Características actitudinales de Dios en los relatos teológicos del Génesis
Alfredo Vélez Canul
Instituto Universitario de Ciencias de la Educación
Resumen
Basta con detenernos y hojear un poco el Génesis para darnos cuenta de la infinidad de cosas que podemos saber acerca de Yahvé. En efecto, el Génesis nos ofrece muchos datos acerca del Dios israelita, pero, ¿Qué pasa cuando todo el texto está escrito a base de símbolos, los cuales no sabemos representar? Es entonces cuando debemos darle importancia a estos signos y así poder hacer una aproximación sobre quién es Dios, qué hace y porque actúa de esta manera con su pueblo.
Mediante el Génesis el pueblo israelita adquiere una conformación cultural, que le resultará importante para poder justificar sus reglas y entender el origen divino de donde provienen. La base para tratar estos temas está dada en símbolos representados por Dios, sin los cuales el pueblo israelita no tendría la identidad que busca.
Analizar el Génesis desde el punto de vista de los autores nos llevará a conocer su verdadero significado, el cual se puede mal interpretar por afirmaciones falsas.
Los relatos teológicos del Génesis están plagados de símbolos muy bellos, los cuales es indispensable que sepamos interpretar para poder comprender mejor esta concepción religiosa, y poder entender el porqué este personaje tiende a verse tan humano, que podría, incluso, pasar inadvertido como un hombre más.
Introducción
De la necesidad del hombre de creer en algo nacen las divinidades, para los cristianos Dios, pero ¿qué pasa cuando la figura que se nos presenta de Dios no es la misma que la que nos enseñaron?, entonces surge la pregunta, ¿qué pasa cuando nuestra concepción de Dios está basada en el Génesis y el texto tiene una figura divina muy pobre?
Mediante el siguiente trabajo podremos identificar las características de Dios en el Génesis, de manera que analicemos las posturas, acciones y actitudes de Dios a lo largo de este libro. Esto nos ayudará a revalorar la importancia de Dios, que en ocasiones, se ve mermada por la forma en la que nos lo presentan cuando somos niños, como un ser tan cercano, que incluso llegamos a restarle importancia.
Analizaremos sus actitudes y comportamiento para con su pueblo, y lo haremos de manera antropomórfica para comprender el significado de sus acciones.
Hugo Ariel Bengher dice en su texto Dios violento:
Si buscamos qué dice el Antiguo Testamento sobre el origen del mal, haremos un descubrimiento sorprendente e incluso espantoso: Dios mismo es el que ocasiona los males que hay en el mundo.
En efecto, son innumerables los episodios en los que aparece Dios castigando a los hombres, aterrorizándolos, mandándoles catástrofes, pestes y sequías, y hasta fomentando la guerra entre ellos.
Pero Dios no sólo figura en la Biblia como responsable de las enfermedades, las muertes y los males sociales, sino incluso de los desastres de la naturaleza, que aparecen directamente provocados por su omnímodo poder.
¿Cómo Israel pudo concebir una imagen tan espantosa de su Dios? Es fácil comprenderlo.
Durante mucho tiempo, la situación cultural del pueblo había sido desarrollada dentro de una estructura tribal, donde todo era de todos, donde cada uno participaba del destino de los demás, donde todos eran o pobres o ricos, donde no habían diferencias, donde había un gran sentido de solidaridad tanto en el bien como en el mal.
Viviendo dentro de esta cultura, el pueblo intentó dar una expresión a su fe en un Dios personal y justo, que castiga a los malos y recompensa a los buenos (Bengher, 1998).
Para los Israelitas la figura de Yahvé adquiere actitudes que los autores del Génesis identifican mucho con las humanas, y que están interpretadas a partir de contextos específicos: esto se ve determinado en la forma de actuar de Yahvé para con su pueblo. El problema de hablar de un Dios “humano” radica en que, durante la enseñanza de la religión, se nos presenta con esta concepción primitiva basada en el Génesis, la cual no es del todo completa, entonces comenzamos a formar malos juicios e interpretaciones mediocres acerca de Dios, lo cual provoca que nos alejemos de él.
Es por esto que si entendemos mejor su actitud mediante el estudio antropomórfico, comprenderemos mejor su enseñanza, y será posible crear una sociedad más allegada a sus principios morales. Esta sociedad moralista puede ser la solución a muchos problemas actuales como la violencia y la desigualdad.
Metodología
La primera fase de la investigación consiste en la recopilación de citas bíblicas, basadas en los parámetros antes establecidos, delimitando únicamente las características actitudinales de Dios, para poder proceder a la segunda etapa, la cual consiste en un análisis bíblico meticuloso, realizado de manera bibliográfica con base en diferentes estudios y explicaciones acerca de las citas bíblicas antes delimitadas.
Ya habiendo analizado y comparado las citas con su respectiva explicación, se procede a concluir interpretando el texto de manera antropomórfica.
Características actitudinales de Dios en los relatos teológicos del Génesis
1. El Génesis
1.1 Puntualizaciones sobre el Génesis
De la necesidad del pueblo de Israel por mantener su cultura y raíces nace el Génesis, que se resume como una manera de mantener viva su historia. El Génesis nace de los relatos de la tradición yahvista, cuando el pueblo de Israel se asienta en la tierra de Caanán y forman un reino estable (aproximadamente durante el reinado de David a Salomón, en el 1000 a.C. al 900 a.C.).
Sin embargo, no todos estos relatos surgen sólo del pueblo de Israel, sino que, constituyen una recopilación de historias de pueblos aún más viejos que éste.
El contenido del libro se refiere solamente a los acontecimientos que llevan directamente sobre el plan selectivo de Dios en su trabajo redentor.
El libro no da información del autor, su escritura se relaciona muy de cerca con la de los demás autores del Pentateuco, puesto que todas se relacionan debido a que siguen una corriente de tradición yahvista.
Otros autores atribuyen también a Moisés El Génesis y los primeros cinco libros de la ley.
“Génesis es por tanto el título del primer libro del antiguo testamento en el que se da una explicación del origen del mundo” (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española)
Génesis viene del latín, de una trascripción del significado griego "origen", o "principio del término". Génesis fue incluida en la Septuaginta (La Septuaginta). El título hebreo viene de su primera palabra en hebreo, Bereshith, significando "en el principio." Describe el principio de la relación del pacto de Dios con su pueblo elegido así como los orígenes de toda la historia humana. Génesis es el libro de los orígenes, en sus páginas no sólo se comienza con el origen de toda clase de vida humana, animal, vegetal, etc. sino que también del origen de todas las instituciones y relaciones humanas. Génesis forma parte de la estructura misma del Nuevo Testamento en donde se le menciona más de sesenta veces en diecisiete libros.” (Pounds, 1998)
Es sumamente importante recalcar que el Génesis no es un libro que Dios escribió, tampoco Dios es el que dicta el libro al autor, sino que se trata de un texto que el hombre escribió acerca de su alianza con él.
1.2 Dios en el Génesis
Antes de comenzar, debemos puntualizar que nadie jamás ha visto directamente a Dios.
Esto es sumamente importante, porque si no entendemos esto es imposible avanzar en nuestro estudio.
Debido a que nadie ha visto jamás a Dios se le han dado muchos nombres (Elohim, Sadday, Dios), pero en realidad no tiene un nombre. La aproximación más cercana que se ha dado a su nombre es Yahvé (el cual se le da después de la creación del hombre), que significa textualmente el que es, lo que quiere decir que es un ser completo, el único ser completo (yo soy el que soy según la tradición semítica), el único en que está identificado su esencia con su existencia (es innombrable porque no se puede delimitar).
No se puede poseer el conocimiento de Dios como poseemos el conocimiento de las cosas.
Dios es visto revelándose a sí mismo en una relación amorosa con su propio pueblo elegido. Él revela su carácter y naturaleza al hombre a quien él ha creado:
El Dios de Abraham es el mismo Dios que hemos venido a amar y a adorar. Él no ha cambiado. En Génesis vemos su poder y sabiduría, amor y dulce misericordia, la justicia y el gozo, la soberanía y la salvación, la fidelidad a sus propósitos eternos y la tolerancia extendida hacia el hombre caído. (Pounds, 1998)
2. Características actitudinales de Yahvé en los relatos Teológicos
2.1 La Creación
Yahvé o Dios Padre comienza a manifestar sus actitudes activamente a partir de la creación del hombre, y que al momento en que éste es creado se entabla un vínculo. Dice Dios: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” (Gn. 1, 26), ya que el crearlo a imagen y semejanza quiere decir que el hombre adquiere la capacidad de raciocinio, por tanto, si el hombre es racional, entones cabe en su concepción la imagen de Dios, y esa capacidad de entender las cosas es lo que le va a llevar estar con él.
Para Dios esto es muy importante, de esta manera podrá entablar un vínculo con el hombre y podrá hacerlo partícipe de éste. El hombre es imagen y semejanza de Dios, es como él, así que representa el único en toda la creación que puede estar en contacto con él y se pueden comunicar.
A partir de esta relación es posible entender el porqué de la sensibilidad de Dios como un ser completo. Esta plenitud es total, es decir que abarca todos los aspectos.
Resulta importante señalar el aspecto sexual de Dios dentro de esta plenitud, según lo que la Biblia nos dice, Dios puede tener características tanto femeninas como masculinas: “Creó pues Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó” (Gn. 1, 27). Este pasaje es sumamente importante, porque resume toda la concepción israelita que se tenía de Dios en ese entonces:
Si Dios es un ser completo, por lo tanto puede tener los dos sexos, tanto masculino como femenino, esto le dará características especiales que se determinan con algún sexo en específico, por ejemplo: al hablar de un Dios bondadoso y sentimental, estamos hablando de la parte femenina de Dios, en cambio, cuando hablamos de un Dios castigador y destructivo, nos referimos a la parte masculina.
Los israelitas por tanto no discriminaban ninguna de las características de su creador, después de todo es completo y perfecto, tiene que serlo en todo momento. Representaría también la dicotomía en un solo ser, que tanto puede llegar a ser bondadoso y castigador, a la vez ser tan bueno como malo, siempre obedeciendo a la perfección.
A partir de esto podremos justificar las acciones de Dios, que en momentos se representa tan visceral que podría parecer casi humano.
“Y entonces el séptimo día cesó de toda labor que hiciera” ( Gn. 2, 2). Es importante entender que a pesar de que eran una tribu ya formada, aún no son un pueblo sólido y por tanto necesitan justificar sus tradiciones por medio de un Dios que es el que las manda y ordena, de esta manera el Sábado o sabbat se convierte en una institución divina y con esto Dios pondrá el ejemplo. Por tanto si Dios necesita descanso ellos también lo necesitan.
En los pueblos primitivos las normas se realizan con base en la religión. Los israelitas toman todas estas características de su Dios y las aplican a su vida.
2.2 La caída y la redención del hombre
Durante esta etapa se presentan con mayor fuerza y presencia las características de Dios en cuanto a la forma de pensar de éste y la explicación de porqué llegan a verlo de manera tan física.
En el presente apartado, La caída y la redención, veremos que el Hombre come del fruto prohibido y entonces se desencadena la furia de Dios.
En Génesis. 3, 3 se puede apreciar a Dios tentando de alguna manera a los hombres a comer el fruto prohibido: “Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín ha dicho Dios: no comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte”.
Resulta curioso la forma en la que Dios pone justo en medio de su paraíso el fruto que no debe ser comido, un fruto por demás hermoso y suculento, sin embargo es un fruto que le hará al hombre abrir los ojos y ser como Dioses, entonces queda una pregunta en el aire ¿Siendo Dios el autor de toda la creación, por qué deja la posibilidad abierta a que su propia creación llegue a ser como él? Todo parece indicar que su objetivo era poner a prueba la lealtad de sus hijos, por tanto es tentador.
“Oyeron luego el paso de Yahvé Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de Yahvé Dios por entre los árboles del jardín”. ( Gn 3 8 ).
La idea de tener un Dios que puede estar tan cerca está plasmada aquí. Yahvé Dios no sólo se encuentra en los cielos, sino que gusta de pasearse entre la tierra y en una forma humana, como vemos a continuación.
“Yahvé Dios llamó al hombre y le dijo “¿Dónde estás?” Éste contestó: “Te he oido andar por el jardín y he tenido miedo porque estoy desnudo; por eso me he escondido” (Gn. 3, 9 - 10).
La respuesta es clara. Los primeros israelitas tenían una concepción de Dios muy especial, en la que a momentos este ser capaz de separar el cielo y la tierra, se comporta casi como un humano, ya que momentáneamente se muestra un tanto ingenuo y desinteresado de lo que sucede en el mundo. Entonces en su omnipresencia, ¿por qué le pregunta donde está? ¿No se supone que dentro de su omnipresencia sabe qué es lo que sucede con el humano? La otra cara sería entonces, que Dios dentro de su grandeza sólo quiere que el hombre se dé cuenta de su error y con esto demostrar una idea del pecado, con la que el hombre evaluará por sí mismo sus actos, y solo hasta ese momento será consciente de su error u ofensa (el pecado) y será capaz de redimirse.
Dios es perfecto, desobedecerlo significaría la desgracia, pero entonces ¿qué pasa cuando Dios mismo provoca que el hombre se aleje de él por medio del pecado? A simple vista se ve como una idea absurda, pero ¿no es verdad que toda la creación fue hecha por Dios? Entonces ¿por qué no todo es bueno como su creador? Parece ser que la primera concepción israelita que se tenía en ese momento no contaba con una idea clara del pecado, porque entonces de qué manera se puede explicar el pecado, por tanto pareciese que éste no es una extensión de Dios, sino una característica del hombre por ser mortal.
La idea y la concepción del pecado no son características del Creador, sin embargo, al mostrar esta visión, podemos diferenciar a Dios de los humanos por una sola característica: el pecado.
Ante estas faltas Dios impone sus castigos:
A la mujer le dijo:
“Tantas serán tus fatigas cuantos sean tus embarazos, con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia y él te dominará”
Al hombre le dijo: “Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol que yo te he prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa, con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida.
Espinas y abrojos te producirá y producirás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan”(Gn. 3, 16-19).
Pero al parecer no todo es un error del hombre, sino que para este autor yahvista también resulta un error de Dios, ya que después de que ve que el hombre ha errado busca una forma de prevenir, y no sólo eso, sino que se muestra paternal después de la grave falta que le fue cometida :
El hombre llamó a su mujer "Eva", por ser ella la madre de todos los vivientes. Yahvé Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los vistió.
Y dijo Yahvé Dios: "¡Resulta que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a que conoce el bien y el mal! Ahora bien cuidad, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él, viva para siempre” (Gn. 3, 20-23).
Es hora pues de que Dios se preocupe de los alcances del hombre, esté ya lo desafió comiendo del árbol de la ciencia, y encontrando razonamiento para la creación, si ya fue capaz de esto, es posible que sea capaz de alcanzar aquel árbol que los israelitas llaman el árbol de vida, que representa la única brecha entre Dios y los humanos .
2.3 Antiquísimas tradiciones
En este segmento englobaremos lo que corresponde a los relatos de Caín y Abel, La torre de Babel y el Diluvio Universal.
2.3.1 Caín y Abel
Adán y Eva, conciben dos hijos. El primogénito, Caín (el labrador) y tiempo después nace Abel (el cazador).
El relato nos sugiere la relación entre los agricultores sedentarios y los pastores nómadas, los cuales personifican la lucha del hombre contra el hombre y la rebelión del hombre contra Dios.
Pasó algún tiempo y Caín hizo a Yahvé una oblación de los frutos del suelo. También Abel hizo una oblación de los primogénitos de su rebaño y de la grasa de los mismos. Yahvé miró propicio a Abel y su oblación mas no miro propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó Caín en gran manera y se abatió su rostro. (Gn. 4, 3-5)
El texto es bastante claro: Dios hace una elección y decide cuál de sus hijos va a ser el predilecto: Dios toma una decisión con la que pone en contra a sus mismos hijos que buscan conseguir su favor. En este momento se introduce el tema del menor preferido, la libre elección de Dios, pero entonces, ¿de dónde se justifica esta elección arbitraria? ¿Que orilla a Dios a tener a un preferido? A simple vista pareciese que esta elección es arbitraria, pero en realidad tiene un contexto histórico más fuerte.
Abel representa al clan nómada y Caín al sedentario, esto representa las luchas entre los clanes primitivos. El origen del texto está en los pastores nómadas, de ahí que sea tan notoria la preferencia por unos y por otros.
Pero el texto no sólo habla de una preferencia, sino que de manera implícita queda indicado:
Yahvé dijo a Caín: ¿por qué andas irritado? ¿Por qué traes el rostro abatido?
¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo? Mas si no obras bien a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y aún tienes que dominar. (Gn. 4, 6-7)
Entonces ya tiene sentido. Dios rechaza las obras de Caín porque no son buenas. Sus sacrificios no son buenos porque sus obras no agradan a Dios. Dios acepta lo bueno y juzga lo malo, es un juez.
Dios se vuelve a presentar con una actitud paternalista y reprochadora cuando se da cuenta de los alcances que tiene su hijo Caín:
Caín dijo a su hermano Abel:" vamos afuera". Y cuando estaba en el campo se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató.
Yahvé dijo a Caín "¿Dónde esta tu hermano Abel?". Contestó: "No sé ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?" Replico Yahvé: "¿Qué has hecho? se oye la sangre de tu hermano clamar desde el suelo”.(Gn. 4, 8-10).
¿Acaso Dios no sabia de que era capaz su hijo? De haberlo sabido, ¿lo hubiera podido prevenir?, o es que en realidad el Señor no sabe lo que pasa y por eso le pregunta "¿Dónde está tu hermano?. La Biblia nada dice al respecto, pero lo que si sabemos es que, según el autor de este texto, los pastores son los buenos, los que conocen a Dios, mientras que los agricultores sedentarios no.
La ira de Dios se hace presente de nuevo:
“Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Aunque labres la tierra no te dará mas fruto”(Gn. 4, 11-12)
Sin embargo Dios sigue cuidando del hombre, incluso cuando éste peca.
“Quienquiera que matare así lo pagará siete veces". Y Yahvé puso una señal a Caín para que nadie que lo encontrase y lo atacara”. (Gn. 4, 15)
La maternalidad de Dios continúa presente: no va a dejar que le suceda nada a su hijo, y lo marca con una señal para que no lo acusen, pero entonces, ¿quién lo va a atacar si aún no hay nadie en aquella tierra primitiva? La actitud de Dios es clara: éste sigue cuidando del hombre, incluso cuando peca y se le castiga.
2.3.2 El Arca de Noe
La tierra entera está llena de maldad, hay una corrupción en la humanidad. Se comienza por narrar sobre los hijos de Dios y las hijas de los Hombres:
Cuando la humanidad comenzó a multiplicarse sobe la faz de la tierra y les nacieron hijas, vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres les venían bien, y tomaron como mujeres a las que preferían de entre todas ellas. (Gn. 6, 1,2)
El problema radica en que no sabemos con exactitud quienes son los hijos de Dios: La Biblia nos dice que los hijos de Dios son los Neflilím o los ángeles como los conocemos, puesto que vienen directamente de él, también pudiera expresar que son los hijos de Dios.
“Entonces dijo Yahvé: “No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean ciento veinte años”. (Gn. 6, 3)
Todo parece indicar que aquellos híbridos de Neflilím y mujeres tenían una longevidad envidiable, pero Dios no ve propicia a esta raza (recordemos que después de todo son los “hijos de Dios”, su vida oscilaría entre novecientos años) porque no es pura y decide reducirles la vida a tan sólo ciento veinte años.
Consideremos que la acción de unirse a un Neflilím le procuraría la inmortalidad a los hombres, ésta es la posible causa por la que Dios reduce su cantidad de años de vida, por el temor de que el hombre alcance la inmortalidad este es un problema consistente en la actitud de Dios y al parecer su temor más grande: Dios teme que su creación se revele contra él.
Dicho temor de Dios se ha presentado a lo largo de los años, y siempre ha sido igual: el temor de que la propia creación sea mejor que el creador.
Podemos aplicar este concepto a la actualidad con el ejemplo de los robots: existen novelas y películas en las que estas máquinas suplantan el papel del hombre, dejándolo relegado. Este es el temor de Dios: que su propia creación llegue a ser como él por medio de la inmortalidad.
La corrupción de la humanidad comienza, y es presente en la tierra primitiva, pero si toda la tierra y la humanidad son producto de Dios, ¿Qué sucede con la creación? ¿No se suponía que todo era bueno por ser como el creador?
Parece ser que esta actitud de maldad en el humano es un patrón constante, puesto que al menos en los tres pasados relatos donde se incluye la presencia de éste, el mal ha sido el tema alrededor del cual se desarrolla el texto.
Dios se arrepiente de haber creado al hombre, su creación le ha salido mal, se ha corrompido por efecto de la verdad y decide que será mejor destruirlo, puesto que es un mal que se va expandiendo.
Viendo Yahvé que la maldad del hombre cundía en la tierra y que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro mal de continuo, le pesó ha Yahvé el haber hecho al hombre en la tierra, y se indignó en su corazón. Y dijo Yahvé: “Voy a exterminar sobre la faz del suelo al hombre que he creado - desde el hombre hasta los ganados, los reptiles y hasta las aves del cielo - , porque me pesa haberlos hecho. (Gn. 6, 5-7)
Dios se siente arrepentido y frustrado a la vez, su creación completa no sirve (esto incluye a las criaturas que hay en la tierra), así que decide destruirla y comenzar de nuevo, hacer una tierra nueva, pero para lograrlo primero hay que quitar lo que había antes.
La idea del pecado está de nuevo muy marcada, el pecado es lo que provoca al ser humano alejarse de Dios, y es lo que en realidad le quita la vida.
Se indigna de su creación, porque ésta se ha corrompido; al igual que los humanos se siente frustrado, porque lo que ha trabajado con tanto esfuerzo ahora se está pudriendo. El grado de presión al que llega es tal que prefiere comenzar de nuevo. La Biblia dice: “Este pesar de Dios se expresa a la manera humana la exigencia de su santidad, que no puede soportar el pecado” (Ubieta ,1998 p 21).
Aparentemente todo es malo hasta que llega un hombre llamado Noe. Con Noé, Dios va a jugar a la ambivalencia de ser justo con los injustos y ser injusto con los justos.
Noé es el hombre más justo y cabal de sus tiempos, lo que hace que Dios fije su mirada en él.
Dijo pues Dios a Noé: “He decidido acabar con todo ser viviente, porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos. Por eso he decidido exterminarlos en la tierra. Hazte un arca de maderas resinosas.
Por mi parte voy a traer el diluvio, las aguas sobre la tierra, para exterminar todo viviente que tiene hálito de vida bajo el cielo: Pero todo cuanto existe en la tierra perecerá. Pero contigo estableceré mi alianza. Estarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo” (Gn. 6, 13-14. 17-18)
La justicia injusta que citamos sobre Dios hace referencia a este pasaje. Dios pretende acabar con el mal del mundo, enviado un diluvio que acabará con todo ser viviente en la tierra, desea acabar con todos los pecadores y blasfemos, sin embargo aún hay mucha gente inocente y justa, entonces como no puede salvar a los justos, salva al más justo, con el que establece un pacto; y como no puede salvar a los animales (que al parecer también son malos) decide hacer que entren en el arca, una especie de cada uno.
Entraron con Noé en el arca sendas parejas de todos los vivientes de los que hay aliento de vida, y los que iban entrando eran macho y hembra de cada especie como Dios lo había mandado. Y Yahvé cerró la puerta tras de Noé.
El hecho de haber cerrado la puerta tras él no significa que Dios bajó en su forma material y que la cerró, sino que aun se encuentra preocupado por sus hijos, así que decide procurarles el bienestar.
El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra, Yahvé exterminó todo ser que había sobre la faz del suelo, desde el hombre hasta los ganados hasta los reptiles y hasta las aves del cielo. Todos fueron exterminados de la tierra, quedando solo Noé y los que con él estaban en el arca (Gn 7 17, 23)
Una actitud por todos conocida: La ira de Dios
Ya está presente, no se puede hacer nada, el hombre dejó que Dios desatara su furia y ahora debe pagar las consecuencias.
El pueblo ha perdido la conciencia de pecado, se han creado estructuras de pecado, las cuales son sociales, pecados entre los que destacan la injusticia y la violencia.
El relato del diluvio narra una catástrofe que el autor no conoció, su objetivo es presentar la magnitud destructora de Dios. Los antiguos israelitas creían que las tragedias eran producto de Dios.
Hablar del sentido antropomórfico es hablar de Dios como si fuera una persona humana. Los antiguos israelitas utilizaban mucho este recurso para presentar a Dios. Autores como José Enrique Ruiz de Galarreta y el Instituto Vida y Fe coinciden en que este pasaje describe a Dios de una manera muy humana (Ruiz de Galarreta (1998) p.58) (Instituto Vida y Fe (2005) p.73) y nos explican que esto nos ayuda a conocer su manera de ser.
Acordóse Dios de Noé y de todos los animales y de los ganados que con él estaban en el arca. Dios hizo pasar un viento sobre la tierra y las aguas decrecieron.
El año 601 de la vida de Noé el día primero del mes se secaron las aguas de encima de la tierra. Habló entonces Dios a Noé en estos términos: “Sal del arca con tu mujer y tus hijos y las mujeres de tus hijos, saca contigo a todos los animales de todas las especies que te acompañen, aves, ganados y todos los reptiles que reptan sobre la tierra. Que pululen sobre la tierra y sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra”. (Gn. 8, 1-2, 13, 15-17)
Parece ser que este relato nos habla de una nueva creación, Dios arrepentido e indignado busca destruir todo lo que había creado porque era mala su creación, así que busca una nueva creación, el relato es explícito: “Que pululen sobre la tierra y sean fecundos, que se multipliquen sobre la tierra”. Dios busca hacer una nueva creación en la que todo sea bueno para no tener que recurrir a otro proceso igual, pero no se ha cansado, porque cree en su hijo Noé y sabe que es bueno.
Al aspirar Yahvé el calmante aroma dijo en su corazón: Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del humano son malas desde su niñez, ni volveré a herir a todo ser viviente como lo he hecho. (Gn. 8, 21)
Según la Biblia de Jerusalén, el corazón es la cede de las facultades de toda la personalidad, de todos los pensamiento y sentimientos, Dios lo conoce a fondo, por tanto se hace un promesa: Promete nunca más maldecir el suelo por causa del hombre porque el problema es del hombre y del pecado, trata de ser más justo con los justos, a pesar de que el pecado hace que se alejen de él.
Dios bendijo a Noé y a sus hijos y les dijo: “Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. Infundiréis temor y miedo a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todo lo que repta por el suelo y a todos los peces del mar quedarán a vuestra disposición”
“Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre, será su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre”
“He pensado establecer mi alianza con vosotros y con vuestra futura descendencia, con todo ser vivo que se acompaña. Establezco mi alianza con vosotros, y no volverá a ser nunca más aniquilada la vida por las aguas del diluvio para destruir la tierra”. ( Gn. 9, 1-2,6,9. 11)
Dios promete, hace un pacto con el hombre y se promete que jamás volverá a azotar a la tierra de esta manera, Dios decide ser como siempre, toma la iniciativa y formula un pacto con el hombre.
La catástrofe natural sirve para hacer notar que Dios castiga los pecados, al grado de anteponer la propia creación contra los pecados del hombre, pero no es el fin, sino que se celebra un nuevo orden y una nueva alianza, que se aclara con el arco iris Dios está empeñado en que la vida vaya hacia delante, y se ha prometido velar por ésta al grado de llegar a vengar la sangre.
El relato del arca de Noe nos ofrece muchas imágenes antropomórficas que bien pueden ser utilizadas para describir a Dios y constituye una buena fuente de estudio para la teología.
2.3.3. La torre de Babel
Todo el mundo era de un mismo lenguaje e idénticas palabras… Después dijeron: “Vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la cúspide en el cielo y hagámonos famosos por si nos desperdigamos por la faz de la tierra. (Gn. 11, 1. 4)
Está todo muy claro: existe una sociedad primitiva que busca hacer algo para pasar a la historia y recuperar esa cercanía con Dios es por esto que pretende construir una torre que llegue al cielo.
En la torre de Babel vemos la perspectiva de Dios con respecto al orgullo de las personas. Ninguna acción que derive del orgullo lleva a Dios.
Bajó Yahvé a ver la torre que habían edificado los humanos, y pensó Yahvé: Todos son un solo pueblo con el mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se propongan les será imposible. Bajemos pues y una vez ahí, confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan entre sí. (Gn. 11, 5-7)
Dios castiga la soberbia, pero ya no lo va a hacer de manera destructiva, enviando una catástrofe natural, sino que prefiere demostrarle a los hombres que no son capaces de hacer nada con esa actitud. Dios hace una labor didáctica, y trata de hacer entender al hombre que sus actitudes no le llevarán a nada.
Y desde aquel punto los desperdigó Yahvé por toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por eso se le llamó Babel, porque ahí embrolló Yahvé el lenguaje de todo el mundo. Y desde ahí los desperdigó Yahvé por toda la faz de la tierra. (Gn. 11, 8-9)
Dios castiga la soberbia de los hombres porque no es buena. Volvemos a ver el mismo fenómeno que con el relato de Caín y Abel: como sus obras no son buenas no hay manera que puedan agradar a Dios, pero en esta ocasión busca un fin moralizador, y éste lo encuentra revolviendo sus lenguas, y a partir de esto los desperdiga por todo el mundo.
Discusión y Conclusiones
Ya hemos visto que Dios se manifiesta de diferente forma y toma actitudes que podemos considerar como humanas, ya que se marcan fuertemente dentro de su perfección, y que lo llevan a tomar decisiones, hacer a un lado a alguno de sus hijos para preferir a otro.
De esta manera podemos enumerar de manera general las principales características siguiendo el orden cronológico de la investigación:
1.- La creación: En el relato de la creación podemos observar una figura de Dios que aún no se ve relacionada íntimamente con el hombre, puesto que todavia no hay suficientes elementos que los relacionen. Por tanto, las actitudes de Dios no son tan perceptibles como en los relatos posteriores.
2.- La caída y la redención del hombre: El relato nos narra el cómo el hombre desobedece y ofende a Dios. El relato introduce un tema muy importante: el pecado. Por medio de éste, se va a hacer más presente la relación del hombre con Dios. Será el motivo por el cual éste mostrara su furia.
Se percibe una actitud de miedo por parte de Dios a que su creación llegue a ser como él.
También se presenta una figura muy maternal, mediante la cual se explica como Dios procura en todo momento a sus hijos
3.- Caín y Abel: Se introduce el tema del menor preferido y la actitud moralista del Creador al dejar que el hombre se de cuenta de sus pecados y sea capaz de redimirlos. Se observa una figura maternal al igual que en el relato anterior y se explica porqué Dios rechaza ciertas conductas y acciones
4.- El arca de Noé: Es el relato donde se puede apreciar con más claridad esta concepción un tanto primitiva del Génesis. Se habla por segunda vez de un ser supremo que tiene miedo a que su creación llegue a ser como él. Se muestra una figura divina frustrada y cansada, hasta el punto en que toma medidas extremas: destruir su propia creación
5.- La torre de Babel: De nuevo se presenta esta actitud moralista y juez de las acciones negativas de los hombres, en este caso, el orgullo.
La calidad humana de Dios no es un error en la escritura de los textos, ni es capricho del autor, simplemente se trata de el hecho de marcar las características sobre las cuales se va a transformar y a perfeccionar esta imagen de Yahvé a través de los años.
Es importante tener en cuenta que los relatos teológicos no tienen un verdadero peso histórico, por lo mismo no pueden ser considerados como reales en su totalidad, esto nos lleva a que no todo lo que se dice en estos relatos es cierto y no todo lo que se escribió en esta época sobre Dios está fundamentado con bases científicas que le den total veracidad. Debemos tomar en cuneta tanto los aspectos buenos como los malos, aprender a distinguir.
Por estas razones nos damos cuenta de que la concepción de Dios en este momento es un tanto mediocre, pero no quiere decir que sea mala, al contrario: fue punto de partida para analizar los errores y poder fundamentar una imagen más bella y perfecta de Dios.
Referencia
Referencias bibliográficas
Instituto Vida y Fe (2005) La Biblia católica para jóvenes. España: Verbo divino
Ruiz de Galarreta José Enrique (1998) El Libro del Génesis. España: Mensajero
Ubieta López José Ángel (1998) Biblia de Jerusalén. España: Desclée de Brouwer Bilbao
Documentos electrónicos
Pounds Wil (1998) Introducción al Génesis, traducción Chinchilla Castro Víctor recuperado 17/10/06 http://www.abideinchrist.org/es/genintroes.htm
Estudio de Personajes en Génesis recuperado 19/10/06 http://literaturabautista.com/estudios/genesis.htm
Es la manera de hablar de Dios como si fuera una persona humana, manera que fue usada frecuentemente por los autores sagrados para comunicarnos su experiencia de Dios (La Biblia católica para jóvenes , p73)
Torah para los hebreos. Se refiere a los cinco primeros libros del Génesis
La Biblia de los LXX, conocida también como Alejandrina o Septuaginta, es una traducción de la Biblia Hebrea (Antiguo Testamento)
En este caso la consecuencia de su acto lo conlleva a la novedad de encontrarse desnudo.
Una extensión de Dios en el sentido de que él es el creador del hombre. ( Gn. 1, 27)
Parece de que el autor se encuentra uniendo la mortalidad del hombre con el pecado, Dios no ha hecho al hombre para que muriera, el pecado le va a quitar la vida al hombre y lo va a alejar de Dios.
En este momento ya es la última brecha puesto que representa la búsqueda de la inmortalidad (Biblia de Jerusalén)
Esta concepción ha perdurado hasta nuestro tiempo, podemos verlo de manera más sencilla cuando vamos a misa, por ejemplo.
Los que han caído.
Puesto que son los hijos de Dios (o “de los Dioses”) miembros de la corte celestial, según la Biblia.
Recordemos que no existe el género para los ángeles, por tanto son ángeles “hombre” que se juntan con mujeres humanas.
No es la primera vez que sucede esto, ya lo vimos en el Gn. 3, 22 cuando Dios castiga al hombre por comer el fruto del árbol de la vida, el cual le hará inmortal como su creador.
Se ve muy presente en Gn. 3
Gn 6 7
El arco iris señala la primera alianza como puente entre Dios y la humanidad (Gn. 9, 13)
De aquí viene Babel que ese explica por bll, embrollar
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