Capablanca
en la English Review
Edward Winter
Reproducimos un artículo de Capablanca titulado "Chess", publicado en las páginas 459-462 de
la English Review, Noviembre 1922:
‘Siempre me están preguntando: ¿Qué clase de cerebro debe poseer un campeón de
ajedrez? ¿Qué cualidades son esenciales? ¿Qué relación hay entre el ajedrez y otras
actividades mentales? ¿Qué pasa con los ingleses? Etc. Para empezar, sólo puedo decir que
hoy tengo una mala memoria, sin embargo cuando era niño podía recordar cualquier cosa
con facilidad. Mi récord es haber repetido, cuando era pequeño, tres páginas de historia
después de que lo había leído una vez, sin olvidar una sola palabra. Pero, como me he
hecho mayor -de hecho, desde que me convertí en un jugador de ajedrez de primera clase-.
Siempre trato de olvidar todo lo que he considerado innecesario recordar, y me he ido tan
bien en mi entrenamiento que ahora por lo general tengo dificultad para recordar las cosas.
Se da la circunstancia, ahora, que mientras hay varios expertos que recuerdan cada partida
seria que yo he jugado en los últimos 22 años, yo casi no puedo recordar ni una sola de
ellas. Una partida jugada hoy vagamente puedo retenerla en mi cabeza durante un par de
semanas, pero después se va para siempre. Sin duda, mi mala memoria actual es una
consecuencia. He sido influenciado a adoptar este sistema para evitar la pérdida de sueño
después de una dura lucha en la noche. Así que puedo irme a dormir inmediatamente
después de una partida, ya sea que gane o pierda, y una hora después de una larga y
extenuante sesión de simultáneas en contra de cualquier número de oponentes pueden
encontrarme tranquilamente durmiendo en mi cama.
De manera general, la memoria de los expertos de ajedrez es similar a la memoria de los
grandes músicos. De la misma forma como un gran pianista, por ejemplo, puede sentarse y
tocar por horas sin ver la partitura de cualquiera de las obras que interpreta, un maestro de
ajedrez puede utilizar un sinfín de partidas y variantes que ha almacenado
inconscientemente en su mente. Los grandes músicos ven las notas con los ojos de su
mente como si estuvieran en frente de ellos. En la misma forma el maestro de ajedrez ve
los movimientos y las posiciones. Si por un momento se olvidan de una nota o un
movimiento, la nota o movimiento anterior, según sea el caso, les recordará lo que debe
seguir. Hay una secuencia lógica que le ayuda al experto a superar sus dificultades. De
hecho, tengo que hacer notar que ahí debe existir alguna analogía entre las mentes de un
músico y un jugador de ajedrez. Conozco a muchos eminentes músicos que son muy
aficionados al ajedrez, y por otro lado casi todos los ajedrecistas expertos son muy
aficionados a la música. Debemos mencionar como el caso más notable el de Philidor, el
pionero de la teoría moderna de ajedrez, un genio del ajedrez, el jugador más fuerte de su
época, quien también fue uno de los más eminentes músicos franceses de su tiempo. Qué
clase de cerebro se requiere para ser un campeón de ajedrez eso yo no podría decirlo, pero
si sostengo que fuera de cualquier talento natural que uno pueda poseer en ese sentido es
muy importante, por no decir completamente imprescindible, tener una muy buena cultura
general, así al tener una mayor perspectiva uno puede considerar el así llamado juego
desde un punto de vista más amplio. Esto debería ser más cierto ahora que en otros
tiempos, ya que el ajedrez ha progresado enormemente en los últimos 60 años, y
convertirse en campeón es una tarea mucho más difícil ahora. En este sentido, sería
conveniente llamar la atención sobre el hecho de que si bien es cierto que han existido en
el pasado, y que existen en la actualidad, algunos jugadores de ajedrez grandes que son
neófitos en cualquier otra cosa y que tienen muy poca cultura sobre algunos temas, por
otro lado todos los campeones mundiales de los últimos 60 años, no incluyéndome a mí
mismo, han sido hombres con más que una simple cultura general. Ese fue el caso de
Anderssen, Steinitz, y Lasker. En lo que a esto respecta no puedo reclamar ninguna
pretensión de preeminencia de ninguna clase. Todo lo que se puede poner a mi favor es
que he leído mucho y he visto una gran cantidad de cosas, que tengo una mente abierta, y
que estoy dispuesto a aprender cualquier cosa sobre cualquier tema. Puede ser conveniente
llamar la atención sobre el hecho de que el ajedrez tan comúnmente practicado por la gran
mayoría de jugadores es solo un juego más difícil que otros juegos, pero cuando juegan los
maestros líderes deja de ser un juego y se convierte en lo que podría denominarse un arte
científico menor. En su etapa actual de desarrollo tiene una gran parte de ciencia, pero
también tiene mucho de arte. Si es que alguna vez se convertirá en una ciencia absoluta es
sólo materia de especulación. Acerca de las cualidades esenciales en la formación de un
campeón es difícil establecer un dictamen. Podría existir la posibilidad que un jugador
alcance su más alto nivel a través del desarrollo inusual de una o dos cualidades que
podrían ser simplemente normales en otro jugador que se volvió fuerte a través del
desarrollo de otras cualidades, que a su vez sólo son normales en el primer caso. Hay, sin
embargo, dos cualidades que parecen ser absolutamente esenciales para conseguir
preeminencia en el ajedrez. Ellos son: una gran capacidad de concentración y la capacidad
de visualizar las posiciones que puedan surgir a partir de la posición actual. A menudo se
ha dicho que es necesario poseer un cerebro matemático para sobresalir como ajedrecista.
Si bien es cierto que Anderssen fue profesor de matemáticas y que Lasker es un
matemático, nos encontramos con que Morphy fue un abogado y Philidor un músico.
Hasta en cuanto a los campeones se refiere. Con respecto a otros jugadores que nunca han
sido campeones, pero que se han convertido en figuras mundiales en el ajedrez, podemos
mencionar, entre otros, Tarrasch un médico, Pillsbury un abogado, Alekhine un abogado,
Zukertort un médico. En la propia Inglaterra en los años 50 tenemos a Howard Staunton un
estudioso de Shakespeare, y Buckle un historiador. Seguramente hay suficiente variedad
en las mentalidades de los pocos hombres que hemos mencionado. En la actualidad los
únicos jugadores notables con cerebros matemáticos son el Dr. E. Lasker, ex campeón del
mundo, y el Dr. M. Vidmar. De paso, podemos agregar que el Dr. Vidmar es una autoridad
bien conocida entre los ingenieros eléctricos, ya que ha publicado algunos excelentes
tratados sobre el tema. También es profesor en la Universidad de Ljubljana,
Checoslovaquia [Yugoslavia], y al mismo tiempo director general de algunas obras de
ingeniería en la ciudad antes mencionada, todo lo cual no le impidió ser uno de los
ajedrecistas más destacados en el mundo, lo que demuestra que la excelencia en el ajedrez
no es incompatible con la excelencia en otras direcciones.
Llegamos ahora al punto referente al país y a la gente más experta en el juego. Mientras en
el pasado los judíos y los eslavos han sido los más prominentes, no creo que sea
necesariamente una cuestión de raza. Por otra parte, como el ajedrez ha progresado y
sobresalir en el se ha vuelto más difícil, la cuestión del clima, en mi opinión, pasa a ser un
factor más determinante. Evidentemente, dado que el ajedrez es por naturaleza un juego de
interior, se debería jugar más en los países de clima frío y de largas noches de invierno que
en los países donde el clima siempre está invitando a las personas a salir a la calle. Los
ingleses son generalmente pacientes, decididos, y responsables. Estas son excelentes
cualidades para el ajedrez. Desafortunadamente, en sus años escolares pasan la mayor
parte de su tiempo libre fuera de casa, cazando durante el invierno. Generalmente como
consecuencia, el ajedrez no se aprende a una edad temprana, que es el tiempo adecuado
para aprender con el fin de llegar a ser un buen jugador. Hay, sin embargo, en Inglaterra un
gran número de muy buenos jugadores, y si actualmente no hay ninguno de ellos que se
encuentre clasificado entre los mejores del mundo, es principalmente debido a la falta de
apoyo adecuado en la organización de competencias internacionales. Es sólo a través del
contacto cercano con los mejores expertos que el estándar de juego puede ser elevado.
Sólo ha habido un gran torneo internacional en Inglaterra en los últimos 23 años. Espero
que en el futuro se dé más apoyo para tales competencias, para que Inglaterra pronto pueda
ocupar una vez más una posición de liderazgo en el ajedrez.
Hay algunas consideraciones en relación al ajedrez como impulsador de la educación que
pueden ser interesantes para considerar. El ajedrez con respecto a la mente podría decirse
que es lo que los deportes o el atletismo son con respecto al cuerpo: un medio de
ejercitarse y dar placer al mismo tiempo. Moralmente, quienes lo practican tiende a
mantenerse alejados de otras actividades peligrosas. Las apuestas son poco interesantes, es
más, las apuestas son prácticamente impensables, debido a la propia naturaleza del juego,
un hecho que debería captar la atención de los educadores. Como factor social ocupa una
posición única. Reúne a hombres de todos los niveles de la escala social, sin importar
credo o religión. El juego es el mismo en todo el mundo. Al viajar de un lugar a otro no
puede tener mejor recomendación para asegurarse una cálida bienvenida que ser un
ajedrecista. Todo lo que uno tiene que hacer en cualquier lugar del mundo es saber dónde
se reúnen los ajedrecistas para ir allí. Muchas veces he visto a un desconocido entrar al
mejor club de ajedrez y preguntar por uno de los directivos. Su manifestación de que era
un ajedrecista que visita la ciudad y su dirección era todo lo que se requería.
Inmediatamente se le hizo sentir como en casa. Si quería un rival rápidamente se le
encontraba uno para él, y así, el pronto llego estar en contacto con personas a las que tal
vez no podría haber conocido de otra manera.’