En cuanto se evoca el juego del ajedrez, enseguida nos acude a la mente la palabra pasión. A cualquier nivel, sentimos los mismos gozos y las mismas penas, nos invaden las mismas emociones intensas cuando jugamos nuestras partidas. El aficionado más modesto puede hablar del noble juego con tanto fervor y entusiasmo como el gran maestro más experimentado.
Cuando se desarrolla un torneo, jugadores del mundo entero se deleitan reproduciendo las partidas de los campeones, admirando las mismas novedades, lanzando exclamaciones ante las mismas jugadas brillantes.
Al redactar este libro hemos querido ofrecer al lector, antes que nada, un espectáculo. Hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos para que este espectáculo fuera lo más apasionante posible, y éste ha sido el único criterio que nos ha guiado en la elección de partidas, estudios, problemas y textos que presentamos aquí.
Deseamos ardorosamente al lector tanto placer en la lectura de esta obra como nosotros hemos tenido al redactarla.