TEATRO POSTERIOR A 1939
Al finalizar la Guerra Civil, el teatro tiene tres grandes problemas:
 La crisis económica hace que sólo los más poderosos asistan a las
representaciones, y la censura impide toda crítica política.
 Se produce un corte muy profundo entre el teatro anterior y éste, ya que algunos
ilustres mueren (Valle-Inclán, Unamuno y Lorca) y otros se exilian (Max Aub,
Casona, Alberti). La ruptura es notable en las tendencias innovadoras, mas en el
teatro comercial no se nota.
 Crisis del teatro, debido a las traducciones de autores extranjeros (dificulta el
talento nacional) y a que el cine desplaza al teatro como espectáculo de masas.
Teatro de posguerra (1939-1955)
Teatro de  continuidad sin ruptura
Continśa la comedia de salón de Benavente, defiende los valores tradicionales (Dios,
patria y familia), critica ligeramente las costumbres, usa una escenografía realista,
sigue las normas aristotélicas (tres unidades, estructuración) y se interesa por la
bśsqueda de perfección formal.
Teatro de humor
Dos manifestaciones principales: teatro cómico que busca la risa fácil y que continÅ›a
las formas anteriores a la guerra, y teatro que busca renovar la risa mediante
situaciones y personajes que rozan el absurdo. Esta forma de teatro ya existía antes
de la guerra, con Jardiel Poncela, y ahora sigue con él mismo, sumándose Edgar
Neville y Miguel Mihura.
Teatro existencialista
Obras que pretenden representar los conflictos existenciales del ser humano (falta de
sentido vital, devenir del tiempo...). Aparecen las preocupaciones sociales, mas no
será fácil criticar y hacer denuncia social debido a la censura. Dos posturas dentro de
esta tendencia: teatro posibilista (Historia de una escalera, de Buero Vallejo,
denuncia social de forma indirecta) y teatro radical (Escuadras hacia la muerte, de
Alfonso Sastre, denuncia política directa).
Teatro de protesta y denuncia (1955-1965)
Aparece el teatro social, aunque Buero Vallejo y Sastre ya habían aportado algo. El
teatro necesita expresar los problemas del momento (necesidad compartida por todo
autor espaÅ„ol), aparece un nuevo tipo de pÅ›blico (joven) que pide un teatro crítico con
la situación de Espańa, y se relaja la censura.
Los temas principales serán la denuncia de la injusticia y la desigualdad social. Sus
recursos técnicos son: realismo directo que recupera elementos de las comedias de
costumbres de Carlos Arniches (lenguaje sencillo, ambientación popular), técnicas
esperpénticas que deforman la realidad (animalización, cosificación, degradación),
expresionismo y simbolismo.
Teatro renovador (1965-1975)
Se comienzan a aplicar tendencias vanguardistas europeas y americanas que se
venían dando desde primeros de siglo. Se abandona el realismo mediante diferentes
procedimientos: parábolas al estilo de Bertold Brecht, personajes que se convierten
en símbolos de ideas, empleo de recursos esperpénticos, y recursos extraverbales
(gestos, vestuario, iluminación, sonidos...).
Los temas son los mismos del período anterior: falta de libertades, crítica de la
dictadura, denuncia de la pobreza... Fueron importantes algunos autores (Fernando
Arrabal), pero sobre todo los grupos de teatro independientes y sus directores (Els
Joglars y Albert Boadella, La Cuadra y Salvador Távora).
Últimas tendencias teatrales (desde 1975)
Desaparición de los autores teatrales, ya que o los empresarios no se arriesgan con
autores jóvenes, o los teatros pÅ›blicos prefieren representar obras clásicas. A pesar de
esto hay una gran diversidad de tendencias:
 Obras de técnica vanguardista que continÅ›an las experimentaciones anteriores.
Francisco Nieva, Arrabal y los grupos de teatro independientes (Els Joglars, Els
Comediants, La Fura dels Baus...).
 Obras de técnica y orientación realista. De tema histórico (Ä„Ay, Carmela!, de José
Sanchís) y contenido crítico, u obras más comerciales que continÅ›an las formas de
la comedia de salón, mas adaptadas a los nuevos tiempos.
 Renovación de la comedia de costumbres de principios de siglo ambientada en la
ciudad moderna con sus problemas: paro, droga, delincuencia (Bajarse al moro,
de José Sanchís).
 Nuevas obras de autores consagrados, que se adaptan a los nuevos problemas de
la sociedad (Buero Vallejo, Sastre, Antonio Gala).