La India de Rey Victor Bologan, 2011

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La India de Rey

Victor Bologan

esfer@ editorial

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Primera edición en Andorra, enero 2011

Edita Esfera Editorial
Apartat de Correus 2052
Principat d’Andorra

http://www.esferaeditorial.com
info@esferaeditorial.com

© Victor Bologan, 2011
© Esfera Editorial, 2011

ISBN: 978-99920-62-06-7
Depósito Legal: AND. 679-2011
Impreso en Andorra por Impremta Solber
Portada y maquetación: Esfera Editorial

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones
establecidas en las leyes, quedan rigurosamente
prohibidas, sin autorización escrita de los titulares del
copyright, la reproducción parcial o total de esta obra
por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la
reprografía y el tratamiento informático, así como la
distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo
públicos.

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La India de Rey

5

Índice general

Prefacio.

7

Parte 1. Lineas secundarias.

1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7

11

Capítulo 1: 4.¥g5

12

Capítulo 2: 4.¤f3 0-0 5.¥g5

16

Capítulo 3: 4.¤f3 0-0 5.¥f4

25

Capítulo 4: 4.e4 d6 5.¥g5

31

Capítulo 5: 4.e4 d6 5.h3 0-0 6.¥d3

45

Capítulo 6: 4.e4 d6 5.h3 0-0 6.¥e3

50

Capítulo 7: 4.e4 d6 5.h3 0-0 6.¥g5

61

Capítulo 8: 4.e4 d6 5.h3 0-0 6.¤f3

71

Capítulo 9: 4.e4 d6 5.¤ge2

83

Capítulo 10: 4.e4 d6 5.¥d3

89

Parte 2. La variante Averbakh.

1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 d6 5.¥e2 0-0 6.¥g5

97

Capítulo 11: 6...¤a6

98

Capítulo 12: 6...h6

106

Parte 3. El ataque Saemisch.

1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 d6 5.f3 0-0

113

Capítulo 13: 6.¤ge2

114

Capítulo 14: 6.¥g5

122

Capítulo 15: 6.¥e3 c5 7.dxc5

127

Capítulo 16: 6.¥e3 c5 7.d5; 7.¤ge2

135

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La India de Rey

6

Parte 4. El ataque de los 4 peones.

1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 d6 5.f4 0-0 6.¤f3 c5

147

Capítulo 17: 7.¥e2; 7.dxc5

148

Capítulo 18: 7.d5 e6 8.dxe6; 8.¥e2 exd5 9.exd5 / 9.cxd5

155

Capítulo 19: 7.d5 e6 8.¥e2 exd5 9.cxd5 ¦e8

164

Parte 5. El sistema clásico.

1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 d6 5.¤f3 0-0 6.¥e2 e5

171

Capítulo 20: 7.dxe5; 7.0-0 ¤c6 8.dxe5

172

Capítulo 21: 7.¥e3 ¤g4

180

Capítulo 22: 7.d5 a5

192

Capítulo 23: 7.0-0 ¤c6 8.¥e3 ¤g4; 8.d5 ¤e7

199

Capítulo 24: 7.0-0 ¤c6 8.d5 ¤e7 9.b4 ¤h5

204

Capítulo 25: 7.0-0 ¤c6 8.d5 ¤e7 9.¤e1 ¤d7

215

Capítulo 26: 7.0-0 ¤c6 8.d5 ¤e7 9.¤d2 c6

228

Capítulo 27: 7.0-0 ¤c6 8.d5 ¤e7 9.¤d2 a5

232

Parte 6. El sistema del fianchetto.

1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤f3 ¥g7 4.g3 0-0 5.¥g2 d6 6.0-0 ¤c6

239

Capítulo 28: 7.d5; 7.¤c3 a6 sin 8.h3, 8.d5, 8.b3

240

Capítulo 29: 7.¤c3 a6 8.h3 ¥d7

250

Capítulo 30: 7.¤c3 a6 8.d5 ¤a5

257

Capítulo 31: 7.¤c3 a6 8.b3

267

Otros sistemas de fianchetto.

Capítulo 32: Doble fianchetto para las blancas.

1.¤f3 ¤f6 2.g3 g6 3.b3 ¥g7 4.¥b2 d6 5.d4 c5

273

Capítulo 33: Fianchetto sin c2-c4 y ¤c3.

1.d4 ¤f6 2.¤f3 g6 3.g3 ¥g7 4.¥g2 0-0 5.0-0 d6

275

Capítulo 34: Fianchetto sin d2-d4 (Inglesa).

1.c4 ¤f6 2.¤c3 g6 3.g3 ¥g7 4.¥g2 0-0

278

Índice de variantes.

287

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Prefacio

7

Prefacio

El esquema de la India de Rey

La Defensa India de Rey es probablemente la respuesta más romántica contra 1.d4, habiendo

sobrevivido al test del tiempo y siendo jugada incluso a nivel de élite hasta nuestros días. Las ne-

gras ofrecen a su rival una gran variedad de elección en el centro, mientras se desarrollan tran-

quilamente dentro de su esquema Indio de Rey, confiando en su poderoso alfil de fianchetto.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zppzp-zppvlp0

9-+-zp-snp+0

9+-+-+-+-0

9-+PzPPzP-+0

9+-sN-+-+-0

9PzP-+-+PzP0

9tR-vLQmKLsNR0

xiiiiiiiiy

Esta posición surgió en la primera partida registrada (en la más reciente base de datos) con la

Defensa India de Rey. Tuvo lugar en Leipzig en el año 1879 y uno de los más eminentes teóricos

del siglo XIX, Louis Paulsen, jugaba con negras. El húngaro Adolf Schwarz jugaba con blancas,

y probablemente estaba muy asombrado ya que su oponente, a pesar de todos los principios de

aperturas de aquella época, no luchaba para nada por el centro. ¡Estaba tan contento que empu-

jó hacia adelante sus cuatro peones centrales! Su impresionante cadena de peones fue pronto

atacada desde ambos lados del tablero, las negras se hicieron con la iniciativa e irónicamente la

partida se decidió con un peón pasado negro en la columna central de dama.

Esto fue tan solo un capricho del destino, ya que ni Paulsen ni Schwarz sabían que habían

estado jugando el Ataque de los Cuatro Peones. Está todavía de moda en el presente. El nombre

de la apertura apareció unos cuarenta años después, gracias al famoso GM, principalmente de-

Este libro está dedicado a un hombre remarcable,

a mi entrenador “de toda la vida” Zigurds Lanka,

quien me desveló los misterios de

¡la Defensa India de Rey!

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La India de Rey

8

bido a su ingenioso vocabulario, Savielly Tartakower. Justo entonces, durante los años 20 del

pasado siglo, la Defensa India de Rey se convirtió en parte del repertorio de aperturas del futuro

campeón del mundo, Max Euwe, y el candidato a la corona mundial Efim Bogoljubow también

la jugaba a menudo. Después, Miguel Najdorf, Andre Lilienthal y otro futuro campeón mundial,

Vassily Smyslov, se convirtieron en defensores de la Defensa India de Rey.

El presente resurgir de su popularidad es debido al periodo entre los años 40 y 50 del pasado

siglo, cuando fue profundamente analizada por algunos destacados teóricos y fuertes jugadores

como Isaak Boleslavsky, David Bronstein y Efim Geller. Tuvieron que hacer frente a algunos

magníficos opositores con blancas y sería suficiente mencionar por lo menos a dos campeones

del mundo, Mikhail Botvinnik y Tigran Petrosian. (Este último remarcó una vez, en su típico es-

tilo irónico, que había alimentado a su familia gracias a la Defensa India de Rey durante muchos,

muchos años...). La teoría de esta ya muy popular apertura se empezó a desarrollar como una

avalancha. A veces fue casi refutada, descrita como una “apertura incorrecta”, pero entonces

resurgía como el ave Fénix de sus cenizas. El poeta y jugador de ajedrez, Evgenij Iljin, incluso

escribió un poema sobre ella:

Muchos esfuerzos y notas

Fueron dedicados a ella

Fue enterrada muchas veces

“¡Siempre disputada...!”

¿Era esto brujería

O casillas negras mágicas...?

Bueno, tienes que ser un romántico profundo en tu alma, y un poeta también, para jugar la

Defensa India de Rey. Tienes que creer en la fuerza de tu alfil en g7 y en tu ataque en el ala de

rey para que ¡el espíritu triunfe sobre la materia!

Tendremos que interrumpir esta corta escapada histórica y lírica; de otra manera, no po-

dríamos llegar a la esencia. El libro que estás cogiendo entre tus manos es un esfuerzo personal.

Esto no es una monografía sobre una popular apertura; podría llamarse “La Defensa India de Rey

según Bologan”. Intento explicar como yo entiendo y como yo juego esta apertura.

Mi relación con la Defensa India de Rey empezó cuando yo era un niño, durante la década de

los setenta del siglo pasado. Mi primer entrenador, Ivan Jakovlevich Solonar, tomó una decisión

muy razonable al construir el repertorio de aperturas de sus alumnos ¡según el de Fischer! La

Defensa India de Rey fue una de las armas principales del Campeón del Mundo número 11, ya

que más del 10 % de sus partidas empezaron con ella. La estadística de sus resultados, como po-

día esperarse de Bobby Fischer, era absolutamente terrorífica: 66 - 40 a su favor. Por otro lado, el

resultado de otro súper Campeón y devoto jugador de la India de Rey, Gary Kasparov, es también

soberbio: 91 – 53 a su favor, incluyendo algunas partidas rápidas.

Hablando con franqueza, no recuerdo muy bien esas primeras lecciones, porque en aquel

entonces la apertura no era el centro de mi atención. Yo simplemente quería aprender a jugar

un buen ajedrez. De todas maneras, la base ahí estaba, con lo que luego el proceso fue más fácil.

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Prefacio

9

A los jugadores moldavos les gustaba mucho la Defensa India de Rey. Fui entrenado solo durante

un mes por el MI Nikolay Popov (en la actualidad es un famoso comentarista deportivo), pero

aprendí bien como jugar contra el Sistema del Fianchetto.

Mi comprensión de la Defensa India de Rey se enriqueció inmensamente con los conceptos

y la comprensión del entrenador moldavo Vjacheslav Andreevich Chebanenko. Sus ideas eran

completamente diferentes de los axiomas clásicos contemporáneos aunque él solía respetar el

pasado, cuando en el amanecer de la aparición de la apertura, los jugadores habían preferido de-

sarrollar el caballo a la casilla d7. De hecho, sus esquemas recomendados eran un poco pasivos,

pero nos proporcionaron unos excelentes resultados prácticos. Algunos de ellos, por ejemplo:

7...

¤

bd7, en respuesta al Sistema Gligoric, son modernos incluso en nuestros días.

Incluso en el presente, juego la Defensa India de Rey según el teórico y GM letón Zigurds

Lanka. He intentado recordar todo lo que él me enseñó a principios de los noventa, y después de

haber visto las notas en los viejos portátiles y después de haber comparado sus variantes con lo

que juego ahora, no he visto ninguna diferencia. Las líneas principales son todavía las mismas.

Los esquemas de Lanka han probado resistir el test del tiempo ¡de una manera asombrosa!

Ya hemos llegado al tema del concepto del libro. Se puede entender que un libro no puede

incluir todo lo que ha sido iniciado y analizado por numerosas generaciones de jugadores por

un periodo de más de 100 años. Por lo tanto, yo sugiero un repertorio solo para las negras. Me

gustaría seguir el ejemplo de Lanka y revelaros el espíritu de la Defensa India de Rey, descubrir

para vosotros sus secretos y mostraros sus típicos recursos. La Enciclopedia Yugoslava le dedica

por lo menos la mitad de su volumen 5, indexado desde E60 hasta E99. No me sentía obligado

a seguir ese marco, a pesar de que es lo suficientemente largo, y he intentado explicar cuándo

las negras deben dirigir la lucha hacia el espíritu del Gambito Benko o de la Defensa Benoni. Al

final de la parte seis de este libro, menciono como construir el esquema Indio de Rey en el caso

de que las blancas jueguen con el espíritu de la Inglesa-India de Rey, el Fianchetto de Rey sin

c2-c4 y

¤

c3 o el Doble Fianchetto. Me di cuenta de que uno nunca puede vencer sobre todo; sin

embargo, durante el proceso de mi trabajo sobre el libro, desee hacer ¡justamente eso!

La Defensa India de Rey es una entidad viva y está en condición de permanente desarrollo.

Esta apertura se encuentra en competiciones de diferente nivel, tanto en cerrados de élite como

en democráticos torneos abiertos. La evaluación de sus diversas líneas cambia continuamente

y a veces de manera dramática. Debo notificar a mis lectores que el libro no contiene todas las

respuestas sobre cada pregunta. Sin embargo, podéis ir con este libro bajo vuestro codo en vues-

tra partida de torneo. Esta es, por supuesto, una afirmación abstracta, ya que si aceptáis este

consejo literalmente, puede haber consecuencias no deseadas...

El libro está escrito para jugadores de ajedrez de todos los niveles, ya que los principios de

la Defensa India de Rey son igualmente aplicables por los aficionados, así como también por los

súper-grandes maestros.

Víctor Bologan

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І

Pequeña ventaja blanca.

і

Pequeña ventaja negra.

±

Clara ventaja blanca.

µ

Clara ventaja negra.

ќ

Decisiva ventaja blanca.

°

Decisiva ventaja negra.

#

Mate.

Juego incierto.

©

Compensación.

ѓ

Iniciativa.

Ataque.

Contrajuego.

Ventaja de desarrollo.

Ventaja de espacio.

Zugzwang.

!

Buena jugada.

?

Mala jugada.

!!

Excelente jugada.

??

Muy mala jugada.

!?

Jugada interesante.

?!

Jugada dudosa.

Con la idea de.

x

Debilidad / Mal ubicado.

Jugada única.

Es mejor.

Centro.

Diagonal.

Columna.

»

Flanco de rey.

«

Flanco de dama.

¬

Final.

Pareja de alfiles.

®

Alfiles de color opuesto.

Ї

Alfiles del mismo color.

ћ

Peón pasado.

Tiempo.

Símbolos ajedrecísticos:

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Parte 1. Lineas secundarias.

1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7

XIIIIIIIIY

9rsnlwqk+-tr0

9zppzppzppvlp0

9-+-+-snp+0

9+-+-+-+-0

9-+PzP-+-+0

9+-sN-+-+-0

9PzP-+PzPPzP0

9tR-vLQmKLsNR0

xiiiiiiiiy

Empezaremos nuestro estudio de la Defensa India de Rey con las llamadas “líneas secunda-

rias”. Su nombre implica que no son el objetivo de la teoría moderna y son raramente jugadas

en la práctica actual, por lo que no deberían ser muy peligrosas para las negras. Esto podría ser,

sin embargo, ¡una precipitada y errónea suposición! Por ejemplo, el sistema que analizamos en

el capítulo cuatro, es regularmente jugado con éxito por un muy agresivo jugador con blancas,

como es el GM holandés Ivan Sokolov, mientras que el plan que discutimos en el capítulo seis

ha sido empleado con mucha efectividad por el doceavo Campeón Mundial, Anatoly Karpov. La

moda en general, incluso en el ajedrez, es muy volátil y a veces caminos estrechos se convierten

en autopistas, mientras que carreteras muy transitadas acaban cubiertas por la hierba...

Las líneas principales contra la Defensa India de Rey, como la Clásica, Saemisch, Averbakh

y el Ataque de los Cuatro Peones fueron reconocidas (¡y bautizadas!) durante la mitad del siglo

pasado. Las “líneas secundarias” fueron introducidas después y se mantuvieron en la sombra

por largo tiempo. El autor no planea inventar nuevos nombres de variantes del tipo “El Ataque

Sokolov”, o “El Sistema Karpov”, etc. Voy a dejar este trabajo a los teóricos profesionales. Yo

intento sugerir caminos fiables para las negras para obtener contrajuego en los súper populares

esquemas, así como en las líneas semiolvidadas. Algún día, quién sabe, pueden convertirse en la

arena de discusiones teóricas incluso al más alto nivel.

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La India de Rey

12

Capítulo 1. 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.¥g5

XIIIIIIIIY

9rsnlwqk+-tr0

9zppzppzppvlp0

9-+-+-snp+0

9+-+-+-vL-0

9-+PzP-+-+0

9+-sN-+-+-0

9PzP-+PzPPzP0

9tR-+QmKLsNR0

xiiiiiiiiy

Las blancas no desean todavía aclarar sus

planes acerca de su peón “e” y su caballo de

“g1”. Es evidente que éstas pueden tener en

mente enrocar largo con su última jugada, así

como mantener la posibilidad de trasponer al

Sistema Saemisch.

En el capítulo dos, que está también

dedicado al desarrollo del alfil por g5,

veremos otro orden de jugadas, más típico de

la Variante Smyslov: primero 4.¤f3 0-0 y sólo

luego 5.¥g5.

A) 4...d6

B) 4...c5

A) 4...d6!?

Después de esta jugada, surgen variantes

conectadas con 4...c5; la única diferencia es

que las negras no juegan d7-d5 en un solo

tiempo.

En caso de 4...0-0 5.¤f3, alcanzamos una

posición que analizamos en el capítulo 2

(después de 4.¤f3 0-0 5.¥g5).

5.¤f3

Si las blancas siguen con 5.£d2, merece

atención interrogar inmediatamente al alfil

de g5 jugando 5...h6. Por ejemplo: 6.¥f4 ¤h5

7.¥e3 ¤c6 8.¤f3 e5 9.dxe5 dxe5 10.0-0-0 £xd2

11.¥xd2 ¥e6 12.e3 0-0-0 13.¥e2 ¤f6 14.h3

¤d7= Galinsky–Kosikov, Kiev 2005, o 6.¥h4

¤bd7 7.¤f3 0-0 8.e3 e5 9.dxe5 dxe5 10.¦d1

¦e8 11.£c2 c6 12.¥e2 £c7 13.0-0 a5 14.¤a4

b6 15.¦d2 ¤f8 16.¤c3 ¥f5 17.£c1 ¤8d7 con

una posición de doble filo; Troianescu–Hort,

Venecia 1969.

Después de 5.e4, la partida traspone a la

variante con 5.¥g5, la cual será analizada en

el capítulo cuatro.

En caso de 5.e3, las negras tienen a

su disposición otra idea truquera: 5...c6!?

(planeando £a5 y ¥g4). 6.¥d3 (Después de

6.¤f3, las negras igualan jugando 6...£a5

7.£d2 ¥g4= Smyslov–Geller, USSR 1969, o

7.£a4 £xa4 8.¤xa4 h6 9.¥h4 g5 10.¥g3

¤h5=, o 7.¥d3 ¥g4, ver 6.¥d3. Tampoco

las blancas consiguen nada con 6.£c2 £a5

7.¤f3 ¥g4=) 6...£a5 7.¤f3 ¥g4 8.¥h4 £h5

(Los cambios son inevitables) 9.£b3 (9.¥g3

¥xf3 10.£xf3 £xf3 11.gxf3=) 9...b6 (Sería

muy arriesgado par alas negras jugar 9...¥xf3

10.£xb7) 10.¥xf6 ¥xf6 11.¥e2 £a5 12.¤d2

¥xe2 13.¢xe2 0-0 14.¤de4 ¥g7 15.h4 h5 y la

partida está igualada.

5...h6 (D)

También es posible para las negras intentar

aquí 5...0-0 6.e3 c5 (6...¤bd7 7.¥e2 c6 8.0-0 h6

9.¥h4 g5 10.¥g3 ¤h5 11.£c2 ¤xg3 12.hxg3

e6 13.¦fd1²) 7.d5 trasponiendo a las variantes

con 4.¤f3.

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Capítulo 1: 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.¥g5

13

En este momento, no es muy bueno para

las negras jugar 5...c6, porque las blancas

pueden avanzar su peón hasta e4: 6.e4 £a5

7.¥d3 ¥g4 8.¥e3².

XIIIIIIIIY

9rsnlwqk+-tr0

9zppzp-zppvl-0

9-+-zp-snpzp0

9+-+-+-vL-0

9-+PzP-+-+0

9+-sN-+N+-0

9PzP-+PzPPzP0

9tR-+QmKL+R0

xiiiiiiiiy

6.¥h4 g5

O 6...¤bd7?! 7.h3! ¤h5 8.e3 g5 9.¤d2

¤df6 10.¥e2 gxh4 11.¥xh5².

7.¥g3 ¤h5 8.e3 c5

Después de que se ha clarificado el

emplazamiento del alfil blanco de casillas

negras, éstas pueden empezar la lucha por las

casillas debilitadas.

9.¥e2

En caso de 9.d5, podemos recomendar a

las negras seguir el plan de Vasily Ivanchuk,

relacionado con la creación de contrajuego de

piezas en el flanco de dama: 9...£a5 10.£c2

¤d7 11.¥e2 ¤b6 12.¤d2 ¤xg3 13.hxg3 ¥d7

14.¦c1 ¤a4 15.¤d1 b5„; Yusupov–Ivanchuk,

Dortmund 1998.

Las negras no tienen nada que temer

después de 9.dxc5, que fue probada contra

Tigran Petrosian en sus inicios: 9.dxc5 ¤xg3

10.hxg3 dxc5 11.£xd8 ¢xd8 12.0-0-0 ¥d7

13.¥e2 ¤c6 14.¤d2 (14.¦d3 ¢e8 15.¦hd1 ¥e6

16.¤d5 ¦c8 17.¤h2 h5„; Kramer–Petrosian,

Leipzig 1960) 14...b6 15.¤db1 e6 16.¥f3 ¦c8=;

Smyslov–Petrosian, Bled 1959.

9...cxd4 10.¤xd4 ¤xg3 11.hxg3 ¤c6

Las negras han solucionado por completo

todos sus problemas de apertura, Anstad-S.

Soloviov, Copenhague 1991.

B) 4...c5 (D)

Creo que este enérgico contragolpe en

el centro conecta mejor con el espíritu de la

posición.

XIIIIIIIIY

9rsnlwqk+-tr0

9zpp+pzppvlp0

9-+-+-snp+0

9+-zp-+-vL-0

9-+PzP-+-+0

9+-sN-+-+-0

9PzP-+PzPPzP0

9tR-+QmKLsNR0

xiiiiiiiiy

B1) 5.e3

B2) 5.d5

Las blancas no plantean ningún problema

a las negras con la línea: 5.¤f3 cxd4 6.¤xd4

¤c6 7.¤xc6 (7.e3 0-0 8.¥e2 d6 9.0-0 ¦e8

10.¥f3 ¤e5 11.¥e2 ¥d7 12.¤d5 ¤e4 13.¥f4

e6 14.¤b4 a5 15.¤bc2 ¦c8„; Yousefzadeh–

Wu, Canadá 2002) 7...bxc6 8.£d2 h6 9.¥h4

¦b8 10.¦b1 £a5 11.e4 ¤h5 12.¦c1 g5 13.¥g3

d6 14.b3 ¥e6=; Dorosiev–Bojkov, Bulgaria

2005.

B1)

5.e3

Las blancas posponen la decisión de cerrar

el centro.

5...0-0 6.d5 (D)

En caso de 6.¤f3, las negras pueden seguir

con un espectacular sacrificio central: 6...

cxd4 7.exd4 d5! 8.¥xf6 ¥xf6 9.¤xd5 (o 9.cxd5

¤d7 10.¥c4 ¤b6 11.¥b3 ¥g4 12.0-0 ¤c8

13.¤e4 ¥g7 14.¦e1 ¤d6= Allan–Nunn, Szirak

1987) 9...¥g7 10.¤c3 (Después de la retirada

10.¤e3, las blancas pueden intentar el agudo

sacrificio de pieza, así como la transición a

un final aproximadamente igualado después

de: 10...£a5 11.£d2 £xd2 12.¢xd2 ¦d8=, o

10...¤c6 11.d5 ¥xb2 12.dxc6 £a5 13.¢e2 ¦d8

background image

La India de Rey

14

14.£e1 ¥c3 15.£c1 bxc6©) 10...¥g4 11.¥e2

¤c6 12.d5 ¥xf3 13.¥xf3 ¥xc3 14.bxc3 ¤e5=;

M. Gurevich–Bekker-Jensen, Antwerp 1999.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zpp+pzppvlp0

9-+-+-snp+0

9+-zpP+-vL-0

9-+P+-+-+0

9+-sN-zP-+-0

9PzP-+-zPPzP0

9tR-+QmKLsNR0

xiiiiiiiiy

6...b5!

Esta es la clásica economía de recursos.

Las negras han realizado tan solo las jugadas

estrictamente necesarias para empezar su

ofensiva en el flanco de dama sin ningún otro

exceso.

7.cxb5

En la partida Erofeeva–Kozlov, jugada por

internet en el año 2002, las blancas intentaron

colocar una cuña en la posición negra con la

jugada 7.d6!? y tras 7...¥b7? 8.cxb5 £a5 9.dxe7

¦e8 10.£a4 £b4 11.0-0-0, las negras tuvieron

serios problemas. Hubiera sido mucho más

fuerte para estas jugar 7...bxc4!, por ejemplo:

8.¥xc4 (8.dxe7 £xe7 9.¤d5 £e5„) 8...¥a6

9.¥xa6 ¤xa6 10.dxe7 (10.¤f3!?) 10...£xe7

11.¤f3 ¦ab8 12.£d2 h6 13.¥xf6 £xf6= y las

negras no tienen nada que temer.

7...d6

En caso de 7...a6, las blancas tienen un

recurso bastante molesto, 8.d6!? y pueden

confiar en obtener ventaja en la apertura

gracias al control de la casilla d5. Por ejemplo:

8...¥b7 9.¤f3 axb5 10.¥xb5 exd6 11.0-0

(11.£xd6 ¤e4! 12.¤xe4 £a5‚) 11...£b6

12.a4 ¦e8 13.£d3 ¦e6 14.¥c4 ¥a6 15.¥xf6

¥xc4 16.£xc4 ¥xf6 17.¤d5².

8.¤f3 ¤bd7 9.e4 a6 10.bxa6 ¥xa6

11.¥xa6 ¦xa6 12.0-0 £a8 13.¦e1 ¦b8

14.¦e2 h6 15.¥h4 g5 16.¥g3 ¤h5 (D)

XIIIIIIIIY

9qtr-+-+k+0

9+-+nzppvl-0

9r+-zp-+-zp0

9+-zpP+-zpn0

9-+-+P+-+0

9+-sN-+NvL-0

9PzP-+RzPPzP0

9tR-+Q+-mK-0

xiiiiiiiiy

Y las negras han obtenido una excelente

posición del Gambito Volga; Gagarin–B.

Savchenko, Moscú 2006.

B2) 5.d5 h6

Ahora, después de haber abierto la gran

diagonal para el alfil de “g7”, es ventajoso

para las negras cambiar su caballo por el alfil

blanco de casillas negras.

6.¥h4

6.¥f4 d6 7.e4 £b6 (es posible para las

negras intentar una trasposición a una de las

variantes de la Defensa Nimzovich, pero es

insuficiente para igualar después de: 7...¤h5

8.¥e3 ¥xc3 9.bxc3 £a5 10.£b3 ¤d7 11.¥e2

¤hf6 12.f3 e5 13.dxe6 fxe6 14.¦d1 £c7

15.¤h3² Chernyshov–Svidler, Voronezh

2003) 8.£d2 (8.£c2 ¤a6) 8...g5 (el alfil blanco

es cambiado de nuevo) 9.¥g3 ¤h5 10.¥e2

(Oral–Slekys, Olomouc 1996) 10...¤f4! 11.¥xf4

gxf4 12.¤f3 ¤d7 13.0-0 ¤e5=.

6.¥d2 d6 7.£c1 e6 8.dxe6 ¥xe6 9.e4 ¤c6

10.f3 ¤d4 11.¥d3 ¤d7 12.f4 £h4 13.g3 £e7

14.¤ce2 ¦c8 15.¢f2 f5ƒ; S. Nikolic–Lanka,

Oldenburg 2001.

6...£a5 7.£d2 d6 8.e4

Después de 8.e3, las negras prepararán

gradualmente b5, consiguiendo una posición

favorable del Gambito Volga. Por ejemplo:

8...a6 9.¤f3 0-0 10.h3 g5 11.¥g3 ¤bd7

12.¥d3 b5 13.0-0 bxc4 14.¥xc4 (Skomorokhin-

background image

Capítulo 1: 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.¥g5

15

Kalashnikov, Moscú 2008) 14...¤b6 15.¥e2

¤a4!³.

8...g5 9.¥g3 ¤h5 10.¥e2 (D)

En caso de 10.¥d3, las negras no deben

darse prisa en cambiar en g3, sino que deben

primero preparar el bloqueo en el flanco de

rey. Por ejemplo: 10...¤d7 11.¤ge2 ¤e5

12.¦b1 ¤xg3 13.hxg3 g4 (las negras evitan la

jugada f4) 14.a3 ¥d7 15.¤f4 ¤xd3 16.¤xd3

0-0-0 17.¤e2 £xd2 18.¢xd2 tablas, Olsen–P.

Hansen, Helsingor 2008.

XIIIIIIIIY

9rsnl+k+-tr0

9zpp+-zppvl-0

9-+-zp-+-zp0

9wq-zpP+-zpn0

9-+P+P+-+0

9+-sN-+-vL-0

9PzP-wQLzPPzP0

9tR-+-mK-sNR0

xiiiiiiiiy

10...¤f4

Esto es más preciso que 10...¤xg3 11.hxg3

¤d7, ya que entonces las blancas tendrían la

posibilidad de luchar por las casillas negras

con 12.f4 gxf4 13.gxf4 a6 14.¤f3 (Chilingirova–

Richtrova, Wuppertal 1990) 14...b5 15.cxb5

axb5 16.¥xb5 ¦b8 17.¥xd7 ¥xd7 18.0-0².

Las blancas rechazarán gradualmente las

amenazas directas de su rival y su control del

centro y su peón de más deberían imponerse.

11.¥xf4 gxf4 12.¤f3 ¥g4

Las negras aniquilarán las piezas que

controlan la casilla e5.

13.0-0 ¥xf3 14.¥xf3 ¥e5=

(D)

XIIIIIIIIY

9rsn-+k+-tr0

9zpp+-zpp+-0

9-+-zp-+-zp0

9wq-zpPvl-+-0

9-+P+Pzp-+0

9+-sN-+L+-0

9PzP-wQ-zPPzP0

9tR-+-+RmK-0

xiiiiiiiiy

Letelier–Pérez, Cuba 1963. A las negras tan

solo les quedan buenas piezas, mientras que

las blancas no pueden decir lo mismo de su

alfil de casillas blancas. Las negras pueden,

incluso, jugar a ganar esta posición.

background image

La India de Rey

16

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zppzppzppvlp0

9-+-+-snp+0

9+-+-+-+-0

9-+PzP-+-+0

9+-sN-+N+-0

9PzP-+PzPPzP0

9tR-vLQmKL+R0

xiiiiiiiiy

5.¥g5 (D)

En el caso de la bastante tentadora

jugada 5.e3 (las blancas fortifican su centro

y completan su desarrollo sin ser demasiado

ambiciosas) las negras tienen a su disposición

diferentes buenos planes para crear

contrajuego y son igualmente fuertes:

5...d5 Después de esta jugada, la partida

traspone a una línea de la Defensa Grünfeld en

la que las negras no tienen ningún problema.

6.cxd5 ¤xd5 7.¥c4 ¤xc3 8.bxc3 c5 9.0-0 £c7

10.¤d2 b6 11.¥d5 ¤c6 12.£a4 ¥d7 13.£a3

cxd4 14.cxd4 e5 15.¥b2 exd4 16.exd4 £f4„;

T. Mamedjarova–Maslak, Pardubice 2007.

5...d6 6.b4 (6.¥e2 ¤bd7 7.0-0 ¦e8 8.£c2

c6 9.a3 e5 10.dxe5 dxe5 11.e4 £c7 12.b4

¤f8 13.¥b2 ¤e6 14.¤d1 ¤f4³ Grabovets–

Bodnaruk, Moscú 2008; 6.¥d3 ¤bd7 7.0-0

e5 8.h3 £e7 9.£c2 ¦e8 10.¤g5 c6 11.b3 d5!

12.cxd5 ¤xd5 13.e4? ¤b4 14.£e2 exd4µ;

Edward–Lahno, Turín 2006) 6...c6 7.¥b2 ¤bd7

8.¥e2 a5 9.b5 a4 10.¦c1 £a5 11.0-0 c5 12.¤d2

¤b6 13.¤ce4 ¤xe4 14.¤xe4 cxd4 15.exd4 d5

16.¤d2 ¤xc4 17.¤xc4 dxc4 18.¥xc4 ¥f5„;

Dreev–Kasimdzhanov, Moscú 2007.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zppzppzppvlp0

9-+-+-snp+0

9+-+-+-vL-0

9-+PzP-+-+0

9+-sN-+N+-0

9PzP-+PzPPzP0

9tR-+QmKL+R0

xiiiiiiiiy

5...c5

Las blancas han determinado la ubicación

de su alfil de casillas negras un poco pronto

y así han debilitado su flanco de dama. Creo

que la mejor respuesta de las negras es atacar

inmediatamente el centro enemigo con la

ayuda de su peón c para abrir la gran diagonal

al alfil de g7 e intentar organizar contrajuego

en el flanco de dama.

6.d5 (D)

Hemos tratado sobre la jugada 6.e3 en el

primer capítulo después del orden 4.¥g5 c5

5.e3 0-0 6.¤f3.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zpp+pzppvlp0

9-+-+-snp+0

9+-zpP+-vL-0

9-+P+-+-+0

9+-sN-+N+-0

9PzP-+PzPPzP0

9tR-+QmKL+R0

xiiiiiiiiy

Capítulo 2. 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.¤f3 0-0

background image

Capítulo 2: 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.¤f3 0-0 5.¥g5 c5 6.d5

17

A) 6...d6

B) 6...h6

La idea de gambito 6...b5 7.cxb5 a6, no

funciona bien aquí en vista de 8.e4 d6 9.¤d2

(9.a4!? h6 10.¥f4 g5 11.¥c1²) 9...h6 10.¥f4

e6 11.¥e2 exd5 12.exd5 axb5 13.¥xb5 ¤h5

14.¥e3 f5 15.¤f3 ¤d7 16.0-0 ¦b8 17.a4 ¤df6

18.¦e1 g5 19.¥d2. Las blancas han maniobrado

bastante bien y han neutralizado la iniciativa

de su rival, quedándose con un sólido peón de

ventaja; I. Sokolov–Nijboer, Breda 2000.

A)

6...d6

Éste es un buen orden de jugadas, ya que

las negras pueden contrarrestar con éxito

el inmediato avance e2-e4, mientras que en

el caso de e2-e3 éstas pueden atacar al alfil

enemigo con la jugada h6, o pueden jugar e6,

entrando en posiciones propias del Sistema

Benoni.

7.e3

Sobre 7.e4 h6, ver la variante B.

7...e6 (D)

Después de esta jugada de ruptura,

alcanzamos posiciones con la estructura de

peones de la Defensa Benoni.

Sobre 7...h6 8.¥h4, ver la variante

B.

Cuando el peón blanco está en e3 es

muy razonable tener en mente la idea de

gambito, ya que el peón blanco de d5 es más

débil comparando con las variantes con e4.

Entonces 7...a6 8.¤d2 b5 9.cxb5 axb5 (9...¤bd7

10.e4 e6 11.dxe6 fxe6 12.¥c4 ¤e5 13.0-0 h6

14.¥h4 g5 15.¥g3 ¤xc4 16.¤xc4 d5 17.exd5

axb5 18.¤xb5 exd5 19.¤cd6±; Sargissian–

Conquest, Barcelona 2000) 10.¥xb5 ¥a6

11.a4 ¤bd7 12.0-0 h6 13.¥h4 ¥xb5 14.axb5

¦xa1 15.£xa1 g5 16.¥g3 ¤b6 17.e4 ¤h5².

De todas formas, las negras no tienen plena

compensación por el peón sacrificado.

7...e5 8.¤d2 h6 9.¥h4 ¤a6 10.¥d3 ¤c7

11.0-0 £d7 12.a3 ¤h7 13.f4 exf4 14.exf4 f5.

Las blancas deben estar mejor en posiciones

de este estilo, ya que tienen ventaja de espacio

y la casilla e6 en la única columna abierta, lo

que fuerza a las negras a proteger esa entrada.

15.£c2 b6 (las negras no pueden solucionar

todos sus problemas con 15...b5 16.¤xb5

¤xb5 17.cxb5 ¥b7 18.¦ae1 ¤f6 19.¥c4 ¦ae8

20.¥xf6 ¥xf6 21.¦e6²) 16.¦ae1 ¤f6 17.h3 (17.

g4!?) 17...¥b7 18.g4 b5 19.gxf5 bxc4 20.¤xc4

¤cxd5 21.¦e6 ¤xc3 (Speelman–Cramling,

Pamplona 1996) y aquí las blancas tenían que

continuar con 22.bxc3 ¦ad8 23.¦fe1 £c6

24.£h2±. La iniciativa de las negras ha sido

neutralizada, mientras que las amenazas

blancas son muy serias.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zpp+-+pvlp0

9-+-zppsnp+0

9+-zpP+-vL-0

9-+P+-+-+0

9+-sN-zPN+-0

9PzP-+-zPPzP0

9tR-+QmKL+R0

xiiiiiiiiy

8.¥e2

Las blancas pueden intentar jugar un poco

más fino con 8.¤d2!?, para contrarrestar la

rutinaria reacción 8...exd5?! con 9.cxd5 ¤a6,

obteniendo, además de la jugada 10.¥e2, la

posibilidad adicional 10.¥c4!? Por ejemplo:

10...¤c7 11.0-0 h6 12.¥h4 a6 13.a4 b6 14.¦b1

£d7 15.£e2²; Piskov–Kotsur, Muenster 1995.

Sin embargo, con 8...¤a6 (las negras pueden

jugar así, o incluir 8...h6 9.¥h4) 9.¥e2 exd5

10.cxd5, llegamos a una simple transposición

de jugadas.

8...exd5 9.cxd5 ¦e8 10.¤d2

Esta es una muy típica maniobra de esta

estructura de peones. El caballo blanco no

tiene demasiado que hacer en la casilla f3,

por lo tanto desea una mejor ubicación en

c4 o eventualmente en la casilla e4. Mientras

background image

La India de Rey

18

tanto, después de la retirada a d2, el peón f

queda libre para avanzar y apoyar el futuro

avance del peón e.

10...¤a6

La mejor casilla para el caballo de dama es

c7, porque ataca el peón blanco de d5 y ayuda

al avance b7-b5, o b7-b6 seguido de ¥a6 y el

cambio del alfil de casillas blancas. Por otro

lado, si ocupa la casilla d7 puede ir a la bonita

casilla e5, pero difícilmente se quedará allí por

mucho tiempo (como ya hemos mencionado,

las blancas han liberado el camino de su peón

f) y desde d7 entorpecerá a las otras piezas

negras, incluso la posibilidad de que la dama

defienda el peón de d6.

11.0-0 ¤c7 12.e4 (D)

Al contrario que las líneas principales del

Sistema Benoni, las blancas tienen que reali-

zar el avance e2-e4 en dos jugadas. La posición

es abierta, por lo que cada tiempo es muy im-

portante, motivo por el cual las negras tienen

éxito obteniendo buen contra juego.

XIIIIIIIIY

9r+lwqr+k+0

9zppsn-+pvlp0

9-+-zp-snp+0

9+-zpP+-vL-0

9-+-+P+-+0

9+-sN-+-+-0

9PzP-sNLzPPzP0

9tR-+Q+RmK-0

xiiiiiiiiy

12...b6

Las blancas tienen ventaja de espacio, por

lo que el cambio de un par de piezas será en

favor del negro.

En la siguiente partida, sin embargo,

estas jugaron muy pasivas y permitieron a

su oponente tener la iniciativa duradera:

12...£e7 13.a4 ¥d7 14.¦a3 £f8 15.¦b3 ¦ab8

(Efimov–Karl, Saint Vincent 2003) 16.¦e1².

13.f4

Las blancas están amenazando la ruptura

e4-e5, seguido de ¤de4.

13...h6

Será útil para las negras repeler el alfil

blanco a la casilla h4. Las blancas pueden

tener la idea de abrir la columna f con f4-f5

(inmediatamente o en algunas líneas después

de e4-e5 d6xe5 y entonces f4-f5). En este caso,

después de f4-f5, las negras tienen el posible

recurso g6-g5, bloqueando el flanco de rey.

14.¥h4 £d7 15.¥xf6

Las blancas provocan una crisis inmediata

ahora que su oponente está un poco retrasado

en el desarrollo.

15...¥xf6 16.e5 dxe5 17.¤de4 ¥g7

18.d6

Esta es la esencia de la idea blanca. Uno

de sus caballos está desplegado en el centro

(en e4) y su intención es colocar el otro en d5,

creando numerosas amenazas. Mientras tanto,

después de la retirada del caballo negro de c7,

las blancas tendrán la simple contramedida

19.¥b5, ganando la calidad y manteniendo

todas las ventajas de su posición. Por lo

tanto, las negras están obligadas a sacrificar

una pieza por la que obtienen tres peones y

activan todas sus piezas.

18...exf4 19.dxc7 £xc7 20.¥f3 ¥d4

21.¢h1 ¥a6 22.¦e1 ¢g7 23.£a4 ¥b7

24.¤d2 ¦e3„

Pedersen–McShane, Saint Vincent 2005.

B)

6...h6

Las negras quieren aclarar inmediatamente

la posición del alfil rival para decidir sus

futuros planes dependiendo de su ubicación.

B1) 7.¥h4

B2) 7.¥f4

En respuesta a la melancólica jugada

7.¥d2?! las negras pueden minar el peón de

d5 mediante la ruptura 7...e6 obteniendo así

una confortable partida. Por ejemplo: 8.dxe6

background image

Capítulo 2: 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.¤f3 0-0 5.¥g5 c5 6.d5

19

(8.e3 exd5 9.cxd5 d6 10.¥d3 ¤a6 11.a3 ¤c7

12.¥c4 b5 13.¤xb5 ¤cxd5 14.0-0 ¤b6 15.¥e2

¤e4ƒ; Ousatchij–Shestoperov, Lignano 2005)

8...dxe6 9.g3 ¤c6 10.¥g2 e5 11.¥e3 £e7

12.¤d2 ¥f5 13.¦c1 ¤d4³; Conquest–Shirov,

Reikiavik 1992.

B1) 7.¥h4 d6

Este no es el momento correcto para

el sacrificio 7...b5 8.cxb5 £a5 9.¤d2 £b4

10.e4 £xb2 11.¦c1 £b4 12.a3 £xa3 13.e5

£b4 14.exf6 exf6 15.¥c4 f5 16.¤a2 ¦e8

17.¢f1 £b2 18.d6±; Tomashevsky–Kovalev,

Pardubice 2006.

8.e3

La descuidada jugada 8.e4 permitió a las

negras coger rápidamente la iniciativa en la

siguiente partida: 8...£a5 9.¤d2 g5 10.¥g3

¤xe4 11.¤dxe4 f5 12.¤d2 f4 13.¥e2 ¥xc3

14.bxc3 £xc3 15.¦b1 ¤d7 16.¦b3 £d4

17.¦d3 £f6 18.0-0 ¤e5³; Bruzón–Arencibia,

Santa Clara 2005.

La variante 8.¤d2 g5 9.¥g3 ¤h5 10.e3

será analizada después; ver 10.¤d2.

8...g5 9.¥g3 ¤h5 (D)

Las negras también pueden aquí completar

su desarrollo con tiempo: 9...£b6 10.£c2

(10.£c1 ¥f5) 10...¥f5 11.e4 ¥g6 12.¥d3 ¤h5

13.0-0 ¤d7 y la partida está equilibrada.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zpp+-zppvl-0

9-+-zp-+-zp0

9+-zpP+-zpn0

9-+P+-+-+0

9+-sN-zPNvL-0

9PzP-+-zPPzP0

9tR-+QmKL+R0

xiiiiiiiiy

10.¥d3

El sacrificio 10.¤xg5? no serviría en vista

de 10...¤xg3 11.hxg3 hxg5 12.£h5 ¥f5 y la

compensación por la pieza es claramente

insuficiente.

En el caso de la temática, pero un poco

lenta jugada 10.¤d2, las negras organizan

contrajuego con la línea: 10...¤xg3 11.hxg3

e6, por ejemplo: 12.¥d3 exd5 13.cxd5 ¤d7

14.£c2 ¤e5 15.¥h7 ¢h8 16.¥f5 £f6 17.¥xc8

¦axc8 18.0-0 c4„; Dinstuhl–Kasimdzhanov,

Alemania 2000.

Después de la aparente jugada elástica

10.£c2 (las blancas no determinan todavía

la ubicación de su alfil de casillas blancas)

las negras pueden iniciar inmediatamente

acciones en el ala de rey y en el centro con la

jugada 10...f5. Después, podría seguir: 11.¥e2

(en caso de 11.¥d3, las negras no cambian el

alfil de g3, sino que intentan atraparlo: 11...e5

12.dxe6 ¥xe6 13.¦d1 ¤c6 14.¥e2 f4 15.exf4

g4 16.¤h4 ¤xf4 17.0-0 ¤d4 18.£e4 d5

19.£e3 ¤fxe2 20.¤xe2 ¦e8³; Lysyj–Bragin,

Tula 2003) 11...¤xg3 (las negras cayeron en

una simple pero bonita trampa en la siguiente

partida: 11...¤d7? 12.¤xg5! ¤xg3 13.¤e6

¤xe2 14.¤xd8 ¤xc3 15.¤e6 ¤e4 16.g4+-;

Speelman–Polzin, Alemania 2002) 12.hxg3 e5

13.dxe6 ¤c6 14.¦d1 ¥xe6 15.a3 £e7 16.¤d5

£f7 17.¤d2 ¥xd5 18.cxd5 ¤e5„; Bruzón–

Arencibia, Santa Clara 2005.

10...f5

Esto no es una agresión (las negras no

están amenazando ganar el alfil con f5-f4), es

profilaxis, ya que hay que cubrir la diagonal

b1-h7 para proteger el refugio de su rey, en

particular porque con el alfil en d3, el golpe

táctico arriba mencionado, ¤xg5, se ha

convertido en una amenaza real. Por otro

lado, las negras no desean cambiar todavía

su caballo colgante de h5 por el alfil de g3,

porque entonces las blancas obtendrían la

columna h y podrían organizar un ataque

poderoso (podrían dejar su rey en el centro,

en e1 o f1, o podrían también evacuar su rey

en el ala de dama).

11.¤d2 (D)

Después de 11.0-0, las negras no deben

background image

La India de Rey

20

preocuparse demasiado por su rey, ya que la

torre blanca habría abandonado la columna

h. Las negras deben jugar de manera activa

en el centro y cambiar en g3 en el momento

más apropiado: 11...e5 12.dxe6 ¥xe6 13.¦b1

¤c6 14.¤d5 ¤xg3 15.hxg3, Speelman–Nataf,

Esbjerg 2001 y aquí la posición sería de

aproximada igualdad después de 15...£d7

16.£d2 £f7 17.e4 ¥xd5 18.exd5 ¤b4. El

caballo blanco no dispone de ninguna buena

casilla central y después del cambio del alfil de

d3, la vulnerabilidad del flanco de rey negra

será prácticamente irrelevante.

La retirada del caballo blanco a d2 fuerza

a las negras a cambiar en g3, abriendo la

columna h, pero después de esto no deberán

preocuparse más por los golpes tipo ¤xg5 y

sus terribles consecuencias.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zpp+-zp-vl-0

9-+-zp-+-zp0

9+-zpP+pzpn0

9-+P+-+-+0

9+-sNLzP-vL-0

9PzP-sN-zPPzP0

9tR-+QmK-+R0

xiiiiiiiiy

11...¤xg3 12.hxg3 ¤a6

En principio, las negras podrían haber

empezado con 12...e6, por ejemplo: 13.£c2

¤a6 14.a3 ¤c7 15.dxe6 ¥xe6 16.0-0-0 (la

vulnerabilidad del flanco de rey negro solo

puede ser peligrosa en una posición con

enroques opuestos. Es muy inofensivo por

parte de las blancas seguir con 16.0-0 £f6

17.e4 f4 18.gxf4 £xf4=; Henrich–Richter,

Alemania 2000) 16...£e7 17.e4 fxe4 18.¤dxe4

¦ad8 19.¦de1 b5!„. Las negras empiezan su

contraataque en el ala de dama justo a tiempo,

y ahora el rey blanco no se sentirá para nada

a salvo.

13.e4

A las blancas les gustaría, o bien abrir la

diagonal b1-h7 o, en caso de 13...f4, estabilizar

la situación en el centro para completar con

calma su desarrollo y ya luego romper en el

flanco de rey.

13...e6

Esta es la reacción correcta; los alfiles

negros necesitan espacio y el peón blanco de

d5 constriñe la posición negra.

14.dxe6 ¤b4 15.¥b1 f4

El peón de e6 no va a escapar y el negro

quiere, en primer lugar, establecer un bloqueo

por las casillas negras y luego colocar su

caballo en d4 y el alfil en e5, o viceversa.

16.gxf4 gxf4 17.e5!?

Esto es absolutamente necesario; de otra

manera el alfil blanco de b1 parecerá y jugará

como un peón.

17...¥xe6 18.¥e4

Sargissian–Inarkiev, Kemer 2007 y aquí las

negras podían haber capturado simplemente

en e5:

18...dxe5 19.£e2

19.0-0 ¤c6 20.¤d5 ¤d4³.

19...£c7 20.0-0-0 ¦ad8 21.a3 ¤c6

22.¤d5 ¤d4 23.£d3 £d6

Las blancas tienen compensación

suficiente para mantener la igualdad dinámi-

ca, gracias a la presión en la columna h y su

control sobre las casillas blancas, pero esto es

todo de lo que van a poder presumir.

B2) 7.¥f4 (D)

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zpp+pzppvl-0

9-+-+-snpzp0

9+-zpP+-+-0

9-+P+-vL-+0

9+-sN-+N+-0

9PzP-+PzPPzP0

9tR-+QmKL+R0

xiiiiiiiiy

background image

Capítulo 2: 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.¤f3 0-0 5.¥g5 c5 6.d5

21

B2a) 7...¤h5

B2b) 7...d6

B2a) 7...¤h5!? (D)

Es interesante interrogar inmediatamente

al alfil blanco sobre donde se dirige en caso de

ser atacado.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zpp+pzppvl-0

9-+-+-+pzp0

9+-zpP+-+n0

9-+P+-vL-+0

9+-sN-+N+-0

9PzP-+PzPPzP0

9tR-+QmKL+R0

xiiiiiiiiy

8.¥d2

El cambio de alfiles de casillas negras no

garantiza ninguna ventaja a las blancas: 8.¥e5

¥xe5 9.¤xe5 d6 10.¤f3 e5 11.dxe6 ¥xe6

(Blees–Nijboer, Ámsterdam 1996) 12.£d2

¢g7 13.¤e4 ¤c6 14.0-0-0 £b6 15.£c3 ¢g8

16.¦xd6 ¦ad8©.

8...d6 9.e4 e5

Las blancas han construido un fuerte

centro de peones, por lo tanto, las negras

centran la batalla en los flancos. Estas planean

la típica ruptura de la Defensa India de Rey,

f7-f5, y su caballo de h5 está preparado para

la casilla f4.

10.g3

Las blancas evitan que el caballo negro se

active.

10...a6

La jugada 10...f5 no sirve para las negras

por la simple respuesta 11.exf5. Naturalmente,

estas no quieren dar a su oponente la casilla

e4, pero después de 11...¥xf5, es muy bueno

para las blancas jugar 12.¤h4; y después de

11...gxf5, la reacción típica de las blancas

sería 12.¤xe5, explotando la indefensión

del caballo de h5. La jugada 10...a6 protege la

casilla b5 y las negras planean seguir con £e8

y f7-f5 (después del cambio en f5, el caballo

de h5 estará defendido por la dama negra).

Además, la dama en e8 apoya la ruptura b7-

b5, que sería posible, por ejemplo, después de

¥f1-g2.

11.¤h4

Esta jugada va dirigida contra f7-f5 y al

mismo tiempo las blancas quieren posponer

la decisión sobre el futuro del alfil de f1. Por

ejemplo, después de 11...£e8, pueden seguir

con 12.¥e2 y el caballo de h5 tendrá que

retirarse.

11...¢h7 12.¥d3 ¤f4 (D)

Las negras consiguen recolocar su caballo

a una posición más activa, gracias a este

pequeño tema táctico.

Obsérvese que las negras han esperado

pacientemente al desarrollo del alfil blanco de

f1, realizando su última jugada con ganancia

de tiempo.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-tr-+0

9+p+-+pvlk0

9p+-zp-+pzp0

9+-zpPzp-+-0

9-+P+Psn-sN0

9+-sNL+-zP-0

9PzP-vL-zP-zP0

9tR-+QmK-+R0

xiiiiiiiiy

13.¥c2 ¤h3 14.£e2

Enrocar corto no es posible, por lo que las

blancas preparan el enroque largo.

14...¤d7 15.a4

En el caso de 15.0-0-0?! sería muy

desagradable para las blancas responder a la

jugada 15...b5 (esto es para lo que la jugada

10...a6 servía...), abriendo columnas en el ala

de dama.

15...¦b8 16.¤g2 ¤f6

background image

La India de Rey

22

Las negras amenazan con el golpe táctico

¤g4 a la vez que liberan la casilla d7 para el

alfil.

17.¤e3 ¥d7 18.b3

Las blancas deciden dejar su rey en el

centro, ya que después de 18.0-0-0?! sería muy

fácil caer bajo el ataque enemigo.

18...¢h8

Las negras no tienen suficiente espacio

y hay todavía muchas piezas y peones en el

tablero. Como corresponde, cada pieza debe

seguir sus propias maniobras, sin dificultar

a su vez la movilidad de las otras piezas. Con

la jugada actual, las negras han liberado la

casilla h7 para su caballo, así la ruptura f7-f5

será posible.

19.f3 ¤h7 20.£g2 ¤7g5

El caballo de h3 es bastante molesto para

las blancas, por lo que las negras no quieren

retirarlo de ahí.

21.¦f1 f5!

Las negras han completado su plan y han

obtenido un excelente contrajuego, Ghaem

Maghami–Rathnakaran, Nueva Delhi 2008.

B2b) 7...d6 8.e4 (D)

Si ahora las blancas consiguen completar

su desarrollo tranquilamente (¥d3, 0-0 etc.),

entonces tendrán ventaja gracias a su mayor

espacio. Por lo tanto, las negras deben jugar

con mucha energía para obtener un buen

contrajuego.

XIIIIIIIIY

9rsnlwq-trk+0

9zpp+-zppvl-0

9-+-zp-snpzp0

9+-zpP+-+-0

9-+P+PvL-+0

9+-sN-+N+-0

9PzP-+-zPPzP0

9tR-+QmKL+R0

xiiiiiiiiy

8...e5!

Este típico sacrificio del peón de d6 también

lo encontraremos en el Sistema Averbakh.

Es peor para las negras jugar 8...b5 9.cxb5

a6 10.¤d2, entrando así en el curso de acciones

de la primera partida, I. Sokolov–Nijboer,

Breda 2000, la cual ya hemos analizado con el

orden de jugadas 6...b5 7.cxb5 a6.

Por otro lado, es siempre interesante para

las negras intentar la jugada: 8...¤h5 9.¥e3

e5 10.dxe6 (en el caso de que las blancas

no capturen al paso, entonces las negras

maniobran con el espíritu de la variante B2a y

no está muy claro donde está mejor colocado

el alfil blanco, si en e3 o en d2) 10...¥xe6

11.£d2 ¢h7 12.¦d1 £b6 13.¥e2 ¤c6 14.0-0

¦ad8 15.b3 ¤f6 16.h3 £a5 17.¦c1 y tablas en

Kanep–Nataf, Dresden 2007.

9.dxe6 ¥xe6 (D)

XIIIIIIIIY

9rsn-wq-trk+0

9zpp+-+pvl-0

9-+-zplsnpzp0

9+-zp-+-+-0

9-+P+PvL-+0

9+-sN-+N+-0

9PzP-+-zPPzP0

9tR-+QmKL+R0

xiiiiiiiiy

10.¥xd6

En caso de 10.£d2, las negras tienen una

excelente respuesta: 10...£a5, protegiendo

indirectamente su peón de h6. Por ejemplo:

11.¥e2 (11.¥xh6 ¥xh6 12.£xh6 ¤xe4 13.¤g5

¤xg5 14.£xg5 ¤c6=) 11...g5 12.¥g3 ¤c6

13.O-O ¤h5 14.¥xd6 ¦fd8©; Silva–Damaso,

Portugal 1996.

10...¦e8 11.¥e2

La pérdida del segundo peón no debería

ser peligrosa para las negras: 11.¥xc5

(Lengyel–Kavalek, Tel Aviv 1964) 11...£a5

12.b4 £a6 13.¦c1 ¤bd7 14.¥e3 (14.¥d4 ¥xc4

15.b5 £e6³) 14...¦ac8 15.b5 £a5=. Estas ya

background image

Capítulo 2: 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.¤f3 0-0 5.¥g5 c5 6.d5

23

han completado su desarrollo y el problema

sobre la recuperación de los peones de e4 y c4

parece ser una cosa segura en el futuro.

11...£b6 (D)

Esta es una jugada multiusos. La dama

ataca el peón de b2, protege el de c5 y libera la

casilla d8 para la torre.

XIIIIIIIIY

9rsn-+r+k+0

9zpp+-+pvl-0

9-wq-vLlsnpzp0

9+-zp-+-+-0

9-+P+P+-+0

9+-sN-+N+-0

9PzP-+LzPPzP0

9tR-+QmK-+R0

xiiiiiiiiy

12.¥xb8

El alfil blanco es muy inestable en d6 y

puede ser clavado, por lo que las blancas

deciden deshacerse de él. Así, el poderoso alfil

indio de rey de g7 se queda sin oponente y las

negras obtienen una excelente partida a pesar

de tener un peón de menos.

Sería inofensivo para las negras si las

blancas jugaran 12.0-0 ¦d8 13.e5 ¤e8

14.¤d5?! (las blancas deberían mejor

continuar aquí con 14.£d2 ¤xd6 15.¦ad1

¥f8 16.exd6 ¦xd6 17.¤d5, manteniendo la

igualdad) 14. ¥xd5 15.£xd5 ¤xd6 16.¦ad1

¥f8 17.exd6 ¦xd6 18.£e4 ¦e6 19.£c2 ¤c6³;

Chekhov–Dydyshko, Tallin 1980.

La única seria alternativa blanca a la jugada

del texto es 12.e5, pero las negras tienen

suficiente contrajuego atacando el peón de e5:

12...£xb2!? 13.¦c1 ¤fd7 14.0-0 ¤c6 15.¤d5

¤dxe5 16.¤c7 ¦ed8 17.¤xa8 ¦xd6 18.£xd6

£xe2 19.¤xe5 ¥xe5 20.£d1 £xa2. Las negras

tienen de hecho dos calidades de menos, pero

tienen dos peones y el caballo blanco de a8

está fuera de juego, por lo que las perspectivas

del negro son mejores) 13.¤b5 (13.0-0 ¤c6

14.¤a4 £a5 15.a3 ¤cxe5 16.¤xe5 ¤xe5

17.b4 cxb4 18.axb4 £d8 19.¦c1 ¤c6 20.¤c5

¥c8 21.¥f3 ¤d4 22.¥g3 £b6 23.¤e4, Alburt–

Hebden, Hastings 1984, 23...£xb4!? 24.¤d6

¦e7, or 24...¤xf3 25.£xf3 ¦e7 26.¤b5 £a5„)

13...¤c6 14.¥c7 [14.0-0 ¦ac8 15.£d2 ¤dxe5

16.¤xe5 ¤xe5 17.¥xe5 ¥xe5µ; Grigorov–

Maslak, Internet 2006. Las blancas pueden

ganar la calidad con la jugada 14.¤c7, pero

fracasan en mantenerla: 14...¤dxe5 15.¤xe5

¤xe5 16.¤xa8 ¦xa8 17.¥xe5 ¥xe5 18.0-0

¥xb2 (18...¦d8!? 19.£c2 £xb2 20.£xb2 ¥xb2

21.¦ab1 ¦d2 y el contrajuego de las negras

es más que suficiente) 19.¦b1 ¥f5 20.£d2

¥xb1 21.¦xb1 ¥c3 22.¦xb6 ¥xd2 23.¦xb7

¦e8 24.¢f1 a5=; Yatneva–Ershova, Serpuhov

2003] 14...£a6 15.0-0 ¦ec8 16.£b3 (16.b3

¤dxe5 17.¤xe5 ¤xe5 18.£d2 £c6 19.¥xe5

¥xe5 20.¥f3 £b6=) 16...¤dxe5 17.¤xe5

¤xe5 18.¥xe5 ¥xe5 19.¦fe1 £b6 20.¥f3 ¥g7

21.¤c3 ¦d8=; Neishtadt–Nesis, cr. 1984.

12...¦axb8 13.£c2 ¤h5 (D)

No es aceptable para las blancas dejar al

caballo enemigo llegar hasta la casilla f4, por

lo que tienen que debilitar su flanco de rey.

XIIIIIIIIY

9-tr-+r+k+0

9zpp+-+pvl-0

9-wq-+l+pzp0

9+-zp-+-+n0

9-+P+P+-+0

9+-sN-+N+-0

9PzPQ+LzPPzP0

9tR-+-mK-+R0

xiiiiiiiiy

14.g3 ¥xc3

El caballo blanco no está amenazando

saltar a d5 en las próximas jugadas, por lo que

tal vez las negras no necesitaban cambiarlo.

En su lugar, podían haber jugado, por ejemplo,

14...¥h3!? De todas maneras, las negras

también tienen una excelente partida después

de la jugada del texto.

background image

La India de Rey

24

15.bxc3

En caso de 15.£xc3, las negras recuperan

su peón de manera forzada e igualan la partida:

15...¥h3 16.e5 ¥g2 17.¦g1 ¥xf3 18.¥xf3 £d6

19.¢f1 £xe5 20.£xe5 ¦xe5 21.¢g2 (21.¦e1

¦xe1 22.¢xe1 ¤g7=) 21...¤g7 22.¦ge1 ¦xe1

23.¦xe1 ¢f8 24.¦e3 b6=; Tukmakov–Gufeld,

Moscú 1983.

15...¥g4

Las negras liberan la casilla e6 para su dama

con la idea de recuperar el peón sacrificado.

16.h3

Las blancas también pueden mantener el

peón con la jugada

16.¤d2, pero parece muy

arriesgada. Después de 16...¥xe2 17.¢xe2 £e6

18.f3 ¦bd8 19.¦hf1 £h3 20.¦f2 f5 21.¦e1 fxe4

22.fxe4 ¦e6 23.¢d1 ¤f6 24.e5 ¤g4 25.¦fe2

£h5, en la partida Agzamov–Chekhov, Tel

Aviv 1982, los jugadores acordaron tablas. El

programa Rybka, sin embargo, afirma que las

negras estaban mejor...

16...¥xf3 17.¥xf3 £e6 18.0-0-0 (D)

18.¢f1 ¤f6 19.¦e1 £xc4 20.¢g2 b5

21.e5 ¤d7 22.¦e4 £e6 23.¦he1 h5 24.£d2 c4

25.£h6 ¤c5„; Goriatchkin–Kurnosov, Orsk

2001.

18.0-0 £xh3 19.¦fe1 ¤f6 20.¥g2 £h5

21.f3 £g5 22.£f2 £e5 23.¦e3 b5„; Muse–

Nowak, Poznan 1986.

XIIIIIIIIY

9-tr-+r+k+0

9zpp+-+p+-0

9-+-+q+pzp0

9+-zp-+-+n0

9-+P+P+-+0

9+-zP-+LzPP0

9P+Q+-zP-+0

9+-mKR+-+R0

xiiiiiiiiy

18...b5!

„.

La partida Yermolinsky–Kindermann, Gro-

ningen 1997, siguió luego con:

19.¦he1

Tras 19...b4?! 20.e5 £a6 21.¦d7 ¤f6

22.¦d3 £a3 23.£b2 £a6 24.¦e2 ¤h7 25.¥d5

las blancas obtuvieron ventaja. Era mucho

más fuerte para las negras jugar:

19...bxc4

!

Abriendo inmediatamente columnas con-

tra el rey enemigo. Después de:

20.¥xh5 gxh5 21.h4 £a6

la posición sería de doble filo.


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