Historia Del Cine Sueco

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CULTURA SUECA

CULTURA SUECA

El cine sueco

BREVE HISTORIA DEL CINE SUECO

El cine sueco recibió su primer impulso decisivo por la gran exposición de
arte e industria de Estocolmo, en 1897. Fue entonces cuando se rodaron tam-
bién las primeras pequeñas cintas suecas. Se filmó al rey Oscar II a su llegada
a la exposición, y así el monarca se convirtió en la primera estrella de cine.

Durante los años del cine mudo, alrededor de 1920, Suecia se contaba

entre los países de vanguardia del séptimo arte. Directores como Victor
Sjöström y Mauritz Stiller hicieron varias películas consideradas por sus con-
temporáneos como obras maestras, y como clásicos por la posteridad. Varias
de esas cintas –como La carreta fantasma (Körkarlen) y El tesoro de Arne
(Herr Arnes Pengar)– estaban basadas en narraciones de la Nobel sueca
Selma Lagerlöf.

Pero esa época de grandeza fue efímera. Sjöström y Stiller emigraron a

Hollywood, acompañados de la estrella recién surgida Greta Garbo.

Al nacer el cine sonoro, a comienzos de los años 30, sus profesionales

suecos abandonaron toda aspiración artística y ambición internacional para
caer en el provincialismo y el popularismo. En los círculos artísticos y lite-
rarios el cine nacional se consideraba tan vulgar que lo calificaban de
“vergüenza” para la cultura sueca.

Alrededor de 1940 –cuando casi todo el resto de Europa se encontraba en

plena guerra– se produjo un cambio debido a que el cine asumió una función
importante en la defensa psicológica. La gravedad de ese período de alerta
militar exigía nuevos temas e intenciones artísticas paralelamente al uso
escapista que se daba al celuloide. Directores como Alf Sjöberg y Hasse

ISSN 1101-606X

Jens

Assur

Greta Garbo y Mauritz Stiller a bordo del
M/S Drottningholm en la ruta de Gotem-
burgo a Nueva York.

Instituto del Cine Sueco

Laleh Pourkarim en “Yal-la! Yal-la!” por Josef Fares.

“Canciones del segundo piso”. Torbjörn
Fahlström y Bengt CW Carlsson.

Michael Nyqvist en “Juntos”.

István Borbás

P

er

-Anders Jörgensen

C

ULTURA SUECA

P U B L I C A D O P O R E L I N S T I T U T O S U E C O • D I C I E M B R E 2 0 0 1 • D I 1 1 2 B

LA REFORMA CINEMATOGRÁFICA

En 1963 se llevó a cabo la reforma cinematográfica sueca: un ingenioso plan
del político cultural socialdemócrata Harry Schein. Mediante un acuerdo
entre el Estado sueco y la industria cinematográfica se abolió el impuesto del
25% sobre diversiones que pesaba sobre las entradas de cine. En compensa-
ción, los propietarios de salas de proyección se comprometieron a abonar el
10% de la taquilla al Instituto del Cine Sueco (Svenska Filminstitutet), una
fundación que se acababa de crear. La mayor parte de esos ingresos se destinó
al fomento de la producción cinematográfica de calidad en Suecia. La clave
de ese sistema era que también el producto de cintas extranjeras subven-
cionara la cinematografía sueca.

La eficacia original de la reforma se ha minado por la merma en la venta de

entradas de cine. En consecuencia, el Acuerdo Cinematográfico original se ha
adaptado, complementado y expandido varias veces, la última en 1999. Hoy
también se cuentan entre los signatarios del Acuerdo interlocutores de la
industria de televisión. El gobierno concede una asignación anual conside-
rable (cerca de SEK 200 millones) al Instituto del Cine Sueco. De las
“asignaciones anticipadas” que destina el Instituto a la producción de pelícu-
las suecas de calidad decide un pequeño grupo de consultores de cine con
gran responsabilidad personal. Hay fondos especiales disponibles para activi-
dades de fomento de la distribución y proyección de películas.

Además de su actividad de fomento, el Instituto del Cine Sueco ejecuta

muchas labores de cultura cinematográfica de otra índole (biblioteca, archivo,
cinemateca, restauración de películas, etc.). El Instituto tiene su sede en la
Casa del Cine (Filmhuset) de Estocolmo, donde están instaladas, además, la
facultad de cinematografía de la Universidad de Estocolmo y la Escuela
Superior de Cine, Radio, Televisión y Teatro (Dramatiska Institutet): las dos
entidades suecas más importantes en la investigación teórica y la formación
práctica, respectivamente, en el campo de la cinematografía.

CENSURA DE CINE

Suecia tiene la censura de cine más antigua que aún ejerce sus funciones. La
autoridad de censura, la Oficina Nacional de Clasificación Cinematográfica
(Statens Biografbyrå), se instauró en 1911 a petición de los opositores del cine
y del ramo cinematográfico. En general ha reinado la armonía entre el ramo y
la censura. La tarea más importante de la Oficina es actualmente impedir que
los niños sufran daños psicológicos debidos a películas. Sus censores pueden
aprobar la proyección pública de una película para todas las edades, o pueden
establecer una edad mínima de 7, 11 ó 15 años. Las películas o escenas que
pueden estimular la brutalidad (debido a su violencia manifiesta o prolonga-
da, por ejemplo) no están permitidas tampoco para el público adulto. Sin
embargo, muy pocas películas se prohiben completamente. Si se le solicita, la
Oficina también examina los vídeos de empresas que los alquilan y desean
evitar que se les acuse públicamente de violar la ley que prohibe la represen-
tación de la violencia.

En algunos casos, las medidas aplicadas –u omitidas– por la censura han

suscitado agitados debates, como ocurrió, por ejemplo, con la prohibición de
491 (491) de Vilgot Sjöman y la aprobación de El silencio de Ingmar Bergman
el mismo año.

En varias ocasiones, la justificación de la censura cinematográfica ha sido

cuestionada por críticos y políticos. Pero hasta ahora han fracasado todos los
intentos de abolirla, principalmente debido a que el ramo no sabe a ciencia
cierta qué consecuencias traería tal decisión.

COMPAÑÍAS PRODUCTORAS

AB Svensk Filmindustri (SF) ha sido, a lo largo de más de 75 años, la mayor
sociedad cinematográfica del país. Fue fundada en diciembre de 1919 por
fusión de las dos principales compañías del ramo que existían: Svenska Bio y
Skandia. De esa forma, la SF ha quedado asociada con todos los grandes clásicos
del cine mudo. Desde la década de los 20, la SF se ha mantenido como pro-
ductora más activa y propietaria de la mayor cadena de cines de Suecia.

En 1948 se llevó a cabo otra fusión de gran magnitud: a la SF se incorporó

AB Europa Film, otra empresa importante de vieja tradición. Ya desde
comienzos de los años 30, la AB Europa Film había sido una de las
principales del país, como propietaria de cinematógrafos y como productora.

Desde comienzos de los 80, el consorcio Bonnier –una de las mayores

empresas de medios de difusión de Suecia– es copropietaria de la SF. Ésta
participa activamente en casi todos los sectores de medios y desarrolla
actividades también en el extranjero.

La Sandrew Film AB tuvo su origen a fines de la década de los 20. El

comerciante en ultramarinos Anders Sandrew, fundador de la empresa,
empezó por abrir una cadena de salas de proyección en Estocolmo. En la
década de los 40, la sociedad se convirtió en una importante compañía
productora. Como empresario constructor de cinematógrafos, Sandrews ha
sido un pionero también en años más recientes. Desde hace algunos años la

compañía ha estado asociada con el Grupo Schibsted, que tiene su sede en
Noruega, y ha adoptado el nombre de Sandrew Metronome AB.

Desde los últimos años 90, Sonet Film AB ha tenido mucho éxito como

productora y distribuidora de películas audaces y que se apartan de lo
común.

Sveriges Television, SVT, es un factor importante en la vida cinematográ-

fica de Suecia. No sólo produce películas propias para distribución en cines y
para la “pantalla pequeña”, sino que también participa como coproductora en
muchas de las cintas realizadas. La principal sección productora de películas
de SVT es SVT Drama.

FESTIVALES

Anualmente se celebran en Suecia unos doce festivales de cine de diversa
índole. Los dos más importantes son los internacionales de Gotemburgo, en
febrero, y de Estocolmo, en noviembre. En el festival de cine de Umeå, en
septiembre, se proyectan principalmente documentales; en el de Uppsala, en
octubre, cortometrajes. BUFF son las siglas de un festival de cine para niños y
adolescentes.

Autor: Leif Furhammar es
cineasta, productor de televisión,
crítico cultural del diario Dagens
Nyheter
y profesor de ciencias
cinematográficas. Ha publicado
unos diez libros, principalmente
sobre cine, entre los que destaca
la obra Filmen i Sverige (1991).

El autor es el único responsable
de las opiniones expresadas en
esta hoja de información.

Traducción: Álvaro Eljach

DIRECCIONES

www.kultur.nu

BUFF - Barn- och ungdomsfilmfestivalen (Festival de cine

infantil y juvenil)
Box 179, SE-201 21 Malmö
Tel: +46 40 30 91 64. Telefax: +46 40 30 53 22
www.kajen.com/buff/

Dramatiska Institutet (Escuela Superior de Cine, Radio,

Televisión y Teatro) Box 27090, SE-102 51 Stockholm
Domicilio: Filmhuset, Borgvägen 3-5
Tel: +46 8 665 13 00. Telefax: +46 8 662 14 84
www.draminst.se

Filmvetenskapliga institutionen (Facultad de cinematografía)

Stockholms Universitet, Box 27062, SE-102 51 Stockholm
Domicilio: Filmhuset, Borgvägen 1-5
Tel: +46 8 674 70 00. Telefax: +46 8 665 07 23. www.su.se

Göteborg Film Festival (Festival de cine de Gotemburgo)

Box 7079, SE-402 32 Göteborg
Tel: +46 31 339 30 00. Telefax: +46 31 41 00 63
www.filmfestival.org

SVT Fiction/Drama

SE-105 10 Stockholm, Domicilio: Hangövägen 18
Tel: +46 8 784 66 90. Telefax: +46 8 784 68 56
www.svt.se.drama

Sandrew Metronome

Box 5612, SE-114 86 Stockholm
Domicilio: Floragatan 4
Tel: +46 8 762 17 00. Telefax: +46 8 10 38 50
www.sandrewmetronome.se

Sonet Film AB

Box 201 05, SE-161 02 Bromma
Domicilio: Tappvägen 24, Mariehäll
Tel: +46 8 555 248 00. Telefax: +46 8 28 58 34
www.sonetfilm.se

Statens Biografbyrå (Oficina Nacional de Clasificación

Cinematográfica) Box 7728, SE-103 95 Stockholm
Domicilio: Regeringsgatan 65, uppgång C
Tel: +46 8 24 34 25. Telefax: +46 8 21 01 78
www.statensbiografbyra.se

Stockholms filmfestival (Festival de cine de Estocolmo)

Slupskjulsvägen 36, SE-111 49 Stockholm
Tel: +46 8 677 50 00. Telefax: +46 8 20 05 90
www.filmfestivalen.se

AB Svensk Filmindustri (SF)

SE-127 83 Stockholm
Domicilio: Dialoggatan 6, Kungens Kurva
Tel: +46 8 680 35 00. Telefax: +46 8 710 44 60
www.sf.se

Svenska Filminstitutet (Instituto del Cine Sueco)

Box 27126, SE-102 52 Stockholm
Domicilio: Filmhuset, Borgvägen 5
Tel: +46 8 665 11 00. Telefax: +46 8 661 18 20. www.sfi.se

Umeå Internationella Filmfestival (Festival internacional de cine

de Umeå) Box 43, SE-901 02 Umeå. Tel: +46 90 13 33 88
Telefax: +46 90 77 79 61. www.ff.umea.com

Uppsala Internationella Kortfilmfestival (Festival internacional

de corto metraje de Uppsala)
Box 1746, SE-751 47 Uppsala. Tel: +46 18 12 00 25
Telefax: +46 18 12 13 50. www.shortfilmfestival.com

EN EL ALBOR DEL SIGLO XXI

• Suecia tiene unos 8.900.000

habitantes.

• Anualmente registra 16 millones

de entradas al cine.

• Hay aproximadamente 800 cines

(y 1.100 salas) en el país.

• Una entrada al cine cuesta en

promedio 70 coronas suecas.

• Cada año se proyectan por

primera vez en el país unas 200
cintas, de las cuales 20 son
financiadas en parte o totalmente
con medios suecos. Actualmente
su número tiende a aumentar.

• La parte de las películas suecas

en la taquilla total del país es del
20% aproximadamente.

• Cada año hay algunas películas

suecas que tienen éxito nacional.
La mayoría no cubre sus propios
costos.

• La gran galardonada del Festival

de cine sueco de 2001 fue
“Canciones del segundo piso”
(Sånger från andra våningen),
que marcó el retorno de Roy
Andersson como director de
películas argumentales después
de 25 años. La cinta recibió
cuatro premios Guldbaggen,
equivalentes del Oscar
estadounidense otorgados por la
industria cinematográfica sueca:

• por la mejor película
• por el mejor director
• por el guión
• por la cinematografía (István

Borbás y Jesper Klevenås)

El Instituto Sueco (SI) es una autoridad estatal cuya misión es difundir conocimientos sobre Suecia en el
extranjero. Este folleto se publica como parte de su servicio de información. Todo material del Instituto
puede reproducirse libremente, a condición de que se cite la fuente.

El Instituto Sueco tiene una amplia gama de publicaciones informativas, en varios idiomas, sobre diversos
aspectos de la sociedad sueca.

Para mayor información diríjase a
la Embajada o el Consulado de Suecia en su país, o Svenska institutet: Box 7434, SE-103 91 Stockholm,
Suecia. Sede social: Sverigehuset (Casa de Suecia), Hamngatan/Kungsträdgården, Estocolmo.
Tel.: + 46-8-789 20 00 Fax: + 46-8-20 72 48. E-mail: si@si.se http://www.si.se

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CULTURA SUECA

CULTURA SUECA

Jarl Kulle y Christina Schollin en “¿Tú crees en
ángeles?”

Sandrew Film

A

B

Instituto del Cine Sueco

Ingmar Bergman.

Ingrid Bergman y Charles Boyer en Luz que agoniza.

Bengt

W

anselius

Björn Kjellman y Josefin Nilsson en “Adán y Eva”.

Mikael Silkeberg,

A

B Svensk Filmindustri

“Los hermanos Corazón de León”.
Allan Edwall, Staffan Götestam y
Lars Söderdahl.

AB Svensk Filmindustri

Ingmar Bergman dirigiendo El séptimo sello.
Bengt Ekeroth en el papel de la Muerte.

AB Svensk Filmindustri

La carreta fantasma. Victor Sjöström y
Tore Svennberg.

Instituto del Cine Sueco

Como en un espejo. Harriet Andersson.

AB Svensk Filmindustri

Ekman trajeron la esperanza de que Suecia volviera a ser un país respetado en
la cinematografía.

Después de la guerra, Suecia mantuvo su lugar cuando el moderno hábito

de celebrar festivales generó una mayor demanda de películas de valor
artístico. Algunos documentalistas, como Arne Sucksdorff, fueron elogiados
repetidas veces en el ámbito internacional, y las películas argumentales suecas
merecieron una atención cada día mayor. Alf Sjöberg conquistó su mayor
triunfo en 1951, año en que ganó el Grand Prix de Venecia con Señorita Julia
(Fröken Julie). En 1952 Arne Mattsson sorprendió al público del festival de
Berlín –y de todo el mundo– con Un solo verano de felicidad (Hon dansade en
sommar). Cuatro años más tarde entró Ingmar Bergman en la escena inter-
nacional con Sonrisas de una noche de verano (Sommarnattens leende). Suecia
volvía a ser foco del interés cinematográfico mundial.

Posteriormente, Ingmar Bergman se mantuvo en un lugar central del cine

mundial mientras produjo películas, y su fama no hizo más que crecer con los
años. No ocurrió lo mismo con el cine sueco en general. Alrededor de 1960,
la industria cinematográfica sueca sufrió una profunda crisis causada por el
auge de la televisión. Gran parte del público abandonó las salas de cine; la
producción sueca se comercializó y la mayor parte de los colegas y competi-
dores de Bergman carecían de vena artística.

Esa situación cambió en 1963 al celebrarse un convenio de política cultural

entre los productores y el Estado: la denominada “reforma cinematográfica”
(véase abajo). Mediante ella se liberaron importantes recursos económicos
con la finalidad expresa de fomentar la realización de películas de calidad.

Gracias a la reforma pudo surgir una nueva generación de cineastas

originales que alcanzaron éxito: Jan Troell, Bo Widerberg, Vilgot Sjöman,
Kjell Grede y otros. Al mismo tiempo se politizó el cine sueco bajo el influjo
de los vientos de izquierda de la época, con las consiguientes nuevas señales
estéticas y de contenido. Pero seguía disminuyendo el público de cine, y en
buena medida el de películas suecas.

El cambio más positivo que se dio en los años 70 y 80 fue el avance de la

mujer en el trabajo cinematográfico fuera de la actuación. La estrella Mai
Zetterling había pasado a ser directora ya en los años 60. Le siguieron Gunnel
Lindblom (también ex actriz), Marianne Ahrne, Marie-Louise De Geer
Bergenstråhle, Christina Olofsson, Suzanne Osten, Maj Wechselmann y otras
cineastas. Como escritora, Astrid Lindgren ha sido una de las mujeres de más
fuerte presencia en el cine sueco, y gracias a ella las películas suecas para
niños fueron una atracción mundial durante varios años.

La explosión mediática que experimentó Suecia en los años 80 cambió

enteramente las condiciones en que trabajaba la industria. La cinematografía
se enfrentó a nuevos competidores en el mercado del espectáculo; pero
pronto se integró en el conjunto de los medios que la rodeaban. Durante
muchos años la industria cinematográfica ha tenido amplia participación en
los mercados de televisión, vídeo y emisiones de televisión pagadas. Sin
embargo, debido a los costos crecientes, los riesgos económicos de un número
cada vez mayor de películas suecas fueron compartidos por diversos
patrocinadores, muchas veces con apoyo del extranjero.

En la década de los 90, una buena parte de la producción cinematográfica

se trasladó de Estocolmo, la capital, a centros de producción de varias
regiones del país, en especial al oeste. Hoy ya los adelantos de la tecnología de
vídeo y de la digital logrados estos últimos años han vuelto a hacer posible
que se produzcan películas a costo relativamente bajo, incluso para proyec-
ción en salas de cine. El número de cintas argumentales de largo metraje por
año acusa una clara tendencia a aumentar a comienzos del siglo XXI.

Al mismo tiempo, los hijos de inmigrantes han empezado a distinguirse entre

los cineastas suecos. “Antes de la tormenta” (Före stormen) de Reza Parsa, “Alas
de vidrio”
(Vingar av glas) de Reza Bagher y “Yal-la! Yal-la!” (Jalla! Jalla!) de
Josef Fares son tres ejemplos de cintas del año 2000 aclamadas por la crítica.

GÉNEROS CINEMATOGRÁFICOS

El cine sueco se ha ganado una reputación de frío, escueto y grave. Desde
Sjöström y Stiller a la película para niños Ronia, la hija del bandolero (Ronja
Rövardotter), han sido motivos fílmicos prominentes la naturaleza, las difi-
cultades de la vida en común y la muerte. Han sido tan frecuentes en las cintas
populares como en las grandes producciones y las obras de arte más comentadas.
La notable serie de Richard Hobert sobre los siete pecados capitales en la Suecia
contemporánea, terminada en 2000 con “El cumpleaños” (Födelsedagen), puede
considerarse como una manifestación reciente del drama moralista serio.

Pero el cine sueco no sólo es ambiente severo y melancolía. En buena parte

trata del amor. ¡Basta con echar una ojeada a la lista de “películas favoritas a
través de las épocas”!

La hilaridad –las comedias, sátiras y farsas– casi siempre han tenido un fiel

público y asegurado la base económica de la industria cinematográfica. En
tiempos de crisis han sido ante todo los géneros jocosos los que han
sustentado el ramo. En los años 40, el cine sueco contaba incluso con un
cómico de renombre internacional: Nils Poppe.

El discreto cómico Lasse Åberg ha conquistado repetidos éxitos en el

mercado cinematográfico nacional desde los años 70, y el más reciente ha
sido “El viaje de salud” (Hälsoresan 1999). El equipo que ha actuado en la
serie de películas de la “Banda Jönsson” también ha ganado el favor popular
con varias de ellas. En el año 2000 salió a cartelera “La gran audacia de la
Banda Jönsson”
(Jönssonligan spelar högt). En años recientes, los creativos
hermanos Måns y Felix Herngren han tenido gran éxito como cineastas inde-
pendientes con diferentes coautores, en comedias como “Adán y Eva” (Adam
och Eva, 1997) y “Adultos” (Vuxna människor, 1999), respectivamente.

Los documentales han sido desde hace más de 80 años orgullo del cine

sueco. Una larga tradición de documentar la naturaleza culminó en la década
de los 50 en La gran aventura (Det stora äventyret), célebre cinta de Arne
Sucksdorff. Esta tradición se conserva hoy gracias a numerosos cineastas, y
entre ellos Mikael Kristersson fue muy recientemente objeto de atención
internacional por una cinta argumental fascinante sobre la conducta de las
aves –y de los humanos– llamada “En el ojo del halcón” (I falkens öga, 1998).

A raíz del empeño político en los años 60 nacieron documentales más

orientados a las cuestiones sociales. En 1968, “Los inadaptados” (Dom kallar
oss mods), un inaudito estudio de problemas juveniles hecho por Jan
Lindqvist y Stefan Jarl, marcó un hito en la historia del cine documental
sueco. Jarl continuó con la misma temática y los mismos personajes a lo largo
de un proyecto sociológico de muchos años. La segunda película de la serie
fue “Una vida respetable” (Ett anständigt liv, 1979) y la tercera, “La herencia
social”
(Det sociala arvet, 1993). Además de Stefan Jarl hay toda una vigorosa
generación de documentalistas de crítica social. El documental más original
del año 2000 fue el autobiográfico de Lars-Lennart Forsberg, “Mi madre tuvo
catorce hijos”
(Min mamma hade fjorton barn), basado en centenares de foto-
grafías de una viveza excepcional.

El cine infantil ha sido especialmente favorecido por el apoyo de la comuni-

dad desde los años 50. También se ha convertido en insignia de la cinemato-
grafía sueca, en un comienzo gracias a Astrid Lindgren y a las cintas Pippa (Pippi
Långstrump), Miguel el Travieso (Emil i Lönneberga) y algunas más que tratan
de otros héroes de los párvulos. Casi todas las versiones cinematográficas de
cuentos de Astrid Lindgren han tenido buena acogida en el extranjero.

Suecia también se ha considerado como precursora de un tipo de cine para

niños más poético y serio, que ha merecido atención internacional desde hace
cuatro décadas. Hugo y Josefina (Hugo och Josefin), de Kjell Grede, salió a la
cartelera en 1967 y marcó la pauta de esa vertiente. A la misma categoría
pertenece la célebre “Los hermanos Corazón de León” (Bröderna Lejonhjärta,
1977), del director Olle Hellbom, sobre una narración de Astrid Lindgren.
La última sensación del género infantil ha sido “Tsatsiki, la mamá y el policía”
(Tsatsiki, morsan och polisen) de Ella Lemhagen. En la ceremonia del
Guldbagge 2000 conquistó cuatro premios, incluido el de la mejor película.

Como el cine para niños, también el de dibujos animados experimentó un

auge en Suecia, donde desde los años 70 se ha venido formando un notable
grupo de dibujantes hábiles y originales. El maestro Per Åhlin, con su más
reciente producción, “Hotel de perros” (Hundhotellet) y Stig Lasseby,
recientemente fallecido (autor de Pelle Svanslös, “Pedrito Sin Cola”, 1981)
son dos de los que han hecho largometrajes, mientras que un buen número
de duchos dibujantes de personalidad muy heterogénea y marcada se dedica
al cortometraje. Entre ellos, Magnus Carlsson se cuenta entre los más
reconocidos internacionalmente.

La brutalidad cada vez mayor, el desempleo, los conflictos de inmigrantes y

la delincuencia juvenil han aportado en años recientes temas para películas
sobre problemas sociales

. Algunas de ellas aprovechan las posibilidades que

ofrece el tema plasmando excesos de consumo de drogas, violencia, sangre y
sexo, mientras que otros tratan de abordar el tema con matices psicológicos y
claridad sociológica.

En los años 70, se consideraba, sin mucha justicia, que Suecia estaba a la

vanguardia del cine pornográfico. Esa reputación provenía del hecho inne-
gable de que varios de los mayores éxitos cinematográficos en el ámbito
internacional en las décadas inmediatamente anteriores, fueron de un
erotismo bastante audaz. Pero el concepto de “Schwedenfilm” (“película a la
sueca”), acuñado en Alemania, pronto perdió todo significado de naciona-
lidad. Lo que quizá se pueda decir es que el cine sueco abrió las esclusas a la
pornografía de celuloide, pero no ha aportado mayor caudal a esa corriente.

PELÍCULAS FAVORITAS A TRAVÉS DE LAS ÉPOCAS

El personaje de cine sueco que ha atraído el mayor público ha sido un escanio
muy metido en carnes, de sonora voz y gestos cómicos: el actor Edvard Persson
(1888-1957). En sus mejores años, antes de la segunda guerra mundial y du-
rante ella, sus películas registraron millones de espectadores en las salas suecas.

En la posguerra, su equivalente en popularidad fue el actor John Elfström,

que en 19 cintas hizo exageradas y grotescas caricaturas de campesinos en la
serie Åsa-Nisse, constantemente atacada por los críticos, aunque –al menos
las primeras– gozaron de un enorme favor del público rural.

En 1951 se estrenó el mayor éxito de la historia cinematográfica sueca

hasta hoy: Un solo verano de felicidad (Hon dansade en sommar), de Arne
Mattsson: una obra que, si bien tiene muchas cualidades, debió su fuerza de
atracción principalmente a los osados desnudos de Ulla Jacobsson.

Hubo que esperar diez años hasta que a Un solo verano de felicidad le

quitara la predilección del público otra historia fílmica, de tierno erotismo,
enmarcada en la noche estival sueca. Esta vez era la pareja de Christina
Schollin y Jarl Kulle la que se bañaba desnuda: con sus 2.800.000 especta-
dores, “¿Tú crees en ángeles?” (Änglar finns dom?) sigue registrando la cifra de
público más alta de los cinematógrafos suecos.

El director Lars-Magnus Lindgren logró, en 1964, un extraordinario triunfo

comercial más, con los mismos actores y la misma franqueza erótica. Adorado
John
(Käre John) fue el éxito cinematográfico más rotundo de Suecia en el ex-
tranjero hasta 1967, cuando su taquilla fue triplicada por otra producción: Soy
curiosa – amarillo
(Jag är nyfiken gul), de Vilgot Sjöman, que también traía sen-
sacionales escenas eróticas. Ese récord lo sigue manteniendo después de 30 años.

La película que ha ganado el mayor favor del público y recibido más

publicidad en los últimos años 90 ha sido “Fucking Åmål” (Fucking Åmål) de
Lukas Moodyson: un retrato de la vida de los adolescentes en un ambiente de
pequeña ciudad, que trata de manera espontánea y audaz la realidad actual
de Suecia. Su película siguiente, “Juntos” (Tillsammans, 2000), también fue
un éxito de taquilla y despertó el interés de la crítica.

ESTRELLAS DE FAMA INTERNACIONAL

La contribución de Suecia a la historia del cine incluye la exportación de un
asombroso elenco de intérpretes, en su mayoría mujeres.

La principal de ellas ha sido Greta Garbo, que tras un par de películas

mudas rodadas en Suecia emigró a Hollywood acompañada de Victor Sjö-
ström y Mauritz Stiller. La Divina se convirtió en el prototipo de la estrella a
lo largo de muchos años con Ana Karenina (1927 y 1935), A Woman of
Affairs
(Orquídeas salvajes, 1929), Queen Christina (La reina Cristina de
Suecia,
1934), Camille (La dama de las camelias, 1937) y Ninotchka (1939).

La siguiente superestrella sueca de Hollywood fue Ingrid Bergman. Se la

llevaron en 1939 para que actuara con Leslie Howard en la versión esta-
dounidense de la renombrada película sueca Intermezzo, y hasta su muerte fue
objeto de la admiración internacional. En Hollywood actuó con Humphrey
Bogart en Casablanca, con Gary Cooper en For Whom the Bell Tolls (Por quién
doblan las campanas),
con Charles Boyer en Gaslight (Luz que agoniza), con
Bing Crosby en The Bells of St. Mary (Las campanas de Santa María) y con
Gregory Peck en Spellbound (Recuerda).

Después de Ingrid Bergman cogieron rumbo de EE.UU., entre otras, Signe

Hasso, Marta Toren, Viveca Lindfors, Mai Zetterling y Anita Ekberg, para
convertirse allá en estrellas más o menos luminosas, de esplendor más o
menos duradero. Posteriormente, también Lena Olin se trasladó a Norte-
américa, lo mismo que Pernilla August.

Durante el nazismo, las actrices suecas Zarah Leander y Kristina Söder-

baum llegaron a ser grandes divas del cine alemán.

Algunas intérpretes prominentes de Suecia alcanzaron reputación mundial

en los años 50 y 60, gracias a su actuación en películas de Ingmar Bergman.
Entre ellas se cuentan Bibi Andersson, Harriet Andersson, Eva Dahlbeck,
Ingrid Thulin, Gunnel Lindblom y Liv Ullman (nacida en Noruega). Todas
ellas han sido contratadas en la industria cinematográfica internacional.

De los actores de Bergman fue Max von Sydow el que logró llegar a ser una

estrella internacional. En la producción norteamericana ha encarnado los más
variados personajes, desde el Jesús de The Greatest Story Ever Told (La historia
más grande jamás contada)
hasta toda suerte de seres demoníacos de películas
de terror y de misterio. Otros caras suecas que han conquistado celebridad en
Hollywood desde 1970 –algunas relacionadas con el cine de Ingmar Berg-
man– han sido Erland Josephson, Peter Stormare, Stellan Skarsgård, Bo
Svensson y Dolph Lundgren.

INGMAR BERGMAN

El director Ingmar Bergman es la mayor celebridad que ha tenido el cine
sueco en toda su historia, y también el más reputado director de teatro del
país. Al comienzo de su carrera tropezó con una fuerte resistencia de los
productores y la crítica, pero desde el éxito mundial de Sonrisas de una noche
de verano
(Sommarnattens leende, 1955) ha sido el centro de una perma-
nente atención internacional.

Algunas de sus cintas más comentadas son: Prisión (Fängelse, 1949), Un

verano con Mónica (Sommaren med Monika, 1953), El séptimo sello (Det
sjunde inseglet, 1956), Fresas salvajes (Smultronstället, 1957), El silencio
(Tystnaden, 1963), Persona (1966) y Gritos y susurros (Viskningar och rop,
1973). El mismo Bergman asegura que Fanny y Alexander (Fanny och
Alexander, 1982) es su última película. Sin embargo, posteriormente ha
escrito los guiones de varias películas de otros directores, entre ellas “Infieles”
(Trolösa), dirigida por Liv Ullman y estrenada en 2000.

ÓSCARES SUECOS

El prestigioso “Oscar”, o Academy Award de la Academia de Cine de EE.UU., ha sido otorgado a los siguientes
cineastas y películas suecas:

1944: Ingrid Bergman –el mejor papel principal femenino en Luz que agoniza (Gaslight)
1948: “El ritmo de una ciudad” (Människor i stad) –el mejor cortometraje documental (director: Arne

Sucksdorff)

1951: Kon-Tiki –el mejor documental (productor: Olle Nordemar)
1954: Greta Garbo –Special Award
1956: Ingrid Bergman –el mejor papel femenino en Anastasia
1960: El manantial de la doncella (Jungfrukällan) –la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1961: Como en un espejo (Såsom i en spegel) –la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1970: Ingmar Bergman –Irving G Thalberg Memorial Award
1973: Sven Nykvist –la mejor fotografía, en Gritos y susurros
1974: Ingrid Bergman –el mejor papel secundario femenino, en “Crimen en el Orient Express” (Murder on the

Orient Express)

1983: Anna Asp –la mejor decoración, en Fanny y Alexander
1983: Fanny y Alexander –la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1983: Marik Vos –el mejor vestuario, en Fanny y Alexander
1983: Sven Nykvist –la mejor fotografía, en Fanny y Alexander
1988: “Pelle, el conquistador” (Pelle Erövraren) –la mejor película extranjera (dirección: Bille August)
1995: Per Hallberg –los mejores efectos sonoros, en Braveheart

background image

CULTURA SUECA

CULTURA SUECA

Jarl Kulle y Christina Schollin en “¿Tú crees en
ángeles?”

Sandrew Film

A

B

Instituto del Cine Sueco

Ingmar Bergman.

Ingrid Bergman y Charles Boyer en Luz que agoniza.

Bengt

W

anselius

Björn Kjellman y Josefin Nilsson en “Adán y Eva”.

Mikael Silkeberg,

A

B Svensk Filmindustri

“Los hermanos Corazón de León”.
Allan Edwall, Staffan Götestam y
Lars Söderdahl.

AB Svensk Filmindustri

Ingmar Bergman dirigiendo El séptimo sello.
Bengt Ekeroth en el papel de la Muerte.

AB Svensk Filmindustri

La carreta fantasma. Victor Sjöström y
Tore Svennberg.

Instituto del Cine Sueco

Como en un espejo. Harriet Andersson.

AB Svensk Filmindustri

Ekman trajeron la esperanza de que Suecia volviera a ser un país respetado en
la cinematografía.

Después de la guerra, Suecia mantuvo su lugar cuando el moderno hábito

de celebrar festivales generó una mayor demanda de películas de valor
artístico. Algunos documentalistas, como Arne Sucksdorff, fueron elogiados
repetidas veces en el ámbito internacional, y las películas argumentales suecas
merecieron una atención cada día mayor. Alf Sjöberg conquistó su mayor
triunfo en 1951, año en que ganó el Grand Prix de Venecia con Señorita Julia
(Fröken Julie). En 1952 Arne Mattsson sorprendió al público del festival de
Berlín –y de todo el mundo– con Un solo verano de felicidad (Hon dansade en
sommar). Cuatro años más tarde entró Ingmar Bergman en la escena inter-
nacional con Sonrisas de una noche de verano (Sommarnattens leende). Suecia
volvía a ser foco del interés cinematográfico mundial.

Posteriormente, Ingmar Bergman se mantuvo en un lugar central del cine

mundial mientras produjo películas, y su fama no hizo más que crecer con los
años. No ocurrió lo mismo con el cine sueco en general. Alrededor de 1960,
la industria cinematográfica sueca sufrió una profunda crisis causada por el
auge de la televisión. Gran parte del público abandonó las salas de cine; la
producción sueca se comercializó y la mayor parte de los colegas y competi-
dores de Bergman carecían de vena artística.

Esa situación cambió en 1963 al celebrarse un convenio de política cultural

entre los productores y el Estado: la denominada “reforma cinematográfica”
(véase abajo). Mediante ella se liberaron importantes recursos económicos
con la finalidad expresa de fomentar la realización de películas de calidad.

Gracias a la reforma pudo surgir una nueva generación de cineastas

originales que alcanzaron éxito: Jan Troell, Bo Widerberg, Vilgot Sjöman,
Kjell Grede y otros. Al mismo tiempo se politizó el cine sueco bajo el influjo
de los vientos de izquierda de la época, con las consiguientes nuevas señales
estéticas y de contenido. Pero seguía disminuyendo el público de cine, y en
buena medida el de películas suecas.

El cambio más positivo que se dio en los años 70 y 80 fue el avance de la

mujer en el trabajo cinematográfico fuera de la actuación. La estrella Mai
Zetterling había pasado a ser directora ya en los años 60. Le siguieron Gunnel
Lindblom (también ex actriz), Marianne Ahrne, Marie-Louise De Geer
Bergenstråhle, Christina Olofsson, Suzanne Osten, Maj Wechselmann y otras
cineastas. Como escritora, Astrid Lindgren ha sido una de las mujeres de más
fuerte presencia en el cine sueco, y gracias a ella las películas suecas para
niños fueron una atracción mundial durante varios años.

La explosión mediática que experimentó Suecia en los años 80 cambió

enteramente las condiciones en que trabajaba la industria. La cinematografía
se enfrentó a nuevos competidores en el mercado del espectáculo; pero
pronto se integró en el conjunto de los medios que la rodeaban. Durante
muchos años la industria cinematográfica ha tenido amplia participación en
los mercados de televisión, vídeo y emisiones de televisión pagadas. Sin
embargo, debido a los costos crecientes, los riesgos económicos de un número
cada vez mayor de películas suecas fueron compartidos por diversos
patrocinadores, muchas veces con apoyo del extranjero.

En la década de los 90, una buena parte de la producción cinematográfica

se trasladó de Estocolmo, la capital, a centros de producción de varias
regiones del país, en especial al oeste. Hoy ya los adelantos de la tecnología de
vídeo y de la digital logrados estos últimos años han vuelto a hacer posible
que se produzcan películas a costo relativamente bajo, incluso para proyec-
ción en salas de cine. El número de cintas argumentales de largo metraje por
año acusa una clara tendencia a aumentar a comienzos del siglo XXI.

Al mismo tiempo, los hijos de inmigrantes han empezado a distinguirse entre

los cineastas suecos. “Antes de la tormenta” (Före stormen) de Reza Parsa, “Alas
de vidrio”
(Vingar av glas) de Reza Bagher y “Yal-la! Yal-la!” (Jalla! Jalla!) de
Josef Fares son tres ejemplos de cintas del año 2000 aclamadas por la crítica.

GÉNEROS CINEMATOGRÁFICOS

El cine sueco se ha ganado una reputación de frío, escueto y grave. Desde
Sjöström y Stiller a la película para niños Ronia, la hija del bandolero (Ronja
Rövardotter), han sido motivos fílmicos prominentes la naturaleza, las difi-
cultades de la vida en común y la muerte. Han sido tan frecuentes en las cintas
populares como en las grandes producciones y las obras de arte más comentadas.
La notable serie de Richard Hobert sobre los siete pecados capitales en la Suecia
contemporánea, terminada en 2000 con “El cumpleaños” (Födelsedagen), puede
considerarse como una manifestación reciente del drama moralista serio.

Pero el cine sueco no sólo es ambiente severo y melancolía. En buena parte

trata del amor. ¡Basta con echar una ojeada a la lista de “películas favoritas a
través de las épocas”!

La hilaridad –las comedias, sátiras y farsas– casi siempre han tenido un fiel

público y asegurado la base económica de la industria cinematográfica. En
tiempos de crisis han sido ante todo los géneros jocosos los que han
sustentado el ramo. En los años 40, el cine sueco contaba incluso con un
cómico de renombre internacional: Nils Poppe.

El discreto cómico Lasse Åberg ha conquistado repetidos éxitos en el

mercado cinematográfico nacional desde los años 70, y el más reciente ha
sido “El viaje de salud” (Hälsoresan 1999). El equipo que ha actuado en la
serie de películas de la “Banda Jönsson” también ha ganado el favor popular
con varias de ellas. En el año 2000 salió a cartelera “La gran audacia de la
Banda Jönsson”
(Jönssonligan spelar högt). En años recientes, los creativos
hermanos Måns y Felix Herngren han tenido gran éxito como cineastas inde-
pendientes con diferentes coautores, en comedias como “Adán y Eva” (Adam
och Eva, 1997) y “Adultos” (Vuxna människor, 1999), respectivamente.

Los documentales han sido desde hace más de 80 años orgullo del cine

sueco. Una larga tradición de documentar la naturaleza culminó en la década
de los 50 en La gran aventura (Det stora äventyret), célebre cinta de Arne
Sucksdorff. Esta tradición se conserva hoy gracias a numerosos cineastas, y
entre ellos Mikael Kristersson fue muy recientemente objeto de atención
internacional por una cinta argumental fascinante sobre la conducta de las
aves –y de los humanos– llamada “En el ojo del halcón” (I falkens öga, 1998).

A raíz del empeño político en los años 60 nacieron documentales más

orientados a las cuestiones sociales. En 1968, “Los inadaptados” (Dom kallar
oss mods), un inaudito estudio de problemas juveniles hecho por Jan
Lindqvist y Stefan Jarl, marcó un hito en la historia del cine documental
sueco. Jarl continuó con la misma temática y los mismos personajes a lo largo
de un proyecto sociológico de muchos años. La segunda película de la serie
fue “Una vida respetable” (Ett anständigt liv, 1979) y la tercera, “La herencia
social”
(Det sociala arvet, 1993). Además de Stefan Jarl hay toda una vigorosa
generación de documentalistas de crítica social. El documental más original
del año 2000 fue el autobiográfico de Lars-Lennart Forsberg, “Mi madre tuvo
catorce hijos”
(Min mamma hade fjorton barn), basado en centenares de foto-
grafías de una viveza excepcional.

El cine infantil ha sido especialmente favorecido por el apoyo de la comuni-

dad desde los años 50. También se ha convertido en insignia de la cinemato-
grafía sueca, en un comienzo gracias a Astrid Lindgren y a las cintas Pippa (Pippi
Långstrump), Miguel el Travieso (Emil i Lönneberga) y algunas más que tratan
de otros héroes de los párvulos. Casi todas las versiones cinematográficas de
cuentos de Astrid Lindgren han tenido buena acogida en el extranjero.

Suecia también se ha considerado como precursora de un tipo de cine para

niños más poético y serio, que ha merecido atención internacional desde hace
cuatro décadas. Hugo y Josefina (Hugo och Josefin), de Kjell Grede, salió a la
cartelera en 1967 y marcó la pauta de esa vertiente. A la misma categoría
pertenece la célebre “Los hermanos Corazón de León” (Bröderna Lejonhjärta,
1977), del director Olle Hellbom, sobre una narración de Astrid Lindgren.
La última sensación del género infantil ha sido “Tsatsiki, la mamá y el policía”
(Tsatsiki, morsan och polisen) de Ella Lemhagen. En la ceremonia del
Guldbagge 2000 conquistó cuatro premios, incluido el de la mejor película.

Como el cine para niños, también el de dibujos animados experimentó un

auge en Suecia, donde desde los años 70 se ha venido formando un notable
grupo de dibujantes hábiles y originales. El maestro Per Åhlin, con su más
reciente producción, “Hotel de perros” (Hundhotellet) y Stig Lasseby,
recientemente fallecido (autor de Pelle Svanslös, “Pedrito Sin Cola”, 1981)
son dos de los que han hecho largometrajes, mientras que un buen número
de duchos dibujantes de personalidad muy heterogénea y marcada se dedica
al cortometraje. Entre ellos, Magnus Carlsson se cuenta entre los más
reconocidos internacionalmente.

La brutalidad cada vez mayor, el desempleo, los conflictos de inmigrantes y

la delincuencia juvenil han aportado en años recientes temas para películas
sobre problemas sociales

. Algunas de ellas aprovechan las posibilidades que

ofrece el tema plasmando excesos de consumo de drogas, violencia, sangre y
sexo, mientras que otros tratan de abordar el tema con matices psicológicos y
claridad sociológica.

En los años 70, se consideraba, sin mucha justicia, que Suecia estaba a la

vanguardia del cine pornográfico. Esa reputación provenía del hecho inne-
gable de que varios de los mayores éxitos cinematográficos en el ámbito
internacional en las décadas inmediatamente anteriores, fueron de un
erotismo bastante audaz. Pero el concepto de “Schwedenfilm” (“película a la
sueca”), acuñado en Alemania, pronto perdió todo significado de naciona-
lidad. Lo que quizá se pueda decir es que el cine sueco abrió las esclusas a la
pornografía de celuloide, pero no ha aportado mayor caudal a esa corriente.

PELÍCULAS FAVORITAS A TRAVÉS DE LAS ÉPOCAS

El personaje de cine sueco que ha atraído el mayor público ha sido un escanio
muy metido en carnes, de sonora voz y gestos cómicos: el actor Edvard Persson
(1888-1957). En sus mejores años, antes de la segunda guerra mundial y du-
rante ella, sus películas registraron millones de espectadores en las salas suecas.

En la posguerra, su equivalente en popularidad fue el actor John Elfström,

que en 19 cintas hizo exageradas y grotescas caricaturas de campesinos en la
serie Åsa-Nisse, constantemente atacada por los críticos, aunque –al menos
las primeras– gozaron de un enorme favor del público rural.

En 1951 se estrenó el mayor éxito de la historia cinematográfica sueca

hasta hoy: Un solo verano de felicidad (Hon dansade en sommar), de Arne
Mattsson: una obra que, si bien tiene muchas cualidades, debió su fuerza de
atracción principalmente a los osados desnudos de Ulla Jacobsson.

Hubo que esperar diez años hasta que a Un solo verano de felicidad le

quitara la predilección del público otra historia fílmica, de tierno erotismo,
enmarcada en la noche estival sueca. Esta vez era la pareja de Christina
Schollin y Jarl Kulle la que se bañaba desnuda: con sus 2.800.000 especta-
dores, “¿Tú crees en ángeles?” (Änglar finns dom?) sigue registrando la cifra de
público más alta de los cinematógrafos suecos.

El director Lars-Magnus Lindgren logró, en 1964, un extraordinario triunfo

comercial más, con los mismos actores y la misma franqueza erótica. Adorado
John
(Käre John) fue el éxito cinematográfico más rotundo de Suecia en el ex-
tranjero hasta 1967, cuando su taquilla fue triplicada por otra producción: Soy
curiosa – amarillo
(Jag är nyfiken gul), de Vilgot Sjöman, que también traía sen-
sacionales escenas eróticas. Ese récord lo sigue manteniendo después de 30 años.

La película que ha ganado el mayor favor del público y recibido más

publicidad en los últimos años 90 ha sido “Fucking Åmål” (Fucking Åmål) de
Lukas Moodyson: un retrato de la vida de los adolescentes en un ambiente de
pequeña ciudad, que trata de manera espontánea y audaz la realidad actual
de Suecia. Su película siguiente, “Juntos” (Tillsammans, 2000), también fue
un éxito de taquilla y despertó el interés de la crítica.

ESTRELLAS DE FAMA INTERNACIONAL

La contribución de Suecia a la historia del cine incluye la exportación de un
asombroso elenco de intérpretes, en su mayoría mujeres.

La principal de ellas ha sido Greta Garbo, que tras un par de películas

mudas rodadas en Suecia emigró a Hollywood acompañada de Victor Sjö-
ström y Mauritz Stiller. La Divina se convirtió en el prototipo de la estrella a
lo largo de muchos años con Ana Karenina (1927 y 1935), A Woman of
Affairs
(Orquídeas salvajes, 1929), Queen Christina (La reina Cristina de
Suecia,
1934), Camille (La dama de las camelias, 1937) y Ninotchka (1939).

La siguiente superestrella sueca de Hollywood fue Ingrid Bergman. Se la

llevaron en 1939 para que actuara con Leslie Howard en la versión esta-
dounidense de la renombrada película sueca Intermezzo, y hasta su muerte fue
objeto de la admiración internacional. En Hollywood actuó con Humphrey
Bogart en Casablanca, con Gary Cooper en For Whom the Bell Tolls (Por quién
doblan las campanas),
con Charles Boyer en Gaslight (Luz que agoniza), con
Bing Crosby en The Bells of St. Mary (Las campanas de Santa María) y con
Gregory Peck en Spellbound (Recuerda).

Después de Ingrid Bergman cogieron rumbo de EE.UU., entre otras, Signe

Hasso, Marta Toren, Viveca Lindfors, Mai Zetterling y Anita Ekberg, para
convertirse allá en estrellas más o menos luminosas, de esplendor más o
menos duradero. Posteriormente, también Lena Olin se trasladó a Norte-
américa, lo mismo que Pernilla August.

Durante el nazismo, las actrices suecas Zarah Leander y Kristina Söder-

baum llegaron a ser grandes divas del cine alemán.

Algunas intérpretes prominentes de Suecia alcanzaron reputación mundial

en los años 50 y 60, gracias a su actuación en películas de Ingmar Bergman.
Entre ellas se cuentan Bibi Andersson, Harriet Andersson, Eva Dahlbeck,
Ingrid Thulin, Gunnel Lindblom y Liv Ullman (nacida en Noruega). Todas
ellas han sido contratadas en la industria cinematográfica internacional.

De los actores de Bergman fue Max von Sydow el que logró llegar a ser una

estrella internacional. En la producción norteamericana ha encarnado los más
variados personajes, desde el Jesús de The Greatest Story Ever Told (La historia
más grande jamás contada)
hasta toda suerte de seres demoníacos de películas
de terror y de misterio. Otros caras suecas que han conquistado celebridad en
Hollywood desde 1970 –algunas relacionadas con el cine de Ingmar Berg-
man– han sido Erland Josephson, Peter Stormare, Stellan Skarsgård, Bo
Svensson y Dolph Lundgren.

INGMAR BERGMAN

El director Ingmar Bergman es la mayor celebridad que ha tenido el cine
sueco en toda su historia, y también el más reputado director de teatro del
país. Al comienzo de su carrera tropezó con una fuerte resistencia de los
productores y la crítica, pero desde el éxito mundial de Sonrisas de una noche
de verano
(Sommarnattens leende, 1955) ha sido el centro de una perma-
nente atención internacional.

Algunas de sus cintas más comentadas son: Prisión (Fängelse, 1949), Un

verano con Mónica (Sommaren med Monika, 1953), El séptimo sello (Det
sjunde inseglet, 1956), Fresas salvajes (Smultronstället, 1957), El silencio
(Tystnaden, 1963), Persona (1966) y Gritos y susurros (Viskningar och rop,
1973). El mismo Bergman asegura que Fanny y Alexander (Fanny och
Alexander, 1982) es su última película. Sin embargo, posteriormente ha
escrito los guiones de varias películas de otros directores, entre ellas “Infieles”
(Trolösa), dirigida por Liv Ullman y estrenada en 2000.

ÓSCARES SUECOS

El prestigioso “Oscar”, o Academy Award de la Academia de Cine de EE.UU., ha sido otorgado a los siguientes
cineastas y películas suecas:

1944: Ingrid Bergman –el mejor papel principal femenino en Luz que agoniza (Gaslight)
1948: “El ritmo de una ciudad” (Människor i stad) –el mejor cortometraje documental (director: Arne

Sucksdorff)

1951: Kon-Tiki –el mejor documental (productor: Olle Nordemar)
1954: Greta Garbo –Special Award
1956: Ingrid Bergman –el mejor papel femenino en Anastasia
1960: El manantial de la doncella (Jungfrukällan) –la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1961: Como en un espejo (Såsom i en spegel) –la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1970: Ingmar Bergman –Irving G Thalberg Memorial Award
1973: Sven Nykvist –la mejor fotografía, en Gritos y susurros
1974: Ingrid Bergman –el mejor papel secundario femenino, en “Crimen en el Orient Express” (Murder on the

Orient Express)

1983: Anna Asp –la mejor decoración, en Fanny y Alexander
1983: Fanny y Alexander –la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1983: Marik Vos –el mejor vestuario, en Fanny y Alexander
1983: Sven Nykvist –la mejor fotografía, en Fanny y Alexander
1988: “Pelle, el conquistador” (Pelle Erövraren) –la mejor película extranjera (dirección: Bille August)
1995: Per Hallberg –los mejores efectos sonoros, en Braveheart

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CULTURA SUECA

CULTURA SUECA

Jarl Kulle y Christina Schollin en “¿Tú crees en
ángeles?”

Sandrew Film

A

B

Instituto del Cine Sueco

Ingmar Bergman.

Ingrid Bergman y Charles Boyer en Luz que agoniza.

Bengt

W

anselius

Björn Kjellman y Josefin Nilsson en “Adán y Eva”.

Mikael Silkeberg,

A

B Svensk Filmindustri

“Los hermanos Corazón de León”.
Allan Edwall, Staffan Götestam y
Lars Söderdahl.

AB Svensk Filmindustri

Ingmar Bergman dirigiendo El séptimo sello.
Bengt Ekeroth en el papel de la Muerte.

AB Svensk Filmindustri

La carreta fantasma. Victor Sjöström y
Tore Svennberg.

Instituto del Cine Sueco

Como en un espejo. Harriet Andersson.

AB Svensk Filmindustri

Ekman trajeron la esperanza de que Suecia volviera a ser un país respetado en
la cinematografía.

Después de la guerra, Suecia mantuvo su lugar cuando el moderno hábito

de celebrar festivales generó una mayor demanda de películas de valor
artístico. Algunos documentalistas, como Arne Sucksdorff, fueron elogiados
repetidas veces en el ámbito internacional, y las películas argumentales suecas
merecieron una atención cada día mayor. Alf Sjöberg conquistó su mayor
triunfo en 1951, año en que ganó el Grand Prix de Venecia con Señorita Julia
(Fröken Julie). En 1952 Arne Mattsson sorprendió al público del festival de
Berlín –y de todo el mundo– con Un solo verano de felicidad (Hon dansade en
sommar). Cuatro años más tarde entró Ingmar Bergman en la escena inter-
nacional con Sonrisas de una noche de verano (Sommarnattens leende). Suecia
volvía a ser foco del interés cinematográfico mundial.

Posteriormente, Ingmar Bergman se mantuvo en un lugar central del cine

mundial mientras produjo películas, y su fama no hizo más que crecer con los
años. No ocurrió lo mismo con el cine sueco en general. Alrededor de 1960,
la industria cinematográfica sueca sufrió una profunda crisis causada por el
auge de la televisión. Gran parte del público abandonó las salas de cine; la
producción sueca se comercializó y la mayor parte de los colegas y competi-
dores de Bergman carecían de vena artística.

Esa situación cambió en 1963 al celebrarse un convenio de política cultural

entre los productores y el Estado: la denominada “reforma cinematográfica”
(véase abajo). Mediante ella se liberaron importantes recursos económicos
con la finalidad expresa de fomentar la realización de películas de calidad.

Gracias a la reforma pudo surgir una nueva generación de cineastas

originales que alcanzaron éxito: Jan Troell, Bo Widerberg, Vilgot Sjöman,
Kjell Grede y otros. Al mismo tiempo se politizó el cine sueco bajo el influjo
de los vientos de izquierda de la época, con las consiguientes nuevas señales
estéticas y de contenido. Pero seguía disminuyendo el público de cine, y en
buena medida el de películas suecas.

El cambio más positivo que se dio en los años 70 y 80 fue el avance de la

mujer en el trabajo cinematográfico fuera de la actuación. La estrella Mai
Zetterling había pasado a ser directora ya en los años 60. Le siguieron Gunnel
Lindblom (también ex actriz), Marianne Ahrne, Marie-Louise De Geer
Bergenstråhle, Christina Olofsson, Suzanne Osten, Maj Wechselmann y otras
cineastas. Como escritora, Astrid Lindgren ha sido una de las mujeres de más
fuerte presencia en el cine sueco, y gracias a ella las películas suecas para
niños fueron una atracción mundial durante varios años.

La explosión mediática que experimentó Suecia en los años 80 cambió

enteramente las condiciones en que trabajaba la industria. La cinematografía
se enfrentó a nuevos competidores en el mercado del espectáculo; pero
pronto se integró en el conjunto de los medios que la rodeaban. Durante
muchos años la industria cinematográfica ha tenido amplia participación en
los mercados de televisión, vídeo y emisiones de televisión pagadas. Sin
embargo, debido a los costos crecientes, los riesgos económicos de un número
cada vez mayor de películas suecas fueron compartidos por diversos
patrocinadores, muchas veces con apoyo del extranjero.

En la década de los 90, una buena parte de la producción cinematográfica

se trasladó de Estocolmo, la capital, a centros de producción de varias
regiones del país, en especial al oeste. Hoy ya los adelantos de la tecnología de
vídeo y de la digital logrados estos últimos años han vuelto a hacer posible
que se produzcan películas a costo relativamente bajo, incluso para proyec-
ción en salas de cine. El número de cintas argumentales de largo metraje por
año acusa una clara tendencia a aumentar a comienzos del siglo XXI.

Al mismo tiempo, los hijos de inmigrantes han empezado a distinguirse entre

los cineastas suecos. “Antes de la tormenta” (Före stormen) de Reza Parsa, “Alas
de vidrio”
(Vingar av glas) de Reza Bagher y “Yal-la! Yal-la!” (Jalla! Jalla!) de
Josef Fares son tres ejemplos de cintas del año 2000 aclamadas por la crítica.

GÉNEROS CINEMATOGRÁFICOS

El cine sueco se ha ganado una reputación de frío, escueto y grave. Desde
Sjöström y Stiller a la película para niños Ronia, la hija del bandolero (Ronja
Rövardotter), han sido motivos fílmicos prominentes la naturaleza, las difi-
cultades de la vida en común y la muerte. Han sido tan frecuentes en las cintas
populares como en las grandes producciones y las obras de arte más comentadas.
La notable serie de Richard Hobert sobre los siete pecados capitales en la Suecia
contemporánea, terminada en 2000 con “El cumpleaños” (Födelsedagen), puede
considerarse como una manifestación reciente del drama moralista serio.

Pero el cine sueco no sólo es ambiente severo y melancolía. En buena parte

trata del amor. ¡Basta con echar una ojeada a la lista de “películas favoritas a
través de las épocas”!

La hilaridad –las comedias, sátiras y farsas– casi siempre han tenido un fiel

público y asegurado la base económica de la industria cinematográfica. En
tiempos de crisis han sido ante todo los géneros jocosos los que han
sustentado el ramo. En los años 40, el cine sueco contaba incluso con un
cómico de renombre internacional: Nils Poppe.

El discreto cómico Lasse Åberg ha conquistado repetidos éxitos en el

mercado cinematográfico nacional desde los años 70, y el más reciente ha
sido “El viaje de salud” (Hälsoresan 1999). El equipo que ha actuado en la
serie de películas de la “Banda Jönsson” también ha ganado el favor popular
con varias de ellas. En el año 2000 salió a cartelera “La gran audacia de la
Banda Jönsson”
(Jönssonligan spelar högt). En años recientes, los creativos
hermanos Måns y Felix Herngren han tenido gran éxito como cineastas inde-
pendientes con diferentes coautores, en comedias como “Adán y Eva” (Adam
och Eva, 1997) y “Adultos” (Vuxna människor, 1999), respectivamente.

Los documentales han sido desde hace más de 80 años orgullo del cine

sueco. Una larga tradición de documentar la naturaleza culminó en la década
de los 50 en La gran aventura (Det stora äventyret), célebre cinta de Arne
Sucksdorff. Esta tradición se conserva hoy gracias a numerosos cineastas, y
entre ellos Mikael Kristersson fue muy recientemente objeto de atención
internacional por una cinta argumental fascinante sobre la conducta de las
aves –y de los humanos– llamada “En el ojo del halcón” (I falkens öga, 1998).

A raíz del empeño político en los años 60 nacieron documentales más

orientados a las cuestiones sociales. En 1968, “Los inadaptados” (Dom kallar
oss mods), un inaudito estudio de problemas juveniles hecho por Jan
Lindqvist y Stefan Jarl, marcó un hito en la historia del cine documental
sueco. Jarl continuó con la misma temática y los mismos personajes a lo largo
de un proyecto sociológico de muchos años. La segunda película de la serie
fue “Una vida respetable” (Ett anständigt liv, 1979) y la tercera, “La herencia
social”
(Det sociala arvet, 1993). Además de Stefan Jarl hay toda una vigorosa
generación de documentalistas de crítica social. El documental más original
del año 2000 fue el autobiográfico de Lars-Lennart Forsberg, “Mi madre tuvo
catorce hijos”
(Min mamma hade fjorton barn), basado en centenares de foto-
grafías de una viveza excepcional.

El cine infantil ha sido especialmente favorecido por el apoyo de la comuni-

dad desde los años 50. También se ha convertido en insignia de la cinemato-
grafía sueca, en un comienzo gracias a Astrid Lindgren y a las cintas Pippa (Pippi
Långstrump), Miguel el Travieso (Emil i Lönneberga) y algunas más que tratan
de otros héroes de los párvulos. Casi todas las versiones cinematográficas de
cuentos de Astrid Lindgren han tenido buena acogida en el extranjero.

Suecia también se ha considerado como precursora de un tipo de cine para

niños más poético y serio, que ha merecido atención internacional desde hace
cuatro décadas. Hugo y Josefina (Hugo och Josefin), de Kjell Grede, salió a la
cartelera en 1967 y marcó la pauta de esa vertiente. A la misma categoría
pertenece la célebre “Los hermanos Corazón de León” (Bröderna Lejonhjärta,
1977), del director Olle Hellbom, sobre una narración de Astrid Lindgren.
La última sensación del género infantil ha sido “Tsatsiki, la mamá y el policía”
(Tsatsiki, morsan och polisen) de Ella Lemhagen. En la ceremonia del
Guldbagge 2000 conquistó cuatro premios, incluido el de la mejor película.

Como el cine para niños, también el de dibujos animados experimentó un

auge en Suecia, donde desde los años 70 se ha venido formando un notable
grupo de dibujantes hábiles y originales. El maestro Per Åhlin, con su más
reciente producción, “Hotel de perros” (Hundhotellet) y Stig Lasseby,
recientemente fallecido (autor de Pelle Svanslös, “Pedrito Sin Cola”, 1981)
son dos de los que han hecho largometrajes, mientras que un buen número
de duchos dibujantes de personalidad muy heterogénea y marcada se dedica
al cortometraje. Entre ellos, Magnus Carlsson se cuenta entre los más
reconocidos internacionalmente.

La brutalidad cada vez mayor, el desempleo, los conflictos de inmigrantes y

la delincuencia juvenil han aportado en años recientes temas para películas
sobre problemas sociales

. Algunas de ellas aprovechan las posibilidades que

ofrece el tema plasmando excesos de consumo de drogas, violencia, sangre y
sexo, mientras que otros tratan de abordar el tema con matices psicológicos y
claridad sociológica.

En los años 70, se consideraba, sin mucha justicia, que Suecia estaba a la

vanguardia del cine pornográfico. Esa reputación provenía del hecho inne-
gable de que varios de los mayores éxitos cinematográficos en el ámbito
internacional en las décadas inmediatamente anteriores, fueron de un
erotismo bastante audaz. Pero el concepto de “Schwedenfilm” (“película a la
sueca”), acuñado en Alemania, pronto perdió todo significado de naciona-
lidad. Lo que quizá se pueda decir es que el cine sueco abrió las esclusas a la
pornografía de celuloide, pero no ha aportado mayor caudal a esa corriente.

PELÍCULAS FAVORITAS A TRAVÉS DE LAS ÉPOCAS

El personaje de cine sueco que ha atraído el mayor público ha sido un escanio
muy metido en carnes, de sonora voz y gestos cómicos: el actor Edvard Persson
(1888-1957). En sus mejores años, antes de la segunda guerra mundial y du-
rante ella, sus películas registraron millones de espectadores en las salas suecas.

En la posguerra, su equivalente en popularidad fue el actor John Elfström,

que en 19 cintas hizo exageradas y grotescas caricaturas de campesinos en la
serie Åsa-Nisse, constantemente atacada por los críticos, aunque –al menos
las primeras– gozaron de un enorme favor del público rural.

En 1951 se estrenó el mayor éxito de la historia cinematográfica sueca

hasta hoy: Un solo verano de felicidad (Hon dansade en sommar), de Arne
Mattsson: una obra que, si bien tiene muchas cualidades, debió su fuerza de
atracción principalmente a los osados desnudos de Ulla Jacobsson.

Hubo que esperar diez años hasta que a Un solo verano de felicidad le

quitara la predilección del público otra historia fílmica, de tierno erotismo,
enmarcada en la noche estival sueca. Esta vez era la pareja de Christina
Schollin y Jarl Kulle la que se bañaba desnuda: con sus 2.800.000 especta-
dores, “¿Tú crees en ángeles?” (Änglar finns dom?) sigue registrando la cifra de
público más alta de los cinematógrafos suecos.

El director Lars-Magnus Lindgren logró, en 1964, un extraordinario triunfo

comercial más, con los mismos actores y la misma franqueza erótica. Adorado
John
(Käre John) fue el éxito cinematográfico más rotundo de Suecia en el ex-
tranjero hasta 1967, cuando su taquilla fue triplicada por otra producción: Soy
curiosa – amarillo
(Jag är nyfiken gul), de Vilgot Sjöman, que también traía sen-
sacionales escenas eróticas. Ese récord lo sigue manteniendo después de 30 años.

La película que ha ganado el mayor favor del público y recibido más

publicidad en los últimos años 90 ha sido “Fucking Åmål” (Fucking Åmål) de
Lukas Moodyson: un retrato de la vida de los adolescentes en un ambiente de
pequeña ciudad, que trata de manera espontánea y audaz la realidad actual
de Suecia. Su película siguiente, “Juntos” (Tillsammans, 2000), también fue
un éxito de taquilla y despertó el interés de la crítica.

ESTRELLAS DE FAMA INTERNACIONAL

La contribución de Suecia a la historia del cine incluye la exportación de un
asombroso elenco de intérpretes, en su mayoría mujeres.

La principal de ellas ha sido Greta Garbo, que tras un par de películas

mudas rodadas en Suecia emigró a Hollywood acompañada de Victor Sjö-
ström y Mauritz Stiller. La Divina se convirtió en el prototipo de la estrella a
lo largo de muchos años con Ana Karenina (1927 y 1935), A Woman of
Affairs
(Orquídeas salvajes, 1929), Queen Christina (La reina Cristina de
Suecia,
1934), Camille (La dama de las camelias, 1937) y Ninotchka (1939).

La siguiente superestrella sueca de Hollywood fue Ingrid Bergman. Se la

llevaron en 1939 para que actuara con Leslie Howard en la versión esta-
dounidense de la renombrada película sueca Intermezzo, y hasta su muerte fue
objeto de la admiración internacional. En Hollywood actuó con Humphrey
Bogart en Casablanca, con Gary Cooper en For Whom the Bell Tolls (Por quién
doblan las campanas),
con Charles Boyer en Gaslight (Luz que agoniza), con
Bing Crosby en The Bells of St. Mary (Las campanas de Santa María) y con
Gregory Peck en Spellbound (Recuerda).

Después de Ingrid Bergman cogieron rumbo de EE.UU., entre otras, Signe

Hasso, Marta Toren, Viveca Lindfors, Mai Zetterling y Anita Ekberg, para
convertirse allá en estrellas más o menos luminosas, de esplendor más o
menos duradero. Posteriormente, también Lena Olin se trasladó a Norte-
américa, lo mismo que Pernilla August.

Durante el nazismo, las actrices suecas Zarah Leander y Kristina Söder-

baum llegaron a ser grandes divas del cine alemán.

Algunas intérpretes prominentes de Suecia alcanzaron reputación mundial

en los años 50 y 60, gracias a su actuación en películas de Ingmar Bergman.
Entre ellas se cuentan Bibi Andersson, Harriet Andersson, Eva Dahlbeck,
Ingrid Thulin, Gunnel Lindblom y Liv Ullman (nacida en Noruega). Todas
ellas han sido contratadas en la industria cinematográfica internacional.

De los actores de Bergman fue Max von Sydow el que logró llegar a ser una

estrella internacional. En la producción norteamericana ha encarnado los más
variados personajes, desde el Jesús de The Greatest Story Ever Told (La historia
más grande jamás contada)
hasta toda suerte de seres demoníacos de películas
de terror y de misterio. Otros caras suecas que han conquistado celebridad en
Hollywood desde 1970 –algunas relacionadas con el cine de Ingmar Berg-
man– han sido Erland Josephson, Peter Stormare, Stellan Skarsgård, Bo
Svensson y Dolph Lundgren.

INGMAR BERGMAN

El director Ingmar Bergman es la mayor celebridad que ha tenido el cine
sueco en toda su historia, y también el más reputado director de teatro del
país. Al comienzo de su carrera tropezó con una fuerte resistencia de los
productores y la crítica, pero desde el éxito mundial de Sonrisas de una noche
de verano
(Sommarnattens leende, 1955) ha sido el centro de una perma-
nente atención internacional.

Algunas de sus cintas más comentadas son: Prisión (Fängelse, 1949), Un

verano con Mónica (Sommaren med Monika, 1953), El séptimo sello (Det
sjunde inseglet, 1956), Fresas salvajes (Smultronstället, 1957), El silencio
(Tystnaden, 1963), Persona (1966) y Gritos y susurros (Viskningar och rop,
1973). El mismo Bergman asegura que Fanny y Alexander (Fanny och
Alexander, 1982) es su última película. Sin embargo, posteriormente ha
escrito los guiones de varias películas de otros directores, entre ellas “Infieles”
(Trolösa), dirigida por Liv Ullman y estrenada en 2000.

ÓSCARES SUECOS

El prestigioso “Oscar”, o Academy Award de la Academia de Cine de EE.UU., ha sido otorgado a los siguientes
cineastas y películas suecas:

1944: Ingrid Bergman –el mejor papel principal femenino en Luz que agoniza (Gaslight)
1948: “El ritmo de una ciudad” (Människor i stad) –el mejor cortometraje documental (director: Arne

Sucksdorff)

1951: Kon-Tiki –el mejor documental (productor: Olle Nordemar)
1954: Greta Garbo –Special Award
1956: Ingrid Bergman –el mejor papel femenino en Anastasia
1960: El manantial de la doncella (Jungfrukällan) –la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1961: Como en un espejo (Såsom i en spegel) –la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1970: Ingmar Bergman –Irving G Thalberg Memorial Award
1973: Sven Nykvist –la mejor fotografía, en Gritos y susurros
1974: Ingrid Bergman –el mejor papel secundario femenino, en “Crimen en el Orient Express” (Murder on the

Orient Express)

1983: Anna Asp –la mejor decoración, en Fanny y Alexander
1983: Fanny y Alexander –la mejor película extranjera (director: Ingmar Bergman)
1983: Marik Vos –el mejor vestuario, en Fanny y Alexander
1983: Sven Nykvist –la mejor fotografía, en Fanny y Alexander
1988: “Pelle, el conquistador” (Pelle Erövraren) –la mejor película extranjera (dirección: Bille August)
1995: Per Hallberg –los mejores efectos sonoros, en Braveheart

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CULTURA SUECA

CULTURA SUECA

El cine sueco

BREVE HISTORIA DEL CINE SUECO

El cine sueco recibió su primer impulso decisivo por la gran exposición de
arte e industria de Estocolmo, en 1897. Fue entonces cuando se rodaron tam-
bién las primeras pequeñas cintas suecas. Se filmó al rey Oscar II a su llegada
a la exposición, y así el monarca se convirtió en la primera estrella de cine.

Durante los años del cine mudo, alrededor de 1920, Suecia se contaba

entre los países de vanguardia del séptimo arte. Directores como Victor
Sjöström y Mauritz Stiller hicieron varias películas consideradas por sus con-
temporáneos como obras maestras, y como clásicos por la posteridad. Varias
de esas cintas –como La carreta fantasma (Körkarlen) y El tesoro de Arne
(Herr Arnes Pengar)– estaban basadas en narraciones de la Nobel sueca
Selma Lagerlöf.

Pero esa época de grandeza fue efímera. Sjöström y Stiller emigraron a

Hollywood, acompañados de la estrella recién surgida Greta Garbo.

Al nacer el cine sonoro, a comienzos de los años 30, sus profesionales

suecos abandonaron toda aspiración artística y ambición internacional para
caer en el provincialismo y el popularismo. En los círculos artísticos y lite-
rarios el cine nacional se consideraba tan vulgar que lo calificaban de
“vergüenza” para la cultura sueca.

Alrededor de 1940 –cuando casi todo el resto de Europa se encontraba en

plena guerra– se produjo un cambio debido a que el cine asumió una función
importante en la defensa psicológica. La gravedad de ese período de alerta
militar exigía nuevos temas e intenciones artísticas paralelamente al uso
escapista que se daba al celuloide. Directores como Alf Sjöberg y Hasse

ISSN 1101-606X

Jens

Assur

Greta Garbo y Mauritz Stiller a bordo del
M/S Drottningholm en la ruta de Gotem-
burgo a Nueva York.

Instituto del Cine Sueco

Laleh Pourkarim en “Yal-la! Yal-la!” por Josef Fares.

“Canciones del segundo piso”. Torbjörn
Fahlström y Bengt CW Carlsson.

Michael Nyqvist en “Juntos”.

István Borbás

P

er

-Anders Jörgensen

C

ULTURA SUECA

P U B L I C A D O P O R E L I N S T I T U T O S U E C O • D I C I E M B R E 2 0 0 1 • D I 1 1 2 B

LA REFORMA CINEMATOGRÁFICA

En 1963 se llevó a cabo la reforma cinematográfica sueca: un ingenioso plan
del político cultural socialdemócrata Harry Schein. Mediante un acuerdo
entre el Estado sueco y la industria cinematográfica se abolió el impuesto del
25% sobre diversiones que pesaba sobre las entradas de cine. En compensa-
ción, los propietarios de salas de proyección se comprometieron a abonar el
10% de la taquilla al Instituto del Cine Sueco (Svenska Filminstitutet), una
fundación que se acababa de crear. La mayor parte de esos ingresos se destinó
al fomento de la producción cinematográfica de calidad en Suecia. La clave
de ese sistema era que también el producto de cintas extranjeras subven-
cionara la cinematografía sueca.

La eficacia original de la reforma se ha minado por la merma en la venta de

entradas de cine. En consecuencia, el Acuerdo Cinematográfico original se ha
adaptado, complementado y expandido varias veces, la última en 1999. Hoy
también se cuentan entre los signatarios del Acuerdo interlocutores de la
industria de televisión. El gobierno concede una asignación anual conside-
rable (cerca de SEK 200 millones) al Instituto del Cine Sueco. De las
“asignaciones anticipadas” que destina el Instituto a la producción de pelícu-
las suecas de calidad decide un pequeño grupo de consultores de cine con
gran responsabilidad personal. Hay fondos especiales disponibles para activi-
dades de fomento de la distribución y proyección de películas.

Además de su actividad de fomento, el Instituto del Cine Sueco ejecuta

muchas labores de cultura cinematográfica de otra índole (biblioteca, archivo,
cinemateca, restauración de películas, etc.). El Instituto tiene su sede en la
Casa del Cine (Filmhuset) de Estocolmo, donde están instaladas, además, la
facultad de cinematografía de la Universidad de Estocolmo y la Escuela
Superior de Cine, Radio, Televisión y Teatro (Dramatiska Institutet): las dos
entidades suecas más importantes en la investigación teórica y la formación
práctica, respectivamente, en el campo de la cinematografía.

CENSURA DE CINE

Suecia tiene la censura de cine más antigua que aún ejerce sus funciones. La
autoridad de censura, la Oficina Nacional de Clasificación Cinematográfica
(Statens Biografbyrå), se instauró en 1911 a petición de los opositores del cine
y del ramo cinematográfico. En general ha reinado la armonía entre el ramo y
la censura. La tarea más importante de la Oficina es actualmente impedir que
los niños sufran daños psicológicos debidos a películas. Sus censores pueden
aprobar la proyección pública de una película para todas las edades, o pueden
establecer una edad mínima de 7, 11 ó 15 años. Las películas o escenas que
pueden estimular la brutalidad (debido a su violencia manifiesta o prolonga-
da, por ejemplo) no están permitidas tampoco para el público adulto. Sin
embargo, muy pocas películas se prohiben completamente. Si se le solicita, la
Oficina también examina los vídeos de empresas que los alquilan y desean
evitar que se les acuse públicamente de violar la ley que prohibe la represen-
tación de la violencia.

En algunos casos, las medidas aplicadas –u omitidas– por la censura han

suscitado agitados debates, como ocurrió, por ejemplo, con la prohibición de
491 (491) de Vilgot Sjöman y la aprobación de El silencio de Ingmar Bergman
el mismo año.

En varias ocasiones, la justificación de la censura cinematográfica ha sido

cuestionada por críticos y políticos. Pero hasta ahora han fracasado todos los
intentos de abolirla, principalmente debido a que el ramo no sabe a ciencia
cierta qué consecuencias traería tal decisión.

COMPAÑÍAS PRODUCTORAS

AB Svensk Filmindustri (SF) ha sido, a lo largo de más de 75 años, la mayor
sociedad cinematográfica del país. Fue fundada en diciembre de 1919 por
fusión de las dos principales compañías del ramo que existían: Svenska Bio y
Skandia. De esa forma, la SF ha quedado asociada con todos los grandes clásicos
del cine mudo. Desde la década de los 20, la SF se ha mantenido como pro-
ductora más activa y propietaria de la mayor cadena de cines de Suecia.

En 1948 se llevó a cabo otra fusión de gran magnitud: a la SF se incorporó

AB Europa Film, otra empresa importante de vieja tradición. Ya desde
comienzos de los años 30, la AB Europa Film había sido una de las
principales del país, como propietaria de cinematógrafos y como productora.

Desde comienzos de los 80, el consorcio Bonnier –una de las mayores

empresas de medios de difusión de Suecia– es copropietaria de la SF. Ésta
participa activamente en casi todos los sectores de medios y desarrolla
actividades también en el extranjero.

La Sandrew Film AB tuvo su origen a fines de la década de los 20. El

comerciante en ultramarinos Anders Sandrew, fundador de la empresa,
empezó por abrir una cadena de salas de proyección en Estocolmo. En la
década de los 40, la sociedad se convirtió en una importante compañía
productora. Como empresario constructor de cinematógrafos, Sandrews ha
sido un pionero también en años más recientes. Desde hace algunos años la

compañía ha estado asociada con el Grupo Schibsted, que tiene su sede en
Noruega, y ha adoptado el nombre de Sandrew Metronome AB.

Desde los últimos años 90, Sonet Film AB ha tenido mucho éxito como

productora y distribuidora de películas audaces y que se apartan de lo
común.

Sveriges Television, SVT, es un factor importante en la vida cinematográ-

fica de Suecia. No sólo produce películas propias para distribución en cines y
para la “pantalla pequeña”, sino que también participa como coproductora en
muchas de las cintas realizadas. La principal sección productora de películas
de SVT es SVT Drama.

FESTIVALES

Anualmente se celebran en Suecia unos doce festivales de cine de diversa
índole. Los dos más importantes son los internacionales de Gotemburgo, en
febrero, y de Estocolmo, en noviembre. En el festival de cine de Umeå, en
septiembre, se proyectan principalmente documentales; en el de Uppsala, en
octubre, cortometrajes. BUFF son las siglas de un festival de cine para niños y
adolescentes.

Autor: Leif Furhammar es
cineasta, productor de televisión,
crítico cultural del diario Dagens
Nyheter
y profesor de ciencias
cinematográficas. Ha publicado
unos diez libros, principalmente
sobre cine, entre los que destaca
la obra Filmen i Sverige (1991).

El autor es el único responsable
de las opiniones expresadas en
esta hoja de información.

Traducción: Álvaro Eljach

DIRECCIONES

www.kultur.nu

BUFF - Barn- och ungdomsfilmfestivalen (Festival de cine

infantil y juvenil)
Box 179, SE-201 21 Malmö
Tel: +46 40 30 91 64. Telefax: +46 40 30 53 22
www.kajen.com/buff/

Dramatiska Institutet (Escuela Superior de Cine, Radio,

Televisión y Teatro) Box 27090, SE-102 51 Stockholm
Domicilio: Filmhuset, Borgvägen 3-5
Tel: +46 8 665 13 00. Telefax: +46 8 662 14 84
www.draminst.se

Filmvetenskapliga institutionen (Facultad de cinematografía)

Stockholms Universitet, Box 27062, SE-102 51 Stockholm
Domicilio: Filmhuset, Borgvägen 1-5
Tel: +46 8 674 70 00. Telefax: +46 8 665 07 23. www.su.se

Göteborg Film Festival (Festival de cine de Gotemburgo)

Box 7079, SE-402 32 Göteborg
Tel: +46 31 339 30 00. Telefax: +46 31 41 00 63
www.filmfestival.org

SVT Fiction/Drama

SE-105 10 Stockholm, Domicilio: Hangövägen 18
Tel: +46 8 784 66 90. Telefax: +46 8 784 68 56
www.svt.se.drama

Sandrew Metronome

Box 5612, SE-114 86 Stockholm
Domicilio: Floragatan 4
Tel: +46 8 762 17 00. Telefax: +46 8 10 38 50
www.sandrewmetronome.se

Sonet Film AB

Box 201 05, SE-161 02 Bromma
Domicilio: Tappvägen 24, Mariehäll
Tel: +46 8 555 248 00. Telefax: +46 8 28 58 34
www.sonetfilm.se

Statens Biografbyrå (Oficina Nacional de Clasificación

Cinematográfica) Box 7728, SE-103 95 Stockholm
Domicilio: Regeringsgatan 65, uppgång C
Tel: +46 8 24 34 25. Telefax: +46 8 21 01 78
www.statensbiografbyra.se

Stockholms filmfestival (Festival de cine de Estocolmo)

Slupskjulsvägen 36, SE-111 49 Stockholm
Tel: +46 8 677 50 00. Telefax: +46 8 20 05 90
www.filmfestivalen.se

AB Svensk Filmindustri (SF)

SE-127 83 Stockholm
Domicilio: Dialoggatan 6, Kungens Kurva
Tel: +46 8 680 35 00. Telefax: +46 8 710 44 60
www.sf.se

Svenska Filminstitutet (Instituto del Cine Sueco)

Box 27126, SE-102 52 Stockholm
Domicilio: Filmhuset, Borgvägen 5
Tel: +46 8 665 11 00. Telefax: +46 8 661 18 20. www.sfi.se

Umeå Internationella Filmfestival (Festival internacional de cine

de Umeå) Box 43, SE-901 02 Umeå. Tel: +46 90 13 33 88
Telefax: +46 90 77 79 61. www.ff.umea.com

Uppsala Internationella Kortfilmfestival (Festival internacional

de corto metraje de Uppsala)
Box 1746, SE-751 47 Uppsala. Tel: +46 18 12 00 25
Telefax: +46 18 12 13 50. www.shortfilmfestival.com

EN EL ALBOR DEL SIGLO XXI

• Suecia tiene unos 8.900.000

habitantes.

• Anualmente registra 16 millones

de entradas al cine.

• Hay aproximadamente 800 cines

(y 1.100 salas) en el país.

• Una entrada al cine cuesta en

promedio 70 coronas suecas.

• Cada año se proyectan por

primera vez en el país unas 200
cintas, de las cuales 20 son
financiadas en parte o totalmente
con medios suecos. Actualmente
su número tiende a aumentar.

• La parte de las películas suecas

en la taquilla total del país es del
20% aproximadamente.

• Cada año hay algunas películas

suecas que tienen éxito nacional.
La mayoría no cubre sus propios
costos.

• La gran galardonada del Festival

de cine sueco de 2001 fue
“Canciones del segundo piso”
(Sånger från andra våningen),
que marcó el retorno de Roy
Andersson como director de
películas argumentales después
de 25 años. La cinta recibió
cuatro premios Guldbaggen,
equivalentes del Oscar
estadounidense otorgados por la
industria cinematográfica sueca:

• por la mejor película
• por el mejor director
• por el guión
• por la cinematografía (István

Borbás y Jesper Klevenås)

El Instituto Sueco (SI) es una autoridad estatal cuya misión es difundir conocimientos sobre Suecia en el
extranjero. Este folleto se publica como parte de su servicio de información. Todo material del Instituto
puede reproducirse libremente, a condición de que se cite la fuente.

El Instituto Sueco tiene una amplia gama de publicaciones informativas, en varios idiomas, sobre diversos
aspectos de la sociedad sueca.

Para mayor información diríjase a
la Embajada o el Consulado de Suecia en su país, o Svenska institutet: Box 7434, SE-103 91 Stockholm,
Suecia. Sede social: Sverigehuset (Casa de Suecia), Hamngatan/Kungsträdgården, Estocolmo.
Tel.: + 46-8-789 20 00 Fax: + 46-8-20 72 48. E-mail: si@si.se http://www.si.se

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CULTURA SUECA

CULTURA SUECA

El cine sueco

BREVE HISTORIA DEL CINE SUECO

El cine sueco recibió su primer impulso decisivo por la gran exposición de
arte e industria de Estocolmo, en 1897. Fue entonces cuando se rodaron tam-
bién las primeras pequeñas cintas suecas. Se filmó al rey Oscar II a su llegada
a la exposición, y así el monarca se convirtió en la primera estrella de cine.

Durante los años del cine mudo, alrededor de 1920, Suecia se contaba

entre los países de vanguardia del séptimo arte. Directores como Victor
Sjöström y Mauritz Stiller hicieron varias películas consideradas por sus con-
temporáneos como obras maestras, y como clásicos por la posteridad. Varias
de esas cintas –como La carreta fantasma (Körkarlen) y El tesoro de Arne
(Herr Arnes Pengar)– estaban basadas en narraciones de la Nobel sueca
Selma Lagerlöf.

Pero esa época de grandeza fue efímera. Sjöström y Stiller emigraron a

Hollywood, acompañados de la estrella recién surgida Greta Garbo.

Al nacer el cine sonoro, a comienzos de los años 30, sus profesionales

suecos abandonaron toda aspiración artística y ambición internacional para
caer en el provincialismo y el popularismo. En los círculos artísticos y lite-
rarios el cine nacional se consideraba tan vulgar que lo calificaban de
“vergüenza” para la cultura sueca.

Alrededor de 1940 –cuando casi todo el resto de Europa se encontraba en

plena guerra– se produjo un cambio debido a que el cine asumió una función
importante en la defensa psicológica. La gravedad de ese período de alerta
militar exigía nuevos temas e intenciones artísticas paralelamente al uso
escapista que se daba al celuloide. Directores como Alf Sjöberg y Hasse

ISSN 1101-606X

Jens

Assur

Greta Garbo y Mauritz Stiller a bordo del
M/S Drottningholm en la ruta de Gotem-
burgo a Nueva York.

Instituto del Cine Sueco

Laleh Pourkarim en “Yal-la! Yal-la!” por Josef Fares.

“Canciones del segundo piso”. Torbjörn
Fahlström y Bengt CW Carlsson.

Michael Nyqvist en “Juntos”.

István Borbás

P

er

-Anders Jörgensen

C

ULTURA SUECA

P U B L I C A D O P O R E L I N S T I T U T O S U E C O • D I C I E M B R E 2 0 0 1 • D I 1 1 2 B

LA REFORMA CINEMATOGRÁFICA

En 1963 se llevó a cabo la reforma cinematográfica sueca: un ingenioso plan
del político cultural socialdemócrata Harry Schein. Mediante un acuerdo
entre el Estado sueco y la industria cinematográfica se abolió el impuesto del
25% sobre diversiones que pesaba sobre las entradas de cine. En compensa-
ción, los propietarios de salas de proyección se comprometieron a abonar el
10% de la taquilla al Instituto del Cine Sueco (Svenska Filminstitutet), una
fundación que se acababa de crear. La mayor parte de esos ingresos se destinó
al fomento de la producción cinematográfica de calidad en Suecia. La clave
de ese sistema era que también el producto de cintas extranjeras subven-
cionara la cinematografía sueca.

La eficacia original de la reforma se ha minado por la merma en la venta de

entradas de cine. En consecuencia, el Acuerdo Cinematográfico original se ha
adaptado, complementado y expandido varias veces, la última en 1999. Hoy
también se cuentan entre los signatarios del Acuerdo interlocutores de la
industria de televisión. El gobierno concede una asignación anual conside-
rable (cerca de SEK 200 millones) al Instituto del Cine Sueco. De las
“asignaciones anticipadas” que destina el Instituto a la producción de pelícu-
las suecas de calidad decide un pequeño grupo de consultores de cine con
gran responsabilidad personal. Hay fondos especiales disponibles para activi-
dades de fomento de la distribución y proyección de películas.

Además de su actividad de fomento, el Instituto del Cine Sueco ejecuta

muchas labores de cultura cinematográfica de otra índole (biblioteca, archivo,
cinemateca, restauración de películas, etc.). El Instituto tiene su sede en la
Casa del Cine (Filmhuset) de Estocolmo, donde están instaladas, además, la
facultad de cinematografía de la Universidad de Estocolmo y la Escuela
Superior de Cine, Radio, Televisión y Teatro (Dramatiska Institutet): las dos
entidades suecas más importantes en la investigación teórica y la formación
práctica, respectivamente, en el campo de la cinematografía.

CENSURA DE CINE

Suecia tiene la censura de cine más antigua que aún ejerce sus funciones. La
autoridad de censura, la Oficina Nacional de Clasificación Cinematográfica
(Statens Biografbyrå), se instauró en 1911 a petición de los opositores del cine
y del ramo cinematográfico. En general ha reinado la armonía entre el ramo y
la censura. La tarea más importante de la Oficina es actualmente impedir que
los niños sufran daños psicológicos debidos a películas. Sus censores pueden
aprobar la proyección pública de una película para todas las edades, o pueden
establecer una edad mínima de 7, 11 ó 15 años. Las películas o escenas que
pueden estimular la brutalidad (debido a su violencia manifiesta o prolonga-
da, por ejemplo) no están permitidas tampoco para el público adulto. Sin
embargo, muy pocas películas se prohiben completamente. Si se le solicita, la
Oficina también examina los vídeos de empresas que los alquilan y desean
evitar que se les acuse públicamente de violar la ley que prohibe la represen-
tación de la violencia.

En algunos casos, las medidas aplicadas –u omitidas– por la censura han

suscitado agitados debates, como ocurrió, por ejemplo, con la prohibición de
491 (491) de Vilgot Sjöman y la aprobación de El silencio de Ingmar Bergman
el mismo año.

En varias ocasiones, la justificación de la censura cinematográfica ha sido

cuestionada por críticos y políticos. Pero hasta ahora han fracasado todos los
intentos de abolirla, principalmente debido a que el ramo no sabe a ciencia
cierta qué consecuencias traería tal decisión.

COMPAÑÍAS PRODUCTORAS

AB Svensk Filmindustri (SF) ha sido, a lo largo de más de 75 años, la mayor
sociedad cinematográfica del país. Fue fundada en diciembre de 1919 por
fusión de las dos principales compañías del ramo que existían: Svenska Bio y
Skandia. De esa forma, la SF ha quedado asociada con todos los grandes clásicos
del cine mudo. Desde la década de los 20, la SF se ha mantenido como pro-
ductora más activa y propietaria de la mayor cadena de cines de Suecia.

En 1948 se llevó a cabo otra fusión de gran magnitud: a la SF se incorporó

AB Europa Film, otra empresa importante de vieja tradición. Ya desde
comienzos de los años 30, la AB Europa Film había sido una de las
principales del país, como propietaria de cinematógrafos y como productora.

Desde comienzos de los 80, el consorcio Bonnier –una de las mayores

empresas de medios de difusión de Suecia– es copropietaria de la SF. Ésta
participa activamente en casi todos los sectores de medios y desarrolla
actividades también en el extranjero.

La Sandrew Film AB tuvo su origen a fines de la década de los 20. El

comerciante en ultramarinos Anders Sandrew, fundador de la empresa,
empezó por abrir una cadena de salas de proyección en Estocolmo. En la
década de los 40, la sociedad se convirtió en una importante compañía
productora. Como empresario constructor de cinematógrafos, Sandrews ha
sido un pionero también en años más recientes. Desde hace algunos años la

compañía ha estado asociada con el Grupo Schibsted, que tiene su sede en
Noruega, y ha adoptado el nombre de Sandrew Metronome AB.

Desde los últimos años 90, Sonet Film AB ha tenido mucho éxito como

productora y distribuidora de películas audaces y que se apartan de lo
común.

Sveriges Television, SVT, es un factor importante en la vida cinematográ-

fica de Suecia. No sólo produce películas propias para distribución en cines y
para la “pantalla pequeña”, sino que también participa como coproductora en
muchas de las cintas realizadas. La principal sección productora de películas
de SVT es SVT Drama.

FESTIVALES

Anualmente se celebran en Suecia unos doce festivales de cine de diversa
índole. Los dos más importantes son los internacionales de Gotemburgo, en
febrero, y de Estocolmo, en noviembre. En el festival de cine de Umeå, en
septiembre, se proyectan principalmente documentales; en el de Uppsala, en
octubre, cortometrajes. BUFF son las siglas de un festival de cine para niños y
adolescentes.

Autor: Leif Furhammar es
cineasta, productor de televisión,
crítico cultural del diario Dagens
Nyheter
y profesor de ciencias
cinematográficas. Ha publicado
unos diez libros, principalmente
sobre cine, entre los que destaca
la obra Filmen i Sverige (1991).

El autor es el único responsable
de las opiniones expresadas en
esta hoja de información.

Traducción: Álvaro Eljach

DIRECCIONES

www.kultur.nu

BUFF - Barn- och ungdomsfilmfestivalen (Festival de cine

infantil y juvenil)
Box 179, SE-201 21 Malmö
Tel: +46 40 30 91 64. Telefax: +46 40 30 53 22
www.kajen.com/buff/

Dramatiska Institutet (Escuela Superior de Cine, Radio,

Televisión y Teatro) Box 27090, SE-102 51 Stockholm
Domicilio: Filmhuset, Borgvägen 3-5
Tel: +46 8 665 13 00. Telefax: +46 8 662 14 84
www.draminst.se

Filmvetenskapliga institutionen (Facultad de cinematografía)

Stockholms Universitet, Box 27062, SE-102 51 Stockholm
Domicilio: Filmhuset, Borgvägen 1-5
Tel: +46 8 674 70 00. Telefax: +46 8 665 07 23. www.su.se

Göteborg Film Festival (Festival de cine de Gotemburgo)

Box 7079, SE-402 32 Göteborg
Tel: +46 31 339 30 00. Telefax: +46 31 41 00 63
www.filmfestival.org

SVT Fiction/Drama

SE-105 10 Stockholm, Domicilio: Hangövägen 18
Tel: +46 8 784 66 90. Telefax: +46 8 784 68 56
www.svt.se.drama

Sandrew Metronome

Box 5612, SE-114 86 Stockholm
Domicilio: Floragatan 4
Tel: +46 8 762 17 00. Telefax: +46 8 10 38 50
www.sandrewmetronome.se

Sonet Film AB

Box 201 05, SE-161 02 Bromma
Domicilio: Tappvägen 24, Mariehäll
Tel: +46 8 555 248 00. Telefax: +46 8 28 58 34
www.sonetfilm.se

Statens Biografbyrå (Oficina Nacional de Clasificación

Cinematográfica) Box 7728, SE-103 95 Stockholm
Domicilio: Regeringsgatan 65, uppgång C
Tel: +46 8 24 34 25. Telefax: +46 8 21 01 78
www.statensbiografbyra.se

Stockholms filmfestival (Festival de cine de Estocolmo)

Slupskjulsvägen 36, SE-111 49 Stockholm
Tel: +46 8 677 50 00. Telefax: +46 8 20 05 90
www.filmfestivalen.se

AB Svensk Filmindustri (SF)

SE-127 83 Stockholm
Domicilio: Dialoggatan 6, Kungens Kurva
Tel: +46 8 680 35 00. Telefax: +46 8 710 44 60
www.sf.se

Svenska Filminstitutet (Instituto del Cine Sueco)

Box 27126, SE-102 52 Stockholm
Domicilio: Filmhuset, Borgvägen 5
Tel: +46 8 665 11 00. Telefax: +46 8 661 18 20. www.sfi.se

Umeå Internationella Filmfestival (Festival internacional de cine

de Umeå) Box 43, SE-901 02 Umeå. Tel: +46 90 13 33 88
Telefax: +46 90 77 79 61. www.ff.umea.com

Uppsala Internationella Kortfilmfestival (Festival internacional

de corto metraje de Uppsala)
Box 1746, SE-751 47 Uppsala. Tel: +46 18 12 00 25
Telefax: +46 18 12 13 50. www.shortfilmfestival.com

EN EL ALBOR DEL SIGLO XXI

• Suecia tiene unos 8.900.000

habitantes.

• Anualmente registra 16 millones

de entradas al cine.

• Hay aproximadamente 800 cines

(y 1.100 salas) en el país.

• Una entrada al cine cuesta en

promedio 70 coronas suecas.

• Cada año se proyectan por

primera vez en el país unas 200
cintas, de las cuales 20 son
financiadas en parte o totalmente
con medios suecos. Actualmente
su número tiende a aumentar.

• La parte de las películas suecas

en la taquilla total del país es del
20% aproximadamente.

• Cada año hay algunas películas

suecas que tienen éxito nacional.
La mayoría no cubre sus propios
costos.

• La gran galardonada del Festival

de cine sueco de 2001 fue
“Canciones del segundo piso”
(Sånger från andra våningen),
que marcó el retorno de Roy
Andersson como director de
películas argumentales después
de 25 años. La cinta recibió
cuatro premios Guldbaggen,
equivalentes del Oscar
estadounidense otorgados por la
industria cinematográfica sueca:

• por la mejor película
• por el mejor director
• por el guión
• por la cinematografía (István

Borbás y Jesper Klevenås)

El Instituto Sueco (SI) es una autoridad estatal cuya misión es difundir conocimientos sobre Suecia en el
extranjero. Este folleto se publica como parte de su servicio de información. Todo material del Instituto
puede reproducirse libremente, a condición de que se cite la fuente.

El Instituto Sueco tiene una amplia gama de publicaciones informativas, en varios idiomas, sobre diversos
aspectos de la sociedad sueca.

Para mayor información diríjase a
la Embajada o el Consulado de Suecia en su país, o Svenska institutet: Box 7434, SE-103 91 Stockholm,
Suecia. Sede social: Sverigehuset (Casa de Suecia), Hamngatan/Kungsträdgården, Estocolmo.
Tel.: + 46-8-789 20 00 Fax: + 46-8-20 72 48. E-mail: si@si.se http://www.si.se


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