El consuuiismo de Estados Unidos y la dependencie de Mexico.
Alfredo Jalife-Rahme
El auge mas largo de la economia de Estados Unidos, mas de siete anos, despues de la segunda guerra mundial se debe en gran medi-da a su consumismo desenfrenado, en una leclura muy superficial que ignora otras variables y factores de mayor preponderancia, Estados Unidos, la superpotencia unipolar, se ha convertido en el “importador de ultima instancia” {the importer of the last resort) de todo genero de mercancias provenientes del globo, lo que ha hecho vulnerable-mente dependientes a los llamados “paises emergentes” que viven de sus exportaciones para su subsistencia. Pero nadie seria tan altamen-te vulnerable a este diseno económico-financiero de flujos mercanti* les unidireccionales como Mexico que exporta sus mercancias allende el no Bravo en un rango de 8570-90%.
No nos vamos a entrometer en otro tipo de “importaciones” de flujos monetarios de Estados Unidos que succiona mil millones de dó-lares al dla del dinero mundial que ha alterado el orden monetario mundial a expensas de la periferia que sostiene un dolar elevado en su cotización, a pesar de su aberrante deficit de cuenta corriente, y que estimula la mega especulación bursatil de Wall Street que puede estallar en cualquier momento a partir del primer martes de noviem-bre (fecha de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, si es que no sucede antes debido a las fuertes presiones de los “mercados”).
Tampoco vamos a abordar el verdadero motor “invisible” que mantiene a flotę el “milagro de la economia” de Estados Unidos y que se conoce muy poco, aun a nivel academico (<sera por pereza mental o por conveniencia epistemológica para no revelar las miserias del modelo monetarista/central-banquista/libre-cambista/neo-liberal/globa-
Alfredo Jalife-Rahme es escritor y periodista. Ha sido acreedor al Premio Catedra UNESCO 1997 y al Premio Nacional de Periodismo.
lizador?): el medio cuatrilón (10 a la quinceava potencia en lenguaje an* glo-sajón) de dolares de “productos derivados sobre el mostrador” (de-rivotives over the counter) y los “fondos de cobertura de riesgo”, los ominosamente celebres hedge funds, que causaron los estragos del efecto Dragon asiatico y los otros “efectos” de los “paises emergentes”.
Asi que nos centraremos exclusivamente al enfoque “consumista”, grotescamente sesgado, mezdado de la supercheria de la “nueva eco-nomia” y los “efectos disipativos” de la inflación que se perderian en las redes de las prodigiosas telecomunicaciones que, segun los enga-nos de Alan Greenspan, el gobernador del Banco Central de Estados Unidos (Federal Reserve), explicaria el “milagro económico” de Estados Unidos en el que participarfa hilarantemente Mexico.
Medir el consumo comparativo de los paises no es tarea sencilla y los ingresos solo medidos en dólares, de los que su posesión de-pende la proclividad a “consumir”, son simple y llanamente deficien-tes. De alli que en ultimas fechas muchos hayan caido en la trampa de medir el consumo por medio del “poder de paridad de compra” que es exageradamente discriminativo y segregacionista al expresar que por un dolar gastado en el lumpen del subcontinente indio se adquiere mucho mas que en Beverly Hills. A la revista britanica The Economist (que traducido literalmente significa la niebla, por mist, de la “economia”) le ha dado por publicar anualmente el indice McDonald que entre insumos y consumos comparativos de los paises arro-ja el precio de una hamburguesa que naturalmente no vale lo mismo en Luxemburgo que en Bangla-Desh, lo cual es tan discriminativo y segregacionista que el pernnicioso “poder de paridad de compra” que sumę y somete a los “paises emergentes” a su triste destino al que son arrumbados por los grandes centros financieros globales.