Cristología
Olegario González de Cardedal
Introducción. El tratado de cristología
1. El punto de partida
5. El método
8. Dificultades actuales
1. El paso de los hechos a la fe, de Jesús a Cristo, de las verdades históricas a las verdades de la fe.
2. Continuidad entre las definiciones cristológicas de los primeros concilios con los testimonios primitivos de la fe.
3. Constitución comunitaria y personal de la fe a la vez que la constitución sacramental e institucional de la Iglesia.
4. Relaciones entre unidad de fe en Cristo y variantes de cristologías. Hay distintas maneras de acceder y modelos para pensar a Cristo… pero hay un solo Cristo.
Cuestión de la unidad y trinidad de Dios en su manifestación múltiple en el mundo y de su autorrevelación escatológica en Cristo. Exclusivismo (salvación sólo en Cristo); inclusivismo (salvación para todo hombre que vive la verdad a través de Cristo); pluralismo salvífico (Jesús es expresión de un Cristo universal que tiene muchos nombres).
Primera parte: la historia y destino de Cristo. Cristología bíblica.
Capítulo I: Acción
I. El anuncio del reino
1. Juan el Bautista
2. El bautismo de Jesús
Cristo -`el hombre del Espíritu- es fruto del Espíritu en un sentido, y Señor del Espíritu en otro (2Cor 3,17).
3. La novedad de Jesús: el anuncio de la llegada del reino
4. Acontecimiento crítico
Pone a los oyentes ante una situación crítica: ante ella tienen que decidirse. «Alegraos y convertíos».
5. Las promesas y esperanzas del Antiguo testamento
Jesús evoca las grandes gestas salvíficas de su pueblo: liberación de Egipto, retorno de los dispersados a la patria, y apertura a Dios, patria definitiva del hombre.
6. σ: realeza, reino y reinado de Dios
Soberanía, condición real o realeza de Dios. Dios viene a ejercer su realeza: es una oferta incondicional de gracia… que tiene que ser conquistada (aceptada) con esfuerzo.
7. Reino venido, viniendo y por venir
Relación del reino con el tiempo:
La reacción de los hombres condiciona la historia de la conciencia de Jesús, y está la forma de presentar el reino como venido, viniendo y por venir.
8. El contenido teológico, escatológico y soteriológico del reino
Jesús nunca lo define, sino que lo actualiza. Acontece en Jesús y con él.
Aparece como:
sujeto de un proceso
centro de un acontecimiento transformador
don de Dios
proceso de afirmación y crecimiento que por sí mismo avanza en la historia.
don, a la vez que como exigencia de los frutos correspondientes.
dinamismo que ya está transformando la historia.
realidad que vendrá al final de los tiempos con el Hijo del hombre.
El reino tiene por origen y contenido a Dios, y por sujeto introductor en la historia a Cristo; que afecta decisivamente el tiempo y pone al hombre ante nuevas posibilidades, exigencias y amenazas. Lo central es:
Innovación teológica (mostración de Dios)
Innovación escatológica (sentido de la historia)
Transformación del corazón del hombre (moral)
Exigencia de configurar la vida en correspondencia con la forma en que Dios se ha manifestado (proyecto social)
Jesús es el mensajero del advenimiento del reino, el revelador de su contenido y exigencias, la figura expresiva y el lugar donde es accesible para todo hombre.
9. Los destinatarios
Reino de Dios es una metáfora para nombrar al Dios que anuncia Jesús como Padre en amor, perdón, acogimiento de pobres, marginados, enfermos y pecadores. Ellos son los destinatarios privilegiados.
El reino es lo que le acontece a un hombre cuando se integra a Cristo, se deja animar por su dinamismo, responde a sus exigencias y vive ante Dios como él.
10. La bella aventura de Jesús y las bienaventuranzas
Contenido teológico: son proclamación de una realidad que Dios otorga ya, y de lo que llevará a cabo en el futuro con quienes vivan unas determinadas actitudes.
Contenido soteiológico: son experiencia de gracia por parte de quienes han seguido a Jesús.
Contenido moral: son exhortación imperativa a vivir unas actitudes que dan acceso a la realidad del reino entrando en él.
Contenido cristológico: son la definición retrospectiva del destino de Jesús que es quen se aventuró bien.
Contenido social-revolucionario: son la proposición paradójica y revolucionaria que desde la definición de Dios subvierte las categorías de actuación de este mundo y sus poderes.
11. Conclusión: Jesús, figura personal del reino
Jesús es el mensajero del advenimiento de Dios a la historia como gracia, sanación y acogimiento incondicional del hombre. El reino es una metáfora para expresar a Dios en acción y relación, cuya clave interpretativa es la persona de Cristo. El concepto «Reino de Dios» es paralelo a «vida eterna» (Jn) y «salvación» (Pablo).
Abarca las tres dimensiones en que la vida humana se realiza:
Pasado: apareció en Jesús.
Presente: lo poseemos como prenda al oír su palabra y participar en sus sacramentos.
La esperanza en el futuro: como plenitud prometida que consumará el mundo.
II. Los milagros
1. Curaciones y exorcismos
2. Portentos, potencias, signos
CTI. La conciencia que Jesús tenía de sí mismo y de su misión
Proposiciones y comentarios
Nuestra investigación se limita a ciertas afirmaciones mayores sobre aquello acerca de lo cual Jesús tenía conciencia respecto de su propia persona y de su misión. Las cuatro proposiciones que siguen se colocan en el plano de las verdades que la fe siempre creyó sobre Cristo. Deliberadamente no pretenden hacer elaboraciones teológicas, que tratan de dar razón de estas afirmaciones de fe. Aquí no se tratarán los intentos teológicos de formular el modo como esta conciencia haya podido darse en la humanidad de Cristo.
Los comentarios a las cuatro proposiciones seguirán, en líneas generales, un orden que consta de tres pasos. En primer lugar, exponemos lo que dice la predicación apostólica sobre Cristo. Luego, intentamos investigar lo que los Evangelios sinópticos, por convergencia de sus diversas líneas, nos permiten afirmar sobre la misma conciencia de Jesús. Por último, consideramos el testimonio del Evangelio de San Juan, que con frecuencia dice de modo explícito lo que los Evangelios sinópticos contienen de modo más implícito, sin que exista oposición entre ellos.
Proposición 1
La vida de Jesús atestigua la conciencia de su filial relación con el Padre. Su modo de obrar y sus palabras, que son las propias del perfecto “servidor”, implican una autoridad que supera a la de los antiguos profetas y que corresponde a Dios solo. Esta autoridad incomparable le venía a Jesús de su singular relación con Dios, a quien llama “Padre mío”. Tenía conciencia de que él era el Hijo único de Dios y, en este sentido, de que él mismo era Dios.
Proposición 2
Jesús conocía el fin de su misión: anunciar el Reino de Dios y hacerlo ya presente en su persona, en sus actos y palabras, a fin de que el mundo se reconciliara con Dios y se renovara. Libremente aceptó la voluntad del Padre: dar su vida por la salvación de todos los hombres; sabía que él era el enviado del Padre para servir y dar la vida “por muchos” (Mc 14, 24).
Proposición 3
Para cumplir esta misión salvífica, Jesús quiso reunir a los hombres en orden al Reino y convocarlos junto a sí. Con este propósito, Jesús realizó actos concretos, cuya única interpretación posible, si se los toma en su conjunto, es la preparación de la Iglesia, la cual se constituiría definitivamente en los acontecimientos de la Pascua y en Pentecostés. Es pues necesario afirmar que Jesús ha querido fundar la Iglesia.
Proposición 4
La conciencia de Cristo, de ser el enviado del Padre para la salvación del mundo y para convocar a todos los hombres en el pueblo de Dios, implica, de manera misteriosa, el amor de todos los hombres, de tal modo que todos podamos decir: el Hijo de Dios “me amó y se entregó por mí” (Ga 2, 20).