Nuestro Circulo 144 Club Argentino


Nuestro Círculo
AÅ„o 4 Nº 144 Semanario de Ajedrez 7 de mayo de 2005
tiese en furiosa y me tirasen por el balcón a advertencia, y un reproche para tantos como
100 AŃOS DEL CLUB
la calle, pero pudo más mi curiosidad y volví hay que toman en juego las cosas más
ARGENTINO DE AJEDREZ
a acercarme al grupo.  Ä„Este peón será serias.
reina! , exclamó triunfalmente uno de aque- No se le oculta al seńor presidente del Club
llos seÅ„ores, y yo miré a todas partes. Me Argentino de Ajedrez lo arduo de llevar a la
aquietó un poco el que los demás asistentes práctica su propósito, lo difícil que es encon-
al casino no parecían dar importancia al trar  quien tenga valor suficiente para des-
caso. Me acerqué más, y aÅ›n pude ver que afiar la crítica de los que sonríen burlona-
tenían un tablero de madera con cuadros mente cuando no tienen nada de fundamen-
blancos y negros, y unas piececitas, algunas to que oponer a un propósito , y recuerda a
en forma de castillos y otras con cabezas de este efecto la conmiseración con que en una
caballo que movían de tiempo en tiempo de época no lejana se les motejaba con aquello
un sitio a otro. No quise ver más, sino que de  es miembro de la Protectora de Anima-
me fui a mi tío, y asiéndolo por la sotana, le les . Pero, como dice muy bien el seÅ„or
dije:  Ä„Tío, vámonos de aquí, vamos a casa! , Pérez Mendoza, el tiempo ha transcurrido y
y todavía al salir del casino de Guernica todos hacen justicia a los propósitos de
volvía mi mirada a él temiendo no saliese Sarmiento, reverendo Thompson y otros.
con un cuchillo, frenético ya, el comedor de
caballos, o el de torres.  Tal fue mi primera Esta actitud del presidente del Club Argen-
impresión de lo que es una sociedad civiliza- tino de Ajedrez me es altamente simpática.
da , acabó diciéndome el socarrón y malicio- Siempre aplaudo a los que, sea por lo que
so cura de aldea. fuera, afrontan la crítica de los que sonríen
Y entonces me tocó el turno de contarle a mi burlonamente. Un ejemplo así es siempre
vez como yo, en mis mocedades, había fecundo en país donde la propensión a la
caído bajo la seducción de la mansa e burla, al choteo, hace estragos. Eso no es,
inofensiva locura del ajedrecismo y como, en el fondo, sino quijotería, y sabido es que
durante mis aÅ„os de carrera, en Madrid, me he constituído en el aplaudidor profesio-
 Nuestro Círculo se asocia a la hubo domingo en que invertí lo menos diez nal de todo quijote.
horas en jugar al ajedrez. Este juego, en
celebración del Centenario del
efecto, llegó a constituir para mí un vicio, un  Las ideas hacen camino , dice muy bien el
Club Argentino de Ajedrez publi-
verdadero vicio. Pero como soy, gracias a seÅ„or Pérez Mendoza. Y para demostrarlo
cando un extracto de las cartas
Dios, hombre de recia voluntad, conseguí se limita a citar el caso de la seÅ„orita Elina
que intercambiaron, en 1910, el dominarlo. Y hoy no lo juego sino de higos a Paso, que se matriculó para médico en el
brevas, o sea de ańo a San Juan, y las colegio que el seńor Vedia rige.  Hubo
escritor Miguel de Unamuno y
pocas, poquísimas veces en que lo juego, no resistencia tenaz para impedirlo por los
José Pérez Mendoza, entonces
paso de un par de partidas, o a lo sumo tres. retrasados en ideas, pero más fuerte fue el
Presidente del Club Argentino.
Se me pasan meses sin tomar un alfil a la empeńo, y la buena doctrina triunfó, siendo,
mano. Y es que tengo siempre presente Ä„al fin!, admitida. Es evidente: las ideas
 Nunca olvidaré  me contaba una vez un
aquel aforismo de que el ajedrez para juego hacen camino.
cura de aldea, socarrón y malicioso-, nunca
es demasiado, y para estudio, demasiado
olvidaré mi primera visita a un pueblo civili-
poco. Y eso que llegué a jugarlo bastante  Y usted, que es educacionista y por ende
zado. Habíame criado yo en mi aldea nativa,
bien. ajedrecista de raza... , sigue diciendo al
con un tío cura que me enseńó latín, y que
Recuerdos y reflexiones son éstos que se Rector del Colegio Nacional Central el
cierto día me advirtió me preparase para ir
me ocurren al leer la carta que don José presidente del Club Argentino de Ajedrez.
con él a la villa próxima. Era a Guernica.
Pérez Mendoza, presidente del Club Argen- Pero aquí tenemos que detenernos. Ese  por
Llegamos a ella y me llevó al casino, donde
tino de Ajedrez, dirige a don Enrique de ende me ha herido la mente como una
él tenía que avistarse con un amigo. Me dejó
Vedia, consocio suyo y Rector del Colegio flecha silenciosa en la oscuridad. Eso de que
por mi cuenta. Empecé a recorrerlo, encogi-
Nacional Central, carta que aparece en el un educacionista tenga que ser ajedrecista,
do y medroso, y hubo de llamarme la aten-
nśmero correspondiente al primer trimestre la verdad, no acabo de comprenderlo. Yo
ción un grupo de cuatro personas, agrupa-
de este ańo de la Revista del Club Argentino que, como he dicho, fui ajedrecista y hasta
das en silencio en torno a una mesita y sin
de Ajedrez. maniático del ajedrez en mi juventud, no veo
levantar sus cabezas de ella. Su mutismo y
las relaciones entre el juego del ajedrez y la
su recogimiento atrajeron mi atención. Me
El seÅ„or Pérez Mendoza se dirige al seÅ„or pedagogía. Pensaré en ello, sin embargo.
acerqué al grupo y oí romperse el silencio
Vedia con el objeto de que se introduzca el Aunque por ahora temo tratar a mis alumnos
para que uno de los cuatro caballeros
ajedrez en los colegios. La carta honra a y discípulos como peones, alfiles, caballos y
exclamara:  Ä„Si hace usted eso, le como el
quien la ha escrito, pues que demuestra torres de ajedrez.
caballo! , y otro replicó:  En ese caso, le
cuán en serio toma su ajedrez, y siempre es
comeré yo la torre. Estas palabras me
digno de todo respeto y todo elogio el que Sigue la carta, y en ella pide su autor que se
trastornaron. ĄUn seńor que dice va a comer-
toma algo en serio, y más en los días que desarrolle en la juventud argentina la afición
se un caballo y otro que replica que comerá
corremos. Y el que se tome muy en serio un al ajedrez  que ennoblece, porque es caba-
una torre! Me aparté de allí, no sin cierto
juego, un deporte, es una enseńanza, una lleresco en sus propósitos; que es culto
temor, no fuese que de mansa se les convir-
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porque da motivo a desarrollar la sociabili- En mi época de ajedrecimanía solía yo jugar logía. Uno juega por jugar, otro para inventar
dad; que es el más intelectual y educador con un ancianito que no parecía vivir sino jugadas, otro para ganar, uno se distrae, otro
porque para practicarlo es necesario poner para el ajedrez. Todas las tardes me pasaba cuenta con las distracciones ajenas, éste
en ejercicio funciones mÅ›ltiples de observa- dos o tres horas jugando con él. Y jamás charla para confundir a su adversario y
ción, orden, previsión, y tantas otras que supe sino su nombre, que hoy ya no lo engaÅ„arle, aquél para atender a un lado del
desarrollan la intelectualidad, y, sobre todo, recuerdo. No sé de dónde, ni cómo era, ni tablero cuando en realidad se fija en el otro,
más arriba que todo, que es un medio, si no qué ideas tenía, ni nada de su vida pasada. etc., etcétera. Pero esto pasa con todo
de extirpar, de oponerse a la ola que avanza No nos unía más que la comÅ›n afición al juego. Y aÅ›n hay más, y es que creo que el
y que por desgracia  es difícil, bien que no ajedrez. Y así se ve que dos hombres tresillo exige mucha mayor agudeza, dotes
imposible, de contener y que tantos perjui- pueden reunirse todos los días dos, tres o más finas de observador, de psicólogo, que
cios trae aparejados en su propagación: me más horas , en torno a un tablero, a comerse no el ajedrez. Hay que adivinar lo que no se
refiero a las varias formas de juego con caballos y torres y convertir peones en reinas sabe. Y hay quien, a las primeras jugadas,
apuestas . y desconocerse profundamente el uno al sabe ya las cartas que tiene el contrario,
Vamos por partes. otro, manteniéndose mutuamente extraÅ„os. siempre que conozca a éste. En el tresillo
Y empecemos por la śltima: lo de los juegos Y en tal sentido no fue tan falsa como parece cabe jugar una jugada mirando a los ojos del
de apuestas. En esto, como en aquello otro la visión que de la civilización tuvo mi amigo contrario; en el ajedrez hay que mirar al
de afrontar las sonrisas burlonas, estoy el cura de aldea socarrón y malicioso. tablero. Como en el tresillo entra por algo el
enteramente al lado del presidente del Club azar, entra por más también el elemento
Argentino de Ajedrez. Todo lo que en bien de Mucho de la sociabilidad civilizada no es psíquico, espiritual. Saber servirse del azar
la cultura se haga para combatir los juegos más que la sociabilidad con que el juego del es el supremo arte de la vida.
de envido y azar, incluyendo en ellos la ajedrez se engendra y desarrolla. Dos
lotería y las carreras de caballos, sería poco. hombres pueden pensar y sentir del modo  żCon que saber servirse del azar es el arte
Y no es lo peor de tales juegos el que más opuesto, ser en el fondo incompatibles supremo de la vida?  me dirá aquí, inte-
arruinen a unos y enriquezcan a otros sin el uno con el otro, y juntarse a jugar al rrumpiéndome, algÅ›n lector avisado-; pues
trabajo, enseÅ„ándoles a fiar de la fortuna; lo ajedrez. Un día falta uno de los jugadores, entonces lo atrapé en contradicción. Porque
peor de la afición a los juegos de azar y dura su ausencia unos días, al cabo de ellos si el arte supremo de vivir es aprovecharse
envido es que revela una gran pobreza vuelve a su hábito, pero vestido de luto y con del azar, żpor qué condenar los juegos de
imaginativa. Suelen caer en ese vicio aque- aspecto de cierta tristeza. En esos días ha azar y envite, los juegos de apuestas? No te
llas personas que sin una base de educación quedado viudo. Y puede muy bien ocurrir falta razón, lector avisado, que así me
intelectual se encuentran con dinero. No que su competidor lo ignore. No; no es esa objetas, pero de eso ya hablaremos. Y
saben qué hacer, la lectura les fastidia, el sociedad la que debemos promover, sino hablaremos de la parcial justificación, y más
arte está para ellos cerrado, y el Å›nico modo otra más íntima, más comunicativa. Es aparente que real, que de esos juegos
que tienen de no aburrirse es jugar. Puede comunión, comunión de ideas y sentimien- pueden darse... Porque, en efecto, los
asegurarse que donde el juego hace estra- tos, no sociabilidad lo que nos hace falta. Un juegos de azar responden a algo más que
gos la cultura es superficial y más de apa- club ajedrecista es lo más opuesto a una llenar un vacío de espíritu; la pasión por el
riencia que de fondo. Las emociones del iglesia cualquiera, a un centro de comunión azar tiene hondas y muy vivaces raices. Y
juego llenan un vacío espiritual que no se espiritual. El ajedrez puede llegar a ser uno bien dirigida, entiéndelo bien, bien dirigida,
llena con emociones de arte, de ciencia o de de los medios de juntarse las personas sin puede dar frutos provechosos.
una actividad śtil y culta. Cuando se reśnen comprometer en esta junta sus almas. Y lo que salva al ajedrez de ser una cosa
personas de cultura, de ingenio, de ilustra- puramente mecánica es precisamente el
ción, y sobre todo de espíritu, conversan, Lo que hay que promover y fomentar es la elemento de azar que su complicación
cambian ideas e impresiones, como cartas conversación íntima y libre, el cambio de misma lleva consigo: el poder contar con los
de baraja. Los tontos, dice Schopenhauer, ideas. Hay que hacer de los casinos verda- descuidos del adversario. Pero es indudable
no teniendo ideas que cambiar, inventaron deros hogares de ideas. Hogares y, a la vez, que hace falta más cálculo para idear el
unos cartoncitos con figuras, y los cambian. templos. Dicen que es de muy buen tono, de modo de dar mate con el rey, alfil y caballo,
la más profunda urbanidad y cortesía el que sin más, habiéndolo aprendido antes, que no
Pero de este mal del juego, que es para mí en una  reunión de confianza  son las para empezar y desarrollar un juego. La
lo peor de él, żestá acaso enteramente reuniones en que menos confianza cabe- en simplicidad del caso abona lo que Poe dice.
exento el ajedrez? una sociedad, en un casino, no se hable de El ajedrez tiene, sin duda, algunas de las
 Ennoblece, porque es caballeresco , dice el lo más íntimo y vital: de religión. Para mí ese ventajas, pero tiene casi todos los inconve-
seÅ„or Pérez Mendoza. Sí, no lo dudo, pero buen tono, esa urbanidad y esa cortesía no nientes de las matemáticas. Y yo no enco-
he presenciado disputas muy agrias ocasio- son sino signos de muerte. Sociedad en que mendaría un asunto delicado a un puro
nadas por el ajedrez. Y se comprende. Como privan máximas semejantes no es sino un matemático. Las matemáticas, dadas sin
los dos jugadores juegan con los mismos hervidero de egoístas, de aventureros, de comprensión ni contraveneno, son funestísi-
elementos, dispuestos del mismo modo, no superficiales, de escépticos y de aburridos. Y mas para el espíritu. Son como el arsénico,
cabe atribuir al acaso la derrota. El que he aquí por qué odio esas sociedades y huyo que en debida proporción fortifica y en
pierde, pierde porque se descuidó más que de ellas. No quiero ser un hombre de socie- pasando a ella mata. Los matemáticos puros
el otro, no porque juega menos que él. Y así dad, un hombre de mundo. El saber llevar el se acostumbran a discutir con el encerado o
sucede que en ningÅ›n juego se interesa más frac puede llegar a ser una inferioridad el papel y no con la cabeza. Obsesiónales
el amor propio que en el ajedrez. Al que manifiesta. una falsa idea de la exactitud. Es, sin duda,
pierde un día al tresillo le queda el recurso Paréceme, pues, que para defender a los mucho más educadora cualquier ciencia de
de decir que le dio mal naipe. No así al que jóvenes estudiantes de la  ola que avanza , observación, de laboratorio, la biología sobre
pierde al ajedrez. Y de aquí todo eso de mejor aÅ›n que aficionarlos al ajedrez, y aÅ›n todo, porque en ella hay que aprender a
jugar a cara de perro, sin volver las jugadas, no siendo del todo malo este remedio, es doblegarse al hecho, que sólo en pequeńa
aquello de pieza tocada, pieza jugada. Es aficionarlos a otras cosas, y ante todo al parte nos es conocido. Toda célula, por muy
muy caballeresco este juego, sí, pero llega a estudio: es, sobre todo, provocar en ellos las conocida que nos sea, cela un misterio: el
engendrar verdaderas antipatías, así como eternas y tradicionales inquietudes de triángulo, por el contrario, o la elipse, como
engendra simpatías. El amor propio queda espíritu, las que no dejan vacío que tenga no es sino un concepto, lo tenemos todo
muy al descubierto en él, y lo más educativo que llenarse con apuestas de azar. entero en el espíritu. El que los rumiantes
que tiene es el enseÅ„arnos a dominarlo. (Suprimimos párrafos en los que el autor tengan la pezuÅ„a partida, no se sabe bien
Pero esto se consigue lo mismo en una reproduce conceptos de Edgar Allan Poe por qué, además de ser tan exacto como
conversación en que juega el ingenio. sobre el ajedrez) (a+b)2 = a2 + 2ab + b2 es mucho más educa-
Hay que reconocer, por otra parte, que el dor. Y en cuestión de juegos, el tresillo,
 Es culto porque da motivo a desarrollar la ajedrez es una escuela de psicología prácti- pongo por caso, es más biológico que el
sociabilidad aÅ„ade el seÅ„or Pérez Mendoza. ca. Viendo jugar a uno varios días me ajedrez, que tiene más de matemático. El
Segśn lo que por sociabilidad se entienda. comprometo a dar un bosquejo de su psico- azar es el misterio, y la fuerza del hombre es
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saber dominar el azar, es saber servirse del Me complazco en ésta, como otras tantas juego por dinero en muchas y diversas
misterio. veces, en estar conforme con usted en lo formas, cobijándose bajo los pliegues de la
He conocido muchos jugadores de ajedrez y que se refiere a la comunión de ideas y santa caridad.
he jugado a su juego con muchos de ellos. Y pensamientos que debe unir a las personas, La idea de dar un curso de ajedrez en el
debo declarar que la mayor pericia en el pero creo que en un Club de Ajedrez tal Colegio Nacional de esta capital, base sobre
juego no coincidía necesariamente con la como nosotros lo tenemos, existe algo de lo la que giran todas las ideas y consideracio-
mayor inteligencia. Junto a hombres muy que usted no conoce, y que al saber cómo y nes que emitimos, necesita una sencilla
inteligentes y grandes jugadores de ajedrez para qué está constituído, nos acompaÅ„e en explicación, para comprender su verdadero
he conocido ajedrecistas distinguidísimos nuestros propósitos y esfuerzos. alcance y la importancia que se ha pretendi-
que eran hombres de una mentalidad menos Si conociera nuestro humilde  pero limpio do darle, bastándome transcribirle otro
que ordinaria, y he conocido, en cambio, centro, vería que no es como lo que le párrafo de la citada memoria para que en
hombres de ingenio torpísimo, de pésimas sucedió y cree que así será en todas partes. completa simplicidad se vea lo que he
dotes de observación, de inteligencia confu- En él, al par que un ejemplar igualitarismo deseado se implante y que a la verdad decir,
sa y tarda, que jugaban admirablemente bien social, donde se ven conversar y jugar a no he visto hasta ahora expuesto razones
al ajedrez. El ser un coloso del ajedrez, personas de distintas clases sociales, el con suficiente lógica para hacerme cambiar
como un Philidor, un Morphy, un Steinitz, un modesto empleado, estudiantes de todas las de opinión.
Tchigorin, un Golmayo, un Martínez, un facultades, médicos, abogados, mÅ›sicos, Deseo, sin embargo, hacer constar aquí cuál
Mackenzie, un Lasker..., no prueba sino que ingenieros, magistrados, comerciantes, y de fue mi idea: deseaba solamente que en el
es un coloso en el ajedrez. En lo demás varios otros gremios y profesiones; se ve en Å›ltimo aÅ„o del Colegio se estableciese un
puede ser coloso, hombre ordinario o pig- el salón de lectura quienes leen obras de curso de diez lecciones para iniciar a los
meo. distintos géneros y tendencias y se hojean salientes de las aulas, en los principios de
Una cosa me ha llamado la atención en los diarios y revistas; en la de conversación se este juego intelectual, que si bien puede ser
manuales de ajedrez y en los libros de charla de las cosas de lejos y de cerca, del perjudicial para los que de él abusen, en
partidas famosas  muchas de ellas las he socialismo de Ferri, de la astronomía de general sería un derivativo a la atracción
vuelto a jugar, libro y tablero a mano-, y es Flammarión y Gil, de las crónicas de Carrillo ejercida por tendencias inconvenientes.
que entre los nombres de los jugadores y seÅ„ora Pardo Bazán, al par que de sus Yo creo que no se puede pretender, pues así
famosos, de los grandes maestros de siempre leídas con placer interesantes está constituída nuestra sociedad, que los
ajedrez, figura un nśmero de apellidos correspondencias y de los hechos de la tierra jóvenes que salen de las aulas del Colegio
espaÅ„oles  como Martínez, Golmayo, nuestra, que tanto queremos y a quien la Nacional y que van a comenzar estudios
Ponce, Vázquez, etcétera- mayor que el que deseamos lo más perfecta posible dentro de superiores, entrando a disponer de la preco-
figura entre los nombres famosos en cien- lo factible; en la de billar, donde después de cidad de la raza y por la naturaleza de sus
cias, artes y letras. żEn qué consiste esto? una partida de ajedrez se va a cambiar de ocupaciones, no se puede pretender, decía,
Algo se me ocurre a este respecto; pero el gimnástica cerebral, al mismo tiempo que que todas las horas las dediquen al estudio
haber alargado ya lo bastante este escrito, dando al cuerpo un ejercicio saludable. de su carrera, sin tener tregua alguna, y que
me impide, afortunadamente, el decirlo aquí. La gimnasia en varias de sus aplicaciones, dentro de ésta solo hagan  conversación
Tal vez es mejor para callado. remar, calistenia, jugar a la pelota, natación, íntima y libre , de todo tiene que haber,
esgrima y tantos otros medios de desarrollar siendo lo que usted indica excelente, pero no
el físico sin usar los bruscos o peligrosos puede ser exclusivo.
como el rugby o el box son, a mi modo de żJuega usted el ajedrez?, se pregunta a
RESPUESTA DE
ver, preciosos y principales elementos para veces, y a una respuesta afirmativa sigue
JOSÉ PÉREZ MENDOZA
el desarrollo y sostenimiento del cuerpo y una partida, pues este juego vincula a los
que deben de cultivarse en todas las edades desconocidos, así como una francmasoner-
segÅ›n ellas lo permitan. Su propagación es ía, pareciendo que quien lo cultiva debe ser
En respuesta a la carta que acabamos de
altamente benéfica, pues es importante persona de buenas condiciones generales, y
reproducir, José Pérez Mendoza, Presidente
contribuyente a la formación de un pueblo así lo aseguraba el célebre Morphy cuando
del Club Argentino de Ajedrez, le escribe al
sano y vigoroso. contaba que habiendo jugado al ajedrez con
escritor en los términos que parcialmente
Pero si esto es bueno, excelente, no todos lo personas de todas las clases sociales, desde
copiamos a continuación:
pueden o lo quieren hacer, y segÅ›n sus emperadores a aldeanos, había solo encon-
tendencias o medios buscan por mśltiples trado en ellos perfectos caballeros.
Buenos Aires, Agosto de 1910
razones otros pasatiempos y diversiones.Y Y para concluir, diré que desearía que un
Seńor Miguel de Unamuno
aquí viene el ajedrez a llenar la parte que le observador consciente, juzgando la idiosin-
toca dentro del orden y desarrollo social. crasia de cada pueblo, dentro de sus diver-
Distinguido seńor:
El ajedrez por el ajedrez mismo, si bien sas fases, al referirse a defectos y pasatiem-
Permita usted que le dé las más expresivas
estimable por motivos que usted conoce y pos, se expresaran de algunos así: en tal
gracias por su fina atención al ocuparse en
que enuncié en la nota al seÅ„or Vedia, tal domina la pasión de las corridas de toros, en
escribir sobre un tema que interesa vivamen-
como usted lo hacía con su viejecito conten- el otro la del box, más allá el alcoholismo
te al círculo de personas que formamos el
dor, no llena los propósitos y fines que debe hace estragos, en aquél el juego con apues-
Club Argentino de Ajedrez.
tener todo acto. tas domina; y leería con grata satisfacción
Tanto más importancia damos a lo escrito,
En nuestro Club es, puede así decirse, un haber contribuido con un átomo a que su
cuanto mayor el renombre del que lo hace,
símbolo que representa la unión de los juicio sobre la Argentina se condensara así;
sobresaliendo para mí el valor de manifestar
hombres de todas las edades y clases  país donde los deportes son los ejercicios
con sinceridad sus convicciones, que acerta-
sociales, con comunión de tendencias que físicos y el ajedrez .
das o no, defiende con inteligencia y expone
están en contraposición con las abrumado- Lo saluda atentamente
con energía.
ras que nos rodean, y el centro a donde
& & & & & & & & & & & & & & & & & & & &
concurren variados elementos que con José Pérez Mendoza
Puede usted creerme que no doy al ajedrez
diversas aptitudes y gustos, ya sea por
una importancia tal que pretenda que todos
contacto en el trato, cambio de ideas y eso
se ocupen de él y lo jueguen, viniendo así
que es tan natural, la asimilación por efecto
casi a ser el pasatiempo śnico. No tal;
NUESTRO CÍRCULO
del medio ambiente, se va y se llega a un
considero que en un pueblo, lo primordial
Director : Arqto. Roberto Pagura
mejoramiento general.
que debe tener y por lo que cada uno debe
ropagura@ciudad.com.ar
Creo firmemente que usted, seńor Unamuno,
esforzarse, es por su cultura intelectual y
(54 -11) 4958-5808 Yatay 120 8ºD
se dará cuenta de la importancia que tiene la
física, base de toda civilización, progreso y
1184. Buenos Aires  Argentina
tendencia que desarrollamos, si ella sirve
fuerza. Feliz la nación que pueda tener los
http//ar.groups.yahoo.com/group
para aminorar, poco por ahora, pero espero
suficientes  For all implantados por Carne-
/nuestro_circulo V.Francia
que mucho más tarde, la importancia que
gie en algunas ciudades de los Estados
hoy ha alcanzado  la ola que avanza de
Unidos de Norte América.
429


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