08 Quien era Fidel CastaĄo




Quien era Fidel Castańo




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VIII
 
żQUIÉN
ERA FIDEL CASTAŃO?
 
 
 
 
 
 
     żA su hermano
Fidel lo acusaban de la masacres de las fincas Honduras, La Negra y Punta
Coquitos, las primeras en Urabá?
     Sí, él estuvo acusado
desde marzo de 1988 y fue condenado injustamente, pero el Tribunal Superior de
Orden Pśblico lo absolvió de perpetrar las citadas masacres, en junio de 1991.
Lo condenaron por concierto para delinquir, nunca por ordenar esos cuarenta y
siete asesinatos. Tampoco tuvo nada que ver en las masacres de Segovia y la
Mejor Esquina. Para esa época un grupo de la Autodefensa del Magdalena Medio,
comandado por Ariel Otero, fue contratado por personas ajenas a nosotros, con el
fin de hacer esas ejecuciones en Currulao, cerca al municipio de Turbo, en el
Urabá. Nosotros aÅ›n no operábamos en el Urabá, sólo en Córdoba.
     żEn una época les
decían a los paramilitares o a los miembros de la Autodefensa los
ęMochacabezasł?
     A partir de un caso en
la zona de las Changas, la guerrilla, en su guerra de desinformación, nos acuńó
el término de los Ä™MochacabezasÅ‚, regaron el cuento y asustaron a la gente de la
región. Un reservista del Ejército, a quien un comandante del EPL, al que
apodaban Ä™Boca de TulaÅ‚, le había violado una hermanita, entró a nuestra
organización y tiempo después lo enviamos a un operativo. Había detectado un
grupo de guerrilleros en una cantina y a él se le asignó ejecutarlos, pero antes
de realizar la acción se enteró de que eran los compańeros de ęBoca de Tulał. Al
entrar en el sitio, el muchacho cogió un machete que había sobre unos bultos de
maíz, y sin mediar insulto decapitó a uno de los guerrilleros, una escena
macabra.
     Después de la
investigación que hice, me consta por primera vez que una cosa de estas se haya
presentado. Acepto este hecho como la śnica oportunidad en la que un miembro de
la Autodefensa decapitó a una persona. Hay cuerpos que al recibir una sola
ráfaga de fusil, se han partido en dos o han visto mutiladas sus extremidades.
Lo que no acepto es que se diga que en la Autodefensa nosotros sometemos los
enemigos a vejámenes; es falso y nunca ha sucedido. Es distinto que un comando
nocturno tome de manera silenciosa un campamento guerrillero y le ocasione la
muerte al enemigo con arma blanca, como cualquier ejército. Insisto hoy y
siempre que si se presenta un śnico caso donde en las AUC se haya utilizado una
motosierra para cercenar y mutilar una persona, ese día me someto a la justicia.
Nunca ha sucedido pero continśa la campańa de desprestigio. Hace poco, el
Ejército capturó en el Naya varios miembros de la Autodefensa, la mayoría de
ellos con sus fusiles. Al presentarlos ante la prensa, se dijo que se les había
incautado dos motosierras. Ä„Por Dios!
     Es una zona maderera
donde en cada finca hay motosierras. Se dijo que cercenaban personas, ży las
pruebas?
     Acepto que al enemigo,
si hay que hacerlo, se le meta un tiro, y punto. Pero nunca se le ha quitado la
vida a nadie con una motosierra.
     A partir del caso Ä™Boca
de Tulał, la guerrilla, con el cuento de la combinación de formas de lucha, ha
mutilado los cadáveres de sus hombres cuando son ejecutados por la Autodefensa,
con el fin de perjudicarnos.
     Muchas de las cosas que
ocurren en la guerra no se conocen porque la Fiscalía y, en especial, la gente
de Medicina Legal con frecuencia no tienen acceso a las zonas donde se han
presentado los combates o llegan tarde al lugar de los hechos. La guerrilla pone
bajo intimidación dos campesinos a que le digan a la prensa que los
paramilitares hicieron atrocidades, pero nunca hay pruebas.
     Mire, debe quedar claro
que las características de este conflicto las determinó la guerrilla desde su
origen, nosotros nunca hemos inventado un arma o un método distinto a los que
ellos han utilizado en esta guerra irregular. Lo Å›nico es copiar los métodos de
la guerrilla para agredirnos. Se ha presentado también una guerra de
desinformación controlada por las ONG de izquierda y algunos periodistas, que
financia en Colombia y fuera del país la subversión. Nosotros no planteamos ese
tipo de estrategias porque no somos comunistas y no tenemos nada que esconder,
reconocemos nuestras actuaciones y errores.
     En el aÅ„o de 1990, la
Autodefensa controlaba Córdoba. Iniciamos en el Alto Sinś y Fidel se extendió
por la parte baja del río SinÅ› a los municipios de Valencia, Tierra Alta,
Montería y las tierras hasta el golfo de Morrosquillo, en el mar Caribe.
Expulsamos a la guerrilla del EPL del departamento, los ganaderos y agricultores
volvieron a la región. El entonces gobernador Joche Elías Náder le planteó a un
grupo de senadores de la RepÅ›blica tramitar la amnistía y el indulto para la
Autodefensa de Córdoba, pero el tema no tuvo acogida y el ministro de Justicia
dijo que no existían mecanismos jurídicos y sólo nos quedaba el
sometimiento.
     Al conocer la decisión
del gobierno, la gente honesta de Córdoba nos presionó para que entregáramos las
armas, pues ya tenían un acuerdo con el EPL. La guerrilla que lideraba el
comandante Bernardo Gutiérrez haría un armisticio si Fidel CastaÅ„o abandonaba
las armas. Nosotros comprometimos nuestra palabra con la gente de Córdoba, que
si el EPL concluía la guerra, nosotros también. Los habitantes de la región
dudaban porque al no recibir perdón jurídico, como sí lo recibiría por parte del
Gobierno la guerrilla del EPL, no respetáramos la intención de desarmarnos y
permitir la paz en el departamento.
     Pero como nosotros sí
tenemos palabra y siempre hemos sido presionables por la gente de bien,
terminamos accediendo.
     Fidel le manifestó al
grupo de siete ganaderos y a su líder regional don Rodrigo García: “Si el
gobierno les responde a los reinsertados y también a ustedes con el batallón que
les prometió para controlar la zona, yo no seré un obstáculo para la paz de
Córdoba", y el EPL entregó sus armas.
     Los fusiles que la
Autodefensa le entregó al Gobierno sumaron doscientos noventa y cinco, más de
los que entregaron tres guerrillas en diferentes procesos de paz que se dieron
en Colombia. El de la corriente de Renovación Socialista, el PRD y el Quintín
Lame. Y mire cómo es la vida, para ellos sí hubo indulto.
     La principal motivación
de Fidel para dejar las armas fue haber visto parte de su obra construida.
Controlaba siete municipios y prácticamente un departamento; regalando la mitad
de su fortuna, aśn le quedaba abundante tierra y ganado. Asumió el proceso de
paz como la posibilidad de no enfrascarse en una lucha sin regreso.
     A los cinco meses de la
entrega de armas, el Gobierno incumplió los acuerdos con los reinsertados; nunca
se instaló el batallón permanente del Ejército que les prometieron. Los espacios
que dejamos quiso tomarlos la guerrilla de las FARC, que además persiguió a los
ex guerrilleros del EPL que abandonaron las armas, considerándolos traidores de
la revolución, cuando lo śnico que sońaban era vivir en paz.
     Después del
incumplimiento de los acuerdos por parte del Gobierno, afronté diferencias con
mi hermano, por una contradicción que él vivió días más tarde.
     La actitud del Gobierno
produjo una inmensa decepción en Fidel. Mi hermano era incansable, pero hallaba
una sinrazón a pelear contra la guerrilla, por la debilidad de los gobernantes.
Su desconfianza en los gobiernos era cada vez más notoria, al constatar que la
clase dirigente era la responsable de todos los males que sucedían en el
país.
     Ese día mi hermano
estuvo a punto de entrar en una auténtica apostasía de sus ideales. Contactó a
la guerrilla para iniciar conversaciones persona a persona con los comandantes
del quinto frente de las FARC. Como garante envió a mi cuńada Teresita. Por
parte de la guerrilla asistieron a la finca Ä™Las TangasÅ‚ tres comandantes y allí
se realizó sin que yo me enterara, la primera y śnica reunión de las
Autodefensas con las FARC.
     Días más tarde,
informado del insuceso, le pregunté: “Hermanito, żqué es esto?"
     “Vea, Ä™PelaoÅ‚, aquí el
problema es el Gobierno, y estando nosotros con la guerrilla creo que podemos
moderarla y hasta conseguir lo que siempre hemos querido en la Autodefensa.
Penetrando la guerrilla puedo ser el comandante".
     Y nada raro sería,
Fidel era capaz. Pero en ese instante reflexioné: “Aquí se está desdibujando
todo", y luego le dije: “Hay dos cosas a las que yo no puedo renunciar, a mi
hermano y a mi ideología. Dígame cómo vamos a hacer, pues yo soy
antisubversivo". De inmediato replicó: “Yo también soy antisubversivo".
     Discutimos por un rato
y concluimos que sustentar ese cambio no era coherente.
     Un momento muy
delicado, pues en Colombia no se ha necesitado nada distinto para tomarse el
poder que las FARC y los Castańo juntos. Fidel entró en una contradicción
tremenda, durante corto tiempo. Luego volvimos a tomar las armas para defender
lo que el Gobierno desprotegió y se ingresó al Bajo San Juan para entrar al
Urabá.
     Fidel descubrió cómo se
manejan los hilos del poder en el país y en un kiosco de la vereda Las Cruces me
dice: “Yo no quiero ser más un idiota Å›til del sistema, de la clase política y
económica corrupta del país. En el fondo usted lo es, Carlos... Para qué hablar,
si al final nos van a negociar".
     żPor qué?, le pregunté,
y me dijo: “No sé cómo... pero nos negocian".
     La discusión comenzó
porque yo le insistía mucho a Fidel que permitiera una entrevista que mostrara
su rostro y diera a conocer sus puntos de vista. Yo le decía: “La gente debe
saber quién es usted". Pero él me repetía que no.
     żPor qué?, le
preguntaba otra vez, y el me repetía, convencido: Porque somos un instrumento,
ęPelaoł.
     “Y qué importa",
exclamé. “Nos negocian, porque somos un instrumento de una cosa que nos está
explotando y nosotros hacemos lo mismo", me respondía.
     Fidel tenía el concepto
de que en Colombia hay un Estado donde un grupo de políticos y millonarios
manejan todo, lo llamaba la oligarquía; yo lo llamo burguesía. Me decía que
ellos eran los responsables de todo lo malo, así evidenciaba sus contradicciones
al comprender que no se podía dejar utilizar por la oligarquía, pero a la vez
tenía claro que él terminaba prestándoles un servicio. Fidel fue más paramilitar
que yo, pues mientras mi hermano estuvo vivo, la Autodefensa nunca tuvo
identidad, él sentía un respeto exagerado por el poder institucional.
     Para esa época, en la
organización no se revisaban con detenimiento los métodos y las consecuencias de
las acciones militares que realizábamos, tampoco se efectuaban con frecuencia
ejercicios de táctica y estrategia. Nunca un norte lejano, sólo metas
inmediatistas.
     żEn qué se parecían
usted y su hermano Fidel?
     Ä„En nada! Bueno, en
algunas cosas intrascendentes sí, pero en lo fundamental éramos muy distintos,
nos unía el ser antisubversivos y hermanos. Y por supuesto fuimos entraÅ„ables.
Fidel era mi confidente y el gran cómplice. Juntos éramos peligrositos para
cualquier enemigo, hacíamos un buen dÅ›o porque nos complementábamos a la
perfección, tal vez por polos opuestos.
     En el temperamento
arrancaban las diferencias. Soy un tipo cascarrabias y me enojo diez veces en el
día, pero vuelvo y me contento en otras diez oportunidades. Soy explosivo,
condeno a una persona y la absuelvo con facilidad. Me provocan y me sacan la
rabia al instante, pero no soy un ser rencoroso y siempre he estado dispuesto a
perdonar o a dialogar con mis enemigos.
     En cambio, a Fidel era
difícil verlo enojado, era autoritario pero sin tratar mal a nadie, no gritaba y
jamás acudió a una palabra vulgar. Sin ser explosivo como yo, cuando le cogía
odio a una persona era para toda la vida. Mi hermano peleaba con rabia y yo no
lo hago así. Odiaba a sus enemigos, mientras yo sólo desprecio a los míos. Le
encantaba la ganadería y amó la tierra, si por mí fuera yo no tendría una finca
ni para ir a pasear. Me quiso enseÅ„ar de ganadería, pero no me dejé. Soy un
montańero enamorado de la ciudad, y si uno ama al campo, se requiere estar en la
ciudad con poder y dinero para poder hacer algo por la tierra. Desde el campo no
se puede hacer nada por el campo.
     żComandante, la
Autodefensa de hoy es lo que sońaba su hermano Fidel?
     No sé... contestó
CastaÅ„o e hizo una pausa, uno de sus silencios. Creo que el espíritu es el
mismo, pero lo que se ha construido después de su muerte es distinto.
     La guerra le dio la
posibilidad de hacer las dos cosas que más quería, atacar la guerrilla y
volverse un hombre rico. Su estrategia era comprar tierras y hacer trabajo
social, a medida que iba sacando a la guerrilla se volvía un hombre cada vez más
acaudalado. Si para las guerrillas es un negocio empobrecer las regiones, para
Fidel representó un próspero negocio enriquecerlas. Antes que nada, mi hermano
fue un capitalista que no vivía sólo para la causa. En cambio, yo sí he apartado
muchas cosas de mi vida por la causa, entre ellas el dinero. Puedo asegurar que
idealistas así sólo hay tres en las AUC, el Ä™AlemánÅ‚, Rodrigo y yo, de eso no me
queda la menor duda. En mi vida, la Autodefensa es la prioridad y estoy
convencido de que, poco a poco, voy creando una ideología, eso es lo Å›nico que
lo conserva a uno eternamente.
     Otra de las diferencias
entre mi hermano y yo era que Fidel poseía mucho más conocimiento, siendo
empírico. En su forma de ser se notaba una mezcla de percepción elemental
campesina con la visión de un acaudalado hombre de negocios. Él fue del pueblo y
quiso trabajar por la gente pobre, generoso con su familia y la gente a su
alrededor. No se puede negar que fue sensible socialmente, regaló en vida la
mitad de su fortuna y siempre generó empleo lícito.
     Fidel no quería a la
oligarquía, pero mire los contrastes de la vida, le gustaba vivir como un
burgués. En el monte austero, con decirle que no permitía ni aire acondicionado
ni televisores en las fincas de Córdoba. Se vestía de manera sencilla y mandaba
a remendar los pantalones. Pero cuando viajaba a Europa, sólo usaba trajes
Ermenegildo Zegna o italianos Beltrami. En sus comidas nunca faltó un ańejo vino
de las selectas cavas francesas, el śnico licor que tomó en su vida. No se
bajaba de los mejores Bordeaux, Chateau Perlus, o un buen Margox. Se movía en la
lógica de donde fueres, haz lo que vieres.
     Para la época, yo había
leído más que él, pero mi hermano viajaba muchísimo y conoció gente de
diferentes ámbitos. Hoy en día yo no soy un profesional en nada, puedo picar
temas de filosofía, historia, química, literatura, arte o cine. Pero Fidel, en
cambio, fue un profesional en materia de arte francés.
     Tuvo grandes amigos en
París, la mayoría pintores de tercer o segundo renglón. En compaÅ„ía de un
curador de arte pagaba dos ańos de alquiler por una habitación en el hotel Ritz
de la Ciudad Luz. Visitaba con frecuencia la galería Malboro, y en Nueva York la
City Hall.
     Sus viajes a Cartagena
eran habituales y allí disfrutaba noches enteras hablando de arte con el maestro
Alejandro Obregón, él tomando tinto y el pintor con su media botella de
aguardiente. Fue amigo del maestro y por sus manos pasaron varios de sus mejores
cuadros, entre ellos, las Flores carnívoras, El águila y la flor de arratamacho.
Del maestro Fernando Botero también adquirió obras, entre ellas La familia, Los
amantes, El guitarrista y El baile del tango. Recuerdo que uno de estos cuadros
lo prestó al lobby del hotel La Fontana, en Bogotá, sitio amable donde siempre
se hospedaba al viajar a la capital.
     Fidel se inclinó al
arte porque le gustaba, pero, sobre todo, porque era un excelente negocio. Me
decía que un buen cuadro podría llegar a dar doscientos mil dólares de ganancia
y uno mucho mejor, después de comprarlo al reducidor, podría llegar a los
cuatrocientos mil dólares. Para él era normal mantener treinta cuadros para
negociar, deber veinte, tener cinco en compaÅ„ía y cinco propios.
     Yo creo que la familia
más amiga de mi hermano Fidel fue la de unos judíos, a la que aÅ„os más tarde le
compró su casa en el barrio El Poblado, en Medellín. Halaby Uribe y en especial
el viejo William Halaby, con quien compartía a menudo.
     Fidel fue un gran
hermano y también mi papá durante mucho tiempo, yo tenía catorce aÅ„os cuando
murió don JesÅ›s, mi padre. Fidel ya tenía treinta y un aÅ„os cuando todo
comenzó.
     Él siempre me mantuvo
económicamente y yo no recuerdo haberme ganado un peso o haber trabajado para
alguien distinto a él. Le manejaba el dinero a Fidel y jamás me pedía
explicaciones sobre mis gastos. Fui el hijo que nunca tuvo y heredé su
iniciativa. La campańa antisubversiva la comenzó Fidel, yo me vi abocado a
seguirla, él me dejó la tarea empezada. Y para eso sí soy bueno, para terminar
lo que alguien empezó, sucedió con los PEPES y ahora con la Autodefensa. A pesar
de mi corta edad, me convertí en su sombra, a los tres aÅ„os de iniciar la lucha
antisubversiva, la responsabilidad en lo militar la tuve siempre yo, Fidel nunca
estuvo pendiente de dónde se compraban las municiones y los fusiles, tampoco de
la gente. Se concentraba en sus negocios y en la próxima región que
penetraríamos. żCómo lo haríamos?, żcuánto tiempo permanecería ahí?, żdónde
continuamos después? Fidel fue en la primera etapa de nuestra Autodefensa el
estratega y yo el táctico.
     La revista Semana se
inventó el cuento de que le decían Ä™RamboÅ‚ y hasta lo llegó a comparar con
Silverster Stalone, por su gran estado físico y sus capacidades militares. Pero
Fidel no sólo fue un hombre de guerra, un hombre familiar, sino un gentleman, un
ganadero, un paramilitar y, sobre todo, un experto en arte francés.
     żDe los cuadros que
coleccionó su hermano Fidel, usted posee algunos, comandante?
     De su colección no
quedó casi nada, sus obras más preciadas las vendió entre 1990 y 1994, antes de
morir, y el dinero lo invirtió en la guerra. Sólo queda por ahí un óleo, que es
más un recuerdo familiar. En nuestra casa de Medellín está el retrato de Fidel,
que en muestra de amistad le hizo alguna vez el pintor indígena Oswaldo
Guayasamín.
     Su hermano murió un 6
de enero de 1994, un mes después de la muerte de Escobar. żCómo fue la
transición suya a comandante general?
     Con la ausencia de
Fidel en el primer semestre de 1994, la Autodefensa estuvo muy quieta. Antes de
realizarse la reunión, donde me nombraron como la nueva cabeza de la
organización, pasaron algunos meses. Durante esos días la Autodefensa estuvo
medio a la deriva y cada uno de los comandantes seguía los lineamientos que se
habían trazado, yo no quise darle un cambio tan rápido. Como nuevo líder de la
organización, yo quería unir a los demás comandantes, por eso fui muy sutil a la
hora de instaurar los nuevos derroteros.
     Pero en mi mente ya
venía creando el tipo de Autodefensa que tenemos hoy. Aunque, en razón a la
verdad y a la sensatez, el Estado no es sólo el Presidente, es decir, asumí el
mando pero compartí el poder, que más que democrático fue colegiado. La primera
dirección de la Autodefensa la integraron: El ęMonoł Mancuso, Jorge ęCuarentał,
Hernando y el primo Ä™PaninaÅ‚, que ya se retiró. Cuando esto, no éramos las ACCU
y menos las AUC, eso vino después, lo que pasa es que la prensa nos llamaba las
Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá.
     Después de conformada
la primera dirección, se acordó que en lo militar el manejo sería concertado.
Los cambios que impuse se vieron en lo político. Mi primo Hernando fue un gran
aliado, entró a colaborarme en todo y me apoyó como estratega militar, así nos
convertimos en dos cabezas regionales otra vez, mi primo en lo militar y yo en
lo político.
     En ese momento la
Autodefensa dio un giro en su metodología, pues con Fidel la expansión era lenta
y a mí me gustaba atacar aquí, desplazarme y atacar allí.
     żAhí es donde le da
usted su viraje y orientación personal a la Autodefensa y comienza el proceso de
politizarla?
     Es correcto. Con la
ayuda del comandante Rodrigo, ęDoble Ceroł, redactamos los primeros estatutos de
las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, lo que se comenzó a llamar
oficialmente las ACCU. Desde ese momento también entró en vigencia el primer
régimen disciplinario interno. Mientras la formulación de un norte político
quedaba claro en lo militar, iniciamos la fuerte propagación de la Autodefensa
en Urabá, allí se dio la etapa más dura de toda esta guerra, la lucha por
controlar el Eje Bananero asediado por las FARC y una disidencia del EPL. Todo
esto sucedió entre junio de 1994 y el 18 abril de 1997, cuando nacieron las
Autodefensas Unidas de Colombia.
 


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