando su vela por ambos extremos, se estaba desgarrando tratando de sacar al restaurante del suelo, haciendo frente a los ajustadores de seguro y a los contratistas para reconstruir las Las Sirenas Sexys … mientras trataba de olvidar a Luc. Pero la vida creciendo dentro de ella era un constante recuerdo de su esposo. Incluso sin un bebé, dudaba que pudiera alguna vez superarlo. Después de cerrar la puerta del frente, se giró a una lámpara cercana que proveía el suficiente brillo dorado para que subiera penosamente las escaleras. Sus tacones sonaban en los pisos de madera del oscuro vestíbulo a su habitación.
De repente, recordó que la alarma no había sonado cuando entró a la casa. ¿Había olvidado ajustarla esa mañana? Y la puerta de su habitación estaba cerrada. Alyssa frunció el ceño. La falta de sueño y de alimento la estaba alcanzando. Otra mujer le había dicho que el embarazo hacía a una chica olvidadiza.
De todas formas, ella nunca cerraba esa puerta cuando se iba. Ella siempre quería saber qué —o quién— esperaba por ella en su habitación antes de entrar. Algo más que Joshua le enseñó. ¿Era posible que Luc la estuviera esperando del otro lado de la puerta? Él tenía su manera de derretir sus defensas con sus sorpresas.
La posibilidad la llenó de excitación. Se suponía que ellos estaban terminando su matrimonio, pero ella se estaría mintiendo si dijera que no lo había extrañado con cada respiración que tomaba. No estaba segura de cómo había entrado a la casa. Después de todo, había cambiado las cerraduras. Luego otra vez, él conocía a Jack y a Hunter, y esos dos podría entrar en el Área 51, envolverse dentro de Fort Knox, rodeados por la Casa Blanca.
Con un suspiro y con el estómago endurecido en nudos, Alyssa empujó la puerta abierta, esperando ver que Luc hubiese decorado la habitación como una fantasía de habitación de luna de miel.
Pero no. En su lugar, cuerdas habían sido atadas a los postes de la cama de cada esquina, dejando bucles al final para muñecas y tobillos. Contuvo el aliento, la bilis subiendo por su garganta.
Parpadeando, su aliento delgado, Alyssa miró con horror. ¿Qué demonios? Luc sabía mejor que casi nadie que ella no soportaba el bondage. ¿Por qué en la tierra la pondría en esto? ¿Para probar que ella podía, de hecho, confiar en él? Si él quería reconciliarse, amenazar con atarla a la cama no era la manera de persuadirla de darle a su matrimonio otra oportunidad.
La ira se fijó en ella. ¿Dónde estaba el hijo de puta? ¿En el baño? ¿El closet? ¿Escondiéndose porque sabía que ella iba a tomar una franja de su piel por esta mierda?
Cuando se volvió hacia el baño, el ácido casi goteaba de su lengua. Luego vio lo que le esperaba.
No era Luc el que se apoyó contra la pared, se quitó la chaqueta, la corbata suelta, la sonrisa firmemente en su lugar.
Ella gritó.
Luc se detuvo delante de la casa que había compartido con Alyssa. Se estacionó. Miró fijamente. Ella le había ganado a llegar a casa, basado en el suave brillo de la lámpara en la sala. Demonios. ¿Ella siquiera respondería a la puerta a esa hora de la noche?
Durante el largo viaje, el se preguntó cientos de veces, sus pensamientos eran interminables bucles de lógica que siempre lo llevaba a una conclusión: Él tenía que hablar con ella cara a cara, tratar de reconciliarse con ella otra vez. No dejaría a Alyssa sin pelear. De alguna manera, debía hacerla creer que él la amaba y que nunca haría nada para traicionar su confianza de nuevo. Armado con su convicción, se bajó del auto, salió al viento de noviembre todavía de noche y frío. Sus manos sudaban mientras se acercaba a la puerta.
Un débil grito femenino de terror estalló a través de la noche. El sonido quemó un camino que bajó por su columna. No era la televisión. Era real y humano —y familiar.
¡Alyssa!
Corriendo hacia la puerta, tomó el pomo y tiró de él. Pero estaba cerrada firmemente. “¡Joder!” ¿Ventanas? ¿Otra puerta? Todas cerrada, lo sabía. Jack había alambrado la casa firmemente. Lo que le planteó la cuestión: ¿Quién había llegado a ella y como había entrado? Luego. No podía preocuparse por detalles ahora.
Luc también debía entrar, de algún modo. Tenía que tomar algunas decisiones —y rápido— o Alyssa podía morir.
Nueve-uno-uno era la primera opción lógica… excepto que Remy no hizo su trabajo bien y no tenía los medios para entrar a la casa. Llamar a Tyler tenía más sentido.
Arrancando su teléfono de su cinturón, golpeó la marcación rápida, agradecido de que le hubiera birlado el número al celular de Alyssa luego de que ella se “hubiera ido”.
Tyler contestó antes del segundo ring. “¿Qué?”
“Es Alyssa. Hay alguien en su casa. La puedo oír gritando, pero no puedo entrar desde que cambió las cerraduras”.
“No intentes de engañarme justo cuando puedes verla de nuevo”.
“La verdad de Dios”. Luego Alyssa gritó de nuevo —alto.
“¡Mierda!” Su portero maldijo, y su actitud cambió. “Estoy al menos a diez de distancia. Tendrás que entrar y manejarlo hasta que llegue ahí. Te meteré”.
“¿Cómo?” Estaban perdiendo el tiempo. Cada segundo, otra oportunidad de mantener a Alyssa sin daño, se perdía.
“Ve a través de la puerta, alrededor del lado de la casa. En el jardín de al lado, hay una puerta que lleva al estacionamiento. A la derecha de la puerta, hay un acebo. Detrás está un rollo de película pequeño. Debe estar medio enterrado”.
Luc echó a correr por el lado de la casa y ahora estaba directamente debajo de la ventana de Alyssa. La escuchó gritar de nuevo, y el sonido oprimió sus entrañas con miedo y temor. ¿Por qué no podía solamente romper la maldita cosa y salvarla? La necesitaba en su vida, maldita sea.
“Malditamente demasiado oscuro para ver algo”.
La frustración montando, corrió a su carro y sacó su linterna de emergencia. Mientras estaba ahí, también sacó la semiautomática que había olvidado que estaba en su carro y se la guardó en la cintura de sus vaqueros, en la parte baja de la espalda… por si acaso.
Los segundos que tardó en volver al lado de la puerta parecieron durar por siempre, pero el rápidamente localizó el rollo, extrajo la llave, y la metió en la cerradura.
“Estoy en el estacionamiento”.
El aire estaba lleno de polvo sofocante y olía ligeramente a hierba. Luc no se atrevió a prender la luz, pero al menos sabía su camino.
“Apaga y bloquea la puerta detrás de ti en caso de que el asaltante no esté trabajando solo. Todavía no hay necesidad de alerta a nadie del hecho de que estás ahí. Te podría matar antes de que tengas la oportunidad de salvarla”.
“Eso es”. Él hizo lo indicado.
Buscó alrededor de su equipo de jardinería y al frente del pequeño convertible, se acercó a la puerta que conducía al alojamiento.
“De pie frente a la puerta de la casa”.
“No puedes usarla. Debe estar cerrada y no sé donde guarda una llave. Y si la abres, la alarma, si está activa, hará un sonido y alertará al intruso. Tienes que ir por el ático”.
“Captado”. Luc se regresó alrededor del carro de Alyssa y tiró de la cuerda que colgaba del techo del estacionamiento. Un conjunto de escaleras surgió en el espacio vacío al lado de su coche. Subió, la linterna a la cabeza.
Dentro del espacio, encontró cajas con decoraciones de Navidad, registros de impuesto dispuestos ordenadamente un año luego del otro, y prácticamente nada más que espacio vacío. Impaciencia y miedo lo corroía.
“Veo dos puertas pequeñas. ¿Abren espacios para gatear?”
“Así es. Nunca imaginé que ayudarla a arreglar el cable un día sería muy útil”. Tyler trataba de bromear, pero el chiste le salió lacónicamente.
“La de adelante parece como si fuera sobre la sala”.
“Exactamente. Toma la de tu derecha. Una vez que estés adentro del espacio para gatear, que se entremezcla arriba. La salida está al final, en el pasillo fuera de su habitación”.
“Sé exactamente donde”. Él había notado la entrada del ático mientras recorría el pasillo.
Luc se abrió paso tras la puerta y, sobre manos y rodillas, gateó hasta las vigas de la casa.
“Esto tomará algunos minutos. Es largo y estrecho, pero conservarás el elemento sorpresa”.
Tanto como cada segundo lejos de ella irritaba a Luc, estuvo de acuerdo en que este era el mejor plan.
“¿Alguna idea sobre con quién demonios estamos lidiando” Tyler pregunto.
“Ni idea”.
“Meter fue extraditado a Florida. Tenía pendiente un cargo por agresión sexual ahí, así que no es él. Pero el maldito Primpton le concedió la libertad bajo fianza”.
“¿Crees que sea tan estúpido?”
“Él es así de tenaz. Y no tiene la cabeza bien”.
Luc no podía estar más de acuerdo.
Tyler suspiró. “Hay algo más que debo contarte, sólo en caso de que este gilipollas sea nuestro problema. Probablemente has adivinado que no soy un gorila por el comercio”.
“Sí”. Las entrañas de Luc se agarrotaron. ¿Qué demonios estaba diciendo ese hombre?
“Soy de Californa, el estado natal de Alyssa”.
Mierda. A Luc no le gustó el sonido de esto. “¿Qué demonios hiciste?”
“Solía ser un detective de la policía de los Ángeles. Ahora soy un PI. Fui contratado a finales de agosto por un realmente rico gilipollas para encontrar a Alyssa. Me dieron una foto de su adolescencia y la información de que ella estaba en algún lugar de Lafayette. El pendejo me dijo que era su hermana perdida”.
Luc se enfrió totalmente. “Joshua”.
“Ese es”.
“¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿O se lo dijiste a ella?”
“¿Para que ella tratara de sacarme de su vida completamente? No. Creí que tenía las cosas bajo control”.
“¿Así que piensas que Joshua podría estar dentro?”
“No lo sé”. Suspiró. “Tan pronto como encontré a Alyssa para él, me pagó. Volé de vuelta a Los Ángeles a darle información y una prueba fotográfica. El hijo de perra me preguntó mil cosas, si ella tenía un esposo o amante, si la había jodido, si sabía si alguien la jodía. Él estaba obsesionado, hombre”.
Las entrañas de Luc se hicieron nudos. “Demonios, todos asumimos que Primpton era la amenaza”.
“El concejal es desquiciado, pero no creo que esté ansioso de tener una sentencia de prisión por esta broma. ¿Ya estás cerca de la cámara de aire?”
“Está apretado aquí, pero estoy cerca”.
“Estoy alrededor de cinco minutos de ahí”.
Por una vez, la presencia de Tyler sería un gran alivio. “Una vez que te diste cuenta de que Joshua era una basura, ¿te quedaste en Lafayette para proteger a Alyssa?”
“Sí. No podía romper la confidencialidad de mi cliente diciéndole a ella sin arriesgar mi licencia. Por todo lo que sé, él sólo quería saber dónde estaba ella y rechazar su imagen cada noche. Luego, cuando las cosas se pusieron calientes, no podía probar quién había dejado los cuchillos y las amenazas. Así que me quedé, llamé amigos de casa periódicamente para vigilar al bastardo, asegurarme de que seguía en Los Ángeles, e hice lo mejor para no tenerla fuera de mi vista. Hubiera sido malditamente más fácil protegerla si hubiera sido su amante. Nada como protección veinticuatro/siete”.
Los celos ataron a Luc. “Esa no es la única razón por la que querías a Alyssa”.
“Oh, infiernos, no. He estado enamorado de tu esposa casi desde el primer día”. Suspiró. “Pero ella siempre lo ha estado de ti. Nunca tuve una oportunidad”.
“Me dejaste creer más de una vez que estabas acostándote con ella”.
“Seguía creyendo que te enojarías, te irías y eso me daría una oportunidad. Pero fuiste muy tenaz, diablos”.
Y la verdad salió a la luz. Tyler nunca había dormido con su esposa. Alyssa no le había mentido. Luc apretó los dientes. Había sido tan estúpido para dejar que los celos se salieran de sus mandos. “Tampoco la dejaré ir ahora”, él juró. “La trampa que lleva fuera de la cámara está derecho frente a mi. Reduce el espacio desde el techo. ¿Simplemente empujo y bajo las escaleras?”
“Deberías. Pero debes ser muy tranquilo. Las escaleras de madera producirán un estrépito si no las bajas lentamente”.
Alyssa gritó de nuevo, esta vez era un grito claro, quejumbroso. “¡No! ¡No me toques!”
“¿Escuchaste eso?” Luc gruñó en voz baja. “No tengo tiempo para ir lentamente”.
“No tienes opción. Recibí una llamada hace tres horas de un vuejo compañero diciendo que Joshua dejó Los Ángeles unas semanas atrás”.
“¿Unas semanas?”
Tyler suspiró. “No pensé que después de todos estos meses de repente él hiciera un movimiento. No lo estaba vigilando tan seguido… mi estupidez, lo sé. De todas formas, Joshua le dijo a su esposa que estaría en Londres por negocios, pero TSA dice que nunca abandonó el país… si es él el que está en el cuarto de Alyssa, va a querer molestar a tu esposa por un rato.
Tiene más de una década erecto por Alyssa. Si intenta matarla, no será rápido. Toma un largo aliento y encuentra alguna maldita paciencia”.
Las palabras de Tyler lo consumieron. La ansiedad lo raspaba. Tragó porque el PI tenía razón.
“¿Tienes algún modo de combatirlo? ¿Alguna arma?” Tyler preguntó.
“Tengo licencia para un arma oculta en Texas, así que la tenía en el auto. Está metida en mi cintura”.
“Ligeramente ilegal, Traverson”.
“Tengo más en mi mente que tecnicismos”.
“Entendido. Tenemos que terminar esta llamada ahora. Necesitarás ambas manos para bajar la escalera y una vez que abras la trampa, él será capaz de oírte hablar”.
“Sí”. Luc agarró el teléfono, tratando de calmar su respiración errática y el corazón acelerado. Esta era. Debía salvar a Alyssa o morir en el intento.
Deke hizo un montón de cosas para preparar a Luc para esto. Combate mano a mano, karate, cerca de una sobredosis de prácticas de tiro… Pero el hecho era que Luc era un chef y otro ayudar a Tyler a desarmar a Meter en la oficina de Alyssa, Luc nunca tuvo que limpiar a un atacante y rescatar a alguien —especialmente no a alguien que él amara más que a su próximo aliento.
“Lo puedes hacer”, Tyler le aseguró. “Mantén la calma y la tranquilidad. Usa el elemento sorpresa si puedes. Si no, sólo vuela la cabeza de ese hijo de puta. Llamaré a Remy ahora. La caballería estará ahí en menos de cinco minutos. Haz lo que tengas que hacer para mantenerla viva ese tiempo, y nosotros nos encargaremos del resto”.
“Gracias”. Luc quizá no estaba tan bien entrenado como Tyler, pero estaría maldito antes de dejar que quien fuera matara a su esposa. Y si era Joshua… Luc estaría malditamente emocionado de exorcizar ese fantasma de ella —para siempre.
Alyssa pestañeó. Pestañeó de nuevo. Su peor pesadilla había cobrado vida —y ahora se encontraba en su habitación.
“Hola, Linsey. Aunque creo que debería llamarte… prostituta”.
¡Corre! Su cerebro no podía hacer que su cuerpo obedeciera las órdenes porque el shock abrumaba su sistema. Dio un paso atrás, el miedo agarrando sus pulmones mientras gritaba.
“Quieta ahora. He observado mucho tiempo para encontrarte. Más de una década, de hecho. Ahora que lo he conseguido, es tiempo de recordarte a quien perteneces. Y sí, las cuerdas son para ti. Por los viejos tiempos”.
Su cuerpo tembló. Pero cuando vio el mango negro del aserrado cuchillo en su mano —del tipo que había sido apuñalado en sus cosas— su mundo se estremeció.
“¿Has estado acechándome?” ¿No era Primpton?
Sus ojos brillaron con enferma malicia. “Disfruté asustarte con todas esas notas. Destruir tu habitación fue divertido, también. Pero no fueron tan terroríficos como quería. Me di cuenta de que no eres la misma virgen humilde, Lindsey”.
No lo era. Pero en ese momento, fue como si tuviera quince años otra vez y se sorprendiera de que su mejor amigo era ahora su peor pesadilla, causándole inmenso dolor mientras la despojaba de su inocencia, un forzado empuje después de otro.
“No hagas esto, Joshua”, ella suplicó, dispuesta a todo para vivir por el bien del bebé.
“Ah, así que recuerdas mi nombre. Tan jugoso que no hayas olvidado a tu primer hombre. Veamos que más recuerdas”.
“Vas a matarme”. No era una pregunta. Ella sabía la respuesta en lo profundo de sus huesos.
Él no dudó. “Claro. Te mantendría viva, pero no me gusta la idea de compartirte con ese chef con el que te casaste. Además, mi esposa odia mis… pequeños juguetes”.
¿Su esposa? Ella se estremeció. Lo que pensaba era bastante malo, ¿pero para profanar sus votos matrimoniales también? Por otro lado, no sonaba como si fuera la primera vez que se extraviaba.
Los ojos de Joshua estallaron con la promesa de dolor mientras la acechaba con una sonrisa torcida. Ella retrocedió. “Déjame en paz”.
“No puedo hacer eso. Luego de que te fuiste, fui el hazmerreír de mis amigos. Me gastaban bromas diciendo que odiaste joder conmigo tanto que te fuiste de casa”.
¡Así era! Pero ella sabía que confirmarlo sería imprudente.
“Empecé a preguntarme si mis amigos tenían razón. Quizá fue un poco doloroso para el primero, eras virgen, pero estaba seguro de que te jodí bien”.
¿Él había pensado que el terror y el sangrado anal eran buenos? “Todo eso está en el pasado. No hay nada entre nosotros ahora, Joshua”.
“Yo soy quien decide eso. Cuando te fuiste, me quitaste el control. Luego compartiste tu cuerpo con otro hombre. ¡Te casaste!”. Él apretó los labios. “Muy imprudente, pero por suerte, muy temporal”.
Con su amenaza implícita, la ira hirvió a la superficie, rodando sobre el miedo. “¡No te atrevas a tocar a Luc!”
“Es el siguiente en mi agenda. Ahora sé la buena stripper que eres y quítate la ropa”.
El tiempo de hablar había terminado. Una vez que Joshua decidía que quería algo, nada lo detenía. Podía ser metódico y paciente, si descubría que el juego y el deporte valían la pena. El resto del tiempo era un hijo de puta codicioso, queriendo lo que quería ahora.
Alyssa se negó a seguir el juego.
Tenía que encontrar la manera de defenderse y salir por la puerta. Si se giraba y corría, él la atraparía. Estaba usando tacones de aguja, y él había sido una estrella del atletismo en la secundaria. Sin debates. Encontrar una forma de igualar las posibilidades era crítico.
Alejándose de él, hacia la puerta, corrió el riesgo de mirar sobre su hombro. La primera cosa en atrapar su mirada fue brillante y de plata, y ella sabía que al levantarlo era pesado.
Gracias, Luc, por el regalo de bodas.
Giró la espalda a Joshua y se abalanzó al marco. Como esperaba, se lanzó tras ella. Y ella estaba lista. Cuando él se acercó, ella agarró el pesado, rugoso marco de fotos y se volvió con toda su fuerza, estampando a Joshua en la cara.
Él se tambaleó hacia atrás, tambaleándose en la pared, agarrando su ojo derecho. “¡Perra! Vas a pagar por esa mierda. No sabes cuanto he aprendido acerca del fino arte de hacer una maldita herida en los últimos catorce años, pero estaré malditamente feliz de mostrártelo”.
Alyssa no se quedó a escuchar su diatriba repugnante. Se quitó los zapatos y se lanzó hacia la puerta del dormitorio. Se detuvo en seco cuando Joshua consiguió hacerse con un mechón de pelo en su puño. Luego empezó a jalar hacia atrás.
Si ella lo dejaba arrastrarla hacia la habitación, estaría tan bien como muerta. Podría morir de todas formas, pero maldita sea, ella no se iba a dar por vencida sin pelear.
Girando su cabeza en una dirección, ella tiró con todas sus fuerzas hacia el otro. El dolor chamuscó en su cuero cabelludo mientras las hebras fueron arrancadas de los folículos, pero ella estaba libre.
Sabiendo que estaba a un segundo o menos por delante de él, corrió hacia la puerta, en la oscuridad del pasillo —y chocó contra alguien.
Ella contuvo la respiración. Dios querido, ¿Joshua había traído ayuda?
“Shh”, él susurró.
¡Luc!
Quería hacerle millones de preguntas, pero no había tiempo. Las pisadas de Joshua resonaban en el piso de madera. Luc la empujó detrás de él, luego los apoyó en la pared, fuera de la trayectoria de Joshua. Alyssa rezó que en la oscuridad, él no los viera de inmediato.
Acurrucada contra la espalda de Luc, estaba tan aliviada de verlo —y preocupada por él al mismo tiempo. Joshua quería matarlo, y Alyssa no tenía dudas de que su hermanastro lo decía en serio.
Luc la apretó más en las sombras al tiempo que Joshua se acercaba, con paso lento. Ella casi podía sentir su mirada metódica barriendo el pasillo oscuro y contuvo el aliento, rezando porque ella y Luc pudieran salir de esta vivos. De alguna manera.
Algo surcó por el estómago de Alyussa —duro, frío. Metió una mano entre ellos y sintió alrededor. ¡Luc tenía un arma!
Él se tensó cuando ella tocó el arma, luego le dio una sacudida infinitesimal de cabeza. Alyssa frunció el ceño y la soltó. Las armas no era sus favoritas, pero esperaba que Luc tuviera un plan. Preguntándose qué demonios podría ser cuando la presionó contra la pared, Alyssa jadeó, su corazón latía a un ritmo staccato tan alto que temía que la gente en el país vecino pudiera oírla.
Joshua se deslizó delante de ellos, luego se detuvo en lo alto de las escaleras cuando las sirenas rompieron el aire.
¡La policía está de camino! Gracias a Dios.
En el sonido, Joshua levantó la cabeza, luego gruñó. “¡Maldita perra! ¿Dónde estás? Debía haberte oído correr bajando las escaleras. Y ahora los malditos policías están en camino. Alguien eliminó mi corta diversión, maldita sea, pero voy a terminar antes de que ellos estén a diez pies de salvarte”.
Sin aviso, encendió la luz del pasillo. Y tenía un arma apuntando directamente al pecho de Luc.
Joshua se veía sorprendido de ver a su esposo; luego sonrió. “Bueno, hablando de la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro”.
Alyssa no podía respirar. El arma de Luc aún estaba en su espalda. Nunca tendría tiempo de sacarla y tirarle a Joshua de vuelta. Su hermanastro estaba a un gatillo de matar a Luc. Y ella conocía Josh —lo haría sin remordimientos. Infierno, probablemente se riera.
Eso no podía pasar. Si ella no tenía a Luc se desvanecería, se rompería… moriría.
Ella se inclinó sobre el hombro izquierdo de Luc y miró a Joshua. “Déjalo en paz. Es a mí a quien quieres. Me subiré a un auto contigo. Puedes tomarme donde quieras, hacer lo que quieras, si lo dejas en paz”.
“¡No!” Luc criticó. “Por supuesto que no”.
Por un segundo, la esperanza la provocó. Quizá… Luego ella recordó. Su preocupación probablemente no era por ella, sino porque estaba embarazada. “Sé que estás preocupado por el bebé. Encontrarás a alguien más para tener otro. Sé que lo harás”.
“¿Bebé?” Joshua gritó, dando un amenazador paso hacia delante. “¿Lo dejaste joderte y embarazarte?”
Luc miró el arma, pero por lo demás no le hizo caso. “No estoy pensando en el bebé ahora. Estoy preocupado por ti. Si te vas con él, no te veré de nuevo con vida. Para mí, nunca habrá nadie más a quien ame la mitad de lo que te amo a ti”.
Sus palabras la calentaron, vertiéndose sobre su piel temblorosa como chocolate derretido. Por ese único momento —probablemente el último juntos— Alyssa esperó que el quisiera decir eso, y aparte de su futuro hijo, ella le importara a Luc.
Maldita sea, ¿por qué ella tenía que darse cuenta de que existía la posibilidad de que sus sentimientos fueran tan reales como los suyos cuando su tiempo juntos estaba acabándose?
No. Joshua le había quitado todo una vez. Nunca más sería víctima de este pendejo. Si alguien iba a caer esta vez, era él.
Luc tenía un arma, y ella tenía sentido común. Era hora de usar ambos.
“Me voy a enfermar”, Joshua se burló mientras los acechaba cada vez más cerca —hasta que presionó el arma en la frente de Luc. “Es tiempo de terminar este festival de amor”.
El corazón de Alyssa se detuvo.
Las sirenas estaban gritando, viniendo más cerca con cada segundo. Ella vio el pánico en la cara de su hermanastro. Él estaba a punto de hacer algo imprudente, irresponsable, y dado el hecho de que pudiera disparar a quemarropa a Luc en cualquier momento… irrevocable. No había manera de que su esposo pudiera alcanzar el arma y disparar lo suficientemente rápido. Ella, sin embargo, podría ser capaz de usar el elemento sorpresa.
“Tú”. Joshua apuntó su arma a Luc, luego saludó a la izquierda. “Linsey es mía. Siempre ha sido mía. Por tocarla, morirás”.
“Es Alyssa, pendejo”, ella se burló. “Y te odio. ¡Púdrete en el infierno!”
Mientras la miraba con creciente furia, ella tomó el arma de Luc, y lo empujó a un lado. Vagamente, ella escuchó tropezar. Joshua estaba distraído por la conmoción el tiempo suficiente para que Alyssa agarrara el arma desconocida, apuntara y…
¡Bang!
Cuando el sonido estrelló en sus oídos, Joshua golpeó una mano en su pecho y se tambaleó hacia atrás. Cuando sacó sus dedos de su camisa blanca, salieron rojos. Una mancha carmesí empezó a extenderse por su camisa.
“¡Perra!” Joshua murmuró y luego se tambaleó.
Para su horror, se enderezó y levantó su arma de nuevo.
Luc saltó frente a ella y arrancó el arma de sus manos. Antes de que pudiera protestar, él había plantado su cuerpo frente a ella, apuntó y disparó. El disparo retumbó en el pequeño espacio, zumbando en sus oídos.
La cabeza de Joshua cayó hacia atrás. Al caer de rodillas, la sangre brotaba por la herida entre sus ojos.
Alyssa saltó cuando él cayó en un ruidoso montón en sus pisos de madera. Su arma se cayó de la mano laxa y se deslizó por el suelo.
Luc se separó de Joshua hasta estar a sus pies. Sin apartar los ojos de su hermanastro, él estabilizó su arma y apuntó de nuevo al enfermo bastardo.
Alyssa dio un paso hacia Joshua y se dobló.
“¡No!” Luc insistió. “Podría ser un truco”.
“Entonces cúbreme”. Ella tragó. “Necesito esto”.
Y maldita sea, no estaba conmovida ante el pensamiento de que ella había ayudado a matar a su hermanastro. De hecho, estaba conteniendo el aliento, esperando que así fuera. Si era así, ella daría una maldita fiesta.
En el piso de abajo, escucharon una conmoción, y luego un fuerte golpe en la puerta que pegó en la pared. Pasos se volcaron en el interior, golpeando las escaleras, mientras Alyssa se inclinó hacia Joshua y puso sus dedos en su carótida.
“¿Y bien?” Luc pidió.
“¿Está usted bien, señorita Devereaux?” Remy preguntó, de pie en la escalera detrás de Joshua.
“Señora Traverson”, Luc corrigió a Remy secamente, luego se giró hacia ella. “¿Cariño?”
Ella se puso de pie y sonrió —realmente sonrió— por primera vez en catorce años. “El hijo de perra está muerto”.
Capitulo 20
El claro viernes por la tarde soplaba abrasadoramente a través de Lafayette. Alyssa miraba por la ventana de la sala mientras caminaba de ida y vuelta, esperando. Media hora antes de tener su cita en el consultorio del obstetra. Luc le había rogado que lo dejara acompañarla a la cita. Ninguna señal de él hasta el momento.
Suspiró. ¿Qué le pasaba a este hombre?
“Tienes esa mirada `estoy pensando en Luc' en tu rostro,” bromeó Sadie.
Alyssa revoleó los ojos por su propia ridiculez. Ella había tomado medidas para poner fin a su matrimonio con Luc, aun así, no podía dejar de pensar en él. Esta mañana, había acariciado su anillo de bodas, muy tentada de ponérselo sólo para sentirse más cerca de él.
“No entiendo a Luc,” confesó ella. “Ha pasado casi una semana desde que le disparamos a Joshua.”
“El bastardo más merecedor de un cajón de pino que nunca he conocido.” Sadie aferró su mano. “Cariño, ¿por qué no nos dijiste a ninguno de nosotros de tu pasado?”
Porque había sido su vergüenza, y la había enterrado sin piedad, utilizándola para fortalecer su corazón de hierro para nunca acercarse a nadie demasiado, nuevamente. Luc había derretido sus defensas y llenado su alma. Ahora se sentía incompleta sin él.
Para mí, nunca habrá nadie a quien amaré la mitad que a ti.
Mientras se mordisqueaba una uña, aquellas palabras corrían por la cabeza de Alyssa. ¿Luc realmente quiso decir eso, ó la posibilidad de las muertes de ella y del bebé lo llevaron a decir esas palabras?
“Simplemente quise mantenerlo detrás de mí,” dijo Alyssa por último. “Además, nunca imaginé que Joshua me hubiera visto en el funeral de mi madre, me hubiera reconocido, contratado a alguien para darme caza...”
“¿Estás enojada con Tyler?”
La pregunta hacía ruido en su cabeza. “No enojada. Él estaba haciendo un trabajo. Tyler dijo que Joshua no actuaba espeluznante ú obsesivo hasta después que él me hubo localizado y entregado la información. Él en realidad puso su vida en riesgo para protegerme porque temía lo peor.”
“Y porque esperaba que le prestaras atención.”
Alyssa hizo una mueca. “Eso también.”
“¿Dijo lo que va a hacer ahora?”
Después de horas el lunes, él había insistido en ver su casa, asegurarse de que todo estaba bien y seguro ya que Luc se había marchado…
¿Qué esperabas que hiciera un hombre a quien le habías despachado documentos de anulación? ¿Qué se quedara para que pudieras echarlo de manera más creativa?
“Él quiere permanecer en Lafayette. Dice que le gusta aquí y que no tiene ataduras reales en Los Ángeles. Jack y Deke le ofrecieron un trabajo. Aparentemente, han estado rechazando trabajos porque están cortos de personal, y Deke quiere pasar más tiempo con Kimber ya que tienen un bebé en camino.”
“Tú también, amiga. ¿Cuándo es esa cita? ¿No deberías irte yendo?”
Con el estómago apretado, Alyssa miró su reloj e hizo una mueca. “Le daré a Luc cinco minutos más, luego si tú todavía estás en el juego…”
“Absolutamente, iré contigo. Una chica necesita apoyo moral para estas cosas.” Ofreció Sadie, luego sonrió con tristeza. “Aunque sé que preferirías tener a Luc.”
Alyssa no podía refutar eso. Después del ataque de Joshua hace casi una semana y después de que ella y Luc hubieran respondido todas las preguntas de Remy, había esperado que él se quedara, que la confrontara acerca de la anulación. Por lo menos que expresara una opinión. Pero él sólo le había robado un beso, le había dicho que la amaba y había rogado ir a la cita del doctor, luego se marchó a Texas. A mitad de semana, la curiosidad la había sobrepasado, y había llamado a Luc para hacerle el millón de preguntas flotando por su cerebro. De nuevo, él sólo le había dicho que la amaba y que estaría allí el viernes para recogerla. Ella había intentado sacarlo de su cabeza y centrarse en los innumerables temas de su lista de tareas pendientes, pero sin suerte.
Sadie echó un vistazo a su reloj. “¿Por qué no armas tu bolso? Te encontraré en el coche. Estoy estacionada enfrente.”
Alyssa trató de reprimir su decepción, por el no presentarse de Luc, lo suficiente para sonreírle a su amiga. “Claro. Gracias.”
Tan pronto como oyó el clic de la puerta detrás de Sadie, Alyssa sintió que las molestas lágrimas le picaban los ojos. Maldita sea, ella tenía un doctor que ver, un bebé del cual hablar. Si Luc de repente había abrazado la anulación…bien, tal vez fuera para mejor. Por lo menos se intentó decir eso. La última semana sin él, se había dado cuenta que nunca sería completamente feliz ó completamente llena sin él.
Pero también sabía que no podía estar casada con un hombre a quien amaba con tanto fervor, quien se quedaba sólo para estar con el hijo que siempre había soñado tener. Sin el amor de Luc, compartir un hogar, una cama, y un apellido sería vacío. Con el tiempo, los separaría. Si él realmente no la amaba por ella, mejor saberlo ahora—no cuando el niño estuviera malhumorado por la comida nocturna…ó cuando él ó ella comenzara el jardín de infantes…ó cuando ellos tuvieran su primer evento deportivo, primer enamoramiento, primer corazón roto…ó cuando Luc finalmente encontrara la mujer a quien podría dedicarle su corazón—y dejarla como un cascarón roto y vacío.
Aunque se estaba ahorrando más dolor futuro, ahora dolía jodidamente.
Tragándose las lágrimas, tomó su bolso, colocó la nueva alarma, y con cuidado cerró la puerta detrás de ella. Después de cerrarla con llave, se volvió hacia el coche de Sadie en la acera.
Salvo que había desaparecido.
¿Qué diablos? Sacudiendo la cabeza, siguió la L del pasaje de la calzada.
Allí estaba Luc, mirando su reloj.
Su respiración se atrapó. Su corazón se detuvo. Él lo había logrado.
¿Por qué?
Con los pensamientos corriendo, dio pasos tentativos hacia delante. Luc levantó la mirada, la vio—y se lanzó en su dirección.
Ahuecó sus mejillas y le dio un beso suave en los labios, que terminó casi tan pronto como empezó. “Hola, dulce. Te he echado de menos.”
Esos ojos chocolate se veían tan sinceros, tan honestos. Dios, ¿por qué le estaba haciendo esto a ella? Si todavía la quería, ¿por qué simplemente no le decía que no quería la anulación? ¿Ó tal vez sí la quería? Ella estaba tan confundida…
“Hola. Gracias por llevarme a la cita.”
“No me lo perdería por nada del mundo.” Él abrió la puerta del acompañante y la sostuvo mientras ella se deslizaba dentro.
¿Entonces su afecto por ella era meramente hacia la madre de su hijo? Mientras él saltaba en el asiento del conductor y miraba hacia ella, hubo algo en el rostro de él que ella nunca había visto antes. El calor todavía estaba allí. Él la deseaba, sin dudas. Esa expresión decía que quería devorarla ahora—y seguir haciéndolo por horas, días. Estaba de humor cálido, como dulce miel de verano. Algo como…afecto. Incluso esperanza. Su sonrisa parecía decir que no había nadie más con quien prefiriera estar.
¿Cuánto de eso estaba enredado en sus sentimientos por el bebé?
Él tomó su mano y retrocedió el Jaguar fuera de la calzada. Ella sabía que debería soltarse…pero no pudo encontrar las fuerzas para dejarlo ir.
“¿Te han Remy ó los chicos hecho más preguntas ó dado más información acerca del ataque de Joshua?” preguntó él.
“No. Una vez que Remy despejó cualquier cargo de homicidio de nosotros, simplemente no quise discutirlo más.”
“Debes estar aliviada de que Joshua se haya ido. Tu pasado ya no puede venir a darte caza de nuevo.” Él apretó su mano.
Ella tomó fuerza de su caricia. Éste no era un tema que pudiera discutir con nadie…salvo él. Él realmente la conocía de una manera que nadie más lo hacía. Por eso, ella estaba agradecida.
“Todavía desearía poder haberme reconciliado con mi madre, pero tal vez eso es imposible. Ella no quería creerme porque le hacía la vida demasiado difícil, y no tengo respeto por eso.”
“Lo que Joshua te hizo fue terrible. Trágico. Lo que ella te hizo fue peor.” La cálida mirada de Luc la envolvió en una suave manta de bienestar.
Sería tan fácil sumergirse en ella…perderse. Y tan dolorosos después.
“Trabajo todos los días en perdonarla. Es una cosa de día-a-día.”
“Todo lo que ocurrió te hizo la mujer que eres hoy—fuerte, independiente, experimentada y pragmática. No cambiaría nada de ti. Tú eres la mujer que amo.”
Su corazón se agarró. Cuánto quería creerle. “Luc…”
“Shh.” Él aparcó enfrente del complejo hospitalario. “Veamos al doctor ahora. Más tarde, hablaremos de esto.”
Maldita sea, ella no quería posponerlo. Alyssa no lidiaba bien con empujar las cosas desagradables a un lado. ¿Por qué no acabar de una vez? Pero difícilmente pudieran discutir sus problemas maritales en la sala de espera. Ella suspiró.
En cuestión de minutos, la enfermera del obstetra los llamó y saludó a la agradable mujer cuarentona quien la miró mientras Luc se sentaba en una silla detrás de ella y le sostenía la mano.
“¿Les gustaría escuchar los latidos del bebé?”
“Por favor.” Ella sonrió.
“Mucho.”
Alyssa no podía ver el rostro de Luc, pero pudo escuchar la sinceridad en su voz.
El doctor aplicó un gel frío en su abdomen, luego un báculo de plástico y…
Whoosh, whoosh, whoosh. Un pequeño latido de corazón. El sonido llenaba el cuarto, jóven, tierno pero muy resistente. Un milagro.
Las lágrimas llenaron sus ojos. “Oh, mi Dios.”
Luc apretó su mano incluso más fuerte. “Nunca he oído algo tan asombroso.”
Ella escuchó las lágrimas en su voz también.
“Muy fuerte y saludable,” prometió el doctor. “Por el aspecto lento de movimientos, podría indicar un niño, pero lo sabremos con seguridad cuando hagamos el ultrasonido cerca de la semana veinte.”
¿Un niño? El corazón de Alyssa se apretó, luego golpeteó. Ella amaría a un niño. Ó una niña. Ella amaría a este hijo, sin importar qué. Y amaba que, sin importar lo que pasara, sería siempre parte de Luc.
Por último, la otra mujer midió su abdomen, charló un poco acerca de lo que esperar para el próximo mes, luego la envió a su camino. Mientras hacían los arreglos con la recepcionista y salían del edificio, Luc agarró su mano.
Llegaron hasta su coche, y él la detuvo, volviendo su rostro hacia él. “Gracias por compartir eso conmigo. Estaré agradecido por siempre, sin importar lo que ocurra en el futuro. Querría quince minutos más de tu tiempo, si puedes disponerlos. Después, si quieres continuar con la anulación, no te detendré.”
La negación y el miedo la golpearon a la vez, y ella intentó bloquearlas. La anulación era—en definitiva—algo bueno, ¿correcto? Entonces, ¿por qué todo en su interior se rebelaba ante el pensamiento de que él no luchara en contra?
Ella simplemente lo amaba malditamente demasiado.
“Está bien.” Su voz temblaba.
Sin otra palabra, regresaron a su casa, y ella lo hizo pasar a la sala de estar. Se sentaron el sofá, a menos de medio metro de distancia.
Es curioso, como su relación había básicamente empezado aquí, en esta pieza de mobiliario, cuando él había llegado con su primo Deke el verano pasado para un seductor ménaje que se había transformado rápidamente en una explosiva pareja cuando el primo de Luc se marchó. ¿Terminaría también aquí?
“¿Quieres algo de beber?” ¿Qué había en su mente? Ella necesitaba saber…sin embargo la atemorizaba.
“No, gracias.” Él sacó un grueso documento plegado del bolsillo de su chaqueta y se lo entregó. “Esto es tuyo, independientemente de lo que suceda.”
La gravedad de su tono se estrelló en el estómago vacío de ella. Ella respiró hondo varias veces. Con manos temblorosas, desenrolló los crujientes papeles blancos y escaneó.
“Es…” Ella parpadeó una vez, dos veces. ¿En serio? “¿Un acuerdo de custodia? ¿Me estás dando custodia exclusiva?”
“Si decides continuar con la anulación, he pedido una semana al año y, o bien Acción de Gracias ó Navidad. Pienso que es importante para cualquier niño conocer el padre de él ó ella. Hay un acuerdo de apoyo financiero también. Tomé la recomendación del abogado por una suma anual y agregué el cincuenta por ciento. Espero que pienses que es justo, pero podemos hablar si necesitas más. Nunca te diré como criar. Nunca me meteré en tu camino. Nunca te pediré que compartas más del niño que esto y una llamada telefónica ocasional.”
Las lágrimas asomaban de nuevo. No sólo lágrimas, sino sollozos. El fundamento de su vida estaba desprendiéndose desde debajo de ella, desmoronándose, y el dolor era paralizante. Luc la estaba dejando ir y dándole a ella el control sobre la vida que habían creado juntos—el niño que ella sabía que él quería más que a nada.
“¿Por qué?” Se las arregló para esbozar.
Él cerró los ojos, la mandíbula sujeta, como si luchara con sus propias lágrimas. “Porque te amo, y quiero que sepas que nadie va alguna vez a ser más importante para mí que tú, ni siquiera nuestro hijo.”
“Pero has querido un bebé por años y—”
“Lo he hecho, tanto que manipulé a gente que amo, los engañé—sin ni siquiera pensar en cómo se verían afectados. Y me arrepiento de eso tan profundamente. No quiero que pienses nunca que me casé contigo sólo por el bebé. Fui estúpido cuando no te dije que creía que el bebé era de alguien más. Sólo puedo decir que lo lamento. Sé mejor ahora.” Él suspiró. “Me di cuenta que no me faltaba un bebé, sino alguien con quien compartir mi vida. Alguien increíble y fuerte, inteligente, ambiciosa y maravillosa. Mi otra mitad”
Alyssa sollozaba más fuerte. ¿Él se refería a ella? ¿Él la quería más que a su hijo?
Luc salió con cuidado del sofá y se puso sobre una rodilla frente a ella. “Te necesito a tí.”
“¿Y estás dispuesto a renunciar a la custodia del bebé para probármelo?”
Él asintió, y la agonía de su rostro la hirió a cambio. “Sin ataduras. Quiero estar casado contigo más que nada y ser una familia en el verdadero sentido de la palabra, pero no si tú siempre tienes dudas acerca de lo importante que eres para mí.”
Oh. Mi. Dios. Nunca en un millón de años hubiera esperado que él renunciara al niño por el que buscó y urdió planes. Y hacerlo por ella.
“Piensa en ello,” le ordenó en voz baja. “Si no escucho de ti antes que la anulación finalice en los próximos meses, entonces ésta puede que sea la última vez que me veas. Y te extrañaré como el infierno. Te amaré. Siempre.”
La besó en la boca suavemente. Duró por sólo un instante, se sintió como un soplo de gasa, pero impactó en su corazón como la paliza de un ariete. Luego, él se había ido.
* * *
Alyssa caminaba de ida y vuelta por la sala de estar, retorciéndose las manos. En cualquier momento…
Después de la partida de Luc el viernes por la noche, deseó llamarlo para que volviera inmediatamente. La asustada niña-mujer en su interior gritó por cautela y prudencia. Ella se había quedado despierta hasta tarde y leído el completo acuerdo de custodia que él generosamente había propuesto—y firmado—y luego dejado en las manos de ella. Había sido más que generoso y se había dejado derechos mínimos, salvo los que pondría en práctica en caso de la muerte prematura de ella. También había agregado una cláusula de reversión de custodia en caso de que ella se casara nuevamente con alguien que resultara ser abusivo.
El hecho de que se tomara a pecho la experiencia de ella la conmovió.
Había pasado en vela la noche del viernes sabiendo que tenía dos opciones: Terminar el matrimonio y criar al niño sola, siempre preguntándose si había cometido el error más grande de su vida al dejar al hombre que amaba, ó abrazar el futuro y hacer todo lo que estuviera a su alcance para garantizar que su matrimonio se fortaleciera.
Luc dijo que la amaba. Dado que le había entregado el acuerdo de custodia, Alyssa finalmente más que esperaba—creía—que era cierto. Ello lo amaba tanto, que sobrevivir a un día sin él era insoportable. Las noches eran aun más infernales.
Aun así, la experiencia le había enseñado a ser cauta. Había pasado todo el día sábado pensando en sus opciones…y regresando a la misma conclusión. ¿Cómo de sombrío sería su futuro sin Luc? Él no podría haberse disculpado más elocuentemente, más arrepentido. No era como si ella nunca hubiera arruinado algo.
Además, ella había entrado en el matrimonio de forma tentativa y temerosa. Fallar en un compromiso de por vida era inevitable sin dar tanto el corazón como el alma. Ella no había hecho eso. Si, Luc le había ocultado su `esterilidad' a ella, pero ella le había ocultado su pasado con Joshua. Si Luc accidentalmente no la hubiera asustado, ¿le hubiera contado alguna vez su secreto?
Ella hizo una mueca. Probablemente no.
¿No le debía a ellos intentar este matrimonio de verdad, sin guardarse nada?
Ella lo había llamado temprano esta mañana de domingo y le había pedido que regresara a Lafayette. Él no había hecho preguntas, y ella no le había ofrecido información. Ambos sabían que lo que tenía que ser dicho debía decirse en persona.
El timbre de la puerta interrumpió sus meditaciones, y pasó una mano alisando su entallada blusa negra, manteniendo una palma sobre sus temblorosos interiores. Respirando hondo, abrió la puerta.
Luc estaba de pie al otro lado, con expresión pensativa. “Me alegra que hayas llamado.”
Alyssa asintió, intentando calmar su desbocado corazón. “Entra.”
Cuando ella retrocedió, él entró. Pero los ojos de él nunca dejaron los suyos, como si esperara leer su decisión en su rostro. Ella apartó la vista y caminó dentro de la sala de estar. Luc la siguió, y Alyssa pudo sentirlo en su espalda, tan dolorosamente cerca—aun así tan lejos.
Por favor Dios, deja que esto resulte feliz.
Sobre la mesa junto a ella descansaban dos documentos. Ella tomó ambos. “He leído tu documento de custodia.”
Él vaciló; luego la decepción se estrelló en su rostro. Apretó la mandíbula y finalmente asintió. “¿Tienes alguna objeción?”
“¿Has leído los papeles de anulación?”
“Si.”
El tono de él le dio más esperanza. “Escupiste eso como si fuera una mala palabra.”
Luc ancló una mano alrededor de su cintura, luego la acercó a él. Sus cuerpos casi se tocaban…pero no del todo. Entonces, apoyó su frente en la de ella, su respiración prietamente controlada. “Lo es. Terminar nuestro matrimonio es la última cosa que quiero.” Respiró hondo y dio un paso hacia atrás. “Pero respetaré tu desición, sea la que sea.”
Él le dejaba todo a ella, ponía el poder en sus manos. Si él se preocupaba solamente por si mismo y por su oportunidad de convertirse en padre, nunca haría eso. Nunca. Él presionaría y coaccionaría, amenazaría, engatusaría…cualquier cosa salvo dejarle tomar la última decisión.
“Te amo.” Susurró ella.
La siguiente fracción de segundo la aterrorizó, sobre todo dado que tanto la esperanza como la decepción se mezclaron en el rostro de él. ¿En qué estaba pensando él?
“Te amo también. Tanto que…” Luc suspiró y acunó su mejilla. “Estoy vacío sin ti.”
Para otros, podría sonar como una tarjeta de felicitación, pero ella sabía exactamente a lo que se refería él. Él la había ayudado a sanar sus heridas del pasado, a llenar sus mañanas. Luc la había hecho un todo. Si ella hizo lo mismo por él, se regocijaría y lo mantendría cerca para el resto de sus días.
“Terminar este matrimonio también es la ultima cosa que quiero yo,” confesó ella.
Para probar su punto, ella tomó tanto la petición de anulación como los papeles de custodia, luego los rompió a ambos por la mitad. Los dejó caer al suelo entre ellos.
Luc miró los rotos documentos, luego a ella. Sus ojos se encendieron, quemando ferozmente, mientras la tomaba y la besaba como si nada alguna vez significara más para él.
No abrirse a él fue imposible, y él se hundió profundamente en su boca, la quemadura entre ellos era su propia marca de posesión. Aunque había pasado menos de un mes desde que ella y Luc habían compartido una cama, el dolor corriendo a través de ella después del primer beso la hizo sentir como si hubiera sido siempre. Ella necesitaba esto, lo necesitaba a él.
Las lágrimas quemaban sus ojos mientras los labios de él la adoraban. Sin duda habría acontecimientos importantes en sus vidas juntos, su hijo en camino—y tal vez otros algún día—pero Alyssa sabía en lo profundo de sus tripas que nada significaría más para ella alguna vez que este momento y el amor de ellos.
Cuando él levantó la cara, ella lo miró y se derritió.
“Te necesito,” admitió él con voz ronca. “Para amarte. Tanto como me darás. Necesito sentir que eres realmente mía. Por favor, di que quieres eso, también.”
Alyssa asintió. “Lo quiero.”
Acariciando su mejilla, ella presionó sus labios a los suyos y entró majestuosamente en su boca. Cuando él la recompensó con un lento beso lleno de devoción, ella tembló.
Sin ni siquiera levantar la cabeza, la acostó a lo largo del sofá, con la espalda cálida por el mantecoso cuero mientras él cubría su cuerpo con el suyo, envolviendo sus brazos alrededor de ella. Ella se sentía a salvo, amada, mientras suspiraba contra él, el deseo cada vez mayor. Él la obligó a tocarlo a cambio—su rostro, cuello, hombros tensos y espalda.
La demanda suave llenó el próximo beso, pareciendo llegar muy profundo para abrazarla por completo, incluso las partes rotas. Luc trajo luz a los lugares en su alma que habían estado oscuros desde el ataque de Joshua. Él la hacía un todo de nuevo.
El próximo beso de él comenzó tenue, luego creció más acuciante con cada roce de sus labios, cada remolino de su lengua, hasta que fue profundo, duro, ardiente. Alyssa no podía respirar, no podía pensar en nada salvo en Luc y la silenciosa promesa de devoción entre ellos. Ella se abrió a él y le dio todo en su interior, segura de que no había más secretos entre ellos.
Ahogándose en los hambrientos besos de Luc, ella temblaba mientras él lentamente le quitaba el top, sus vaqueros, su plisada ropa interior, luego desparramaba besos por todo su cuerpo. Succionó sus doloridos pezones, tocó su cadera, acarició su necesitado clítoris. Ardía. Luc siempre tenía ese efecto en ella. Desde el momento en que se habían conocido, Luc la había impactado como ningún hombre lo había hecho.
Alyssa se moría por tener el mismo efecto en él.
Con un pequeño empujoncito, convenció a Luc a rodar sobre su espalda. Sin una palabra, le quitó los zapatos, la camisa, los pantalones, y todo debajo. Entonces, ella estaba mirando su bellísimo cuerpo desnudo, hombros masculinos, marcados abdominales, y dura e imponente polla. Ella se estremeció, y la boca se le hizo agua.
Arrodillándose a su lado, se echó el cabello sobre un hombro y se inclinó hacia él. Luc se tensó. Cuando su lengua se enroscó alrededor de su polla, ella lo saboreó, rudo, caliente y tan saladamente masculino. Luego lo tomó más profundo con un gemido.
“Dulce, si,” siseó él, metiéndole los dedos en el cabello, anclando contra el cuero cabelludo de ella. “Maldita sea, eres increíble.”
Así como él.
Alyssa lo saboreaba, re-familiarizándose con su cuerpo y con los placeres de sentirlo duro en su boca. Él arqueó las caderas, hundiendo su dura carne más profundo, y ella aceptó gustosa cada larga pulgada de sus urgentes empujes, amando el hecho de que pudiera ponerlo tan caliente.
Los momentos se transformaron en largos minutos. La necesidad de él creció y comenzó a lanzarse dentro de su boca una y otra vez con ataques más profundos y rápidos, escribiendo, gimiendo, necesitando. Pulsó contra su lengua.
Entonces, de pronto, maldijo y se detuvo.
“No.” De repente la levantó y la apartó, y su expresión le dijo que él se negaba a tomar placer de ella, sino que insistía en compartirlo. “Quiero estar dentro de ti, dulce.”
Si. Cuanto antes, mejor.
Cuando se puso de rodillas y la acomodó de espaldas, ella fue más que dispuesta, separando los muslos para él sin dudarlo. Luc gruñó, luego se inclinó sobre ella, encima de ella. Pero ella vaciló, sosteniéndolo hacia atrás, presionando una mano contra su pecho.
Tenían un puente más para cruzar…
“Espera. Yo—yo confío en ti.” Sus palabras temblaron.
Su oscura mirada la acarició con gratitud y amor. “No me gustaría de ninguna otra manera.”
Al intentar envolverla en su abrazo nuevamente, ella lo detuvo una vez más. “Luc. Confío en ti con todo lo que antes solía asustarme. Cúrame de ello. Reemplázalo con algo mejor.”
Por un momento,. Sus pensamientos corrieron, luego apareció el entendimiento.
“Dulce, ¿estás segura? No tenemos que hacer esto ahora—ó nunca si no quieres.”
Alyssa no vaciló. “Lo quiero. Por favor…”
Luc alcanzó su cinturón y lo sacó de las presillas de su pantalón. Lo aseguró alrededor de las muñecas de ella y jaló apretado, luego inclinó el cuerpo de ella hacia abajo para atar el otro extremo debajo de la pata del sofá.
Ella contuvo la respiración. La restricción era más simbólica que apretada, pero para ella, para un primer comienzo, era suficiente.
“¿Estás asustada?” preguntó él.
Ella le envió una sonrisa trémula. “No contigo.”
“Te he amado por tanto tiempo. Nunca te lastimaría. Nunca.”
Su promesa susurrada hizo que su corazón latiera con más fuerza. “Creo que me enamoré de ti esa primera noche. Después de que Deke se fue, y me hiciste el amor por horas…supe que había algo especial en ti que era para mí.”
Los labios de él se deslizaron por sus mejillas. “Yo probablemente me enamoré de ti esa noche también. Simplemente estaba demasiado malditamente asustado para admitirlo. Estoy tan contento de que me hayas forzado a cumplir mi obligación, cancelado mi cuarto de hotel, y seducido. Estoy tan contento que haya pasado un milagro para nosotros.”
Mientras él acariciaba el diminuto bulto que comenzaba a crecer, ella sonrió. “Yo también.”
Al siguiente momento, Luc se alojó en la cuna de sus muslos y comenzó a sumergirse dentro de ella lentamente, profundamente. Ella estaba húmeda, ansiosa de tomar cada pulgada de él ahora. Pero él entró poco a poco, enloquecedoramente lento, y ella jadeó mientras su polla raspaba cada parte sensible de su carne hasta que finalmente se enterró hasta la empuñadura.
Era imposible tenerlo tan profundo dentro de ella y no sentir un placer tan extremo, que casi desafiaba las palabras. Y lo que pasaba ahora entre ellos era aun más impresionante por la pura honestidad y la tierna pasión. Él desató una tormenta de necesidad con sus golpes lentos que rápidamente la tuvieron jadeando y apretándose a su alrededor. Luc rozó sus labios con los suyos, luego fusionó sus bocas juntas. De alguna manera, tener sus muñecas atadas y estar completamente indefensa al toque de Luc era liberadora.
Ella no se había sentido nunca más viva.
Alyssa no sólo sentía la pasión de Luc, sino su silenciosa promesa de ser el mejor marido posible, cada día y todos los días. Venía desde el alma de él al moverse con mesura dentro de ella, con golpes implacables que pronto la trajeron hasta el borde de un cegador orgasmo sin aliento, que la hicieron apretar las piernas a su alrededor y corcovear debajo de él con exquisito placer. Gritando su nombre, él la siguió, vaciándose profundamente en su interior.
“Por favor nunca vuelvas a dejarme,” jadeó él contra sus labios.
Nunca. “Lo que sea que pase en el futuro, lo resolveremos. Lo prometo.”
Luc desató sus muñecas, luego tomó sus manos. “Gracias por tu confianza.”
“Gracias por curarme.”
Los pulgares de él acariciaron lo largo de sus dedos, luego le miró la mano y frunció el ceño. “¿Dónde está tu anillo de bodas?”
Una mirada le dijo que él nunca se había sacado el suyo. Ella se mordió el labio, luego tanteó sus vaqueros por el suelo. Cuando los encontró, metió la mano en el bolsillo y sacó el grande y brillante diamante.
Él lo tomó de ella con dedos temblorosos y una sonrisa. “Sra. Traverson, ¿me haría el honor de seguir siendo mi esposa?”
Mientras él deslizaba el anillo de regreso a su dedo, lágrimas de alegría cayeron por las mejillas de ella. “Lo haré. Siempre.”
Fin
Expresión musical que se originó en el suroeste de Louisiana rural
Todo-terreno ó 4x4
Nashville, Tennessee, 22 de abril de 1923 - Los Ángeles, California, 11 de diciembre de 2008 fue una modelo pin-up estadounidense que se hizo famosa en los años 50 por sus fotos fetiches.
Cacahuete
Shayla Black
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