EL VASCUENCE, SUS ORIGENES MÁS REMOTOS:
• El vascuence, sus denominaciones, extensión actual y número de hablantes.
• Antigüedad del vascuence. Situación lingüística euroasiática anterior a la difusión de
los pueblos indoeuropeos.
• Situación creada por la llegada a Europa de los pueblos indoeuropeos.
• Teoría lingüística vasco-caucásica y la lengua protoéuscara.
• Familia de lenguas éuscaras surgidas de la evolución del protoéuscaro.
• Desaparición de las lenguas de la familia éuscara, fruto de las expansiones de los
vascones y de su idioma, el vascuence. Surgimiento de los diferentes dialectos vascos
a partir del mestizaje de las tribus éuscaras. Extensión actual de los dialectos vascos.
• Teoría lingüística vasco-íbera.
• Teoría lingüística vasco-bereber.
• Influencias en el vascuence del árabe, germano o celta.
• La profunda huella del latín en el vascuence.
• Primera manifestación escrita del vascuence, las Glosas Emilianenses de San Millán
de la Cogolla.
• Razones de la Reducción Geográfica de la Vascofonía.
• La antigua religión de los vascos. Mitología Vasca.
• Resurgir y Auge del vascuence.
• Literatura
Vasca:
• Bernard
Etxepare.
• Joannes de Leizarraga.
• Axular.
• Silvain
Pouvreau.
• Oihenart.
• Bernard
Gazteluzar.
• Cristóbal de Harizmendi, Juan de Tartas y Aranbillaga.
• Larramendi.
• Agustín de Kardaberaz
• Sebastián de Mendiburu.
• Juan Antonio Moguel.
• Joannes
Etxeberri.
• Iparragirre.
• Jean Martin Hiribarren.
• Vicenta
Moguel.
• Txomin
Agirre.
• Resurrección María de Azkue
• Kirikiño.
• Lauaxeta.
• Xabier
Lizardi.
• Bernardo
Atxaga.
EUSKARA
El vascuence, euskara, o dicho en su forma coloquial, euskera, es hablado en los
territorios de Alava, Baja Navarra, Guipúzcoa, Labourd, Navarra, Soule y Vizcaya. Fuera
de las fronteras vascas se habla en pueblos fronterizos de Gascuña con la Baja Navarra,
en las zonas fronterizas del Bearn (Biarno) con Soule (en el cantón de Olorue: Eskiula,
Jeruntze,...) y en la diáspora vasca. En total es hablado por más de setecientas mil
personas.
La antigüedad mínima de la lengua de la que proviene el euskara, y con la que se
identifica como una evolución
, está datada en 7.000 años. Según las últimas
investigaciones, formaba parte de un antiguo grupo de lenguas de ámbito eurásico, que
se extendían a lo largo de toda Europa y parte de Asia. El euskara guarda palabras
culturales extendidas por todo el Mediterráneo por los difusores del neolítico agrícola
(milenio IV a.C) y luego por las primeras civilizaciones de los metales (milenio III a.C.). El
estudio de palabras obscuras existentes en lenguas románicas y en regiones
especialmente conservadoras, como en los Alpes, así como en dialectos bereberes,
recibe especial luz cuando se puede establecer conexión con alguna palabra vasca.
En el milenio II antes de Cristo, los pueblos indoeuropeos (de los que descienden los
actuales latinos, germanos, eslavos, celtas, griegos,...), llegaron a Europa occidental
procedentes de su nucleo original en las estepas del norte de Ucrania y Rusia, siendo
motores de la expansión la adopción del caballo como animal de montura, o como
algunos historiadores apuntan hoy, la subida del nivel del Mar Negro, cuando el
Mediterráneo lo invadió y pasó de ser lago a mar. Una teoría más reciente considera que
su nucleo original se encontraba en la península de Anatolia (la actual Turkia). Su
asentamiento generalizado en Europa, dio lugar a que las lenguas y pueblos hermanos al
vasco que existían a lo largo de todo el continente desaparecieran, conservándose
unicamente de este antiguo grupo de lenguas el euskara y las lenguas caucásicas. Se
sabe que a lo largo de Europa se hablaban lenguas hermanas al euskara, ya que hay
topónimos muy arcáicos en zonas aisladas de los Alpes y otras zonas europeas que son
muy conservadoras lingüísticamente, cuyo significado original se puede desentrañar
utilizando la lengua vasca.
El euskara está emparentado lejanamente con las lenguas caucásicas, en concreto con el
georgiano, sobre todo desde un punto de vista gramatical. Esta relación no se encuentra
totalmente demostrada, porque en la actualidad, carecemos de la lengua protocaucásica
origen de las actuales lenguas del Cáucaso, para poder realizar una comparación
exhaustiva con el euskara. Este origen común entre la lengua vasca y los idiomas
caucásicos es muy remoto, tenemos que remontarnos a más de 10.000 años atrás y
según las últimas investigaciones a más de 20.000 años. Se considera como correcta la
hipótesis de que los protovascos en el magdaleniense, hace más de 13.000 años ya
habitaban la zona pirenaica, una hipótesis basada en los restos arqueológicos
encontrados en esta zona. Unos habitantes de los Pirineos cuya lengua era el euskara o
mejor dicho, el protoeuskara, que dio lugar posteriormente a la familia de lenguas
éuscaras, habladas por las siguientes tribus:
Aquitanos: en lengua aquitana se habló en el sudoeste de Francia, al norte hasta el río
Garona (Burdeos) y al sudeste hasta los Pirineos en el Valle de Arán, en Lleida. El
1
Suponer que el vasco, o cualquier otra lengua o cultura, no ha cambiado abismalmente en tan gran período de tiempo,
es irreal e insostenible. Así, por ejemplo, según la mayoría de los filólogos especializados en nuestra lengua, ésta
originalmente es más que probable que no haya sido un lengua aglutinante. Es decir, el vasco o Euskara actual, muy
poco se parecería a la lengua hablada de la que directamente proviene con rastros y origen hace unos 7.000 años.
geógrafo griego Estrabón diferenciaba netamente a los aquitanos de los galos del norte,
mencionando precisamente sus lenguas como signo distintivo, al tiempo que apuntaba las
similitudes aquitanas con los habitantes surpirenaicos. Hasta el siglo VII d.C. no fueron
vasconizados. Del mestizaje de aquitanos, latinos y vascones surgiría el actual pueblo
gascón y su lengua latina.
Aquitano Euskara Castellano
Iluni Ilun Oscuro
Nescato Neskato Muchacha
Bihox Bihotz Corazón
Baigorrixo
Ibai gorri
Río Rojo
Anderexo Andere
Señora
Sembe Seme Hijo
Autrigones: el idioma autrigón se habló desde el río Asón de Cantabria hasta el río
Nervión en Bilbao y al sur hasta parte de Alava, La Rioja y Burgos.
Caristios: del río Nervión al oeste, hasta el río Deba en Gipuzkoa y al sur hasta parte de
Alava. Se sabe que la lengua autrigona era muy similar a la lengua caristia. También se
puede deducir por sus notables arcaísmos que eran los idiomas de tronco éuscaro que
mayor afinidad poseían con el protoeuskara hablado más allá del magdaleniense. Unos
arcaísmos que incluso hoy en día son patentes en el dialecto vizcaíno del euskara que
surgió del mestizaje del autrigón y principalmente, del caristio medianamente romanizado
con el euskara de los vascones de Navarra.
• Iacetanos: su lengua era hablada en la región habitada por esta etnia, su capital era
Iaka (latín > Iaca; castellano > Jaca).
• Oscetanos: su idioma era hablado en la región habitada por esta tribu, su capital se
encontraba en Oska (latín > Osca; castellano > Huesca). Tanto Iaka como Oska
poseían el sufijo -ka muy común en la toponimia vasca (Gerni-ka, Munda-ka, Sondi-
ka,...), sufijo que significa poblado en euskara.
• Várdulos: al oeste desde el río Deba en Gipuzkoa, hasta parte de Navarra y al sur
hasta parte de Alava. Del mestizaje de várdulos y vascones surgiría el dialecto
guipuzcoano del euskara.
• Vascones: Fue la tribu en la que surgió el euskara. Los vascones ocupaban toda
Navarra, Iparralde y parte de Alava, Gipuzkoa y la Rioja. Las ciudades de Kalagorri
(latín > Calagurris; castellano > Calahorra; localidad riojana), Tutera (latín > tutela;
castellano > Tudela; localidad de la ribera navarra) e Hiriona (latín > Pompaelo;
euskara moderno > Iruñea; castellano > Pamplona; capital de Navarra) eran vasconas.
Unas lenguas de tronco éuscaro habladas por estas tribus que se convirtieron en una
única lengua fruto de la conquista de los vascones de estas tribus:
•
Iacetanos y Oscetanos: fueron conquistados por los vascones del siglo III a.C al II a.C.
•
Várdulos, Caristios y Autrigones: del siglo V d.C al VI d.C.
•
Aquitanos: del siglo VI d.C. al VII d.C.
Si bien el núcleo original del euskara se encuentra en lo que fue denominado por los
romanos, Saltus Vasconum (la zona pirenaica de Navarra). A partir del siglo III a.C. fruto
de las expansiones y conquistas vasconas a lo largo de diferentes siglos, nos
encontramos con la situación lingüística del siglo XI d.C., en la cual el euskara es hablado
desde parte de Cantabria al oeste, hasta parte de la provincia catalana de Lleida al este,
mientras que al norte es hablado en parte de Aquitania y al sur, hasta gran parte de la
Rioja, Burgos y Soria. Siendo el actual dialecto navarro y el euskara estándar o batua
(unificado), dado que este último es basicamente dialecto navarro, los que mayor afinidad
poseen con el euskara original de los vascones. Hoy en día la extensión de cada uno de
los dialectos vascos, coincide exactamente con la extensión de las tribus vascas descrita
por los geógrafos griegos hace más de dos mil años. Para más información sobre la
expansión vascona y de su idioma, visitar la página
Son dialectos vascos, el Bizkaiera (Vizcaíno), o también llamado Mendebaldekoera
(occidental), dialecto que más hablantes posee y que es hablado en Bizkaia, desde el río
Nervión al oeste, y al este, hasta una parte del oeste guipuzcoano fronterizo con Bizkaia
desde la costa cantábrica hasta Alava y al sur, en el norte de Alava. El Gipuzkera
(Guipuzcoano), también llamado Ertaldekoa (Central), hablado en Gipuzkoa y extremo
noroeste de Navarra. Nafarrera o Navarro, hablado en el norte de Navarra y parte
nororiental de Gipuzkoa. Lapurtera o Labortano, hablado en Lapurdi. Behe Nafarrera o
Bajo Navarro, hablado en la Baja Navarra y zonas fronterizas con Gascuña. Y finalmente,
el Zuberera o Suletino hablado en Zuberoa y en el cantón bearnés de Olorue. Estos tres
últimos dialectos, son evoluciones medievales del navarro por influencia del gascón y en
el caso del suletino, por influencia también de la lengua aragonesa o fabla.
El vascuence a lo largo de su historia, ha ido acumulando y ampliando léxico en función
de los pueblos con los que contactaba, conservando estos términos, en la mayoría de los
casos, tal y como se tomaron de dichos idiomas. Es muy significativo que palabras que se
encuentran en jeroglíficos de las pirámides de Egipto, o en el habla de los tuaregs
saharianos, puedan escucharse diariamente en el habla de cualquier vascoparlante.
Hecho que ha podido surgir de la relación secular con un pueblo preindoeuropeo de
presencia en la península más reciente que la vasca, los íberos. Un pueblo que tuvo
contacto a través del Mediterráneo con diferentes pueblos de Africa y de Europa. A través
de sus relaciones comerciales con éstos, adquirieron términos que posteriormente
pasarían a formar parte del euskara fruto de la vecindad con los íberos. La relación más
estrecha se dio en la época preromana, concretamente en la zona norte de Catalunya,
donde se podian encontrar tanto poblados de habla éuscara como íbera. Con el paso del
tiempo, se dio un intercambio de léxico entre los dos idiomas de tal grado, que algunos
lingüistas consideraron erroneamente que el euskara y el íbero eran el mismo idioma, una
hipótesis falsa dado que la sintaxis y la gramática del íbero eran completamente
diferentes a las vascas. Mientras los textos de la época romana en lengua aquitana (del
mismo tronco lingüístico del euskara) han podido ser traducidos integramente gracias al
euskara. Los textos en lengua íbera de la misma época, por el contrario, solamente han
podido ser traducidos en un 7%. En función del vocabulario que por siglos de convivencia
el euskara y el íbero se intercambiaron. Algunos lingüistas consideran que el íbero, el
ligur, el etrusco, las lenguas caucásicas, el euskara y las lenguas preindoeuropeas que en
general se hablaron en Europa antes de la expansión indoeuropea, formaban parte de un
mismo grupo preindoeuropeo en un pasado remoto, hace decenas de miles de años. Este
origen común tan alejado en el tiempo ocasionó, según ellos, la gran diferencia entre
estos idiomas, que los convierte casi en irreconocibles como parte de un mismo grupo
lingüístico:
Ibero Euskara
Castellano
Iliberris
Hiri berri
Ciudad nueva
Nescato Neskato Muchacha
Gison Gizon Hombre
Salir
(moneda)
Zilar Plata
Arse(etar) [Bilbo](tar)
Utilización de la misma desinencia para construir los
gentilicios
El euskara, aunque nunca ha estado en contacto con los dialectos del bereber que se
hablan en el Magreb, posee palabras similares a las de éstos, introducidas en el euskara
a través del íbero o posiblemente, a través de pueblos nómadas de origen camítico que
se hubiesen asentado en nuestra tierra en la época neolítica. Unos pueblos que con el
paso del tiempo se hubiesen fundido con los de habla éuscara, quedando como
testimonio de su existencia los vocablos que nos legaron. De esta forma se podría
explicar la existencia de palabras bereberes, guanches (Canarias), somalíes, etíopes o
del egipcio antiguo (son lenguas camíticas) en el euskara. Durante muchos años debido a
este parecido entre palabras camíticas y éuscaras, existió la teoria vasco-bereber que
consideraba al euskara emparentado con el bereber. Una teoría que fue desechada hace
años dado que los parecidos entre los dos idiomas son unicamente de léxico o
lexicográficos, mientras que sintáctica y gramaticalmente no tienen parecido alguno,
aunque si se observan sobre todo en la articulación verbal, la utilización de algunas
partículas muy similares, por lo que se considera más plausible, la teoría de una
emigración en tiempos pretéritos de pueblos nómadas de origen camítico a zonas
éuscaras, los cuales posteriormente, se fundirían con la población de habla éuscara que
allí se encontraba.
Bereber Euskara
Castellano
Nekk Ni-Nik
Yo
Akir Aker
Macho
Cabrío
Aña Ania-Anai Hermano
Aste Asto
Burro
Ism Izen
Nombre
Ma ism-
k
?
Zein du
k
hire
izena?
¿Cuál es tu nombre (hombre)? En el bereber
al igual que en el euskara, al tutear, en el caso
de que te dirijas a una mujer o a un hombre,
se utiliza una partícula verbal diferente. En el
caso masculino se utiliza la partícula
-k
tanto
en el bereber como en el euskara.
Ma ism-
m
?
Zein du
n
hire
izena?
¿Cuál es tu nombre (mujer)? En bereber en el
caso femenino se utiliza la partícula
-m
,
mientras que en euskara se utiliza la partícula
-n
. El euskara parece ser que perdió hace
siglos ya la tendencia de que las palabras
terminaran
en m, suavizándose y
convirtiéndose en n. Por esta razón se explica
que izen (nombre) no se pronuncie izem, muy
similar a la forma bereber ism, y que la
partícula verbal bereber
-m se pronuncie en
euskara moderno -n.
Adar Adar
En bereber adar significa pie, pierna. Mientras
que en euskara significa rama de árbol, cuerno
o extremidad. Parece ser que este término en
sus orígenes significó también extremidad
tanto en bereber como en euskara.
El euskara posee préstamos poco numerosos de otros idiomas como el árabe, germano o
celta. Estuvo en contacto con el celta desde el siglo VIII a.C. hasta los siglos II - V d.C.
Son topónimos celtas las localidades de Lezama, Ultzama, Deba,... Estos son unos
ejemplos de términos en lengua celta, germana y árabe que se han conservado hasta
nuestros días en el euskara:
Euskara Origen
Castellano
Tegi Celta
Sitio
Maite Celta Amado
Gori Celta
Incandescente
Erbi Celta
Liebre
Mendi Celta Monte
Orein Celta Ciervo
Orkatz Celta Corzo
Gerra (werra)
Germano
Guerra
Azoka (az-zuk) Arabe
Feria
Alkate (al-qadi) Arabe
Alcalde
Gutun (kutub)
Arabe
Carta,
Escapulario
La lengua que sin duda influenció más al euskara fue la que llegó hace dos mil años a
tierras del País Vasco, concretamente en el año 196 a.C., el latín. Influenció no sólo
léxicamente, sino también gramatical y morfologicamente, muchas declinaciones y sufijos
vascos tienen origen latino y proceden de declinaciones, sufijos o preposiciones latinas:
•
La preposición latina A da lugar a la declinación vasca -(r)A; etxera (a la casa), hirira (a
la ciudad).
•
El sufijo -cus latino (tecnicus, logicus), da lugar a la declinación -ko vasca; etxeko (de
la casa), haraneko (del valle).
•
El sufijo -dus (calidus, frigidus) da lugar al sufijo vasco -dun, que da lugar a palabras
como euskaldun (persona poseedora de la capacidad de hablar euskara) o bizardun
(persona poseedora de barba).
Influenció también de una forma considerable en el aspecto verbal, de hecho todavía no
se sabe a ciencia cierta como se conjugaban los verbos en euskara antes de la llegada
del latín. Una de las investigaciones llevadas a cabo por los estudiosos en filología
histórica que están desarrollando el protoeuskara, es saber cómo se conjugaban los
verbos antes de la llegada de los romanos, dado que por ejemplo, algo tan básico para la
conjugación verbal vasca como el morfema perfectivo -tu, proviene del participio latino -
tus: en vasco he cogido se dice hartu dut; me he metido, sartu naiz, ...
El dialecto vasco que tiene más influencia latina es el vizcaíno, debido a que las tribus
caristia y autrigona que habitaban la zona en la que actualmente se habla este dialecto,
fueron medianamente romanizadas. Esta romanización de estas tribus fue atenuada
posteriormente a través de la conquista de los vascones de Navarra (a partir del siglo V
d.C.), que poseían una escasa o nula romanización. Del mestizaje del autrigón y
principalmente, del caristio medianamente romanizado y de la lengua de los vascones, el
euskara, surgiría el actual dialecto vizcaíno.
Latín Euskara
Castellano
Pax-Pacem Bake
Paz
Cella-Cellam Gela
Habitación
Lex-Legem Lege
Ley
Tabula-
Tabulam
Taula Tabla
Rex-Regem Hereje
Rey
Gonna-
Gonnam
Gona Falda
Adventum Abendua
Diciembre
Verbum-
Verbam
Berba (vizcaíno)
Palabra
Martis Dies
Martitzena (vizcaíno) Martes
Sabatus Zapatu
(vizcaíno)
Sábado
Domenica Domeka
(vizcaíno) Domingo
En el siglo XI en el Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla (Done Miliaga Kukula)
en La Rioja, encontramos los primeros textos tanto en euskara como en lengua navarra
románica, las Glosas Emilianenses. Unas glosas que servían para la comprensión de
textos en latín y quizá para acercarlos al pueblo que desconocía el latín usado todavía por
los clérigos. Uno o varios copistas anónimos escriben una serie de anotaciones en latín,
navarro románico y euskara que comentan o glosan las partes más difíciles de entender.
"(...) Si uero, quod Deus non patiatur [non quieti] et mala opera exercimus [nos
sificieremus] et plus pro carnis luxuria quam pro salute anime laboramus, timeo ne quando
boni christiani cum angelis acceperint uitam eternam nos, quod absit, precipitemur [guec
ajutuezdugu]* [nos non kaigamus] jngeenna (...)"
(*) guec ajutuezdugu: nosotros no tenemos ayuda.
Primeramente, lo que más dañó al euskara, fue que la población euskaldun
(vascoparlante) a lo largo de la historia no ha tenido una entidad política que la uniera y
que tuviera como lengua oficial el euskara. Esta unidad política de la población
vascoparlante desde parte de Cantabria hasta parte de Catalunya, fue efímera y sólo
existió en el siglo XI, bajo el reinado del rey de Navarra Antso Gartzez III. Haundia
(Sancho Garcés III el Mayor) y aunque el euskara era la lengua hablada por la mayoría (la
población de habla latina en la zona pirenaica era muy minoritaria), la lengua oficial no fue
el euskara, sino la lengua navarra románica, siguiendo los usos de la época de utilizar
lenguas latinas para redactar los textos oficiales.
El segundo factor que debilitó al euskara fue la división del Reino de Navarra por parte de
este mismo rey, yendo en contra de la ley vascona de sucesión, surgiendo de esta
manera los reinos de Castilla y Aragón, que anteriormente habían sido condados. Si bien
en sus orígenes, en el siglo XI, la mayor parte de la población castellana y aragonesa, así
como sus primeros reyes fueron euskaldunes. Al avanzar hacia el sur la reconquista, más
y más población mozárabe y por lo tanto latina, fue añadiéndose. Quedando el euskara
desplazado gradualmente como vehículo de comunicación cotidiano en esos reinos.
Considerándose a partir de los siglos XIV y XV, tanto en Castilla, como en Aragón, como
una lengua propia del Reino de Navarra, como algo que había quedado de la dominación
navarra de esas tierras. A parte que en aquellas épocas, el euskara, fue considerado por
el cristianismo, como una lengua bárbara y pagana. Lengua y cultura latinas eran
sinónimos de cristiandad, dado que la mayor parte de la población euskaldun era pagana.
A medida que avanzaban las lenguas y culturas latinas, avanzaba el cristianismo. Todo
estaba en contra del euskara. Es muy significativo que en la Edad Media a partir del siglo
XIV, tanto en Castilla como en Aragón se prohibiera lo judío, lo árabe y lo éuscaro, ya que
representaban la religión hebrea, la islámica y la antigua religión pagana de Mari (1), que
era la que procesaban mayoritariamente los euskaldunes. Para más información sobre los
decretos de prohibición del euskara a partir del siglo XIV visitar la página
(1) Mari, Maia o Ama-Lur (madre tierra) era la diosa suprema de la antigua religión vasca,
su símbolo cósmico era el sol, y su representación gráfica, el disco solar llamado lauburu
(laubúru, tetracéfalo, éste símbolo lo puede observar al comienzo de la página web en la
que usted se encuentra, a la izquierda y a la derecha del título). Los discos solares con
alguna que otra modificación, pueden encontrarse en todas las culturas euroasiáticas
antiguas, desde la península ibérica hasta Alaska. Es común ver en las lápidas de los
cementerios del País Vasco, que en lugar de utilizarse cruces cristianas, se siga con la
costumbre de esculpir en las lápidas la cruz vasca, el lauburu, siguiendo de esta forma el
rito antiguo de la religión de Mari.
Esta religión, contaba con una trinidad integrada por Mari y sus dos hijos Atarrabi (la
representación del bien) y Mikelats (la representación del mal), de los que surgían el resto
de númenes y espíritus tanto benébolos como malébolos.
La cosmogonía vasca estaba dividida entre dos mundos, el mundo de los del día
(egunekoak) o el de los vivos y el mundo de los de la noche (gauekoak) o el de los
muertos. Para los antiguos vascos el significado de la muerte no era tan lúgubre como
puede resultar viéndolo desde la perspectiva occidental actual. Al morirse una persona,
simplemente, pasaba a formar parte de un estado existencial diferente. Se decía en
aquellos tiempos que, "Eguna egunekoentzat [ el día para los del día (los vivos) ] eta gaua
gauekoentzat [ y la noche para los de la noche (los muertos) ] ". El espíritu Gaueko [
(espíritu guardián) de la noche] era el encargado de velar por esta norma aceptada por los
antiguos vascos, ya que si algún vasco merodeaba por la noche, era arrebatado de los
vivos por este espíritu y pasaba a formar parte del mundo de los de la noche (los
muertos).
La religión vasca poseía unas normas de conducta sobre lo que es el bien y el mal, que
debían ser cumplidas estrictamente por los vascos. También existía en esta religión un
cielo y un infierno, aunque era diferente a la concepción del cielo y del infierno de las
religiones judeo-cristianas. Cuando una persona fallecía, pasaba a formar parte de los de
la noche. En la oscuridad, era guiado por la luna, que en euskara se dice ilargi (significa
luz de los muertos), por un sendero que le llevaría hasta la gruta o cueva de Mari, donde
viviría con ella y con todos sus antepasados eternamente, en paz, felicidad y abundancia.
Este era el concepto del cielo para los antiguos vascos. Pero aquella persona que no
hubiese obrado en el mundo de los vivos, según las enseñanzas de Mari y hubiese hecho
el mal al prójimo. Aunque la luna le iluminase en su camino, estaría vagando y vagando
eternamente, en la oscuridad, hasta poder encontrar el sendero que le llevase hasta la
cueva de Mari. Este era el concepto de purgatorio (estar vagando durante un tiempo
buscando el sendero correcto) y el infierno (vagar eternamente en la noche sin encontrar
el camino). Como se puede observar, es una religión de claro origen prehistórico, dado
que considera a la cueva como zona de paz, acogedora y protectora, el mejor sitio en
donde vivir eternamente. Una creencia que proviene de un pasado remoto, en el que los
protovascos en las glaciaciones, tuvieron que guarecerse en las cuevas para evitar las
frías temperaturas y de esta forma poder sobrevivir. Un miedo a vagar en la oscuridad (el
infierno y el purgatorio) que tiene su origen en las frías noches glaciales, ya que todo
aquel que no encontrase en el anochecer el sendero hacia la cueva en donde moraba la
tribu, moriría de frío. Una lucha por la supervivencia que quedó plasmada en la religión
vasca, aunque los vascos hacía miles de años que ya no necesitaban guarecerse en las
cuevas para poder sobrevivir del frío glacial.
Esta religión poseía unas normas de actuar en la vida muy similares a las cristianas, por
lo que fue muy fácil dar el paso de la religión vasca al cristianismo. Sólo se tuvo que
adaptar la trinidad, dioses y espíritus vascos a la trinidad y santos cristianos. Hoy es el día
que a la Virgen María en euskara se le llama Andra Mari (Señora Mari) que era el nombre
con el que era llamada la diosa Mari. Gracias al parecido entre los nombres, el culto a la
diosa Mari pasó a ser también, un culto a la Virgen María. Todas las vírgenes que existen
en el País Vasco, así como sus iglesias, eran antiguas zonas de culto a esa divinidad. Lo
mismo ocurrió con los santos cristianos, por ejemplo, el culto a Argia (la luz) pasó a ser un
culto a Santa Clara, llamada en euskara Deun Argia (Santa Luz). A medida que
avanzaban las lenguas y culturas latinas, iba desapareciendo la religión de Mari e iba
extendiéndose el cristianismo. Esta religión se perdió definitivamente en el siglo XVII,
cuando las sorginas (sortu -> nacer + gina -> hacedora; hacedora de nacimientos,
matrona) que eran similares a los druidas celtas y eran las encargadas de las zonas de
culto, de hacer las ceremonias, de sanar a la gente a través de hierbas y de traer al
mundo a los niños, fueron acusadas de brujería por la Inquisición. Vascos que
procesaban la religión de Mari y no la cristiana, así como cientos de sorginas, fueron
acusados de brujería, siendo posteriormente quemados. A partir de entonces la palabra
sorgina que significaba en euskara antiguo matrona, pasó a significar bruja. La existencia
de la antigua religión, se ha conservado hasta nuestros días, a través de la transmisión
oral, de generación en generación, a través de parábolas y cuentos imbuidos en las
antiguas creencias que los abuelos contaban a sus hijos y sus nietos.
El tercer factor, las grandes hambrunas de los siglos XVIII - XIX que obligó a gran parte
de la población euskaldun (la más pobre de la sociedad), a emigrar hacia las Américas. Lo
que ocasionó que por el ejemplo, el euskara que seguía siendo la lengua mayoritaria en
Navarra, perdiese terreno a marchas forzadas.
El cuarto factor que debilitó al euskara, es la baja estima que tenía la sociedad en general
y el euskaldun en particular, de la lengua vasca. Considerándola rural, inculta, bárbara
con respecto a las lenguas y culturas latinas. El euskara era considerado por todos como
"rudem et barbaram linguam, cultum abhorrentem" (lengua tosca y bárbara, incapaz de
cultivo). Algo que empujaba al euskaldun a renegar de la lengua y cultura vascas. Dado
que siempre se utilizaron las diferentes lenguas latinas que rodeaban a los euskaldunes
para escribir (navarro románico, gascón, castellano y francés). Se utilizaron todas, menos
el euskara. El euskara era vehículo de cultura tradicional y rural vasca, mientras que el
castellano o el francés eran vehículos de cultura occidental, de la cultura de las ciencias y
de las artes. No es extraño ver que por ejemplo el insigne Unamuno que era euskaldun,
dijera la frase: "Lo mejor que podría aportar el vascuence a la humanidad es
desaparecer". La burguesía euskaldun siempre se avergonzó y rechazó el euskara,
considerándolo una lengua del "vulgo", abrazando el castellano como lengua culta. Lo que
le quitó más prestigio y agudizó a partir del siglo pasado la pérdida del euskara. Al
contrario que en Catalunya que la burguesía catalana, nunca renegó del catalán y siguió
hablándolo.
A finales del siglo XIX y sobre todo a partir de la década de los cincuenta del siglo pasado,
comenzaron a llegar masivamente miles de personas de habla castellana desde
diferentes partes de España, en busca de un trabajo en la industria vasca. Lo que hizo
que la situación socio-lingüística cambiara. El castellano ya no era propio sólo de gente de
abolengo, burguesa, de gente instruida y culta, sino también, de gente humilde que venía
al País Vasco en busca de un sustento. Esto hizo que el castellano, gradualmente,
perdiera prestigio en la sociedad vasca y que el euskara, otrora lengua relegada al
ostracismo, recobrase su prestigio social.
En la década de los 60 del siglo XX se desarrolla el euskara supradialectal o Euskara
Batua (unificado). Ya que hasta esta época para el euskara literario se utilizaban los
diferentes dialectos vascos. Esta unificación era algo indispensable para la pervivencia de
la lengua vasca y para que se convirtiese en el futuro en una lengua oficial.
Con la desaparición del franquismo y llegada de la democracia, el euskara, por primera
vez en su historia milenaria, se convierte en lengua oficial tanto en Vascongadas, como
en la zona vascoparlante del norte de Navarra. Quedando la asignatura pendiente de que
esta oficialidad se extienda también a la mitad y sur de Navarra, así como en Iparralde o
el País Vasco-Francés. La situación lingüística del euskara cuando llegó esta oficialidad
era catastrófica, si bien la lengua vasca era hablada en el siglo XI, desde parte de
Cantabria hasta parte de Catalunya, al norte hasta parte de Aquitania y al sur hasta gran
parte de Burgos, La Rioja y Soria, en la década de los ochenta del siglo pasado, se
hablaba en una novena parte del territorio medieval, en los minúsculos territorios
históricos de Vascongadas, en el País Vasco-Francés y en Navarra.
Se abren ikastolas a lo largo de toda la geografía euskaldun, en las que se imparten las
clases en euskara. Surgen las primeras generaciones de vascos que saben leer y escribir
en euskara después de 40 años de prohibición de la lengua y cultura vascas. Una
prohibición de todo lo vasco, que si para algo sirvió, fue para hacer consciente a la
población euskaldun de la importancia de la pervivencia de su idioma y de su cultura, algo
de lo que anteriormente pocos euskaldunes se percataban. El euskara, se va extendiendo
al sistema educativo vasco gratuito, ya era posible realizar los estudios desde pre-escolar
hasta el curso de preparación a la universidad en euskara. Cada año aumenta la
publicación de libros de todo tipo en lengua vasca.
Surge la radio pública Euskadi Irratia y la televisión pública Euskal Telebista (ETB1), cuya
programación es integramente en lengua vasca. Una programación emitida diariamente a
las siete regiones de la vascofonía y vía satélite a todo el mundo. Poseemos ya diarios y
revistas integramente en euskara.
La lengua vasca se va extendiendo a la universidad, ya es posible realizar carreras
universitarias integramente en euskara. Se va abriendo camino en las ingenierías. Se va
extendiendo también, a las nuevas tecnologías, paquetes ofimáticos como Office o
sistemas operativos como Windows, se encuentran disponibles en euskara.
El euskara ha recuperado el prestigio perdido antaño frente a las lenguas latinas, lo que
ha hecho que gran parte de los padres elijan libremente para la educación de sus hijos, de
entre los tres modelos existentes en el sistema educativo vasco, principalmente, el
modelo D (todo en euskara con la asignatura de lengua y literatura españolas), así como
en menor medida el modelo B (unas materias en euskara y otras en castellano). Mientras
que el modelo A (todo en castellano en el que el euskara se estudia como asignatura) va
perdiendo puestos en la aceptación de la población vasca, debido a que este modelo no
garantiza el conocimiento del euskara ni el bilingüismo de los alumnos, ya que se estudia
euskara como si fuera inglés. Siendo el euskara más complejo que el inglés, los
conocimientos de euskara de los alumnos que estudian en este modelo cuando llegan a la
universidad, son basicamente nulos. En Navarra existe un modelo más que es el modelo
G, integramente en castellano, en el que no existe ninguna asignatura en euskara.
Con la oficialidad de la lengua vasca en estos veinte años, se ha conseguido que no haya
un sólo municipio de la Comunidad Autónoma Vasca donde no haya un vascoparlante. El
número de vascoparlantes ha aumentado en más de 100.000. Teniendo en cuenta la
complejidad del aprendizaje del euskara, así como el número de habitantes de la
comunidad, es una cifra muy satisfactoria.
Al contrario que en Euskadi, donde el euskara y el castellano son cooficiales en todo el
territorio. En la Comunidad Foral de Navarra, por el contrario, está divida lingüisticamente
en dos zonas. La zona vascoparlante, al norte de la comunidad, donde son cooficiales
tanto el euskara como el castellano y la zona sur (mitad y sur de Navarra), donde
solamente es oficial el castellano.
Aunque el euskara va in crescendo en la Comunidad Autónoma Vasca, en Navarra, por el
contrario, se ha conseguido que la pérdida del euskara se estanque. La recuperación del
euskara en Navarra no ha sido tan espectacular, basicamente, porque el euskara no es
oficial en todo el territorio.
Si bien hasta ahora se ha conseguido que la pérdida del euskara en Navarra se estanque,
a través de la nueva ley del vascuence votada por UPN (PP) y PSN (PSOE) en el
parlamento navarro, conllevará una vez más, la pérdida progresiva de este idioma. Dado
que, principalmente, UPN (PP), fuerza mayoritaria en Navarra, no considera importante
para los navarros su uso y su recuperación. Esta nueva ley ha anulado la zona mixta
(zona central de Navarra) que aglutinaba a la mayor parte de la población navarra
(Pamplona y diversos municipios), en la que el euskara era cooficial junto con el
castellano. Ahora en esta zona solamente es oficial el castellano, ya que la zona mixta ha
sido añadida a la zona castellanoparlante del sur de Navarra, donde unicamente es oficial
el castellano. Mientras que el vascuence a partir de ahora, solamente será oficial en la
zona norte de Navarra, donde el número de vascoparlantes es más numeroso. Dando
cumplimiento a este ley se han retirado de la antigua zona mixta los rótulos viarios y de
instituciones públicas que antes estaban escritos en bilingüe (castellano y euskara), para
ponerlos unicamente en castellano y la población vascoparlante de esta zona no tendrá
derecho a ser atendida en vasco en su ayuntamiento o en cualquier institución, ni tendrá a
partir de ahora derecho a la educación gratuita en euskara.
El vasco, es hablado por el 10.9% de la población navarra, un 7.4% lo entiende pero no lo
habla, mientras que el 81.7% de la población es monolingüe castellanoparlante. Si bien
paulatinamente, se está rompiendo esta dinámica de pérdida del euskara. Actualmente,
más de la mitad de los padres navarros han elegido libremente que sus hijos estudien
todas las asignaturas en vasco o tengan la asignatura de esta lengua. Aunque ahora
después de anular la zona mixta que a partir de ahora será solamente castellanoparlante,
nadie conoce cual podrá ser el futuro del euskara en la tierra que lo vio nacer.
En Iparralde o el País Vasco-Francés, el euskara todavía no es oficial. A finales del siglo
XIX, el 80% de la población vascofrancesa hablaba en euskara. Ahora, la situación es
crítica, solamente lo hace el 26.4% (en general, gente mayor y en zonas rurales), un 9.3%
lo entiende, aunque no lo habla y el resto (64.2%) habla gascón o es monolingüe francés.
Si no se consigue la cooficialidad junto con el francés, y no se apoya la lengua en la
enseñanza, se estima que en un plazo de 40-50 años, el euskara habrá desaparecido
completamente de Iparralde. Aunque afortunadamente se ve vislumbrar en un futuro
cercano la oficialidad del euskara junto con el francés.
Por fin el euskara, no es sólo vehículo de cultura tradicional vasca, sino también, vehículo
de la cultura de las artes y de las ciencias. Augurándose para nuestro idioma en el milenio
que acaba de comenzar un futuro esperanzador. Como bien dijo el primer escritor en
lengua vasca Bernard Etxepare:
Heuscara, ialgui adi mundura! ( Euskara, ¡Sal al mundo! )
•
El primer libro escrito en euskara es el Linguæ Vasconum Primitiæ (Primicias de la
lengua de los vascones; Burdeos 1545) colección de poemas religiosos y eróticos del
sacerdote Bernard Etxepare (Bernard d'Etchepare). Nació en Sarrasketa de 1470 a
1480 en una localidad cercana a la capital de la Baja Navarra, Donibane Garazi (Sant-
Jean-Pied-de-Port) y fue sacerdote. No es casualidad que el primer escritor eusquérico
sea un sacerdote. Los sacerdotes tenían que predicar al pueblo y para ello
necesitaban cultivar el lenguaje popular que, en este caso, era el euskara. Por el título
de la primera obra escrita en euskara, por el prólogo y por algunas estrofas del texto,
se ve que el autor era consciente de ser el primero que publicaba un libro en euskara.
Este consta de un breve prólogo y quince poemas que, por su materia, pueden
dividirse en cuatro partes: Una primera, la más larga, de temática estrictamente
religiosa; la segunda, tiene como tema el amor humano y es tal vez la más original y
de aliento más cálido; una tercera autobiográfica, en el que el autor hace profesión de
su inocencia; la cuarta, finalmente, es un grito de júbilo por la irrupción del euskara en
el mundo de las publicaciones literarias. Hasta en lo que podría llevarle a la aridez (la
exposición de la doctrina cristiana), Etxepare demuestra estar, con toda naturalidad,
dentro de una gozosa armonía tridimensional: vida, palabra y ritmo. Etxepare expone
doctrina cristiana pero en el mundo de la labranza vasca, donde siervos y señores
conviven amistosamente pero también se exigen:
Ecen iaunec estu nahi mutil gaiçtoa eduqui, eç pagatu soldataric cerbitcatu gaberic
(Ningún amo quiere un mal criado, ni pagar soldada sin que le sirvan)
•
La Reina de Navarra Joanna III de Albret, se decidió a dar apoyo explícito a la lengua
vasca en el contexto de la reforma protestante de tipo calvinista, que tuvo lugar en la
segunda mitad del siglo XVI en el área de su dominio, es decir, en el norte de los
Pirineos, incluido Biarno (el Bearn).
En este contexto de luchas religiosas llegó a ser posible que se dieran las
circunstancias favorables para que se produjera el venturoso hecho de la creación ex
novo de la prosa vasca, al traducirse el Nuevo Testamento en toda su integridad. El
personaje encargado por el sínodo calvinista de Pabe (Pau) en 1565 para llevar a
cabo la traducción al vasco del Nuevo Testamento fue Joannes de Leizarraga (1506-
1601), nacido en Beraskoitze (Lapurdi). Su traducción se llamaría Jesus Christ gure
Jaunaren Testamentu Berria (Nuevo Testamento de nuestro Señor Jesucristo). Los
datos sobre su juventud son escasos, si bien sabemos que fue ordenado sacerdote,
pero que en 1559 se convierte al evangelio lo cual le acarrea persecución y
encarcelamiento y, como muchos otros protestantes, encuentra asilo al amparo de
Joanna III de Albret. La traducción de Leizarraga está concienzuda y
escrupulosamente hecha, de acuerdo con el espíritu que animaba las traducciones
protestantes de su época de estricta fidelidad al texto original griego. Para su
traducción utilizó el texto griego del Nuevo Testamento preparado por Erasmo de
Rotterdam, el mismo que usara Lutero para su traducción al alemán. Otras obras
suyas fueron Kalendrera (Calendario) y Abc edo Christinoen instructionea (Abc o la
instrucción de los Cristianos). Leizarraga se caracteriza por ser un escritor que utiliza
en su literatura muchos términos cultos de origen grecolatino.
•
Axular o Pedro de Agerre y Azpilikueta nació en Urdax (Navarra) en 1556. Siendo
Axular el nombre que utilizó en sus escritos eternizando así el nombre del etxe
(caserío) de su familia que todavía existe. Fue sacerdote y se le adjudicó el curato de
Sara (sára, Lapurdi). Su obra más notable es Gero (futuro). Axular se nos muestra
como un magnífico escritor ascético, influido sin duda por ascetas españoles como
Fray Luis de Granada pero con personalidad propia. Posee un lenguaje menos culto
que Leizarraga siendo su euskara más popular. La obra de Axular no es de teoría
ascética sino de práctica, es decir, de reforma de costumbres. Para ello echa mano de
un lenguaje espontáneo, si se quiere poco literario, pero que ya en el siglo XVIII
mereció la estima de Joannes Etxeberri quien proponía se declarase a Axular como
norma del euskara escrito.
•
Silvain Pouvreau nació en Bourges. Sin ser vasco aprendió euskara siendo secretario
del jansenista abad de Saint-Cyran. Ordenado sacerdote, fue párroco de Bidarte
(Bidart; 1640-44) y más tarde en París. Tradujo la Instrucción del Cristianismo
(Guiristinoen Dotrina) de Richelieu, la Introducción a la vida devota (Philotea) de San
Francisco de Sales y el Combate espiritual (Gudu espirituala) de Lorenzo Scupoli.
•
Arnaud Oihenart u Oihenart (1592-1667) nació en la capital de Zuberoa, Maule
(Mauleón), fue abogado. Es, pues, uno de los pocos no eclesiásticos que escriben en
euskara en estos primeros tiempos. En latín escribió Notitia utriusque Vasconiæ, tum
ibericæ tum aquitanicæ, en la que narra la historia de los vascos hasta la Edad Media
desde una perspectiva vasca. Es más conocido por su colección de 706 refranes
vascos con traducción francesa y sus poesías en euskara. Oihenart es un hombre que
ama el euskara, lo trabaja incluso inventando neologismos pero al mismo tiempo, se
mantiene alejado de los ditirambos y de las confusiones históricas de algunos
contemporáneos, por lo que ha sido a veces mal interpretado como poco vascófilo.
•
El jesuita Bernard Gazteluzar, de Ziburu (Ciboure, Lapurdi) escribió poesía didáctica
en su Eguia catholicac (Verdades católicas), Salvamendu eternalaren eguiteco
necessario direnac (Cosas necesarias para conseguir la salvación eterna).
•
Otros sacerdotes que publicaron en euskara en el siglo XVII son: Cristóbal de
Harizmendi con Ama Birginaren hirur Offizioac (Los tres oficios de la Virgen María;
1660) en verso y dialecto cercano al guipuzcoano. Juan de Tartas, párroco de Aroa
(Arone, Baja Zuberoa): Onsa hilceco bidia (Camino para matar al bien, 1666) y Arima
Penitentaren occupatione debotaq (Ocupaciones debotas del Alma Penitente).
Aranbillaga, adscrito a la parroquia de Ziburu (Ciboure, Lapurdi), publicó en 1684
(Baiona) la primera traducción de la Imitación de Cristo, Jesu Christoren Imitationea.
•
La primera gramática se debe al Jesuita Manuel de Larramendi, nació en Andoain
(Gipuzkoa) en 1690 y murió en Loiola en 1766. Profesor en Salamanca. Sus obras son
la primera gramática vasca, El imposible vencido: arte de la lengua vascongada
(Salamanca, 1729) y en 1745, el Diccionario trilingüe (Castellano-Bascuence-Latín)
entre otras. Emprendió una obra gigantesca en aras a luchar en contra de la imagen
que se tenía del euskara en aquella época, "rudem et barbaram linguam, cultum
abhorrentem" (lengua tosca y bárbara, incapaz de cultivo). Con la primera quería
demostrar que el euskara no era una lengua bárbara y ruda imposible de cultivar, sino
una lengua sujeta a reglas como las demás y mejor que muchas otras, según él. Con
su diccionario Larramendi intenta demostrar que el euskara posee un vocabulario
desarrollado capaz de expresarlo todo. Para ello no duda en inventar neologismos de
una forma correcta, utilizando la derivación a través de los múltiples sufijos vascos o la
composición, por no utilizar palabras latinas que en todas las lenguas, incluidas las no
latinas, se encuentran. Unos neologismos que luego él mismo no utilizaría, dado que
creaba estos neologismos sólo para acallar a los anti-euskara.
•
Entre los primeros frutos del árbol larramendiano hay que citar a los padres Agustín de
Kardaberaz y Sebastián de Mendiburu.
•
Agustín de Kardaberaz (1703-1770) nació en Hernani (Gipuzkoa) y murió en Bolonia
en el destierro. La fama del padre Kardaberaz en el País Vasco se debió ante todo a
sus cualidades de predicador pero Kardaberaz es además un buen escritor de su
idioma: Aita San Ignacioren Ejercicioen gañean Afectoak (Afectos sobre los Ejercicios
del padre San Ignacio), que en su conjunto comprenden tres obras. Kardaberaz trata
sobre todo el bien espiritual de las almas, pero del empeño con que trabajaba el
euskara nos habla bien alto su obra: Euskeraren Berri Onac (Las Buenas Nuevas del
Euskara), con reglas para leer, hablar y escribir correctamente el euskara.
•
Sebastián de Mendiburu (1708-1782) nació en Oiartzun (Gipuzkoa) y murió en
Bolonia, desterrado con los de su orden por Carlos III. Según Carmelo Etxegarai, "ni el
mismo Larramendi logró rivalizar con Mendiburu en este manejo del idioma éuscaro".
Para Koldo Mitxelena, "Mendiburu es sin disputa uno de los escritores que con más
desembarazo y elegancia ha manejado el idioma. Sólo le fue negado un don: la
fuerza". Mendiburu emplea un lenguaje mucho más puro que Kardaberaz pero se
mantiene siempre a un nivel popular fácil de entender. Su obra más representativa es:
Jesusen Amore-Nequeei dagozten cembait otoitc-gai (temas de rezo con respecto al
calvario de Jesús).
•
Juan Antonio Moguel (1745-1788). Nació en Eibar de padre médico. Ordenado
sacerdote, fue destinado a Xemein (Markina, Bizkaia) donde residió hasta su muerte.
Moguel muestra, como otros contemporáneos suyos, vivo interés por el idioma. Para
demostrar las posibilidades del euskara tradujo arengas y oraciones selectas de los
mejores autores latinos. Pero su obra principal es, sin duda, Peru Abarca, concebido
como un diálogo entre un aldeano, Peru Abarca, lleno de sabiduria popular y con
dominio del euskara y el barbero Maisu Juan más pícaro pero menos puesto en su
lengua materna. Moguel emplea el dialecto vizcaíno sin ninguna preocupación purista.
Peru Abarca, en efecto, abomina de los erdarismos (castellanismos) no asimilados
pero emplea sin rubor los que asimiló en la "universidad de Basarte".
•
Joannes Etxeberri de Sara (Lapurdi) médico en Bera de Bidasoa (Navarra) y en
Hondarribia (Gipuzkoa) y residente luego hasta su muerte en Azpeitia (Gipuzkoa).
Además de Escuararen hatsapenac (Principios del Euskara) y el Diccionario
cuatrilingüe escribió Escual Herri eta Escualdun guztiei escuarazco hatsapenac latin
icasteco (Principios para aprender latín para el País Vasco y para todos los vascos)
•
José María Iparragirre Balerdi nació en Urretxu (Gipuzkoa) un día de verano de 1820.
Sus 61 años de vida se inscriben en un período trascendental en la conformación
política y social de nuestro país, que va desde la crisis del Antiguo Régimen que
desembocará en la guerra carlista, hasta la primera industrialización de Vasconia que
arranca al final del tercer y último conflicto dinástico cuyo corolario fue la abolición foral
de 1876. En el terreno de las artes, la vida de Iparragirre coincide con los años de
apogeo del Romanticismo, un movimiento tan influyente y fértil como escurridizo a
toda definición. "Una manera de sentir", lo llamó su coetáneo Charles Baudelaire,
manera de sentir que se manifiesta en un decidido afán de Libertad como medio para
la realización personal pero también la colectiva, puesto que el individuo se identifica
con su pueblo al que considera dotado de un espíritu propio. El ansia de Libertad,
como sentimiento más que como pensamiento, como desvelo vital, motor existencial y
hálito creativo antes que como ambición de concretos perfiles, recorre toda la
trayectoria de José María Iparragirre y explica sus grandezas y también sus miserias.
Y es que en el viejo bardo tenemos a una de las más acabadas figuras del
Romanticismo artístico en Vasconia, y en su himno Guernicaco Arbola (Arbol de
Gernika) al exponente máximo de la afirmación identitaria de los vascos alrededor de
los Fueros y de su símbolo secular. Con todos los matices, de Iparragirre podemos
decir que jugó entre nosotros papel idéntico al de Adam Mickiewicz en Polonia o
Alessandro Manzoni en Italia. Pero a diferencia de estos poetas nacionales, el de
Urretxu cultivó no sólo la rima (que también) sino sobre todo la música, disciplina que
durante el Romanticismo cobró renovada importancia como vehículo idóneo para la
nueva estética expresivista.
•
Jean Martin Hiribarren (1810-1866) nació en Askaine (Lapurdi) fue el autor del poema
Euscaldunac (vascos). Hiribarren no es amigo de ditirambos, reconoce la pobreza del
esfuerzo espiritual de los euskaldunes y la necesidad de emprender algo. Todo pueblo
debe hallar guías entre los suyos. Por eso él llama a todos
:
Euscaldun gucia da egun gombidatcen
has dadin içpirituç cerbeiten moldatcen
Iaquin deçaten arren gure ondocoec
nolaco gaiac çuçten hequin arbasoec
(Hoy invitamos a todos los vascos a que emprendan un quehacer espiritual
para que nuestros descendientes sepan qué hazañas acometieron sus
antepasados)
Vicenta Moguel (1782-1854), es la primera mujer escritora vasca. Pertenece a una familia
de escritores (Juan Antonio y Juan José) pero su estancia en Azpeitia (Gipuzkoa) ha
guipuzcoanizado su euskara. Sus Ipui onak (Cuentos buenos) están escritos en forma
sencilla pero en un lenguaje depurado. La entrada de la mujer en la Literatura vasca se
hace por la puerta grande.
•
Txomin Agirre (1864-1920) sacerdote de Ondarroa (Bizkaia) autor de dos novelas
Kresala (Salitre) y Garoa (Helecho) en que se describen las costumbres de los
marineros (Kresala) y de los labriegos (Garoa).
•
Resurrección María de Azkue (1864-1951) dio cima a una obra ingente casi increíble si
no la tuviéramos delante. Sacerdote, hijo de Lekeitio (Bizkaia), dedicó su vida entera al
euskara ya que no ejerció cargo sacerdotal alguno y la música, a la que sentía una
gran inclinación, le sirvió para comprender mejor la cultura popular. La obra de Azkue
sigue teniendo validez hoy. Su gran Diccionario trilingüe (Euskera-Castellano-Francés)
nos sirve de libro de consulta. Euskalerriaren Jakintza (La sabiduría del País Vasco) es
una colección de poesías, leyendas, canciones, etc., del pueblo vasco y constituye hoy
un tesoro valiosísimo. Además publicó Morfología Vasca donde estudia el sufijo vasco
y las partes de la oración.
•
En la literatura vasca del siglo XX hallamos dos tendencias divergentes: la popular y la
culta. Magnífico representante de la primera es un vizcaíno de Mañaria, Evaristo
Bustintza, más conocido por Kirikiño. En sus obras Abarrak (Restantes) deja correr sin
artificio alguno el euskara de su pueblo dejando a un lado "el de los vascos del siglo
futuro" como llamaba él a los puristas de su tiempo. Kirikiño describe la vida de los
vascos de un modo ameno y el pueblo se lo agradeció leyendo sus libros.
• Vizcaíno es también el poeta Esteban de Urkiaga, Lauaxeta (1905-1937) nacido en
Laukiniz (Bizkaia) pero afincado en Mungia (Bizkaia) y que fue fusilado en Vitoria
durante la guerra civil. Lauaxeta no posee el dominio del euskara de su
contemporáneo guipuzcoano Lizardi, ni tal vez su mirada distendida a la naturaleza
que le rodea. Lauaxeta mira hacia su interior. La influencia de Lorca es clara en
ocasiones:
Zidarrezko bost sastakai nork jasan daikez aldian?
(¿Quién puede soportar en sus carnes cinco puñales de plata?)
• La cima de la poesía vasca la representa Jose Mari Agirre Egaña (Xabier Lizardi).
Nació en Zarautz (Gipuzkoa) en 1896. Aunque pasó su infancia allí, casi toda su vida
transcurrió en Tolosa (Gipuzkoa). Debido a un traslado laboral de su padre, toda la
familia tuvo que trasladarse a dicha localidad, cuando él tenía alrededor de diez años.
Finalizó los estudios de bachillerato en el colegio de los Escolapios de esa localidad.
En 1913, cuando tenía diecisiete años, falleció su padre, y por ello debió empezar a
trabajar, al ser el mayor de seis hermanos. Sin embargo, no por ello abandonó su
deseo, manifestado desde la infancia, de estudiar abogacía, y cursó estudios de
Derecho, como alumno libre, en la Universidad Central de Madrid, consiguiendo el
título en 1917. Su primer trabajo lo consiguió en el Banco de Tolosa, como auxiliar,
pero en 1923 le propusieron el cargo de gerente en Perot, una empresa de Tolosa, y
hasta su muerte desempeñó esas labores en esa empresa de redes metálicas. En
1923, gracias a la seguridad proporcionada por el nuevo puesto de trabajo, se casó
con Pakita Izagirre, a la que había conocido en sus visitas a Zarautz, y tuvieron cuatro
hijos. Falleció joven, en 1933, cuando tenía 36 años, víctima de una enfermedad
incurable en aquel entonces.
En 1923 la dictadura de Primo de Rivera hizo callar al movimiento abertzale
(nacionalista vasco) que comenzaba a surgir en Euskal Herria, pero en 1927, en la
época que se denominó la dictablanda, se reanimó el proyecto abertzale, prueba de lo
cual surgió la asociación Euskaltzaleak (vascófilos) en Mondragón (Gipuzkoa) ese
mismo año. En aquella época dio a conocer José María Agirre su pluma con el alias de
Xabier Lizardi, y tuvo gran importancia su liderazgo en el proceso de constitución de la
sociedad Euskaltzaleak. Entre los años 1928-1930 fue su presidente y marcó las
líneas maestras de la actividad de la sociedad en esa época: Euskal Egunkaria (el
Periódico Vasco), Kirikiño Saria (Premio Kirikiño), Aur Egunak (Días infantiles),
Ikastolak (Escuelas), Errenteriako Olerti Eguna (Día Lírico de Renteria),...
Junto con sus actividades culturales, también se comprometió en la arena política,
siendo secretario del Gipuzko Buru Batzar del PNV, en la época del primer Aberri
Eguna (Día de la Patria Vasca) de 1932 y del Estatuto de Estella. Xabier Lizardi
trabajó diferentes campos de la literatura: poesía, teatro y periodismo. Pero de entre
ellos el que mayor fama le proporcionó fue, sin duda, la poesía, pues todos los críticos
manifiestan unánimemente que su obra poética es la cumbre de la lírica vasca
moderna.
Lo mejor de esa obra poética está recogido en Biotz-begietan (Con corazón en los
ojos; 1932) y, tras su muerte, la sociedad Euskaltzaleak publicó Umezurtz Olerkiak
(Poemas de Orfandad), en el que se recogían los poemas escritos tras la publicación
del libro anterior.
La temática de los poemas de Lizardi gira en torno al ser, la vida y la muerte, la patria,
el euskara y la tradición vasca. En lo que se refiere al estilo, está caracterizado por
una expresión compacta y elegante, su modernidad y originalidad destacaban
claramente entre sus coetáneos. Entre su producción teatral, se conocen tres obras
publicadas: Laño ta izar (Nubes y Estrellas), escenificación poética de un cuento
infantil. Segundo, Bi aizpak (Las dos hermanas), la adaptación al euskara de una
comedia francesa. La tercera, Ezkondu ezin zitekeen mutilla (El chico que no podía
casarse), es una comedia costumbrista, en la que critica tradiciones sociales,
basándose en anécdotas de su propia vida. Fue periodista, de hecho, fue el género
que hizo famoso su nombre literario; sus numerosos artículos periodísticos fueron la
expresión más directa de su incansable actividad en temas culturales, literarios o
políticos. De entre sus más de cien artículos de los años 1927 al 1933 se hizo una
selección que la sociedad Euskaltzaleak publicó en 1934 bajo el título de Itz-Lauz (Con
palabras llanas). Gracias a este libro, y a la recopilación completa más recientemente
editada, se puede conocer la amplia temática de sus artículos en euskara y castellano:
euskal egunkaria, ikastolak, cultura y literatura vascas, polémicas y críticas literarias.
Son destacables la elegancia, corrección e ironía del estílo de sus obras periodísticas.
Se pueden apreciar los registros bien perfilados de la prosa de Lizardi. Sabía
ajustarlos a sus deseos, a veces con una prosa culta, elegante, elaborada, otras
veces, en cambio, con el lenguaje sencillo, directo y vigoroso del lenguaje hablado de
todos los días.
•
Bernardo Atxaga, cuyo verdadero nombre es José Irazu Garmendia, nace en Asteasu,
provincia de Gipuzkoa, el 27 de Julio de 1951. Es licenciado en Ciencias Económicas
y en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona. Escribe sus primeras obras en
vasco bajo el pseudónimo de Bernado Atxaga. Es autor de poemas, cuentos y
novelas, así como de una veintena de libros para niños. En 1983 recibe el premio
"Xavier Lizardi" por su libro Sugeak begiratzen dionean (Cuando la culebra le mira). En
1989, Bernardo Atxaga es galardonado con el Premio Nacional de Literatura por su
obra Obabakoak traducida a más de diez lenguas.
EUSKAL HERRIA - EUSKALDUN - ERDALDUN:
• Euskal Herria. Etimología y origen del nombre con el que denominan los
vascoparlantes a su tierra.
• Euskaldun. Etimología del término.
• Erdaldun. Etimología de la forma en la que designan los vascoparlantes, a toda
persona que desconoce la lengua vasca.
EUSKAL HERRIA
Concepto de comunidad idiomática surgido en la época visigótica, cuando las diferentes
tribus vascas, bajo el mando de los vascones de Navarra, tuvieron que unirse en contra
de los enemigos comunes, visigodos y francos, que ambicionaban conquistar la zona
pirenáica, en aquel tiempo mayoritariamente habitada por vascoparlantes. Dando lugar, a
una noción de pertenencia a un mismo pueblo, en función del idioma que compartían
todas estas tribus, que era el euskara. Sigue siendo actualmente, la forma que
mayoritariamente utiliza la población vascófona de todos los territorios de habla vasca,
para designar a su tierra, independientemente, de la no existencia hoy en día de lazos
politicos entre Vascongadas, Navarra y el País Vasco-Francés o Iparralde. Euskal Herria
procede de la contracción del euskara arcáico, Heuskara Ahal Herria (jeuskára ajál jerría),
que significaba, pueblo capaz de hablar euskara.
Del mismo modo, vasco se decía euskaldun (euskáldun), que procede de, heuskara
ahaldun (jeuskára ajáldun, el poseedor de la capacidad de hablar euskara). Aunque
actualmente, euskaldun, se utiliza para designar el concepto de vascoparlante, dado que
hay muchos vascos que no saben hablar euskara.
Para decir vasco se utiliza el neologismo, euskal herritar (éuskal errítar) que engloba tanto
a euskaldunes (vascoparlantes) así como a erdaldunes [erdaldun (erdáldun), procede de,
herdara ahaldun (jerdára ajáldun, poseedor de la capacidad de hablar la lengua
extranjera) significaba antiguamente extranjero, ya que la noción de pertenencia a lo
vasco, no venía dada por haber nacido en Euskal Herria, sino por saber hablar euskara.
Actualmente, significa castellanoparlante o francófono, según en qué parte de la
vascofonía se utilice].
HISTORIA DEL PAIS VASCO:
• Navarra, cuna del vascuence y de la cultura vasca.
• La prehistoria en la zona pirenaica. Evolución del hombre de Cro-Magnon, surgimiento
del grupo humano pirenaico-occidental de idioma protoéuscaro. División del idioma y
del grupo pirenaico-occidental en las diferentes tribus vascas. Resultados de las
investigaciones arqueológicas y antropogenéticas en los Pirineos.
• Los barskunes, antecesores de los vascones. Los vascones, economía y costumbres.
• Expansión de los vascones y de su idioma, el vascuence.
• Expansiones anteriores a la de los vascones de grupos humanos de lenguas
éuscaras, muy al este y al sur de su nucleo original.
• Orígenes del español. Lengua vasco-románica surgida del mestizaje de latinos y
hablantes de lenguas éuscaras.
• Zonas fuera de las fronteras de la vascofonía actual, en las que se habló vascuence
hasta época reciente.
• Los Romanos. Los vascos aliados imperiales de Roma.
• Los Visigodos. Alianzas entre vascos y visigodos. Guerras vasco-visigodas,
desplazamiento de los vascones de Aragón, Catalunya y Navarra hacia las montañas
pirenaicas y hacia el oeste, hacia lo que posteriormente sería llamado Vascongadas.
• LLegada del vascuence desde Navarra, conquista vascona de Alava, Vizcaya y
Guipúzcoa. Vasconización, desaparición de los idiomas de tronco éuscaro hablados
en estos territorios.
• Conquista vascona de Aquitania por parte de vascones de Navarra, Aragón, Catalunya
y por vascongados ya vasconizados.
• El gascón, dialecto vasco-provenzal surgido del mestizaje de aquitanos latinizados y
vascones.
• Los Arabes y la Batalla de Roncesvalles.
• El Reino de Pamplona.
• El Señorío de Vizcaya.
• El Reino de Navarra. La lengua navarra románica surgida del mestizaje de
vascoparlantes y mozárabes
• Unidad política de la población vascoparlante desde el Cantábrico hasta parte de
Catalunya.
• Fin de la unidad política de la población vascoparlante, decadencia del Reino de
Navarra. Surgimiento de los reinos de Castilla y Aragón de mayoría vascoparlante.
• Prohibiciones del vascuence en los reinos de Castilla y Aragón.
• Pérdida por parte del Reino de Navarra de Alava, la Navarra marítima (Guipúzcoa y
Vizcaya) y las provincias vascoparlantes al otro lado de los Pirineos (Labourd y Soule).
Las fracciones banderizas: oñacinos, gamboínos, agramonteses y beaumonteses.
• Conquista española del Reino de Navarra. "Linguæ Vasconum Linguæ Navarrorum
est", la lengua vascona es la lengua de los navarros, Sancho el Sabio, rey de Navarra.
• Las Guerras Carlistas.
• Pérdida de las Instituciones Forales, surgimiento del Nacionalismo e Independentismo
vasco.
• La Ikurriña. Origen y significado.
• Etimología del neologismo Euskadi.
• El Régimen Franquista.
• ETA.
• Instauración de la Democracia, Estatutos de Gernika y Ley del Amejoramiento Foral
Navarro. División política de la población vascoparlante en dos comunidades
autónomas.
• Batallón Vasco-Español y los GAL.
HISTORIA DEL PAÍS VASCO
La historia de los vascos comenzó hace miles de años atrás en lo que hoy conocemos
con el nombre de Navarra. La tierra de los navarros fue llamada por los romanos con el
nombre de Vasconia. Cuna de la linguæ navarrorum (lengua de los navarros) o euskara, y
de la cultura que surge alrededor de ella. Los vascones de Navarra, como tribu vasca más
importante dio a las demás tribus, el apelativo de vascas (el término vasco es una
contracción medieval de la palabra vascón).
Según los últimos hallazgos arqueológicos y las investigaciones antropogenéticas
llevadas a cabo en la zona cantábrica oriental y en los Pirineos, tanto la tribu de los
vascones como el resto de las tribus éuscaras (aquitanos, autrigones, caristios, iacetanos,
oscetanos y várdulos), pertenecían a lo que los antropológos denominan grupo pirenaico-
occidental, un subgrupo dentro del caucásico surgido de la evolución en la zona pirenaica
del hombre de Cro-Magnon. Un grupo humano que se extendió ya en el magdaleniense,
hace más de 13.000 años, a un lado y a otro de los Pirineos y cuya lengua era el
protoeuskara. Esta etnia se dividió con el paso del tiempo, en diferentes tribus, cada una
de las cuales poseía su propio idioma surgido de la evolución del protoeuskara, siendo la
lengua de los vascones, el euskara, la única lengua que ha sobrevivido hasta la
actualidad de este grupo lingüístico éuscaro. Hoy en día se pueden encontrar individuos
del grupo pirenaico-occidental, aunque viéndose atenuados sus caracteres debido al
mestizaje, en Burgos, La Rioja, norte de Aragón, norte de Catalunya y Aquitania. Zonas
en las que antiguamente se habló euskara. Siendo en el País Vasco continental y
peninsular, así como en Navarra, donde se ha conservado mejor este subgrupo
caucásico, fruto de la endogamia y por lo tanto, menor mestizaje, surgidos del aislamiento
en el que han vivido los individuos de esta zona, durante milenios, del resto de sus
vecinos peninsulares y continentales. Gracias a la antropogenética, nueva disciplina de
gran auge dentro de la Arqueología y la Antropología en general, se ha podido dilucidar
que la tribu de los berones que habitaba en la época preromana en la parte oeste de La
Rioja (el resto estaba habitado por los vascones) y que era considerada por algunos
historiadores como una tribu éuscara, geneticamente, no era afín a estas tribus, dado que
los estudios antropogenéticos han manifestado, que era una tribu íbera con un aporte
genético indoeuropeo de origen celta.
Se sabe que antes de la existencia de la tribu vascona, existían los barskunes
(posiblemente el término vascones derive de éste) etnia que se encontraba dividida en
dos, la de las montañas pirenaicas de Navarra, que eran barskunes culturalmente más
puros y sin grandes influencias íberas; y por otro lado los barskunes de la llanada y la
ribera del Ebro, que eran barskunes celtiberizados. Los montañeses conquistaron a los
barskunes celtiberizados de la llanada y la ribera del Ebro. De su mestizaje surgiría la
tribu que conocemos hoy en día con el nombre de vascona, que posteriormente
comenzaría a extender su idioma, el euskara, por toda la zona pirenaica y el Cantábrico.
Una tribu que adoptó muchas costumbres y usos celtíberos:
El culto a la Luna (también de origen ibérico). En los plenilunios probablemente se
celebraban danzas rituales para adorar a la Luna, costumbre que en su caso, los
vascones adoptaron de los celtíberos.
El culto de los bosques, las montañas, los ríos, el fuego, etc... (de origen celtibérico).
El gobierno por un Consejo de Ancianos (quizá derivado de los íberos aunque el sistema
es propio de muchas culturas).
Los magos (seguramente de origen ibérico) y augures (quizá de origen celta). Los
augures vascones interpretaban el futuro mediante el examen de víctimas, a menudo
humanas (probablemente prisioneros de guerra).
La elección de un jefe de guerra de las diversas tribus o grupos, sistema copiado de los
celtíberos. Al parecer el jefe de guerra debía ser un notable (en los celtíberos el jefe de
guerra surgía de alguna de las castas superiores de cada tribu).
Desde hacía siglos una parte de los barskunes (antecesores inmediatos de los vascones)
habitaba en las zonas montañosas del país, donde se dedicaban a la ganadería y a una
economía de subsistencia basada en la caza y la recolección. Incluso aquellos que vivían
en zonas menos agrestes tenían la caza y la ganadería como actividad principal. La
agricultura sólo era practicada en las zonas llanas de la región entre Pamplona y el Ebro,
por los antiguos barskunes celtizados, después celtiberizados, y posteriormente,
barskunizados o rebarskunizados. Los indoeuropeos habían introducido diversos cultivos,
pero no se practicaban a gran escala.
En las zonas del sur existía una aristocracia local, descendiente de los elementos
dominantes celtas llegados con las oleadas indoeuropeas, que hacía que la región se
asemejase más, socialmente, a otros puntos de la península Ibérica. Pero no obstante,
también en estas regiones la caza y la ganadería son ocupaciones habituales, situación
que no se modificará hasta el siglo II d.C.
La tribu de los vascones a partir de diferentes expansiones a lo largo de la historia,
extendió su lengua desde Navarra:
Durante los siglos III a.C. al II a.C. hacia el este, hasta parte de Catalunya, vasconizando
las tribus iacetana, oscetana y parte de la ilergete. Lo que acarreará la pérdida de sus
idiomas que eran de la misma familia lingüística que el euskara de los vascones (en el
caso de los iacetanos y oscetanos), y por otro lado, la desaparición de la lengua íbera
hablado por los ilergetes, ya vasconizados después de esta expansión.
Entre los siglos V d.C y VI d.C., en dirección noroeste, por el Cantábrico, hasta el río Asón
de Cantabria, conquistando las tribus várdula, caristia y finalmente la tribu autrigona. Unas
etnias que no hablaban euskara, sino unas lenguas hermanas a ésta, dado que el
euskara solamente era la lengua de los vascones y no de los autrigones, caristios y
várdulos, que poseían su propia lengua procedente del mismo tronco protoéuscaro que la
lengua de los vascones. Por esta razón, a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se les llama
provincias vascongadas, ya que se les llamó a las tribus que las habitaron, vasconicatas,
que significaba en latín hechas vasconas, dado que se vasquizaron o vasconizaron
debido a la conquista de los vascones procedentes de Navarra, Aragón y Catalunya.
En el siglo VI d.C., los vascones de la zona de Navarra, Aragón y Catalunya comenzaron
las incursiones y posterior invasión de la Novempopulania (nueve pueblos), de la
Aquitania Prima y de la Aquitania Secunda, aprovechándose de la debilidad y caos
generado por la guerra entre francos y visigodos a través de la cual la zona quedó
desguarnecida de tropas militares. Extendiendo el euskara por todo el sudoeste de
Francia hasta Burdeos (río Garona) y al sur hasta la actual frontera franco-española en
LLeida. La presencia del euskara en estas tierras a lo largo de diferentes épocas (a través
de la lengua aquitana del mismo tronco lingüístico que el euskara) nos es revelada
gracias a la presencia de topónimos como el de la actual ciudad francesa de Toulouse,
que posee el mismo origen etimológico que el guipuzcoano Tolosa.
Pero la presencia de topónimos se puede encontrar también, muy al este y al sur, fruto de
emigraciones muy antiguas de pequeños grupos humanos de lengua éuscara a estos
lugares:
Hasta el Mediterráneo catalán (se encuentran topónimos en la costa meditarránea del
Rosselló o Catalunya francesa)
Al sudoeste por los montes de Oca (Oka mendiak, óka mendí-ak), La Bureba (Bureba,
buréba), Valle de Mena (Mena Harana, ména arána) en Burgos, La Rioja (Errioxa, errí-
oshá) y Soria (Oria, oría). El límite de topónimos éuscaros lo pone el monte Amaya de
1.362 m en la provincia de Burgos, muy cerca de Palencia (Amaia en euskara significa, el
fin, en este caso simbolizaba el final de las poblaciones éuscaras). Todas estas tierras
fueron posteriormente revasquizadas en los primeros años de la reconquista, lo que hizo
que Castilla en sus comienzos fuese mayoritariamente vascoparlante. Aunque zonas
como La Rioja o Burgos fueron hablantes de lengua éuscara ininterrumpidamente, desde
tiempos muy remotos hasta los siglos XV - XVI de nuestra era, en los que el castellano (1)
sustituyó al euskara en el habla de los lugareños.
(1) Castellano o español, lengua vasco-románica surgida en la reconquista. Sus orígenes
se encuentran en la lengua astur-leonesa (astur-llïonés o bable) hablada por los
cántabros, burgaleses y los habitantes de la comarca vizcaína de las Encartaciones. En el
siglo V d.C. muchos várdulos, caristios y autrigones se vieron obligados a escapar de la
conquista vascona de sus tierras, una emigración hacia Cantabria y Burgos causada por
los saqueos y quemas de sus propiedades por parte de los vascones. Del mestizaje de
esta población de lenguas éuscaras y de los hablantes de lengua astur-leonesa en
Cantabria y Burgos, surgiría el dialecto cántabro o cantabriegu del astur-leonés, que
puede ser escuchado hoy en día en la comarca cántabra de Liébana. Un dialecto con
fuerte influencia fonética éuscara, que se caracteriza por la pérdida casi total de las efes
iniciales al comienzo de la palabra y conversión de éstas en hache aspirada [ fuerte
(astur-leonés) -> juerti (cantabriegu) -> fuerte (castellano), facer (astur-leonés) -> jacir
(cantabriegu) -> hacer (castellano) ], dado que en las lenguas caristia, várdula y autrigona
al igual que en el euskara de los vascones, no existió hasta la Edad Media el sonido efe,
mientras que por el contrario, existía una fuerte aspiración al comienzo de las palabras, lo
que causó esa evolución fonética en el cantabriegu. Esta misma evolución se puede
encontrar también en el dialecto gascón del provenzal u occitano que surgió del mestizaje
de aquitanos latinizados y vascones [ far (provenzal) -> har (gascón) -> hacer (castellano)
]. En la reconquista, este dialecto cántabro del astur-leonés se fundió con el romance
hablado por los mozárabes dando forma al actual castellano. El mestizaje con la fonética
éuscara (en la que no existen los diptongos ascendentes /je/ y /we/) ocasionó en el
castellano la reducción de la fuerte diptongación del astur-leonés en las antiguas es y oes
latinas acentuadas [ güey (astur-leonés) -> hoy (castellano), yera (astur-leonés) -> era
(castellano) ], así como dotar al castellano de cinco vocales sin distinción de grados ( /a/,
/e/, /i/, /o/ y /u/) y de la distinción fonética entre r y r doble. Mientras que el mestizaje del
castellano con el mozárabe redujo la pérdida generalizada de la efe inicial del cantabriegu
y conversión de éstas en hache aspirada.
Todavía en la época medieval, era usual escuchar euskara:
En el Pirineo catalán, por ejemplo, en el Valle de Arán [ haran, áran; significa valle en
euskara ]. La lengua vasca se habló en pueblos pirenaicos de LLeida hasta los siglos XIII
- XIV.
Se habló en pueblos de la provincia de Huesca (Oska, óska) y en el occidente de la
provincia de Zaragoza hasta el siglo XVIII. En la comarca zaragozana de Las Cinco Villas
de Aragón, al sureste de Navarra, se habló euskara ininterrumpidamente desde épocas
preromanas hasta el siglo XVIII. En dos pueblos de la zona llamados hoy Sádaba y
Sofuentes se han encontrado inscripciones romanas en las que se leen nombres de
persona en euskara. Datos del siglo XVI y XVII nos hablan también de la condición
euskaldun de Sos del Rey Católico (antiguo Zauze, sáuse). No, podemos olvidar, en este
sentido, que gran parte de la zona perteneció al obispado de Pamplona hasta el año 1785
dado su carácter vascófono.
Se habló también en la riojana Nájera (Naiara, nai-ára; antigua capital estival del Reino de
Navarra) así como en diferentes pueblos de La Rioja hasta el siglo XVI.
En el año 196 a.C. llegaron los romanos a tierras del País Vasco, con los que los antiguos
vascos vivieron en paz y en cooperación. Tanto los romanos como las tribus vascas
poseían los mismos enemigos comunes, lo que daría lugar a un buen entendimiento.
Mientras los romanos colaboraron con las tribus vascas en expulsar a los celtas (llegados
a tierras pirenaicas a partir del siglo VIII a.C.), las tribus vascas colaboraron con los
romanos en sus guerras contra los cántabros y astures de origen celta. Como aliadas
imperiales que eran las tribus éuscaras, las zonas que eran conquistadas por los romanos
a los celtas, eran posteriormente repobladas por población de estas tribus vascas, lo que
conllevó una extensión de las lenguas de la familia éuscara hacia el sur. Fue tal el grado
de sintonía debido al respeto de los romanos a las diferentes tribus vascas y sus
territorios, que incluso, hubo autrigones, vascones, caristios, várdulos y aquitanos
enrolados en las legiones romanas en sus guerras contra los britanos. Unas guerras
acaecidas en lo que hoy en día es conocido con el nombre de Gran Bretaña. Habiendo
sido encontradas lápidas mortuorias de la época romana, con nombres e inscripciones
eusquéricas, cerca de Londres, antigua Londinum romana.
A través de esta buena relación, se asentarían colonos romanos al sur de las tierras de
estas tribus y en zonas mineras como las de Somorrostro en Autrigonia (Bizkaia) o en las
llanadas de Aquitania, lo que daría lugar a la colonias romanas de la Novempopulania
(nueve pueblos), Aquitania Prima y Aquitania Secunda, en lo que hoy en día se conoce
como Aquitania o Gascuña. Unos asentamientos que darían lugar siglos después al
surgimiento de las lenguas y culturas pirenaicas de origen latino fruto del mestizaje de
vascos y latinos (castellana, navarra, aragonesa, dialecto occidental del catalán y dialecto
gascón del provenzal u occitano).
En la decadencia del Imperio Romano, surge el vacío de poder y las razzias de los
pueblos germanos. En el 481 d.C. los visigodos ocupan Pamplona y otras ciudades
vasconas y de la provincia Tarraconense. En las ciudades vasconas dominan
esencialmente la política los vasco-romanos más o menos romanizados.
Las relaciones entre las diferentes tribus vascas y los visigodos no fueron buenas, las
guerras se sucedieron ininterrumpidamente. Los visigodos dieron tanta importancia a
dominar a las diferentes tribus vascas que sus reyes se daban el título de Vascones
Domuit (dominó a los vascones), algo que nunca consiguieron.
En esta época encontramos en las zonas montañosas de Navarra y al oeste hasta parte
de Catalunya, a vascones de estructura tribal y carácter primitivo, que viven del saqueo, y
que en buena parte se están desplazando hacia las zonas más occidentales, ocupadas
por los pueblos várdulo, caristio y autrigón, medianamente romanizados. Estos vascones
eran paganos en su totalidad y toda la zona que poblaban vivía, además del saqueo, de la
pequeña ganadería y de una agricultura de subsistencia.
Por otro lado, en la zona central de Navarra, una población de mayoría vascona,
medianamente romanizada, donde el carácter y la lengua vascona gana terreno, pero
donde persisten instituciones políticas propias del Imperio Romano. El cristianismo
apenas ha penetrado. La economía de la zona se basa en las explotaciones ganaderas,
algunas de ellas importantes, con una actividad agrícola complementaria.
Finalmente, en la zona del valle del Ebro, la población ha ido perdiendo sus
características vasconas, tanto en costumbres como en lengua, y donde el cristianismo es
mayoritario. Los habitantes de la zona, que hablan el dialecto romance navarro, están casi
plenamente romanizados, y sus características étnicas vasconas, aunque persisten
(atenuadas por una mayor aportación étnica foránea), no son muy perceptibles.
Economicamente la zona se dedica basicamente a la agricultura, a menudo en grandes y
medianas explotaciones.
Las aldeas, valles y caseríos vascones disponían de un jefe de guerra (en algunos casos
debían gobernarse por medio de Consejos de Ancianos). Los visigodos tratarían
individualmente con los diversos dirigentes su sumisión. Puesto que los visigodos no
pensaban establecerse en las tierras del norte, esta sumisión debía implicar solamente
una alianza militar y una vinculación jurídica al dominio real visigodo, y evidentemente, un
convenio de no agresión. Naturalmente, los jefes de aldeas y valles olvidarían pronto sus
convenios cuando el ejercito visigodo abandonara el lugar, salvo que les reportaran algún
beneficio. En cambio las ciudades respetaron sus compromisos, éstas (Pamplona y
algunas ciudades del valle del Ebro) disponían de una administración que en sus
aspectos principales era continuadora de la administración romana y consideraban a los
visigodos (en proceso de romanización) como aliados imperiales, tal como habían
actuado durante años. Los dirigentes vascones de las ciudades, generalmente
propietarios más o menos ricos, no se opondrían a una dominación diferente a la imperial,
pero que garantizara su tranquilidad y sus propiedades.
LLegada del Euskara desde Navarra, conquista vascona de Araba, Bizkaia y
Guipúzcoa
Debió ser en esta época (hacia el 482) que en el valle del Ebro y probablemente también
en la zona de Pamplona se establecieron los primeros propietarios visigodos, los cuales
irían acompañados de sus familias, de sus esclavos y de sus servidores. Esta afluencia
hacía imposible la supervivencia normal en las montañas, y esta presión demográfica
forzó el desplazamiento de los nuevos llegados, o de vascones asentados de antiguo en
las montañas, hacia Vascongadas (desde el 456 hasta el 481), donde, a causa de los
saqueos que ya duraban varios años, se había producido un despoblamiento acusado de
sus poblaciones autóctonas, y donde ya se habían asentado algunos vascones y
vasconizados.
Este desplazamiento supuso una catástrofe para Vardulia (Gipuzkoa y parte de Alava) y
Caristia (Bizkaia y parte de Alava), cuya reducida población no pudo hacer frente a los
nuevos llegados, quienes ahora no solo saqueaban y se retiraban, sino que ocupaban las
posesiones de los que morían en la lucha o de los que escapaban hacia zonas más
seguras. Várdulos y caristios huyeron hacia los territorios de los autrigones, cántabros,
berones y turmogos. Los que no huyeron fueron asesinados, esclavizados o acabaron
fundiéndose entre los invasores. Hacia el oeste los vascones de las montañas habían
practicamente concluido en el año 507 la conquista de Vardulia y Caristia. Miles de
vascones montañeses se habían asentado en las nuevas zonas conquistadas. La
población local que había sobrevivido a los ataques y saqueos, se había mezclado con los
grupos de recién llegados, y se iniciaba un proceso rápido de vasconización, seguramente
favorecido por la tendencia a nuevas llegadas de vascones, a la emigración de los
indígenas, y a que la población que permaneció en la zona estaba formada en mayoría
por mujeres, mientras que buena parte de los hombres que siguieron sobre el terreno no
eran etnicamente várdulos o caristios: parte de ellos eran esclavos o colonos de diversos
orígenes (incluso algunos vascones).
El ataque se reprodujo más tarde hacia Autrigonia (oeste de Bizkaia, parte de Alava y
Burgos, desde el 481 hasta el 507), especialmente en la zona costera. Sobre todo a las
tierras de berones y autrigones, pueblos con un grado medio de romanización, llegaron
las gentes procedentes de Vardulia y Caristia, no muy numerosos, que acabaron
fundiéndose pacificamente con ellos, y cuyas tierras parece que se llamaron Autrigonia. A
su vez el pueblo resultante se fundiría también pacificamente con los berones y turmogos
y quizás algunas tribus cántabras, formándose un conjunto territorial, que en el Siglo VI
fue conocido por el topónimo regional de Vardulia. Aproximadamente unos veinte mil
vascones se establecerían sobre todo en Vardulia y Caristia y más tarde unos miles más
en Autrigonia. La población total de las tres regiones ocupadas era probablemente inferior
a los cincuenta mil habitantes, y seguramente quedó reducida a la mitad o menos, que en
situación de inferioridad, acabaron absorbidos en el conjunto de los invasores, y se
vasconizaron, o bien emigraron.
Del mestizaje de la lengua de los vascones, el euskara, con la lengua autrigona y
principalmente, con la caristia, surgiría el dialecto vizcaíno del vascuence. Por otro lado, la
fusión de la lengua várdula y del euskara daría lugar al dialecto guipuzcoano. Siendo el
dialecto navarro, el euskara original de los vascones. Este mestizaje de las tribus vascas
a lo largo de diferentes épocas, desgraciadamente, ocasionó la pérdida de seis idiomas
de la familia lingüística éuscara (aquitano, autrigón, caristio, iacetano, oscetano y várdulo).
Familia Lingüística Éuscara
Datos Históricos
Iacetano
Oscetano
Desaparecieron en el siglo II a.C.
Autrigón
Caristio
Várdulo
Desaparecieron en el siglo VI d.C.
Aquitano
Desapareció en el siglo VII d.C.
Euskara o lengua de los vascones Se sigue hablando en la actualidad
Conquista vascona de Aquitania
En la batalla de Vouillé, en el 507 los visigodos fueron derrotados por los francos, la
consecuencia inevitable fue la perdida de Aquitania y la Novempopulania hasta la barrera
de los Pirineos. A partir del 507 (507-581) se da una organización de bandas de vascones
montañeses, vasconizados y vascones de diverso origen para saquear Cantabria,
Aquitania y el valle del Ebro. Si bien tradicionalmente se sitúa la fecha de la conquista de
Aquitania por los vascones en el 587, los asentamientos vascones probablemente se
dieron con anterioridad aprovechando el vacío de poder generado por el escaso control
de Aquitania que tenían los francos. El salto cualitativo de las incursiones debió darse
después del 582 cuando los visigodos dominaron parte de las tierras vasconas al sur de
los Pirineos. Aunque inicialmente los atacantes de Aquitania eran vascones de Navarra,
Aragón y Catalunya, desde el 574 también formaron parte de las incursiones los
autrigones, caristios y várdulos ya vasconizados, y a partir del 582 se unieron muchos
vascones de las tierras rurales de Navarra. Después del 587, tras el fracaso del duque
Astrovaldo, que trató de combatirles sin conseguirlo, se llegaría a un acuerdo para el
establecimiento pacifico de los vascones en las tierras llanas de Aquitania. Los vascones
pagarían los tributos pero los territorios en los que habitaban se constituían en un ducado,
donde de hecho, podrían gobernarse según sus propias leyes. Surgiendo el Ducado de
Vasconia [de Wasconia derivaron Guasconia, Gasconia, Gaskonia (en euskara),
Gasconha (en gascón), Gascoigne (en francés) y Gascuña (en castellano) ], un ducado
virtualmente independiente, pero bajo la dirección de un duque (con sus correspondientes
colaboradores y séquito) designado por la Corte Merovingia. Una vez realizado el
establecimiento, los vascones conservarán sus costumbres y su lengua, y al estar
establecidos en una zona geograficamente homogénea, constituyeron un Estado dentro
de otro Estado. Parece que durante estos años se produjo una intensa vasconización de
las capas humildes de la población aquitana, singularmente la menos romanizada,
mientras que las capas más romanizadas dieron origen al pueblo gascón, de habla
románica. Posteriormente al surgimiento del Ducado de Vasconia sería gobernado por la
dinastía de los Otsoa (también conocida como Ochoa, Lupus o Lobo). Una dinastía que
era oriunda de Iaka, la actual Jaca aragonesa, en aquel tiempo habitada por
vascoparlantes. Este ducado paulatinamente fue extendiéndose por todo el territorio
francés que actualmente es conocido con el nombre de Gascuña (desde la costa
occidental pirenaica, al norte hasta Burdeos y al suroeste hasta el valle de Aran en la
provincia de LLeida). El término actual Gascuña o Gasconha (gascóña) en provenzal u
occitano, no es más que una adaptación fonética provenzal del término latino Vasconia.
Con el devenir de los tiempos el euskara poco a poco fue perdiendo peso en la zona, lo
que daría lugar a una pérdida gradual del euskara y sustitución de éste, por el gascón (2).
Este ducado se diluiría finalmente en lo que sería el Reino de Navarra.
(2) Gascón (adaptación fonética provenzal del término vascón), dialecto provenzal que
surgió del mestizaje entre vascones y aquitanos latinizados. Algunos lingüistas consideran
el gascón como lengua independiente, por las notables diferencias que posee con el resto
de los dialectos de la lengua provenzal, fruto de la influencia del euskara en su evolución
lingüística. A lo largo de la Edad Media, el gascón, por la estrecha relación que tuvo el
Reino de Navarra con Gascuña (aunque no formó parte del reino completamente, si
estuvo dentro de su zona de influencia, las últimas dinastías navarras eran gasconas);
hubo muchos hablantes de este idioma que se asentaron en Gipuzkoa y en Navarra, de lo
que da cuenta, la abundante toponimia de origen gascón en estas regiones: el monte
Urgull (orgullo en gascón) y la playa de Gros (grande) de San Sebastián, Mondragón
(monte del dragon), Pasajes (Passatges), Segura, Villafranca (Vilafranca), Villabona
(Vilabona),... La misma forma Donostia, es una adaptación fonética vasca de la forma de
designar San Sebastián en gascón. Fue el idioma que sustituyó tardiamente (antes de la
desaparición del Reino de Navarra), a la lengua navarra romance, en la redacción de los
documentos oficiales de dicho reino. El gascón, se dejó de hablar en el País Vasco
peninsular a principios del siglo XX, concretamente en San Sebastián, que fue la última
localidad peninsular vasca con hablantes de este idioma. En Iparralde, el gascón, se
puede escuchar en la zona costera y en pueblos de Zuberoa fronterizos con el Bearn. En
la península ibérica se habla en el Valle de Arán donde se puede escuchar la variante
aranesa de dicho idioma. El gascón fue la lengua que fue sustituyendo al euskara en el
Valle de Arán a partir de los siglos XII - XIII.
Los Árabes y la Batalla de Orreaga (Roncesvalles)
En el 711 los árabes del califa Musa al mando de Tarik desembarcaron en Hispania,
derrotando al ejército del visigodo Roderik o Rodrigo (en la historia es conocido como Don
Rodrigo). La relación entre los vascones y los árabes fluctuó entre la amistad y la guerra.
Antes del 714 Musa había llegado ya a Zaragoza. El conde Casius, que dominaba en
algún lugar en el valle del Ebro, dándose cuenta de la difícil situación militar, seguramente
con la esperanza de conservar sus tierras, pasó el 714 al servicio del Califa, dando lugar
posteriormente a la familia mozárabe de los Banu-Qasi. Una familia que tendría vital
importancia en el surgimiento del futuro Reino de Pamplona. Un reino que surgió de la
cooperación entre los vascones liderados por Eneko Aritza y los Banu-Qasi mozárabes de
la ribera del Ebro.
En el año 778 el ejército franco de Carlo Magno, al mando del gran paladín Roland, no
puede conquistar la ciudad de Zaragoza ocupado por los árabes, y a la vuelta arrasa
Pamplona. El día 15 de Agosto de 778, cuando las tropas francas se disponían a cruzar
los Pirineos para retornar a Francia; las huestes vasconas organizadas para vengar la
destrucción de Pamplona, estaban esperando en el paso de Orreaga (Roncesvalles,
Navarra) para llevar a cabo una emboscada. Mediante rocas lanzadas desde los montes
circundantes, hacia el sendero en el que se encontraba el ejército franco, acabaron con él.
La muerte de Roland en esta batalla, así como la derrota del ejército imperial carolingio (el
ejército más poderoso de Europa en aquella época) a manos de los vascones, inspiró en
el año 1090 "La Chanson de Roland" (la canción de Roland), obra cumbre de la literatura
épica francesa.
El Reino de Pamplona
En el año 824, un nieto de un duque de Vasconia, sería primer rey de Pamplona o Iruñea
(irúñe-á, proviene del euskara arcáico Hiri Ona, Villabona en euskara), se llamaba Eneko
Aritza (enéko Arítsa), Enecco o Iñigo Arista, en castellano. Dando lugar a la primera
dinastía navarra, la dinastía de los Aritzas. En el año 892, San León, que vino a
evangelizar a los vascos, es decapitado en Baiona, ocupada entonces por los normandos.
Guillermo Sancho, duque de los vascones, hace retroceder definitivamente a los
normandos.
El Jaurerri o Señorío de Bizkaia
Bizkaia consiguió su independencia del Reino de León, en un día de San Andrés del año
870 en la batalla de Padura, en la cual los vizcaínos derrotaron a las huestes del rey
leonés Ordoño, anticipándose así Bizkaia a Castilla en la búsqueda de una independencia
más de acuerdo con las tradiciones peninsulares que con la monarquía leonesa, que
trataba de resucitar el reinado visigótico con sus costumbres germánicas. Su primer jaun
o señor sería Jaun Zuria (señor blanco).
El Reino de la Tierra LLana, Nafarroa
En lucha constante con francos y árabes, el Reino de Pamplona fue extendiéndose hacia
los antiguos dominios de los vascones. Al avanzar la reconquista hacia las tierras llanas
del sur, el Reino de Iruñea, pasó a llamarse Nafarroa, la tierra llana. El mestizaje de
vascos y mozárabes en la ribera del Ebro y en el romanzado (mitad este de Navarra), dio
lugar al surgimiento de una nueva lengua latina, la lengua navarra (muy similar a la actual
fabla o lengua aragonesa). Si bien el 80% de la población navarra era vascoparlante, el
euskara nunca se utilizó para redactar documentos en la corte navarra. Siguiendo los
usos de la época, los escritos oficiales se realizaban en latín o en lengua latina autóctona,
y por lo tanto se realizaron mayoritariamente en navarro romance. En esta misma época,
los ingleses, utilizaron el latín o el romance normando del norte de Francia, mientras que
entidades políticas alemanas utilizaron la lengua latina o romances italianos para redactar
sus documentos. Los primeros escritos en lengua navarra románica y en euskara, los
encontramos en los Códices Emilianenses de San Millán de la Cogolla (para más
información sobre estos códices visitar la página
lengua navarra, poco a poco, fue absorbida por el castellano, al igual que su lengua
hermana del este, la aragonesa (aunque la fabla o lengua aragonesa, afortunadamente,
sigue hablándose en Huesca), fundiéndose las dos, en un único dialecto, el navarro-
aragonés, perteneciente a partir de entonces a la lengua castellana. Este dialecto es
hablado actualmente, en el sur de Alava y de Navarra, Aragón, y en parte de las
comunidades autónomas de La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha, y País
Valenciano.
Unidad política de la población euskaldun desde el Cantábrico hasta parte de
Catalunya
En el año 1004, bajo el reinado de Sancho Garcés III el Mayor, Navarra, siguiendo la
política de unidad vascona impulsada por sus reyes y en el empeño de recuperar el
territorio perdido por los vascones, frente a francos y visigodos; había aglutinado ya,
dentro de su corona, a todos los territorios de habla vasca de la época (el euskara se
extendía desde parte de Cantabria hasta parte de Catalunya), tanto peninsulares como
continentales, extendiéndose por toda la zona pirenaica hasta parte de Catalunya y
siendo el Condado de Toulouse y Gascuña parte integrante del reino. Consiguiéndose de
esta manera, la unidad política de toda la población vascoparlante dentro del Reino de
Navarra, con capital en Pamplona, y acogiendo dentro de su seno, a los todavía condados
de Castilla y Aragón, donde en aquella época, la mayor parte de sus pobladores eran
vascoparlantes.
Sancho Garcés III el Mayor consiguió que Navarra fuese considerada como uno de los
estados más importantes de Europa, extendiéndose por gran parte de la península, lo que
le llevó a ser conocido en las crónicas europeas de la época como rey de "Wasconum
Gens, Wasconum Nationem" (tribu vascona, nación vascona), ya que si bien el reino
estaba habitado por hablantes de los romances astur-leonés, castellano, navarro,
aragonés y gascón, el nucleo humano sobre el que se sustentaba el Reino de Navarra era
mayoritariamente de origen vasco. También fue denominado por el abad Oliba de Ripoll
como "Rex Ibericus" (Rey de Iberia). Al unir el Reino de León a la corona navarra (año
1034) tomó el título de "Imperator" (Emperador). Fue un monarca que se abrió a Europa y
a la modernidad, después de siglos de aislamiento peninsular y permitió la irrupción en la
península de la orden de Cluny. En sus expansiones y relaciones políticas siempre tendió
más hacia Europa y en política doméstica, hacia las zonas vascoparlantes como Gascuña
(por los lazos de parentesco cultural y étnico con los gascones) y la Navarra Marítima
(Vascongadas), o Castilla, Aragón y noroeste de Catalunya vascoparlantes. De esta
forma, Sancho Garcés III el Mayor, consiguió la unidad política de toda la población
vascoparlante y unir todos los territorios vascones previsigóticos dentro del Reino de
Navarra.
Por lo que respecta a la frontera cristiana pirenaica, precisó la recuperación de los
condados de Aragón y Sobrarbe, practicamente perdidos a causa de las incursiones de
Almanzor (999) y Abd al-Malik (1006), así como el restablecimiento de la legitimidad
dinástica en el condado de Ribagorza. Entre los años 1016 -1018 reconquistó Aragón y
Sobrarbe y amplió sus dominios con la conquista de la ribera islamizada del Zinka con
capitalidad en Boltaña, con parte del valle de Aierbe y con el valle de Nocito. Aunque
posiblemente liberó los valles de Esera y de Isabena, afectados también en 1006 por Abd
al-Malik. El condado de Ribagorza no se incorporó de derecho al reino navarro hasta
1025, cuando la condesa Mayor, en grave crisis dinástica y política, agravada por las
apetencias territoriales del conde Ramón III de Pallars, renunció sus derechos a favor de
su sobrina la reina Mayor, esposa de Sancho III. Inició la revitalización del asolado
condado aragonés con la restauración del monacato, tradicional institución religiosa y de
poder económico. En el aspecto político-militar, institucionalizó el «seniorado» -tenencia
delegada de castillos- en Aragón y Sobrarbe, y fortificó la frontera meridional desde
Uncastillo en el extremo occidental hasta Perarrua en el oriental, frente a las plazas
musulmanas de Eiea (Ejea), Aierbe, Bolea, Oska (Huesca), Alquézar, Nabal, Barbastro,
Graus y Benabarre.
En el año 1023, crea el Vizcondado de Lapurdi para su primo Lobo Sancho, quien se
instala en Baiona, y otorga la región de Zuberoa al vizconde Guillermo Fuerte; estos actos
que se inscriben dentro del sistema feudal, traerán consecuencias muy pesadas para la
unidad política de la población vascoparlante.
Fin de la unidad política de los euskaldunes, decadencia del Reino de Navarra
A su muerte en 1035, legó el reino de Navarra a su primogénito García Sánchez III, el
condado de Castilla a Fernando, el de Aragón a Ramiro I y los de Ribagorza-Sobrarbe a
Gonzalo.
La repartición del reino tras la muerte de Sancho Garcés III el Mayor entre sus cuatro
hijos, yendo en contra de la ley vascona de sucesión, dio lugar al surgimiento de los
reinos de Castilla y Aragón. Comenzando con ello la decadencia del Reino de Navarra y
fin de la unidad política de la población vascoparlante. Estos reinos al seguir su expansión
hacia el sur en la reconquista, fueron aumentando más y más su población latina. Debido
a ello, poco a poco el euskara, que era la lengua mayoritaría en esos reinos y lengua
materna de los primeros reyes de Castilla y Aragón, fue perdiendo peso y
desapareciendo. Por otro lado, en aquellas épocas, el euskara, fue considerado por el
cristianismo, como una lengua bárbara y pagana. Lengua y cultura latinas eran sinónimos
de cristiandad, dado que la mayor parte de la población euskaldun era pagana. A medida
que avanzaba las lenguas y culturas latinas, avanzaba el cristianismo. Hasta que ya en el
siglo XIV, el euskara, fue considerado como algo exógeno y propio solamente, del Reino
de Navarra. Dando lugar a los primeros decretos de prohibición del euskara, tanto en
Castilla como en Aragón. Uno de ellos lo podemos encontrar en las ordenanzas
municipales de la ciudad de Huesca de 1349, en el que se señala lo siguiente:
"Item nuyl corredor nonsia usado que faga mercaderia ninguna que compre nin venda
entre ningunas personas, faulando en algaravia nin en abraych nin en basquenç: et qui lo
fara pague por coto XXX sol"
Prohibiéndose de esta manera el uso del árabe (algaravia), del hebreo (abraych) y del
euskara (basquenç) en el mercado de Huesca bajo multa de 30 soles (moneda de oro
aragonesa) y obligándo por tanto a las comunidades árabe, hebrea y vasca de la ciudad,
a hablar unicamente en romance. Es muy significativo que en la Edad Media a partir del
siglo XIV, tanto en Castilla como en Aragón se prohibiera lo judío, lo árabe y lo éuscaro,
ya que representaban la religión hebrea, la islámica y la antigua religión pagana de Mari,
que era la que procesaban mayoritariamente los euskaldunes. Para más información
sobre la antigua religión vasca visitar
. Hay que decir también, que en
las juderías, tanto en Tudela como en Huesca, celebraban actos culturales en los que se
utilizaba el hebreo. Los comerciantes hebreos entre ellos, para no ser entendidos, tenían
la costumbre de intercambiar palabras en este idioma que hacía incomprensible su
entendimiento por personas que no fueran de dicha etnia. Los vascoparlantes de la
ciudad de Huesca, eran aldeanos de los pueblos circundantes que iban a nucleos urbanos
a comerciar con sus viandas o gente vascófona establecida en las ciudades en las que el
romance era mayoritario, mientras que la comunidad árabe descendía de los árabes
asentados en Huesca durante la pertenencia de esta ciudad al Islam.
Pérdida del Reino de Navarra de las Vascongadas e Iparralde
En 1193, el vizconde de Lapurdi Guillermo Raimundo cede sus derechos señoriales al rey
de Inglaterra, Enrique Plantagenet, convertido ya en duque de Aquitania gracias a su
matrimonio con Leonor de Aquitania.
En el siglo XIII, el Reino de Castilla, en aras a poseer los puertos vascos del Cantábrico
para poder dar salida a los productos de la meseta y poder comerciar de esta forma con
Brujas (Flandes), aprovechó la debilidad política y económica del Reino de Navarra. Un
reino, que no pudo seguir expandiéndonse hacia el sur en la reconquista, al haber
quedado encorsetado entre los reinos de Castilla y Aragón, y que del mismo modo, era
incapaz de poner fin, a las guerras civiles entre fracciones banderizas que se disputaban
el control de las tres regiones vascongadas y de Navarra durante gran parte de la Edad
Media. El Reino de Navarra, en su decadencia política y económica, era incapaz de poner
orden en sus territorios, Castilla, viendo esta decadencia, se aprovechó de estas
rivalidades apoyando según en qué región a uno u otro bando. Con unas contrapartidas
políticas que conllevaban la separación de estas regiones del Reino de Navarra y
posterior pertenencia de éstas a Castilla. La unidad de Bizkaia y de Gipuzkoa al Reino de
Castilla se debió más a los intereses de las fracciones imperantes en cada uno de los
territorios, que al interés general de la población de cada una de las regiones
vascongadas.
Región
Fracción
Sede de la Fracción
Oñacinos
Mendiotza
Araba
Gamboínos
Gebara
Oñacinos
Muxika-Butroe
Bizkaia
Gamboínos
Abendaño
Oñacinos
Lazkao
Gipuzkoa
Gamboínos
Olaso
Viana
Beaumonteses
Lerin
Peralta
Nafarroa
Agramonteses
Tudela
También hay que tener en cuenta que no existía una conciencia nacional navarra o vasca
que conllevase un sentimiento de unidad a Navarra. Existía por el contrario, un fuerte
arraigo del Señorío como entidad política de cada una de las regiones y una fuerte
identidad alavesa, guipuzcoana y vizcaína.
Por otro lado la unión a Castilla no resultaba nada traumática desde el punto de vista
lingüístico, cultural y social, dado que en la parte norte de Castilla se hablaba euskara [en
el año 1200 los reyes de Castilla daban fuero a los ciudadanos de Ojacastro (La Rioja)
para poder utilizar el euskara en las diferentes instituciones castellanas, todos los juicios
se realizaban en euskara].
Gipuzkoa, como contrapartida por el apoyo castellano al bando que consiguió la
supremacia en el territorio, tuvo que aceptar como señor al rey de Castilla en el 1200.
Mientras que en 1224, Bizkaia se independiza de Navarra.
El caso de Alava fue diferente ya que fue conquistada por Castilla en el 1200. Como
Gipuzkoa pertenecía ya a dicho reino, era necesario que Alava también formase parte,
sino no hubiese habido forma alguna de llegar desde Castilla hasta Gipuzkoa por vía
terrestre. Después de diferentes vicisitudes, en 1332, Alava se ve forzada a aceptar como
señor al rey de Castilla después de 132 años de ocupación castellana.
El señor de Bizkaia en 1379, Juan de Haro, se convierte en rey de Castilla. Bizkaia unida
a título personal, conserva su soberanía, como lo demuestra el juramento ritualmente
prestado en Gernika por los reyes de Castilla y de Bizkaia.
Todas las regiones vascongadas obtuvieron unos fueros sin los cuales hubiese sido
imposible su pertenencia a Castilla. Este reino supo entender (frente al centralismo
navarro) el fuerte arraigo de la identidad alavesa, guipuzcoana y vizcaína, dotándoles de
unos fueros para que se pudiesen autogobernar dentro del Reino de Castilla.
En 1234, las dinastías vasconas de Navarra mueren con Sancho el Fuerte, la corona pasa
a manos de Thibault de la familia Champagne.
En 1307, el vizconde Auger cede sus derechos de Zuberoa al rey de Inglaterra y se retira
a Navarra.
En 1449, Gaston de Foix, a las órdenes de Francia, ocupa Zuberoa que se encontraba
bajo la autoridad inglesa. En 1450, por el tratado de Aiherre, Lapurdi se pone bajo la
autoridad del rey de Francia a cambio del respeto a sus instituciones forales. En 1451,
Francia conquista Baiona. Se celebra una entrevista entre Luis XI de Francia y Enrique IV
de Castilla en 1463, quienes proyectan el reparto de Navarra. En 1483, Catalina de Foix,
de la familia Béarn, hereda el reino de Navarra.
Conquista española del Reino de Navarra
Tras la muerte de Carlos III en el año 1425, Navarra se vio sumida en una profunda crisis
institucional ocasionada también por el enfrentamiento entre las facciones en litigio que se
disputaban el control del reino. En el siglo XVI, sólo quedaba del Reino de Navarra, la Alta
Navarra (perteneciente actualmente a España) y la Baja Navarra (hoy en día
perteneciente a Francia). Navarra estaba en estado de preguerra civil entre
Beaumonteses, en el norte y mitad de Navarra (vascoparlantes) y Agramonteses en el
sur, en la ribera del Ebro (hablantes de dialecto navarro-aragonés del castellano).
Los agramonteses llamaron a Fernando el Católico de Aragón para que conquistara
Navarra, dado que los beaumonteses (vascoparlantes) se negaban a que pudiesen
gobernar en el Reino de Navarra, gente que desconocía la linguæ navarrorum (3) y las
costumbres y leyes vasconas (4). Fernando el Católico de Aragón, accedió a la llamada
de los agramonteses, y comenzó su conquista por el sur poniendo al mando de sus tropas
al duque de Alba. Tomó por fin Pamplona, Donibane Garazi (Saint-Jean-Pied-de-Port) y
Navarra entera en 1512 ayudado por los castellanoparlantes del sur de Navarra,
aglutinados en el bando agramontés y también por vascongados vascoparlantes, en su
mayoría guipuzcoanos, entre los que se encontraba San Ignacio de Loiola, pertenecientes
ya al Reino de Castilla desde los siglos XIII - XIV.
En 1515 las Cortes de Castilla, celebradas en Burgos, incorporaron la corona de Navarra
a la del trono castellano. Se reconoció que cada una de las dos monarquías mantendría
las peculiaridades en sus leyes, territorio y gobierno y que Navarra era un reino
diferenciado de las demás monarquías españolas, en cuanto a su territorio, jurisdicción,
juicios y gobierno. La incorporación significaría además, una unión de iguales entre dos
reinos, con un reconocimiento expreso de los fueros y leyes navarros. La última
resistencia a la invasión española se encuentra en Amaiur (Maia) en 1522.
(3) "Linguæ Vasconum Linguæ Navarrorum est", la lengua vascona es la lengua de los
navarros, Sancho el Sabio, rey de Navarra (año 1167).
(4) Si bien, en el caso de los hablantes de lengua navarra romance, su lengua se utilizo
en los documentos oficiales del reino. Los hablantes de lengua latina, que en general,
habitaron Navarra, no se les daba la posibilidad de formar parte de las instituciones más
relevantes, en parte, porque según la antigua costumbre vascona, todo aquel que no
hablase en euskara no era navarro, sino erdaldun (extranjero). Como se puede comprobar
en los escritos medievales del Reino de Navarra, las palabras vasco o vascón y navarro
se utilizaban indistintamente. Para los antiguos navarros significaban lo mismo,
obviamente, porque el reino navarro fue construido por los vascones, origen de la lengua
y cultura vascas. Entendiéndose la palabra navarro al igual que la palabra vasco o
vascón, como la capacidad de una persona de hablar en euskara. Por otro lado, se
llevaba esta política con los hablantes de lengua latina, en represalia por los intentos de
borrar todo pasado navarro en tierras de Castilla y Aragón (5) y por el afan de unos y
otros de fagocitar lo que quedaba del Reino de Navarra.
(5) En referencia, a las políticas de prohibiciones del euskara llevadas a cabo por
castellanos y aragoneses, con el objeto de hacer desaparecer todo vestigio navarro en
sus reinos. Aunque contra viento y marea, en el siglo XVI, todavía había pueblos de La
Rioja donde se seguía hablando en euskara. Por otro lado en Aragon, en el siglo XVIII, en
las provincias de Huesca y de Zaragoza, en algunos pueblos se continuaba hablando la
linguæ navarrorum. Aunque actualmente, tanto en La Rioja como en Aragón está
completamente desaparecida.
El rey de Navarra en 1530, vuelve a ocupar la Baja Navarra, abandonada por Carlos I de
España. En 1589, Enrique III de Navarra se convierte en « Rey de Navarra y de Francia »
bajo el nombre de Enrique IV.
Por un edicto de unión en 1620, Luis XIII, rey de Navarra y de Francia, une Navarra a la
corona francesa, aunque el acto no es reconocido por los navarros quienes tienen sus
mandatarios en Pabe (Pau). En 1631, Bizkaia aprovechando el levantamiento de
catalanes y portugueses por su independencia de España, intenta también
independizarse; aunque la rebelión es sofocada por el ejército español, tanto en
Catalunya como en Bizkaia, si bien Portugal, consigue independizarse. Por el tratado de
los Pirineos en 1659, Luis XIV renuncia a sus derechos legítimos sobre la Navarra
meridional, todavía ocupada por los españoles. En 1661, se ejecuta a Bernard de
Goihenetxe, llamado Matalaz, jefe de la rebuelta de Zuberoa en contra de la autoridad
francesa.
Por el Tratado de Elizondo en 1765, los reyes de España y de Francia fijan la frontera de
sus reinos en territorio pirenaico navarro, el tratado no se aplicará, a causa de la protesta
de navarros del norte y del sur. En 1789, la revolución francesa, suprime las instituciones
forales de Zuberoa y de Lapurdi, y se anexiona la Baja Navarra, quien no ha querido
participar en las reuniones parlamentarias en Versalles. En 1790, se crea el departamento
de Bajos-Pirineos (Pirineos atlánticos) que niega identidad propia a los vascos
continentales.
Las Guerras Carlistas
Primera guerra carlista (1833 - 1839), donde participan parte de los vascos sureños
apoyando a los carlistas, no por causas dinásticas, sino por defender la no desaparición
de las instituciones vascas establecidas en los fueros. En 1839, los carlistas son
derrotados. Se celebra la convención de Bergara, que trae consigo la pérdida de los
regímenes forales de Alava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra. En 1841, se transfiere la
aduana española del Ebro al Bidasoa. Comienza en 1845, el éxodo masivo de vascos a
America del sur, que ya había comenzado el siglo anterior para huir de las hambrunas.
Gran parte de la población vascoparlante de Navarra emigró a América, lo que hizo que el
euskara que seguía siendo la lengua mayoritaria de los navarros, fuese perdiendo terreno
a marchas forzadas, mientras que el castellano, otrora lengua propia solamente de la
ribera del Ebro en el sur de Navarra y de la mitad este (romanzado), se fue extendiendo
hacia la mitad y norte de la región.
Se comienza a implantar en Vizcaya una industria siderúrgica moderna, que
posteriormente haría de ésta, una tierra de inmigración y no de emigración. A la que
comenzaron a llegar miles de personas provenientes de diferentes partes de España. De
la situación precaria y de explotación que los trabajadores tuvieron que sufrir en la mina y
siderurgia vizcaínas de la margen izquierda del río Nervión, surgirían unos de los primeros
lugares en los que se afianzó con más fuerza una nueva ideología, el socialismo.
Defendiendo el derecho de los trabajadores a una vida digna.
En 1856, se celebra una convención franco-española, para aplicar la fijación de la frontera
compartiendo Navarra.
Segunda guerra carlista (1872 - 1876), en la que las aspiraciones vascas de recuperar la
soberanía se ven truncadas por la derrota de las tropas carlistas, lo que ocasiona el
reforzamiento del centralismo español y pérdida definitiva de los regímenes forales.
Pérdida de las Instituciones Forales, surgimiento del Nacionalismo e
Independentismo vasco
Fruto de la humillación que supuso para ciertos sectores foralistas la pérdida de unas
instituciones seculares, a través de las cuales se había conseguido con mayor o peor
fortuna integrar la realidad vasca en Castilla y posteriormente en España. Comenzó a
surgir entre estos sectores, en gran medida de Bizkaia, el independentismo vizcaíno, con
Sabino Arana a la cabeza. Sabino Arana, era al comienzo un independentista vizcaíno (6),
ya que según él, al abolirse los fueros después de perder las guerras carlistas, la corona
española había roto el pacto de integración de los vizcaínos en Castilla y posteriormente
en España, por lo que los vizcaínos dejaban de ser españoles. Por eso a los militantes del
Partido Nacionalista Vasco se les sigue llamando todavía bizkaitarras (vizcaínos). Aunque
rapidamente, esta ideología independentista vizcaína, se mezcló con las corrientes
románticas de finales del siglo pasado: una lengua, un pueblo, una nación. Dando lugar al
nacionalismo vasco y posterior fundación por parte de Sabino Arana del Partido
Nacionalista Vasco en 1895. LLamando a la nación en la que viven los vascos Euzkadi
(7).
(6) La ikurriña o bandera vasca, al comienzo, fue diseñada por Sabino Arana como
bandera independentista de Bizkaia. El fondo rojo de la bandera corresponde con el color
rojo de la bandera vizcaína (la sangre de los vizcaínos). La cruz blanca simboliza la
cristiandad de los vizcaínos y el aspa verde (la cruz de San Andrés) simboliza la
independencia de Bizkaia, dado que en un día de San Andres del año 870, Bizkaia se
independizó del Reino de León. Aunque al evolucionar el independentismo vizcaíno al
vasco del PNV, se tomó la ikurriña como bandera independentista de la Euzkadi de las
seis regiones forales de Euskal Herria soñada por Sabino Arana.
(7) Euzkadi, neologismo inventado por Sabino Arana que consideraba, que la forma
Euskal Herria (pueblo capaz de hablar euskara, que es la manera en la que han llamado
los vascoparlantes a su tierra desde la época visigótica, independientemente, del territorio
al que pertenezcan), no era apropiada para designar a la nación vasca y entonces inventó
la palabra Euzkadi que significa: tierra de los vascos. El hecho de escribirlo con z, viene
de que Sabino Arana consideraba que la raíz eusk- (vasco) se debía escribir con z (euzk-)
por que era una contracción de la palabra e(g)uzk(iko) [del sol] y basaba esta etimología,
en que los antiguos vascos adoraban a la diosa Mari tambien conocida como Maia o Ama-
Lur (madre tierra), cuyo símbolo cósmico era el sol, y su representación gráfica, el disco
solar llamado lauburu (laubúru, tetracéfalo, éste símbolo lo puede observar al comienzo
de la página web en la que usted se encuentra, a la izquierda y a la derecha del título).
Y como eguzki (egúski, sol) se pronuncia con z, pues Euzkadi, según él, también debía de
escribirse con z. Pero como actualmente, en todos los dialectos, la raíz eusk- que da lugar
a términos como euskara, Euskal Herria, euskaldun, se pronuncia con ese, la Real
Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia, considera que la forma correcta de escribir
todos los derivados de eusk- es con ese y no con zeta. Por lo que Euskadi se debe
escribir con s. Aunque algunos peneuvistas por seguir la tradición de su fundador en
ocasiones lo siguen escribiendo con zeta. Para conocer cómo era la antigua religión
vasca visitar la página
El Régimen Franquista
Después de varios intentos a lo largo del siglo XX, de configurar un estatuto de autonomía
en principio para las cuatro regiones vascoparlantes del sur y después para las tres
regiones vascongadas. Esta cristalizó por fin en las tierras no conquistadas por el ejército
de Franco (principalmente Bizkaia, con Bilbao como capital de Euskadi). En 1936, José
Antonio Agirre, forma el primer Gobierno Vasco y es primer Lehendakari de Euskadi en
plena guerra civil española. El lunes, 26 de Abril de 1937, se lleva a cabo el bombardeo
de Gernika por la aviación nazi a petición de Franco. Más, como ataque a un sentimiento
(el árbol de Gernika es símbolo de las libertades vascas), que por ser Gernika un enclave
estratégico. El lehendakari Agirre declara unilateralmente el estado vasco independiente.
Días después, finaliza el Estado de Euskadi por la victoria militar del Franquismo. Franco
declara a Bizkaia y Gipuzkoa provincias traidoras. Hay más de 50.000 muertos y 200.000
exiliados vascos. Dando comienzo a una etapa en la que la población vascoparlante
durante cuarenta años vive sometida a la prohibición de su lengua, de su cultura, y de la
enseñanza en lengua vasca en las ikastolas (escuelas en las que se imparten las
materias en euskara), condenando al analfabetismo en su lengua materna a toda la
población euskaldun, que deberá aprender y vivir rapidamente, en una lengua y una
cultura castellanas, que solamente habían existido en las ciudades vascas, sur de Alava y
sur de Navarra, pero que en el resto se desconocían completamente. Todos los libros
escritos en euskara y las ikastolas (escuelas) fueron quemados, y se dio castigos
ejemplarizantes a parte de la población vascoparlante para que el aprendizaje del
castellano fuera más rápido. Quedando libres de esta represión cultural, los vascos de las
ciudades, sur de Alava y los navarros sureños para los cuales el franquismo al ser
castellanoparlantes, fue similar al del resto de los españoles. El régimen franquista
acarreó la pérdida del sentimiento de españolidad de gran parte de la población vasca, lo
que hizo arraigar el nacionalismo vasco y el independentismo, unos sentimientos que eran
minoritarios antes de la llegada de Franco.
En 1959, nace ETA, Euskadi Ta Askatasuna (euskádi ta askatásuná, Euskadi y la
libertad), organización armada que surgió para luchar contra el franquismo y que después
de la llegada de la democracia permanece utilizando la violencia para conseguir sus fines
políticos al margen de vías democráticas, unos fines políticos entre los que está la
consecución del derecho de autodeterminación, ejercitar este derecho y conseguir la
independencia del País Vasco, su unidad territorial y posterior establecimiento de un
estado socialista vasco. Utiliza la extorsión a empresarios para su financiación, el
asesinato de miembros de los principales partidos políticos españoles (incluyendo a los
vascos-navarros no afines a sus postulados), de las Fuerzas de Seguridad del Estado y
del Ejército, así como la coacción, para imponer un cambio en la constitución española
que posibilite la introducción del derecho de autodeterminación en esta carta magna.
Tema que, política y jurídicamente, es perfectamente posible a tenor de la propia
Constitución sin quebrarla, a través del Derecho Internacional encuadrado dentro de la
misma en su articulado, que obliga a una determinada forma de interpretar el propio
contenido de la Constitución, como demuestra por ejemplo, entre muchos otros, el
catedrático de Derecho Constitucional de la “Universität Literaria de València-(Estudi
General)”, y catedrático Jean Monett Don Roberto Viciano, entre muchos otros autores.
Ahora bien, como todo texto constitucional, su reforma precisa de mayorías especiales,
referéndum, etc., y por pura lógica, y acuerdo de la práctica totalidad de los partidos
políticos no violentos y democráticos, que se planteara no sólo en un clima de estabilidad,
paz y respeto para todas las opiniones (lo que si con el franquismo no se daba, y no
existía el marco político-jurídico adecuado, desde la aparición de ETA, y tras acabar el
franquismo, sus crímenes y el uso de la violencia de sus seguidores, no permite que se dé
el marco político-social de libertad y ausencia de temor que permitiera el planteamiento y
puesta en práctica de una consulta previa a los habitantes de Heuskal Herria, que
permitiera poner en marcha, o no, la iniciativa político-constitucional, en su caso,
adecuada, acorde con el resultado de dicha consulta), sino, además, lógica y parece a
todas luces que inevitablemente, tras un período de tiempo de sosiego y “normalización”
durante algunos años, que previamente hiciera realidad la expresión sin temor en Heuskal
Herria de cualquier idea o posicionamiento político no violento, respetando de partida el
marco jurídico legal común,
LLegada de la Democracia, Estatutos de Gernika y Ley del Amejoramiento
Foral Navarro
Muerto el general Franco en 1975 e instaurada la democracia, después de diferentes
vicisitudes entre los partidos de Vascongadas y Navarra, a la hora de consensuar un
estatuto unitario para Alava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra; y aunque en la transición la
fuerza mayoritaria en Navarra, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), era partidaria
de la unión de Navarra y Vascongadas en una única comunidad autónoma (de hecho, el
partido socialista en Navarra se llamaba igual que en Vascongadas, Partido Socialista de
Euskadi). Dada la negativa radical de una minoría representada en aquella época por la
derecha de Navarra a estar unidos a las regiones vascongadas, el PSOE, se vio forzado a
plegarse a las exigencias, con el objeto de no poner en peligro la complicada transición a
la democracia en España, por un tema tan espinoso como el de la unidad política de la
población vascoparlante. De esta manera, la comunidad autónoma vasco-navarra con
capital en Pamplona se hizo imposible, surgiendo dos estatutos, el de Gernika, que
aglutina a las regiones vascongadas y la Ley del Amejoramiento Foral Navarro, que
engloba solamente a la región de Navarra.
Mientras en Vascongadas se hizo un referéndum en el que el Estatuto de Gernika fue
aprobado mayoritariamente por la ciudadanía vascongada. En Navarra por el contrario, no
hubo ningún referéndum para aprobar su autogobierno. Intentando evitar de esta manera,
el debate suscitado en la sociedad navarra para una posible integración junto con las
demás regiones sureñas de cultura éuscara en una misma entidad política vasco-navarra.
El autogobierno navarro, por lo tanto, surgió del aumento del techo competencial de la
Diputación Navarra, ya existente en la época franquista, a través de la Ley del
Amejoramiento Foral Navarro.
En las décadas de los setenta y ochenta se genera la guerra sucia para luchar al margen
de la democracia y del estado de derecho contra ETA. Estas organizaciones fueron
principalmente el Batallón Vasco-Español (creado en los gobiernos de la UCD) y los
Grupos Antiterroristas de Liberación, GAL (creados en los gobiernos del PSOE). Unas
organizaciones que asesinaban a miembros de Herri Batasuna (brazo político de ETA) y
activistas o refugiados de ETA que se encontraban en el País Vasco-Francés o Iparralde.
Unas organizaciones armadas integradas por mercenarios y miembros de las Fuerzas de
Seguridad del Estado español [Guardia Civil, Policía Nacional y Servicio de Inteligencia
español (CSID)], que se financiaban a través de los fondos reservados del Ministerio del
Interior. Miembros de las fuerzas de seguridad francesas colaboraron activamente en la
guerra sucia contra ETA, con el objetivo de que la violencia independentista no se
extendiera al territorio vasco perteneciente a Francia (Iparralde).
Se da comienzo a la dispersión de los presos de ETA por cárceles españolas,
dispersándolos a miles de kilómetros del País Vasco, yendo en contra del tenor literal de
la legalidad vigente, a través de la cual el reo debe cumplir su condena cerca de sus
familiares, interpretándola, y reformando posteriormente la Ley, para adecuarla a la
realidad, de forma que se evite el mantenimiento de actuaciones delictivas en las
prisiones y de actitudes contrarias a las ideas de “arrepentimiento” y reinserción; dado el
número de detenidos y la presión a que les somete el círculo de personas coincidentes
con las ideas y métodos de ETA. Así, el gobierno español toma esta resolución, con el
objeto de alejarles de las presiones del núcleo duro de la organización, que posibilite que
los activistas de ETA renuncien a la lucha armada y se reinserten en la sociedad. Esta
dispersión de los presos, no solamente podría ir, o va, en contra de la legalidad española
y europea, sino que acarrea que se dificulte, “o castigue”, a los familiares de los
encarcelados, que deben de recorrer miles de kilómetros para poder estar con su familiar
durante un breve lapso de tiempo. Pudiéndose discutir si ello es realmente necesario,
recomendable, o estrictamente legal, o no. Lo que resulta a todas luces innegable, es que
por otra parte, para todos los muertos, asesinados, víctimas directas, por parte de ETA y
de la presión de sus grupos acólitos, esa posible discusión sobre si hubo o no derecho, si
es legal o no, necesario o recomendable, o de un obstáculo o “castigo” a sus seres
queridos, no existe. Ni los muertos ni sus familiares tienen la fortuna y el privilegio que por
el contrario los presos de ETA y sus familiares disfrutan: Estar vivos y con expectativas de
verse, relacionarse, libertad, etc. Pudiéndose además argumentar, que los presos no
están en prisión ni por su forma de pensar, ni por ser independentistas, ni por desear y
trabajar por un Estado Vasco (que incorpore todos los territorios que ellos consideran) y
socialista (de acuerdo a lo que “ellos” consideren ser “socialista”). Sino por delinquir para
ello, matando y coaccionando indiscriminadamente, y sin respetar prácticamente en
absoluto a las personas que no piensan como ellos. Situándose no sólo al margen del
Ordenamiento Jurídico español (que incluye el Derecho Internacional y, especialmente, el
referente a los Derechos Humanos y de los Pueblos), sino intentando estar
dictatorialmente por encima de cualquier otra Autoridad, partido, Estado o representación
política.
Si bien en la actualidad persisten denuncias de torturas en comisaria a miembros de ETA,
algunas de las cuales resultan desgraciadamente verídicas, y episodios aislados no
esclarecidos de posible guerra sucia. Afortunadamente, tanto el Batallón Vasco-Español
como el GAL dejaron de actuar hace muchos años, por el contrario ETA, sigue actuando,
negándose a escuchar a la gran mayoría de la población vasca que quiere vivir en paz y
conseguir sus objetivos políticos, sean del tipo que sean, utilizando exclusivamente vías
pacíficas y democráticas. Quizá el mayor error que hemos cometido las fuerzas políticas
vascas, tanto política como moral y éticamente, ha sido la insuficiente e inadecuada crítica
radical y absoluta a la violencia, y la falta del suficiente respaldo, acompañamiento y
acogimiento sentimental y socio-político, a las víctimas de ETA y de su entorno. Podemos
discutir todo lo que deseemos sobre ello, sobre la necesidad de acercar y de convencer a
los violentos para que abandonen esos métodos. Sobre el pretendido conservadurismo,
españolismo trasnochado y / o antidemocrático, etc., de las víctimas de ETA, pero, en
definitiva, los que fría, organizada, dogmática, antidemocrática y egoístamente siguen
matando y coaccionando, provocando su persecución policial, son ETA y su entorno. Y no
es posible colocar, ética, moral, social ni políticamente, al mismo nivel al verdugo y a la
víctima, ni se puede perdonar sin que el agresor pida perdón. Todo ello sin tener que
renunciar a las ideas que cualquiera pueda tener.
COMUNIDAD FORAL DE NAVARRA:
Navarra, cuna del vascuence y de la cultura vasca.
La prehistoria en la zona pirenaica. Evolución del hombre de Cro-Magnon, surgimiento del
grupo humano pirenaico-occidental de idioma protoéuscaro. División del idioma y del
grupo pirenaico-occidental en las diferentes tribus vascas. Resultados de las
investigaciones arqueológicas y antropogenéticas en los Pirineos.
Los barskunes, antecesores de los vascones. Los vascones, economía y costumbres.
Expansión de los vascones y de su idioma, el vascuence, desde Navarra.
Expansiones anteriores a la de los vascones de grupos humanos de lenguas éuscaras,
muy al este y al sur de su nucleo original.
Orígenes del español. Lengua vasco-románica surgida del mestizaje de latinos y
hablantes de lenguas éuscaras.
Zonas fuera de las fronteras de la vascofonía actual, en las que se habló vascuence hasta
época reciente.
Los Romanos. Los vascos aliados imperiales de Roma.
Los Visigodos. Alianzas entre vascos y visigodos. Guerras vasco-visigodas,
desplazamiento de los vascones de Aragón, Catalunya y Navarra hacia las montañas
pirenaicas y hacia el oeste, hacia lo que posteriormente sería llamado Vascongadas.
LLegada del vascuence desde Navarra, conquista vascona de Alava, Vizcaya y
Guipúzcoa. Vasconización, desaparición de los idiomas de tronco éuscaro hablados en
estos territorios.
Conquista vascona de Aquitania por parte de vascones de Navarra, Aragón, Catalunya y
por vascongados ya vasconizados.
El gascón, dialecto vasco-provenzal surgido del mestizaje de aquitanos latinizados y
vascones.
Los Arabes y la Batalla de Roncesvalles.
El Reino de Pamplona.
El Señorío de Vizcaya.
El Reino de Navarra. La lengua navarra románica surgida del mestizaje de vascoparlantes
y mozárabes.
Unidad política de la población vascoparlante desde el Cantábrico hasta parte de
Catalunya.
Fin de la unidad política de la población vascoparlante, decadencia del Reino de Navarra.
Surgimiento de los reinos de Castilla y Aragón de mayoría vascoparlante.
Prohibiciones del vascuence en los reinos de Castilla y Aragón.
Pérdida por parte del Reino de Navarra de Alava, la Navarra marítima (Guipúzcoa y
Vizcaya) y las provincias vascoparlantes al otro lado de los Pirineos (Labourd y Soule).
Las fracciones banderizas: oñacinos, gamboínos, agramonteses y beaumonteses.
Conquista española del Reino de Navarra. "Linguæ Vasconum Linguæ Navarrorum est",
la lengua vascona es la lengua de los navarros, Sancho el Sabio, rey de Navarra.
Las Guerras Carlistas.
Pérdida de las Instituciones Forales, surgimiento del Nacionalismo e Independentismo
vasco.
La Ikurriña. Origen y significado.
Etimología del neologismo Euskadi.
El Régimen Franquista.
ETA.
Instauración de la Democracia, Estatutos de Gernika y Ley del Amejoramiento Foral
Navarro. División política de la población vascoparlante española en dos comunidades
autónomas.
Batallón Vasco-Español y los GAL
Comunidad Foral de Navarra. Porcentaje de vascoparlantes. Nueva ley navarra del
vascuence que restringe el uso y el aprendizaje de la linguæ navarrorum o vascuence.
NAFARROA – NAVARRA
La tierra de los navarros fue llamada por los romanos con el nombre de Vasconia. Cuna
de la linguæ navarrorum (lengua de los navarros) o euskara, y de la cultura que surge
alrededor de ella. Los vascones de Navarra, como tribu vasca más importante dio a las
demás tribus, el apelativo de vascas (el término vasco es una contracción medieval de la
palabra vascón).
Según los últimos hallazgos arqueológicos y las investigaciones antropogenéticas
llevadas a cabo en la zona cantábrica oriental y en los Pirineos, tanto la tribu de los
vascones como el resto de las tribus éuscaras (aquitanos, autrigones, caristios, iacetanos,
oscetanos y várdulos), pertenecían a lo que los antropológos denominan grupo pirenaico-
occidental, un subgrupo dentro del caucásico surgido de la evolución en la zona pirenaica
del hombre de Cro-Magnon. Un grupo humano que se extendió ya en el magdaleniense,
hace más de 13.000 años, a un lado y a otro de los Pirineos y cuya lengua era el
protoeuskara. Esta etnia se dividió con el paso del tiempo, en diferentes tribus, cada una
de las cuales poseía su propio idioma surgido de la evolución del protoeuskara, siendo la
lengua de los vascones, el euskara, la única lengua que ha sobrevivido hasta la
actualidad de este grupo lingüístico éuscaro. Hoy en día se pueden encontrar individuos
del grupo pirenaico-occidental, aunque viéndose atenuados sus caracteres debido al
mestizaje, en Burgos, La Rioja, norte de Aragón, norte de Catalunya y Aquitania. Zonas
en las que antiguamente se habló euskara. Siendo en el País Vasco continental y
peninsular, así como en Navarra, donde se ha conservado mejor este subgrupo
caucásico, fruto de la endogamia y por lo tanto, menor mestizaje, surgidos del aislamiento
en el que han vivido los individuos de esta zona, durante milenios, del resto de sus
vecinos peninsulares y continentales. Gracias a la antropogenética, nueva disciplina de
gran auge dentro de la Arqueología y la Antropología en general, se ha podido dilucidar
que la tribu de los berones que habitaba en la época preromana en la parte oeste de La
Rioja (el resto estaba habitado por los vascones) y que era considerada por algunos
historiadores como una tribu éuscara, geneticamente, no era afín a estas tribus, dado que
los estudios antropogenéticos han manifestado, que era una tribu íbera con un aporte
genético indoeuropeo de origen celta.
Se sabe que antes de la existencia de la tribu vascona, existían los barskunes
(posiblemente el término vascones derive de éste) etnia que se encontraba dividida en
dos, la de las montañas pirenaicas de Navarra, que eran barskunes culturalmente más
puros y sin grandes influencias íberas; y por otro lado los barskunes de la llanada y la
ribera del Ebro, que eran barskunes celtiberizados. Los montañeses conquistaron a los
barskunes celtiberizados de la llanada y la ribera del Ebro. De su mestizaje surgiría la
tribu que conocemos hoy en día con el nombre de vascona, que posteriormente
comenzaría a extender su idioma, el euskara, por toda la zona pirenaica y el Cantábrico.
Una tribu que adoptó muchas costumbres y usos celtíberos:
El culto a la Luna (también de origen ibérico). En los plenilunios probablemente se
celebraban danzas rituales para adorar a la Luna, costumbre que en su caso, los
vascones adoptaron de los celtíberos.
El culto de los bosques, las montañas, los ríos, el fuego, etc... (de origen celtibérico).
El gobierno por un Consejo de Ancianos (quizá derivado de los íberos aunque el sistema
es propio de muchas culturas).
Los magos (seguramente de origen ibérico) y augures (quizá de origen celta). Los
augures vascones interpretaban el futuro mediante el examen de víctimas, a menudo
humanas (probablemente prisioneros de guerra).
La elección de un jefe de guerra de las diversas tribus o grupos, sistema copiado de los
celtíberos. Al parecer el jefe de guerra debía ser un notable (en los celtíberos el jefe de
guerra surgía de alguna de las castas superiores de cada tribu).
Desde hacía siglos una parte de los barskunes (antecesores inmediatos de los vascones)
habitaba en las zonas montañosas del país, donde se dedicaban a la ganadería y a una
economía de subsistencia basada en la caza y la recolección. Incluso aquellos que vivían
en zonas menos agrestes tenían la caza y la ganadería como actividad principal. La
agricultura sólo era practicada en las zonas llanas de la región entre Pamplona y el Ebro,
por los antiguos barskunes celtizados, después celtiberizados, y posteriormente,
barskunizados o rebarskunizados. Los indoeuropeos habían introducido diversos cultivos,
pero no se practicaban a gran escala.
En las zonas del sur existía una aristocracia local, descendiente de los elementos
dominantes celtas llegados con las oleadas indoeuropeas, que hacía que la región se
asemejase más, socialmente, a otros puntos de la península Ibérica. Pero no obstante,
también en estas regiones la caza y la ganadería son ocupaciones habituales, situación
que no se modificará hasta el siglo II d.C.
La tribu de los vascones a partir de diferentes expansiones a lo largo de la historia,
extendió su lengua desde Navarra:
Durante los siglos III a.C. al II a.C. hacia el este, hasta parte de Catalunya, vasconizando
las tribus iacetana, oscetana y parte de la ilergete. Lo que acarreará la pérdida de sus
idiomas que eran de la misma familia lingüística que el euskara de los vascones (en el
caso de los iacetanos y oscetanos), y por otro lado, la desaparición de la lengua íbera
hablado por los ilergetes, ya vasconizados después de esta expansión.
Entre los siglos V d.C y VI d.C., en dirección noroeste, por el Cantábrico, hasta el río Asón
de Cantabria, conquistando las tribus várdula, caristia y finalmente la tribu autrigona. Unas
etnias que no hablaban euskara, sino unas lenguas hermanas a ésta, dado que el
euskara solamente era la lengua de los vascones y no de los autrigones, caristios y
várdulos, que poseían su propia lengua procedente del mismo tronco protoéuscaro que la
lengua de los vascones. Por esta razón, a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se les llama
provincias vascongadas, ya que se les llamó a las tribus que las habitaron, vasconicatas,
que significaba en latín hechas vasconas, dado que se vasquizaron o vasconizaron
debido a la conquista de los vascones procedentes de Navarra, Aragón y Catalunya.
En el siglo VI d.C., los vascones de la zona de Navarra, Aragón y Catalunya comenzaron
las incursiones y posterior invasión de la Novempopulania (nueve pueblos), de la
Aquitania Prima y de la Aquitania Secunda, aprovechándose de la debilidad y caos
generado por la guerra entre francos y visigodos a través de la cual la zona quedó
desguarnecida de tropas militares. Extendiendo el euskara por todo el sudoeste de
Francia hasta Burdeos (río Garona) y al sur hasta la actual frontera franco-española en
LLeida. La presencia del euskara en estas tierras a lo largo de diferentes épocas (a través
de la lengua aquitana del mismo tronco lingüístico que el euskara) nos es revelada
gracias a la presencia de topónimos como el de la actual ciudad francesa de Toulouse,
que posee el mismo origen etimológico que el guipuzcoano Tolosa.
Pero la presencia de topónimos se puede encontrar también, muy al este y al sur, fruto de
emigraciones muy antiguas de pequeños grupos humanos de lengua éuscara a estos
lugares:
Hasta el Mediterráneo catalán (se encuentran topónimos en la costa meditarránea del
Rosselló o Catalunya francesa)
Al sudoeste por los montes de Oca (Oka mendiak, óka mendí-ak), La Bureba (Bureba,
buréba), Valle de Mena (Mena Harana, ména arána) en Burgos, La Rioja (Errioxa, errí-
oshá) y Soria (Oria, oría). El límite de topónimos éuscaros lo pone el monte Amaya de
1.362 m en la provincia de Burgos, muy cerca de Palencia (Amaia en euskara significa, el
fin, en este caso simbolizaba el final de las poblaciones éuscaras). Todas estas tierras
fueron posteriormente revasquizadas en los primeros años de la reconquista, lo que hizo
que Castilla en sus comienzos fuese mayoritariamente vascoparlante. Aunque zonas
como La Rioja o Burgos fueron hablantes de lengua éuscara ininterrumpidamente, desde
tiempos muy remotos hasta los siglos XV - XVI de nuestra era, en los que el castellano (1)
sustituyó al euskara en el habla de los lugareños.
(1) Castellano o español, lengua vasco-románica surgida en la reconquista. Sus orígenes
se encuentran en la lengua astur-leonesa (astur-llïonés o bable) hablada por los
cántabros, burgaleses y los habitantes de la comarca vizcaína de las Encartaciones. En el
siglo V d.C. muchos várdulos, caristios y autrigones se vieron obligados a escapar de la
conquista vascona de sus tierras, una emigración hacia Cantabria y Burgos causada por
los saqueos y quemas de sus propiedades por parte de los vascones. Del mestizaje de
esta población de lenguas éuscaras y de los hablantes de lengua astur-leonesa en
Cantabria y Burgos, surgiría el dialecto cántabro o cantabriegu del astur-leonés, que
puede ser escuchado hoy en día en la comarca cántabra de Liébana. Un dialecto con
fuerte influencia fonética éuscara, que se caracteriza por la pérdida casi total de las efes
iniciales al comienzo de la palabra y conversión de éstas en hache aspirada [ fuerte
(astur-leonés) -> juerti (cantabriegu) -> fuerte (castellano), facer (astur-leonés) -> jacir
(cantabriegu) -> hacer (castellano) ], dado que en las lenguas caristia, várdula y autrigona
al igual que en el euskara de los vascones, no existió hasta la Edad Media el sonido efe,
mientras que por el contrario, existía una fuerte aspiración al comienzo de las palabras, lo
que causó esa evolución fonética en el cantabriegu. Esta misma evolución se puede
encontrar también en el dialecto gascón del provenzal u occitano que surgió del mestizaje
de aquitanos latinizados y vascones [ far (provenzal) -> har (gascón) -> hacer (castellano)
]. En la reconquista, este dialecto cántabro del astur-leonés se fundió con el romance
hablado por los mozárabes dando forma al actual castellano. El mestizaje con la fonética
éuscara (en la que no existen los diptongos ascendentes /je/ y /we/) ocasionó en el
castellano la reducción de la fuerte diptongación del astur-leonés en las antiguas es y oes
latinas acentuadas [ güey (astur-leonés) -> hoy (castellano), yera (astur-leonés) -> era
(castellano) ], así como dotar al castellano de cinco vocales sin distinción de grados ( /a/,
/e/, /i/, /o/ y /u/) y de la distinción fonética entre r y r doble. Mientras que el mestizaje del
castellano con el mozárabe redujo la pérdida generalizada de la efe inicial del cantabriegu
y conversión de éstas en hache aspirada.
Todavía en la época medieval, era usual escuchar euskara:
En el Pirineo catalán, por ejemplo, en el Valle de Arán [ haran, áran; significa valle en
euskara ]. La lengua vasca se habló en pueblos pirenaicos de LLeida hasta los siglos XIII
- XIV.
Se habló en pueblos de la provincia de Huesca (Oska, óska) y en el occidente de la
provincia de Zaragoza hasta el siglo XVIII. En la comarca zaragozana de Las Cinco Villas
de Aragón, al sureste de Navarra, se habló euskara ininterrumpidamente desde épocas
preromanas hasta el siglo XVIII. En dos pueblos de la zona llamados hoy Sádaba y
Sofuentes se han encontrado inscripciones romanas en las que se leen nombres de
persona en euskara. Datos del siglo XVI y XVII nos hablan también de la condición
euskaldun de Sos del Rey Católico (antiguo Zauze, sáuse). No, podemos olvidar, en este
sentido, que gran parte de la zona perteneció al obispado de Pamplona hasta el año 1785
dado su carácter vascófono.
Se habló también en la riojana Nájera (Naiara, nai-ára; antigua capital estival del Reino de
Navarra) así como en diferentes pueblos de La Rioja hasta el siglo XVI.
Los Romanos
En el año 196 a.C. llegaron los romanos a tierras del País Vasco, con los que los antiguos
vascos vivieron en paz y en cooperación. Tanto los romanos como las tribus vascas
poseían los mismos enemigos comunes, lo que daría lugar a un buen entendimiento.
Mientras los romanos colaboraron con las tribus vascas en expulsar a los celtas (llegados
a tierras pirenaicas a partir del siglo VIII a.C.), las tribus vascas colaboraron con los
romanos en sus guerras contra los cántabros y astures de origen celta. Como aliadas
imperiales que eran las tribus éuscaras, las zonas que eran conquistadas por los romanos
a los celtas, eran posteriormente repobladas por población de estas tribus vascas, lo que
conllevó una extensión de las lenguas de la familia éuscara hacia el sur. Fue tal el grado
de sintonía debido al respeto de los romanos a las diferentes tribus vascas y sus
territorios, que incluso, hubo autrigones, vascones, caristios, várdulos y aquitanos
enrolados en las legiones romanas en sus guerras contra los britanos. Unas guerras
acaecidas en lo que hoy en día es conocido con el nombre de Gran Bretaña. Habiendo
sido encontradas lápidas mortuorias de la época romana, con nombres e inscripciones
eusquéricas, cerca de Londres, antigua Londinum romana.
A través de esta buena relación, se asentarían colonos romanos al sur de las tierras de
estas tribus y en zonas mineras como las de Somorrostro en Autrigonia (Bizkaia) o en las
llanadas de Aquitania, lo que daría lugar a la colonias romanas de la Novempopulania
(nueve pueblos), Aquitania Prima y Aquitania Secunda, en lo que hoy en día se conoce
como Aquitania o Gascuña. Unos asentamientos que darían lugar siglos después al
surgimiento de las lenguas y culturas pirenaicas de origen latino fruto del mestizaje de
vascos y latinos (castellana, navarra, aragonesa, dialecto occidental del catalán y dialecto
gascón del provenzal u occitano).
Los Visigodos
En la decadencia del Imperio Romano, surge el vacío de poder y las razzias de los
pueblos germanos. En el 481 d.C. los visigodos ocupan Pamplona y otras ciudades
vasconas y de la provincia Tarraconense. En las ciudades vasconas dominan
esencialmente la política los vasco-romanos más o menos romanizados.
Las relaciones entre las diferentes tribus vascas y los visigodos no fueron buenas, las
guerras se sucedieron ininterrumpidamente. Los visigodos dieron tanta importancia a
dominar a las diferentes tribus vascas que sus reyes se daban el título de Vascones
Domuit (dominó a los vascones), algo que nunca consiguieron.
En esta época encontramos en las zonas montañosas de Navarra y al oeste hasta parte
de Catalunya, a vascones de estructura tribal y carácter primitivo, que viven del saqueo, y
que en buena parte se están desplazando hacia las zonas más occidentales, ocupadas
por los pueblos várdulo, caristio y autrigón, medianamente romanizados. Estos vascones
eran paganos en su totalidad y toda la zona que poblaban vivía, además del saqueo, de la
pequeña ganadería y de una agricultura de subsistencia.
Por otro lado, en la zona central de Navarra, una población de mayoría vascona,
medianamente romanizada, donde el carácter y la lengua vascona gana terreno, pero
donde persisten instituciones políticas propias del Imperio Romano. El cristianismo
apenas ha penetrado. La economía de la zona se basa en las explotaciones ganaderas,
algunas de ellas importantes, con una actividad agrícola complementaria.
Finalmente, en la zona del valle del Ebro, la población ha ido perdiendo sus
características vasconas, tanto en costumbres como en lengua, y donde el cristianismo es
mayoritario. Los habitantes de la zona, que hablan el dialecto romance navarro, están casi
plenamente romanizados, y sus características étnicas vasconas, aunque persisten
(atenuadas por una mayor aportación étnica foránea), no son muy perceptibles.
Economicamente la zona se dedica basicamente a la agricultura, a menudo en grandes y
medianas explotaciones.
Las aldeas, valles y caseríos vascones disponían de un jefe de guerra (en algunos casos
debían gobernarse por medio de Consejos de Ancianos). Los visigodos tratarían
individualmente con los diversos dirigentes su sumisión. Puesto que los visigodos no
pensaban establecerse en las tierras del norte, esta sumisión debía implicar solamente
una alianza militar y una vinculación jurídica al dominio real visigodo, y evidentemente, un
convenio de no agresión. Naturalmente, los jefes de aldeas y valles olvidarían pronto sus
convenios cuando el ejercito visigodo abandonara el lugar, salvo que les reportaran algún
beneficio. En cambio las ciudades respetaron sus compromisos, éstas (Pamplona y
algunas ciudades del valle del Ebro) disponían de una administración que en sus
aspectos principales era continuadora de la administración romana y consideraban a los
visigodos (en proceso de romanización) como aliados imperiales, tal como habían
actuado durante años. Los dirigentes vascones de las ciudades, generalmente
propietarios más o menos ricos, no se opondrían a una dominación diferente a la imperial,
pero que garantizara su tranquilidad y sus propiedades.
LLegada del Euskara desde Navarra, conquista vascona de Araba, Bizkaia y
Gipuzkoa
Debió ser en esta época (hacia el 482) que en el valle del Ebro y probablemente también
en la zona de Pamplona se establecieron los primeros propietarios visigodos, los cuales
irían acompañados de sus familias, de sus esclavos y de sus servidores. Esta afluencia
hacía imposible la supervivencia normal en las montañas, y esta presión demográfica
forzó el desplazamiento de los nuevos llegados, o de vascones asentados de antiguo en
las montañas, hacia Vascongadas (desde el 456 hasta el 481), donde, a causa de los
saqueos que ya duraban varios años, se había producido un despoblamiento acusado de
sus poblaciones autóctonas, y donde ya se habían asentado algunos vascones y
vasconizados.
Este desplazamiento supuso una catástrofe para Vardulia (Gipuzkoa y parte de Alava) y
Caristia (Bizkaia y parte de Alava), cuya reducida población no pudo hacer frente a los
nuevos llegados, quienes ahora no solo saqueaban y se retiraban, sino que ocupaban las
posesiones de los que morían en la lucha o de los que escapaban hacia zonas más
seguras. Várdulos y caristios huyeron hacia los territorios de los autrigones, cántabros,
berones y turmogos. Los que no huyeron fueron asesinados, esclavizados o acabaron
fundiéndose entre los invasores. Hacia el oeste los vascones de las montañas habían
practicamente concluido en el año 507 la conquista de Vardulia y Caristia. Miles de
vascones montañeses se habían asentado en las nuevas zonas conquistadas. La
población local que había sobrevivido a los ataques y saqueos, se había mezclado con los
grupos de recién llegados, y se iniciaba un proceso rápido de vasconización, seguramente
favorecido por la tendencia a nuevas llegadas de vascones, a la emigración de los
indígenas, y a que la población que permaneció en la zona estaba formada en mayoría
por mujeres, mientras que buena parte de los hombres que siguieron sobre el terreno no
eran etnicamente várdulos o caristios: parte de ellos eran esclavos o colonos de diversos
orígenes (incluso algunos vascones).
El ataque se reprodujo más tarde hacia Autrigonia (oeste de Bizkaia, parte de Alava y
Burgos, desde el 481 hasta el 507), especialmente en la zona costera. Sobre todo a las
tierras de berones y autrigones, pueblos con un grado medio de romanización, llegaron
las gentes procedentes de Vardulia y Caristia, no muy numerosos, que acabaron
fundiéndose pacificamente con ellos, y cuyas tierras parece que se llamaron Autrigonia. A
su vez el pueblo resultante se fundiría también pacificamente con los berones y turmogos
y quizás algunas tribus cántabras, formándose un conjunto territorial, que en el Siglo VI
fue conocido por el topónimo regional de Vardulia. Aproximadamente unos veinte mil
vascones se establecerían sobre todo en Vardulia y Caristia y más tarde unos miles más
en Autrigonia. La población total de las tres regiones ocupadas era probablemente inferior
a los cincuenta mil habitantes, y seguramente quedó reducida a la mitad o menos, que en
situación de inferioridad, acabaron absorbidos en el conjunto de los invasores, y se
vasconizaron, o bien emigraron.
Del mestizaje de la lengua de los vascones, el euskara, con la lengua autrigona y
principalmente, con la caristia, surgiría el dialecto vizcaíno del vascuence. Por otro lado, la
fusión de la lengua várdula y del euskara daría lugar al dialecto guipuzcoano. Siendo el
dialecto navarro, el euskara original de los vascones. Este mestizaje de las tribus vascas
a lo largo de diferentes épocas, desgraciadamente, ocasionó la pérdida de seis idiomas
de la familia lingüística éuscara (aquitano, autrigón, caristio, iacetano, oscetano y várdulo).
Familia Lingüística Éuscara
Datos Históricos
Iacetano
Oscetano
Desaparecieron en el siglo II a.C.
Autrigón
Caristio
Várdulo
Desaparecieron en el siglo VI d.C.
Aquitano
Desapareció en el siglo VII d.C.
Euskara o lengua de los
vascones
Se sigue hablando en la actualidad
Conquista vascona de Aquitania
En la batalla de Vouillé, en el 507 los visigodos fueron derrotados por los francos, la
consecuencia inevitable fue la perdida de Aquitania y la Novempopulania hasta la barrera
de los Pirineos. A partir del 507 (507-581) se da una organización de bandas de vascones
montañeses, vasconizados y vascones de diverso origen para saquear Cantabria,
Aquitania y el valle del Ebro. Si bien tradicionalmente se sitúa la fecha de la conquista de
Aquitania por los vascones en el 587, los asentamientos vascones probablemente se
dieron con anterioridad aprovechando el vacío de poder generado por el escaso control
de Aquitania que tenían los francos. El salto cualitativo de las incursiones debió darse
después del 582 cuando los visigodos dominaron parte de las tierras vasconas al sur de
los Pirineos. Aunque inicialmente los atacantes de Aquitania eran vascones de Navarra,
Aragón y Catalunya, desde el 574 también formaron parte de las incursiones los
autrigones, caristios y várdulos ya vasconizados, y a partir del 582 se unieron muchos
vascones de las tierras rurales de Navarra. Después del 587, tras el fracaso del duque
Astrovaldo, que trató de combatirles sin conseguirlo, se llegaría a un acuerdo para el
establecimiento pacifico de los vascones en las tierras llanas de Aquitania. Los vascones
pagarían los tributos pero los territorios en los que habitaban se constituían en un ducado,
donde de hecho, podrían gobernarse según sus propias leyes. Surgiendo el Ducado de
Vasconia [ de Wasconia derivaron Guasconia, Gasconia, Gaskonia (en euskara),
Gasconha (en gascón), Gascoigne (en francés) y Gascuña (en castellano) ], un ducado
virtualmente independiente, pero bajo la dirección de un duque (con sus correspondientes
colaboradores y séquito) designado por la Corte Merovingia. Una vez realizado el
establecimiento, los vascones conservarán sus costumbres y su lengua, y al estar
establecidos en una zona geograficamente homogénea, constituyeron un Estado dentro
de otro Estado. Parece que durante estos años se produjo una intensa vasconización de
las capas humildes de la población aquitana, singularmente la menos romanizada,
mientras que las capas más romanizadas dieron origen al pueblo gascón, de habla
románica. Posteriormente al surgimiento del Ducado de Vasconia sería gobernado por la
dinastía de los Otsoa (también conocida como Ochoa, Lupus o Lobo). Una dinastía que
era oriunda de Iaka, la actual Jaca aragonesa, en aquel tiempo habitada por
vascoparlantes. Este ducado paulatinamente fue extendiéndose por todo el territorio
francés que actualmente es conocido con el nombre de Gascuña (desde la costa
occidental pirenaica, al norte hasta Burdeos y al suroeste hasta el valle de Aran en la
provincia de LLeida). El término actual Gascuña o Gasconha (gascóña) en provenzal u
occitano, no es más que una adaptación fonética provenzal del término latino Vasconia.
Con el devenir de los tiempos el euskara poco a poco fue perdiendo peso en la zona, lo
que daría lugar a una pérdida gradual del euskara y sustitución de éste, por el gascón (2).
Este ducado se diluiría finalmente en lo que sería el Reino de Navarra.
(2) Gascón (adaptación fonética provenzal del término vascón), dialecto provenzal que
surgió del mestizaje entre vascones y aquitanos latinizados. Algunos lingüistas consideran
el gascón como lengua independiente, por las notables diferencias que posee con el resto
de los dialectos de la lengua provenzal, fruto de la influencia del euskara en su evolución
lingüística. A lo largo de la Edad Media, el gascón, por la estrecha relación que tuvo el
Reino de Navarra con Gascuña (aunque no formó parte del reino completamente, si
estuvo dentro de su zona de influencia, las últimas dinastías navarras eran gasconas);
hubo muchos hablantes de este idioma que se asentaron en Gipuzkoa y en Navarra, de lo
que da cuenta, la abundante toponimia de origen gascón en estas regiones: el monte
Urgull (orgullo en gascón) y la playa de Gros (grande) de San Sebastián, Mondragón
(monte del dragon), Pasajes (Passatges), Segura, Villafranca (Vilafranca), Villabona
(Vilabona),... La misma forma Donostia, es una adaptación fonética vasca de la forma de
designar San Sebastián en gascón. Fue el idioma que sustituyó tardiamente (antes de la
desaparición del Reino de Navarra), a la lengua navarra romance, en la redacción de los
documentos oficiales de dicho reino. El gascón, se dejó de hablar en el País Vasco
peninsular a principios del siglo XX, concretamente en San Sebastián, que fue la última
localidad peninsular vasca con hablantes de este idioma. En Iparralde, el gascón, se
puede escuchar en la zona costera y en pueblos de Zuberoa fronterizos con el Bearn. En
la península ibérica se habla en el Valle de Arán donde se puede escuchar la variante
aranesa de dicho idioma. El gascón fue la lengua que fue sustituyendo al euskara en el
Valle de Arán a partir de los siglos XII - XIII.
Los Árabes y la Batalla de Orreaga (Roncesvalles)
En el 711 los árabes del califa Musa al mando de Tarik desembarcaron en Hispania,
derrotando al ejército del visigodo Roderik o Rodrigo (en la historia es conocido como Don
Rodrigo). La relación entre los vascones y los árabes fluctuó entre la amistad y la guerra.
Antes del 714 Musa había llegado ya a Zaragoza. El conde Casius, que dominaba en
algún lugar en el valle del Ebro, dándose cuenta de la difícil situación militar, seguramente
con la esperanza de conservar sus tierras, pasó el 714 al servicio del Califa, dando lugar
posteriormente a la familia mozárabe de los Banu-Qasi. Una familia que tendría vital
importancia en el surgimiento del futuro Reino de Pamplona. Un reino que surgió de la
cooperación entre los vascones liderados por Eneko Aritza y los Banu-Qasi mozárabes de
la ribera del Ebro.
En el año 778 el ejército franco de Carlo Magno, al mando del gran paladín Roland, no
puede conquistar la ciudad de Zaragoza ocupado por los árabes, y a la vuelta arrasa
Pamplona. El día 15 de Agosto de 778, cuando las tropas francas se disponían a cruzar
los Pirineos para retornar a Francia; las huestes vasconas organizadas para vengar la
destrucción de Pamplona, estaban esperando en el paso de Orreaga (Roncesvalles,
Navarra) para llevar a cabo una emboscada. Mediante rocas lanzadas desde los montes
circundantes, hacia el sendero en el que se encontraba el ejército franco, acabaron con él.
La muerte de Roland en esta batalla, así como la derrota del ejército imperial carolingio (el
ejército más poderoso de Europa en aquella época) a manos de los vascones, inspiró en
el año 1090 "La Chanson de Roland" (la canción de Roland), obra cumbre de la literatura
épica francesa.
El Reino de Pamplona
En el año 824, un nieto de un duque de Vasconia, sería primer rey de Pamplona o Iruñea
(irúñe-á, proviene del euskara arcáico Hiri Ona, Villabona en euskara), se llamaba Eneko
Aritza (enéko Arítsa), Enecco o Iñigo Arista, en castellano. Dando lugar a la primera
dinastía navarra, la dinastía de los Aritzas. En el año 892, San León, que vino a
evangelizar a los vascos, es decapitado en Baiona, ocupada entonces por los normandos.
Guillermo Sancho, duque de los vascones, hace retroceder definitivamente a los
normandos.
El Jaurerri o Señorío de Bizkaia
Bizkaia consiguió su independencia del Reino de León, en un día de San Andrés del año
870 en la batalla de Padura, en la cual los vizcaínos derrotaron a las huestes del rey
leonés Ordoño, anticipándose así Bizkaia a Castilla en la búsqueda de una independencia
más de acuerdo con las tradiciones peninsulares que con la monarquía leonesa, que
trataba de resucitar el reinado visigótico con sus costumbres germánicas. Su primer jaun
o señor sería Jaun Zuria (señor blanco).
El Reino de la Tierra LLana, Nafarroa
En lucha constante con francos y árabes, el Reino de Pamplona fue extendiéndose hacia
los antiguos dominios de los vascones. Al avanzar la reconquista hacia las tierras llanas
del sur, el Reino de Iruñea, pasó a llamarse Nafarroa, la tierra llana. El mestizaje de
vascos y mozárabes en la ribera del Ebro y en el romanzado (mitad este de Navarra), dio
lugar al surgimiento de una nueva lengua latina, la lengua navarra (muy similar a la actual
fabla o lengua aragonesa). Si bien el 80% de la población navarra era vascoparlante, el
euskara nunca se utilizó para redactar documentos en la corte navarra. Siguiendo los
usos de la época, los escritos oficiales se realizaban en latín o en lengua latina autóctona,
y por lo tanto se realizaron mayoritariamente en navarro romance. En esta misma época,
los ingleses, utilizaron el latín o el romance normando del norte de Francia, mientras que
entidades políticas alemanas utilizaron la lengua latina o romances italianos para redactar
sus documentos. Los primeros escritos en lengua navarra románica y en euskara, los
encontramos en los Códices Emilianenses de San Millán de la Cogolla (para más
información sobre estos códices visitar la página
lengua navarra, poco a poco, fue absorbida por el castellano, al igual que su lengua
hermana del este, la aragonesa (aunque la fabla o lengua aragonesa, afortunadamente,
sigue hablándose en Huesca), fundiéndose las dos, en un único dialecto, el navarro-
aragonés, perteneciente a partir de entonces a la lengua castellana. Este dialecto es
hablado actualmente, en el sur de Alava y de Navarra, Aragón, y en parte de las
comunidades autónomas de La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha, y País
Valenciano.
Unidad política de la población euskaldun desde el Cantábrico hasta parte de
Catalunya
En el año 1004, bajo el reinado de Sancho Garcés III el Mayor, Navarra, siguiendo la
política de unidad vascona impulsada por sus reyes y en el empeño de recuperar el
territorio perdido por los vascones, frente a francos y visigodos; había aglutinado ya,
dentro de su corona, a todos los territorios de habla vasca de la época (el euskara se
extendía desde parte de Cantabria hasta parte de Catalunya), tanto peninsulares como
continentales, extendiéndose por toda la zona pirenaica hasta parte de Catalunya y
siendo el Condado de Toulouse y Gascuña parte integrante del reino. Consiguiéndose de
esta manera, la unidad política de toda la población vascoparlante dentro del Reino de
Navarra, con capital en Pamplona, y acogiendo dentro de su seno, a los todavía condados
de Castilla y Aragón, donde en aquella época, la mayor parte de sus pobladores eran
vascoparlantes.
Sancho Garcés III el Mayor consiguió que Navarra fuese considerada como uno de los
estados más importantes de Europa, extendiéndose por gran parte de la península, lo que
le llevó a ser conocido en las crónicas europeas de la época como rey de "Wasconum
Gens, Wasconum Nationem" (tribu vascona, nación vascona), ya que si bien el reino
estaba habitado por hablantes de los romances astur-leonés, castellano, navarro,
aragonés y gascón, el nucleo humano sobre el que se sustentaba el Reino de Navarra era
mayoritariamente de origen vasco. También fue denominado por el abad Oliba de Ripoll
como "Rex Ibericus" (Rey de Iberia). Al unir el Reino de León a la corona navarra (año
1034) tomó el título de "Imperator" (Emperador). Fue un monarca que se abrió a Europa y
a la modernidad, después de siglos de aislamiento peninsular y permitió la irrupción en la
península de la orden de Cluny. En sus expansiones y relaciones políticas siempre tendió
más hacia Europa y en política doméstica, hacia las zonas vascoparlantes como Gascuña
(por los lazos de parentesco cultural y étnico con los gascones) y la Navarra Marítima
(Vascongadas), o Castilla, Aragón y noroeste de Catalunya vascoparlantes. De esta
forma, Sancho Garcés III el Mayor, consiguió la unidad política de toda la población
vascoparlante y unir todos los territorios vascones previsigóticos dentro del Reino de
Navarra.
Por lo que respecta a la frontera cristiana pirenaica, precisó la recuperación de los
condados de Aragón y Sobrarbe, practicamente perdidos a causa de las incursiones de
Almanzor (999) y Abd al-Malik (1006), así como el restablecimiento de la legitimidad
dinástica en el condado de Ribagorza. Entre los años 1016 -1018 reconquistó Aragón y
Sobrarbe y amplió sus dominios con la conquista de la ribera islamizada del Zinka con
capitalidad en Boltaña, con parte del valle de Aierbe y con el valle de Nocito. Aunque
posiblemente liberó los valles de Esera y de Isabena, afectados también en 1006 por Abd
al-Malik. El condado de Ribagorza no se incorporó de derecho al reino navarro hasta
1025, cuando la condesa Mayor, en grave crisis dinástica y política, agravada por las
apetencias territoriales del conde Ramón III de Pallars, renunció sus derechos a favor de
su sobrina la reina Mayor, esposa de Sancho III. Inició la revitalización del asolado
condado aragonés con la restauración del monacato, tradicional institución religiosa y de
poder económico. En el aspecto político-militar, institucionalizó el «seniorado» -tenencia
delegada de castillos- en Aragón y Sobrarbe, y fortificó la frontera meridional desde
Uncastillo en el extremo occidental hasta Perarrua en el oriental, frente a las plazas
musulmanas de Eiea (Ejea), Aierbe, Bolea, Oska (Huesca), Alquézar, Nabal, Barbastro,
Graus y Benabarre.
En el año 1023, crea el Vizcondado de Lapurdi para su primo Lobo Sancho, quien se
instala en Baiona, y otorga la región de Zuberoa al vizconde Guillermo Fuerte; estos actos
que se inscriben dentro del sistema feudal, traerán consecuencias muy pesadas para la
unidad política de la población vascoparlante.
Fin de la unidad política de los euskaldunes, decadencia del Reino de Navarra
A su muerte en 1035, legó el reino de Navarra a su primogénito García Sánchez III, el
condado de Castilla a Fernando, el de Aragón a Ramiro I y los de Ribagorza-Sobrarbe a
Gonzalo.
La repartición del reino tras la muerte de Sancho Garcés III el Mayor entre sus cuatro
hijos, yendo en contra de la ley vascona de sucesión, dio lugar al surgimiento de los
reinos de Castilla y Aragón. Comenzando con ello la decadencia del Reino de Navarra y
fin de la unidad política de la población vascoparlante. Estos reinos al seguir su expansión
hacia el sur en la reconquista, fueron aumentando más y más su población latina. Debido
a ello, poco a poco el euskara, que era la lengua mayoritaría en esos reinos y lengua
materna de los primeros reyes de Castilla y Aragón, fue perdiendo peso y
desapareciendo. Por otro lado, en aquellas épocas, el euskara, fue considerado por el
cristianismo, como una lengua bárbara y pagana. Lengua y cultura latinas eran sinónimos
de cristiandad, dado que la mayor parte de la población euskaldun era pagana. A medida
que avanzaba las lenguas y culturas latinas, avanzaba el cristianismo. Hasta que ya en el
siglo XIV, el euskara, fue considerado como algo exógeno y propio solamente, del Reino
de Navarra. Dando lugar a los primeros decretos de prohibición del euskara, tanto en
Castilla como en Aragón. Uno de ellos lo podemos encontrar en las ordenanzas
municipales de la ciudad de Huesca de 1349, en el que se señala lo siguiente:
"Item nuyl corredor nonsia usado que faga mercaderia ninguna que compre nin venda
entre ningunas personas, faulando en algaravia nin en abraych nin en basquenç: et qui lo
fara pague por coto XXX sol"
Prohibiéndose de esta manera el uso del árabe (algaravia), del hebreo (abraych) y del
euskara (basquenç) en el mercado de Huesca bajo multa de 30 soles (moneda de oro
aragonesa) y obligándo por tanto a las comunidades árabe, hebrea y vasca de la ciudad,
a hablar unicamente en romance. Es muy significativo que en la Edad Media a partir del
siglo XIV, tanto en Castilla como en Aragón se prohibiera lo judío, lo árabe y lo éuscaro,
ya que representaban la religión hebrea, la islámica y la antigua religión pagana de Mari,
que era la que procesaban mayoritariamente los euskaldunes. Para más información
sobre la antigua religión vasca visitar
. Hay que decir también, que en
las juderías, tanto en Tudela como en Huesca, celebraban actos culturales en los que se
utilizaba el hebreo. Los comerciantes hebreos entre ellos, para no ser entendidos, tenían
la costumbre de intercambiar palabras en este idioma que hacía incomprensible su
entendimiento por personas que no fueran de dicha etnia. Los vascoparlantes de la
ciudad de Huesca, eran aldeanos de los pueblos circundantes que iban a nucleos urbanos
a comerciar con sus viandas o gente vascófona establecida en las ciudades en las que el
romance era mayoritario, mientras que la comunidad árabe descendía de los árabes
asentados en Huesca durante la pertenencia de esta ciudad al Islam.
Pérdida del Reino de Navarra de las Vascongadas e Iparralde
En 1193, el vizconde de Lapurdi Guillermo Raimundo cede sus derechos señoriales al rey
de Inglaterra, Enrique Plantagenet, convertido ya en duque de Aquitania gracias a su
matrimonio con Leonor de Aquitania.
En el siglo XIII, el Reino de Castilla, en aras a poseer los puertos vascos del Cantábrico
para poder dar salida a los productos de la meseta y poder comerciar de esta forma con
Brujas (Flandes), aprovechó la debilidad política y económica del Reino de Navarra. Un
reino, que no pudo seguir expandiéndonse hacia el sur en la reconquista, al haber
quedado encorsetado entre los reinos de Castilla y Aragón, y que del mismo modo, era
incapaz de poner fin, a las guerras civiles entre fracciones banderizas que se disputaban
el control de las tres regiones vascongadas y de Navarra durante gran parte de la Edad
Media. El Reino de Navarra, en su decadencia política y económica, era incapaz de poner
orden en sus territorios, Castilla, viendo esta decadencia, se aprovechó de estas
rivalidades apoyando según en qué región a uno u otro bando. Con unas contrapartidas
políticas que conllevaban la separación de estas regiones del Reino de Navarra y
posterior pertenencia de éstas a Castilla. La unidad de Bizkaia y de Gipuzkoa al Reino de
Castilla se debió más a los intereses de las fracciones imperantes en cada uno de los
territorios, que al interés general de la población de cada una de las regiones
vascongadas.
Región
Fracción
Sede de la Fracción
Oñacinos
Mendiotza
Araba
Gamboínos
Gebara
Bizkaia
Oñacinos
Muxika-Butroe
Gamboínos
Abendaño
Oñacinos
Lazkao
Gipuzkoa
Gamboínos
Olaso
Viana
Beaumonteses
Lerin
Peralta
Nafarroa
Agramonteses
Tudela
También hay que tener en cuenta que no existía una conciencia nacional navarra o vasca
que conllevase un sentimiento de unidad a Navarra. Existía por el contrario, un fuerte
arraigo del Señorío como entidad política de cada una de las regiones y una fuerte
identidad alavesa, guipuzcoana y vizcaína.
Por otro lado la unión a Castilla no resultaba nada traumática desde el punto de vista
lingüístico, cultural y social, dado que en la parte norte de Castilla se hablaba euskara [en
el año 1200 los reyes de Castilla daban fuero a los ciudadanos de Ojacastro (La Rioja)
para poder utilizar el euskara en las diferentes instituciones castellanas, todos los juicios
se realizaban en euskara].
Gipuzkoa, como contrapartida por el apoyo castellano al bando que consiguió la
supremacia en el territorio, tuvo que aceptar como señor al rey de Castilla en el 1200.
Mientras que en 1224, Bizkaia se independiza de Navarra.
El caso de Alava fue diferente ya que fue conquistada por Castilla en el 1200. Como
Gipuzkoa pertenecía ya a dicho reino, era necesario que Alava también formase parte,
sino no hubiese habido forma alguna de llegar desde Castilla hasta Gipuzkoa por vía
terrestre. Después de diferentes vicisitudes, en 1332, Alava se ve forzada a aceptar como
señor al rey de Castilla después de 132 años de ocupación castellana.
El señor de Bizkaia en 1379, Juan de Haro, se convierte en rey de Castilla. Bizkaia unida
a título personal, conserva su soberanía, como lo demuestra el juramento ritualmente
prestado en Gernika por los reyes de Castilla y de Bizkaia.
Todas las regiones vascongadas obtuvieron unos fueros sin los cuales hubiese sido
imposible su pertenencia a Castilla. Este reino supo entender (frente al centralismo
navarro) el fuerte arraigo de la identidad alavesa, guipuzcoana y vizcaína, dotándoles de
unos fueros para que se pudiesen autogobernar dentro del Reino de Castilla.
En 1234, las dinastías vasconas de Navarra mueren con Sancho el Fuerte, la corona pasa
a manos de Thibault de la familia Champagne.
En 1307, el vizconde Auger cede sus derechos de Zuberoa al rey de Inglaterra y se retira
a Navarra.
En 1449, Gaston de Foix, a las órdenes de Francia, ocupa Zuberoa que se encontraba
bajo la autoridad inglesa. En 1450, por el tratado de Aiherre, Lapurdi se pone bajo la
autoridad del rey de Francia a cambio del respeto a sus instituciones forales. En 1451,
Francia conquista Baiona. Se celebra una entrevista entre Luis XI de Francia y Enrique IV
de Castilla en 1463, quienes proyectan el reparto de Navarra. En 1483, Catalina de Foix,
de la familia Béarn, hereda el reino de Navarra.
Conquista española del Reino de Navarra
Tras la muerte de Carlos III en el año 1425, Navarra se vio sumida en una profunda crisis
institucional ocasionada también por el enfrentamiento entre las facciones en litigio que se
disputaban el control del reino. En el siglo XVI, sólo quedaba del Reino de Navarra, la Alta
Navarra (perteneciente actualmente a España) y la Baja Navarra (hoy en día
perteneciente a Francia). Navarra estaba en estado de preguerra civil entre
Beaumonteses, en el norte y mitad de Navarra (vascoparlantes) y Agramonteses en el
sur, en la ribera del Ebro (hablantes de dialecto navarro-aragonés del castellano).
Los agramonteses llamaron a Fernando el Católico de Aragón para que conquistara
Navarra, dado que los beaumonteses (vascoparlantes) se negaban a que pudiesen
gobernar en el Reino de Navarra, gente que desconocía la linguæ navarrorum (3) y las
costumbres y leyes vasconas (4). Fernando el Católico de Aragón, accedió a la llamada
de los agramonteses, y comenzó su conquista por el sur poniendo al mando de sus tropas
al duque de Alba. Tomó por fin Pamplona, Donibane Garazi (Saint-Jean-Pied-de-Port) y
Navarra entera en 1512 ayudado por los castellanoparlantes del sur de Navarra,
aglutinados en el bando agramontés y también por vascongados vascoparlantes, en su
mayoría guipuzcoanos, entre los que se encontraba San Ignacio de Loiola, pertenecientes
ya al Reino de Castilla desde los siglos XIII - XIV.
En 1515 las Cortes de Castilla, celebradas en Burgos, incorporaron la corona de Navarra
a la del trono castellano. Se reconoció que cada una de las dos monarquías mantendría
las peculiaridades en sus leyes, territorio y gobierno y que Navarra era un reino
diferenciado de las demás monarquías españolas, en cuanto a su territorio, jurisdicción,
juicios y gobierno. La incorporación significaría además, una unión de iguales entre dos
reinos, con un reconocimiento expreso de los fueros y leyes navarros. La última
resistencia a la invasión española se encuentra en Amaiur (Maia) en 1522.
(3) "Linguæ Vasconum Linguæ Navarrorum est", la lengua vascona es la lengua de los
navarros, Sancho el Sabio, rey de Navarra (año 1167).
(4) Si bien, en el caso de los hablantes de lengua navarra romance, su lengua se utilizo
en los documentos oficiales del reino. Los hablantes de lengua latina, que en general,
habitaron Navarra, no se les daba la posibilidad de formar parte de las instituciones más
relevantes, en parte, porque según la antigua costumbre vascona, todo aquel que no
hablase en euskara no era navarro, sino erdaldun (extranjero). Como se puede comprobar
en los escritos medievales del Reino de Navarra, las palabras vasco o vascón y navarro
se utilizaban indistintamente. Para los antiguos navarros significaban lo mismo,
obviamente, porque el reino navarro fue construido por los vascones, origen de la lengua
y cultura vascas. Entendiéndose la palabra navarro al igual que la palabra vasco o
vascón, como la capacidad de una persona de hablar en euskara. Por otro lado, se
llevaba esta política con los hablantes de lengua latina, en represalia por los intentos de
borrar todo pasado navarro en tierras de Castilla y Aragón (5) y por el afan de unos y
otros de fagocitar lo que quedaba del Reino de Navarra.
(5) En referencia, a las políticas de prohibiciones del euskara llevadas a cabo por
castellanos y aragoneses, con el objeto de hacer desaparecer todo vestigio navarro en
sus reinos. Aunque contra viento y marea, en el siglo XVI, todavía había pueblos de La
Rioja donde se seguía hablando en euskara. Por otro lado en Aragon, en el siglo XVIII, en
las provincias de Huesca y de Zaragoza, en algunos pueblos se continuaba hablando la
linguæ navarrorum. Aunque actualmente, tanto en La Rioja como en Aragón está
completamente desaparecida.
El rey de Navarra en 1530, vuelve a ocupar la Baja Navarra, abandonada por Carlos I de
España. En 1589, Enrique III de Navarra se convierte en « Rey de Navarra y de Francia »
bajo el nombre de Enrique IV.
Por un edicto de unión en 1620, Luis XIII, rey de Navarra y de Francia, une Navarra a la
corona francesa, aunque el acto no es reconocido por los navarros quienes tienen sus
mandatarios en Pabe (Pau). En 1631, Bizkaia aprovechando el levantamiento de
catalanes y portugueses por su independencia de España, intenta también
independizarse; aunque la rebelión es sofocada por el ejército español, tanto en
Catalunya como en Bizkaia, si bien Portugal, consigue independizarse. Por el tratado de
los Pirineos en 1659, Luis XIV renuncia a sus derechos legítimos sobre la Navarra
meridional, todavía ocupada por los españoles. En 1661, se ejecuta a Bernard de
Goihenetxe, llamado Matalaz, jefe de la rebuelta de Zuberoa en contra de la autoridad
francesa.
Por el Tratado de Elizondo en 1765, los reyes de España y de Francia fijan la frontera de
sus reinos en territorio pirenaico navarro, el tratado no se aplicará, a causa de la protesta
de navarros del norte y del sur. En 1789, la revolución francesa, suprime las instituciones
forales de Zuberoa y de Lapurdi, y se anexiona la Baja Navarra, quien no ha querido
participar en las reuniones parlamentarias en Versalles. En 1790, se crea el departamento
de Bajos-Pirineos (Pirineos atlánticos) que niega identidad propia a los vascos
continentales.
Las Guerras Carlistas
Primera guerra carlista (1833 - 1839), donde participan parte de los vascos sureños
apoyando a los carlistas, no por causas dinásticas, sino por defender la no desaparición
de las instituciones vascas establecidas en los fueros. En 1839, los carlistas son
derrotados. Se celebra la convención de Bergara, que trae consigo la pérdida de los
regímenes forales de Alava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra. En 1841, se transfiere la
aduana española del Ebro al Bidasoa. Comienza en 1845, el éxodo masivo de vascos a
America del sur, que ya había comenzado el siglo anterior para huir de las hambrunas.
Gran parte de la población vascoparlante de Navarra emigró a América, lo que hizo que el
euskara que seguía siendo la lengua mayoritaria de los navarros, fuese perdiendo terreno
a marchas forzadas, mientras que el castellano, otrora lengua propia solamente de la
ribera del Ebro en el sur de Navarra y de la mitad este (romanzado), se fue extendiendo
hacia la mitad y norte de la región.
Se comienza a implantar en Vizcaya una industria siderúrgica moderna, que
posteriormente haría de ésta, una tierra de inmigración y no de emigración. A la que
comenzaron a llegar miles de personas provenientes de diferentes partes de España. De
la situación precaria y de explotación que los trabajadores tuvieron que sufrir en la mina y
siderurgia vizcaínas de la margen izquierda del río Nervión, surgiría uno de los primeros
lugares en los que se afianzó con más fuerza una nueva ideología, el socialismo.
Defendiendo el derecho de los trabajadores a una vida digna.
En 1856, se celebra una convención franco-española, para aplicar la fijación de la frontera
compartiendo Navarra.
Segunda guerra carlista (1872 - 1876), en la que las aspiraciones vascas de recuperar la
soberanía se ven truncadas por la derrota de las tropas carlistas, lo que ocasiona el
reforzamiento del centralismo español y pérdida definitiva de los regímenes forales.
Pérdida de las Instituciones Forales, surgimiento del Nacionalismo e
Independentismo vasco
Fruto de la humillación que supuso para ciertos sectores foralistas la pérdida de unas
instituciones seculares, a través de las cuales se había conseguido con mayor o peor
fortuna integrar la realidad vasca en Castilla y posteriormente en España. Comenzó a
surgir entre estos sectores, en gran medida de Bizkaia, el independentismo vizcaíno, con
Sabino Arana a la cabeza. Sabino Arana, era al comienzo un independentista vizcaíno (6),
ya que según él, al abolirse los fueros después de perder las guerras carlistas, la corona
española había roto el pacto de integración de los vizcaínos en Castilla y posteriormente
en España, por lo que los vizcaínos dejaban de ser españoles. Por eso a los militantes del
Partido Nacionalista Vasco se les sigue llamando todavía bizkaitarras (vizcaínos). Aunque
rapidamente, esta ideología independentista vizcaína, se mezcló con las corrientes
románticas de finales del siglo pasado: una lengua, un pueblo, una nación. Dando lugar al
nacionalismo vasco y posterior fundación por parte de Sabino Arana del Partido
Nacionalista Vasco en 1895. LLamando a la nación en la que viven los vascos Euzkadi
(7).
(6) La ikurriña o bandera vasca, al comienzo, fue diseñada por Sabino Arana como
bandera independentista de Bizkaia. El fondo rojo de la bandera corresponde con el color
rojo de la bandera vizcaína (la sangre de los vizcaínos). La cruz blanca simboliza la
cristiandad de los vizcaínos y el aspa verde (la cruz de San Andrés) simboliza la
independencia de Bizkaia, dado que en un día de San Andres del año 870, Bizkaia se
independizó del Reino de León. Aunque al evolucionar el independentismo vizcaíno al
vasco del PNV, se tomó la ikurriña como bandera independentista de la Euzkadi de las
seis regiones forales de Euskal Herria soñada por Sabino Arana.
(7) Euzkadi, neologismo inventado por Sabino Arana que consideraba, que la forma
Euskal Herria (pueblo capaz de hablar euskara, que es la manera en la que han llamado
los vascoparlantes a su tierra desde la época visigótica, independientemente, del territorio
al que pertenezcan), no era apropiada para designar a la nación vasca y entonces inventó
la palabra Euzkadi que significa: tierra de los vascos. El hecho de escribirlo con z, viene
de que Sabino Arana consideraba que la raíz eusk- (vasco) se debía escribir con z (euzk-)
por que era una contracción de la palabra e(g)uzk(iko) [del sol] y basaba esta etimología,
en que los antiguos vascos adoraban a la diosa Mari tambien conocida como Maia o Ama-
Lur (madre tierra), cuyo símbolo cósmico era el sol, y su representación gráfica, el disco
solar llamado lauburu (laubúru, tetracéfalo, éste símbolo lo puede observar al comienzo
de la página web en la que usted se encuentra, a la izquierda y a la derecha del título).
Y como eguzki (egúski, sol) se pronuncia con z, pues Euzkadi, según él, también debía de
escribirse con z. Pero como actualmente, en todos los dialectos, la raíz eusk- que da lugar
a términos como euskara, Euskal Herria, euskaldun, se pronuncia con ese, la Real
Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia, considera que la forma correcta de escribir
todos los derivados de eusk- es con ese y no con zeta. Por lo que Euskadi se debe
escribir con s. Aunque algunos peneuvistas por seguir la tradición de su fundador en
ocasiones lo siguen escribiendo con zeta. Para conocer cómo era la antigua religión
vasca visitar la página
El Régimen Franquista
Después de varios intentos a lo largo del siglo XX, de configurar un estatuto de autonomía
en principio para las cuatro regiones vascoparlantes del sur y después para las tres
regiones vascongadas. Esta cristalizó por fin en las tierras no conquistadas por el ejército
de Franco (principalmente Bizkaia, con Bilbao como capital de Euskadi). En 1936, José
Antonio Agirre, forma el primer Gobierno Vasco y es primer Lehendakari de Euskadi en
plena guerra civil española. El lunes, 26 de Abril de 1937, se lleva a cabo el bombardeo
de Gernika por la aviación nazi a petición de Franco. Más, como ataque a un sentimiento
(el árbol de Gernika es símbolo de las libertades vascas), que por ser Gernika un enclave
estratégico. El lehendakari Agirre declara unilateralmente el estado vasco independiente.
Días después, finaliza el Estado de Euskadi por la victoria militar del Franquismo. Franco
declara a Bizkaia y Gipuzkoa provincias traidoras. Hay más de 50.000 muertos y 200.000
exiliados vascos. Dando comienzo a una etapa en la que la población vascoparlante
durante cuarenta años vive sometida a la prohibición de su lengua, de su cultura, y de la
enseñanza en lengua vasca en las ikastolas (escuelas en las que se imparten las
materias en euskara), condenando al analfabetismo en su lengua materna a toda la
población euskaldun, que deberá aprender y vivir rapidamente, en una lengua y una
cultura castellanas, que solamente habían existido en las ciudades vascas, sur de Alava y
sur de Navarra, pero que en el resto se desconocían completamente. Todos los libros
escritos en euskara y las ikastolas (escuelas) fueron quemados, y se dio castigos
ejemplarizantes a parte de la población vascoparlante para que el aprendizaje del
castellano fuera más rápido. Quedando libres de esta represión cultural, los vascos de las
ciudades, sur de Alava y los navarros sureños para los cuales el franquismo al ser
castellanoparlantes, fue similar al del resto de los españoles. El régimen franquista
acarreó la pérdida del sentimiento de españolidad de gran parte de la población vasca, lo
que hizo arraigar el nacionalismo vasco y el independentismo, unos sentimientos que eran
minoritarios antes de la llegada de Franco.
En 1959, nace ETA, Euskadi Ta Askatasuna (euskádi ta askatásuná, Euskadi y la
libertad), organización armada que surgió para luchar contra el franquismo y que después
de la llegada de la democracia permanece utilizando la violencia para conseguir sus fines
políticos al margen de vías democráticas, unos fines políticos entre los que está la
consecución del derecho de autodeterminación, ejercitar este derecho y conseguir la
independencia del País Vasco, su unidad territorial y posterior establecimiento de un
estado socialista vasco. Utiliza la extorsión a empresarios para su financiación, el
asesinato de miembros de los principales partidos políticos españoles (incluyendo a los
vascos-navarros no afines a sus postulados), de las Fuerzas de Seguridad del Estado y
del Ejército, así como la coacción, para imponer un cambio en la constitución española
que posibilite la introducción del derecho de autodeterminación en esta carta magna.
Tema que, política y jurídicamente, es perfectamente posible a tenor de la propia
Constitución sin quebrarla, a través del Derecho Internacional encuadrado dentro de la
misma en su articulado, que obliga a una determinada forma de interpretar el propio
contenido de la Constitución, como demuestra por ejemplo, entre muchos otros, el
catedrático de Derecho Constitucional de la “Universität Literaria de València-(Estudi
General)”, y catedrático Jean Monett Don Roberto Viciano, entre muchos otros autores.
Ahora bien, como todo texto constitucional, su reforma precisa de mayorías especiales,
referéndum, etc., y por pura lógica, y acuerdo de la práctica totalidad de los partidos
políticos no violentos y democráticos, que se planteara no sólo en un clima de estabilidad,
paz y respeto para todas las opiniones (lo que si con el franquismo no se daba, y no
existía el marco político-jurídico adecuado, desde la aparición de ETA, y tras acabar el
franquismo, sus crímenes y el uso de la violencia de sus seguidores, no permite que se dé
el marco político-social de libertad y ausencia de temor que permitiera el planteamiento y
puesta en práctica de una consulta previa a los habitantes de Heuskal Herria, que
permitiera poner en marcha, o no, la iniciativa político-constitucional, en su caso,
adecuada, acorde con el resultado de dicha consulta), sino, además, lógica y parece a
todas luces que inevitablemente, tras un período de tiempo de sosiego y “normalización”
durante algunos años, que previamente hiciera realidad la expresión sin temor en Heuskal
Herria de cualquier idea o posicionamiento político no violento, respetando de partida el
marco jurídico legal común,
LLegada de la Democracia, Estatutos de Gernika y Ley del Amejoramiento
Foral Navarro
Muerto el general Franco en 1975 e instaurada la democracia, después de diferentes
vicisitudes entre los partidos de Vascongadas y Navarra, a la hora de consensuar un
estatuto unitario para Alava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra; y aunque en la transición la
fuerza mayoritaria en Navarra, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), era partidaria
de la unión de Navarra y Vascongadas en una única comunidad autónoma (de hecho, el
partido socialista en Navarra se llamaba igual que en Vascongadas, Partido Socialista de
Euskadi). Dada la negativa radical de una minoría representada en aquella época por la
derecha de Navarra a estar unidos a las regiones vascongadas, el PSOE, se vio forzado a
plegarse a las exigencias, con el objeto de no poner en peligro la complicada transición a
la democracia en España, por un tema tan espinoso como el de la unidad política de la
población vascoparlante. De esta manera, la comunidad autónoma vasco-navarra con
capital en Pamplona se hizo imposible, surgiendo dos estatutos, el de Gernika, que
aglutina a las regiones vascongadas y la Ley del Amejoramiento Foral Navarro, que
engloba solamente a la región de Navarra.
Mientras en Vascongadas se hizo un referéndum en el que el Estatuto de Gernika fue
aprobado mayoritariamente por la ciudadanía vascongada. En Navarra por el contrario, no
hubo ningún referéndum para aprobar su autogobierno. Intentando evitar de esta manera,
el debate suscitado en la sociedad navarra para una posible integración junto con las
demás regiones sureñas de cultura éuscara en una misma entidad política vasco-navarra.
El autogobierno navarro, por lo tanto, surgió del aumento del techo competencial de la
Diputación Navarra, ya existente en la época franquista, a través de la Ley del
Amejoramiento Foral Navarro.
En las décadas de los setenta y ochenta se genera la guerra sucia para luchar al margen
de la democracia y del estado de derecho contra ETA. Estas organizaciones fueron
principalmente el Batallón Vasco-Español (creado en los gobiernos de la UCD) y los
Grupos Antiterroristas de Liberación, GAL (creados en los gobiernos del PSOE). Unas
organizaciones que asesinaban a miembros de Herri Batasuna (brazo político de ETA) y
activistas o refugiados de ETA que se encontraban en el País Vasco-Francés o Iparralde.
Unas organizaciones armadas integradas por mercenarios y miembros de las Fuerzas de
Seguridad del Estado español [Guardia Civil, Policía Nacional y Servicio de Inteligencia
español (CSID)], que se financiaban a través de los fondos reservados del Ministerio del
Interior. Miembros de las fuerzas de seguridad francesas colaboraron activamente en la
guerra sucia contra ETA, con el objetivo de que la violencia independentista no se
extendiera al territorio vasco perteneciente a Francia (Iparralde).
Se da comienzo a la dispersión de los presos de ETA por cárceles españolas,
dispersándolos a miles de kilómetros del País Vasco, yendo en contra del tenor literal de
la legalidad vigente, a través de la cual el reo debe cumplir su condena cerca de sus
familiares, interpretándola, y reformando posteriormente la Ley, para adecuarla a la
realidad, de forma que se evite el mantenimiento de actuaciones delictivas en las
prisiones y de actitudes contrarias a las ideas de “arrepentimiento” y reinserción; dado el
número de detenidos y la presión a que les somete el círculo de personas coincidentes
con las ideas y métodos de ETA. Así, el gobierno español toma esta resolución, con el
objeto de alejarles de las presiones del núcleo duro de la organización, que posibilite que
los activistas de ETA renuncien a la lucha armada y se reinserten en la sociedad. Esta
dispersión de los presos, no solamente podría ir, o va, en contra de la legalidad española
y europea, sino que acarrea que se dificulte, “o castigue”, a los familiares de los
encarcelados, que deben de recorrer miles de kilómetros para poder estar con su familiar
durante un breve lapso de tiempo. Pudiéndose discutir si ello es realmente necesario,
recomendable, o estrictamente legal, o no. Lo que resulta a todas luces innegable, es que
por otra parte, para todos los muertos, asesinados, víctimas directas, por parte de ETA y
de la presión de sus grupos acólitos, esa posible discusión sobre si hubo o no derecho, si
es legal o no, necesario o recomendable, o de un obstáculo o “castigo” a sus seres
queridos, no existe. Ni los muertos ni sus familiares tienen la fortuna y el privilegio que por
el contrario los presos de ETA y sus familiares disfrutan: Estar vivos y con expectativas de
verse, relacionarse, libertad, etc. Pudiéndose además argumentar, que los presos no
están en prisión ni por su forma de pensar, ni por ser independentistas, ni por desear y
trabajar por un Estado Vasco (que incorpore todos los territorios que ellos consideran) y
socialista (de acuerdo a lo que “ellos” consideren ser “socialista”). Sino por delinquir para
ello, matando y coaccionando indiscriminadamente, y sin respetar prácticamente en
absoluto a las personas que no piensan como ellos. Situándose no sólo al margen del
Ordenamiento Jurídico español (que incluye el Derecho Internacional y, especialmente, el
referente a los Derechos Humanos y de los Pueblos), sino intentando estar
dictatorialmente por encima de cualquier otra Autoridad, partido, Estado o representación
política.
Si bien en la actualidad persisten denuncias de torturas en comisaria a miembros de ETA,
algunas de las cuales resultan desgraciadamente verídicas, y episodios aislados no
esclarecidos de posible guerra sucia. Afortunadamente, tanto el Batallón Vasco-Español
como el GAL dejaron de actuar hace muchos años, por el contrario ETA, sigue actuando,
negándose a escuchar a la gran mayoría de la población vasca que quiere vivir en paz y
conseguir sus objetivos políticos sean del tipo que sean, utilizando exclusivamente vías
pacíficas y democráticas. Quizá el mayor error que hemos cometido las fuerzas políticas
vascas, tanto política como moral y éticamente, ha sido la insuficiente e inadecuada crítica
radical y absoluta a la violencia, y la falta del suficiente respaldo, acompañamiento y
acogimiento sentimental y socio-político, a las víctimas de ETA y su entorno. Podemos
discutir todo lo que deseamos sobre ello, sobre la necesidad de acercar y de convencer a
los violentos para que abandonen esos métodos. Sobre el pretendido conservadurismo,
españolismo trasnochado y / o antidemocrático, etc., de las víctimas de ETA, pero, en
definitiva, los que fría, organizada, dogmática, antidemocrática y egoístamente siguen
matando y coaccionando, provocando su persecución policial, son ETA y su entorno. Y no
es posible colocar, ética, moral, social ni políticamente, al mismo nivel al verdugo y a la
víctima, ni se puede perdonar sin que se pida perdón. Todo ello sin tener que renunciar a
las ideas que cualquiera pueda tener.
Comunidad Foral de Navarra - Nafarroako Foru Erkidegoa
Comunidad autónoma uniregional que aglutina los habitantes de la Alta Navarra (España),
con capital en Pamplona - Iruñea. En esta ciudad, reside el Presidente del Gobierno Foral
de Navarra, así como el Parlamento de Navarra y todas las instituciones de la comunidad.
Iruñea (irúñe-á, forma éuscara correcta).
Iruña (irúña, forma éuscara coloquial incorrecta)
Pamplona (forma castellana)
Al contrario que en Euskadi, donde el euskara y el castellano son cooficiales en todo el
territorio. En la Comunidad Foral de Navarra, por el contrario, está divida lingüisticamente
en dos zonas. La zona vascoparlante, al norte de la comunidad, donde son cooficiales
tanto el euskara como el castellano y la zona sur (mitad y sur de Navarra), donde
solamente es oficial el castellano.
Aunque el euskara va in crescendo en la Comunidad Autónoma Vasca, en Navarra, por el
contrario, se ha conseguido que la pérdida del euskara se estanque. La recuperación del
euskara en Navarra no ha sido tan espectacular, basicamente, porque el euskara no es
oficial en todo el territorio.
Si bien hasta ahora se ha conseguido que la pérdida del euskara en Navarra se estanque,
a través de la nueva ley del vascuence votada por UPN (PP) y PSN (PSOE) en el
parlamento navarro, conllevará una vez más, la pérdida progresiva de este idioma. Dado
que, principalmente, UPN (PP), fuerza mayoritaria en Navarra, no considera importante
para los navarros su uso y su recuperación. Esta nueva ley ha anulado la zona mixta
(zona central de Navarra) que aglutinaba a la mayor parte de la población navarra
(Pamplona y diversos municipios), en la que el euskara era cooficial junto con el
castellano. Ahora en esta zona solamente es oficial el castellano, ya que la zona mixta ha
sido añadida a la zona castellanoparlante del sur de Navarra, donde unicamente es oficial
el castellano. Mientras que el vascuence a partir de ahora, solamente será oficial en la
zona norte de Navarra, donde el número de vascoparlantes es más numeroso. Dando
cumplimiento a este ley se han retirado de la antigua zona mixta los rótulos viarios y de
instituciones públicas que antes estaban escritos en bilingüe (castellano y euskara), para
ponerlos unicamente en castellano y la población vascoparlante de esta zona no tendrá
derecho a ser atendida en vasco en su ayuntamiento o en cualquier institución, ni tendrá a
partir de ahora derecho a la educación gratuita en euskara.
La linguæ navarrorum, es hablada por el 10.9% de la población navarra, un 7.4% la
entiende pero no la habla, mientras que el 81.7% de la población es monolingüe
castellanoparlante. Si bien paulatinamente, se está rompiendo esta dinámica de pérdida
del euskara. Actualmente, más de la mitad de los padres navarros han elegido libremente
que sus hijos estudien todas las asignaturas en linguæ navarrorum o tengan la asignatura
de esta lengua. Aunque ahora después de anular la zona mixta que a partir de ahora será
solamente castellanoparlante, nadie conoce cual podrá ser el futuro del euskara en la
tierra que lo vio nacer.
COMUNIDAD AUTONOMA DE EUSKADI: ALAVA, GUIPUZCOA Y VIZCAYA:
Información e historia del entramado institucional vascongado. Porcentajes del euskara en
toda la comunidad.
Alava, historia, dialectos y porcentajes de vascoparlantes.
Guipúzcoa, historia, dialectos y porcentajes de vascoparlantes.
Vizcaya, historia, dialectos y porcentajes de vascoparlantes.
EUSKADI
Euskal Autonomi Erkidegoa (éuskal autónomi erkídego-á, Comunidad Autónoma Vasca) o
Euskadi: está integrada por las regiones forales o territorios históricos de Araba, Bizkaia y
Gipuzkoa. Con capital en Vitoria-Gasteiz, donde reside, el Lehendakari (leendakári,
presidente) del Gobierno Vasco o Eusko Jaurlaritza (éusko yaurláritsá), así como el
Parlamento Vasco o Eusko Legebiltzarra (éusko leguébiltsarrá) y las principales
instituciones comunes de las tres regiones vascongadas.
Euskadi, en la práctica, funciona como una confederación de comunidades forales. Cada
región posee 25 diputados en el Parlamento Vasco, independientemente, del número de
habitantes de cada una de ellas [por ejemplo, Bizkaia (1.100.000 h) quintuplica casi en
población a Araba (272.000 h), por lo que el voto de un alavés en el Parlamento Vasco,
vale casi cinco veces más, que el de un vizcaíno].
Cada región foral, que tiene identidad propia desde la Edad Media, posee desde aquella
época (con periplos de prohibición o disminución de autogobierno a lo largo de la historia)
un parlamento o Batzar Nagusiak (batsár nagúsi-ák, Juntas Generales) y un presidente o
Aldun Nagusia (aldún nagúsi-á, Diputado General). Cada regíon foral posee gran
autonomía y poder de decisión. Así como el derecho de separarse o unirse a Euskadi
cuando lo juzgue oportuno. El Gobierno Vasco coordina los tres territorios históricos. El
26.4% de la población de Euskadi es vascoparlante, el 16.2% lo entiende pero no lo habla
y el 57.4% es monolingüe castellanoparlante.
Araba
Araba (arába): Alava. Habitada en el pasado por las tribus autrigona, caristia, várdula y
vascona. Surgió en la Edad Media, del mestizaje de todas ellas, así como de los latinos
que comenzaron a habitarla al sur de ella. Hoy en día solamente se conserva, al norte de
la región alavesa, el habla de dos de las cuatro tribus vascas que la habitaron, el habla de
los autrigones y caristios, denominado actualmente dialecto vizcaíno. En la zona media se
habla castellano, y en la zona sur, concretamente en La Rioja-Alavesa, se habla el
dialecto navarro-aragonés del castellano. El euskara, lo habla el 8.6% de la población, un
16.8% lo entiende pero no lo habla y el 74.6% es monolingüe castellanoparlante. La
capital de Alava es:
Gasteiz (gastéis, forma éuscara)
Vitoria (forma castellana)
Bizkaia
Bizkaia (biskái-a): Vizcaya. Antigua Caristia y Autrigonia preromanas, parte de sus
habitantes siguen hablando la lengua que surgió del mestizaje de caristios, autrigones y
vascones, que no es otro que el dialecto vizcaíno del euskara. De la margen izquierda del
río Nervión en Bilbao, hasta el río Asón de Cantabria al oeste y al sur hasta parte de
Burgos y Alava, estaba la tribu de los autrigones, que poseía una lengua éuscara muy
similar a la de sus vecinos caristios, que se extendían desde la margen derecha del río
Nervión hasta el río Deba en Gipuzkoa (a 13 Km de la frontera vizcaíno-guipuzcona
actual) y al sur hasta gran parte de Alava. El mestizaje y cimentación de estos pueblos dio
lugar en la Edad Media al territorio histórico de Bizkaia. El vizcaíno, se diferencia de los
demás dialectos vascos, por su gran arcaísmo. Los antiguos autrigones y caristios fueron
los que más contacto tuvieron con los romanos, por lo que, el habla vasca de los
vizcaínos y de los alaveses, posee gran cantidad de palabras latinas, que se han
conservado hasta nuestros días. Por ejemplo, el término vizcaíno Berba (palabra) deriva
del acusativo del término latino Verbum (palabra; acusativo: verbam). Se habla castellano
principalmente en las zonas urbanas e industriales. En Bizkaia son vascoparlantes el
19.0% de la población y un 17.0% entiende euskara pero no lo habla, el porcentaje de
monolingües castellanoparlantes es del 63.9%. La capital de Vizcaya es:
Bilbao (bilbáo, forma éuscara correcta)
Bilbo (bílbo, forma éuscara coloquial, muy extendida)
Bilbao (forma castellana)
Gipuzkoa
Gipuzkoa (guipúsko-á): Guipúzcoa. Cuna de la tribu várdula preromana y de su habla, el
várdulo. A través del mestizaje de vascones y várdulos en el siglo V d.C surgiría el actual
dialecto guipuzcoano del euskara. Gran parte de los habitantes de Vardulia, dieron lugar
en la Edad Media al territorio histórico de Gipuzkoa, aunque los várdulos también se
extendían por Navarra y Alava, como así lo atestigua que en parte de Navarra se siga
hablando el dialecto guipuzcoano. El guipuzcoano (várdulo), es un dialecto puente entre el
vizcaíno (caristio-autrigón) y el navarro (vascón). Aunque posee más similitudes con el
navarro. Es la región más vascoparlante de todas, el castellano se habla principalmente
en la capital y zonas industriales. El 46.1% de la población guipuzcoana habla euskara, el
14.6% lo entiende pero no lo habla y el 39.3% es monolingüe castellanoparlante. La
capital de Guipúzcoa es:
Donostia (donósti-á, forma éuscara correcta)
Donosti (donósti, forma coloquial incorrecta)
San Sebastián (forma castellana)
IPARRALDE: LAPURDI, NAFARROA BEHEREA Y ZUBEROA
Información e historia del entramado institucional vasco-francés. Porcentajes del euskara
en toda la región.
Lapurdi, historia y dialectos.
Nafarroa Beherea, historia y dialectos.
Zuberoa, historia y dialectos.
IPARRALDE
Es el País Vasco Continental, también llamado País Vasco-Francés. Está integrado por
tres regiones: Lapurdi, Behe Nafarroa y Zuberoa. Ya en el siglo XVIII, la Revolución
Francesa acabó con los instituciones forales de las regiones vascas continentales y hoy
es el día, que no poseen una entidad política propia.
El País Vasco, no existe en el mapa de Francia. Pertenece junto al Bearn, al
Departamento de Pirineos Atlánticos y éste a su vez, a la región de Aquitania. El euskara,
no es cooficial junto con el francés, legalmente no existe.
En un referendum no vinculante realizado recientemente en las tres regiones de Iparralde,
la población vasco-francesa se muestra mayoritariamente a favor de un Departamento
Vasco propio. Por ahora, las autoridades galas han hecho oídos sordos, ante las
insistentes llamadas de los partidos políticos de Iparralde, incluído el socialista francés
(partido del gobierno), por un Departamento Vasco, que impulse economicamente
Iparralde y apoye la lengua y cultura vascas.
A finales del siglo XIX, el 80% de la población vascofrancesa hablaba en euskara. Ahora,
la situación es crítica, solamente lo hace el 26.4% (en general, gente mayor y en zonas
rurales), un 9.3% lo entiende, aunque no lo habla y el resto (64.2%) habla gascón o es
monolingüe francés. Si no se consigue la cooficialidad junto con el francés, y no se apoya
la lengua en la enseñanza, se estima que en un plazo de 40-50 años, el euskara habrá
desaparecido completamente de Iparralde.
Lapurdi
Lapurdi (lapúrdi): Labourd. Era tierra de vascones, en ella se encontraba la ciudad romana
de Lapurdum (Baiona), que le dio el nombre a la región. Es la regíon más occidental y da
a la costa atlántica. Son labortanas Miarritze (mi-árritsé, Biarritz), Hendaia y Donibane
Lohitzune (doníbané lo-ítsuné, San Juan de Luz). Es zona turística de importancia a nivel
francés. Población mayoritariamente rural.
Como descendientes de vascones que son, hablaban dialecto navarro. Este, fue
influenciado durante siglos por el gascón, dando lugar en la Edad Media a un nuevo
dialecto, el labortano. La capital de Labourd es:
Baiona (bai-óna, forma éuscara)
Bayonne (forma francesa)
Bayona (forma castellana)
Nafarroa Beherea
Nafarroa Beherea (nafárro-á beéreá): Baja Navarra (Estado francés), también llamada
Behe Nafarroa (beé nafárroá). Se encuentra entre las regiones de Lapurdi (al oeste) y
Zuberoa (al este). Su población es mayoritariamente rural.
Francia y España acordaron delimitar sus respectivas fronteras, a través de la frontera
natural de los Pirineos. Siendo la Baja Navarra, la porción de lo que quedaba del Reino de
Navarra, que tocó en suerte a los franceses. Desde entonces, los navarros están
separados entre los dos estados. Su escudo de armas no ha variado, sigue siendo el
mismo que el de sus paisanos, al otro lado de los Pirineos. Las cadenas y la esmeralda
arrebatadas de la tienda de campaña mora, después de la victoria cristiana en 1212, en la
batalla de las Navas de Tolosa. Un escudo de armas, que sustituyó al estandarte navarro
tradicional de la época vascona, el Arrano Beltza (arráno béltsa, águila negra) sobre
lienzo amarillo.
Al igual que en Lapurdi, el dialecto navarro (vascón) hablado en estas tierras, se vio
influenciado foneticamente por el gascón, lo que hizo surgir en la Edad Media, el dialecto
bajo navarro. La capital de la Baja Navarra es:
Donibane Garazi (doníbané garási, forma éuscara)
Sant Jean-Pied-de-Port (forma francesa)
Zuberoa
Zuberoa (subéro-á): Soule. Es la region más oriental de Iparralde y quizá la que posea
una identidad propia más marcada. Su población es mayoritariamente rural.
Se habla el dialecto suletino, que al igual que en las regiones anteriores, procede del
navarro. Esta también, fue tierra de vascones. Pero además de ser influenciado por el
gascón, como los anteriores, el suletino, fue influenciado en su desarrollo dialectal por la
lengua aragonesa, hablada actualmente en Huesca. Es el dialecto más diferenciado
foneticamente al resto de los dialectos vascos, por su fuerte componente germánica (el
sonido ü y en algunos casos el sonido ö ), introducida en él a través del gascón.
Posiblemente las canciones más bellas hechas en euskara, se encuentren en este
dialecto. La capital suletina es:
Maule (máule, forma éuscara)
Mauleon (forma francesa)
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