84596524 San AgustA n de Hipona


Introducción: San Agustín es un hombre extraordinario, que nace en una familia de madre cristiana. Sin embargo, la verdad del cristianismo no le llega al corazón hasta la edad adulta. Un hombre siempre en la búsqueda de la verdad, un hombre sumamente brillante. Conocer a san Agustín, es tener un ejemplo en nuestra conciencia y en nuestro corazón, tanto para el crecimiento humano, la comprensión del mismo y su comportamiento, así como el espíritu y la trascendencia a Dios, que es la fuente por la cual emanan todas los cosas.

Biografía.

Agustín, nació en Tagaste, en la provincia de Nunidia, el 13 de noviembre del año 354, hijo de Padre pagano llamado Patricio y de madre cristiana, llamada Mónica. Ésta, educó a su hijo como cristiano. En el año 365 se traslado a la ciudad de Madaura, donde estudio la gramática y literatura latina. Agustín se distingue por haber sido un hombre de pasiones vivas y vehementes, sin embargo, a pesar de su vida de irregularidad, fue un estudiante brillante que nunca descuidó sus estudios.

Poco después de haber leído el Hortensio de Cicerón, que dirigió su vida a la búsqueda de la verdad, Agustín aceptó la doctrina de los maniqueos, que parecía darle una presentación racional de la verdad, en contraste con las ideas bárbaras del cristianismo. Hacia el año 374 Agustín regresó Tagaste y allí enseñó la gramática y la literatura latina. Publicó su primera obra en prosa De pulchro et apto. Luego de pertenecer a la secta de los maniqueos, Agustín decepcionado de no encontrar respuestas en esta secta, viaja a Roma y ahí se convierte en profesor en Milán en el año 384, En aquel tiempo Agustín leyó algunos tratados platónicos: las Enneadas de Plotino. En Milán agustín comienza a retomar el cristianismo debido a los sermones del obispo de aquel lugar (San Ambrosio).

Agustín, comienza a escuchar a San Ambrosio y queda impresionado, no por acercarse a la Iglesia, sino por la elocuencia con la que Ambrosio maneja su discurso. Mónica se entera de que su hijo está escuchando al obispo y parte hacia Milán para estar con él. Agustín al paso del tiempo comienza a albergar la esperanza cristiana, comienza con hacer un poco de ascesis pero en una etapa muy insipiente. Después Agustín teniendo una buena relación con el presbítero Simpliciano, que dominaba al filosofo Mario Victorino y gracias a las enseñanzas de san Ambrosio, encuentra las respuestas filosóficas que no había encontrado en la secta de los maniqueos. Después, empezó a releer el Nuevo Testamento, particularmente los escritos de san Pablo. Hacia el 01 de agosto del año 386, tiene la experiencia del toma y lee, donde se encontró con el texto de la sagrada Escritura: Como en pleno día, procedamos con decoro: nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias (Rom 13, 13)

Si el neoplatonismo, le sugirió la idea de la contemplación de las cosas espirituales, de la sabiduría en el sentido intelectual, el nuevo Testamento le mostró que era también necesario llevar una vida en conformidad con la sabiduría, esta conversión de san Agustín le ocurrió en el año 386. En los años consecutivos Agustín escribió una infinidad de obras. Del 26 de agosto al octubre, San Agustín se retira a hacer penitencia. Ya para esta fecha Agustín comienza a escribir: Análisis filosófico de la fe del cristiano. El 24 de abril del año 387 Agustín y Adeodato son bautizados por Ambrosio en el bautisterio de Milán. De Milán bajan a Roma y Mónica muere en este mismo año. Ahí en Roma escribió el libero albritio. El De quantiate animae y otras obras. Para el verano del año siguiente Agustín viaja a Tagaste, donde vivirá por tres años. La fama de la sabiduría de Agustín fue creciendo por lo que luego de una debida preparación en la doctrina católica, y para el año de 390 es invitado a Hipona, por el Obispo Valerio. Quién promueve al pueblo para ordenar a Agustín. Nuestro autor fue ordenado sacerdote para esa fecha. La predicación estaba reservada al Obispo y Valerio ordenó a Agustín para que predique. El doctor de la gracia pide a Valerio profundizar en la escritura. Hacia el año de 15 de marzo del año del 391.

fue consagrado Obispo auxiliar de Hipona. San Agustín se distinguió por su infinidad de tratados, por su sabiduría, por su desempeño pastoral el cual fue ejemplar y sigue siendo ejemplar hasta los días de hoy. A

Índice cronológico de las obras de san Agustín

Año                  Obra

386....................Contra los académicos
386....................La vida feliz
386....................El orden
387....................Soliloquios
387....................
La inmortalidad del alma
387-88...............
La dimensión del alma
387-91...............
La música
388....................
Las costumbres de la Iglesia y la de los maniqueos
388-90...............Comentario al Génesis contra los maniqueos
388-95...............El libre albedrío
389....................El maestro
389-91...............La verdadera religión
389-96...............Ochenta y tres cuestiones diversas
391-92...............Utilidad de la fe
391-92...............Las dos almas del hombre
391-92...............Actas del debate contra el maniqueo Fortunato
393....................La fe y el Símbolo de los apóstoles
393....................Comentario literal al Génesis, incompleto
393-96...............El sermón de la montaña
393-96...............Salmo contra la secta de Donato
393-96...............Réplica a Adimanto, discípulo de Manés
393-96...............Exposición de algunos textos de la carta a los romanos
393-96...............Exposición de la Carta a los Gálatas
393-96...............Exposición incoada de la Carta a los Romanos
393-96...............Carta 28 a Jerónimo
394-95...............La mentira
394-95...............La continencia
396-97...............Cuestiones diversas a Simpliciano
396-97...............El combate cristiano
396-97...............Réplica a la Carta de Manés, llamada "del Fundamento"
396-97...............La Doctrina Cristiana
397-400.............Cuestiones de los evangelios
397-400.............Anotaciones al libro de Job
400....................La catequesis a los principiantes
400....................Las confesiones
400....................Réplica a Fausto, el maniqueo
400....................Concordancia de los evangelios
400....................El trabajo de los monjes
400....................La fe en lo que no vemos
400....................Réplica a la carta de Parmeniano
400....................Tratado sobre el bautismo
400....................La bondad del matrimonio
400-401..............La santa virginidad
401....................Réplica a las cartas de Petiliano
402....................Carta a los católicos sobre la secta donatista (la unidad de la Iglesia)
400-416..............La Trinidad
401-415..............Comentario literal al Génesis
404....................Actas del debate con el maniqueo Félix
405....................Naturaleza del bien
405-406..............Respuesta al maniqueo Secundino
405-406..............Carta 82, a Jerónimo
406....................Réplica al gramático Cresconio, donatista
406-411..............La adivinación diabólica
408....................Carta 93, a Vicente Rogatista
408-409..............Seis cuestiones contra los paganos (carta 102)
409....................Carta 108, a Macrobio
410....................Carta 118, a Dióscaro
410....................Carta 120, a Consencio
410....................El único bautismo (Réplica a Petiliano)
411....................Resumen del debate con los donatistas
412....................Mensaje a los donatistas después del debate
412....................Carta 137, a Volusiano
412....................Carta 138, a Marcelino
412....................Carta 140, a Honorio
412....................Consecuencia y perdón de los pecados y el bautismo de los niños
412....................El espíritu y la letra
413……………La cuidad de Dios.

391-415..............Comentarios a los salmos (1º): 1-40
391-415..............Comentarios a los salmos (2º): 41-75
391-415..............Comentarios a los salmos (3º): 76-117
391-415..............Comentarios a los salmos (4º): 118-150
416-417..............Tratados sobre el Evangelio de San Juan 1-35
416-417..............Tratados sobre el Evangelio de San Juan 36-124
416....................Tratado sobre la Primera carta de San Juan
417....................Las actas del proceso a Pelagio
417....................Carta 186, a Paulino
418....................La gracia de Jesucristo y el pecado original
418....................Carta 194, a Sixto
418....................Sermón a los fieles de la Iglesia de Cesarea
418....................Actas del debate con el donatista Emérito
418....................La paciencia
419....................Las uniones adulterinas
419....................Cuestiones sobre el Heptateuco
420....................El matrimonio y la concupiscencia
420....................Réplica a las dos cartas de los pelagianos
420....................Contra la mentira
420....................Réplica a Gaudencio, obispo donatista
420....................Réplica al adversario de la Ley y los Profetas
421....................Réplica a Juliano
421....................Manual de fe, esperanza y caridad (Enquiridion)
421....................La piedad con los difuntos
422....................Respuestas a las ocho preguntas de Dulquicio
423....................Carta 211
426-427..............La gracia y el libre albedrío
426-427..............La corrección y la gracia
426-427..............Las revisiones
427....................Carta 217, a Vidal
427....................Espejo de la Sagrada Escritura
428....................Debate con Máximo, obispo arriano
428....................Réplica al mismo Maximino, arriano
428....................Las herejías, dedicado a Quodvuldeo
428....................Tratado contra los judíos
428-429..............La predestinación de los santos
428-429..............El don de la perseverancia
430....................Réplica a Juliano, obra incompleta, libs. 1-3
430....................Réplica a Juliano, obra incompleta, libs. 4-6
386-430..............Cartas: 1-123
386-430..............Cartas: 124-187
386-430..............Cartas: 188-270 y otras
.........................Sermones 1-50
.........................Sermones 51-116
.........................Sermones 117-183
.........................Sermones 184-272B
.........................Sermones 273-338
.........................Sermones 339

3. Formación filosófica.

San Agustín es un gran vehículo de la trasmisión a la Edad Media de numerosas nociones filosóficas. Agustín conoció los principales sistemas de la filosofía griega, pero casi de segunda mano. Considera a los pitagóricos, habla también de los eleáticos, conoció algunas de las obras de Aristóteles. Su conocimiento de Platón se redujo quizá al Fedón y al Timeo, que pudo conocer por Cicerón y Mario Victorino. Aunque Agustín admiraba la doctrina de Platón, siempre conservó la convicción de su afinidad con el cristianismo. A Platón era, posible incorporarlo a una filosofía cristiana, sólo con someterlo a pequeños retoques. Es verdad que San Agustín asimiló mucho del platonismo. Sin embargo, esto no le impidió nunca señalar sus errores, subordinándolo siempre al dogma cristiano. San Agustín no es un neoplatónico cristiano, sino un cristiano que utiliza algunos elementos del neoplatonismo, en cuanto que estos mismos le son útiles para expresar sus creencias. No conoció el platonismo de manera íntegra ni tampoco lo aceptó como sistema total.

a) Razón y fe: La Obra de san Agustín es un bloque de una sola pieza. No reconoce más que una sola Verdad a la que se entrega y abraza, la considera como emanación de Dios y se convierte en la ley de su ser. La razón y la fe son dos cosas distintas, pero en el hombre cristiano no funcionan de manera aislada, sino en una íntima y profunda compenetración, San Agustín no es un puro filósofo, que utiliza su razón para investigar los problemas de las cosas. La insuficiencia de la filosofía haya su complemento en la plenitud de la verdad descubierta por la fe. De esta manera, fe y razón intrínsicamente combinadas y compenetradas, sin anularse ni excluirse, colaboran estrechamente en las etapas de un proceso intelectual, que se desemboca finalmente en el amor. Es decir: primero la inteligencia prepara para a la fe, después la fe se dirige e ilumina a la inteligencia.

La fe purifica y esclarece los ojos del alma y la libera del atractivo falaz de los sentidos. Mediante esta purificación el alma se eleva por encima de las cosas sensibles y llega al conocimiento de las inteligibles. La razón es un poderoso auxiliar para hallar en las criaturas semejanzas que aclaren y hagan inteligible el contenido de la fe. La razón tiene un límite, y no sirve para explicar todos los misterios. La fe ayuda a entender, y debe ser la regla en la investigación racional sobre los misterios. Para esta investigación es necesaria una vida virtuosa.

b) Actitud ante la filosofía: La actitud de San Agustín, tiene gran mérito de haber superado definitivamente las vacilaciones, los escrúpulos y las desconfianzas de otros Padres anteriores, dando acogida a las artes liberales y a la filosofía. La filosofía es buena y útil con tal de que no se oponga a la verdad revelada del cristianismo. La actitud de Agustín es acogedora aparece claramente en su obra De doctrina christiana. Aborda el problema del uso que debe hacerse de las disciplinas humanas, para ponerlas al servicio de las ciencias sagradas.

c) La filosofía: Noción y división, la filosofía es amor de la sabiduría. San Agustín concede gran importancia a la lógica y la ética. La ética porque el fin de la filosofía es la felicidad. Pero no oculta su escasa estima por la física.

Sus objetivos predilectos de investigación son: Dios, el alma y la felicidad eterna. Toda su especulación es ascensional. Por encima de todo busca a Dios. El mundo y las cosas exteriores solamente le interesan en cuanto que le conducen al conocimiento de sí y por medio de esto le ayuda a elevarse al de Dios. Pero después de haber conocido a Dios, ese conocimiento revierte como una iluminación sobre el mismo hombre y el mundo, contribuyendo a su comprensión. El lema de Agustín sería: De lo exterior a lo interior y de lo interior a lo superior.

d) Ciencia y sabiduría: No se trata de dos modos de conocimiento, sino que corresponden a dos objetos: antológica y psicológica. El doble orden de realidades sensibles e inteligibles, se refleja en el modo de conocimiento: Ratio inferior (ciencia) ratio superior (sabiduría) las cosas y realidades temporales se ordenan a las eternas.

Ciencia: tiene por objeto el conocimiento racional de las cosas temporales y mudables del mundo sensible.

Sabiduría: Se ocupa del conocimiento intelectual de las realidades y verdades eternas e inmutables del mundo suprasensible. En las cosas exteriores el alma no encontrará lo que busca. Así la ciencia tiene un valor propedéutico para la sabiduría divina.

e) Interiorismo Agustiniano: El agustinismo aporta a las almas la interioridad, el apetito de la bienaventuranza, la convicción del bien religioso de la inteligencia, la fe en la soberanía absoluta de la gracia, la primacía en una antropología, la percepción realista de la economía de la salvación a través de la historia y más allá de los ciclos del cosmos.

A san Agustín le interesa sobre todo el conocimiento del hombre y de Dios, pero poco del mundo sensible. Más para esto hay que apartarse de las cosas exteriores. El mundo y las cosas exteriores solamente le interesan en cuanto que le conducen al conocimiento de sí y por medio de esto le ayuda a elevarse al de Dios.

f) Teología: Dios es el centro de todas las cosas y Agustín nos lo presenta de tres maneras:

La negación de la existencia de Dios es una locura. A san agustín no le interesó exponer sistemáticamente una serie de pruebas de la existencia de Dios, pero es fácil encontrar en sus escritos un conjunto de argumentos cosmológicos, psicológicos y morales, cuya forma literaria no disminuye en nada su valor probativo.

Dios es un ser en sí mismo y la realidad suprema, principio y fuente de todas los seres. Todos los seres fuera de Dios son mudables y nunca permanecen en un mismo ser. Sólo Dios es la esencia inmutable, en el pleno sentido de la palabra. Nada puede adquirir y perder. Es perfecto y se basta a sí mismo. En platón por encima del mundo sensible existía el mundo de las Ideas, que eran seres reales y personales y superiores al Demiurgo, el cual creaba todas las cosas como modelos ejemplares de su obra. Para san Agustín Dios es Uno y Trino, es una esencia inmutable y eterna (Padre, Hijo y Espíritu Santo). En Dios uno y Trino existen desde toda la eternidad las ideas ejemplares, modelos o arquetipos de todas las cosas.

g) La creación: Todos los seres presentes y pasados están representados en las Ideas divinas. Dios es el sol del mundo inteligible, la Luz increada, de la cual derivan todas las luces creadas y participadas. Plotino había dicho, que el ser es luz en la medida en que es. Pero san Agustín pone sumo cuidado en distinguir su irradiación de la neoplatónica, depurándola de todo sentido panteísta. Es decir, una cosa es la luz divina y otra es la luz creada que procede de Dios. El mundo no es una emanación degradada del Nous, sino que procede de una verdadera creación de Dios, el cual crea las cosas de la nada por un acto libre y absolutamente voluntario, pues la voluntad divina no puede ser determinada, ni obligada por algún motivo exterior a sí misma. Dios ha creado al mundo porque ha querido, no hay un ser superior a Dios.

El relato de la creación de Génesis no hay que entenderlo en sentido literal, sino alegórico. Dios realizó toda su obra creadora en un instante. Pero continúa con la conservación del mismo y de su providencia a través del tiempo. En el primer momento creó la matera caótica e informe, depositando en ella todos los gérmenes de donde irán saliendo todos los seres conforme al modo y al tiempo que previó y determinó en el primer momento de la creación.

h) Ejemplarismo: Una consecuencia de este concepto de las ideas divinas y de la creación es el ejemplarismo. Dios ha dejado en las cosas la huella de la creación. Todos los seres, pero en especial el alma humana, son imágenes en las que Dios se refleja en cierta manera. El alma humana lleva impresa la imagen de la Trinidad, en cuanto que es, se conoce a sí misma y ama su ser y su conocimiento. El alma tiene inteligencia (Padre) que produce el conocimiento de sí misma (Hijo) y de la relación entre ambos brota el amor (Espíritu Santo).

i) El alma: El alma da al cuerpo su ser específico de organismo humano, así como el desarrollo vital y la hermosura que le compete. Esta, goza de preeminencia y de superioridad ontológica, incorpórea y próxima a la sustancia de Dios. He aquí la grandeza del hombre; pues su excelencia radica en la proximidad con Dios; y su miseria en la conexión con la materia. No hay un dualismo, sino un orden de jerarquía. Es verdad que en el estado del hombre actual caído, las relaciones se hallan perturbadas. Por eso el hombre está sometido a una doble polaridad, pues obedece a las leyes naturales y psicofísicas, y como sujeto espiritual o mente, a las leyes de la razón.

Finalmente, san Agustín dice que el alma humana posee algo que las demás bestias no tienen, los cuales poseen también alma, pero un alma animal. Esto es, el entender, discernir lo que es el bien y el mal, el saber, la gracia de amar, que nos da la semejanza con Dios.

j) Imagen de Dios: El espíritu, como imagen de Dios, por la luz eterna que resplandece en él, comprende una Trinidad. El ser, la verdad y el amor forman una trinidad psicológica en la que refleja la Trinidad Divina. Otra de las cualidades importantes que el hombre posee son:

San Agustín dice: Yo recuerdo por la memoria, yo conozco por la inteligencia y por la voluntad amo. ¿Quién es este yo? Este yo es el espíritu, es la sustancia espiritual. La potencia del espíritu se muestra por el conocimiento en doble forma, a saber: como fuerza reproductora y como sujeto axiológico.

k) Libertad y libre albedrío: El orden del amor es la cifra de la vida superior del espíritu, y como tal, nace de la libertad, la cual pertenece a la esencia de la voluntad racional. Nuestra voluntad no sería voluntad si no fuera libre. El libre albedrío fue concedido al hombre para que conquistara méritos, siendo bueno no por necesidad, sino por libre voluntad. El libre albedrío es soporte de todo orden moral. Por ello, la facultad de elegir, está siempre en el hombre. Elige el bien y la perfección o el mal y la imperfección.

La libertad significa para san Agustín aquel aspecto virginal y poderoso de la voluntad humana, salidas de las manos del Creador, con un saludable equilibrio de sus fuerzas, exenta de todo peso íntimo hacia lo inferior. En el principio el hombre gozaba de la facultad de no pecar; más por su desobediencia y rebeldía se modificó el estado íntimo del hombre, y al ser privado de los dones con que fue creado, su voluntad fue debilitada, herida en sus fuerzas, cargada con un peso hacia lo malo. El pecado introdujo una fuerza gravitatoria que impulsa al hombre a buscar el centro de su reposo en sí mismo y en las criaturas, dificultando su elevación a Dios.

Lo que caracteriza al libre albedrío es cierto predominio que tienen sobre él la concupiscencia, el interés material y el temor servil. Sin embargo, el hombre en este estado conserva aún la capacidad de poseer a Dios, es decir, de la conversión por el arrepentimiento. Con un nuevo amor, una nueva verdadera forma de amar. Un Liberatum arbitrium. Con una voluntad sustraída a la servidumbre del pecado mediante la acción de la gracia y la intervención de un Libertador.

Con la gracia el hombre adquiere la victoria sobre el pecado, victoria difícil, porque la voluntad todavía no se halla enteramente libre del peso gravitatorio inclinado hacia el mal. Como por el pecado fue profanado el ser humano, con la gracia se consagra y se embellece para ser un santuario de Dios.

Finalmente diremos que el libre albedrío nos lleva a dos formas de inmortalidad que definen el destino humano: una bienaventurada y otra condenada, a tormentos eternos y, sobre todo, a una desesperada privación de Dios. En esto consistirá su pena.

La libertad humana es cosa sagrada y tremenda para el hombre, y sus relaciones más profundas no son las que van de persona a persona, de las que integran la sociedad humana, sino las que van a Dios, el cual corona al que se mantiene en pie, ordena al que se cae, ayuda y da la mano la que quiere levantarse

l) El problema de la certeza: San Agustín se esfuerza por afirmar sobre bases sólidas el fundamento de nuestra certeza. El motivo de su obra Contra los académicos, trata de aclara para él, como para los demás, el no caer en el escepticismo. Para refutar el escepticismo, Agustín adopta el mismo procedimiento de sus adversarios, fingiendo que duda progresivamente de todo, hasta llegar a acorralarlos en una certeza postrera, de la cual les sea imposible dudar. Esa certeza será la convicción profunda e innegable de su propia existencia, atestiguada por el hecho de su pensamiento y hasta de su misma duda. Para san Agustín no hay nada más íntimo al alma que ella misma. Por lo tanto, en el sentimiento íntimo que el alma tiene de sí misma es donde hay que buscar la fuente de la certeza.

n) Orden paz y belleza: Un tema latente en el tema agustiniano es el orden que reina en todo el universo, y cuyo fundamento profundo es la unidad de Dios, de donde se deriva toda la multiplicidad y variedad de los seres. El orden consiste en que cada uno ocupe el lugar que le corresponde en el conjunto de seres. De este orden, resulta la paz, cuyo concepto viene a corresponder al concepto de justicia cósmica de los filósofos griegos. En este mismo orden, se sitúa también la belleza, construir ante todo el número, la proporción y la armonía. La belleza consiste en el arquelitas numerosas. Todo es número. El número comienza por el Uno, el cual es bello por la igualad y similitud, y todo se coordina por el orden. La proporción armónica se da en la Santísima Trinidad, que es la cumbre del ser y de la perfección. Así mismo la belleza de todas las demás cosas resulta del número y de la proporción, por esto toda criatura aspira a la unidad, esforzándose por ser igual a sí misma y por mantener su propio orden y el lugar que le corresponde en el orden universal.

o) Los dos Reinos: El genio de San Agustín alcanza su máxima elevación en su obra De civitate Dei, magna apología del cristianismo, madurada a lo largo de trece años. Su sentido primario no es político, sino que sus dos ciudades son representación de dos reinos, el de Dios y el del demonio, el de la luz y el de las tinieblas, el del bien y el del mal, el del amor y el del odio, el del cielo y el de la tierra.

Conclusión.

En conclusión, San agustín es un gran hombre que aportó a la Iglesia católica gran parte de su doctrina y contenido filosófico. Agustín de Hipona, un hombre brillante no solo por su doctrina e inteligencia, sino por su enamoramiento de Dios y su sabiduría por llevar una vida ejemplar Este es un testimonio de que cada uno de nosotros podremos lograr mediante el estudio de la filosofía y de la teología, un conocimiento pleno de Aquel que nos ha creado.

Bibliografía.

I. FUENTES

a. Edición Crítica

- Agustín San, Antropología de San agustín (el enigma del hombre). Tomo I, Segunda edición. BAC, Madrid, 1950.

- Agustín San, Padres occidentales.

- Agustín San, (vida, escritos y su filosofía).

II. ESTUDIOS DE CARÁCTER GENERAL.

-Fraile, G Historia de la filosofía, v. II, BAC, Madrid, 1996.

-A. Frederick Copleston. Historia de la filosofía. Editorial ARIEL, Barcelona, 1983.

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