Partida 59
RAYO CAÍDO DEL CIELO
D. Andric ‐ D. Djaja
Belgrado, 1949
Defensa India de Dama [E18]
Para el conocedor del juego combinatorio, esta partida es una
auténtica delicia. Desde el impactante sacrificio que inicia una amenaza de
mate, pasando más tarde por otro sacrificio que conduce al
encarcelamiento de la familia real negra, y finalmente la triunfante
marcha de un peón pasado, esta partida chisporrotea ideas brillantes.
Para el jugador que está ansioso por aumentar su fuerza, esta partida es
esclarecedora. Los principios estratégicos del ajedrez están presentes a lo
largo de todo el juego, y hacen que el resultado sea casi inevitable. En la
apertura, las blancas adquieren una clara ventaja posicional antes asestar
el primer golpe. En el medio juego, la superioridad posicional permite a las
piezas menores del blanco restringir completamente al enemigo. En el
final, la inteligente simplificación de las blancas barre todas las piezas del
tablero, dejando una posición sólo con peones (el tipo de final más fácil de
ganar). La partida en su conjunto se efectúa con el arte propio de un Gran
Maestro.
1.d4
k
f6
2.c4
e6
3.
k
f3
b6
4.g3
j
b7
5.
j
g2
Los alfiles se ven entre sí a
distancia, preparados para luchar
por el control de la gran diagonal.
5...
j
e7
6.0–0
0–0
7.
k
c3
Las blancas ahora amenazan
dominar el centro mediante
8.
m
c2 seguido de 9.e4, y esto
prácticamente fuerza el siguiente
movimiento negro.
7...
k
e4
8.
m
c2
k
xc3
En este punto, el blanco podría
pensar que su oponente ha caído
en la trampa de Monticelli y jugar
la tentadora 9.
k
g5, que amenaza
10.
m
xh7
mate,
así
como
10.
j
xb7 seguido de 11.
j
xa8.
Pero vio la respuesta 9...
k
xe2+
10.
m
xe2 (si 10.
n
h1,
j
xg2+
gana) 10...
j
xg2 y las negras
ganan, como O'Sullivan advirtió
cuando perdió de esta manera
contra Rossolimo en Hilversum en
1947. La trampa Monticelli, que
tiene en su haber algunas
víctimas notables, es así: 1.d4
k
f6 2.c4 e6 3.
k
f3 b6 4.g3
j
b7
5.
j
g2
j
b4+ 6.
j
d2
j
xd2+
7.
m
xd2 0–0 8.
k
c3
k
e4 9.
m
c2
k
xc3 10.
k
g5, y las blancas ganan
(¡o deberían!). Así, un fortísimo
jugador como Capablanca cayó en
ella contra Euwe en la octava
partida de su match en 1931.
Capablanca perdió la calidad,
aunque logró empatar. Luego,
como para mostrar su desprecio
por la trampa, o tal vez para
demostrar que El Rey del Ajedrez
no podía caer en una trampa sin
darse cuenta, Capablanca hizo la
misma apertura en la décima
partida del match, permitió a
Euwe ganar la calidad, ¡y otra vez
empató el juego!
9.bxc3
Las blancas tienen ahora una
amenaza estratégica con 10.e4,
que controla el centro, y una
amenaza táctica con 10.
k
g5,
ganando la calidad.
9...
m
c8
10.a4
Esta jugada requiere una pequeña
explicación. Si juega directamente
10.e4,
la
respuesta
10...c5
seguida de 11...
k
c6 y 12...
k
a5
ofrece al negro buen contrajuego.
Después del movimiento real de
las blancas (que amenaza mayor
expansión con 11.a5) el negro se
ve intimidado y da una respuesta
que inhabilita la casilla a5 para su
caballo.
10...
a5
11.e4
d6
12.
k
d2
Allana el camino para 13.f4, el
avance habitual en este tipo de
posición.
12...
e5
El negro intenta obtener un
control sobre las casillas negras,
como una forma de asegurar una
disputa equitativa del centro.
13.f4
k
c6
Desarrolla una pieza con la
amenaza de ganar un peón
mediante
14...exd4
15.cxd4
k
xd4. Las negras confían en
inducir
14.d5,
a
lo
que
respondería 14...
k
b8 seguido de
15...
k
d7 y 16...
k
c5. El caballo
quedaría entonces en pie como
una roca en esta casilla, a salvo de
cualquier ataque de peón. El
negro se las arregla para provocar
d5, pero no en un momento en el
que las consecuencias le sean
favorables.
14.
j
b2
j
f6
Otra pieza ataca el peón d,
provocando su avance.
15.fxe5
dxe5
16.d5
k
b8
El negro se adhiere a su plan. Una
mejor defensa era 16.
k
e7, pero
era difícil ver que su rey se
hallaba en peligro, y que una
combinación estaba en el aire.
17.
j
a3
l
d8
Un vistazo al tablero muestra que
el negro tiene sólo una pieza en
las cercanías de su rey. ¡Este
protector debe ser destruido!
18.
l
xf6!
gxf6
19.
m
d1
Esto es mucho más fuerte que la
atractiva 19.
j
e7, que da al negro
contrajuego después de 19...
l
e8
20.
j
xf6
m
g4
seguido
de
21...
k
d7. Las blancas disponen
ahora de una terrible amenaza
con 20.
m
h5 seguida de 21.
j
h3 y
22.
j
f5.
19...
c5
El único movimiento. Esto corta la
acción del alfil, y permite a la
dama negra acceder a f8 para
defender al rey.
20.
m
h5
l
d6
21.
j
h3
m
f8
22.
j
f5
Amenaza mate en una.
22...
m
g7
23.
k
f3
k
d7
Obviamente, el negro espera
consolidar
su
posición
con
24...
k
f8 y 25...
k
g6, pero no le da
tiempo para esto.
24.
j
c1
Amenaza 25.
j
h6, y la dama no
podría retirarse a h8 porque
recibiría mate en dos jugadas.
24...
n
h8
25.
j
h6
m
g8
El blanco debe actuar con rapidez,
antes de que las negras tengan
tiempo
para
reagrupar
sus
fuerzas mediante 26...
k
f8 y
27...
k
g6. Conviene tener en
mente la advertencia de Pillsbury,
"Configure su ataque de manera
que cuando el fuego se haya
extinguido, ¡pueda reavivarse!".
Andric golpea una vez más.
26.
j
xd7!
l
xd7
27.
k
xe5!
¡La clave! Las blancas entregan un
caballo, y el sacrificio debe ser
aceptado. Las alternativas son:
(1) 27...
l
c7 28.d6!, y el negro
debe perder una torre, o permitir
la ruinosa 29.
k
xf7+.
(2) 27...
l
e7 28.
m
h4!, y 29.
m
xf6
será fatal.
(3) 27...
l
ad8 28.
k
xd7
l
xd7
29.
m
f5
l
d6
(si
29...
m
d8
30.
m
g4
m
g8 31.
m
xd7 y ganan)
30.e5!
fxe5
31.
m
xe5+
f6
32.
m
xd6 y las blancas ganan.
27...
fxe5
28.
m
xe5+
f6
29.
m
xf6+
l
g7
El blanco tiene una torre menos y
si
juega
precipitadamente
(digamos 30.e5 o 30.d6), las
negras tendrían tiempo para
sacarse de encima a la dama
mediante 30...
l
f8 o 30...
m
f7.
30.
l
f1!
j
a6
31.d6
j
xc4
La única oportunidad negra reside
en la captura de todo el material
que pueda.
32.d7!
j
xf1
33.
j
xg7+
Comienza una liquidación que
saca del tablero todas las piezas,
dejando un final que las blancas
ganan... ¡por un solo movimiento!
33...
m
xg7
34.d8
m
+
l
xd8
35.
m
xd8+
m
g8
36.
m
xg8+
n
xg8
37.
n
xf1
Rinden
Porque
después
de
37...b5
38.axb5 a4 39.b6 a3 40.b7 el
blanco corona con jaque.
1–0
Una partida brillante con un final
lleno de chispa.