JAQUE MATE CON NAJDORF
-3-
Clarín, Buenos Aires, Jueves 25 de Octubre de 1973
En 1927 José Raúl Capablanca,
entonces campeón mundial, jugó
el torneo de Nueva York y lo ganó
invicto con 14 puntos y le sigui-
eron Alekhine (11,5), Nimzowich
(10,5), Vidmar (10), Spielman (8)
y Marshall (6). Cada uno jugó 4
partidas contra los demás y el
segundo Alejandro Alekhine
ganó el derecho de jugar meses
después por el título con el genial
cubano. Estaba Capablanca en
su mejor momento y sin embar-
go perdió el cetro en Buenos Ai-
res. ¿Por qué? Mucho se ha escri-
to sobre esto. Sabido es que en la
vida no se puede tener todo: sería
como dominar a la perfección
las 64 casillas. El lector sacará
conclusiones de la anécdota que
relato. En 1937 jugué el torneo
de Margate, Inglaterra que ganó
Keres escoltado a medio punto
por Capablanca y Flohr. Ahí me
tocó enfrentar a Capablanca y el
día anterior no sabía qué hacer.
Como campeón de Polonia, aun-
que no me importaba el resultado
deseaba hacer un buen papel pero
como maestro sin ninguna expe-
riencia sentía un temor pánico
ante quien había declarado “que
el ajedrez era un juego demasia-
do fácil y se lo debía modificar”.
¿Qué línea oponer con negras a
ese gigante? No pude comer, ni
dormir porque me despertó una
pesadilla. Aún hoy recuerdo
vívidamente ese momento. Has-
ta que llegó la hora. Estaba ex-
hausto.
Capablanca hizo su jugada y se
retiró a beber en compañía de dos
damas con las que había llegado.
Apenas yo contestaba venía, ech-
aba una mirada y movía. A todo
esto yo me rompía la cabeza para
dar con la jugada que yo creía
mejor. Pero cada jugada suya era
un mazazo. Sentía su genio. Veía
como, a pesar de todo, mi parti-
da se desplomaba. Mi angustia
no tenía límites. ¿Era posible que
me pudiera jugar en esa forma,
sin darme la menor importan-
cia? Quiero que se ubiquen en
mi lugar porque Capablanca en
su ir y venir para departir con las
damas apenas había empleado
¡cinco minutos! y mi reloj mar-
caba casi una hora. No sé si fui
yo o el destino quien castigó esta
actitud. Ya en posición inferior
le preparé una jugada de “doble
filo” para obligarlo a pensar. No
lo hizo…! y perdió calidad! Con-
sciente del peligro tomó asiento
y ahora sí, meditó largamente. Y
luego de unas movidas me pro-
puso tablas. Por entonces no se
conocía a nadie capaz de recha-
zar sus propuestas. El disponía
de mucho tiempo y yo apenas de
¡un minuto para 18 movidas! Y le
dije no. Tuve el gusto de hacerlo
meditar 40 minutos. Por jugar
rápido me equivoqué y al final se
dio el empate. Al día siguiente el
señor Mr. Tinsley, del “Time” de
Londres, me dijo “He conocido
a muchos locos pero a ninguno
como usted. ¡Mire que rechazarle
tablas a Capablanca …” Pero se
calló ante mi respuesta: “¿Y si le
hubiera ganado? Esta partida me
haría famoso por toda la vida,
¿o no?”. Años después el mismo
Capablanca me felicitó por este
hecho. Nos hicimos amigos y
tuvo un gesto que no olvidaré
jamás: me ofreció de todo, hasta
ayuda económica, para que me
radicara en Cuba, algo que en
estos momentos de confusión y
pobreza (1939) yo quería hac-
er. Para mi ha sido el genio más
grande de la historia del ajedrez.
Y perdió el título porque le faltó
lo que le sobra a Fischer: am-
bición y disciplina. Su ajedrez era
simple, lógico, claro y de una pre-
cisión que no se ha vuelto a ver
aunque hayan surgido maestros
(el mismo Bobby) que en algo se
le parezcan. Por ello es único. Tan
único que aún sigue enseñando.
Nueva York, 1927
Blancas Negras
Capablanca Spielman
1. P4D
P4D
2. C3AR
P3R
3. P4A
CD2D
4. C3A
CR3A
5. A5C
A5C
Spielman era conocido por su
espírito agresivo y su habilidad
para manejar posiciones abiertas.
6. PxP
PxP
7. D4T
Columna Nº 2
El criterio de Capablanca. Le
molesta el alfil pero no juega
P3TD. ¿Por qué? Sabe que los
peones no retroceden: en cambio
una pieza puede reacomodarse.
7. ...
AxC+
Casi obligada. No se podía
7. ..., D2R por 8. AxC.
8. PxA
0-0
9. P3R
P4A
10. A3D
P5A
11. A2A
D2R
12. 0-0
P3TD
13. TR1R
...
Si usted no supiera quién está
jugado, diría que esta movida la
hizo Fischer, porque Bobby, es-
tratégicamente, se parece a Ca-
pablanca. La amenaza es direc-
ta: P4R para abrir el centro con
enorme ventaja de espacio.
13. ...
D3R
Sale de la clavada y evita esta
maniobra.
-4-
14. C2D
P4CD
15. D5T
C5R
No servía 15. ..., A2C por 16.
P3A. Spielman evita la irrupción
central pero no calcula la genial
combinación que se avecina.
16. CxC
PxC
17. P4TD
...
Lógica, para debilitar los peo-
nes del flanco dama. La respues-
ta negra parece natural. Sin em-
bargo...
17. ...
D4D
Negras: Spielman
Blancas: Capablanca
18. PxP
...
Lo imprevisto. Golpe genial que
sorprende a un extraordinario
combinador.
18. ...
DxA
19. AxP
T1C
20. PxP
...
Sencillo y bonito. Las negras
tendrán que devolver material.
20. ...
T4C
21. D7A
C3C
22. P7T
A6T
23. TR1C
...
Siempre lo mejor, para eliminar
la última defensa. Y no se corona
porque la amenaza es más fuerte
que la ejecución.
23. ...
TxT
24. TxT
P4A
25. A3A
P5A
26. PxP
abandonan
Este es el Capablanca que para
los ajedrecistas nunca murió,
porque aún sigue enseñando.
Miguel Najdorf.
Posición luego de 17...
D4D del negro
Evento: New York, USA
Fecha: 1927.03.09
Ronda: 13
Blancas: José Raúl Capablanca
Negras: Rudolf Spielmann
Resultado: 1-0
1. d4 d5 2. Nf3 e6 3. c4 Nd7 4. Nc3 Ngf6 5. Bg5 Bb4 6. cxd5 exd5 7. Qa4 Bxc3+
8. bxc3 O-O 9. e3 c5 10. Bd3 c4 11. Bc2 Qe7 12. O-O a6 13. Rfe1 Qe6 14. Nd2 b5
15. Qa5 Ne4 16. Nxe4 dxe4 17. a4 Qd5 18. axb5 Qxg5 19. Bxe4 Rb8 20. bxa6 Rb5
21. Qc7 Nb6 22. a7 Bh3 23. Reb1 Rxb1+ 24. Rxb1 f5 25. Bf3 f4 26. exf4 1-0
Edición y Diagramación:
Prof. José Luis Matamoros B.