321492342 Concilio de Calcedonia doc


INSTITUTO TEOLOGICO INTERDENOMINACIONAL

UNIVERSIDAD DE PLAYA ANCHA DE

CIENCIAS DE LA EDUCACION

CONCILIO DE CALCEDONIA

Asignatura: Teología II

Nombre Alumno: Juan E. Briceño L.

EVA

MAGASLY

Nombre del Profesor: Jorge Padget R.

- 2006 -

INDICE

INTRODUCCION

GLOSARIO

Docetismo: remota herejía cristiana que afirmaba que Jesucristo tenía sólo apariencia física. La doctrina adoptó varias formas: algunos defensores negaron categóricamente cualquier humanidad verdadera en Cristo; otros admitieron su encarnación pero no su sufrimiento, sugiriendo que convenció a uno de sus seguidores —quizá Judas Iscariote o Simón el Cireneo— para que le sustituyera en la cruz; y otros le atribuyeron un cuerpo celestial que era incapaz de sentir las miserias humanas.

Esta negación de la realidad física de Cristo fue el resultado del dualismo, una doctrina filosófica que consideraba lo material como representación del mal. Los docetistas, que conocían esta doctrina, concluyeron que Dios no podía ser asociado con la materia. No podían aceptar la interpretación literal de Juan 1,14 cuando dijo que el "Verbo se hizo carne".

Aunque en el Nuevo Testamento se hace alusión al docetismo, éste no se desarrolló por completo hasta los siglos II y III, cuando encontró un aliado en el gnosticismo. Esto provocó una vigorosa oposición por parte de los primeros autores cristianos, empezando por Ignacio de Antioquía e Ireneo, a principios del siglo II. El docetismo fue condenado de modo oficial en el año 451 en el Concilio de Calcedonia.

Dualismo: en filosofía occidental, teoría según la cual el universo sólo se explica como un todo formado por dos elementos distintos y entre sí irreductibles. En la filosofía platónica el dualismo último se establece entre el 'ser' y el 'no ser' o lo que es lo mismo, entre idea y materia. En el siglo XVII, el dualismo adoptó la forma de creencia en dos sustancias fundamentales, inteligencia y materia. El filósofo francés René Descartes, cuya interpretación del universo ejemplifica esta creencia, fue el primero en subrayar la diferencia irreconciliable entre sustancia pensante (inteligencia) y sustancia extensa (materia). La dificultad creada por este juicio era explicar la forma en que interactúan la inteligencia y la materia, como en apariencia lo hacen en el ámbito de la experiencia humana. Esta confusión provocó que algunos cartesianos negaran por completo cualquier interacción entre ambas. Afirmaban que la inteligencia y la materia son ineficaces por sí mismas para afectar una a la otra, y que cualquier acción recíproca entre las dos está provocada por Dios, quien, con ocasión de un cambio en una, produce el correspondiente cambio en la otra. Otros seguidores de Descartes abandonaron el dualismo por el monismo.

En el siglo XX, la reacción contra los aspectos monistas de la filosofía del idealismo ha resucitado en algún grado el dualismo. Una de las defensas más interesantes del dualismo es la del psicólogo anglo-estadounidense William McDougall, que dividió el universo en espíritu y materia y mantuvo que la evidencia del bien, tanto psicológica como biológica, señala el sustrato espiritual de los procesos fisiológicos. El filósofo francés Henri Bergson en su obra principal Materia y memoria adopta asimismo una posición dualista, definiendo la materia como lo que percibimos con nuestros sentidos y que tiene en sí misma las cualidades percibidas en ella, como color y resistencia. La inteligencia, por otro lado, se revela como memoria, la facultad de acumular el pasado y utilizarlo para modificar nuestras acciones presentes, lo que de otra forma sería tan solo mecánico. En sus últimos escritos, sin embargo, Bergson abandonó el dualismo y consideró la materia como una manifestación prendida del mismo impulso vital que compone la vida y la inteligencia.

El dualismo también posee un aspecto ético que descansa en el reconocimiento de los principios independientes y opuestos del bien y el mal.

CAPITULO I: CONCILIOS ECUMENICOS

CONCILIOS ECUMENICOS.

Son importantes asambleas de obispos y dirigentes de la Iglesia cristiana, en las que se discuten y regulan aspectos doctrinales.

La Iglesia Católica reconoce ocho concilios antes del cisma del año 1054, donde se produjo la separación de las Iglesias Orientales. Después reconoce trece pero la Iglesia Ortodoxa omite el IV Concilio de Constantinopla, donde se excomulgó al patriarca Focio.

Los concilios ecuménicos que se han desarrollado han sido los siguientes:

1.- I Concilio de Nicea del año 325.

2.- I Concilio de Constantinopla del año 381.

3.- Concilio de Efeso del año 431.

4.- Concilio de Calcedonia del año 451.

5.- II Concilio de Constantinopla del año 553.

6.- III Concilio de Constantinopla entre los años 680 - 681.

7.- II Concilio de Nicea del año 787.

8.- IV Concilio de Constantinopla entre los años 869 - 870.

9.- I Concilio de Letrán en el año 1123.

10.- II Concilio de Letrán del año 1139.

11.- III Concilio de Letrán del año 1179.

12.- IV Concilio de Letrán del año 1215.

13.- I Concilio de Lyon año 1245.

14.- II Concilio de Lyon del año 1274.

15.- Concilio de Vienne entre los años 1311 - 1312.

16.- Concilio de Constanza entre los años 1414 - 1418.

17.- Concilio de Ferrara - Florencia comienza en 1438 y termina en el año

1445.

18.- V Concilio de Letrán desde el año 1512 al 1517.

19.- Concilio de Trento desde el año 1545 al 1563.

20.- Concilio Vaticano I desde el año 1869 al 1870.

21.- Concilio Vaticano II desde el año 1962 al 1965.

CAPITULO II: CONCILIO DE CALCEDONIA

2.-CONCILIO DE CALCEDONIA.

2.1.- PRECEDENTES HISTORICOS

El Concilio de Calcedonia fue un concilio ecuménico Su principal propósito fue defender la doctrina católica ortodoxa en contra de las ideas de Eutiques y los Monofisistas.

Este problema comenzó a surgir en el Concilio de Efeso efectuado en el año 431 en el cual habían condenado las ideas de Nestorio que hablaba acerca de las dos personas en Cristo y que eran completamente independientes entre sí. Uno que se destacó en rebatir la tesis de Nestorio fue Cirilo de Alejandría.

Cirilo, aunque para algunos también se equivocó en destacar que no hay dos naturaleza en Cristo.

Aquí en esta disputa teológica surgen las ideas de Eutiques expresando que era seguidor de las ideas de Cirilo. Eutiques comenzó a predicar que la naturaleza humana de Cristo estaba como absorbida por la divina. Asi, resultaba un Cristo, no solo con una sola personalidad sino también con una sola naturaleza.

Afirmaron ellos que después de la Encarnación, ninguna distinción podía hacerse en Cristo entre lo divino y lo humano.

El error de Eutiques primero fue advertido por Domnus, patriarca de Antioquía; Eusebio, Obispo de Doryleum (Frigia), prefirió hacer una acusación formal en contra del primero, en un sínodo en Constantinopla en Noviembre de ese año. Esta junta declaró como materia de fe que después de la Encarnación, Cristo tenía dos naturalezas en una hipóstasis o persona, luego que Él era uno solo, un solo Hijo, un solo Señor. Eutiques, quien se presentó antes de este sínodo, protestó afirmando lo contrario, que antes de la Encarnación, existían dos naturalezas, pero que después de La Unión solo hubo una naturaleza en Cristo, y que la humanidad de Él no era de la misma esencia que la nuestra.

El Obispo Flaviano de Constantinopla, informó al Papa León y a otros Obispos de lo que había ocurrido en su ciudad. Eutiques ganó la simpatía del emperador, a través de los representantes de los monjes y los de Dióscoros, patriarca de Antioquía; el emperador fue inducido a convocar un nuevo Concilio en Éfeso. El Papa León, Dióscoros, y varios Obispos fueron invitados a asistir e investigar de nuevo la ortodoxia de Eutiques.

El Papa no pudo ir, pero envió a tres delegados como sus representantes y portadores de cartas a personajes prominentes de Oriente y al inminente sínodo. Entre esas cartas, todas las cuales llevan la fecha 13 de Junio del 449, está una conocida como "Epístola Dogmática" de León I, en la cual explica el misterio de la Encarnación, con referencia especial a las preguntas elevadas por Eutiques. Así, él declaró que después de la Encarnación, que fue adecuada a cada naturaleza y substancia en Cristo, permanecieron intactas, ambas unidas a una única persona, de tal forma, que cada naturaleza actuaba de acuerdo con sus propias cualidades y características.

El Papa no dudó en condenar a Eutiques y su doctrina. El Concilio se celebró en Éfeso, en Agosto del 449.

Otra consecuencia que sucedió fue que Flavio de Constantinopla fue depuesto y reemplazado por Anatolio.

León I, por otra parte, cuando fue completamente informado acerca de lo ocurrido en Éfeso, en un sínodo en Roma y a través de varias cartas, condenó todas las Actas del Concilio así llamado. Rehusó también a reconocer a Anatolio como Obispo oficial de Constantinopla, al menos hasta que pudiese dar explicaciones satisfactorias acerca de sus creencias. Al mismo tiempo, exigió al emperador convocar de nuevo a un Concilio en Italia, para enderezar los errores cometidos en Éfeso.

Teodosio sin embargo, declinó satisfacer los deseos del Papa. En un tiempo transcurrido fallecio Teodosio fue sucedido por su hermana Pulqueria, quien se casó con el general Marciano. Ambos se opusieron a la nueva enseñanza de Dióscoros y Eutiques, y Marciano escribió a León I invitándolo a un nuevo Concilio, de acuerdo al deseo del Papa. Mientras tanto, la situación había cambiado. Anatolio de Constantinopla, y con él, muchos otros Obispos, condenaron las enseñanzas de Eutiques y aceptaron la epístola dogmática del Papa León I.

Europa Occidental, mientras tanto, estaba en estado de agitación debido de los Hunos bajo Atila, por cuya razón, la mayoría de los Obispos Occidentales no podían asistir al Concilio convocado en el Oriente.

León I en consecuencia, se manifestó en varias ocasiones contra un Concilio y escribió en este sentido al emperador Marciano, la Emperatriz Pulqueria, Anatolio de Constantinopla y Julian de Cos; todas esas cartas llevan la fecha Junio 9 del 451.

El 17 de Mayo del 451, Marciano emitió un decreto, en nombre también del emperador Valentiniano III (425 - 455), ordenando que todos los Obispos metropolitanos, con sus Obispos diocesanos, se reunieran en Septiembre de ese año en Nicea, Bitinia, para un Concilio general que tenía el propósito de poner en orden las materias de la fé que estaban puesta en duda.

Insatisfecho con esta acción, el Papa, sin embargo, estuvo de acuerdo en enviar sus representantes a Nicea. Designó como delegado a Pascasio, Obispo de Lilybeum, (Marsala) en Sicilia.

Pascasio debía presidir Concilio en lugar del Papa. Del 24 al 26 de Junio del 451.

León I escribió varias cartas, al emperador Marciano, a su delegado Pascasio, a Anatolio de Constantinopla, y al sínodo mismo; en las que expresaba el deseo que los decretos de la asamblea debían estar conformes con sus enseñanzas, expuestas en sus epístolas dogmáticas. También se dieron instrucciones detalladas a los delegados papales, con guías para el Concilio; estos documentos, sin embargo, se han destruido, con la excepción de dos fragmentos preservados por las Actas del Concilio.

Muchos Obispos llegaron a Nicea durante el verano, pero la apertura de la asamblea se pospuso debido a la dificultad del emperador para estar presente. Finalmente, a disgusto de los Obispos, en quienes crecía el disgusto por la demora, Marciano solicitó su presencia en Calcedonia, vecina de Constantinopla. Lo que así se hizo, dando comienzo el Concilio el 8 de Octubre.

2.2.- CONCILIO DE CALCEDONIA

El Concilio de Calcedonia fue un concilio ecuménico tuvo lugar entre el 8 de Octubre y el 1 de noviembre del 451 en Calcedonia, ciudad de Bitinia ubicada en Asia Menor.

Los Obispos reunidos informaron al Papa que una copia de todas las Actas se le haría llegar en Marzo del 453. El Papa León I, ordenó hacer, a Julián de Cos, que estaba en Constantinopla, una colección de todas las Actas y traducirlas al latín. La mayoría de los documentos, especialmente las minutas de las sesiones, se escribieron en griego; otras, fueron publicadas en ambas lenguas, la griega y el latín. Eventualmente, casi todas ellas fueron traducidas a ambos idiomas. La versión latina, conocida como "versión antigua", fue probablemente hecha hacia el 500, tal vez por Dionisio el Exiguo.

Hacia mediados del siglo sexto, el diácono romano Rústico cuando estaba en Constantinopla con el Papa Vigilio (537 - 555), hizo numerosas correcciones, ya en Constantinopla o Calcedonia, a la "versión antigua", luego de compararla con la versión griega de las Actas, principalmente aquellas del monasterio "Acometae". Hay numerosas discrepancias en los diversos textos de las Actas, respecto al número de sesiones desarrolladas en el Concilio de Calcedonia, lo mismo en los historiadores de él, ya sea porque los manuscritos estén incompletos o porque dichas personas callaron acerca de las sesiones que trataron temas secundarios. De acuerdo al diácono Rústico, fueron dieciséis sesiones; esta división es comúnmente adoptada por los estudiosos, incluyendo el Obispo Hefele, el erudito historiador de los concilios. Si todas las reuniones independientes se contaran, habría cerca de veintiuna; varias de esas reuniones, sin embargo, se consideran suplementarias a las sesiones previas.

Todas se llevaron a cabo en la iglesia de Santa Eufemia Mártir, fuera de la ciudad, en dirección opuesta a Constantinopla.

No se conoce el número exacto de los Obispos presentes. En una carta a León I, el sínodo mismo habla de 520, aunque el Papa habla de 600, aunque una estimación habla de 630, incluyendo los representantes de los Obispos ausentes. Ningún Concilio previo podía ufanarse de tan gran número de Obispos reunidos, ya que apenas si igualaban y rara vez sobrepasaban ese número.

El honor de presidir esta Venerable asamblea recayó sobre Pascasio, Obispo de Lilybeum, el primero de los delegados papales, de acuerdo con la intención de León I, manifestada en su carta al emperador Marciano (Junio 24 del 451).

Un poco después del Concilio, escribiendo a los Obispos de la Galia, menciona que sus legados presidieron en su lugar en el sínodo de Oriente. Adicionalmente, proclamó la apertura del Concilio en el nombre y en lugar del Papa León I. Los miembros del sínodo reconocieron esta prerrogativa de los delegados papales, cuando escribiendo al Papa, declaraban que él los presidía a través de sus representantes.

Desde el principio de la primer sesión, los delegados papales, en cabeza de Pascasio, protestaron en contra de la presencia de Dióscoros de Alejandría. Se favoreció una acusación formal por herejía y acciones injustas cometidas en el Concilio de Éfeso llamado del Robo por parte de Eusebio de Doryleum, y por sugerencia de los comisionados imperiales, fue removido de su silla de entre los Obispos y privado del voto.

Para hacer una investigación completa de su caso, se leyeron las Actas completas del Concilio del Robo, con las del sínodo sostenido en el 448 por Flaviano de Constantinopla, lo que ocupó la primer sesión en su totalidad.

Al final, los comisionados imperiales declararon que puesto que Flaviano de Constantinopla y otros Obispos habían sido depuestos injustamente por el Concilio del Robo, debería ser justo que Dioscóros y los líderes de ese sínodo debían sufrir, ahora, ese mismo castigo. Un cierto número de los Obispos estuvo de acuerdo, pero finalmente se declararon satisfechos con la deposición única de Dióscoros.

La segunda sesión (Octubre 10) estuvo ocupada con la lectura de los testimonios relacionados con asuntos de fe, especialmente aquellos bajo discusión.

Entre ellos estaba los símbolos o credos de los concilios de Nicea (325) y Constantinopla (381); las dos cartas de San Cirilo de Alejandría, la segunda carta a Nestorio y la carta escrita a los Obispos de Antioquía en 433, después de su reconciliación con ellos; finalmente se leyó la epístola dogmática del Papa León I.

Todos estos documentos fueron aprobados por el Concilio. Cuando la famosa epístola del Papa fue leída, los miembros del Concilio manifestaron que la fe contenida en ella, era la fe de los Padres y de los Apóstoles; que a través de León, había hablado Pedro.

La tercer sesión tuvo lugar el 13 de Octubre; los comisionados imperiales y cierto número de Obispos estaban ausentes.

Eusebio de Doryleum presentó una nueva acusación en contra de Dióscoros de Alejandría, en la que los cargos de herejía e injusticia, cometidos durante el Concilio del Robo se repitieron de nuevo.

Tres eclesiásticos y un laico de Alejandría, presentaron igualmente acusaciones en contra del Obispo, quien fue declarado culpable de muchos cargos de injusticia y conducta impropia.

Al final de la sesión, los delegados papales declararon que Dióscoros debía ser privado de su cargo de Obispo y de todas las dignidades eclesiásticas por haber apoyado al herético Eutiques, por haber excomulgado al Papa León I y por haberse rehusado en responder a los cargos hechos en contra de él. Todos los miembros presentes estuvieron de acuerdo con esta proposición, y el decreto de deposición fue dado a conocer al mismo Dióscoros, a los eclesiásticos Alejandrinos que estaban con él en Calcedonia, a los emperadores Marciano y Valentiniano III, y a la Emperatriz Pulqueria.

La cuarta sesión que tuvo dos reuniones, se sostuvo entre el 17 y 20 de Octubre. Los Obispos de nuevo aprobaron la epístola dogmática del Papa León I a petición de los comisionados imperiales.

Los anteriores simpatizantes de Dióscoros en el Concilio del Robo, Juvenal de Jerusalem, Talasio de Cesarea en Capadocia, Eusebio de Ancyra, Eustacio de Berytus y Basil de Seleucia en Sicilia, fueron perdonados y admitidos a las sesiones.

Se hizo una investigación sobre la ortodoxia de varios Obispos de Egipto, los mismo que sobre los monjes y archimandritas sospechosos de ser seguidores de Eutiques.

Finalmente una disputa, entre Focio de Tiro y Eustacio de Berytus, acerca de la extensión territorial de sus respectivas jurisdicciones fue resuelta.

La quinta, ocurrida el 22 de Octubre; en ella los Obispos publicaron un decreto referente a la fe cristiana, que debía considerarse como un decreto dogmático específico del Cuarto Concilio General.

Se designó una comisión especial, compuesta por los delegados papales, Anatolio de Constantinopla, Máximo de Antioquía, Juvenal de Jerusalén y otras personas, para redactar el credo o símbolo.

Después, de nuevo aprobaron los decretos y símbolos del Concilio de Nicea (325), Constantinopla (381) y Éfeso (431), también como las enseñanzas de San Cirilo en contra de Nestorio y la epístola dogmática del Papa León I; el documento dice:

“Enseñamos... a uno y el mismo Cristo, Hijo, Señor, el único engendrado, conocido en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación.”

Después de recitar los decretos, todos los Obispos declararon que tal era la verdadera fe, y que todos debían inmediatamente colocar sus nombres en él. Los comisionados imperiales comunicaron que debían comunicar al emperador el decreto aprobado por los Obispos.

La sexta sesión (Octubre 25) se celebró con una especial solemnidad; Marciano y Pulqueria estaban presentes y muy atentos, con todos los comisionados imperiales y el Senado. El emperador habló en forma especial; los decretos de fe de la sesión precedente fueron leídos de nuevo y aprobados por él. Con alegres aclamaciones al emperador y la Emperatriz, que fueron comparados con Constantino y Helena, concluyeron las reuniones.

Se llegó al objeto del Concilio en la sexta sesión, y solo materias secundarias fueron tratadas en las siguientes sesiones; de ellas, la séptima y la octava se celebraron el 26 de Octubre.

En la séptima se aprobó un acuerdo entre Máximo de Antioquía y Juvenal de Jerusalén, de acuerdo al cual, el territorio del Patriarcado de Jerusalén se restringió a tres provincias en Palestina.

En la octava sesión, Teodoreto de Ciro, anteriormente un simpatizante de Nestorio, fue compelido a condenar el nombre de su amigo, bajo coerción de expulsión del Concilio. Fue luego reinstalado en obispado.

Las sesiones novena y décima (27 y 28 de Octubre) se ocuparon del caso de Ibas, Obispo de Edesa, quien había sido depuesto por las acusaciones de algunos de sus eclesiásticos. La acusación fue infundada e Ibas fue reinstalado en su cargo. Se tomó una decisión para que Máximo de Antioquía pagase una pensión a su depuesto predecesor, Donato.

Las sesiones décimo primera y décimo segunda (29 y 30 de Octubre) analizaron el conflicto entre Bassiano y Esteban, ambos elevados en forma sucesiva pero irregular a la sede de Éfeso. El Concilio declaró que debía escogerse un nuevo Obispo para esa ciudad, reteniendo los dos anteriores su dignidad episcopal, con una pensión tomada de los ingresos de la iglesia de Éfeso.

La decimotercera sesión (30 de Octubre) decidió sobre un conflicto de jurisdicción. Eunomio de Nicomedia y Anastasio de Nicea, reclamaban derechos metropolitanos, al menos para una parte de Bitinia. El Concilio decretó que en una provincia solo podría haber un Obispo metropolitano, decidiendo la disputa a favor del Obispo de Nicomedia.

La decimacuarta sesión (31 de Octubre) decidió sobre las rivalidades de Sabiniano y Atanasio por la obispado de Perrha en Siria. Sabiniano había sido escogido en lugar de Atanasio, depuesto por el sínodo de Antioquía en el 455; posteriormente Atanasio fue reinstalado por el Concilio de Éfeso, del Robo. El Concilio decretó que debían hacerse investigaciones adicionales sobre los cargos contra Atanasio; Sabiniano mantenía la sede en el interregno. Si los cargos eran falsos, Atanasio debía ser reinstalado y Sabiniano recibiría una pensión de la diócesis.

En la misma sesión se leyó una carta del Papa León I, y el Concilio aprobó las decisiones a favor de Máximo de Antioquía en su conflicto con Juvenal de Jerusalem, y su obligación de proveer con alimentos a su predecesor Domnus.

En la decimoquinta sesión (31 de Octubre), el Concilio adoptó y aprobó veintiocho cánones disciplinarios. Los delegados papales, sin embargo, también como los comisionados imperiales, abandonaron la sesión al principio, previendo probablemente, que debía definirse primero la posición jerárquica del Obispo de Constantinopla, como realmente ocurrió en el canon 28.

1.- Aprobó los cánones que provinieron de los sínodos anteriores

2.- Determinó castigos severos en contra de quienes confirieran órdenes o posiciones eclesiásticas por dinero, o recibieran tales órdenes o posiciones con ese mismo motivo, y actuaran como intermediarios en tales transacciones

3.- El tercero prohibió el tráfico seglar a todos los eclesiásticos, excepto en el interés de menores, huérfanos, y otras personas necesitadas

4.- Prohibió la erección de un monasterio u oratorio sin el permiso del propio Obispo, recomendando a los monjes una vida de retiro, mortificación y oración, y prohibiendo el recibo de esclavos sin el permiso del Superior

5.- Inculcó los cánones de los sínodos precedentes, referentes al traslado de Obispos y clérigos de una ciudad a otra

6.- Recomendó que nadie debía ser ordenado, a menos que fuese asignado a un oficio eclesiástico. Aquellos que fuesen ordenados en contrario a esta providencia, no debían ejercer dicho oficio

7.- Prohibió a los eclesiásticos desempeñarse en el arte militar o en un servicio seglar

8.- Decretó que los clérigos de las casas de caridad, monasterios, u oratorios de mártires, debían sujetarse al Obispo de su territorio

9.- Ordenó que los eclesiásticos debían conducir sus asuntos legales sólo ante el Obispo, el sínodo de la provincia, el Exarca o el Obispo de Constantinopla

10.- Prohibió a los eclesiásticos registrarse en las iglesias de diferentes lugares

11.- Ordenó que los pobres y necesitados, cuando viajasen, debían estar provistos de cartas de recomendación de las iglesias

12.- Prohibió a los Obispos obtener de los emperadores el título de metropolitano en perjuicio del verdadero metropolitano de esa provincia

13.- Prohibió a los clérigos extranjeros ejercer su oficio a menos que tuviesen cartas de recomendación de su respectivo Obispo

14.- Prohibió a los clérigos menores casarse con mujeres heréticas o entregar a sus hijos en matrimonio a herejes

15.- Ordenó que ninguna diaconisa se ordenase por debajo de los cuarenta años, y que a ninguna de ellas se le permitiese abandonar ese cargo y casarse

16.- Prohibió el matrimonio de vírgenes o monjes consagrados a Dios

17.- Ordenó que las parroquias en los distritos rurales debían permanecer bajo la jurisdicciones de sus respectivos Obispos; pero si una nueva ciudad fuese construida por el emperador, su organización eclesiástica debía determinarse por el Estado

18.- Prohibió las organizaciones secretas en la Iglesia, principalmente entre clérigos y monjes

19.- Ordenó que los Obispos de una provincia debían reunirse dos veces al año en un sínodo regular

20.- Prohibió de nuevo la transferencia de un eclesiástico de una ciudad a otra, excepto en el caso de necesidad grave

21.- Ordenó que las reclamaciones en contra de los Obispos o clérigos solo debían oírse luego de una investigación sobre el carácter del acusador

22.- Prohibió a los eclesiásticos apropiarse de los bienes de un Obispo muerto

23.- Prohibió a los clérigos y monjes vivir temporalmente en Constantinopla sin que mediase el permiso de su Obispo

24.- Ordenó que los monasterios, una vez establecidos, siempre con una propiedad adecuada, no debían convertirse a otros propósitos

25.- Ordenó que el metropolitano debía ordenar los Obispos de su provincia dentro de los tres meses posteriores a su elección

26.- Ordenó que la propiedad eclesiástica no debía administrarse únicamente por el Obispo, sino por un procurador especial

27.- Decretó severas penas en contra del rapto de mujeres

28.- Ratificó el tercer canon del Concilio de Constantinopla (381), y decretó que puesto que la ciudad de Constantinopla fue honrada con el privilegio de tener al emperador y el Senado dentro de ella, su Obispo también debía tener prerrogativas especiales y ser el segundo en rango, después del Obispo de Roma. En consecuencia él debía consagrar los tres Obispos de las diócesis del Ponto, Asia y Capadocia.

Además, el Concilio condenó como herético el docetismo y prohibió la ordenación sacerdotal a cambio de dinero.

CAPITULO II: PERSONAJES Y LUGARES DESTACADOS DE ESTE CONCILIO

CALCEDONIA:

Antiguo puerto de mar de Bitinia (Asia Menor), en el mar de Mármara, en el extremo sur del estrecho del Bósforo, frente a Bizancio (posteriormente Constantinopla, actual Estambul, en Turquía).

Fundada hacia el 685 a.C. por colonos griegos de la ciudad de Megara, fue regida durante mucho tiempo por los reyes de Bitinia hasta convertirse en posesión romana en el siglo I a.C.

En el 451 d.C. el papa León I celebró el IV Concilio Ecuménico de la Iglesia cristiana en Calcedonia, donde se condenó la doctrina herética del monofisismo.

La ciudad decayó tras pasar a manos persas en el 616.

Fue saqueada por turcos otomanos en 1453, y las piedras de sus edificios se reutilizaron para la construcción de monumentos otomanos en Constantinopla.

El suburbio de Kadiköy (en Estambul) se encuentra en el emplazamiento de Calcedonia.

EUTIQUES:

Monje bizantino, defensor del monofisismo, doctrina según la cual Cristo tiene una única naturaleza divina y no posee naturaleza humana.

Dio su nombre a la herejía más influyente de la historia de la Iglesia, el eutiquianismo.

Según su propia declaración en el año 448, Eutiques, también llamado Eutiquio, vivió en un monasterio cerca de Constantinopla durante 70 años y fue archimandrita (o abad) durante 30 de ellos. Como responsable de una comunidad monástica próxima a la capital bizantina y estrecho colaborador del emperador Teodosio II, fue un aliado de san Cirilo, patriarca de Alejandría, en la controversia contra Nestorio aunque carecía de la inteligencia y flexibilidad de Cirilo.

Tras la muerte de éste en el año 444, Eutiques comenzó a imponer de manera inflexible la fórmula de la única naturaleza del Encarnado. Fue acusado ante el sínodo local de Constantinopla y depuesto en el año 448 por Flaviano, patriarca de Constantinopla.

El papa León I ratificó la condena de Eutiques y se convirtió en el gran adversario del eutiquianismo.

En su famoso Tome destinado a Flaviano (449), el Papa definió la doctrina de las “dos naturalezas” (divina y humana) en Jesús.

Pero Dióscoro, sucesor de Cirilo, no aceptó la destitución de Eutiques y alentó a Teodosio a convocar un concilio ecuménico. El Conciliábulo de Éfeso (449), presidido por Dióscoro, fue escenario de violentos debates.

El juicio contra Eutiques fue anulado y Flaviano depuesto y exiliado. Las peticiones de Roma y Constantinopla de un nuevo e independiente concilio fueron inútiles. Pero a la muerte de Teodosio en el año 450, la emperatriz Pulqueria y el emperador Marciano, que estaba a favor de la doctrina de las dos naturalezas, asumieron el poder, y se convocó un nuevo Concilio ecuménico en Calcedonia en el año 451, en donde, el Tome de León I fue aceptado desde el principio.

Eutiques permaneció desterrado, aunque siguió haciendo campaña contra la doctrina de las dos naturalezas hasta su muerte.

MONOFISISMO:

El monofisismo (del griego, monos, "uno", y physis, "naturaleza") es una doctrina teológica que sostiene que en Jesús sólo estaba presente la naturaleza divina, y no también la humana, contra el dogma ortodoxo de la Iglesia Católica que sostiene la doble naturaleza de Cristo.

La doctrina monofisita, predicada entre otros por el abad alejandrino Eutiques, llamado por eso en ocasiones eutiquianismo, fue declarada herética en el Concilio de Calcedonia del año 451. Sin embargo, la condena no fue aceptada ni por las congregaciones egipcias ni sirias. Los enviados armenios, que llegaron tarde al Concilio, tampoco aceptaron la condena.

Los esfuerzos por unir a la Iglesia no dieron grandes resultados. Durante la época de Justiniano, los monofisitas sirios fueron liderados por Jacobo Baradeo de Edesa, amigo de la emperatriz Teodora, y con el tiempo su Iglesia fue llamada jacobita.

Mientras que los monofisitas egipcios recibieron el nombre de coptos.

Pero a pesar de su condena como Herejía siguió manteniendo su carácter popular en algunas regiones del Imperio de Oriente como en Egipto, Siria o Palestina.

DIOSCORO

PAPA LEON I:

Llamado el Grande, fue el administrador más competente de la antigua Iglesia y estableció la primacía del obispo de Roma sobre los demás.

Parece ser que nació en Toscana, y trabajó como eclesiástico en Roma mucho antes de su elección como papa.

Sucesor de Sixto III, fue consagrado obispo de Roma el 29 de septiembre del año 440, en una época en la que el mundo occidental se desintegraba.

Se concentró en la creación de un gobierno central fuerte de la Iglesia y en la erradicación de las herejías. Su influencia se demostró al convocar un sínodo de obispos en Milán (451), la sede más fuerte del norte de Italia fuera de su propia jurisdicción metropolitana. Cuando el obispo Hilario de Arles le retó al convocar un sínodo en Roma, León I le confinó en su diócesis por decreto imperial.

En el 452 convenció a Átila, rey de los hunos, para que no invadiera Roma.

En el 455 a Genserico el vándalo para evitar que saqueara la ciudad.

León I también actuó con decisión en Oriente, aunque no siempre encontró el mismo apoyo imperial, o incluso episcopal.

Su mayor triunfo fue el Concilio de Calcedonia (451), presidido por sus propios emisarios. Se convocó para condenar la herejía del eutiquianismo, una forma de monofisismo, doctrina defendida por el monje bizantino Eutiques, que afirma una naturaleza única (divina) de Cristo.

La definición de León de las dos naturalezas (divina y humana) de Cristo en su carta doctrinal al patriarca de Constantinopla, Tome (449), fue aprobada por el Concilio con las famosas palabras "Pedro ha hablado a través de León".

Sin ser excepcionales, los sermones y cartas de León I que han llegado hasta nosotros expresan formulaciones claras sobre creencias y disciplina. Su gran logro administrativo fue unificar los procedimientos eclesiásticos y la primacía papal con la Ley romana. Murió el 10 de noviembre del 461.

TEODOCIO II (401 - 450):

Emperador bizantino (408-450). Nieto de Teodosio I el Grande e hijo del primer emperador de Oriente, Arcadio, a quien sucedió; nació en Constantinopla.

Desde su ascenso al trono, ejerció la regencia el precepto Antemio, hasta que, en el 414, pasó a desempeñarla su hermana Pulqueria (sólo dos años mayor que Teodosio y más tarde santa).

En el 425, reconoció a Valentiniano III como augusto de Occidente, después de que sus ejércitos derrotaran al usurpador Juan en la península Itálica.

Amenazado principalmente por el avance de los hunos, consignó con el jefe de éstos, Atila, un oneroso acuerdo.

Aunque derrotó a los gobernantes Sasánidas persas, los vándalos del norte de África vencieron a sus ejércitos hacia el 431. Durante su reinado, se llevó a cabo el Concilio de Éfeso (431) y la recopilación legislativa conocida como Código Teodosiano (438).

MARCIANO

PULQUERIA

CAPITULO III: IGLESIAS ORIENTALES

IGLESIA DE ARMENIA:

Iglesia armenia, nombre que recibe una de las ramas más antiguas de la fe cristiana. Los relatos auténticos más antiguos de las primeras incursiones cristianas en Armenia, datan de los escritos apostólicos de san Gregorio el Iluminador, quien, en el 303, convirtió al cristianismo al rey Tiridates III y a muchos miembros de su corte.

El cristianismo cobró mucha fuerza en Armenia gracias a la traducción de la Biblia al armenio; este trabajo fue realizado por el monje y erudito armenio san Mesrob.

Cuando se planteó la controversia eclesiástica referente a la doble naturaleza de Cristo, la Iglesia armenia se negó a aceptar las decisiones tomadas en el Concilio de Calcedonia y formó una Iglesia aparte, que a veces recibe el nombre de Iglesia gregoriana.

En 1439 algunos miembros de la Iglesia armenia aceptaron unirse con la Iglesia católica. A pesar de que luego fueron seriamente repudiados, un grupo de católicos armenios decidió aceptar la supremacía y autoridad papal, pero representado por su propio patriarca católico armenio de Sis o Cilicia (en Beirut, Líbano), papado que se constituyó en 1742 según ritos armenios.

El grupo más grande que aún existe de miembros de la Iglesia armenia, reside en Echmiadzin, un monasterio cerca de Ereván (Armenia), que es dirigido por católicos del Papa de la Iglesia de Armenia. Mantiene la autoridad, aunque sólo en el plano formal, sobre los patriarcas armenios de Jerusalén y Constantinopla (Estambul, Turquía). El monasterio ha sido la sede central eclesiástica armenia desde el siglo IV, y se dice que es la fundación monástica más antigua de la cristiandad.

IGLESIA COPTA

Iglesia copta, la iglesia cristiana más grande de Egipto, cuyo nombre deriva de la palabra griega 'egipcio' (en árabe, qubt, occidentalizado como copto), y apunta a sus orígenes nacionales.

Según la tradición, aunque no es comprobable, el origen de la predicación cristiana en Egipto se atribuye al apóstol Marcos.

Según recientes investigaciones de estudiosos, los orígenes del cristianismo en Egipto deberían buscarse entre los judíos que vivieron en Alejandría durante el siglo I d.C. Hacia finales del siglo II, la escuela catequista cristiana de Alejandría, la ciudad más grande del Egipto helenístico, encabezada por Clemente de Alejandría, ya había adquirido gran fama.

Origen, el fundador de la teología cristiana griega y de la ciencia bíblica, fue el sucesor de Clemente en la dirección de la escuela. Durante los siglos IV y V, dos grandes obispos de Alejandría defendieron al cristiano ortodoxo: san Atanasio, del arrianismo, y san Cirilo, del nestorianismo.

Sin embargo, algunos egipcios cristianos se negaban a admitir el dogma del Concilio de Calcedonia (451), en el que se definía a la persona de Jesucristo como "uno en dos naturalezas". La doctrina de las "dos naturalezas" implicaba que existían dos Cristos, uno divino y uno humano, por lo que consideraban que estas ideas estaban contaminadas de nestorianismo.

Se apoyaban en la terminología de san Cirilo, quien había hablado de "la Palabra, una naturaleza encarnada de Dios". Aquellos egipcios cristianos que rechazaban el Concilio de Calcedonia, aceptado tanto en Constantinopla como en Roma, tuvieron que afrontar acusaciones de monofisismo, es decir, la creencia de que Cristo es sólo una naturaleza y no dos.

Sólo unos pocos alejandrinos se mantuvieron fieles a la ortodoxia de Calcedonia. Dado que esta minoría recibió el apoyo de las autoridades imperiales bizantinas, los coptos desarrollaron una actitud negativa en el plano cultural y educacional en contra del Imperio bizantino.

Esta hostilidad facilitó que los árabes musulmanes pudieran conquistar Egipto en el siglo VII.

Hoy en día la población copta cristiana de Egipto constituye una minoría, aunque importante, de unos siete millones de miembros, a pesar de que las estadísticas gubernamentales tienden a reducir esta cifra. De acuerdo con la tradición la iglesia copta está encabezada por el Papa y patriarca de Alejandría, que es nombrado por un colegio electoral formado por miembros del clero y por laicos, con una elección final de entre la terna, elegida mediante sorteo.

Después de que el gobierno egipcio confinara al Papa a un monasterio desierto, en septiembre de 1981, las relaciones entre la Iglesia y el Estado fueron atendidas por una comisión de cinco clérigos coptos; a principios de 1985 el Papa fue restablecido en el poder.

Hoy en día, y con el florecimiento de la tradición monástica que databa de los primeros años de la era cristiana, la Iglesia ha fomentado el desarrollo de un moderno sistema de colegios.

La Iglesia copta también ha sido muy activa en cuanto a su comunicación con las comunidades etíopes, armenias, jacobitas y malabares. Recientes discusiones entre teólogos cópticos y ortodoxos de Oriente, indican que los problemas y los conflictos del pasado, provocados sobre todo por no comprender bien el otro idioma, podrían ser superados y restaurada así la comunión entre los dos.

IGLESIA JACOBINA

Iglesia jacobita, antiguo grupo cristiano, llamado así por Iakub Bar Adai (Jacobo Baradeo), que en Siria encabezó la oposición monofisita a la declaración de las dos naturalezas de Cristo por el Concilio de Calcedonia (451).

Perseguidos por el Imperio romano, los monofisitas contaron con cierta simpatía de la emperatriz Teodora, que en el año 543 planeó la consagración secreta de Jacobo como obispo de Edesa y como metropolitano ecuménico. Este título implicaba que él asumía la labor de perpetuar una jerarquía monofisita que en sus primeros tiempos fue considerada ilegal en Siria.

Con el apoyo de una parte sustancial de la población la Iglesia jacobita sobrevivió a la persecución bizantina, a la ocupación musulmana y a la presencia de los cruzados.

En la época medieval un grupo de jacobitas empezó a ser muy conocido en el mundo musulmán, en particular por sus actividades como médicos e historiadores.

Presidida por un patriarca de Antioquía, que reside en la actualidad en Damasco (Siria) la Iglesia es conocida también como siria ortodoxa. El término jacobita se aplica también a la antigua Iglesia cristiana de Malabar, en la India, que se incorporó a la Iglesia siria en el siglo XVI aunque hoy es independiente. En Siria, Líbano e Irak, la creencia jacobita cuenta con unos 100.000 fieles.

La Iglesia jacobita, manteniendo su oposición al Concilio de Calcedonia, confiesa de forma oficial la "única naturaleza divina y humana" de Cristo (monofisismo).

Está distanciada del catolicismo romano y del ortodoxo aunque está en comunión con las otras Iglesias no calcedonias u ortodoxas orientales: la armenia, la copta y la etíope. Utiliza el siríaco como lengua litúrgica y conserva la antigua tradición de la Iglesia de Antioquía. Todos sus miembros hablan árabe.

BIBLIOGRAFIA

1.- Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos. (Consultada el 25 de julio del 2006).

2.- www.enciclopediacatolica.com/c/concilcalcedon.htm (Consultada el 26 de julio del 2006).

3.- es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Calcedonia (Consultada el 26 de julio del 2006).

4.-espanol.geocities.com/iglesia_catolica/biblioteca/calcedonia.html (Consultada el 26 de julio del 2006).

5.-www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/audiences/1988/documents/hf_jp-ii_aud_19880323_sp.html (Consultada el 26 de julio del 2006).

ANEXOS

ANEXO I: MAPA DE CONSTANTINOPLA

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