Clarín, Buenos Aires, martes 20 de diciembre de 1977
Columna Nº 26
El gran match, en suspenso
BELGRADO 21 (Enviado especial). A las 16, ho-
ras de Belgrado, el director del match entre Boris
Spassky y Víctor Korchnoi puso en marcha el re-
loj de Spassky para la realización de la 12
a
partida.
Bozidar Kazic se retiró del escenario y Korchnoi,
conductor de las piezas negras, aguardó al lado
de la mesa, sin dar señales de impaciencia. La
prensa yugoslava había dado enorme publicidad
al incidente sobre el tablero mural y el Teatro de
los Sindicatos nunca había visto tanta concurren-
cia; hasta había gente de pie. Transcurrieron los
minutos y se cumplió la hora y Spassky no hizo
acto de presencia. Kazic había vuelto al escena-
rio y apenas pasaron unos segundos de la hora
reglamentaria, paró el reloj y comunicó a los es-
pectadores que Korchnoi había ganado la parti-
da por ausencia de su adversario. Sin embargo,
Korchnoi se acercó a él y le dijo que no aceptaba
el punto obtenido en esa forma y proponía ju-
gar la partida otro día. Kazic informó al público
y recién, entre mil comentarios, los aficionados
dejaron la sala, nuevamente defraudados por un
incidente que perturbó un match que transcurría
normalmente.
Yo sospechaba que algo así podía pasar. Ho-
ras antes hubo una reunión especial del Comité
Organizador para resolver el problema plantea-
do. Estuvieron presentes, también, los segundos
de Spassky, tanto Bondarevsky como Furman,
recién llegado de Moscú, y luego de deliberar
bastante se llegó a un acuerdo: por hoy se jugaría
sin tablero mural. Los periodistas locales y en-
viados especiales, pensamos que se había supe-
rado la extraña situación, pero no fue así. Spass-
A causa del incidente sobre el tablero mural, tampoco se jugó ayer la
12
a
partida. Hubo una reunión y se acordó jugar sin el tablero, pero Spassky
no se presentó. Transcurrida la hora reglamentaria, el director del match
dio el punto a Korchnoi, pero éste lo rechazó y propuso jugar otro día. Aho-
ra Spassky habría aceptado jugar a puerta cerrada hasta el arribo del doctor
Euwe. Hoy debe continuar el final aplazado, pero no se sabe qué pasará.
Una sospecha de Keene y Stean sobre la actitud de Boris. Algo que pasó en
1972.
Por Miguel Najdorf
ky mantuvo su posición y se expuso a perder el
juego. El Comité le propuso jugar en una habita-
ción a puerta cerrada y tampoco aceptó. Según
él, el match había empezado así y debía terminar
así. No existía razón para cambiar la ubicación
del tablero mural. Contra esto, los yugoslavos
siguen sosteniendo que el tablero es exclusiva-
mente para el público.
A último momento trascendió que Spassky
habría aceptado jugar a puerta cerrada hasta el
arribo del Dr. Max Euwe, quien vendrá pasado
mañana y dictaminará en forma definitiva. En mi
nota anterior informé sobre la decisión de Euwe
y no creo que la modifique. Mañana debe jugarse
el final de la décima partida y no sé qué pasará.
Los segundos de Korchnoi me han hecho un co-
mentario sobre el que informo pero no tomo en
serio: Spassky debe tener un transmisor oculto
en su abundante cabellera para recibir jugadas
que le dictan. Keene y Stean fundan su sospecha
en que Spassky recién empezó a dejar la mesa
para analizar en el tablero mural, después de la
décima partida cuando el score le era sumamen-
te desfavorable. Es algo que no se puede creer.
Todo lo que está ocurriendo me hace recordar al
match de Fischer con Spassky, 1972, en Islandia.
También entonces, Spassky iba de mal en peor.
No se hallaban explicaciones para una actuación
tan floja. Para Ewffim Geller, director de su equi-
po de colaboradores, pasaba algo anormal. Fis-
cher debía disponer en la sala, oculto en la silla o
en otro lugar, de algún aparatito misterioso, emi-
sor de rayos que usaba para perturbar a Boris.
Convencido de ello, elevó una nota exigiendo
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una revisión completa del tablero, el reloj y toda
la habitación y los técnicos solo encontraron no
recuerdo si una mosca o una cucaracha muerta.
Negras: Korchnoi
Blancas: Spassky
Posición de la suspendida que debe continuar
hoy. Korchnoi dejó la jugada secreta y dice que
gana. Spassky asegura tablas.
Edición y Diagramación:
Prof. José Luis Matamoros B.
Víctor Korchnoi
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