LA COLUMNA DE NAJDORF
GM Miguel Najdorf
Columnas
1972-1992
CLARÍN
Miguel Najdorf
(Varsovia, 1910 - Granada, 1997)
Ajedrecista argentino de origen polaco. Alumno de Tartakover, con tan
sólo veinte años fue profesor de este deporte de mesa. Su temperamento
y su inagotable entusiasmo por arrancarle a las sesenta y cuatro casillas
sus secretos contagiaron a muchos ajedrecistas y aficionados. Como él
mismo reveló, siempre transmitió el consejo aprendido: "el que abandona
nunca gana una partida". Pero también reconocía que había que aprender
a perder, y eso también se lo enseñó el tablero.
En 1939 la Segunda Guerra Mundial le sorprendió en Buenos Aires.
En esta contienda fallecieron sus padres y cuatro hermanos, asesinados
por los nazis. Najdorf, entonces, decidió instalarse en esta ciudad. Ca-
sualmente en la capital de Argentina se celebraba por esas fechas la VIII
Olimpiada de Ajedrez, en las que Najdorf repitió la participación que ya
hiciera en 1935 (Varsovia) y Estocolmo (1937).
En 1950 alcanzó la categoría de Gran Maestro Internacional y quedó en quinto lugar en el Torneo de
Candidatos disputado entre países. En 1961 venció en los torneos de Mar del Plata y La Habana. Najdorf
no defraudó a sus seguidores y participó en varias olimpiadas ajedrecistas en las que consiguió excelentes
resultados para el equipo argentino, como fue el caso del subcampeonato de Helsinki de 1952.
Fue nueve veces Campeón de Argentina, en el período que va desde 1949 a 1975. Fue, asimismo, miembro
del equipo "Resto del Mundo" que se enfrentó a la URSS en 1970, y consiguió un meritorio empate con
el ex campeón mundial Mikhail Tahl (una partida perdida, una ganada y dos tablas). Entre sus mejores
victorias también se encuentran los torneos de Amsterdam, 1950; La Habana, 1962, donde superó, entre
otros, a Spassky, futuro campeón mundial; y Mar del Plata, 1965.
Najdorf fue durante muchos años uno de los diez mejores ajedrecistas del mundo, además de estar con-
siderado, junto a Reshevsky y Gligoric, como uno de los mejores jugadores de Occidente. Tenía gran
habilidad para las partidas rápidas y a ciegas, tanto que en 1947 superó la plusmarca mundial de partidas
simultáneas a ciegas, al jugar 45 en Brasil. Su estilo de juego era agresivo, amante de los sacrificios, y su
nombre estará siempre unido a una de las más populares variantes de la defensa siciliana.
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