Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
Estrada Alderete Elisa
Instituto Universitario de Ciencias de la Educación
Resumen
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno de origen neurobiológico que se define por la presencia de tres síntomas básicamente: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Este trastorno afecta a un porcentaje de entre tres y cinco por ciento de los niños en edad escolar. Existen diferentes tratamientos para el tratamiento del TDAH, el tratamiento farmacológico, el psicológico y la ayuda pedagógica. El tratamiento farmacológico se basa en el uso de diversos medicamentos, principalmente los estimulantes para controlar la hiperactividad y la impulsividad, así como también mejorar la atención. En el tratamiento psicológico emplea diversas técnicas para mantener la atención y controlar la conducta. En el tratamiento generalmente se utilizan técnicas conductuales, que se basa en el uso de refuerzos positivos y negativos, y técnicas cognitivas que utilizando la técnica de autoinstrucciones, ayudan al niño a mantener la atención. En la ayuda pedagógica, se utilizan técnicas del tratamiento psicológico que le ayudan al niño a controlar los síntomas del TDAH, lo que provoca que tenga un mejor desempeño académico, así mismo, el maestro emplea diversas técnicas para ayudar al niño en la escuela. Con base en las respuestas obtenidas de los profesionales entrevistados, se concluyó que la mejor forma de tratar a un niño con TDAH es utilizando los tres tratamientos en combinación.
Introducción
La Asociación Americana de Psiquiatría calcula que, en la actualidad, entre un 3% y 7% de los niños sufre trastornos por déficit de la atención con hiperactividad (TDAH). A pesar de que es un tema del que se han hecho muchas investigaciones, aún hay varios aspectos que se desconocen. Hoy en día gran parte de los niños que son diagnosticados con este problema en realidad no lo tienen, y muchos que sí lo padecen no son tratados, lo que les trae graves consecuencias, no sólo en el ámbito académico sino también en el social y familiar.
Francisco de la Peña Olvera (2000), dice que el TDAH es uno de los problemas de salud mental más comunes en la comunidad infantil, debido a que entre el 3% y 4% de los niños lo padecen, generalmente se manifiesta entre los 6 y 9 años. Por lo general se presenta más en los hombres que en las mujeres, en una proporción de tres a uno.
Pueden presentar diversos síntomas, por ejemplo hiperactividad, impulsividad o falta de atención, se puede presentar solamente uno de ellos, pero por lo general se presentan en combinación.
Varios artículos recientes muestran que muchos de los niños que padecen TDAH, en un futuro pueden llegar a tener problemas con el consumo de drogas y alcohol, así como también problemas de agresión, violencia, y problemas familiares. De ahí la importancia de detectar y tratar el problema a temprana edad, para así poder evitar estos problemas en el futuro.
Los niños afectados deben llevar un tratamiento psiquiátrico en conjunto con un tratamiento psicosocial (terapias pedagógicas y neurológicas), pero existe una gran controversia acerca del uso de los fármacos, pues en un artículo la Dra. Silvia Jiménez afirma que los medicamentos no son la cura del padecimiento, por lo que no deben utilizarse como único recurso.
Los medicamentos utilizados a corto plazo provocan una mejoría en el comportamiento, pero cuando son utilizados a largo plazo los beneficios son limitados. Debido a eso es importante investigar acerca de los diferentes tratamientos que se aplican en el TDAH, para poder comparar los perjuicios y beneficios de cada uno y saber cuál es el más adecuado.
Existen diversos tipos de tratamiento para el TDAH, entre ellos se encuentran: los psiquiátricos, que son a base de medicamentos, los pedagógicos para fortalecer el aprendizaje del niño, y el psicológico, para favorecer una mejor integración, entre otros. El objetivo de este trabajo es identificar cuáles son los tratamientos que se aplican a los niños con TDAH y determinar cuál es el más adecuado.
Método
Se realizará una investigación documental durante la primera parte de la investigación acerca del TDAH y las diferentes formas de tratarlo, posteriormente se realizarán entrevistas a algunos especialistas con experiencia en niños con TDAH, acerca de los diferentes tratamientos, los factores que determinan el tipo tratamiento que debe emplearse para posteriormente determinar cuál es la forma más adecuada de tratarlo.
1. Trastorno por déficit de la atención con hiperactividad
Concepto
El trastorno por déficit de la atención con hiperactividad (TDAH), también conocido como hiperquinesis o trastorno hiperquinético, es la enfermedad psiquiátrica más común en los niños.
La afección se da en hombres, mujeres, jóvenes, adultos, sin importar la raza, el nivel socioeconómico y educativo. Es importante aclarar que no es una incapacidad para aprender, un problema de lenguaje o de dislexia, ni tampoco está asociado con un nivel de inteligencia bajo, sino que es un trastorno neurobiológico. Inicia en la infancia, generalmente persiste en la adolescencia e incluso hasta la edad adulta, se calcula que el 1/3 de las personas que lo padecen lo supera en la adolescencia, mientras que las 2/3 partes restantes lo tienen hasta la edad adulta. La prevalencia del trastorno por déficit de atención con hiperactividad se ha estimado en un 3-7% de los niños en edad escolar. El trastorno es más frecuente en hombres que en mujeres, con proporciones que oscilan entre 2:1 y 9:1 en función del tipo (el tipo con predominio del déficit de atención aparece menos ligado al sexo) y las circunstancias (los niños derivados a la clínica son más frecuentemente del sexo masculino). (APA, 2000, p. 102). Estos niños tienen más problemas con actividades diarias y de conducta que los niños sanos, y por lo general las dificultades aparecen antes de los siete años.
Actualmente se desconocen las causas de esta afección, pero existen diversas propuestas. Algunas de ellas indican que es de origen genético, otras que se debe a anomalías que se produjeron durante el periodo de gestación, el parto o el desarrollo infantil.
El TDAH trae consigo dificultades en el rendimiento escolar, trastornos en la conducta, baja autoestima, problemas para relacionarse con la familia y con la sociedad, por lo que los infantes suelen tener problemas de autoimagen y autoestima.
Origen neuropsicológico del TDAH
Debido a la efectividad de los medicamentos en el comportamiento de los niños afectados, existen diversas teorías acerca del origen neurológico del TDAH. Se han realizado diversas investigaciones al respecto, sin embargo es importante mencionar que las anomalías encontradas en el cerebro de los niños no las presentan todos los niños con TDAH.
Mediante el uso de la tecnología se han descubierto ciertas diferencias entre el funcionamiento del cerebro de algunos niños con TDAH y el de los demás niños. En algunos estudios recientes, se descubrió que el cerebro de una persona con TDAH es más pequeño de lo normal, y en esa parte del cerebro no se encuentran ciertos neurotransmisores que afectan el funcionamiento mental y emocional (Berger, 1999, p. 78)
Según otra hipótesis más reciente, la zona afectada sería la frontal, ya que tanto la resonancia magnética (RM) como el escáner muestran ciertas anomalías (bajo flujo frontal, metabolismo glucídico reducido en la zona frontal) que no se encuentran en todos los niños hiperactivos (Berger, 1999, p.78)
La glucosa es la principal fuente de energía en el cerebro, por lo que se midió el nivel de glucosa que se utilizó en el cerebro de varios niños afectados con TDAH, se encontró que el área que controla la atención utilizó menos glucosa de lo normal, lo que indica que hay un metabolismo glucídico reducido en la zona frontal del cerebro.
1.3 Síntomas en niños
Cuando se comparan con otros niños de su misma edad, los niños con TDAH tienen mayores dificultades en sus actividades diarias.
Los síntomas que definen el TDAH son tres: la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad.
Falta de atención
El niño no presta atención a los detalles y suele cometer errores en sus tareas escolares u otras actividades, por descuido.
Tiene dificultades para mantener la atención en las tareas o juegos.
Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
No sigue instrucciones, no termina las tareas escolares.
Presenta dificultades para organizarse.
Evita participar en actividades que requieren esfuerzo mental.
Pierde los útiles, juguetes, libros, lápices, etc.
Se distrae con mucha facilidad.
Es olvidadizo.
Presenta dificultad para seguir una conversación.
Hiperactividad
Está inquieto, juega con sus manos o pies.
Se mueve demasiado mientras está sentado.
Se levanta de su asiento en el salón de clases.
Corre o trepa excesivamente en situaciones inapropiadas.
Tiene dificultad para jugar calladamente.
Siempre está en actividad.
Actúa como si estuviera impulsado por un motor.
Habla en demasía.
Impulsividad
Responde antes de terminar la pregunta.
Presenta dificultad para esperar su turno, por ejemplo en una fila.
Interrumpe o se entromete en conversaciones o juegos.
Quita cosas a otras personas.
Se han establecido tres tipos de TDAH, dependiendo del nivel de síntomas que presenta el niño:
TDAH con predominio de la inatención. Presenta dificultad para sostener la atención, sobre todo en circunstancias que ofrecen baja estimulación. Los niños que lo padecen suelen sentarse al final de la clase y fantasean.
TDAH con predominio de la hiperactividad-impulsiva. Se caracteriza por la falta de inhibición o control cognitivo sobre los impulsos, tienen una elevada energía desplegada.
TDAH de tipo combinado. Presentan síntomas de los dos casos anteriores. Es el que se presenta con más frecuencia y trae consigo mayores problemas.
Diagnóstico
Es importante realizar un buen diagnóstico, debido a que muchas veces hay niños que son diagnosticados con TDAH pero en realidad no lo tienen. Puede hacerse un mal diagnóstico debido a que no hay una línea divisoria clara entre el TDAH y el comportamiento normal, pues casi todos los niños se distraen, son impulsivos, están inquietos.
Los dos errores que más se cometen al realizar el diagnóstico, es omitir el trastorno, ya sea porque desconocen del tema o porque no se hace un diagnóstico detallado, o por el contrario, diagnosticar frecuentemente el padecimiento debido a que no se hace una evaluación cuidadosa.
El diagnóstico debe realizarlo un profesional, generalmente psicólogo o psiquiatra, que tenga experiencia en el TDAH. El diagnóstico se basa en el historial personal del niño, tanto clínico como académico. En el historial clínico se incluye una exploración física y neurológica. Deben incluirse entrevistas con los padres y con los maestros, para saber acerca del comportamiento del niño en la casa y en la escuela.
Como complemento del historial, se pueden utilizar ciertos test psicológicos que proporcionan pruebas adicionales para efectuar el diagnóstico, como el test de inteligencia estándar para niños. Normalmente, en los resultados parciales de secuencias numéricas y cálculos matemáticos, los infantes con TDAH son más bajos que los de un niño sano.
Una evaluación consiste en identificar la cantidad de síntomas que presenta el niño, y la intensidad de la duración de los mismos, sin embargo, cabe mencionar que tanto esta prueba, como las anteriormente mencionadas, no son muy confiables.
2. Tratamiento del TDAH
2.1 Tratamiento psiquiátrico
Para tomar la decisión acerca de la medicación del niño, es importante tomar en cuenta la severidad de los síntomas y si éstos originan un impedimento disfuncional en la escuela, casa o con sus compañeros.
Algunos pacientes presentan efectos colaterales o son poco eficientes, lo que favorece el abandono de los tratamientos. Los medicamentos más utilizados son:
2.1.1 Estimulantes
Los estimulantes son los más efectivos para controlar los síntomas. Sus efectos fueron descubiertos en 1937 cuando se comprobó que aumentaban la obediencia, mejoraban el desempeño académico y reducían la actividad motora.
Algunos estimulantes son el metilfedinato (MPH), la dextroanfetamina (DEX) y el pemoline (PEM). Disminuyen las respuestas impulsivas, mejoran la memoria a corto plazo, el tiempo de reacción y el mantenimiento de la atención.
Se piensa que su mecanismo de acción es el bloqueo de la recaptura de catecolaminas en las terminaciones nerviosas presinápticas y en esta forma previene su degradación por la monoaminoxidosa. Los estimulantes actúan en el estriado uniéndose al transportador de dopamina, la cual resulta en aumento de la dopamina sináptica. (Sauceda, 2005, p.76). Esto provoca una mejora en el control inhibitorio y la memoria. Por lo general, los estimulantes mejoran los problemas de conducta, pero en menor medida los de inatención. Existen estimulantes de corta acción y de acción a largo plazo.
Metilfenidato
El metilfenidato (Ritalín) facilita la liberación de catecolaminas, inhibe la monoaminoxidasa y actúa como un falso neurotransmisor. Estudios han demostrado que la inquietud sin objetivo se convierte en una meta dirigida y que mejora la atención sostenida, al igual que las medidas de control inhibitorio. (Tomás, 2004, p. 112)
En varios estudios realizados en 1988, se observó que, cuando tomaron metilfenidato, los niños aumentaron su rendimiento al aprender operaciones aritméticas y al emprender tareas.
La cantidad que necesitan oscila entre los 10 y 120 miligramos diarios y sus efectos duran de tres a cuatro horas.
Dexotroanfetamina
La dosis dada es la mitad del metilfenidato, una ventaja que tiene sobre éste, es que su periodo de acción es de tres a cuatro veces más largo. Sus porcentajes de eficacia y el perfil de los efectos adversos obtenidos a partir de estudios son equivalentes a los del metilfenidato. Su medicación está aprobada para niños a partir de los tres años de edad. (Tomás, 2004, p.114)
Adderall
Es una mezcla de dexotroanfetamina y anfetamina. Esta combinación hace que el efecto de acción se prolongue, por lo que dura de 6 a 8 horas.
La mayoría de los niños responden con una dosis por la mañana.
Pemolina
Generalmente se recomienda a aquellos pacientes que no responden a los otros estimulantes. Una característica que posee es que presenta un efecto retardado hasta de tres semanas y que su tiempo de acción es más largo que el del metilfenidato. Puede ser suministrado una vez al día.
Un efecto inusual es la disfunción del hígado en un 2% de los niños, es por eso que muchos médicos no suelen utilizar este medicamento.
Puede ocurrir que al principio el niño empeore cuando se inicia la medicación, estando más activo, si se continúa con la medicación estos efectos desaparecen y el niño se tranquiliza. (Ávila, 2002, p.80)
2.1.2 Antidepresivos
Antidepresivos tricíclicos (ATC)
El efecto de una dosis dura bastante tiempo, por lo que los efectos de rebote no están presentes. Diversos estudios han indicado que la tolerancia a estas drogas suele desarrollarse después de un tiempo. El uso de este medicamento no es recomendable en niños, debido a la cardiotoxicidad.
2.1.3 Otros fármacos
Antipsicóticos
Parecen ser eficaces en el control de algunos síntomas en niños, como la hiperactividad y la impulsividad, pero sus efectos sobre la atención no son muy claros.
Cafeína
La administración de unos 100-150 mg. equivale a 6 mg. de dextroanfetamina. Se absorbe rápidamente, alcanzando la tasa plasmática más alta a la hora de la toma.
Efecto rebote
Un escaso número de niños, en cuanto el fármaco deja de hacer efecto, manifiestan un empeoramiento de su comportamiento, esto ocurre entre las 3 y las 4 horas después de la última toma y puede durar hasta un hora. (Miranda, 200, p.104)
Cerca del 75% de los niños con TDAH responden al primer intento de tratamiento, y de los que no mejoran, un 90% responde al modificar la dosis o al cambiar de estimulante.
No hay forma de predecir si un individuo con TDAH responderá a algún medicamento en específico, pues en algunos casos puede mejorar los síntomas o no ser efectivo, debido a esto, si un estimulante es inefectivo, debe probarse otro.
Se requiere de varias dosis de estimulantes para que su efecto conductual se mantenga durante la escuela, el recreo, y mientras hace sus tareas.
Al iniciar el tratamiento y en el transcurso de éste deben evaluarse los siguientes aspectos: los síntomas del TDAH, la tensión arterial, pulso, estatura, peso, apetito, y registrar su crecimiento.
2.2 Tratamiento psicológico
2.2.1 Tratamiento conductual
El tratamiento psicológico se basa en la utilización de refuerzos positivos y refuerzos negativos, o combinados para incrementar o disminuir una determinada conducta.
Refuerzos positivos
Se basa en el uso de recompensas inmediatamente después del comportamiento adecuado deseado.
Los premios tangibles (paletas, chocolates) deben darse inmediatamente después de la emisión de la conducta deseada, nunca antes, y cambiarlos con cierta frecuencia.
Las alabanzas deben ser descriptivas, es decir, destacar el comportamiento correcto, y deben ser sinceras.
Retirada de atención
Consiste en retirarle la atención al niño cuando comete una conducta no deseada, por ejemplo levantarse de la mesa cuando no debe hacerlo y elogiarlo cuando permanece en su lugar.
Refuerzos negativos
Costo de respuesta
Implica la pérdida de un beneficio o privilegio como consecuencia a algún comportamiento inadecuado, deben ser retirados después de la emisión de la conducta inadecuada, equipararse a ésta en su importancia y cambiarlos con cierta frecuencia.
Para lograr buenos resultados hay que retirar los privilegios durante periodos de tiempo breves, no entre discusiones y elija algo que realmente importe al niño. (Miranda, 2001, p.84).
Tiempo fuera
Consiste en aislar al niño por un periodo breve de tiempo, después de una conducta no deseada. Para llevarlo a cabo se puede sentar al niño en un lugar aislado y aburrido, por un tiempo no mayor de cinco minutos. Debe aplicarse después de que se le haya advertido, y se le debe alabar después de una buena conducta al salir del aislamiento.
Combinados
Economía de fichas
Consiste en utilizar fichas para premiar la conducta del niño: si hace una mejora en su comportamiento se le da una ficha, pero si no se porta bien se le quita. Estas fichas puede canjearlas posteriormente por un premio, por ejemplo, si él guarda sus juguetes antes de irse a dormir durante una semana, se le da una ficha.
Contrato de contingencias
Es muy útil con niños de seis años, consiste en establecer una negociación especificando concretamente qué es lo que se le pide y qué es lo que conseguirá con su cumplimiento. Es imprescindible que el niño participe en la negociación.
Las condiciones deben ser justas para las dos partes, con objetivos realistas. Es importante recordar que las recompensas tienen que ser valoradas y hay que cambiarlas con cierta frecuencia.
Ejemplo: Me comprometo a guardar mis juguetes antes de ir a la cama durante una semana, si lo hago podré ver televisión durante 30 minutos.
El reglamento
Esta es una técnica que pueden utilizar los padres en casa para mejorar la conducta del niño. Consiste en la elaboración de un reglamento en el que se marquen las conductas deseadas.
Primero se debe hacer una lista de las conductas inapropiadas, después deben crear los objetivos a lograr, una vez elaborados, se debe establecer una jerarquía entre estos objetivos y formularlos como reglas claras y concretas. Semanalmente se proponen 5 reglas a seguir, cada regla deberá realizarse bien durante al menos 15 días seguidos. Cuando el niño consigue el objetivo, se le propone otra conducta, según el orden de importancia establecido y la conducta cumplida deja de premiarse o sancionarse. (Ávila, 2002, p. 84) Para hacer cumplir el reglamento se pueden utilizar la técnica de economía de fichas o el contrato de contingencias.
2.2.2 Tratamiento cognitivo
Kirby y Grimley (1992) indican que el lenguaje o habla interna desempeña una función esencial en la comprensión de los mecanismos que rigen la atención por lo que los niños con trastornos por déficit de atención se pueden beneficiar del uso del lenguaje interno como medio para aumentar la concentración y reducir la impulsividad (Arbeta, 2006, p.43)
Entrenamiento en auto instrucciones verbales
El entrenamiento consiste en el empleo de modelos que el niño copia, esto ayuda a que el niño gradualmente pueda resolver problemas que requieran de mayor atención. El entrenamiento se basa en las siguientes fases:
1) Un modelo adulto, realiza una determinada tarea dándose las instrucciones en voz alta.
2) El niño realiza la misma tarea mientras el modelo le dice las instrucciones.
3) El niño ejecuta la tarea dándose instrucciones en voz alta.
4) El niño realiza el trabajo susurrando las instrucciones.
5) El niño trabaja guiándose con su lenguaje interno.
Es importante que el terapeuta cometa deliberadamente errores, para luego exponer en voz alta cuáles serán los procedimientos que seguirá a fin de corregirlos. Asimismo llegará un momento en el que el terapeuta y el niño se den alternativamente uno al otro las instrucciones explícitas para la ejecución de la tarea. (Arbeta, 2006, p.44)
Las habilidades y estrategias que el niño aprende en el entrenamiento deben ponerse en práctica tanto en la casa, como en la escuela y el juego.
Como elementos auxiliares en el entrenamiento de auto instrucciones, se pueden utilizar instrucciones escritas en tarjetas para que el niño pueda enfocar su atención.
2.3 Ayuda pedagógica
2.3.1 Prevención de problemas conductuales en el aula
En el salón de clases pueden utilizarse las mismas técnicas que en el tratamiento psicológico, pero con distinta aplicación.
Primero se deben señalar las reglas, éstas deben ser pocas, claras y amplias. Para hacerlas cumplir se pueden utilizar ciertas técnicas, como:
Refuerzo positivo
Se pueden utilizar los siguientes:
Elogio legítimo.
Recompensar a los alumnos con privilegios.
Ganar tiempo libre.
Usar la computadora.
Anular la nota más baja (Rief, 2004, p.41)
Incentivos en el aula
Los incentivos en el aula son grandes motivadores. Dos resultan muy útiles.
Los alumnos ganan vales o billetes con los que pueden participar en una rifa semanal, quincenal o mensual, con ellos pueden comprar artículos o privilegios autorizados por el maestro.
El maestro va reuniendo fichas o bolitas en una jarra, cuando observa que los alumnos están haciendo algo bien. Una vez que la jarra está llena, toda la clase gana algo especial: una reunión, alguna actividad o un paseo.
Disciplina asertiva
Es un sistema gráfico para la observación de la conducta, consiste en utilizar tarjetas de colores que representan la conducta del niño. Todos los alumnos comienzan el día con un color en su compartimiento o pupitre, cuando se produce alguna infracción a las reglas se le reemplaza la tarjeta por otra de diferente color y se le da un castigo, si vuelve a cometer una infracción, se le da un castigo más fuerte.
Tiempo fuera
Los niños con TDAH no pueden manejar toda la estimulación en el aula, se excitan y se descontrolan. Entonces conviene que pasen un tiempo fuera del grupo para calmarlos y ayudarlos a recobrar el control. (Rief, 2004, p.49)
Para llevar a cabo esto el maestro puede resguardar al alumno en un lugar apartado y sin distracciones, o puede mandarlo con otro maestro, con una tarea independiente en la que tendrá que trabajar por cierto tiempo.
Contratos conductuales
Se utiliza la misma técnica que en el tratamiento psicológico, sólo que aplicado en el salón de clases.
2.3.2 Técnicas para el profesor
Escribir diariamente los trabajos y tareas en el mismo lugar y colocar una copia de los mismos en el pupitre del alumno.
Las asignaturas académicas más fuertes deben darse a la primera hora en la mañana.
Utilizar diversos recursos para centrar la atención.
Establecer un código secreto con el alumno. Cuando el profesor lo vea ausente de la clase utilizará este código, que le sirve para dar aviso y evita la repetición constante de su nombre.
Reducir la cantidad de trabajo o modificar los contenidos.
Dejar tiempo para completar los trabajos o exámenes. (Tomás, 2004, p.209)
Puede utilizar la técnica del subrayado con colores para que el niño se centre sólo en la información importante.
Nombrar al niño el encargado de dar los avisos fuera del salón, para que pueda levantarse de vez en cuando.
Buscar un pupitre tranquilo, lejos de la venta y la puerta y más cerca del profesor.
Utilizar auriculares para escuchar música.
Dar órdenes simples y breves.
Sentar al niño de espaldas si su atención no mejora.
Seguir de cerca el trabajo del niño cuando tenga que hacerlo solo.
Alternar el trabajo que debe realizarse en el pupitre con otras actividades que le permitan levantarse y moverse un poco.
Enseñarle a mantener sus cosas ordenadas en la mesa.
Obligarle a tener ordenados sus libros y cuadernos dentro del pupitre.
Mantener una tutoría con los padres, cada quince días como mínimo.
Evitar humillar al niño o hacerlo sentir culpable delante de sus compañeros. (Ávila, 2002, p.70,71)
Resultados
Se realizaron entrevistas de ocho preguntas a tres especialistas que tienen experiencia en el tratamiento del TDAH, un psiquiatra con estudios en psicología, una psiquiatra y una pedagoga que también tiene estudios en psicología. Se formularon preguntas acerca de los tratamientos que existen para el TDAH, los riesgos y los beneficios que existen al utilizar únicamente uno de los diferentes tratamientos, su opinión acerca del uso de un tratamiento multimodal, los factores que determinan el tipo de tratamiento que debe utilizarse y cual consideran que es la mejor forma de tratarlo.
Los tres especialistas mencionaron que básicamente existen tres tratamientos para el TDAH, el farmacológico, el psicológico y la ayuda pedagógica
Todos los especialistas coincidieron en que al utilizar únicamente el tratamiento farmacológico no se obtienen los mejores resultados. Dos de ellos mencionaron que se obtienen mejorías, pero el niño no se desarrolla en un ambiente adecuado para superar el trastorno. Mientras que otro especialista agregó que en algunos niños los fármacos suelen causar efectos secundarios, o daños en su organismo si se utilizan a largo plazo.
Cuando se les preguntó acerca de los riesgos y beneficios de utilizar únicamente el tratamiento psicopedagógico, sólo el psiquiatra mencionó que es probable que se obtengan buenos resultados, pero solamente si el niño presenta pocos síntomas de hiperactividad e impulsividad. Otro especialista mencionó que es necesario el uso de fármacos para controlar la conducta y posteriormente se puede suspender su uso y únicamente controlar el TDAH con las técnicas psicopedagógicas. En el caso del pedagogo, mencionó que si únicamente se utiliza el tratamiento psicopedagógico, es posible que el tratamiento del niño se alargue mucho y que no se tengan buenos resultados
Finalmente los tres especialistas consideran que la mejor manera de tratar el TDAH es utilizando un tratamiento multimodal.
Discusión
Si únicamente se utiliza el tratamiento farmacológico, debido a la existencia de algunos efectos colaterales así como también algunos daños en el organismo del niño si son utilizados a largo plazo, sólo se usan por un tiempo determinado, por lo que debe reforzarse con el tratamiento psicológico y el pedagógico.
Por el contrario, si únicamente se utiliza el tratamiento psicológico y la ayuda pedagógica, hay posibilidades de que funcione, pero si el niño presenta fuertes síntomas de hiperactividad e impulsividad es poco probable que se logren buenos resultados, por lo que es necesario recurrir a los medicamentos..
En el aspecto académico, los fármacos ayudan a controlar la conducta del niño y lo prepara para que pueda aprender, logrando una mejora en su nivel de aprendizaje y su relación con los demás compañeros.
Conclusiones
Existen distintos tratamientos para el TDAH, el tratamiento farmacológico, el psicológico y la ayuda pedagógica. Con base en la investigación y las entrevistas realizadas, se puede concluir que la mejor manera de tratar el TDAH, no es utilizando un solo tratamiento, sino uno multimodal, es decir, utilizar los tres en combinación, que consiste en utilizar un medicamento para controlar los síntomas de hiperactividad e impulsividad y que también ayuda al niño a mejorar su atención, así como también se debe contar con la cooperación de los padres y maestros en un tratamiento psicológico y en uno pedagógico para poder crear un ambiente de rutinas adecuado para que el niño pueda mejorar su conducta, su atención y su aprendizaje en el ámbito académico. De esta manera se logra que el niño supere los síntomas del trastorno y que tenga un desarrollo como el de cualquier otro niño de su edad.
Al aplicar el tratamiento adecuado, el niño podrá integrarse sin dificultades al ambiente familiar, mejorar su aprendizaje en la escuela, logrando un buen desempeño académico. Al mismo tiempo, podrá relacionarse con menor dificultad tanto con niños de su edad, como con otras personas, logrando que se integre en un ambiente social.
Referencias
Fichas bibliográficas
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Ávila de Encío, Carmen & Polaina-Lorente, Aquilino (2002). Niños Hiperactivos. México: Alfaomega
Berger, Maurice (1999). El niño hiperactivo y con trastornos de atención. Madrid, España: Síntesis
F. Rief, Sandra (2004). Cómo tratar y enseñar al niño con problemas de atención e hiperactividad. Buenos Aires, Argentina: Paidós
Hallowell, Edgard & Ratey, John (2001). TDA: Controlando la hiperactividad. Barcelona, España: Paidós
Miranda Casas, Ana & Amado Luz, Laura & Jarque Fernández, Sonia (2001). Trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Una guía práctica. Archidona, Málaga: Aljibe
Stevens, Laura (2001). Cómo ayudar a los niños con déficit de atención (ADD-ADHD). México: Aguilar
Tomás, Josep & Casas, Migel (2004). TDAH: Hiperactividad. Niños movidos e inquietos. Barcelona, España: Laertes
Páginas de Internet
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Sauceda García (2005) Medicamentos estimulantes en el tratamiento del TDAH. Consultado el 24 de noviembre de 2006, de www.mediographic.com
Tratamiento psicológico y TDAH. Consultado el 24 de octubre de 2006, de www.paidopsiquiatría.com/tdah/
Los problemas de autoestima se debe a que los niños constantemente son marcados como tontos por las personas, pues se desconoce que tienen un problema.
Se suele hacer un mal diagnóstico debido a que los síntomas pueden confundirse con algunas manifestaciones de otros problemas, como violencia intrafamiliar, una mala alimentación, depresión, u otros trastornos médicos.
En 1937 Bradley fue el primero en descubrir el efecto estimulante del benzedrine (una mezcla de dextro y levonfetamina), en un grupo de niños hospitalizados (Miranda, 2001, p.104).
El 70% de los pacientes que reciben tratamiento con metilfenidato tienen grandes mejorías, tanto en los síntomas de impulsividad e hiperactividad como en los de atención.
La pemolina ha sido el estimulante menos estudiado respecto a los otros.
Los ATC son considerados como fármacos de segunda línea en el tratamiento del TDAH.
Aunque parece que la cafeína reduce eficazmente algunos síntomas del TDAH, no se ha demostrado su eficacia en los estudios clínicos.
No es recomendable su uso en los casos de agresividad, pues requieren castigos más duros.
Probablemente el aislamiento sea el procedimiento más indicado para tratar la obediencia, la hiperactividad y la agresividad sobre todo en niños de 2 a 10 años.
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